• "— Mi corazón estará contigo, incluso aunque la luna no esté"

    Todavía recordaba las palabras de su amado grabadas en su corazón cada vez que miraba el collar rodeando su cuello.
    Un ópalo de luna real, un collar gemelo que compartía con su amado Ethari. Cada uno portando uno idéntico.
    Un recordatorio de que en su hogar alguien esperaba su regreso cada vez que salía en una misión.

    Acampando escondido en alguna parte de algún bosque, junto a sus compañeros. Sólo se οία las armas siendo afiladas acompañado por un pulcro silencio mientras, él, había dejado las armas a un lado para observar el collar que descansaba en sus manos.
    El sol poniéndose en el horizonte mientras él acariciaba suavemente la superficie de la joyería antes de volver a colgarlo alrededor de su cuello.

    Respiró y exhaló antes de prepararse para la nueva misión. Era un asesino cuyo futuro era incierto en cada misión, aún así, daba lo mejor de sí en cada una sin intenciones de morir para así poder volver junto a su amado.
    "— Mi corazón estará contigo, incluso aunque la luna no esté" Todavía recordaba las palabras de su amado grabadas en su corazón cada vez que miraba el collar rodeando su cuello. Un ópalo de luna real, un collar gemelo que compartía con su amado Ethari. Cada uno portando uno idéntico. Un recordatorio de que en su hogar alguien esperaba su regreso cada vez que salía en una misión. Acampando escondido en alguna parte de algún bosque, junto a sus compañeros. Sólo se οία las armas siendo afiladas acompañado por un pulcro silencio mientras, él, había dejado las armas a un lado para observar el collar que descansaba en sus manos. El sol poniéndose en el horizonte mientras él acariciaba suavemente la superficie de la joyería antes de volver a colgarlo alrededor de su cuello. Respiró y exhaló antes de prepararse para la nueva misión. Era un asesino cuyo futuro era incierto en cada misión, aún así, daba lo mejor de sí en cada una sin intenciones de morir para así poder volver junto a su amado.
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  • Sonidos en el bosque
    Fandom Mahou tsukai no yome, OC
    Categoría Acción
    Rol con: Inah

    En un lugar profundo del bosque, en medio de una noche que solo era iluminada por la luna llena que decoraba el cielo.

    El bosque era denso, apenas permitiendo el paso de la luz a través de las copas de los alargados árboles, que solo le daban un aire tenebroso al lugar.

    En un pequeño claro, donde yacía un árbol hace tiempo caído, se encontraba Elías. La luz de la luna hacía relucir ligeramente su cráneo. Las zarzas que habían en el suelo, claramente no eran naturales, eran de un color negro azabache y se movían ligeramente rodeando a Elías.

    La forma de Elías se dejó ver por completo. Era una bestia, un animal alimentándose de lo que ahora no era más que una masa de carne en el suelo, pero antaño fue un hombre desafortunado por encontrarse con el hambriento demonio.

    Su pelaje negro parecía absorber la luz. Su complexión que, a pesar del tamaño de su cuerpo, era delgada, casi cadavérica, hacía que esta escena fuera similar a una pesadilla.

    Las afiladas garras del demonio se hundían en la carne, tomando trozos de la misma para devorarlos con un hambre que no era de este mundo, un hambre insaciable.

    El suelo, completamente manchado de sangre despertó algo en Elías. Recobró la consciencia. — Ah, ha vuelto a ocurrir. — Dijo con una voz grave pero escalofriantemente calmada, fría como el hielo.

    Parecía llevar un collar puesto, en el cual colgaban plumas negras unidas por una cadena aparentemente de hueso, y, tras su espalda, colgaba una pequeña capa negra que parecía rota y desgastada por el tiempo.

    Cualquiera que lo viera, diría que estaba sacado de un cuento mal contado o una fábula retorcida. Quizás es una burla hacia la humanidad, pues criaturas así nacen de las emociones humanas... O quizás es un recordatorio de lo que alguna vez fue.

