• ΡΙЅѺ 𝟏ᙣ
    Fandom Sin Fandom
    Categoría Slice of Life
    Olivia Romero

    Katherine terminó de apilar las últimas hojas sobre el escritorio como quien coloca los peldaños que faltan en una escalera: con mano firme y la respiración contenida. El reloj sobre el escritorio marcaba las 22:48 y la oficina de MIRROR, con sus paredes acristaladas y pantallas apagadas, ya olía a tinta fría y a café viejo.

    «Rachel me matará cuando llegue a casa», pensó con una sonrisa corta

    Guardó la laptop en el bolso con cuidado, como quien guarda un objeto valioso que además es una parte de sí misma. Apagó la PC; las luces se extinguieron una por una, como si alguien fuera tirando de un cordón invisible. Se colgó el abrigo al hombro, comprobó con la yema del dedo el cierre de la bolsa y cerró la puerta de su oficina. El clic de la cerradura resonó en el pasillo largo, un sonido pequeño que, sin embargo, marcó el fin del día laboral.

    Empezó a caminar hacia el elevador. Sus tacones golpeaban el suelo en un ritmo que ella intentó mantener contenido —no quería despertar fantasmas de trabajo en la mente todavía—. Al llegar, pulsó planta baja; el panel indicó el descenso y, unos segundos después, el ascensor se detuvo en el piso 16. Katherine, que estaba en el 17, se hizo a un lado para dejar entrar a una joven rubia. Mientras tanto sacó el móvil con un gesto automático y escribió un mensaje corto, directo, lo esencial que siempre decía cuando necesitaba calmar a Rachel antes de entrar a la casa:

    "Ya estoy en camino, cielo.
    Te debo una cena "

    Lo envió y guardó el teléfono; la pantalla volvió a quedarse negra en su mano. Por un momento, dejó que la sonrisa se ensanchara: Rachel diría que no, que no quería la cena, que prefería un abrazo, y ella ya sabía que al final Rachel la perdonaría con una sesión de besos y una película de por medio.

    El ascensor reinició su movimiento pero, al detenerse en la planta 13, Katherine suspiró y dejó el móvil en el bolsillo con un refunfuño que no alcanzó a convertirse en queja.

    —Mierda, se supone que es de última tecnología —murmuró, golpeando el botón de planta baja otra vez, como quien intenta convencer a un caprichoso de que haga lo que le corresponde.

    Sus palabras se esparcieron en el reducido espacio metálico y rebotaron en los paneles pulidos. Un olor a limpieza industrial y a metal caliente llenó el ambiente. Tocó el botón con el mismo dedo con el que apenas un instante antes había cerrado el bolso; notó el leve temblor de su mano, más por cansancio que por nervios.

