• En un rincón del comedor de la escuela de Basgiath, por fin termino mi talla de dragón. Una sonrisa de satisfacción y orgullo se impregna en mis labios, mostrando uno de mis hoyuelos. Alzo la vista hacia el ajetreado comedor, viendo los jinetes terminar de comer, con ansia por más aventuras. Y vuelvo a sonreír. Ellos también son mi orgullo. Mi familia.
    En un rincón del comedor de la escuela de Basgiath, por fin termino mi talla de dragón. Una sonrisa de satisfacción y orgullo se impregna en mis labios, mostrando uno de mis hoyuelos. Alzo la vista hacia el ajetreado comedor, viendo los jinetes terminar de comer, con ansia por más aventuras. Y vuelvo a sonreír. Ellos también son mi orgullo. Mi familia.
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  • Encuentros
    Fandom Mentes Criminales
    Categoría Drama
    "Los reencuentros son la prueba de que las almas que están destinadas a cruzarse, siempre encuentran el camino de regreso"

    -> starter con Jack Tessaro

    Con el paso de las semanas, el aniversario de los padres de Angie se acercó inexorablemente. Dentro de los Brooks se había creado una tradición que seguían todos los años; reunirse familiares y amigos en memoria de ellos. No era una reunión triste, más bien una velada en la que disfrutar de la compañía unos de otros.

    No sería el primer año que Jack era invitado a esa reunión, pero nunca apareció. Y lo cierto era que Angie no estaba por la labor de hacer sentir a su pareja que tenía la obligación de ir. Por lo que Angie solo dejó caer la invitación sin presiones un par de semanas antes, dándole tiempo a Jack de tomarse ese fin de semana junto a ella.

    Obviamente, Angie había presentado una solicitud para librar ese fin de semana por motivos personales. La cual fue aceptada.

    Según se iban acercando los días, el humor de la joven fue variando. Intentaba ser la chica de siempre, y estar de buen humor, pero los recuerdos venían prácticamente cada noche para tirar por el suelo todos sus intentos de estar de buen humor. Terminando por perder la partida en más de una ocasión, y mostrarse irascible, apática, callada o simplemente mostraba sonrisas que escondían la tristeza que sentía.

    Un par de noches antes de la reunión familiar, Angie se despertó a las tantas de la noche a causa de una pesadilla. Como había estado haciendo en las últimas ocasiones, se levantó para prepararse un cacao caliente y así intentar calmar su angustia.

    – No, Willow, quédate con papá durmiendo… –

    Intentó hacer el mínimo ruido posible para no despertar a Jack cuando cogió un vaso del lavaplatos en el que calentar la leche en la que echaría el cacao en polvo. Una vez que terminó, y con la taza entre sus manos, se sentó en el sofá tras tomar uno de los álbumes familiares.

    Escuchó unos pasos que la sobresaltaron. Se giró para ver a un Jack adormilado, y que se echaba el pelo hacía atrás. Le dedicó una suave media sonrisa de disculpa por si le había despertado.

    – Lo siento… – se disculpó, y levantó dejando su taza sobre la mesa auxiliar del comedor – ¿Quieres una taza de chocolate? – preguntó, y ante la respuesta de Jack, de ir él a prepararse la taza, ella le detuvo con la mano en alto en un simple gesto – No, no,... ya voy yo… Toma el gesto como una disculpa por ser la novia más borde de la faz de la tierra… – dijo, haciendo referencia a sus cortantes respuestas a lo largo del día pasado.

    Le preparó el chocolate a Jack, que ya estaba sentado en el sofá con el álbum que había dejado la joven, y se lo entregó a su chico en cuanto terminó de prepararlo, reuniéndose con él.

    – Toma mi ofrenda de paz… Te prometo que dejaré mis malos humos bien guardados… – prometió, y se sentó junto a él apoyando su cabeza en el hombro de Jack para poder ver juntos las fotos.

    Una de las primeras fotos eran los padres de Angie posando para la fiesta de graduación.

    – Uyyy, qué guapos estaban… Y juraría que esa fue la noche de mi creación… – dijo Angie con una suave risa, comentando la foto.

    La siguiente foto a los padres de Angie, era una grupal en la que también aparecía Jack.

    – Debo de quejarme formalmente por mi generación… Qué guapos estaban todos. Sé sincero, esa noche te ligaste a todas las chicas, y decidiste que ese sería tu look oficial… creando así la duda de si el traje se hizo para Jack, o Jack se hizo para el traje – dijo en broma a medias – vivan los trajes de raya diplomática –

    Siguieron pasando las fotos lentamente, comentando algunos detalles de ellas. Jack añadió historias y datos que Angie desconocía, y la propia Angie le habló de algunos detalles que parecía que Jack tampoco conocía.

