• Las campanas suenan tres veces. El aire cambia en la Casa. Los pasillos se iluminan con faroles que desprenden una cálida luz y un apetecible aroma a tostado. Una puerta se abre en el ala este, revelando un comedor amplio y majestuoso, cubierto de polvo fino que no alcanza a opacar su esplendor.

    Candelabros de plata y velas altas que alumbran más de lo natural lanzan sombras largas por los muros decorados con tapices extraños, pinturas antiguas y pequeñas estatuillas que parecen cambiar de expresión si se las mira fijo.

    En el centro, una mesa exquisitamente servida espera.

    Hay tantos cubiertos como habitantes en la Casa.

    Todo está dispuesto. Cada silla lleva un nombre tallado en un cartoncito desgastado.

    Frente a cada plato, una copa de vino oscuro como tinta. Un aroma embriagador emana de ella: dulce, especiado, con una nota lejana de algo extrañamente familiar.

    Hay algo en el vino que invita a hablar, pero no permite mentir. Quien beba, hablará. Tal vez solo un detalle, tal vez toda una vida.

    Instrucciones:

    ¡Nuestro primer rol grupal! Las respuestas se darán en esta misma publicación, respetando el orden de llegada.

    Describe cómo llega tu personaje a la cena. ¿Va con desconfianza? ¿Bien vestido? ¿Qué siente? ¿Qué piensa?

    ¿Bebe del vino? Si lo hace, revela un dato personal, una emoción o recuerdo que el vino le obliga a confesar.

    Puedes comenzar con un monólogo, interactuar con otros personajes o simplemente observar.

    Participantes:

    El Murmullo
    Isidro Rubio Villa de Montemar
    Bella Mortem
    Kalhi NigDurgae
    Ashes
    Las campanas suenan tres veces. El aire cambia en la Casa. Los pasillos se iluminan con faroles que desprenden una cálida luz y un apetecible aroma a tostado. Una puerta se abre en el ala este, revelando un comedor amplio y majestuoso, cubierto de polvo fino que no alcanza a opacar su esplendor. Candelabros de plata y velas altas que alumbran más de lo natural lanzan sombras largas por los muros decorados con tapices extraños, pinturas antiguas y pequeñas estatuillas que parecen cambiar de expresión si se las mira fijo. En el centro, una mesa exquisitamente servida espera. Hay tantos cubiertos como habitantes en la Casa. Todo está dispuesto. Cada silla lleva un nombre tallado en un cartoncito desgastado. Frente a cada plato, una copa de vino oscuro como tinta. Un aroma embriagador emana de ella: dulce, especiado, con una nota lejana de algo extrañamente familiar. Hay algo en el vino que invita a hablar, pero no permite mentir. Quien beba, hablará. Tal vez solo un detalle, tal vez toda una vida. 🔮 Instrucciones: ¡Nuestro primer rol grupal! Las respuestas se darán en esta misma publicación, respetando el orden de llegada. Describe cómo llega tu personaje a la cena. ¿Va con desconfianza? ¿Bien vestido? ¿Qué siente? ¿Qué piensa? ¿Bebe del vino? Si lo hace, revela un dato personal, una emoción o recuerdo que el vino le obliga a confesar. Puedes comenzar con un monólogo, interactuar con otros personajes o simplemente observar. 🎭 Participantes: [spark_orange_mouse_555] [isimont12] [callefalsa123] [kalh1] [Ashes_Corben]
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  • 𝐄𝐋 𝐀𝐑𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐒𝐄𝐆𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃
    Fandom S/F
    Categoría Original
    [ ɴᴀᴏᴋɪ ɪꜱʜɪᴋᴀᴡᴀ ]

    La mañana se desplegaba con una calma serena, y Bryce se despertó con la sensación de que el día estaba a punto de comenzar. Se levantó de la cama y se dirigió al baño, donde se lavó la cara y se miró en el espejo. Su rostro estaba fresco y alerta, listo para enfrentar el día.