    Sin embargo, antes de que el ascensor pudiera reanudar la marcha, la luz se cortó. Un silencio absoluto se tragó los pequeños ruidos eléctricos y, por un segundo, solo quedaron los latidos de su propio pulso en sus oídos.
    [flash_brass_tiger_817] Katherine terminó de apilar las últimas hojas sobre el escritorio como quien coloca los peldaños que faltan en una escalera: con mano firme y la respiración contenida. El reloj sobre el escritorio marcaba las 22:48 y la oficina de MIRROR, con sus paredes acristaladas y pantallas apagadas, ya olía a tinta fría y a café viejo. «Rachel me matará cuando llegue a casa», pensó con una sonrisa corta Guardó la laptop en el bolso con cuidado, como quien guarda un objeto valioso que además es una parte de sí misma. Apagó la PC; las luces se extinguieron una por una, como si alguien fuera tirando de un cordón invisible. Se colgó el abrigo al hombro, comprobó con la yema del dedo el cierre de la bolsa y cerró la puerta de su oficina. El clic de la cerradura resonó en el pasillo largo, un sonido pequeño que, sin embargo, marcó el fin del día laboral. Empezó a caminar hacia el elevador. Sus tacones golpeaban el suelo en un ritmo que ella intentó mantener contenido —no quería despertar fantasmas de trabajo en la mente todavía—. Al llegar, pulsó planta baja; el panel indicó el descenso y, unos segundos después, el ascensor se detuvo en el piso 16. Katherine, que estaba en el 17, se hizo a un lado para dejar entrar a una joven rubia. Mientras tanto sacó el móvil con un gesto automático y escribió un mensaje corto, directo, lo esencial que siempre decía cuando necesitaba calmar a Rachel antes de entrar a la casa: "Ya estoy en camino, cielo. Te debo una cena 🤍" Lo envió y guardó el teléfono; la pantalla volvió a quedarse negra en su mano. Por un momento, dejó que la sonrisa se ensanchara: Rachel diría que no, que no quería la cena, que prefería un abrazo, y ella ya sabía que al final Rachel la perdonaría con una sesión de besos y una película de por medio. El ascensor reinició su movimiento pero, al detenerse en la planta 13, Katherine suspiró y dejó el móvil en el bolsillo con un refunfuño que no alcanzó a convertirse en queja. —Mierda, se supone que es de última tecnología —murmuró, golpeando el botón de planta baja otra vez, como quien intenta convencer a un caprichoso de que haga lo que le corresponde. Sus palabras se esparcieron en el reducido espacio metálico y rebotaron en los paneles pulidos. Un olor a limpieza industrial y a metal caliente llenó el ambiente. Tocó el botón con el mismo dedo con el que apenas un instante antes había cerrado el bolso; notó el leve temblor de su mano, más por cansancio que por nervios. Sin embargo, antes de que el ascensor pudiera reanudar la marcha, la luz se cortó. Un silencio absoluto se tragó los pequeños ruidos eléctricos y, por un segundo, solo quedaron los latidos de su propio pulso en sus oídos.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    Me encocora
    2
    5 turnos 0 maullidos
  • ────Buenos días, querida clase. Hoy tenemos examen sorpresa, así que mochilas al frente y celulares en el escritorio. Y por favor, no me decepcionen: quién no intenta ver las respuestas del compañero de al lado claramente duda de sus conocimientos.
    ────Buenos días, querida clase. Hoy tenemos examen sorpresa, así que mochilas al frente y celulares en el escritorio. Y por favor, no me decepcionen: quién no intenta ver las respuestas del compañero de al lado claramente duda de sus conocimientos.
    Me encocora
    Me gusta
    6
    1 turno 0 maullidos
  • Los días finales del mes se acercaban, eso quería decir que Jean, la Maestra Intendente iba a estar más ocupada que los días anteriores.

    Desde temprano se encontraba en su oficina revisando, analizando y firmando documentos, aprobando solicitudes, rechazando otras, los reportes de los caballeros asignando los nuevos reportes para los días siguientes cubriendo las actividades de los futuros turnos, y como fin de mes, el pago de las Moras a sus caballeros.

    -Kaeya...aunque ni debería pagarle... -dice frunciendo ligeramente las cejas con una molestia cómica, aunque lo decía sabía que no lo decía en serio-...Esto es para que le pague a los caballeros que tiene bajo su mando...Eula...va un extra para ella...aquí también está el pago para los caballeros que lidera...Amber...La mesada de Klee.... El salario de Lisa....

    Mientras seguía contando y enumerando sus ojos se iban cerrando haciéndola cabecear de vez en cuando hasta que su cuerpo triunfó sobre ella, quedó dormida sobre su escritorio escondiendo el rostro entre sus brazos, ya era de noche.
    Los días finales del mes se acercaban, eso quería decir que Jean, la Maestra Intendente iba a estar más ocupada que los días anteriores. Desde temprano se encontraba en su oficina revisando, analizando y firmando documentos, aprobando solicitudes, rechazando otras, los reportes de los caballeros asignando los nuevos reportes para los días siguientes cubriendo las actividades de los futuros turnos, y como fin de mes, el pago de las Moras a sus caballeros. -Kaeya...aunque ni debería pagarle... -dice frunciendo ligeramente las cejas con una molestia cómica, aunque lo decía sabía que no lo decía en serio-...Esto es para que le pague a los caballeros que tiene bajo su mando...Eula...va un extra para ella...aquí también está el pago para los caballeros que lidera...Amber...La mesada de Klee.... El salario de Lisa.... Mientras seguía contando y enumerando sus ojos se iban cerrando haciéndola cabecear de vez en cuando hasta que su cuerpo triunfó sobre ella, quedó dormida sobre su escritorio escondiendo el rostro entre sus brazos, ya era de noche.
    Me encocora
    Me gusta
    5
    0 turnos 0 maullidos
  • Razor había visto como la gente de Mondstadt estaba decorando toda la ciudad con calabazas y adornos de Halloween, la festividad donde se disfrazaban y comían dulces. Se emocionó al ver el suceso y recordó algo.