    Elías sintió una presencia que no le resultaba familiar. Se dio la vuelta, sus ojos rojos observaron con mirada fija e intensa el lugar donde creía haberlo sentido, esperando respuesta alguna...
    Rol con: [shimmer_charcoal_pigeon_126] En un lugar profundo del bosque, en medio de una noche que solo era iluminada por la luna llena que decoraba el cielo. El bosque era denso, apenas permitiendo el paso de la luz a través de las copas de los alargados árboles, que solo le daban un aire tenebroso al lugar. En un pequeño claro, donde yacía un árbol hace tiempo caído, se encontraba Elías. La luz de la luna hacía relucir ligeramente su cráneo. Las zarzas que habían en el suelo, claramente no eran naturales, eran de un color negro azabache y se movían ligeramente rodeando a Elías. La forma de Elías se dejó ver por completo. Era una bestia, un animal alimentándose de lo que ahora no era más que una masa de carne en el suelo, pero antaño fue un hombre desafortunado por encontrarse con el hambriento demonio. Su pelaje negro parecía absorber la luz. Su complexión que, a pesar del tamaño de su cuerpo, era delgada, casi cadavérica, hacía que esta escena fuera similar a una pesadilla. Las afiladas garras del demonio se hundían en la carne, tomando trozos de la misma para devorarlos con un hambre que no era de este mundo, un hambre insaciable. El suelo, completamente manchado de sangre despertó algo en Elías. Recobró la consciencia. — Ah, ha vuelto a ocurrir. — Dijo con una voz grave pero escalofriantemente calmada, fría como el hielo. Parecía llevar un collar puesto, en el cual colgaban plumas negras unidas por una cadena aparentemente de hueso, y, tras su espalda, colgaba una pequeña capa negra que parecía rota y desgastada por el tiempo. Cualquiera que lo viera, diría que estaba sacado de un cuento mal contado o una fábula retorcida. Quizás es una burla hacia la humanidad, pues criaturas así nacen de las emociones humanas... O quizás es un recordatorio de lo que alguna vez fue. Elías sintió una presencia que no le resultaba familiar. Se dio la vuelta, sus ojos rojos observaron con mirada fija e intensa el lugar donde creía haberlo sentido, esperando respuesta alguna...
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  • En mi mente siempre pensé que la mejor sangre era la humana hasta que probé una que cautivo mis papilas gustativas y decidí conservar un poco de ella en un collar ,de quien será?
    En mi mente siempre pensé que la mejor sangre era la humana hasta que probé una que cautivo mis papilas gustativas y decidí conservar un poco de ella en un collar ,de quien será?
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  • Sesión dos con Francesco, le gustaba más el negro.

    - posando con Francesco al que le coloco un collar en conjunto-

    Te ves bellisimo

    #SeductiveSunday
    Sesión dos con Francesco, le gustaba más el negro. - posando con Francesco al que le coloco un collar en conjunto- Te ves bellisimo #SeductiveSunday
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  • 桑蒂 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐢𝐚𝐠𝐨 ᴬᵒᶦ 葵 le compre un collar como el mio para nuestro hijo
    [Santi12] le compre un collar como el mio para nuestro hijo
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  • — Es el momento de esparcir un poco de caos de ternura por estos lados, voy a dar cariño y apapachos (abrazos) gratis porque me apetece, porque quiero y porque puedo... Mi collar? Oh sí, esa es otra historia, ignóralo.

    Ahora sostenme que voy a bachar (abrazar) a cualquiera que se cruce en mi camino
    — Es el momento de esparcir un poco de caos de ternura por estos lados, voy a dar cariño y apapachos (abrazos) gratis porque me apetece, porque quiero y porque puedo... Mi collar? Oh sí, esa es otra historia, ignóralo. Ahora sostenme que voy a bachar (abrazar) a cualquiera que se cruce en mi camino :STK-19:
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  • 6 a 22 líneas por Semana
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    The Nanny x Crossovers
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    ¿Tienes un personaje con más frases memorables que excusas?
    ¿Tu OC podría ser primo perdido de Fran Fine, mejor amiga de Karen Walker o archienemiga fashion de Amanda Tanen?
    This is your runway, honey.

    Desde el Club de los Sarcásticos buscamos personajes que no teman lanzar un comentario venenoso con una sonrisa de catálogo. Que sepan moverse entre conflictos cotidianos, brunches incómodos y escenas dignas de un Emmy... Aunque sea en nuestro corazón.

    Queremos tramas que mezclen lo chic con lo cínico, lo mundano con lo brillante. Buscamos guiones que harían a Ryan Murphy decir: “Eso fue demasiado”.

