• Habían pasado ya algunos días desde aquella apasionada noche, cuando finalmente dejó guiarse por sus instintos y emociones que por la razón.

    Y nunca había sido más feliz, de eso podía estar segura.

    Una mañana se levantó temprano para preparar una sorpresa a Giovanni. No podía ser algo demasiado elaborado, pues hacía tanto que no cocinaba que realmente no se le ocurría algo digno del rubio.

    Hot cakes. No había duda. Le quedaban muy bien y además, es lo que podía recordar en ese momento, además que los ingredientes necesarios estaban a disposición en la vasta despensa del italo-ruso.

    Mientras tarareaba una canción, batió los ingredientes en un bowl y preparaba una sartén con un poco mantequilla para verter una pequeña porción de la mezcla y esperar a que salieran las primeras piezas para servirlas en un plato y espolvorear algo de azúcar tras colocar algunas fresas a un lado.

    Observó el plato con satisfacción. A su parecer, era una obra de arte.

    Sirvió leche en un vaso y esquivando a Gery que caminaba muy junto a ella, se dirigió a la mesa del comedor para colocar el plato, esperando que Giovanni no tardara en bajar a desayunar.

    Mientras tanto, preparó su propio plato con otros hotcakes iguales, aunque adelantaba comiéndose uno recién salido y sin preparar tras hacerlo "taco".

    Gɪᴏᴠᴀɴɴɪ Dɪ Vɪɴᴄᴇɴᴢᴏ
    Habían pasado ya algunos días desde aquella apasionada noche, cuando finalmente dejó guiarse por sus instintos y emociones que por la razón. Y nunca había sido más feliz, de eso podía estar segura. Una mañana se levantó temprano para preparar una sorpresa a Giovanni. No podía ser algo demasiado elaborado, pues hacía tanto que no cocinaba que realmente no se le ocurría algo digno del rubio. Hot cakes. No había duda. Le quedaban muy bien y además, es lo que podía recordar en ese momento, además que los ingredientes necesarios estaban a disposición en la vasta despensa del italo-ruso. Mientras tarareaba una canción, batió los ingredientes en un bowl y preparaba una sartén con un poco mantequilla para verter una pequeña porción de la mezcla y esperar a que salieran las primeras piezas para servirlas en un plato y espolvorear algo de azúcar tras colocar algunas fresas a un lado. Observó el plato con satisfacción. A su parecer, era una obra de arte. Sirvió leche en un vaso y esquivando a Gery que caminaba muy junto a ella, se dirigió a la mesa del comedor para colocar el plato, esperando que Giovanni no tardara en bajar a desayunar. Mientras tanto, preparó su propio plato con otros hotcakes iguales, aunque adelantaba comiéndose uno recién salido y sin preparar tras hacerlo "taco". [Gi0vanni]
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  • Ubicación: Bosque estatal de ██████.
    Misión: Reconocimiento.
    Equipo: Bravo-1.
    Hora: 04:47 AM.

    Llovía. La unidad avanzaba a través del bosque, cubriéndose mutuamente en silencio. Las linternas IR proyectaban conos estrechos de luz que temblaban al ritmo de los pasos.

    La estructura no figuraba en ningún mapa o registro. Simplemente… estaba ahí. Una mansión victoriana de dos pisos, rodeada por un jardín marchito que parecía no haber conocido el sol en décadas. No había camino de acceso ni señales de ocupación. Sólo una verja oxidada que crujía con el viento y una entrada principal.

    — Tenemos visual del objetivo —susurró Rourke.

    Viper iba al frente, se detuvo para alzar el puño en señal de alto. Fueron sólo unos segundos en contemplativa quietud los que lo delataron, su silueta parcialmente oculta entre los árboles. El equipo lo conocía por su eficiencia y su silencio. Pero había algo más ahora. Algo en su postura. Algo no estaba bien.

    — Vamos a entrar. Cuiden sus sectores —ordenó al fin, con su habitual tono suave, pero seco.

    El interior estaba en un estado de conservación anormal. No había polvo ni telarañas. Las chimeneas parecían usadas recientemente, pero el aire estaba frío. No había olor a humo ni a humedad.

    El equipo comenzó el avance.

    En el comedor encontraron una mesa con cubiertos dispuestos para una cena. Había platos servidos con carne aún jugosa y humeante.

    Una mosca flotaba inmóvil en el aire.

    — ¿Qué... carajos es esto? —Susurró Mason.

    El sistema de comunicaciones crujió con estática durante unos segundos. Luego, una voz infantil, apenas audible, dijo una sola palabra: "Fuera."

    — Eso no viene de nuestro canal —aclaró Rourke.

    Los visores térmicos -y la visión térmica natural de Viper que no los necesitaba- mostraban siluetas humanas sentadas a la mesa… pero no había nadie allí.

    Viper se detuvo una vez más. Se giró un instante hacia el grupo enseñando el ceño fruncido. Sabía que algo así podía pasar.

    Pero no dijo nada al respecto.

    — Planta baja despejada. Subimos.

    Subieron por la escalera cubierta de alfombra roja. Una de las lámparas se encendió sola.

    Nadie creía ya que estaban en una operación estándar.

    Viper mantuvo la delantera, su rifle apuntando hacia el pasillo. Al avanzar, notó que las puertas a ambos lados estaban cerradas, salvo una al fondo, entreabierta. Desde ahí emergía una luz blanca y pulsante, como de tubo fluorescente moribundo.

    — Rourke, toma la izquierda. Mason, toma la derecha.

    Dorsey, el más joven del equipo, se colocó detrás de Rourke. Respiraba de forma, pero trataba de disimularlo. Cada pocos segundos, lanzaba miradas alrededor como si esperara ver algo salir de las paredes.

    — Despejado —Rourke.

    — Limpio —Mason.

    Tras reagruparse, se acercaron a la habitación iluminada. Viper empujó la puerta suavemente con una mano.

    La luz provenía de una lámpara colgando del techo. La habitación, un dormitorio, había sido modificada: las paredes estaban cubiertas de lonas plásticas, la cama no era más que un armazón sin colchón en el centro y con correas desgastadas. Nadie necesitaba el resultado de un análisis para saber qué eran las manchas oscuras en el piso.