    -¡Marjorie!...-Exclamó con cierta emoción y fue corriendo hacia la tienda de obsequios, Con el Viento, la Gloria-

    -¡Marjorie!...¿Lo...tienes?....¿Lo...tienes?... -Dijo ansioso, sus ojos rojizos brillaban con inocencia y emoción-

    +Si, si Razor querido, me anticipé y lo pedí con tiempo, está adentro, ve y pruébatelo. -Le dijo la propietaria sonriendo-

    Razor entró a la tienda y ve sobre una silla lo que había pedido, un disfraz de lobo para la festividad. Se puso el traje y vio su reflejo en el espejo. Lo disfrutaba, casi podía incluso mover aquella cola falsa. Salió de la tienda contento y entregó el saco con moras por el costo del traje. Se fue corriendo hasta la sede los caballeros.

    Razor había jugado con Klee en su "cárcel" junto a la oficina de Jean y la pequeña después le ayudó con una idea, ayudó a dibujar. Razor salió de ahí y fue a la oficina de Lisa Minci 𐀔 teniendo varias ideas en la cabeza asociado a lo que había visto en la ciudad, sin embargo no era tonto, en seguida pasó por su cabeza lo que pudiera pasar si un adhesivo mal colocado o un pegamento mal secado manchaba uno de sus amados libros, solo se limitó a dejar sobre su escritorio y sin mover nada dos cosas, una calabaza de adorno y un pequeño contenedor con dulces que le había comprado. Al salir de la librería dejó en la puerta una calabaza mal cortada.

    Salió sintiéndose victorioso y satisfecho de su "misión".
    Razor había visto como la gente de Mondstadt estaba decorando toda la ciudad con calabazas y adornos de Halloween, la festividad donde se disfrazaban y comían dulces. Se emocionó al ver el suceso y recordó algo. -¡Marjorie!...-Exclamó con cierta emoción y fue corriendo hacia la tienda de obsequios, Con el Viento, la Gloria- -¡Marjorie!...¿Lo...tienes?....¿Lo...tienes?... -Dijo ansioso, sus ojos rojizos brillaban con inocencia y emoción- +Si, si Razor querido, me anticipé y lo pedí con tiempo, está adentro, ve y pruébatelo. -Le dijo la propietaria sonriendo- Razor entró a la tienda y ve sobre una silla lo que había pedido, un disfraz de lobo para la festividad. Se puso el traje y vio su reflejo en el espejo. Lo disfrutaba, casi podía incluso mover aquella cola falsa. Salió de la tienda contento y entregó el saco con moras por el costo del traje. Se fue corriendo hasta la sede los caballeros. Razor había jugado con Klee en su "cárcel" junto a la oficina de Jean y la pequeña después le ayudó con una idea, ayudó a dibujar. Razor salió de ahí y fue a la oficina de [myloveminea11mine] teniendo varias ideas en la cabeza asociado a lo que había visto en la ciudad, sin embargo no era tonto, en seguida pasó por su cabeza lo que pudiera pasar si un adhesivo mal colocado o un pegamento mal secado manchaba uno de sus amados libros, solo se limitó a dejar sobre su escritorio y sin mover nada dos cosas, una calabaza de adorno y un pequeño contenedor con dulces que le había comprado. Al salir de la librería dejó en la puerta una calabaza mal cortada. Salió sintiéndose victorioso y satisfecho de su "misión".
    Me gusta
    Me encocora
    7
    2 turnos 0 maullidos
  • Me como palabras tengo dislexia y sueño
    Pero vamos con la actitud (?)
    - se durmió en el escritorio (?)-
    Me como palabras tengo dislexia y sueño Pero vamos con la actitud (?) - se durmió en el escritorio (?)-
    Me enjaja
    Me gusta
    Me shockea
    5
    0 turnos 0 maullidos
  • Reito: Capítulo I
    Fandom OC/Crossovers
    Categoría Acción
    "Ecos de Sangre"