    Después de ducharse y tomar su tiempo reflexionando a penas, se vistió con un traje oscuro y ajustó la corbata. El hombre se dirigió a la cocina para preparar un desayuno ligero. Mientras esperaba que el café se calentara, revisó su teléfono para asegurarse de que no hubiera mensajes urgentes. Todo parecía estar en orden, y él se sintió satisfecho de que su mañana estuviera transcurriendo sin contratiempos.

    Con su café en mano, se sentó en la mesa del comedor y repasó mentalmente la reunión que tendría con una posible clienta. Aunque no sabía mucho sobre ella, (y tampoco estaba en su derecho, puesto que no se había firmado ningún contrato) estaba listo para responder a cualquier pregunta que ella pudiera tener sobre los servicios de seguridad que ofrecía. Bryce era un profesional capaz de adaptarse a cualquier situación.

    Cortos momentos más tarde, estaría en su auto, camino al lugar acordado para la reunión. El café estaba ubicado en el centro de la ciudad, y el guardaespalda había llegado unos minutos antes de la hora acordada. Se sentó en una mesa apartada, con una vista clara de la entrada, y se preparó para esperar a la chica de la llamada que atendió hace una semana atrás.

    Y aunque no sabía mucho sobre la joven, estaba decidido a hacer todo lo posible para asegurarse de que se sintiera segura y convencida de que estaría hablando y trabajando con alguien profesional en el tema.

    Mientras esperaba, se aseguró de que su entorno estuviera seguro y controlado. Su mirada se movía constantemente, evaluando a las personas que estaban en el café.
    [ [Nao_Ish] ] La mañana se desplegaba con una calma serena, y Bryce se despertó con la sensación de que el día estaba a punto de comenzar. Se levantó de la cama y se dirigió al baño, donde se lavó la cara y se miró en el espejo. Su rostro estaba fresco y alerta, listo para enfrentar el día. Después de ducharse y tomar su tiempo reflexionando a penas, se vistió con un traje oscuro y ajustó la corbata. El hombre se dirigió a la cocina para preparar un desayuno ligero. Mientras esperaba que el café se calentara, revisó su teléfono para asegurarse de que no hubiera mensajes urgentes. Todo parecía estar en orden, y él se sintió satisfecho de que su mañana estuviera transcurriendo sin contratiempos. Con su café en mano, se sentó en la mesa del comedor y repasó mentalmente la reunión que tendría con una posible clienta. Aunque no sabía mucho sobre ella, (y tampoco estaba en su derecho, puesto que no se había firmado ningún contrato) estaba listo para responder a cualquier pregunta que ella pudiera tener sobre los servicios de seguridad que ofrecía. Bryce era un profesional capaz de adaptarse a cualquier situación. Cortos momentos más tarde, estaría en su auto, camino al lugar acordado para la reunión. El café estaba ubicado en el centro de la ciudad, y el guardaespalda había llegado unos minutos antes de la hora acordada. Se sentó en una mesa apartada, con una vista clara de la entrada, y se preparó para esperar a la chica de la llamada que atendió hace una semana atrás. Y aunque no sabía mucho sobre la joven, estaba decidido a hacer todo lo posible para asegurarse de que se sintiera segura y convencida de que estaría hablando y trabajando con alguien profesional en el tema. Mientras esperaba, se aseguró de que su entorno estuviera seguro y controlado. Su mirada se movía constantemente, evaluando a las personas que estaban en el café.
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  • Endiablado entrenamiento
    Fandom Kuroshitsuji/Black Butler OC y otros
    Categoría Otros
    Ocultando un bostezo con la mano, Jean tomó asiento en el comedor, viéndose algo somnoliento, pues, acababa de salir de la cama.

    De hecho, vestía una bata azul cielo, prescindiendo de vestirse apropiadamente. Sus cabellos níveos también eran algo qué criticar: desordenados y adoptando formas de lo más graciosas; evidentemente necesitando la pasada de un peine.

    Sin embargo, ahora mismo, la prioridad de Jean era otra, y decía mucho del asunto que hubiera decidido salir de su habitación con estas pintas, con lo estricto que era en mantener una buena apariencia...

