• *Shinn estaba en el comedor de la academia militar.*

    —No consigo ponerme al día, pero también debo venir aquí... De alguna forma esto también es trabajo. Al menos no tengo que cocinar yo mismo... Y me alegro de tener este momento para olvidarme del trabajo Además que una vieja amiga ha venido a ficrol...
    *Shinn estaba en el comedor de la academia militar.* —No consigo ponerme al día, pero también debo venir aquí... De alguna forma esto también es trabajo. Al menos no tengo que cocinar yo mismo... Y me alegro de tener este momento para olvidarme del trabajo Además que una vieja amiga ha venido a ficrol...
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  • Salem ¿has visto mis pantuflas?..

    - la mujer estaba buscando aquellos zapatos debajo de la cama.
    Salem en cambio estaba sentado en la silla del comedor leyendo ... Si leyendo, un libro , le maullo -

    De acuerdo , si los ves avísame, sigue con tu lectura..

    Salem ¿has visto mis pantuflas?.. - la mujer estaba buscando aquellos zapatos debajo de la cama. Salem en cambio estaba sentado en la silla del comedor leyendo ... Si leyendo, un libro , le maullo - De acuerdo , si los ves avísame, sigue con tu lectura..
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    Fandom the walking dead
    Categoría Acción
    ❘ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 - Tess Callahan

    Era el comienzo de un nuevo día con un sol radiante y clima agradable. Daryl regresaba de la primera cacería de la mañana y no había regresado con las manos vacías, traía un ciervo adulto de buen peso con el tamaño ideal para alimentar a las nuevas bocas del grupo.

    Al verlo acercarse en su motocicleta con el ciervo a cuestas, Maggie y Glenn dieron la orden desde una de las torres de la prisión para que los demás les abrieran las puertas mientras que Carl junto a otro grupo, casi de su edad, corrían hacia la cerca donde los caminantes se amontonaban y los distraían para que no fuesen a moverse hacia la entrada.

    Una vez dentro de esa fortaleza improvisada, su grupo habitual le ayudo a quitarse de encima al animal y procedieron a llevárselo para cortarlo y racionarlo. Lo cual le daba algo de tiempo para desayunar y volver a salir a revisar las trampas en la parte oeste del bosque.

    “Parece que es tu día de suerte, quizás el nuevo grupo es nuestro trebol de cuatro hojas." Menciono Carol quien lo esperaba con un plato de huevos revueltos con tostadas.

    ──Si, me siento muy afortunado.── Respondió sarcástico pero con un deje de humor, el que siempre tenía cuando hablaba con Carol.

    Daryl recibió el plato y la siguió hasta el comedor comunitario que habían improvisado en el exterior. Mientras comía observaba al nuevo grupo convivir con su propio grupo, apenas habían llegado hace un día y parecía que se conocían de toda la vida aunque no tenían las mismas cualidades.

    El grupo que venía de Woodbury no eran útiles en las tareas del exterior. No los culpaba, el gobernador los había sobreprotegido hasta el punto que no sabían ni como sujetar un cuchillo pero se habían mostrado agradecidos y dispuestos a aprender para ser de ayuda.

    El arquero comía despacio, usando sus dedos para tomar los pequeños trozos de huevo. Observandolo todo pero disfrutando de ese pequeño instante de tranquilidad; de pronto, clavo la mirada en una de las mesas en el fondo. Allí había un grupo de mujeres remendando ropa, quizás habían elegido hacerlo para ayudar en algo, sentirse útiles pero eso no fue lo que le llamó la atención.

    ──Oye...── Llamó la atención de Carol y de forma discreta, le señaló a la muchacha que doblaba la ropa que ya había sido arreglada. ──¿No crees que deberías hablar con ella?... Ya sabes, por lo que menciono Rick anoche.── Carol ladeo el rostro, tomándose un tiempo para responder y luego asintió.

    "Iré a hablar con ella, se que lo se siente lidiar con alguien como su tío aunque también le preguntare si quiere darte una mano con las trampas en el bosque, le hará bien tomar un poco de aire fresco. " Antes de que Daryl pudiera protestar, Carol se había echado a correr en dirección a uno de los grupos que provenía de Woodbury y no le quedo más remedio que bufar antes terminarse el desayuno.