    La lluvia caía sobre los callejones de Shinjuku con un ritmo casi ritual.
    El olor a óxido y sake viejo se mezclaba con el hedor metálico de la sangre reciente.
    Rei Arakawa avanzó entre los charcos, su abrigo oscuro pegado al cuerpo, la mano derecha firme sobre la empuñadura de su katana.

    El silencio fue roto por un rugido grave.
    No humano.
    No natural.

    —Otra bestia sin nombre… —murmuró con voz seca, sus ojos brillando levemente bajo la penumbra.

    De la sombra emergió un yokai deformado: piel gris, múltiples bocas, ojos que lloraban fuego.
    Un resto de pesadilla perdida en el mundo humano.
    Rei lo observó sin miedo, con el cansancio de quien ha visto esto demasiadas veces.

    La katana "Akai Tsume" brilló con un destello carmesí.
    El aire tembló.
    Y el rostro de Rei comenzó a distorsionarse.

    Su piel se resquebrajó como porcelana rota, revelando bajo ella una armadura viva.
    Los colmillos emergieron.
    Los ojos se encendieron como brasas.

    ☯ *Forma Oni activada.*

    Un rugido desgarró la lluvia, quebrando el silencio.
    El yokai intentó retroceder, pero ya era tarde.

    Rei se lanzó hacia adelante, moviéndose con velocidad inhumana.
    El primer corte partió el aire, el segundo la carne, y el tercero el alma.
    Los gritos de la criatura fueron arrastrados por el viento nocturno, mientras la energía espiritual se disolvía en chispas rojas.

    Por un instante, el Oni respiró con violencia, su cuerpo vibrando con poder y rabia.
    Su máscara se agrietó, dejando ver los ojos del hombre detrás.

    —No todos los demonios merecen morir… pero esta ciudad no distingue la diferencia —susurró, limpiando la hoja antes de envainarla.

    La lluvia siguió cayendo, como si intentara lavar el pecado de ambos mundos.
    Y Rei desapareció entre la niebla, dejando solo ecos de sangre en el asfalto.


    ─────────────────────────────

    El eco del rugido se desvaneció entre la lluvia.
    Poco a poco, la energía carmesí que envolvía su cuerpo comenzó a apagarse.
    La armadura orgánica se quebró en fragmentos de humo rojo, disipándose hasta revelar nuevamente el rostro humano de Rei Arakawa.
    Su respiración era pesada, los ojos aún brillaban con ese fulgor salvaje que tardaba en apagarse cada vez que regresaba del otro lado.

    —Otra noche más —susurró, como si intentara convencerse de que aún quedaba algo de humanidad en su voz.

    Envainó su katana y caminó hasta donde había dejado su motocicleta, bajo un letrero parpadeante que decía *“Ramen & Spirits”*.
    Encendió el motor, y la lluvia se reflejó en sus ojos mientras el ruido del escape se mezclaba con el del trueno.

    ─────────────────────────────

    Horas más tarde, el reloj de pared marcaba las 3:47 a.m.

    La oficina olía a incienso barato y a tabaco apagado.
    Montones de expedientes abiertos cubrían el escritorio de madera oscura, junto a una botella medio vacía de whisky japonés.
    Rei se dejó caer en la silla, soltando un suspiro largo que cargaba siglos de cansancio.

    Su mirada se perdió en el ventanal, donde las luces de Shinjuku temblaban bajo la tormenta.
    El reflejo en el vidrio le devolvía su rostro humano… pero por un instante, creyó ver la máscara Oni observándolo desde el otro lado.