    —Hiro —llamó con la voz rasposa tras horas de desuso—, ¿el conde Phantomhive ha llamado?

    Sus grandes ojos azules lo miraron con impaciencia. De su padre dependía si hoy Jean podría seguir con sus planes en la ciudad, o tendría que posponerlos para más tarde.

    ---
    Hiro Sebastián Michaelis
    Ocultando un bostezo con la mano, Jean tomó asiento en el comedor, viéndose algo somnoliento, pues, acababa de salir de la cama. De hecho, vestía una bata azul cielo, prescindiendo de vestirse apropiadamente. Sus cabellos níveos también eran algo qué criticar: desordenados y adoptando formas de lo más graciosas; evidentemente necesitando la pasada de un peine. Sin embargo, ahora mismo, la prioridad de Jean era otra, y decía mucho del asunto que hubiera decidido salir de su habitación con estas pintas, con lo estricto que era en mantener una buena apariencia... —Hiro —llamó con la voz rasposa tras horas de desuso—, ¿el conde Phantomhive ha llamado? Sus grandes ojos azules lo miraron con impaciencia. De su padre dependía si hoy Jean podría seguir con sus planes en la ciudad, o tendría que posponerlos para más tarde. --- [Hiritox3] [ElChin0Reload]
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  • Cena familiar
    Fandom Los Bridgerton
    Categoría Drama
    Lady Cowper

    Cressida Fife
    Connor Fife

    Mi hija, mi yerno y yo nos encontramos en el salón continúo al comedor los he invitado a cenar, aún la comida no está lista.
    Nos encontramos tomando un pequeño aperitivo en el salón.
    —¿Cómo os ha tratado la semana?.
    Lady Cowper [Lady_Fife] [Mr_Fife] Mi hija, mi yerno y yo nos encontramos en el salón continúo al comedor los he invitado a cenar, aún la comida no está lista. Nos encontramos tomando un pequeño aperitivo en el salón. —¿Cómo os ha tratado la semana?.
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  • Solo un vistazo y ya.
    Categoría Terror
    Lyra Velvetthorn

    Una hora, era el tiempo que habían acordado para preparar todo lo que necesiten antes de partir. Tras despedirse de aquella misteriosa y elegante mujer, el muchacho regresó a toda prisa a su casa, listo para ir en busca de lo que siempre lleva en sus exploraciones fuera de la ciudad.

    Preparó una mochila, en la cual guardó al menos 5 caramelos sabor limón, una extraña gema color azul y un libro que parecía algo viejo y de tamaño mediano, además de linternas, un cambio de baterías para cada una y por último un encendedor, nunca se sabe cuando lo pueda necesitar.

    Con esto listo, lanzó la mochila sobre su cama y se dispuso a cambiarse, algo un tanto más presentable, al menos para él, que un simple abrigo y pantalón. Cuando estuvo listo, bajó deprisa las escaleras, cruzó la sala principal, el comedor y se asomó por la puerta que conducía al garaje.

    Miró cual de los dos transportes estaba en casa y al ver la motocicleta de su padre, se regresó solo para tomar las llaves y así salir de una vez por todas. Sin casco ni nada de seguridad, cómo buen muchacho imprudente que pueda ser.

    Sin más tiempo que perder, salió, se aseguró que todo estuviera bien cerrado, dejó un mensaje de texto en el grupo que compartía con sus amigos para dejar un aviso en caso de alguna emergencia, guardó el celular y se dispuso a marcharse.

    Condujo hasta el sitio que habían acordado reunirse, no miró a la joven por ninguna parte, así que decidió aparcar y solo esperar, después de todo, era una chica y por más "sobrenatural" que fuese, seguramente tardaría cómo suelen hacerlo.

    Echó un último vistazo a su teléfono, ya casi era media noche, hora perfecta para explorar un sitio cómo aquel hotel abandonado sin que nadie se entrometa o mejor dicho, sin que algún extraño salga herido por explorar lugares en dónde más de uno advierte que ocurren sucesos inexplicables, incluyendo desapariciones.