    – Y sí, esta es la prueba de que intenté aprender a tocar guitarra. Tenía más posibilidades de aprender a cazar moscas con palillos a lo Jackie Chan que tocar cuatro notas seguidas… – comentó bromeando sobre su falta de talento con respecto a los instrumentos musicales – y como te iba diciendo antes, creo que debería estar por aquí mi foto postureo tocando el piano… – siguió diciendo – sí, aquí está… – dijo extrañada al faltar una foto suya de su primera graduación – vaya… He perdido mi foto de mi primera graduación… –.

    Cuando terminaron de ver las fotos, Angie se levantó para recoger las tazas de los chocolates y llevarlos a la pila. Se giró encontrando a Jack de frente y le dedicó una suave sonrisa, terminando por colocar sus brazos alrededor de los hombros masculinos.

    – En unas horas vas a estar muerto de sueño por mi culpa… – admitió, seguidamente se elevó sobre los dedos de sus pies para poder llegar a la altura de Jack y dejar un beso en los labios masculinos – y no es demasiado justo… Siento cómo me estoy portando contigo estos días… Y no quiero ser la novia pesada que te obliga a algo que no te apetece, y eres libre de decir que no, pero… quiero que vengas. Todos quieren que vengas… Lo que quiero decir es que eres más que bienvenido… Además, va a estar muy bien. Seréis un grupo de cuarentones recordando viejos tiempos con música de fondo… Cocinará Lana su plato estrella, Luke hará sus habituales bromas, Jeremy nos hará de dj, y yo disfrutaré de ver cómo todavía os creéis jóvenes… después, llegará el momento de Lana y su interrogatorio… - esbozó una amplia y fingida sonrisa antes de concluir - creo que, al final, voy a ser yo la que me baje del barco -.

    – Lo más aburrido será pasar por el cementerio a dejar el ramo de flores… Además, creo que tu mejor amigo se merece una explicación de por qué te llevas a la cama a su hija sin ni siquiera un anillo en el dedo… - bromeó.

    Dos días después, tras pasar prácticamente una semana encerrados en las oficinas del FBI entre papeles, y ayudando a otras comisarías con sus respectivos casos al pasar los miembros el perfil a modo de guía, el fin de semana se dejaba ver.

    – Pues, creo que tengo ya lista la maleta… – le comentó Angie a Jack, terminando por cerrar una pequeña maleta de mano con una muda por si era necesario. – Voy a ponerle agua fresca a mi niña, y una latita… – dijo, acariciando a Willow que se dedicaba a llamar su atención entre ronroneos – sí… de salmón… –.