    ❘ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 - [W00DBURYPEARL] Era el comienzo de un nuevo día con un sol radiante y clima agradable. Daryl regresaba de la primera cacería de la mañana y no había regresado con las manos vacías, traía un ciervo adulto de buen peso con el tamaño ideal para alimentar a las nuevas bocas del grupo. Al verlo acercarse en su motocicleta con el ciervo a cuestas, Maggie y Glenn dieron la orden desde una de las torres de la prisión para que los demás les abrieran las puertas mientras que Carl junto a otro grupo, casi de su edad, corrían hacia la cerca donde los caminantes se amontonaban y los distraían para que no fuesen a moverse hacia la entrada. Una vez dentro de esa fortaleza improvisada, su grupo habitual le ayudo a quitarse de encima al animal y procedieron a llevárselo para cortarlo y racionarlo. Lo cual le daba algo de tiempo para desayunar y volver a salir a revisar las trampas en la parte oeste del bosque. “Parece que es tu día de suerte, quizás el nuevo grupo es nuestro trebol de cuatro hojas." Menciono Carol quien lo esperaba con un plato de huevos revueltos con tostadas. ──Si, me siento muy afortunado.── Respondió sarcástico pero con un deje de humor, el que siempre tenía cuando hablaba con Carol. Daryl recibió el plato y la siguió hasta el comedor comunitario que habían improvisado en el exterior. Mientras comía observaba al nuevo grupo convivir con su propio grupo, apenas habían llegado hace un día y parecía que se conocían de toda la vida aunque no tenían las mismas cualidades. El grupo que venía de Woodbury no eran útiles en las tareas del exterior. No los culpaba, el gobernador los había sobreprotegido hasta el punto que no sabían ni como sujetar un cuchillo pero se habían mostrado agradecidos y dispuestos a aprender para ser de ayuda. El arquero comía despacio, usando sus dedos para tomar los pequeños trozos de huevo. Observandolo todo pero disfrutando de ese pequeño instante de tranquilidad; de pronto, clavo la mirada en una de las mesas en el fondo. Allí había un grupo de mujeres remendando ropa, quizás habían elegido hacerlo para ayudar en algo, sentirse útiles pero eso no fue lo que le llamó la atención. ──Oye...── Llamó la atención de Carol y de forma discreta, le señaló a la muchacha que doblaba la ropa que ya había sido arreglada. ──¿No crees que deberías hablar con ella?... Ya sabes, por lo que menciono Rick anoche.── Carol ladeo el rostro, tomándose un tiempo para responder y luego asintió. "Iré a hablar con ella, se que lo se siente lidiar con alguien como su tío aunque también le preguntare si quiere darte una mano con las trampas en el bosque, le hará bien tomar un poco de aire fresco. " Antes de que Daryl pudiera protestar, Carol se había echado a correr en dirección a uno de los grupos que provenía de Woodbury y no le quedo más remedio que bufar antes terminarse el desayuno.
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  • Petunia Evans jamás olvidaría aquel instante en que su nombre resonó por todo el Gran Comedor.

    Las conversaciones se silenciaron al instante, como si el aire mismo contuviera el aliento. Nadie lo dijo en voz alta, pero todos lo pensaron: ¿Petunia Evans? ¿No era la hermana de la brillante Lily? ¿La que siempre parecía fuera de lugar en las historias de magia?

    Pero ahí estaba, avanzando con una gracia inesperada, el cabello rubio ceniza cayendo en ondas sobre sus hombros, los labios apenas curvados en una sonrisa discreta y segura. Sus ojos, tan distintos a los de Lily, no brillaban con inocencia, sino con inteligencia aguda y una calma casi inquietante. Vestía de manera pulcra, con un toque de coquetería minimalista, como si hubiera venido preparada para ser vista.

    El sombrero apenas rozó su cabeza cuando murmuró:

    —Vaya... interesante. Inteligente, sí, muy... Aguda. Pero también ambiciosa, determinada, con un filo interno que podría brillar en Slytherin...

    Ella apretó los labios. No suplicó. No deseó. Solo esperó.

    Después de unos segundos de suspenso tenso, el sombrero gritó:

    —¡RAVENCLAW!