    Sobre el catre no había nadie, Pero las correas vibraban, tensas, como si alguien invisible se debatiera aún allí.

    —¿Esto es parte de... algún experimento militar? —murmuró Dorsey, visiblemente afectado.

    Nadie respondió.

    Viper tenía la mirada clavada en un espejo que colgaba frente a la cama. En él, su reflejo no era del todo suyo. Su imagen de naga estaba ahí, pero sus ojos eran humanos... llenos de terror.

    Se giró sin inmutarse.

    — Regresemos —esa era la última habitación.

    Mientras salían, Rourke llamó por el intercomunicador:

    — Viper, tenemos un problema.

    El grupo respondió avanzando en su dirección. En la puerta de una de las habitaciones del ala izquierda, una de las que acababan de revisar hacía un momento, Rourke sostenía su arma con fuerza sin quitar la vista del interior.

    Pronto, Viper se asomó.

    La habitación era una réplica exacta del cuartel donde el equipo había dormido la noche anterior. Los catres, las mantas, hasta las fotos personales, todo los detalles estaban ahí. Incluso ellos. Copias de cada uno.

    — Eso es un espejo, ¿Verdad? —Spider tenía la voz quebrada.

    El silencio se apoderó del equipo.

    — No toquen nada. Nos vamos.

    — ¿Qué es esto, Viper? Esto no es normal. Esto es... —Mason parecía cada vez más asustado.

    — Ya no es asunto nuestro.

    Pero las escaleras ya no estaban ahí. El pasillo detrás de ellos era ahora un corredor infinito. La casa había cambiado.
    Dorsey murmuró una maldición. Spider gruñó. Rourke revisó su munición por cuarta vez. Viper no mostró emoción alguna. Apretó los labios. Sabía que había una regla en estos casos: la anomalía te observa, y si sabe que la temes, se alimenta. Así que avanzó.
    Ubicación: Bosque estatal de ██████. Misión: Reconocimiento. Equipo: Bravo-1. Hora: 04:47 AM. Llovía. La unidad avanzaba a través del bosque, cubriéndose mutuamente en silencio. Las linternas IR proyectaban conos estrechos de luz que temblaban al ritmo de los pasos. La estructura no figuraba en ningún mapa o registro. Simplemente… estaba ahí. Una mansión victoriana de dos pisos, rodeada por un jardín marchito que parecía no haber conocido el sol en décadas. No había camino de acceso ni señales de ocupación. Sólo una verja oxidada que crujía con el viento y una entrada principal. — Tenemos visual del objetivo —susurró Rourke. Viper iba al frente, se detuvo para alzar el puño en señal de alto. Fueron sólo unos segundos en contemplativa quietud los que lo delataron, su silueta parcialmente oculta entre los árboles. El equipo lo conocía por su eficiencia y su silencio. Pero había algo más ahora. Algo en su postura. Algo no estaba bien. — Vamos a entrar. Cuiden sus sectores —ordenó al fin, con su habitual tono suave, pero seco. El interior estaba en un estado de conservación anormal. No había polvo ni telarañas. Las chimeneas parecían usadas recientemente, pero el aire estaba frío. No había olor a humo ni a humedad. El equipo comenzó el avance. En el comedor encontraron una mesa con cubiertos dispuestos para una cena. Había platos servidos con carne aún jugosa y humeante. Una mosca flotaba inmóvil en el aire. — ¿Qué... carajos es esto? —Susurró Mason. El sistema de comunicaciones crujió con estática durante unos segundos. Luego, una voz infantil, apenas audible, dijo una sola palabra: "Fuera." — Eso no viene de nuestro canal —aclaró Rourke. Los visores térmicos -y la visión térmica natural de Viper que no los necesitaba- mostraban siluetas humanas sentadas a la mesa… pero no había nadie allí. Viper se detuvo una vez más. Se giró un instante hacia el grupo enseñando el ceño fruncido. Sabía que algo así podía pasar. Pero no dijo nada al respecto. — Planta baja despejada. Subimos. Subieron por la escalera cubierta de alfombra roja. Una de las lámparas se encendió sola. Nadie creía ya que estaban en una operación estándar. Viper mantuvo la delantera, su rifle apuntando hacia el pasillo. Al avanzar, notó que las puertas a ambos lados estaban cerradas, salvo una al fondo, entreabierta. Desde ahí emergía una luz blanca y pulsante, como de tubo fluorescente moribundo. — Rourke, toma la izquierda. Mason, toma la derecha. Dorsey, el más joven del equipo, se colocó detrás de Rourke. Respiraba de forma, pero trataba de disimularlo. Cada pocos segundos, lanzaba miradas alrededor como si esperara ver algo salir de las paredes. — Despejado —Rourke. — Limpio —Mason. Tras reagruparse, se acercaron a la habitación iluminada. Viper empujó la puerta suavemente con una mano. La luz provenía de una lámpara colgando del techo. La habitación, un dormitorio, había sido modificada: las paredes estaban cubiertas de lonas plásticas, la cama no era más que un armazón sin colchón en el centro y con correas desgastadas. Nadie necesitaba el resultado de un análisis para saber qué eran las manchas oscuras en el piso. Sobre el catre no había nadie, Pero las correas vibraban, tensas, como si alguien invisible se debatiera aún allí. —¿Esto es parte de... algún experimento militar? —murmuró Dorsey, visiblemente afectado. Nadie respondió. Viper tenía la mirada clavada en un espejo que colgaba frente a la cama. En él, su reflejo no era del todo suyo. Su imagen de naga estaba ahí, pero sus ojos eran humanos... llenos de terror. Se giró sin inmutarse. — Regresemos —esa era la última habitación. Mientras salían, Rourke llamó por el intercomunicador: — Viper, tenemos un problema. El grupo respondió avanzando en su dirección. En la puerta de una de las habitaciones del ala izquierda, una de las que acababan de revisar hacía un momento, Rourke sostenía su arma con fuerza sin quitar la vista del interior. Pronto, Viper se asomó. La habitación era una réplica exacta del cuartel donde el equipo había dormido la noche anterior. Los catres, las mantas, hasta las fotos personales, todo los detalles estaban ahí. Incluso ellos. Copias de cada uno. — Eso es un espejo, ¿Verdad? —Spider tenía la voz quebrada. El silencio se apoderó del equipo. — No toquen nada. Nos vamos. — ¿Qué es esto, Viper? Esto no es normal. Esto es... —Mason parecía cada vez más asustado. — Ya no es asunto nuestro. Pero las escaleras ya no estaban ahí. El pasillo detrás de ellos era ahora un corredor infinito. La casa había cambiado. Dorsey murmuró una maldición. Spider gruñó. Rourke revisó su munición por cuarta vez. Viper no mostró emoción alguna. Apretó los labios. Sabía que había una regla en estos casos: la anomalía te observa, y si sabe que la temes, se alimenta. Así que avanzó.
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  • No sé qué me dio exactamente a las dos y cuarenta y tres de la mañana. Tal vez fue el insomnio, tal vez el antojo, o tal vez simplemente el aburrimiento. Pero en cuanto pensé en el pudín de vainilla que guardaban en el comedor, supe que no había vuelta atrás.