    Tras dejar todo listo para la gata, regresó a la habitación junto a Jack. Se cambió de ropa poniéndose el pijama esperando a su pareja bajo las sábanas – Estoy agotada… por suerte, esta semana nos hemos librado del jet lag y las chicas quieren quedar la próxima semana para salir, y… ¿Sabes quién se va a emborrachar? – preguntó sin esperar una respuesta realmente - ¡Sí! Yo. – se movió en la cama para apartar las sábanas para Jack cuando fue a meterse – La verdad es que luego, seguramente, sea una buena chica y solo me tome un par de copas… o puede que nos juntemos todos, como la última vez –. se volvió a tumbar en la cama, girándose para Jack. Tener una conversación trivial por la noche, antes de dormir, la ayudaba a mantener a raya sus pensamientos, sus sentimientos, y las pesadillas. Además, era el momento de ambos, de conectar lejos del trabajo. Solo ellos, y conversaciones banales.
    "Los reencuentros son la prueba de que las almas que están destinadas a cruzarse, siempre encuentran el camino de regreso" -> starter con [NotAMindRcader] Con el paso de las semanas, el aniversario de los padres de Angie se acercó inexorablemente. Dentro de los Brooks se había creado una tradición que seguían todos los años; reunirse familiares y amigos en memoria de ellos. No era una reunión triste, más bien una velada en la que disfrutar de la compañía unos de otros. No sería el primer año que Jack era invitado a esa reunión, pero nunca apareció. Y lo cierto era que Angie no estaba por la labor de hacer sentir a su pareja que tenía la obligación de ir. Por lo que Angie solo dejó caer la invitación sin presiones un par de semanas antes, dándole tiempo a Jack de tomarse ese fin de semana junto a ella. Obviamente, Angie había presentado una solicitud para librar ese fin de semana por motivos personales. La cual fue aceptada. Según se iban acercando los días, el humor de la joven fue variando. Intentaba ser la chica de siempre, y estar de buen humor, pero los recuerdos venían prácticamente cada noche para tirar por el suelo todos sus intentos de estar de buen humor. Terminando por perder la partida en más de una ocasión, y mostrarse irascible, apática, callada o simplemente mostraba sonrisas que escondían la tristeza que sentía. Un par de noches antes de la reunión familiar, Angie se despertó a las tantas de la noche a causa de una pesadilla. Como había estado haciendo en las últimas ocasiones, se levantó para prepararse un cacao caliente y así intentar calmar su angustia. – No, Willow, quédate con papá durmiendo… – Intentó hacer el mínimo ruido posible para no despertar a Jack cuando cogió un vaso del lavaplatos en el que calentar la leche en la que echaría el cacao en polvo. Una vez que terminó, y con la taza entre sus manos, se sentó en el sofá tras tomar uno de los álbumes familiares. Escuchó unos pasos que la sobresaltaron. Se giró para ver a un Jack adormilado, y que se echaba el pelo hacía atrás. Le dedicó una suave media sonrisa de disculpa por si le había despertado. – Lo siento… – se disculpó, y levantó dejando su taza sobre la mesa auxiliar del comedor – ¿Quieres una taza de chocolate? – preguntó, y ante la respuesta de Jack, de ir él a prepararse la taza, ella le detuvo con la mano en alto en un simple gesto – No, no,... ya voy yo… Toma el gesto como una disculpa por ser la novia más borde de la faz de la tierra… – dijo, haciendo referencia a sus cortantes respuestas a lo largo del día pasado. Le preparó el chocolate a Jack, que ya estaba sentado en el sofá con el álbum que había dejado la joven, y se lo entregó a su chico en cuanto terminó de prepararlo, reuniéndose con él. – Toma mi ofrenda de paz… Te prometo que dejaré mis malos humos bien guardados… – prometió, y se sentó junto a él apoyando su cabeza en el hombro de Jack para poder ver juntos las fotos. Una de las primeras fotos eran los padres de Angie posando para la fiesta de graduación. – Uyyy, qué guapos estaban… Y juraría que esa fue la noche de mi creación… – dijo Angie con una suave risa, comentando la foto. La siguiente foto a los padres de Angie, era una grupal en la que también aparecía Jack. – Debo de quejarme formalmente por mi generación… Qué guapos estaban todos. Sé sincero, esa noche te ligaste a todas las chicas, y decidiste que ese sería tu look oficial… creando así la duda de si el traje se hizo para Jack, o Jack se hizo para el traje – dijo en broma a medias – vivan los trajes de raya diplomática – Siguieron pasando las fotos lentamente, comentando algunos detalles de ellas. Jack añadió historias y datos que Angie desconocía, y la propia Angie le habló de algunos detalles que parecía que Jack tampoco conocía. – Y sí, esta es la prueba de que intenté aprender a tocar guitarra. Tenía más posibilidades de aprender a cazar moscas con palillos a lo Jackie Chan que tocar cuatro notas seguidas… – comentó bromeando sobre su falta de talento con respecto a los instrumentos musicales – y como te iba diciendo antes, creo que debería estar por aquí mi foto postureo tocando el piano… – siguió diciendo – sí, aquí está… – dijo extrañada al faltar una foto suya de su primera graduación – vaya… He perdido mi foto de mi primera graduación… –. Cuando terminaron de ver las fotos, Angie se levantó para recoger las tazas de los chocolates y llevarlos a la pila. Se giró encontrando a Jack de frente y le dedicó una suave sonrisa, terminando por colocar sus brazos alrededor de los hombros masculinos. – En unas horas vas a estar muerto de sueño por mi culpa… – admitió, seguidamente se elevó sobre los dedos de sus pies para poder llegar a la altura de Jack y dejar un beso en los labios masculinos – y no es demasiado justo… Siento cómo me estoy portando contigo estos días… Y no quiero ser la novia pesada que te obliga a algo que no te apetece, y eres libre de decir que no, pero… quiero que vengas. Todos quieren que vengas… Lo que quiero decir es que eres más que bienvenido… Además, va a estar muy bien. Seréis un grupo de cuarentones recordando viejos tiempos con música de fondo… Cocinará Lana su plato estrella, Luke hará sus habituales bromas, Jeremy nos hará de dj, y yo disfrutaré de ver cómo todavía os creéis jóvenes… después, llegará el momento de Lana y su interrogatorio… - esbozó una amplia y fingida sonrisa antes de concluir - creo que, al final, voy a ser yo la que me baje del barco -. – Lo más aburrido será pasar por el cementerio a dejar el ramo de flores… Además, creo que tu mejor amigo se merece una explicación de por qué te llevas a la cama a su hija sin ni siquiera un anillo en el dedo… - bromeó. Dos días después, tras pasar prácticamente una semana encerrados en las oficinas del FBI entre papeles, y ayudando a otras comisarías con sus respectivos casos al pasar los miembros el perfil a modo de guía, el fin de semana se dejaba ver. – Pues, creo que tengo ya lista la maleta… – le comentó Angie a Jack, terminando por cerrar una pequeña maleta de mano con una muda por si era necesario. – Voy a ponerle agua fresca a mi niña, y una latita… – dijo, acariciando a Willow que se dedicaba a llamar su atención entre ronroneos – sí… de salmón… –. Tras dejar todo listo para la gata, regresó a la habitación junto a Jack. Se cambió de ropa poniéndose el pijama esperando a su pareja bajo las sábanas – Estoy agotada… por suerte, esta semana nos hemos librado del jet lag y las chicas quieren quedar la próxima semana para salir, y… ¿Sabes quién se va a emborrachar? – preguntó sin esperar una respuesta realmente - ¡Sí! Yo. – se movió en la cama para apartar las sábanas para Jack cuando fue a meterse – La verdad es que luego, seguramente, sea una buena chica y solo me tome un par de copas… o puede que nos juntemos todos, como la última vez –. se volvió a tumbar en la cama, girándose para Jack. Tener una conversación trivial por la noche, antes de dormir, la ayudaba a mantener a raya sus pensamientos, sus sentimientos, y las pesadillas. Además, era el momento de ambos, de conectar lejos del trabajo. Solo ellos, y conversaciones banales.
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  • 𝓲𝐧𝐭𝐞𝐫𝐚𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧
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    ❛ ¿Y ahora qué? ❜ Ruby pregunta, Se queja al removerse y sentir como sus manos atadas solo la incomodaban más.