    La mesa de los sabios estalló en aplausos tímidos, algo sorprendidos. Los murmullos persistieron, como un eco que no sabía apagarse. Petunia caminó hasta su nueva casa con pasos elegantes, dejando que las miradas le resbalaran por la piel. Sentía la de Lily ardiendo desde Gryffindor, mezcla de alivio y orgullo.

    Pero también supo, desde ese momento, que su historia sería distinta. Petunia sabía desde eae instante que no sería la sombra de su hermana, sería algo mucho más complicado. Algo que aún estaba por escribirse y eso le encantaba.
    Petunia Evans jamás olvidaría aquel instante en que su nombre resonó por todo el Gran Comedor. Las conversaciones se silenciaron al instante, como si el aire mismo contuviera el aliento. Nadie lo dijo en voz alta, pero todos lo pensaron: ¿Petunia Evans? ¿No era la hermana de la brillante Lily? ¿La que siempre parecía fuera de lugar en las historias de magia? Pero ahí estaba, avanzando con una gracia inesperada, el cabello rubio ceniza cayendo en ondas sobre sus hombros, los labios apenas curvados en una sonrisa discreta y segura. Sus ojos, tan distintos a los de Lily, no brillaban con inocencia, sino con inteligencia aguda y una calma casi inquietante. Vestía de manera pulcra, con un toque de coquetería minimalista, como si hubiera venido preparada para ser vista. El sombrero apenas rozó su cabeza cuando murmuró: —Vaya... interesante. Inteligente, sí, muy... Aguda. Pero también ambiciosa, determinada, con un filo interno que podría brillar en Slytherin... Ella apretó los labios. No suplicó. No deseó. Solo esperó. Después de unos segundos de suspenso tenso, el sombrero gritó: —¡RAVENCLAW! La mesa de los sabios estalló en aplausos tímidos, algo sorprendidos. Los murmullos persistieron, como un eco que no sabía apagarse. Petunia caminó hasta su nueva casa con pasos elegantes, dejando que las miradas le resbalaran por la piel. Sentía la de Lily ardiendo desde Gryffindor, mezcla de alivio y orgullo. Pero también supo, desde ese momento, que su historia sería distinta. Petunia sabía desde eae instante que no sería la sombra de su hermana, sería algo mucho más complicado. Algo que aún estaba por escribirse y eso le encantaba.
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  • La primera impresión de James Potter a Lily Evans (3er año en Hogwarts)


    Era el regreso a clases, el Gran Comedor estaba ruidoso, como siempre. Un caos acogedor de risas, platos encantados y conversaciones sin sentido. Yo estaba en lo mío: un duelo de miradas con Sirius, quien pensaba que su pastel de calabaza era mejor que el mío.

    —¡Ja! Cómo te atreves, iluso.

    De pronto, las puertas del Gran Comedor se abrieron. De ellas surgió una pelirroja de pelo suelto y una sonrisa que parecía brillar más que los cielos encantados del techo. Ya la había visto un par de veces antes, pero no había tenido la oportunidad de hacerlo como hasta ahora.

    Giré la cabeza, distraído. No fue una búsqueda consciente. Solo... la miré.

    —No había notado lo hermosa que es Evans. ¿Cierto, Sirius? Debería hablarle... ¿Qué dices, amigo?

    Volví la mirada a Sirius como para buscar un incentivo, aunque probablemente no lo necesitaba, pues él sabía que cuando algo me gustaba, no descansaría hasta obtenerlo.

    Ella me generó en ese instante el tipo de curiosidad que solo mete a los chicos en problemas. Me crucé de brazos y volví a mirarla sin disimulo. No porque quisiera molestarla, sino porque quería entender qué era eso que me apretaba el pecho al momento de mirarla.