    —Siempre ahí, ¿eh? —murmuró, encendiendo un cigarrillo—. Supongo que ya no me vas a dejar dormir.

    El humo formó espirales que se confundían con los recuerdos.
    Su teléfono antiguo, de disco, permanecía inmóvil sobre el escritorio.
    A su lado, un cartel gastado decía:

    *“Rei Arakawa — Casos imposibles, precios negociables.”*

    Rei apoyó los pies sobre la mesa, dejando que el silencio llenara la habitación.
    Sabía que no tardaría mucho antes de que alguien golpeara esa puerta para suplicar por ayuda...
    porque en Tokio, las sombras nunca duermen.
    "Ecos de Sangre" La lluvia caía sobre los callejones de Shinjuku con un ritmo casi ritual. El olor a óxido y sake viejo se mezclaba con el hedor metálico de la sangre reciente. Rei Arakawa avanzó entre los charcos, su abrigo oscuro pegado al cuerpo, la mano derecha firme sobre la empuñadura de su katana. El silencio fue roto por un rugido grave. No humano. No natural. —Otra bestia sin nombre… —murmuró con voz seca, sus ojos brillando levemente bajo la penumbra. De la sombra emergió un yokai deformado: piel gris, múltiples bocas, ojos que lloraban fuego. Un resto de pesadilla perdida en el mundo humano. Rei lo observó sin miedo, con el cansancio de quien ha visto esto demasiadas veces. La katana "Akai Tsume" brilló con un destello carmesí. El aire tembló. Y el rostro de Rei comenzó a distorsionarse. Su piel se resquebrajó como porcelana rota, revelando bajo ella una armadura viva. Los colmillos emergieron. Los ojos se encendieron como brasas. ☯ *Forma Oni activada.* Un rugido desgarró la lluvia, quebrando el silencio. El yokai intentó retroceder, pero ya era tarde. Rei se lanzó hacia adelante, moviéndose con velocidad inhumana. El primer corte partió el aire, el segundo la carne, y el tercero el alma. Los gritos de la criatura fueron arrastrados por el viento nocturno, mientras la energía espiritual se disolvía en chispas rojas. Por un instante, el Oni respiró con violencia, su cuerpo vibrando con poder y rabia. Su máscara se agrietó, dejando ver los ojos del hombre detrás. —No todos los demonios merecen morir… pero esta ciudad no distingue la diferencia —susurró, limpiando la hoja antes de envainarla. La lluvia siguió cayendo, como si intentara lavar el pecado de ambos mundos. Y Rei desapareció entre la niebla, dejando solo ecos de sangre en el asfalto. ───────────────────────────── El eco del rugido se desvaneció entre la lluvia. Poco a poco, la energía carmesí que envolvía su cuerpo comenzó a apagarse. La armadura orgánica se quebró en fragmentos de humo rojo, disipándose hasta revelar nuevamente el rostro humano de Rei Arakawa. Su respiración era pesada, los ojos aún brillaban con ese fulgor salvaje que tardaba en apagarse cada vez que regresaba del otro lado. —Otra noche más —susurró, como si intentara convencerse de que aún quedaba algo de humanidad en su voz. Envainó su katana y caminó hasta donde había dejado su motocicleta, bajo un letrero parpadeante que decía *“Ramen & Spirits”*. Encendió el motor, y la lluvia se reflejó en sus ojos mientras el ruido del escape se mezclaba con el del trueno. ───────────────────────────── Horas más tarde, el reloj de pared marcaba las 3:47 a.m. La oficina olía a incienso barato y a tabaco apagado. Montones de expedientes abiertos cubrían el escritorio de madera oscura, junto a una botella medio vacía de whisky japonés. Rei se dejó caer en la silla, soltando un suspiro largo que cargaba siglos de cansancio. Su mirada se perdió en el ventanal, donde las luces de Shinjuku temblaban bajo la tormenta. El reflejo en el vidrio le devolvía su rostro humano… pero por un instante, creyó ver la máscara Oni observándolo desde el otro lado. —Siempre ahí, ¿eh? —murmuró, encendiendo un cigarrillo—. Supongo que ya no me vas a dejar dormir. El humo formó espirales que se confundían con los recuerdos. Su teléfono antiguo, de disco, permanecía inmóvil sobre el escritorio. A su lado, un cartel gastado decía: 🩸 *“Rei Arakawa — Casos imposibles, precios negociables.”* Rei apoyó los pies sobre la mesa, dejando que el silencio llenara la habitación. Sabía que no tardaría mucho antes de que alguien golpeara esa puerta para suplicar por ayuda... porque en Tokio, las sombras nunca duermen.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    Me encocora
    Me endiabla
    3
    53 turnos 2 maullidos
  • La mansión de Aurelian Kwon yacía envuelta en la penumbra, como si incluso la noche temiera perturbar la calma del dios del fuego. Afuera, el viento se arrastraba entre los jardines de mármol y las estatuas de antiguos amantes petrificados, pero dentro… sólo reinaba el sonido suave del papel al deslizarse entre sus dedos.