    La culpa era suya, Había visto su propiedad, y cegada por su propio ego no es capaz de detectar una amenaza, Subestimando a la persona. Ruby solo quería divertirse un poco allanando el lugar pero ahora ahí estaba, Atada de brazos en una silla de comedor.
    ❛ ¿Y ahora qué? ❜ Ruby pregunta, Se queja al removerse y sentir como sus manos atadas solo la incomodaban más. La culpa era suya, Había visto su propiedad, y cegada por su propio ego no es capaz de detectar una amenaza, Subestimando a la persona. Ruby solo quería divertirse un poco allanando el lugar pero ahora ahí estaba, Atada de brazos en una silla de comedor.
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  • —...

    Aquella mañana Monika se encontraba pensativa; decidió ponerse su antiguo uniforme del instituto y se acomodó en el comedor junto a la ventana; una calida brisa acarició su rostro mientras jugueteaba con la pluma en su mano. Tenia ganas de escribir pero ninguna idea terminaba de tomar forma en su cabeza; frases inconclusas, prosa carente de atractivo... pasaba por un pequeño bloqueo. Ni siquiera estaba segura si quería escribir un Poema o un Cuento; creyó que aquel uniforme le ayudaria a pensar pero no estaba siendo de mucha utilidad.

    Por un momento sintió el deseo de volver a aquella Aula donde habia empezado todo, tan solo quizá eso le brindaría algo de la inspiración que alguna vez tuvo en aquellos años del club de literatura. O quizá era solo la nostalgia.
    —... Aquella mañana Monika se encontraba pensativa; decidió ponerse su antiguo uniforme del instituto y se acomodó en el comedor junto a la ventana; una calida brisa acarició su rostro mientras jugueteaba con la pluma en su mano. Tenia ganas de escribir pero ninguna idea terminaba de tomar forma en su cabeza; frases inconclusas, prosa carente de atractivo... pasaba por un pequeño bloqueo. Ni siquiera estaba segura si quería escribir un Poema o un Cuento; creyó que aquel uniforme le ayudaria a pensar pero no estaba siendo de mucha utilidad. Por un momento sintió el deseo de volver a aquella Aula donde habia empezado todo, tan solo quizá eso le brindaría algo de la inspiración que alguna vez tuvo en aquellos años del club de literatura. O quizá era solo la nostalgia.
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  • Jill Valentine

    Capítulo 1

    "Lo que queda de nosotros"

    Habían pasado un par de meses apenas de que Joel entregó a Ellie a las luciérnagas. Aún no habían noticias de la supuesta cura.

    A pesar de todo, Joel no había dejado de pensar en Ellie, en lo que había vivido con esa pequeña y la conciencia le remordía; incluso en noches no podía conciliar el sueño hasta quedar totalmente agotado.

    Llevaba un par de semanas lejos de Jacksonville. Había encontrado una escuela abandonada y limpia de infectados dónde se había quedado todo ese tiempo. Por fortuna, cerca de ese lugar habían algunas ciudades dónde en algunos supermercados quedaban productos enlatados con vigencia en la caducidad. Solo era cuestión de caminar hacia dichos lugares. El problema radicaba en que por la noche, seres que Joel no reconocía vagaban constantemente, solo ahuyentados por las fogatas con las que solía acordonar el lugar.

    Con el conocimiento del terreno, Joel había dibujado un mapa en una de las paredes del comedor del instituto. Por el día vigilaba los alrededores e interiores del edificio en busca de alguna brecha que pudiera dejar pasar aquellas criaturas. No las conocía y por supuesto que no le gustaría estar cerca de ellas para ello.