    Salí de la habitación sin hacer ruido, con la linterna de mi reloj iluminando apenas lo justo. Fui tocando las puertas de mis compañeros uno por uno, con una sonrisa imposible de ocultar.

    —Despierten, dormilones. Operación Pudín está en marcha.

    El primero en abrir fue Ryan, con el cabello hecho un desastre y cara de “si me matas, lo agradeceré”.

    —¿Emma? ¿Qué demonios…?

    —Pudín, Ryan. Dulce, frío, cremoso… Pudín. En el comedor. Ahora.

    En menos de diez minutos éramos cinco, caminando en fila india por los pasillos como si fuéramos parte de una operación secreta del gobierno. Nadie hablaba fuerte. Nadie quería llamar la atención. Solo se escuchaban las risitas ahogadas y el crujido de las botas deslizándose por el suelo.

    Cuando abrimos el refrigerador y vi los botes con la etiqueta “NO TOCAR – INVENTARIO”, sentí que se me iluminaba el alma.

    —Vamos a ir al infierno —murmuró Mia, mirando alrededor nerviosa.

    —Probablemente. Pero primero, vamos a ir al cielo —dije, metiendo la cuchara en el primero.

    No habíamos terminado el segundo bote cuando la maldita luz se encendió de golpe. Y ahí estaba él: el capitán Holloway. De pie, en pijama, con los brazos cruzados y esa expresión que solo significa una cosa: muerte lenta y dolorosa.

    —¿Disfrutando la cena? —preguntó, con una calma tan peligrosa que hasta el pudín se me congeló en la boca.

    Tragué. Nadie dijo nada.

    —Cinco minutos. Afuera. Uniforme completo. Los quiero empapados y corriendo antes de que se arrepientan de haber nacido.

    3:28 a.m. — Bajo la lluvia

    No sabía que podía llover así. Era como si el cielo nos castigara en sincronía con el capitán. Corrimos, saltamos, arrastramos cuerdas, cruzamos lodo, trepamos muros, y todo con el barro metido hasta en los dientes. Mis piernas ardían, mis pulmones gritaban, pero no podía dejar de reírme entre cada orden que nos ladraba.

    —¿Vale la pena? —gritó Ryan mientras se sacudía el barro.

    —Cada maldita cucharada —le grité de vuelta, empapada, temblando y feliz como una loca.

    Terminamos el castigo a las cinco y media. Exhaustos, congelados, y con la promesa de no volver a hacerlo jamás. Al menos, no hasta que vuelva a haber pudín en el refrigerador.
    No sé qué me dio exactamente a las dos y cuarenta y tres de la mañana. Tal vez fue el insomnio, tal vez el antojo, o tal vez simplemente el aburrimiento. Pero en cuanto pensé en el pudín de vainilla que guardaban en el comedor, supe que no había vuelta atrás. Salí de la habitación sin hacer ruido, con la linterna de mi reloj iluminando apenas lo justo. Fui tocando las puertas de mis compañeros uno por uno, con una sonrisa imposible de ocultar. —Despierten, dormilones. Operación Pudín está en marcha. El primero en abrir fue Ryan, con el cabello hecho un desastre y cara de “si me matas, lo agradeceré”. —¿Emma? ¿Qué demonios…? —Pudín, Ryan. Dulce, frío, cremoso… Pudín. En el comedor. Ahora. En menos de diez minutos éramos cinco, caminando en fila india por los pasillos como si fuéramos parte de una operación secreta del gobierno. Nadie hablaba fuerte. Nadie quería llamar la atención. Solo se escuchaban las risitas ahogadas y el crujido de las botas deslizándose por el suelo. Cuando abrimos el refrigerador y vi los botes con la etiqueta “NO TOCAR – INVENTARIO”, sentí que se me iluminaba el alma. —Vamos a ir al infierno —murmuró Mia, mirando alrededor nerviosa. —Probablemente. Pero primero, vamos a ir al cielo —dije, metiendo la cuchara en el primero. No habíamos terminado el segundo bote cuando la maldita luz se encendió de golpe. Y ahí estaba él: el capitán Holloway. De pie, en pijama, con los brazos cruzados y esa expresión que solo significa una cosa: muerte lenta y dolorosa. —¿Disfrutando la cena? —preguntó, con una calma tan peligrosa que hasta el pudín se me congeló en la boca. Tragué. Nadie dijo nada. —Cinco minutos. Afuera. Uniforme completo. Los quiero empapados y corriendo antes de que se arrepientan de haber nacido. 3:28 a.m. — Bajo la lluvia No sabía que podía llover así. Era como si el cielo nos castigara en sincronía con el capitán. Corrimos, saltamos, arrastramos cuerdas, cruzamos lodo, trepamos muros, y todo con el barro metido hasta en los dientes. Mis piernas ardían, mis pulmones gritaban, pero no podía dejar de reírme entre cada orden que nos ladraba. —¿Vale la pena? —gritó Ryan mientras se sacudía el barro. —Cada maldita cucharada —le grité de vuelta, empapada, temblando y feliz como una loca. Terminamos el castigo a las cinco y media. Exhaustos, congelados, y con la promesa de no volver a hacerlo jamás. Al menos, no hasta que vuelva a haber pudín en el refrigerador.
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  • Desayuno familiar
    Fandom Bridgerton
    Categoría Original
    Anthony Bridgerton, Kate Bridgerton, Benedict Bridgerton y Eloise Bridgerton