    Una vela solitaria ardía sobre el escritorio de ónix, y su llama —dorada como su cabello— danzaba al ritmo de su respiración. La luz acariciaba su rostro, revelando los destellos carmesí de su mirada, esa mezcla imposible entre deseo y divinidad que pocos podían sostener sin perder el aliento.
    Frente a él, abierto sobre la superficie pulida, reposaba un manuscrito: su más reciente obra, aún oculta del mundo mortal. “El Himno del Cuerpo y del Alma.” Una historia que no solo narraba el encuentro entre dioses y hombres, sino el del fuego con la carne, el del deseo con la eternidad.

    Sus labios se curvaron en una sonrisa lenta, casi cruel, mientras su voz —grave, templada, hipnótica— empezó a recitar lo que había escrito:

    “Y cuando su aliento tocó mi piel, el universo ardió en silencio.
    No había cielo ni infierno, solo el cuerpo… solo el alma…
    y el fuego que los unía.”

    Las palabras parecieron despertar algo antiguo en la habitación. El aire se volvió cálido, la vela se alzó como si respondiera a su creador, y el resplandor del fuego empezó a dibujar formas —silhuetas efímeras de cuerpos entrelazados, besos que se disolvían en humo dorado.

    Aurelian observó su propia creación manifestarse ante él. No era magia, ni ilusión. Era la consecuencia natural de su poder. Todo lo que él imaginaba… ardía con vida.

    Se recostó en el sillón de cuero oscuro, dejando que el silencio se llenara de respiraciones ajenas, ecos de pasión que solo los dioses podían soportar. Cerró el manuscrito lentamente, dejando reposar su mano sobre la tapa, como si temiera liberar otra tormenta de fuego.

    —Ningún mortal está listo para esto aún —murmuró, su voz profunda rompiendo la quietud—. Ni siquiera los dioses deberían leerme cuando ardo.

    La llama titiló, como si lo desafiara. Y por un instante, en sus ojos dorados, se encendió un brillo nuevo: el del creador que no teme al pecado… porque él mismo es la tentación hecha carne.