    Era medio día, cuando Joel se encontraba en los alrededores de la escuela, se había adentrado un kilómetro bosque adentro para ver si podía cazar algún animal que sirviera de alimento.
    [Valentine1] Capítulo 1 "Lo que queda de nosotros" Habían pasado un par de meses apenas de que Joel entregó a Ellie a las luciérnagas. Aún no habían noticias de la supuesta cura. A pesar de todo, Joel no había dejado de pensar en Ellie, en lo que había vivido con esa pequeña y la conciencia le remordía; incluso en noches no podía conciliar el sueño hasta quedar totalmente agotado. Llevaba un par de semanas lejos de Jacksonville. Había encontrado una escuela abandonada y limpia de infectados dónde se había quedado todo ese tiempo. Por fortuna, cerca de ese lugar habían algunas ciudades dónde en algunos supermercados quedaban productos enlatados con vigencia en la caducidad. Solo era cuestión de caminar hacia dichos lugares. El problema radicaba en que por la noche, seres que Joel no reconocía vagaban constantemente, solo ahuyentados por las fogatas con las que solía acordonar el lugar. Con el conocimiento del terreno, Joel había dibujado un mapa en una de las paredes del comedor del instituto. Por el día vigilaba los alrededores e interiores del edificio en busca de alguna brecha que pudiera dejar pasar aquellas criaturas. No las conocía y por supuesto que no le gustaría estar cerca de ellas para ello. Era medio día, cuando Joel se encontraba en los alrededores de la escuela, se había adentrado un kilómetro bosque adentro para ver si podía cazar algún animal que sirviera de alimento.
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  • +estando sentando en su oficina con la botellita de Elixir, que le abría llevado el demonio sombra de su cuñado, ꧁༒☬𝓐𝓛𝓐𝓢𝓣𝓞𝓡 𝓡𝓔𝓓 𝓓𝓔𝓜𝓞𝓝 𝓞𝓥𝓔𝓡𝓛𝓞𝓡𝓓☬༒꧂ estaría jugando con esta de forma distraída entre sus manos+

    Tuz puedes ver si la radio que dejo mi cuñado en el comedor sigue en ese lugar y traerla, que siento que un comedor no es indicado para algo así dejala aquí en el estudió

    Tuz: como ordene mi señor iré a checar

    Muchas gracias

    +Deja lo botella en la mesa y se gira para ver por el ventanal la extensión de su dominó+
    +estando sentando en su oficina con la botellita de Elixir, que le abría llevado el demonio sombra de su cuñado, [legend_crimson_rabbit_440] estaría jugando con esta de forma distraída entre sus manos+ Tuz puedes ver si la radio que dejo mi cuñado en el comedor sigue en ese lugar y traerla, que siento que un comedor no es indicado para algo así dejala aquí en el estudió Tuz: como ordene mi señor iré a checar Muchas gracias +Deja lo botella en la mesa y se gira para ver por el ventanal la extensión de su dominó+
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  • +siguiendo a unos unos diablillos, en sus rutinas en el palacio, mucho se ofrencen a buscarle lo que esté necesité, más el solo niega con sus manos ya que no le gusta dar órdenes donde no le compete, por lo que el mismo recorre el lugar algo curioso, llegando finalmente a la cocina, opta por sentarse en una mesita junto a los demás diablillos que lo ven con cara de porque hace eso

    (Maldita costumbre del comedor de la academia de entrenamiento, solo Tuz no se espanta de la forma peculiar de ser de su "amo")

    Termina por levantarse en lo que ve que el café está listo toma una taza y se aleja de la cocina con la misma en la mano bebiendo su contenido+

    Supongo que habrá campo de entrenamiento dudo que Luci solo piense en tener cositas con su marido y no en entrenar verdad?

    +Seguiría caminando por el castillo buscando un campo de entrenamiento o un gimnasio+
    +siguiendo a unos unos diablillos, en sus rutinas en el palacio, mucho se ofrencen a buscarle lo que esté necesité, más el solo niega con sus manos ya que no le gusta dar órdenes donde no le compete, por lo que el mismo recorre el lugar algo curioso, llegando finalmente a la cocina, opta por sentarse en una mesita junto a los demás diablillos que lo ven con cara de porque hace eso (Maldita costumbre del comedor de la academia de entrenamiento, solo Tuz no se espanta de la forma peculiar de ser de su "amo") Termina por levantarse en lo que ve que el café está listo toma una taza y se aleja de la cocina con la misma en la mano bebiendo su contenido+ Supongo que habrá campo de entrenamiento dudo que Luci solo piense en tener cositas con su marido y no en entrenar verdad? +Seguiría caminando por el castillo buscando un campo de entrenamiento o un gimnasio+
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Primera planta—Comedor

    𝐆𝐑𝐀𝐘𝐒𝐎𝐍 𝐀𝐑𝐆𝐄𝐍𝐓
    Primera planta—Comedor [ThxArgent91]
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    Distribución del ático :

    Primera planta : Comedor ~ cocina
    Junto a estos están los despachos individuales del matrimonio y hay un baño pequeño

    Segunda planta : Dormitorio principal, junto a este el baño de la pareja , el vestidor que ocupa el mismo espacio que el dormitorio, en este está el tocador de Mitsuru.
    Luego hay una habitación bastante grande pero vacía actualmente.