    Hasta hace unos minutos mis hijos más pequeños Gregory y Hyacinth, desayunaron con el resto.
    El ama de llaves irrumpió para informarnos sobre la llegada de la institutriz de Hyacinth, y también del profesor de latín de Gregory.
    Los dos terminaron abandonando molestos el comedor, dejándonos al resto seguir disfrutando del desayuno.
    Aunque ahora cada vez vamos siendo menos, me encanta poder seguir disfrutando de las mañanas desayunando con casi todos mis hijos.

    A veces Colin y también Penélope, nos acompañan.

    En mi interior echo de menos tener la casa completamente llena con todos mis hijos y sus cónyuges.
    Aún así, soy muy feliz de que mis hijos que ya no viven conmigo hayan formado sus propios hogares.
    Dónde son felices, para mí siempre estará por encima la felicidad de cada uno de ellos
    [ThxVizconde], [Katiekinw], [BenedictArtB] y [WyattEloise] Hasta hace unos minutos mis hijos más pequeños Gregory y Hyacinth, desayunaron con el resto. El ama de llaves irrumpió para informarnos sobre la llegada de la institutriz de Hyacinth, y también del profesor de latín de Gregory. Los dos terminaron abandonando molestos el comedor, dejándonos al resto seguir disfrutando del desayuno. Aunque ahora cada vez vamos siendo menos, me encanta poder seguir disfrutando de las mañanas desayunando con casi todos mis hijos. A veces Colin y también Penélope, nos acompañan. En mi interior echo de menos tener la casa completamente llena con todos mis hijos y sus cónyuges. Aún así, soy muy feliz de que mis hijos que ya no viven conmigo hayan formado sus propios hogares. Dónde son felices, para mí siempre estará por encima la felicidad de cada uno de ellos
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Terminado
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  • -- 𝟨:𝟥𝟢 - 𝐁𝐋𝐈𝐂𝐊𝐖𝐈𝐍𝐊𝐄𝐋'𝐒 𝐒𝐏𝐄𝐂𝐈𝐀𝐋 --

    ¡¡¡ HOLA DE NUEVO, QUERIDOS PARTICIPANTES !!!

    ¿Tienen hambre? Recibí quejas sobre la comida por parte de cierta persona y decidí que botellas de agua y barras energéticas no es algo digno de ustedes, así que preparé algo con mucho amor.

    ¡¡ PERO ANTES, LOS RESULTADOS DE LA VOTACIÓN !!

    -- EQUIPO A vs EQUIPO C --
    A eligió... 𝗔𝗟𝗜𝗔𝗗𝗢
    C eligió... 𝗔𝗟𝗜𝗔𝗗𝗢

    -- EQUIPO B vs EQUIPO E --
    B eligió... 𝗔𝗟𝗜𝗔𝗗𝗢
    E eligió... 𝗧𝗥𝗔𝗜𝗗𝗢𝗥

    -- EQUIPO D vs EQUIPO F --
    D eligió... 𝗔𝗟𝗜𝗔𝗗𝗢
    F eligió... 𝗔𝗟𝗜𝗔𝗗𝗢

    Y con esto, sus puntos actuales...

    Ingrid Rosemond – 4 puntos
    [the_detective] – 4 puntos
    [fusion_purple_goat_907] – 4 puntos

    [Just_add_water] – 2 puntos
    [galaxy_orange_whale_212] – 2 puntos
    Faust – 2 puntos

    Xin Yi – 4 puntos
    Daniel Fernández – 4 puntos
    Shiori Novella – 4 puntos

    [lill3tblan] – 4 puntos
    N–612 – 4 puntos
    Cecilia Immergreen – 4 puntos

    Yu Xuan – 5 puntos
    ❛ 𝐀𝐩𝐡𝐫𝐨 ❜ – 5 puntos
    Sapphire Kawashima – 5 puntos

    [Doctor_911] – 4 puntos
    Ysoria Kan – 4 puntos
    ̵K̵ō̵s̵ᴜ̵ᴋ̵ᴇ̵ ̵H̵ᴀ̵s̵ʜ̵ɪ̵ʙ̵ᴀ̵ – 4 puntos

    ¡¡ Gracias por su rapidez y eficacia al votar !!

    De vuelta al tema de la comida... He preparado un delicioso 𝗢𝗠𝗨𝗥𝗜𝗖𝗘 para todos. ¡Es 𝒐𝒃𝒍𝒊𝒈𝒂𝒕𝒐𝒓𝒊𝒐 comerlo! Encontrarán platos con sus nombres en el comedor.

    Oh, claro... El equipo B no recibirá omurice. Su único alimento será una bebida de proteína sabor algas marinas... lo siento...

    ¡¡ Y EL EQUIPO E !! Por tener 5 puntos, tienen acceso a un buffet que incluye no sólo mi omurice, sino todo lo que deseen. ¡Sólo para ustedes! Pueden acceder al buffet por la puerta de combinación en el comedor. La contraseña de la puerta les llegará por privado.

    ¡¡ ADEMÁS !! El equipo E recibirá información privilegiada del siguiente evento.

    Para el resto... ¿les dije que los puntos eran su vida, no? Aquí las cosas funcionan así. Mientras más puntos tengan, mejor va a irles. Si se la pasan pensando en los demás... morirán todos juntos.

    ¡¡ OOPS !! ¿Dije la palabra con "M"? ¡Hahahaha! Olviden eso.