    En algún rincón del cuarto, la oscuridad susurró su nombre —como si el propio deseo lo reclamara.
    Aurelian sonrió.
    Sabía que pronto, cuando la luna se rindiera al sol, el mundo entero conocería su obra… y ardería con ella.
    La mansión de Aurelian Kwon yacía envuelta en la penumbra, como si incluso la noche temiera perturbar la calma del dios del fuego. Afuera, el viento se arrastraba entre los jardines de mármol y las estatuas de antiguos amantes petrificados, pero dentro… sólo reinaba el sonido suave del papel al deslizarse entre sus dedos. Una vela solitaria ardía sobre el escritorio de ónix, y su llama —dorada como su cabello— danzaba al ritmo de su respiración. La luz acariciaba su rostro, revelando los destellos carmesí de su mirada, esa mezcla imposible entre deseo y divinidad que pocos podían sostener sin perder el aliento. Frente a él, abierto sobre la superficie pulida, reposaba un manuscrito: su más reciente obra, aún oculta del mundo mortal. “El Himno del Cuerpo y del Alma.” Una historia que no solo narraba el encuentro entre dioses y hombres, sino el del fuego con la carne, el del deseo con la eternidad. Sus labios se curvaron en una sonrisa lenta, casi cruel, mientras su voz —grave, templada, hipnótica— empezó a recitar lo que había escrito: “Y cuando su aliento tocó mi piel, el universo ardió en silencio. No había cielo ni infierno, solo el cuerpo… solo el alma… y el fuego que los unía.” Las palabras parecieron despertar algo antiguo en la habitación. El aire se volvió cálido, la vela se alzó como si respondiera a su creador, y el resplandor del fuego empezó a dibujar formas —silhuetas efímeras de cuerpos entrelazados, besos que se disolvían en humo dorado. Aurelian observó su propia creación manifestarse ante él. No era magia, ni ilusión. Era la consecuencia natural de su poder. Todo lo que él imaginaba… ardía con vida. Se recostó en el sillón de cuero oscuro, dejando que el silencio se llenara de respiraciones ajenas, ecos de pasión que solo los dioses podían soportar. Cerró el manuscrito lentamente, dejando reposar su mano sobre la tapa, como si temiera liberar otra tormenta de fuego. —Ningún mortal está listo para esto aún —murmuró, su voz profunda rompiendo la quietud—. Ni siquiera los dioses deberían leerme cuando ardo. La llama titiló, como si lo desafiara. Y por un instante, en sus ojos dorados, se encendió un brillo nuevo: el del creador que no teme al pecado… porque él mismo es la tentación hecha carne. En algún rincón del cuarto, la oscuridad susurró su nombre —como si el propio deseo lo reclamara. Aurelian sonrió. Sabía que pronto, cuando la luna se rindiera al sol, el mundo entero conocería su obra… y ardería con ella.
    Me gusta
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    || Orden cronológico de escritorios hasta ahora (?) :

    I) 𝐂𝐈𝐔𝐃𝐀𝐃 𝐃𝐄 𝐂𝐄𝐍𝐈𝐙𝐀𝐒 – 𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄 𝐈
    II) 𝐃𝐄𝐒𝐏𝐄𝐃𝐈𝐃𝐀𝐒 𝐘 𝐏𝐑𝐎𝐌𝐄𝐒𝐀𝐒
    III) 𝐉𝐀𝐍𝐄 𝐅𝐑𝐀𝐘
    IV) 𝐄𝐋 𝐉𝐔𝐑𝐀𝐌𝐄𝐍𝐓𝐎 𝐃𝐄 𝐀𝐅𝐑𝐎
    V) 𝐃𝐎𝐍𝐃𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐃𝐈𝐎𝐒𝐄𝐒 𝐍𝐎 𝐏𝐔𝐄𝐃𝐄𝐍 𝐕𝐄𝐑

    Esta serie de historias se desarrollan durante los eventos de la guerra de Troya, siguiendo a Afro hasta la antigua ciudad de Dardania. Ciudad hermana de Troya y uno de sus grandes aliados durante la guerra, y con quién Afro guardaría cierta relación y relevancia al ser ella madre de su más grande héroe: Eneas.