    Tercera planta : Gimnasio privado
    Cuarta planta : piscina climatizada

    Akihiko Sanada
    Distribución del ático : Primera planta : Comedor ~ cocina Junto a estos están los despachos individuales del matrimonio y hay un baño pequeño Segunda planta : Dormitorio principal, junto a este el baño de la pareja , el vestidor que ocupa el mismo espacio que el dormitorio, en este está el tocador de Mitsuru. Luego hay una habitación bastante grande pero vacía actualmente. Tercera planta : Gimnasio privado Cuarta planta : piscina climatizada [Sanada_Thcx]
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  • #MonoRol | La ira de una infancia rota

    Habían pasado aproximadamente dos meses desde la muerte de su madre, y la pequeña Illyiv estaba sentada sobre el pasto seco, mirando la calle frente a ella a través de la reja de la puerta del orfanato al que la habían transferido. El aire estaba cargado con el olor a tierra y hojas secas, y el sol del ocaso bañaba su pálida piel creando reflejos cálidos en ella. A través de la reja, el mundo exterior parecía tan cercano, y a su vez, inalcanzable. Mientras observaba a los transeúntes y los vehículos pasar, un pensamiento sombrío cruzó su mente: "Nunca salí de la prisión, la prisión simplemente cambió de lugar."

    El orfanato era un lugar sombrío y frio, las paredes eran grises y los pasillos eran largos y oscuros. Las habitaciones eran pequeñas y desprovistas de decoración, le recordaban a las habitaciones de la casa en la que había vivido, lo que reforzaba la sensación de estar en una prisión. La rutina diaria era estricta, con horarios rígidos para comer, dormir y realizar actividades. Cada día se desarrollaba con una monotonía agotadora, Illyiv se sentía atrapada y sin control sobre su propia vida.

    En los primeros días, trató de mantenerse apartada de los otros niños. Había pasado tanto tiempo encerrada en casa que no estaba acostumbrada a socializar, en tiempos pasados había ansiado poder compartir con otros niños y tener amigos, pero ahora aquellas ganas se habían desvanecido por completo. El vacío que inundaba cada rincón de su ser la hacían sentir como si estuviera muerta; como si ahora fuera solo un espíritu que vaga por el mundo limitándose a ser tan solo una espectadora. Los traumas de su pasado, el asesinato de su madre y sus constante abusos la habían convertido en una niña retraída y silenciosa. Sus ojos oscuros, que reflejaban una tristeza profunda, eran un contraste inquietante con su cabello blanco como la nieve.

    Sin embargo, su actitud reservada solo atrajo más atención negativa. Los otros niños se dieron cuenta rápidamente de su aislamiento y comenzaron a burlarse de ella. En el comedor, durante el recreo, en cualquier oportunidad que tenían, las burlas no cesaban.

    —¡Miren a la rara! —gritaba una niña mientras Illyiv pasaba, señalándola y riéndose junto a otras dos niñas—. ¿Qué te pasó en la espalda, monstruo?

    Las voces de los niños resonaban en la mente de Illyiv, aturdiéndola. Se sentía abrumada, confusa, sin entender por qué era diferente y por qué no podía encajar. Las heridas de quemaduras en su espalda, resultado de los castigos de su madre, eran un recordatorio constante de su doloroso pasado, pero ahora también se habían convertido en motivo de burlas.

    Una tarde, mientras estaba sentada en el patio, absorta en sus pensamientos, tres niñas se le acercaron. La líder del grupo, una niña robusta de cabello rizado y piel tostada, se paró frente a ella con una expresión burlona.

    —¿Qué haces aquí sentada sola, monstruo? —preguntó con un tono despectivo.

    —... —un breve silencio inundó la escena, Illyiv las miraba con la mirada vacía, y luego añadió—: Podrían simplemente ignorar mi presencia... —su voz débil, vacía, casi un susurró en el viento.

    Las dos niñas que acompañaban a la líder comenzaron a reír, disfrutando de la incomodidad de Illyiv.

    —¡Miren cómo se encoge! ¡Parece una ratita asustada! —exclamó una niña rubia y delgada, que se encontraba a un lado de la líder del grupo, y tras su comentario las tres niñas rieron a carcajadas.

    Illyiv sintió su mente abrumada, como si un torbellino de emociones la envolviera. No entendía por qué la trataban así, no entendía por qué no podía ser como los demás niños. Las palabras de su madre resonaban en su mente: "Qué débil es tu cuerpo." Esas palabras, junto con las burlas, la atormentaban sin descanso.

    —¿Es por eso que mi mamá no quería que me juntara con otros niños? —murmuró Illyiv para sí misma, sintiendo una mezcla de tristeza y rabia.

    La líder del grupo se acercó más, invadiendo el espacio personal de la pequeña peliblanca.