    —¿Habré llegado muy antes? —Preguntó a la aparente nada, aunque si respuesta no sería respondida, más bien, recibió otra a cambio. "¿Estás seguro de esto?" Dijo aquella voz que solo sonaba en su cabeza. El muchacho miró a un lado y luego al otro, asegurándose que no hubiese nadie.

    —Tranquilo, puedo manejarlo. —Respondió en voz baja el joven. "Debiste llevar con ustedes a Maredy." Añadió la voz mientras Anyel solo negaba con su cabeza. —No es necesario, con los caramelos de Nico basta y sobra, deja de preocuparte. —Respondió él y ya no recibió respuesta, ahora solo quedaba esperar.
    [legend_onyx_bull_636] Una hora, era el tiempo que habían acordado para preparar todo lo que necesiten antes de partir. Tras despedirse de aquella misteriosa y elegante mujer, el muchacho regresó a toda prisa a su casa, listo para ir en busca de lo que siempre lleva en sus exploraciones fuera de la ciudad. Preparó una mochila, en la cual guardó al menos 5 caramelos sabor limón, una extraña gema color azul y un libro que parecía algo viejo y de tamaño mediano, además de linternas, un cambio de baterías para cada una y por último un encendedor, nunca se sabe cuando lo pueda necesitar. Con esto listo, lanzó la mochila sobre su cama y se dispuso a cambiarse, algo un tanto más presentable, al menos para él, que un simple abrigo y pantalón. Cuando estuvo listo, bajó deprisa las escaleras, cruzó la sala principal, el comedor y se asomó por la puerta que conducía al garaje. Miró cual de los dos transportes estaba en casa y al ver la motocicleta de su padre, se regresó solo para tomar las llaves y así salir de una vez por todas. Sin casco ni nada de seguridad, cómo buen muchacho imprudente que pueda ser. Sin más tiempo que perder, salió, se aseguró que todo estuviera bien cerrado, dejó un mensaje de texto en el grupo que compartía con sus amigos para dejar un aviso en caso de alguna emergencia, guardó el celular y se dispuso a marcharse. Condujo hasta el sitio que habían acordado reunirse, no miró a la joven por ninguna parte, así que decidió aparcar y solo esperar, después de todo, era una chica y por más "sobrenatural" que fuese, seguramente tardaría cómo suelen hacerlo. Echó un último vistazo a su teléfono, ya casi era media noche, hora perfecta para explorar un sitio cómo aquel hotel abandonado sin que nadie se entrometa o mejor dicho, sin que algún extraño salga herido por explorar lugares en dónde más de uno advierte que ocurren sucesos inexplicables, incluyendo desapariciones. —¿Habré llegado muy antes? —Preguntó a la aparente nada, aunque si respuesta no sería respondida, más bien, recibió otra a cambio. "¿Estás seguro de esto?" Dijo aquella voz que solo sonaba en su cabeza. El muchacho miró a un lado y luego al otro, asegurándose que no hubiese nadie. —Tranquilo, puedo manejarlo. —Respondió en voz baja el joven. "Debiste llevar con ustedes a Maredy." Añadió la voz mientras Anyel solo negaba con su cabeza. —No es necesario, con los caramelos de Nico basta y sobra, deja de preocuparte. —Respondió él y ya no recibió respuesta, ahora solo quedaba esperar.
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  • Chicos y chicas se hallaban reunidos en el comedor de una casa.

    Miraban con expectativas a cierta persona que los había reunido aquí.

    —¡Bienvenidos sean todos a mi primera fiesta! —exclamó Ciel con los brazos abiertos y una sonrisa brillante.

    Se había parado arriba de una mesa, y su hermano lo miraba de manera desaprobatoria. Estaban en casa ajena y era de mala educación pararse sobre su mobiliario... Pero Ciel estaba concentrado en observar a su público, emocionado ante la perspectiva de organizar algo así.