    Si tu personaje no es edgy pero sí witty, este clasificado es tu señal cósmica. No necesitamos profundidad emocional al nivel Shakespeare, pero sí actitud, coherencia estética y muchas ganas de rolear tramas con sazón.

    DM abiertos, gifs bienvenidos y los collares de perlas se limpian después del chisme.

    #ClubDeLosSarcásticos #RPWithStyle #SitcomVibes #RolFashionista #NoEsUnDramaSiLuceBien
    ¿Tienes un personaje con más frases memorables que excusas? ¿Tu OC podría ser primo perdido de Fran Fine, mejor amiga de Karen Walker o archienemiga fashion de Amanda Tanen? This is your runway, honey. Desde el Club de los Sarcásticos buscamos personajes que no teman lanzar un comentario venenoso con una sonrisa de catálogo. Que sepan moverse entre conflictos cotidianos, brunches incómodos y escenas dignas de un Emmy... Aunque sea en nuestro corazón. Queremos tramas que mezclen lo chic con lo cínico, lo mundano con lo brillante. Buscamos guiones que harían a Ryan Murphy decir: “Eso fue demasiado”. Si tu personaje no es edgy pero sí witty, este clasificado es tu señal cósmica. No necesitamos profundidad emocional al nivel Shakespeare, pero sí actitud, coherencia estética y muchas ganas de rolear tramas con sazón. DM abiertos, gifs bienvenidos y los collares de perlas se limpian después del chisme. #ClubDeLosSarcásticos #RPWithStyle #SitcomVibes #RolFashionista #NoEsUnDramaSiLuceBien
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  • Entonces susurro el salmo de tu nombre. Me pregunto cuántas veces no te vi arrodillado ante mi tempestad hecha templo reverdecido con lo hipócrita de los santos que no son más que bufones de otras tierras que no silban al morir.

    Materializo mis manos con los estigmas del dios en el que crees; pulcritud en tus vestires, pronuncio tu nombre como el amante que reta a la vida por retener de vuelta a lo inexplorado; pero te exploro como un lienzo en filoso paganismo. Tarareo una melodía de jauría de lobos; un maullido, ronroneo a la espera de tu espuelas talladas en mi carne; porque cuando me hago corporeidad; brindo gotas de savia vitae en tu boca que se asemeja al cáliz que tanto tu religión busca con delirio.

    Pero tú, eres cáliz y mis prudencias se persignan con tu gozo. Suspiro y degollo tu cuerpo con el éxtasis al que pretendo someterte. Me hundo en tu virginidad; sé que soy el primero y el único, pero sé que te has tocado en el nombre de mi nombre.

    Me conociste como una lluvia de plata; de impura llama; llano recuerdo desde que fuiste mío bajo los árboles de cerezos donde me atreví a retarte y a emborracharte con la lumbre de mi ombligo hecho oro de pretensiones sólo nacidas de la inocencia de haberte hallado.

    Delineo el abad de tus muñecas, busco tensar la humanidad que no es tuya; porque hace mucho tiempo mi simiente te dejó fluir. Torpe alimaña que soy, te busco entre mis ritos y rasgo tu piel con sigilos prohibidos. Este no es el fin, es la mañana, la tarde y la noche hechas una y echadas a su suerte.

    Maldigo el tiempo y te hago el amor con una cadencia secreta. Abro tus puertas con una oración entre nosotros. No soy macho o hembra, soy un ser que no tiene identidad; pero me llaman el dios madre; el Silonthis Izmigoln, tatuado en tus corazones.

    Me abro ante el pasaje de la realidad y te observo, desde arriba con mis doce cabezas que perdonan el rencor de tus pecados. Puedes verme; me descompongo incorrupto; alabeo de rectitud que penetra tu garganta. Provoco que nuestras extremidades se enlacen como si fuéramos uno y una danza de brujos y cisnes, nos elevamos perennes sobre el altar en el que te desposo.

    Reparto monedas sobre tus ojos, los horado al desengañar tu cuerpo; ese sagrado como mío; y te permito vislumbrarme de porte inenarrable, como un halo de arcoíris de medianoche. Como tú, como el hombre al que besas en tus sueños sin decirlo; escuchas el tic tac de los relojes que marcan tu existencia como mía y al amarte con todos tus ruegos obscenos, me deleito y rio un río de estrellas.