    -- ESPEREN EL PRÓXIMO EVENTO Y 𝘾𝙊𝙈𝘼𝙉 --
    -- 𝟨:𝟥𝟢 - 𝐁𝐋𝐈𝐂𝐊𝐖𝐈𝐍𝐊𝐄𝐋'𝐒 𝐒𝐏𝐄𝐂𝐈𝐀𝐋 -- ¡¡¡ HOLA DE NUEVO, QUERIDOS PARTICIPANTES !!! ¿Tienen hambre? Recibí quejas sobre la comida por parte de cierta persona y decidí que botellas de agua y barras energéticas no es algo digno de ustedes, así que preparé algo con mucho amor. ¡¡ PERO ANTES, LOS RESULTADOS DE LA VOTACIÓN !! -- EQUIPO A vs EQUIPO C -- A eligió... 𝗔𝗟𝗜𝗔𝗗𝗢 C eligió... 𝗔𝗟𝗜𝗔𝗗𝗢 -- EQUIPO B vs EQUIPO E -- B eligió... 𝗔𝗟𝗜𝗔𝗗𝗢 E eligió... 𝗧𝗥𝗔𝗜𝗗𝗢𝗥 -- EQUIPO D vs EQUIPO F -- D eligió... 𝗔𝗟𝗜𝗔𝗗𝗢 F eligió... 𝗔𝗟𝗜𝗔𝗗𝗢 Y con esto, sus puntos actuales... [rain_curtain] – 4 puntos [the_detective] – 4 puntos [fusion_purple_goat_907] – 4 puntos [Just_add_water] – 2 puntos [galaxy_orange_whale_212] – 2 puntos [architecti_audi_nos] – 2 puntos [xin_yi] – 4 puntos [blaze_aqua_squirrel_523] – 4 puntos [specter_copper_horse_768] – 4 puntos [lill3tblan] – 4 puntos [N.612] – 4 puntos [ember_amethyst_octopus_437] – 4 puntos [yu_xuan] – 5 puntos [AfroTheSmilingOne] – 5 puntos [Sapphire] – 5 puntos [Doctor_911] – 4 puntos [tidal_peach_turtle_127] – 4 puntos [The_writer] – 4 puntos ¡¡ Gracias por su rapidez y eficacia al votar !! De vuelta al tema de la comida... He preparado un delicioso 𝗢𝗠𝗨𝗥𝗜𝗖𝗘 para todos. ¡Es 𝒐𝒃𝒍𝒊𝒈𝒂𝒕𝒐𝒓𝒊𝒐 comerlo! Encontrarán platos con sus nombres en el comedor. Oh, claro... El equipo B no recibirá omurice. Su único alimento será una bebida de proteína sabor algas marinas... lo siento... ¡¡ Y EL EQUIPO E !! Por tener 5 puntos, tienen acceso a un buffet que incluye no sólo mi omurice, sino todo lo que deseen. ¡Sólo para ustedes! Pueden acceder al buffet por la puerta de combinación en el comedor. La contraseña de la puerta les llegará por privado. ¡¡ ADEMÁS !! El equipo E recibirá información privilegiada del siguiente evento. Para el resto... ¿les dije que los puntos eran su vida, no? Aquí las cosas funcionan así. Mientras más puntos tengan, mejor va a irles. Si se la pasan pensando en los demás... morirán todos juntos. ¡¡ OOPS !! ¿Dije la palabra con "M"? ¡Hahahaha! Olviden eso. -- ESPEREN EL PRÓXIMO EVENTO Y 𝘾𝙊𝙈𝘼𝙉 --
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  • En un rincón del comedor de la escuela de Basgiath, por fin termino mi talla de dragón. Una sonrisa de satisfacción y orgullo se impregna en mis labios, mostrando uno de mis hoyuelos. Alzo la vista hacia el ajetreado comedor, viendo los jinetes terminar de comer, con ansia por más aventuras. Y vuelvo a sonreír. Ellos también son mi orgullo. Mi familia.
    En un rincón del comedor de la escuela de Basgiath, por fin termino mi talla de dragón. Una sonrisa de satisfacción y orgullo se impregna en mis labios, mostrando uno de mis hoyuelos. Alzo la vista hacia el ajetreado comedor, viendo los jinetes terminar de comer, con ansia por más aventuras. Y vuelvo a sonreír. Ellos también son mi orgullo. Mi familia.
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  • Encuentros
    Fandom Mentes Criminales
    Categoría Drama
    "Los reencuentros son la prueba de que las almas que están destinadas a cruzarse, siempre encuentran el camino de regreso"

    -> starter con Jack Tessaro

    Con el paso de las semanas, el aniversario de los padres de Angie se acercó inexorablemente. Dentro de los Brooks se había creado una tradición que seguían todos los años; reunirse familiares y amigos en memoria de ellos. No era una reunión triste, más bien una velada en la que disfrutar de la compañía unos de otros.

    No sería el primer año que Jack era invitado a esa reunión, pero nunca apareció. Y lo cierto era que Angie no estaba por la labor de hacer sentir a su pareja que tenía la obligación de ir. Por lo que Angie solo dejó caer la invitación sin presiones un par de semanas antes, dándole tiempo a Jack de tomarse ese fin de semana junto a ella.

    Obviamente, Angie había presentado una solicitud para librar ese fin de semana por motivos personales. La cual fue aceptada.

    Según se iban acercando los días, el humor de la joven fue variando. Intentaba ser la chica de siempre, y estar de buen humor, pero los recuerdos venían prácticamente cada noche para tirar por el suelo todos sus intentos de estar de buen humor. Terminando por perder la partida en más de una ocasión, y mostrarse irascible, apática, callada o simplemente mostraba sonrisas que escondían la tristeza que sentía.

    Un par de noches antes de la reunión familiar, Angie se despertó a las tantas de la noche a causa de una pesadilla. Como había estado haciendo en las últimas ocasiones, se levantó para prepararse un cacao caliente y así intentar calmar su angustia.

    – No, Willow, quédate con papá durmiendo… –

    Intentó hacer el mínimo ruido posible para no despertar a Jack cuando cogió un vaso del lavaplatos en el que calentar la leche en la que echaría el cacao en polvo. Una vez que terminó, y con la taza entre sus manos, se sentó en el sofá tras tomar uno de los álbumes familiares.