    Estos escritos no deben considerarse una replica exacta de los sucesos que se describen en la Iliada, ya que estoy metiendo parte de mi cuchara. Aquí, Afro poco a poco irá descubriendo su propia humanidad y aprenderá algunas lecciones que la llevarán a ser la diosa que conocemos hoy en día uwu
    || Orden cronológico de escritorios hasta ahora (?) : I) 𝐂𝐈𝐔𝐃𝐀𝐃 𝐃𝐄 𝐂𝐄𝐍𝐈𝐙𝐀𝐒 🔥 – 𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄 𝐈 II) 𝐃𝐄𝐒𝐏𝐄𝐃𝐈𝐃𝐀𝐒 𝐘 𝐏𝐑𝐎𝐌𝐄𝐒𝐀𝐒 🌸 III) 𝐉𝐀𝐍𝐄 𝐅𝐑𝐀𝐘 🍃 IV) 𝐄𝐋 𝐉𝐔𝐑𝐀𝐌𝐄𝐍𝐓𝐎 𝐃𝐄 𝐀𝐅𝐑𝐎 🌿 V) 𝐃𝐎𝐍𝐃𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐃𝐈𝐎𝐒𝐄𝐒 𝐍𝐎 𝐏𝐔𝐄𝐃𝐄𝐍 𝐕𝐄𝐑🌺 Esta serie de historias se desarrollan durante los eventos de la guerra de Troya, siguiendo a Afro hasta la antigua ciudad de Dardania. Ciudad hermana de Troya y uno de sus grandes aliados durante la guerra, y con quién Afro guardaría cierta relación y relevancia al ser ella madre de su más grande héroe: Eneas. Estos escritos no deben considerarse una replica exacta de los sucesos que se describen en la Iliada, ya que estoy metiendo parte de mi cuchara. Aquí, Afro poco a poco irá descubriendo su propia humanidad y aprenderá algunas lecciones que la llevarán a ser la diosa que conocemos hoy en día uwu :STK-5:
    Me encocora
    Me endiabla
    4
    0 comentarios 0 compartidos
  • —¿Y si me compro un yate? —se preguntó la chica de pésima responsabilidad financiera, mientras los sobres de deudas se seguían apilando en el escritorio de su estudio— al menos en altamar no hay empresas de electricidad que te corten el servicio...
    —¿Y si me compro un yate? —se preguntó la chica de pésima responsabilidad financiera, mientras los sobres de deudas se seguían apilando en el escritorio de su estudio— al menos en altamar no hay empresas de electricidad que te corten el servicio...
    Me gusta
    Me encocora
    Me enjaja
    6
    0 turnos 0 maullidos
  • 1 a 2 líneas por Semana
    Fandom
    The Dragon Prince
    Búsqueda de
    Rol
    Estado
    Disponible
    Se buscan a los personajes de la serie "The Dragon Prince", tengo esperanzas en que el anuncio de su nueva serie, "The Dragon King", reanime al fandom.
    Busco a cualquier personaje. Principal, secundario, elfos, humanos, magos... Cualquiera es bienvenido

    Puede ser un personaje que haya aparecido en la serie, los escritorios en su página oficial o incluso en sus novelas gráficas.
    Si bien ya hay unos pocos pj's del fandom acá, que se repitan no es problema. En este momento estamos:

    - Callum
    - Runaan
    - Ethari
    - Rayla
    - Aaravos

    Se pueden repetir o traer alguno que todavía no esté (que son muchísimos jajaja)

    No hay exigencias. Si no son de actividad constante o demoran en responder roles, no habrá problemas. Somos tranquilos y super pacientes (pero se agradecería si avisan)

    Por mi parte puedo asegurar una actividad media a alta por estar en hype con el fandom, aporte de ideas, ortografía decente, fangirlismo y novedades de The Dragon King (no me despego de las noticias (?), amistad y más.

    Se agradece muchísimo si me difunden la búsqueda 🫶
    Se buscan a los personajes de la serie "The Dragon Prince", tengo esperanzas en que el anuncio de su nueva serie, "The Dragon King", reanime al fandom. Busco a cualquier personaje. Principal, secundario, elfos, humanos, magos... Cualquiera es bienvenido Puede ser un personaje que haya aparecido en la serie, los escritorios en su página oficial o incluso en sus novelas gráficas. Si bien ya hay unos pocos pj's del fandom acá, que se repitan no es problema. En este momento estamos: - Callum - Runaan - Ethari - Rayla - Aaravos Se pueden repetir o traer alguno que todavía no esté (que son muchísimos jajaja) No hay exigencias. Si no son de actividad constante o demoran en responder roles, no habrá problemas. Somos tranquilos y super pacientes (pero se agradecería si avisan) Por mi parte puedo asegurar una actividad media a alta por estar en hype con el fandom, aporte de ideas, ortografía decente, fangirlismo y novedades de The Dragon King (no me despego de las noticias (?), amistad y más. Se agradece muchísimo si me difunden la búsqueda 🙏🫶💖
    0 comentarios 8 compartidos
Ver más resultados
Patrocinados