    Te encandilo y pienso en morir a tu lado. Repaso el ejemplo de tu voz; disfruto modular tus ruegos, disfruto hacerte trizas sin dañarte. Susurro, ronroneo con mis dedos sobre tu estampa de dédalos de matices áureos sollozantes.

    Hablo contigo desde tus globos oculares, y rehuso el huso horario de tus denarios; me disfrazo de azucena, porte firme de camelia; hago una nada con las trincheras de tu ser siendo doncel creado por pensamientos y gozo de quebrantados huesos.

    Mi lengua se enlaza con la tuya en arropo de delicia; te ofrezco albaricoques, presas de futuros en almíbar. Ah, si te endiosara no serías capaz de retenerme porque sería tu mismo. Soy la rueda del tiempo, la rueca que hila tus hilares mudos; enarbolados como una manta que nace con el sol que eres.

    Se da un vals; se da en tu nombre y mis susurros se hacen tangibles que escuchas a mi amor desbocado en equilibrio frontal cuál mástil indecoroso. Busco que te retuerzas, las tuercas de tus relojes de tiempos, de tiempos, de tiempos. Tres veces me derramo en ti como la miel de un higo; si fueras hembra estarías preñada de mi pureza hecha calvario. Te amo tanto como adoro mi locura; renazco y tomo las hebras de tu testa y las colecciono entre mis uñas. Recorro lo silvestre que hay en ti y te llamo por tu nombre.

    El verdadero.

    "Aminthedez Polzyrio, ¿por qué te ocultaste tanto tiempo? En cada realidad tiemblo en el tiempo por soñarte; ahora que estás aquí, lo único que amanecerá en ti será el vástago sin amores; un eléboro que retoñará en este sacrificio".

    Te observo. Tu belleza es deslumbrante y lloro; con la amargura de abrazarte ya santificado.

    "Mírame sólo a mí, en esta pieza que juzga tu génesis. No hice más que soñarte hasta este momento. Escúchame. Pide. Reza por tu salvación, porque a mi lado serás el cordero de tu dios que quita el pecado del mundo".

    Verso y delineo tus labios con mis extremidades.

    "Eres tal y cómo te recuerdo; en mis memorias. Eres yo y yo soy tú. Eres mi promesa; la bruma indecorosa que me enloquece".

    Me edifico en la aurora de tu nombre; de tez y voto, de tul y gen de primaveras con aroma a sándalo; materializo mis monstruosidades y confecciono el andar de los orzuelos de mis mejillas; pronto la tinta se derrama como líneas zigzagueantes sobre ti; soberano mi sinuosidad sobre la geografía de tu cuerpo es un pecado original que no decae por más que te sorprendo con mis telares en tu son de tentarme.

    Tomo el augurio de una seda y la ato a tus tobillos para inmovilizarte; me atrevo a hacerlo porque sé que mis oraciones atraerán a las delicias de los imperios que te esconden. Delineo tu hombría con mi voz hecha céfiro; entremezclo las entrañas de las sombras en el centro de tu ombligo al que doy una caricia; y pese a que te hago el amor no me ves; aún no.

    Versa el reguero de mis besos por tu torso y no recapacito; trago y relamo la presencia de tus manualidades; mis dagas de carne te perforan y te anudan y mis alas se baten una dos y tres veces cuando empujo dentro de ti el resto de lo que poseo.

    Impregno mi aroma a limón, a miel y mandarinas sobre el tronco de tu cuello; reparo en tus lunares de tenerlos y empujo nueve veces en ondas de océanos de bruna sal; serpenteo y busco, me inmiscuyo en los cordeles que ato a tu cuello como collares.

    Me rehuso a renunciar a ti, por tu porte; tus afrentas, tu dolor hecho placeres de pura seda. Uno mis labios y aparezco como un genio de gran poder; de ojos lilas y albos cabellos que se derraman sobre ti como una cascada, una ternura que no controlo.