    Como bien había dicho, era la primera vez que hacía una fiesta. Para él, era de lo más interesante experimentar esa diversión descontrolada, incluso estúpida, de la cual los chicos de su edad se vanagloriaban.
    En más de una ocasión había escuchado, o le habían contado de primera mano, cómo eran las fiestas en casas de suburbios como en la que se encontraba ahora mismo: caóticas, divertidas y memorables.

    —¿Es una fiesta de cumpleaños? —murmuró un chico a otro, no demasiado bajo ya que la gran mayoría lo escuchó.

    —Yo creo que es una fiesta sin más —le contestó el aludido.

    —¿Qué se festeja? —preguntó uno en voz alta. Ciel lo señaló y aplaudió como si hubiera hecho la pregunta correcta.

    —¡Se celebra que... he adquirido el verificado en FicRol!

    Todos se le quedaron mirando con rostro de confusión, otros rieron, algunos hasta entendieron de qué hablaba y asintieron con cierto respeto.

    —Ciel —le susurró su hermano, tironeando la tela de su pantalón. —¿Estás hablando en serio?

    Ciel se agachó, y terminó sentándose sobre la mesa, sus piernas colgando.

    —¡Por supuesto! —se encogió de hombros. —Cualquier excusa viene bien para que las personas se junten, ¿cierto? Pues, ¡la mía es este gran logro!

    Soltó una risita, y saltando, sus pies pisando el alfombrando de color dorado.

    —Ahora... ¡a festejar!

    - - -

    | Lo he logrado, ¡soy verificado! Y hoy se festeja (si no me gana el sueño jkajka).
    Chicos y chicas se hallaban reunidos en el comedor de una casa. Miraban con expectativas a cierta persona que los había reunido aquí. —¡Bienvenidos sean todos a mi primera fiesta! —exclamó Ciel con los brazos abiertos y una sonrisa brillante. Se había parado arriba de una mesa, y su hermano lo miraba de manera desaprobatoria. Estaban en casa ajena y era de mala educación pararse sobre su mobiliario... Pero Ciel estaba concentrado en observar a su público, emocionado ante la perspectiva de organizar algo así. Como bien había dicho, era la primera vez que hacía una fiesta. Para él, era de lo más interesante experimentar esa diversión descontrolada, incluso estúpida, de la cual los chicos de su edad se vanagloriaban. En más de una ocasión había escuchado, o le habían contado de primera mano, cómo eran las fiestas en casas de suburbios como en la que se encontraba ahora mismo: caóticas, divertidas y memorables. —¿Es una fiesta de cumpleaños? —murmuró un chico a otro, no demasiado bajo ya que la gran mayoría lo escuchó. —Yo creo que es una fiesta sin más —le contestó el aludido. —¿Qué se festeja? —preguntó uno en voz alta. Ciel lo señaló y aplaudió como si hubiera hecho la pregunta correcta. —¡Se celebra que... he adquirido el verificado en FicRol! Todos se le quedaron mirando con rostro de confusión, otros rieron, algunos hasta entendieron de qué hablaba y asintieron con cierto respeto. —Ciel —le susurró su hermano, tironeando la tela de su pantalón. —¿Estás hablando en serio? Ciel se agachó, y terminó sentándose sobre la mesa, sus piernas colgando. —¡Por supuesto! —se encogió de hombros. —Cualquier excusa viene bien para que las personas se junten, ¿cierto? Pues, ¡la mía es este gran logro! Soltó una risita, y saltando, sus pies pisando el alfombrando de color dorado. —Ahora... ¡a festejar! - - - | Lo he logrado, ¡soy verificado! Y hoy se festeja (si no me gana el sueño jkajka).
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  • Cambio de realidad.
    Categoría Acción
    ● Desembarco del Rey.
    ● 129 d.C (después de la Conquista).

    Daemyra había acabado con sus deberes reales, estaba exhausta de tantos papeles, planes de guerra y, sobre todo, conferencias con nobles.
    Llegó a su habitación y se desplomó en la cama, un suspiro pesado saliendo de sus labios. Habían pasado pocos minutos hasta que ella se quedó dormida, aún con sus ropas finas y elegantes puestas.