    📜 La primera impresión de James Potter a Lily Evans (3er año en Hogwarts) Era el regreso a clases, el Gran Comedor estaba ruidoso, como siempre. Un caos acogedor de risas, platos encantados y conversaciones sin sentido. Yo estaba en lo mío: un duelo de miradas con Sirius, quien pensaba que su pastel de calabaza era mejor que el mío. —¡Ja! Cómo te atreves, iluso. De pronto, las puertas del Gran Comedor se abrieron. De ellas surgió una pelirroja de pelo suelto y una sonrisa que parecía brillar más que los cielos encantados del techo. Ya la había visto un par de veces antes, pero no había tenido la oportunidad de hacerlo como hasta ahora. Giré la cabeza, distraído. No fue una búsqueda consciente. Solo... la miré. —No había notado lo hermosa que es Evans. ¿Cierto, Sirius? Debería hablarle... ¿Qué dices, amigo? Volví la mirada a Sirius como para buscar un incentivo, aunque probablemente no lo necesitaba, pues él sabía que cuando algo me gustaba, no descansaría hasta obtenerlo. Ella me generó en ese instante el tipo de curiosidad que solo mete a los chicos en problemas. Me crucé de brazos y volví a mirarla sin disimulo. No porque quisiera molestarla, sino porque quería entender qué era eso que me apretaba el pecho al momento de mirarla.
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  • -Dando de tropicones con todos los calderos y uno que otro pisotón despistado ¿Será que ahora soy Lily "la mas torpe de Gryffindor"?

    Analizo pieza por pieza cada uno de sus infortunios sin saber muy bien el porque de tanta hostilidad en su camino al gran comedor o al dormitorio... ¿Cualquier lugar?
    -Dando de tropicones con todos los calderos y uno que otro pisotón despistado ¿Será que ahora soy Lily "la mas torpe de Gryffindor"? Analizo pieza por pieza cada uno de sus infortunios sin saber muy bien el porque de tanta hostilidad en su camino al gran comedor o al dormitorio... ¿Cualquier lugar?
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  • Las campanas suenan tres veces. El aire cambia en la Casa. Los pasillos se iluminan con faroles que desprenden una cálida luz y un apetecible aroma a tostado. Una puerta se abre en el ala este, revelando un comedor amplio y majestuoso, cubierto de polvo fino que no alcanza a opacar su esplendor.

    Candelabros de plata y velas altas que alumbran más de lo natural lanzan sombras largas por los muros decorados con tapices extraños, pinturas antiguas y pequeñas estatuillas que parecen cambiar de expresión si se las mira fijo.

    En el centro, una mesa exquisitamente servida espera.

    Hay tantos cubiertos como habitantes en la Casa.

    Todo está dispuesto. Cada silla lleva un nombre tallado en un cartoncito desgastado.

    Frente a cada plato, una copa de vino oscuro como tinta. Un aroma embriagador emana de ella: dulce, especiado, con una nota lejana de algo extrañamente familiar.

    Hay algo en el vino que invita a hablar, pero no permite mentir. Quien beba, hablará. Tal vez solo un detalle, tal vez toda una vida.

    Instrucciones:

    ¡Nuestro primer rol grupal! Las respuestas se darán en esta misma publicación, respetando el orden de llegada.

    Describe cómo llega tu personaje a la cena. ¿Va con desconfianza? ¿Bien vestido? ¿Qué siente? ¿Qué piensa?

    ¿Bebe del vino? Si lo hace, revela un dato personal, una emoción o recuerdo que el vino le obliga a confesar.

    Puedes comenzar con un monólogo, interactuar con otros personajes o simplemente observar.

    Participantes:

    El Murmullo
    Isidro Rubio Villa de Montemar
    Bella Mortem
    Kalhi NigDurgae
    Ashes
    Las campanas suenan tres veces. El aire cambia en la Casa. Los pasillos se iluminan con faroles que desprenden una cálida luz y un apetecible aroma a tostado. Una puerta se abre en el ala este, revelando un comedor amplio y majestuoso, cubierto de polvo fino que no alcanza a opacar su esplendor. Candelabros de plata y velas altas que alumbran más de lo natural lanzan sombras largas por los muros decorados con tapices extraños, pinturas antiguas y pequeñas estatuillas que parecen cambiar de expresión si se las mira fijo. En el centro, una mesa exquisitamente servida espera. Hay tantos cubiertos como habitantes en la Casa. Todo está dispuesto. Cada silla lleva un nombre tallado en un cartoncito desgastado. Frente a cada plato, una copa de vino oscuro como tinta. Un aroma embriagador emana de ella: dulce, especiado, con una nota lejana de algo extrañamente familiar. Hay algo en el vino que invita a hablar, pero no permite mentir. Quien beba, hablará. Tal vez solo un detalle, tal vez toda una vida. 🔮 Instrucciones: ¡Nuestro primer rol grupal! Las respuestas se darán en esta misma publicación, respetando el orden de llegada. Describe cómo llega tu personaje a la cena. ¿Va con desconfianza? ¿Bien vestido? ¿Qué siente? ¿Qué piensa? ¿Bebe del vino? Si lo hace, revela un dato personal, una emoción o recuerdo que el vino le obliga a confesar. Puedes comenzar con un monólogo, interactuar con otros personajes o simplemente observar. 🎭 Participantes: [spark_orange_mouse_555] [isimont12] [callefalsa123] [kalh1] [Ashes_Corben]
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  • Endiablado entrenamiento
    Fandom Kuroshitsuji/Black Butler OC y otros
    Categoría Otros
    Ocultando un bostezo con la mano, Jean tomó asiento en el comedor, viéndose algo somnoliento, pues, acababa de salir de la cama.