    Escuchó unos pasos que la sobresaltaron. Se giró para ver a un Jack adormilado, y que se echaba el pelo hacía atrás. Le dedicó una suave media sonrisa de disculpa por si le había despertado.

    – Lo siento… – se disculpó, y levantó dejando su taza sobre la mesa auxiliar del comedor – ¿Quieres una taza de chocolate? – preguntó, y ante la respuesta de Jack, de ir él a prepararse la taza, ella le detuvo con la mano en alto en un simple gesto – No, no,... ya voy yo… Toma el gesto como una disculpa por ser la novia más borde de la faz de la tierra… – dijo, haciendo referencia a sus cortantes respuestas a lo largo del día pasado.

    Le preparó el chocolate a Jack, que ya estaba sentado en el sofá con el álbum que había dejado la joven, y se lo entregó a su chico en cuanto terminó de prepararlo, reuniéndose con él.

    – Toma mi ofrenda de paz… Te prometo que dejaré mis malos humos bien guardados… – prometió, y se sentó junto a él apoyando su cabeza en el hombro de Jack para poder ver juntos las fotos.

    Una de las primeras fotos eran los padres de Angie posando para la fiesta de graduación.

    – Uyyy, qué guapos estaban… Y juraría que esa fue la noche de mi creación… – dijo Angie con una suave risa, comentando la foto.

    La siguiente foto a los padres de Angie, era una grupal en la que también aparecía Jack.

    – Debo de quejarme formalmente por mi generación… Qué guapos estaban todos. Sé sincero, esa noche te ligaste a todas las chicas, y decidiste que ese sería tu look oficial… creando así la duda de si el traje se hizo para Jack, o Jack se hizo para el traje – dijo en broma a medias – vivan los trajes de raya diplomática –

    Siguieron pasando las fotos lentamente, comentando algunos detalles de ellas. Jack añadió historias y datos que Angie desconocía, y la propia Angie le habló de algunos detalles que parecía que Jack tampoco conocía.

    – Y sí, esta es la prueba de que intenté aprender a tocar guitarra. Tenía más posibilidades de aprender a cazar moscas con palillos a lo Jackie Chan que tocar cuatro notas seguidas… – comentó bromeando sobre su falta de talento con respecto a los instrumentos musicales – y como te iba diciendo antes, creo que debería estar por aquí mi foto postureo tocando el piano… – siguió diciendo – sí, aquí está… – dijo extrañada al faltar una foto suya de su primera graduación – vaya… He perdido mi foto de mi primera graduación… –.

    Cuando terminaron de ver las fotos, Angie se levantó para recoger las tazas de los chocolates y llevarlos a la pila. Se giró encontrando a Jack de frente y le dedicó una suave sonrisa, terminando por colocar sus brazos alrededor de los hombros masculinos.

    – En unas horas vas a estar muerto de sueño por mi culpa… – admitió, seguidamente se elevó sobre los dedos de sus pies para poder llegar a la altura de Jack y dejar un beso en los labios masculinos – y no es demasiado justo… Siento cómo me estoy portando contigo estos días… Y no quiero ser la novia pesada que te obliga a algo que no te apetece, y eres libre de decir que no, pero… quiero que vengas. Todos quieren que vengas… Lo que quiero decir es que eres más que bienvenido… Además, va a estar muy bien. Seréis un grupo de cuarentones recordando viejos tiempos con música de fondo… Cocinará Lana su plato estrella, Luke hará sus habituales bromas, Jeremy nos hará de dj, y yo disfrutaré de ver cómo todavía os creéis jóvenes… después, llegará el momento de Lana y su interrogatorio… - esbozó una amplia y fingida sonrisa antes de concluir - creo que, al final, voy a ser yo la que me baje del barco -.

    – Lo más aburrido será pasar por el cementerio a dejar el ramo de flores… Además, creo que tu mejor amigo se merece una explicación de por qué te llevas a la cama a su hija sin ni siquiera un anillo en el dedo… - bromeó.

    Dos días después, tras pasar prácticamente una semana encerrados en las oficinas del FBI entre papeles, y ayudando a otras comisarías con sus respectivos casos al pasar los miembros el perfil a modo de guía, el fin de semana se dejaba ver.

    – Pues, creo que tengo ya lista la maleta… – le comentó Angie a Jack, terminando por cerrar una pequeña maleta de mano con una muda por si era necesario. – Voy a ponerle agua fresca a mi niña, y una latita… – dijo, acariciando a Willow que se dedicaba a llamar su atención entre ronroneos – sí… de salmón… –.