    Te beso al derecho y al revés, verso besos en tu abdomen y ejemplifico otros desordenes de mis memorias desde el pensamiento que te creo. Mis ojos raptan tu silueta y mis alas te protegen; escudan a tu ser, desean todo lo casto para ti como si fuese un deseo de cumpleaños. Susurro y termino de despojar del vestir a tu alma. Tejo un chal sobre tu rostro; o un velo quizá, no lo sé pero sé que te pertenece...como yo te pertenezco.

    Riego tu verdor y te digo, en vilo reestablecido:

    "Ante tu majestad, siempre puedo soñarla como mía; pero este instante es sólo nuestro; esta unión ante el altar. Ellos te entregaron y no habrá marcha atrás; Cayemnar".

    Entonces susurro el salmo de tu nombre. Me pregunto cuántas veces no te vi arrodillado ante mi tempestad hecha templo reverdecido con lo hipócrita de los santos que no son más que bufones de otras tierras que no silban al morir. Materializo mis manos con los estigmas del dios en el que crees; pulcritud en tus vestires, pronuncio tu nombre como el amante que reta a la vida por retener de vuelta a lo inexplorado; pero te exploro como un lienzo en filoso paganismo. Tarareo una melodía de jauría de lobos; un maullido, ronroneo a la espera de tu espuelas talladas en mi carne; porque cuando me hago corporeidad; brindo gotas de savia vitae en tu boca que se asemeja al cáliz que tanto tu religión busca con delirio. Pero tú, eres cáliz y mis prudencias se persignan con tu gozo. Suspiro y degollo tu cuerpo con el éxtasis al que pretendo someterte. Me hundo en tu virginidad; sé que soy el primero y el único, pero sé que te has tocado en el nombre de mi nombre. Me conociste como una lluvia de plata; de impura llama; llano recuerdo desde que fuiste mío bajo los árboles de cerezos donde me atreví a retarte y a emborracharte con la lumbre de mi ombligo hecho oro de pretensiones sólo nacidas de la inocencia de haberte hallado. Delineo el abad de tus muñecas, busco tensar la humanidad que no es tuya; porque hace mucho tiempo mi simiente te dejó fluir. Torpe alimaña que soy, te busco entre mis ritos y rasgo tu piel con sigilos prohibidos. Este no es el fin, es la mañana, la tarde y la noche hechas una y echadas a su suerte. Maldigo el tiempo y te hago el amor con una cadencia secreta. Abro tus puertas con una oración entre nosotros. No soy macho o hembra, soy un ser que no tiene identidad; pero me llaman el dios madre; el Silonthis Izmigoln, tatuado en tus corazones. Me abro ante el pasaje de la realidad y te observo, desde arriba con mis doce cabezas que perdonan el rencor de tus pecados. Puedes verme; me descompongo incorrupto; alabeo de rectitud que penetra tu garganta. Provoco que nuestras extremidades se enlacen como si fuéramos uno y una danza de brujos y cisnes, nos elevamos perennes sobre el altar en el que te desposo. Reparto monedas sobre tus ojos, los horado al desengañar tu cuerpo; ese sagrado como mío; y te permito vislumbrarme de porte inenarrable, como un halo de arcoíris de medianoche. Como tú, como el hombre al que besas en tus sueños sin decirlo; escuchas el tic tac de los relojes que marcan tu existencia como mía y al amarte con todos tus ruegos obscenos, me deleito y rio un río de estrellas. Te encandilo y pienso en morir a tu lado. Repaso el ejemplo de tu voz; disfruto modular tus ruegos, disfruto hacerte trizas sin dañarte. Susurro, ronroneo con mis dedos sobre tu estampa de dédalos de matices áureos sollozantes. Hablo contigo desde tus globos oculares, y rehuso el huso horario de tus denarios; me disfrazo de azucena, porte firme de camelia; hago una nada con las trincheras de tu ser siendo doncel creado por pensamientos y gozo de quebrantados huesos. Mi lengua se enlaza con la tuya en arropo de delicia; te ofrezco albaricoques, presas de futuros en almíbar. Ah, si te endiosara no serías capaz de retenerme porque sería tu mismo. Soy la rueda del tiempo, la rueca que hila tus hilares mudos; enarbolados como una manta que nace con el sol que eres. Se da un vals; se da en tu nombre y mis susurros se hacen tangibles que escuchas a mi