    De hecho, vestía una bata azul cielo, prescindiendo de vestirse apropiadamente. Sus cabellos níveos también eran algo qué criticar: desordenados y adoptando formas de lo más graciosas; evidentemente necesitando la pasada de un peine.

    Sin embargo, ahora mismo, la prioridad de Jean era otra, y decía mucho del asunto que hubiera decidido salir de su habitación con estas pintas, con lo estricto que era en mantener una buena apariencia...

    —Hiro —llamó con la voz rasposa tras horas de desuso—, ¿el conde Phantomhive ha llamado?

    Sus grandes ojos azules lo miraron con impaciencia. De su padre dependía si hoy Jean podría seguir con sus planes en la ciudad, o tendría que posponerlos para más tarde.

    ---
    Hiro Sebastián Michaelis
    Ocultando un bostezo con la mano, Jean tomó asiento en el comedor, viéndose algo somnoliento, pues, acababa de salir de la cama. De hecho, vestía una bata azul cielo, prescindiendo de vestirse apropiadamente. Sus cabellos níveos también eran algo qué criticar: desordenados y adoptando formas de lo más graciosas; evidentemente necesitando la pasada de un peine. Sin embargo, ahora mismo, la prioridad de Jean era otra, y decía mucho del asunto que hubiera decidido salir de su habitación con estas pintas, con lo estricto que era en mantener una buena apariencia... —Hiro —llamó con la voz rasposa tras horas de desuso—, ¿el conde Phantomhive ha llamado? Sus grandes ojos azules lo miraron con impaciencia. De su padre dependía si hoy Jean podría seguir con sus planes en la ciudad, o tendría que posponerlos para más tarde. --- [Hiritox3] [ElChin0Reload]
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  • Cena familiar
    Fandom Los Bridgerton
    Categoría Drama
    Lady Cowper

    Cressida Fife
    Connor Fife

    Mi hija, mi yerno y yo nos encontramos en el salón continúo al comedor los he invitado a cenar, aún la comida no está lista.
    Nos encontramos tomando un pequeño aperitivo en el salón.
    —¿Cómo os ha tratado la semana?.
    Lady Cowper [Lady_Fife] [Mr_Fife] Mi hija, mi yerno y yo nos encontramos en el salón continúo al comedor los he invitado a cenar, aún la comida no está lista. Nos encontramos tomando un pequeño aperitivo en el salón. —¿Cómo os ha tratado la semana?.
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  • Solo un vistazo y ya.
    Categoría Terror
    Lyra Velvetthorn

    Una hora, era el tiempo que habían acordado para preparar todo lo que necesiten antes de partir. Tras despedirse de aquella misteriosa y elegante mujer, el muchacho regresó a toda prisa a su casa, listo para ir en busca de lo que siempre lleva en sus exploraciones fuera de la ciudad.

    Preparó una mochila, en la cual guardó al menos 5 caramelos sabor limón, una extraña gema color azul y un libro que parecía algo viejo y de tamaño mediano, además de linternas, un cambio de baterías para cada una y por último un encendedor, nunca se sabe cuando lo pueda necesitar.

    Con esto listo, lanzó la mochila sobre su cama y se dispuso a cambiarse, algo un tanto más presentable, al menos para él, que un simple abrigo y pantalón. Cuando estuvo listo, bajó deprisa las escaleras, cruzó la sala principal, el comedor y se asomó por la puerta que conducía al garaje.