    ● ???
    ● ???

    A la siguiente mañana, la joven Targaryen abrió los ojos. La oscuridad en su habitación era más de la que ella recordaba, por lo que apenas podía ver sus ropas. Qué lástima, ahora tendría que mandar a planchar ese vestido.

    Decidió levantarse de la cama y estirarse, pero cuando lo hizo, algo le llamó la atención; esos no eran sus aposentos.
    Daemyra rápidamente buscó rastros de otra persona en su habitación, pero no encontró ninguno. Salió por la puerta, encontrandose con un muy pequeño comedor; éste no era su palacio, no era la Fortaleza Roja.

    El miedo comenzó a aparecer en el cuerpo de la princesa, la cual no llegaba a comprender la situación. Estaba en un lugar desconocido, que contenía cosas demasiado extrañas.

    — Por los Siete...¿Qué está pasando? — Se habló a sí misma por lo bajo.

    Finalmente, se dirigió a la segunda y última puerta que había en aquél lugar y la abrió. Pero lo que encontró no fue agradable para ella; hogares con formas extrañas, perros rondando por todas las calles, bolsas de basura.

    Daemyra se acercó a un auto, no sabiendo exactamente que era. Lo observó detalladamente, mientras comenzaba a sentir el calor del sol chocar con su pálida piel.

    Esa cosa defintiivamente no era normal para ella.

    Y ese no era su mundo.

    Cocó ⱽᴼᴺ ᴱᴿᴿᴼᴿ
    ● Desembarco del Rey. ● 129 d.C (después de la Conquista). Daemyra había acabado con sus deberes reales, estaba exhausta de tantos papeles, planes de guerra y, sobre todo, conferencias con nobles. Llegó a su habitación y se desplomó en la cama, un suspiro pesado saliendo de sus labios. Habían pasado pocos minutos hasta que ella se quedó dormida, aún con sus ropas finas y elegantes puestas. ● ??? ● ??? A la siguiente mañana, la joven Targaryen abrió los ojos. La oscuridad en su habitación era más de la que ella recordaba, por lo que apenas podía ver sus ropas. Qué lástima, ahora tendría que mandar a planchar ese vestido. Decidió levantarse de la cama y estirarse, pero cuando lo hizo, algo le llamó la atención; esos no eran sus aposentos. Daemyra rápidamente buscó rastros de otra persona en su habitación, pero no encontró ninguno. Salió por la puerta, encontrandose con un muy pequeño comedor; éste no era su palacio, no era la Fortaleza Roja. El miedo comenzó a aparecer en el cuerpo de la princesa, la cual no llegaba a comprender la situación. Estaba en un lugar desconocido, que contenía cosas demasiado extrañas. — Por los Siete...¿Qué está pasando? — Se habló a sí misma por lo bajo. Finalmente, se dirigió a la segunda y última puerta que había en aquél lugar y la abrió. Pero lo que encontró no fue agradable para ella; hogares con formas extrañas, perros rondando por todas las calles, bolsas de basura. Daemyra se acercó a un auto, no sabiendo exactamente que era. Lo observó detalladamente, mientras comenzaba a sentir el calor del sol chocar con su pálida piel. Esa cosa defintiivamente no era normal para ella. Y ese no era su mundo. [Coco_VonError]
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  • Mmmm...

    *El hambre puede ponerte de mal humor... Y Shinn estaba tardando en ir al comedor, por lo que se sentía molesto por el retraso...*