    —¿Que dijiste? ¿Por qué no hablas más fuerte, monstruo? ¿Tienes miedo? —provocó, inclinándose hacia ella.

    Aquellas voces seguían colándose en su mente, las risas se escuchaban de fondo, repitiéndose como ecos que buscaban atormentarla, la pequeña niña de cabello blanco sentía como si su mente pudiera explotar en cualquier momento, su cabeza le dolía. Apretó sus puños, sintiendo como sus propias uñas se clavaban en la suave piel de sus manos, sentía rabia, tristeza, confusión, enojo, irá, frustración, una mezcla de emociones que nisiquiera era capaz de identificar en aquel instante tan breve, su corazón latía como si fuera a salir de su pecho y sentía muchas ganas de llorar, pero en lugar de eso, de repente, en un impulso salvaje y errático, Illyiv se abalanzó sobre la niña. La niña robusta tenía un cuerpo más fuerte, pero Illyiv, fortalecida por los entrenamientos de ballet, se movía con una fuerza inesperada. Ambas cayeron al suelo. Sus pensamientos se nublaron, y solo pudo actuar en base a la ira y frustración acumulada.

    Sus manos, echas puños, comenzaron a estrellarse contra la figura robusta de aquella niña rizada. La niña intentaba defenderse y esquivar sus golpes, pero la pequeña que estaba sobre ella era rápida y tenía una fuerza descomunal, casi como si estuviera poseída, como si una fuerza oscura la impulsara. Las otras dos niñas intentaron quitar a Illyiv de encima de su amiga, pero fue inútil. Illyiv estaba fuera de control, moviéndose con la fuerza de la desesperación. En un momento de furia ciega, arañó la cara de la niña, dejando marcas profundas, sintiendo como aquella capa de piel superficial había quedado atrapada en sus propias uñas.

    La niña rizada, tenía el rostro lleno de lágrimas y su mejilla ensangrentada. Illyiv, con los ojos vidriosos, parecía ajena al caos que había desatado. Los gritos y lloriqueos llenaron el aire, creando una atmósfera de pánico. La niña herida comenzó a llorar, y las otras dos niñas gritaron pidiendo ayuda. Los adultos llegaron corriendo, separando a Illyiv de la niña herida.

    —¡Illyiv, basta! —gritó uno de los cuidadores, sujetándola con fuerza.

    Con la respiración agitada, sus manos temblando, y los ojos llenos de furia, Illyiv fue llevada a una habitación aislada como castigo. Sentada en la oscuridad, sentía una mezcla de emociones: rabia, tristeza, confusión. Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro, pero no emitió ningún sonido, en cambio, se dejó hundir en un mar de emociones contradictorias. Una vez más, sabía que llorar no cambiaría nada.