    Tras dejar todo listo para la gata, regresó a la habitación junto a Jack. Se cambió de ropa poniéndose el pijama esperando a su pareja bajo las sábanas – Estoy agotada… por suerte, esta semana nos hemos librado del jet lag y las chicas quieren quedar la próxima semana para salir, y… ¿Sabes quién se va a emborrachar? – preguntó sin esperar una respuesta realmente - ¡Sí! Yo. – se movió en la cama para apartar las sábanas para Jack cuando fue a meterse – La verdad es que luego, seguramente, sea una buena chica y solo me tome un par de copas… o puede que nos juntemos todos, como la última vez –. se volvió a tumbar en la cama, girándose para Jack. Tener una conversación trivial por la noche, antes de dormir, la ayudaba a mantener a raya sus pensamientos, sus sentimientos, y las pesadillas. Además, era el momento de ambos, de conectar lejos del trabajo. Solo ellos, y conversaciones banales.
    "Los reencuentros son la prueba de que las almas que están destinadas a cruzarse, siempre encuentran el camino de regreso" -> starter con [NotAMindRcader] Con el paso de las semanas, el aniversario de los padres de Angie se acercó inexorablemente. Dentro de los Brooks se había creado una tradición que seguían todos los años; reunirse familiares y amigos en memoria de ellos. No era una reunión triste, más bien una velada en la que disfrutar de la compañía unos de otros. No sería el primer año que Jack era invitado a esa reunión, pero nunca apareció. Y lo cierto era que Angie no estaba por la labor de hacer sentir a su pareja que tenía la obligación de ir. Por lo que Angie solo dejó caer la invitación sin presiones un par de semanas antes, dándole tiempo a Jack de tomarse ese fin de semana junto a ella. Obviamente, Angie había presentado una solicitud para librar ese fin de semana por motivos personales. La cual fue aceptada. Según se iban acercando los días, el humor de la joven fue variando. Intentaba ser la chica de siempre, y estar de buen humor, pero los recuerdos venían prácticamente cada noche para tirar por el suelo todos sus intentos de estar de buen humor. Terminando por perder la partida en más de una ocasión, y mostrarse irascible, apática, callada o simplemente mostraba sonrisas que escondían la tristeza que sentía. Un par de noches antes de la reunión familiar, Angie se despertó a las tantas de la noche a causa de una pesadilla. Como había estado haciendo en las últimas ocasiones, se levantó para prepararse un cacao caliente y así intentar calmar su angustia. – No, Willow, quédate con papá durmiendo… – Intentó hacer el mínimo ruido posible para no despertar a Jack cuando cogió un vaso del lavaplatos en el que calentar la leche en la que echaría el cacao en polvo. Una vez que terminó, y con la taza entre sus manos, se sentó en el sofá tras tomar uno de los álbumes familiares. Escuchó unos pasos que la sobresaltaron. Se giró para ver a un Jack adormilado, y que se echaba el pelo hacía atrás. Le dedicó una suave media sonrisa de disculpa por si le había despertado. – Lo siento… – se disculpó, y levantó dejando su taza sobre la mesa auxiliar del comedor – ¿Quieres una taza de chocolate? – preguntó, y ante la respuesta de Jack, de ir él a prepararse la taza, ella le detuvo con la mano en alto en un simple gesto – No, no,... ya voy yo… Toma el gesto como una disculpa por ser la novia más borde de la faz de la tierra… – dijo, haciendo referencia a sus cortantes respuestas a lo largo del día pasado. Le preparó el chocolate a Jack, que ya estaba sentado en el sofá con el álbum que había dejado la joven, y se lo entregó a su chico en cuanto terminó de prepararlo, reuniéndose con él. – Toma mi ofrenda de paz… Te prometo que dejaré mis malos humos bien guardados… – prometió, y se sentó junto a él apoyando su cabeza en el hombro de Jack para poder ver juntos las fotos. Una de las primeras fotos eran los padres de Angie posando para la fiesta de graduación. – Uyyy, qué guapos estaban… Y juraría que esa fue la noche de mi creación… – dijo Angie con una suave risa, comentando la foto. La siguiente foto a los padres de Angie, era una grupal en la que también aparecía Jack. – Debo de quejarme formalmente por mi generación… Qué guapos estaban todos. Sé sincero, esa noche te ligaste a todas las chicas, y decidiste que ese sería tu look oficial… creando así la duda de si el traje se hizo para Jack, o Jack se hizo para el traje – dijo en broma a medias – vivan los trajes de raya diplomática – Siguieron pasando las fotos lentamente, comentando algunos detalles de ellas. Jack añadió historias y datos que Angie desconocía, y la propia Angie le habló de algunos detalles que parecía que Jack tampoco conocía. – Y sí, esta es la prueba de que intenté aprender a tocar guitarra. Tenía más posibilidades de aprender a cazar moscas con palillos a lo Jackie Chan que tocar cuatro notas seguidas… – comentó bromeando sobre su falta de talento con respecto a los instrumentos musicales – y como te iba diciendo antes, creo que debería estar por aquí mi foto postureo tocando el piano… – siguió diciendo – sí, aquí está… – dijo extrañada al faltar una foto suya de su primera graduación – vaya… He perdido mi foto de mi primera graduación… –. Cuando terminaron de ver las fotos, Angie se levantó para recoger las tazas de los chocolates y llevarlos a la pila. Se giró encontrando a Jack de frente y le dedicó una suave sonrisa, terminando por colocar sus brazos alrededor de los hombros masculinos. – En unas horas vas a estar muerto de sueño por mi culpa… – admitió, seguidamente se elevó sobre los dedos de sus pies para poder llegar a la altura de Jack y dejar un beso en los labios masculinos – y no es demasiado justo… Siento cómo me estoy portando contigo estos días… Y no quiero ser la novia pesada que te obliga a algo que no te apetece, y eres libre de decir que no, pero… quiero que vengas. Todos quieren que vengas… Lo que quiero decir es que eres más que bienvenido… Además, va a estar muy bien. Seréis un grupo de cuarentones recordando viejos tiempos con música de fondo… Cocinará Lana su plato estrella, Luke hará sus habituales bromas, Jeremy nos hará de dj, y yo disfrutaré de ver cómo todavía os creéis jóvenes… después, llegará el momento de Lana y su interrogatorio… - esbozó una amplia y fingida sonrisa antes de concluir - creo que, al final, voy a ser yo la que me baje del barco -. – Lo más aburrido será pasar por el cementerio a dejar el ramo de flores… Además, creo que tu mejor amigo se merece una explicación de por qué te llevas a la cama a su hija sin ni siquiera un anillo en el dedo… - bromeó. Dos días después, tras pasar prácticamente una semana encerrados en las oficinas del FBI entre papeles, y ayudando a otras comisarías con sus respectivos casos al pasar los miembros el perfil a modo de guía, el fin de semana se dejaba ver. – Pues, creo que tengo ya lista la maleta… – le comentó Angie a Jack, terminando por cerrar una pequeña maleta de mano con una muda por si era necesario. – Voy a ponerle agua fresca a mi niña, y una latita… – dijo, acariciando a Willow que se dedicaba a llamar su atención entre ronroneos – sí… de salmón… –. Tras dejar todo listo para la gata, regresó a la habitación junto a Jack. Se cambió de ropa poniéndose el pijama esperando a su pareja bajo las sábanas – Estoy agotada… por suerte, esta semana nos hemos librado del jet lag y las chicas quieren quedar la próxima semana para salir, y… ¿Sabes quién se va a emborrachar? – preguntó sin esperar una respuesta realmente - ¡Sí! Yo. – se movió en la cama para apartar las sábanas para Jack cuando fue a meterse – La verdad es que luego, seguramente, sea una buena chica y solo me tome un par de copas… o puede que nos juntemos todos, como la última vez –. se volvió a tumbar en la cama, girándose para Jack. Tener una conversación trivial por la noche, antes de dormir, la ayudaba a mantener a raya sus pensamientos, sus sentimientos, y las pesadillas. Además, era el momento de ambos, de conectar lejos del trabajo. Solo ellos, y conversaciones banales.
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  • 𝓲𝐧𝐭𝐞𝐫𝐚𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧
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    ❛ ¿Y ahora qué? ❜ Ruby pregunta, Se queja al removerse y sentir como sus manos atadas solo la incomodaban más.