    Así como el descanso, la alimentación también es algo muy importante...
    Mmmm... *El hambre puede ponerte de mal humor... Y Shinn estaba tardando en ir al comedor, por lo que se sentía molesto por el retraso...* Así como el descanso, la alimentación también es algo muy importante...
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  • Miro cajas y cajas llegar a su puerta con cartas sobre niños y niñas que llegarían al orfanato, observando aquello aplaudió dos veces y todas las luces del orfanato se encendieron -aruna limpia los invernaderos y planta nuevas cosechas, escoba trapeador y cubos limpien las habitaciones, orfanato tendremos que expandirte- miro al suelo viendo la foto de una cria de nekomata -Luka mi cielo donde estas cuando te necesito?- suspiro levantando las cajas con magia y enviándolas a su oficina -necesito comprar ganado para alimentar a los niños además de agrandar la cocina y comedores, los patios necesitan una renovada y el bosque nuevos caminos- hizo aparecer una lista de cosas por hacer, estaba listo para recibir a todos los pequeñines
    Miro cajas y cajas llegar a su puerta con cartas sobre niños y niñas que llegarían al orfanato, observando aquello aplaudió dos veces y todas las luces del orfanato se encendieron -aruna limpia los invernaderos y planta nuevas cosechas, escoba trapeador y cubos limpien las habitaciones, orfanato tendremos que expandirte- miro al suelo viendo la foto de una cria de nekomata -Luka mi cielo donde estas cuando te necesito?- suspiro levantando las cajas con magia y enviándolas a su oficina -necesito comprar ganado para alimentar a los niños además de agrandar la cocina y comedores, los patios necesitan una renovada y el bosque nuevos caminos- hizo aparecer una lista de cosas por hacer, estaba listo para recibir a todos los pequeñines
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  • Habían pasado ya algunos días desde aquella apasionada noche, cuando finalmente dejó guiarse por sus instintos y emociones que por la razón.

    Y nunca había sido más feliz, de eso podía estar segura.

    Una mañana se levantó temprano para preparar una sorpresa a Giovanni. No podía ser algo demasiado elaborado, pues hacía tanto que no cocinaba que realmente no se le ocurría algo digno del rubio.

    Hot cakes. No había duda. Le quedaban muy bien y además, es lo que podía recordar en ese momento, además que los ingredientes necesarios estaban a disposición en la vasta despensa del italo-ruso.

    Mientras tarareaba una canción, batió los ingredientes en un bowl y preparaba una sartén con un poco mantequilla para verter una pequeña porción de la mezcla y esperar a que salieran las primeras piezas para servirlas en un plato y espolvorear algo de azúcar tras colocar algunas fresas a un lado.

    Observó el plato con satisfacción. A su parecer, era una obra de arte.

    Sirvió leche en un vaso y esquivando a Gery que caminaba muy junto a ella, se dirigió a la mesa del comedor para colocar el plato, esperando que Giovanni no tardara en bajar a desayunar.

    Mientras tanto, preparó su propio plato con otros hotcakes iguales, aunque adelantaba comiéndose uno recién salido y sin preparar tras hacerlo "taco".

    Gɪᴏᴠᴀɴɴɪ Dɪ Vɪɴᴄᴇɴᴢᴏ
    Habían pasado ya algunos días desde aquella apasionada noche, cuando finalmente dejó guiarse por sus instintos y emociones que por la razón. Y nunca había sido más feliz, de eso podía estar segura. Una mañana se levantó temprano para preparar una sorpresa a Giovanni. No podía ser algo demasiado elaborado, pues hacía tanto que no cocinaba que realmente no se le ocurría algo digno del rubio. Hot cakes. No había duda. Le quedaban muy bien y además, es lo que podía recordar en ese momento, además que los ingredientes necesarios estaban a disposición en la vasta despensa del italo-ruso. Mientras tarareaba una canción, batió los ingredientes en un bowl y preparaba una sartén con un poco mantequilla para verter una pequeña porción de la mezcla y esperar a que salieran las primeras piezas para servirlas en un plato y espolvorear algo de azúcar tras colocar algunas fresas a un lado. Observó el plato con satisfacción. A su parecer, era una obra de arte. Sirvió leche en un vaso y esquivando a Gery que caminaba muy junto a ella, se dirigió a la mesa del comedor para colocar el plato, esperando que Giovanni no tardara en bajar a desayunar. Mientras tanto, preparó su propio plato con otros hotcakes iguales, aunque adelantaba comiéndose uno recién salido y sin preparar tras hacerlo "taco". [Gi0vanni]
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