    Mientras la noche caía, Illyiv se acurrucó en la cama, cerrando los ojos y deseando que todo fuera diferente, desconociendo por completo que pronto, su vida estaba por cambiar.
    #MonoRol | La ira de una infancia rota Habían pasado aproximadamente dos meses desde la muerte de su madre, y la pequeña Illyiv estaba sentada sobre el pasto seco, mirando la calle frente a ella a través de la reja de la puerta del orfanato al que la habían transferido. El aire estaba cargado con el olor a tierra y hojas secas, y el sol del ocaso bañaba su pálida piel creando reflejos cálidos en ella. A través de la reja, el mundo exterior parecía tan cercano, y a su vez, inalcanzable. Mientras observaba a los transeúntes y los vehículos pasar, un pensamiento sombrío cruzó su mente: "Nunca salí de la prisión, la prisión simplemente cambió de lugar." El orfanato era un lugar sombrío y frio, las paredes eran grises y los pasillos eran largos y oscuros. Las habitaciones eran pequeñas y desprovistas de decoración, le recordaban a las habitaciones de la casa en la que había vivido, lo que reforzaba la sensación de estar en una prisión. La rutina diaria era estricta, con horarios rígidos para comer, dormir y realizar actividades. Cada día se desarrollaba con una monotonía agotadora, Illyiv se sentía atrapada y sin control sobre su propia vida. En los primeros días, trató de mantenerse apartada de los otros niños. Había pasado tanto tiempo encerrada en casa que no estaba acostumbrada a socializar, en tiempos pasados había ansiado poder compartir con otros niños y tener amigos, pero ahora aquellas ganas se habían desvanecido por completo. El vacío que inundaba cada rincón de su ser la hacían sentir como si estuviera muerta; como si ahora fuera solo un espíritu que vaga por el mundo limitándose a ser tan solo una espectadora. Los traumas de su pasado, el asesinato de su madre y sus constante abusos la habían convertido en una niña retraída y silenciosa. Sus ojos oscuros, que reflejaban una tristeza profunda, eran un contraste inquietante con su cabello blanco como la nieve. Sin embargo, su actitud reservada solo atrajo más atención negativa. Los otros niños se dieron cuenta rápidamente de su aislamiento y comenzaron a burlarse de ella. En el comedor, durante el recreo, en cualquier oportunidad que tenían, las burlas no cesaban. —¡Miren a la rara! —gritaba una niña mientras Illyiv pasaba, señalándola y riéndose junto a otras dos niñas—. ¿Qué te pasó en la espalda, monstruo? Las voces de los niños resonaban en la mente de Illyiv, aturdiéndola. Se sentía abrumada, confusa, sin entender por qué era diferente y por qué no podía encajar. Las heridas de quemaduras en su espalda, resultado de los castigos de su madre, eran un recordatorio constante de su doloroso pasado, pero ahora también se habían convertido en motivo de burlas. Una tarde, mientras estaba sentada en el patio, absorta en sus pensamientos, tres niñas se le acercaron. La líder del grupo, una niña robusta de cabello rizado y piel tostada, se paró frente a ella con una expresión burlona. —¿Qué haces aquí sentada sola, monstruo? —preguntó con un tono despectivo. —... —un breve silencio inundó la escena, Illyiv las miraba con la mirada vacía, y luego añadió—: Podrían simplemente ignorar mi presencia... —su voz débil, vacía, casi un susurró en el viento. Las dos niñas que acompañaban a la líder comenzaron a reír, disfrutando de la incomodidad de Illyiv. —¡Miren cómo se encoge! ¡Parece una ratita asustada! —exclamó una niña rubia y delgada, que se encontraba a un lado de la líder del grupo, y tras su comentario las tres niñas rieron a carcajadas. Illyiv sintió su mente abrumada, como si un torbellino de emociones la envolviera. No entendía por qué la trataban así, no entendía por qué no podía ser como los demás niños. Las palabras de su madre resonaban en su mente: "Qué débil es tu cuerpo." Esas palabras, junto con las burlas, la atormentaban sin descanso. —¿Es por eso que mi mamá no quería que me juntara con otros niños? —murmuró Illyiv para sí misma, sintiendo una mezcla de tristeza y rabia. La líder del grupo se acercó más, invadiendo el espacio personal de la pequeña peliblanca. —¿Que dijiste? ¿Por qué no hablas más fuerte, monstruo? ¿Tienes miedo? —provocó, inclinándose hacia ella. Aquellas voces seguían colándose en su mente, las risas se escuchaban de fondo, repitiéndose como ecos que buscaban atormentarla, la pequeña niña de cabello blanco sentía como si su mente pudiera explotar en cualquier momento, su cabeza le dolía. Apretó sus puños, sintiendo como sus propias uñas se clavaban en la suave piel de sus manos, sentía rabia, tristeza, confusión, enojo, irá, frustración, una mezcla de emociones que nisiquiera era capaz de identificar en aquel instante tan breve, su corazón latía como si fuera a salir de su pecho y sentía muchas ganas de llorar, pero en lugar de eso, de repente, en un impulso salvaje y errático, Illyiv se abalanzó sobre la niña. La niña robusta tenía un cuerpo más fuerte, pero Illyiv, fortalecida por los entrenamientos de ballet, se movía con una fuerza inesperada. Ambas cayeron al suelo. Sus pensamientos se nublaron, y solo pudo actuar en base a la ira y frustración acumulada. Sus manos, echas puños, comenzaron a estrellarse contra la figura robusta de aquella niña rizada. La niña intentaba defenderse y esquivar sus golpes, pero la pequeña que estaba sobre ella era rápida y tenía una fuerza descomunal, casi como si estuviera poseída, como si una fuerza oscura la impulsara. Las otras dos niñas intentaron quitar a Illyiv de encima de su amiga, pero fue inútil. Illyiv estaba fuera de control, moviéndose con la fuerza de la desesperación. En un momento de furia ciega, arañó la cara de la niña, dejando marcas profundas, sintiendo como aquella capa de piel superficial había quedado atrapada en sus propias uñas. La niña rizada, tenía el rostro lleno de lágrimas y su mejilla ensangrentada. Illyiv, con los ojos vidriosos, parecía ajena al caos que había desatado. Los gritos y lloriqueos llenaron el aire, creando una atmósfera de pánico. La niña herida comenzó a llorar, y las otras dos niñas gritaron pidiendo ayuda. Los adultos llegaron corriendo, separando a Illyiv de la niña herida. —¡Illyiv, basta! —gritó uno de los cuidadores, sujetándola con fuerza. Con la respiración agitada, sus manos temblando, y los ojos llenos de furia, Illyiv fue llevada a una habitación aislada como castigo. Sentada en la oscuridad, sentía una mezcla de emociones: rabia, tristeza, confusión. Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro, pero no emitió ningún sonido, en cambio, se dejó hundir en un mar de emociones contradictorias. Una vez más, sabía que llorar no cambiaría nada. Mientras la noche caía, Illyiv se acurrucó en la cama, cerrando los ojos y deseando que todo fuera diferente, desconociendo por completo que pronto, su vida estaba por cambiar.
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