    La culpa era suya, Había visto su propiedad, y cegada por su propio ego no es capaz de detectar una amenaza, Subestimando a la persona. Ruby solo quería divertirse un poco allanando el lugar pero ahora ahí estaba, Atada de brazos en una silla de comedor.
    ❛ ¿Y ahora qué? ❜ Ruby pregunta, Se queja al removerse y sentir como sus manos atadas solo la incomodaban más. La culpa era suya, Había visto su propiedad, y cegada por su propio ego no es capaz de detectar una amenaza, Subestimando a la persona. Ruby solo quería divertirse un poco allanando el lugar pero ahora ahí estaba, Atada de brazos en una silla de comedor.
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  • —...

    Aquella mañana Monika se encontraba pensativa; decidió ponerse su antiguo uniforme del instituto y se acomodó en el comedor junto a la ventana; una calida brisa acarició su rostro mientras jugueteaba con la pluma en su mano. Tenia ganas de escribir pero ninguna idea terminaba de tomar forma en su cabeza; frases inconclusas, prosa carente de atractivo... pasaba por un pequeño bloqueo. Ni siquiera estaba segura si quería escribir un Poema o un Cuento; creyó que aquel uniforme le ayudaria a pensar pero no estaba siendo de mucha utilidad.

    Por un momento sintió el deseo de volver a aquella Aula donde habia empezado todo, tan solo quizá eso le brindaría algo de la inspiración que alguna vez tuvo en aquellos años del club de literatura. O quizá era solo la nostalgia.
    —... Aquella mañana Monika se encontraba pensativa; decidió ponerse su antiguo uniforme del instituto y se acomodó en el comedor junto a la ventana; una calida brisa acarició su rostro mientras jugueteaba con la pluma en su mano. Tenia ganas de escribir pero ninguna idea terminaba de tomar forma en su cabeza; frases inconclusas, prosa carente de atractivo... pasaba por un pequeño bloqueo. Ni siquiera estaba segura si quería escribir un Poema o un Cuento; creyó que aquel uniforme le ayudaria a pensar pero no estaba siendo de mucha utilidad. Por un momento sintió el deseo de volver a aquella Aula donde habia empezado todo, tan solo quizá eso le brindaría algo de la inspiración que alguna vez tuvo en aquellos años del club de literatura. O quizá era solo la nostalgia.
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  • Jill Valentine

    Capítulo 1

    "Lo que queda de nosotros"

    Habían pasado un par de meses apenas de que Joel entregó a Ellie a las luciérnagas. Aún no habían noticias de la supuesta cura.

    A pesar de todo, Joel no había dejado de pensar en Ellie, en lo que había vivido con esa pequeña y la conciencia le remordía; incluso en noches no podía conciliar el sueño hasta quedar totalmente agotado.

    Llevaba un par de semanas lejos de Jacksonville. Había encontrado una escuela abandonada y limpia de infectados dónde se había quedado todo ese tiempo. Por fortuna, cerca de ese lugar habían algunas ciudades dónde en algunos supermercados quedaban productos enlatados con vigencia en la caducidad. Solo era cuestión de caminar hacia dichos lugares. El problema radicaba en que por la noche, seres que Joel no reconocía vagaban constantemente, solo ahuyentados por las fogatas con las que solía acordonar el lugar.

    Con el conocimiento del terreno, Joel había dibujado un mapa en una de las paredes del comedor del instituto. Por el día vigilaba los alrededores e interiores del edificio en busca de alguna brecha que pudiera dejar pasar aquellas criaturas. No las conocía y por supuesto que no le gustaría estar cerca de ellas para ello.

    Era medio día, cuando Joel se encontraba en los alrededores de la escuela, se había adentrado un kilómetro bosque adentro para ver si podía cazar algún animal que sirviera de alimento.
    [Valentine1] Capítulo 1 "Lo que queda de nosotros" Habían pasado un par de meses apenas de que Joel entregó a Ellie a las luciérnagas. Aún no habían noticias de la supuesta cura. A pesar de todo, Joel no había dejado de pensar en Ellie, en lo que había vivido con esa pequeña y la conciencia le remordía; incluso en noches no podía conciliar el sueño hasta quedar totalmente agotado. Llevaba un par de semanas lejos de Jacksonville. Había encontrado una escuela abandonada y limpia de infectados dónde se había quedado todo ese tiempo. Por fortuna, cerca de ese lugar habían algunas ciudades dónde en algunos supermercados quedaban productos enlatados con vigencia en la caducidad. Solo era cuestión de caminar hacia dichos lugares. El problema radicaba en que por la noche, seres que Joel no reconocía vagaban constantemente, solo ahuyentados por las fogatas con las que solía acordonar el lugar. Con el conocimiento del terreno, Joel había dibujado un mapa en una de las paredes del comedor del instituto. Por el día vigilaba los alrededores e interiores del edificio en busca de alguna brecha que pudiera dejar pasar aquellas criaturas. No las conocía y por supuesto que no le gustaría estar cerca de ellas para ello. Era medio día, cuando Joel se encontraba en los alrededores de la escuela, se había adentrado un kilómetro bosque adentro para ver si podía cazar algún animal que sirviera de alimento.
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