    Miró cual de los dos transportes estaba en casa y al ver la motocicleta de su padre, se regresó solo para tomar las llaves y así salir de una vez por todas. Sin casco ni nada de seguridad, cómo buen muchacho imprudente que pueda ser.

    Sin más tiempo que perder, salió, se aseguró que todo estuviera bien cerrado, dejó un mensaje de texto en el grupo que compartía con sus amigos para dejar un aviso en caso de alguna emergencia, guardó el celular y se dispuso a marcharse.

    Condujo hasta el sitio que habían acordado reunirse, no miró a la joven por ninguna parte, así que decidió aparcar y solo esperar, después de todo, era una chica y por más "sobrenatural" que fuese, seguramente tardaría cómo suelen hacerlo.

    Echó un último vistazo a su teléfono, ya casi era media noche, hora perfecta para explorar un sitio cómo aquel hotel abandonado sin que nadie se entrometa o mejor dicho, sin que algún extraño salga herido por explorar lugares en dónde más de uno advierte que ocurren sucesos inexplicables, incluyendo desapariciones.

    —¿Habré llegado muy antes? —Preguntó a la aparente nada, aunque si respuesta no sería respondida, más bien, recibió otra a cambio. "¿Estás seguro de esto?" Dijo aquella voz que solo sonaba en su cabeza. El muchacho miró a un lado y luego al otro, asegurándose que no hubiese nadie.

    —Tranquilo, puedo manejarlo. —Respondió en voz baja el joven. "Debiste llevar con ustedes a Maredy." Añadió la voz mientras Anyel solo negaba con su cabeza. —No es necesario, con los caramelos de Nico basta y sobra, deja de preocuparte. —Respondió él y ya no recibió respuesta, ahora solo quedaba esperar.
    [legend_onyx_bull_636] Una hora, era el tiempo que habían acordado para preparar todo lo que necesiten antes de partir. Tras despedirse de aquella misteriosa y elegante mujer, el muchacho regresó a toda prisa a su casa, listo para ir en busca de lo que siempre lleva en sus exploraciones fuera de la ciudad. Preparó una mochila, en la cual guardó al menos 5 caramelos sabor limón, una extraña gema color azul y un libro que parecía algo viejo y de tamaño mediano, además de linternas, un cambio de baterías para cada una y por último un encendedor, nunca se sabe cuando lo pueda necesitar. Con esto listo, lanzó la mochila sobre su cama y se dispuso a cambiarse, algo un tanto más presentable, al menos para él, que un simple abrigo y pantalón. Cuando estuvo listo, bajó deprisa las escaleras, cruzó la sala principal, el comedor y se asomó por la puerta que conducía al garaje. Miró cual de los dos transportes estaba en casa y al ver la motocicleta de su padre, se regresó solo para tomar las llaves y así salir de una vez por todas. Sin casco ni nada de seguridad, cómo buen muchacho imprudente que pueda ser. Sin más tiempo que perder, salió, se aseguró que todo estuviera bien cerrado, dejó un mensaje de texto en el grupo que compartía con sus amigos para dejar un aviso en caso de alguna emergencia, guardó el celular y se dispuso a marcharse. Condujo hasta el sitio que habían acordado reunirse, no miró a la joven por ninguna parte, así que decidió aparcar y solo esperar, después de todo, era una chica y por más "sobrenatural" que fuese, seguramente tardaría cómo suelen hacerlo. Echó un último vistazo a su teléfono, ya casi era media noche, hora perfecta para explorar un sitio cómo aquel hotel abandonado sin que nadie se entrometa o mejor dicho, sin que algún extraño salga herido por explorar lugares en dónde más de uno advierte que ocurren sucesos inexplicables, incluyendo desapariciones. —¿Habré llegado muy antes? —Preguntó a la aparente nada, aunque si respuesta no sería respondida, más bien, recibió otra a cambio. "¿Estás seguro de esto?" Dijo aquella voz que solo sonaba en su cabeza. El muchacho miró a un lado y luego al otro, asegurándose que no hubiese nadie. —Tranquilo, puedo manejarlo. —Respondió en voz baja el joven. "Debiste llevar con ustedes a Maredy." Añadió la voz mientras Anyel solo negaba con su cabeza. —No es necesario, con los caramelos de Nico basta y sobra, deja de preocuparte. —Respondió él y ya no recibió respuesta, ahora solo quedaba esperar.
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