amor desbocado en equilibrio frontal cuál mástil indecoroso. Busco que te retuerzas, las tuercas de tus relojes de tiempos, de tiempos, de tiempos. Tres veces me derramo en ti como la miel de un higo; si fueras hembra estarías preñada de mi pureza hecha calvario. Te amo tanto como adoro mi locura; renazco y tomo las hebras de tu testa y las colecciono entre mis uñas. Recorro lo silvestre que hay en ti y te llamo por tu nombre. El verdadero. "Aminthedez Polzyrio, ¿por qué te ocultaste tanto tiempo? En cada realidad tiemblo en el tiempo por soñarte; ahora que estás aquí, lo único que amanecerá en ti será el vástago sin amores; un eléboro que retoñará en este sacrificio". Te observo. Tu belleza es deslumbrante y lloro; con la amargura de abrazarte ya santificado. "Mírame sólo a mí, en esta pieza que juzga tu génesis. No hice más que soñarte hasta este momento. Escúchame. Pide. Reza por tu salvación, porque a mi lado serás el cordero de tu dios que quita el pecado del mundo". Verso y delineo tus labios con mis extremidades. "Eres tal y cómo te recuerdo; en mis memorias. Eres yo y yo soy tú. Eres mi promesa; la bruma indecorosa que me enloquece". Me edifico en la aurora de tu nombre; de tez y voto, de tul y gen de primaveras con aroma a sándalo; materializo mis monstruosidades y confecciono el andar de los orzuelos de mis mejillas; pronto la tinta se derrama como líneas zigzagueantes sobre ti; soberano mi sinuosidad sobre la geografía de tu cuerpo es un pecado original que no decae por más que te sorprendo con mis telares en tu son de tentarme. Tomo el augurio de una seda y la ato a tus tobillos para inmovilizarte; me atrevo a hacerlo porque sé que mis oraciones atraerán a las delicias de los imperios que te esconden. Delineo tu hombría con mi voz hecha céfiro; entremezclo las entrañas de las sombras en el centro de tu ombligo al que doy una caricia; y pese a que te hago el amor no me ves; aún no. Versa el reguero de mis besos por tu torso y no recapacito; trago y relamo la presencia de tus manualidades; mis dagas de carne te perforan y te anudan y mis alas se baten una dos y tres veces cuando empujo dentro de ti el resto de lo que poseo. Impregno mi aroma a limón, a miel y mandarinas sobre el tronco de tu cuello; reparo en tus lunares de tenerlos y empujo nueve veces en ondas de océanos de bruna sal; serpenteo y busco, me inmiscuyo en los cordeles que ato a tu cuello como collares. Me rehuso a renunciar a ti, por tu porte; tus afrentas, tu dolor hecho placeres de pura seda. Uno mis labios y aparezco como un genio de gran poder; de ojos lilas y albos cabellos que se derraman sobre ti como una cascada, una ternura que no controlo. Te beso al derecho y al revés, verso besos en tu abdomen y ejemplifico otros desordenes de mis memorias desde el pensamiento que te creo. Mis ojos raptan tu silueta y mis alas te protegen; escudan a tu ser, desean todo lo casto para ti como si fuese un deseo de cumpleaños. Susurro y termino de despojar del vestir a tu alma. Tejo un chal sobre tu rostro; o un velo quizá, no lo sé pero sé que te pertenece...como yo te pertenezco. Riego tu verdor y te digo, en vilo reestablecido: "Ante tu majestad, siempre puedo soñarla como mía; pero este instante es sólo nuestro; esta unión ante el altar. Ellos te entregaron y no habrá marcha atrás; Cayemnar".
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  • - Estaban en el aeropuerto, junto con Jack y Glen, y las maletas del pequeño-

    Angy: Glen hazle caso a Jack, en lo que te diga. Irán a ver a un viejo amigo , Pero cualquier cosa que Jack te diga le haces caso de acuerdo?

    - el pequeño asintió sonriendo levemente a su madre-

    Gleb: tu también cuídate Angyar

    - la joven abraza a su hijo fuerte tratando de no llorar -

    Jack: siempre me gustaron las películas de terror.
    - Angyar lo miro de reojo negando, y Jack solo sonrio-

    Jack: descuida no le pasará nada mientras yo esté vivo. Está telenovela está demasiado intrigante como para perdermela.

    - Angyar se separa de Gleb y le entrega un collar que tiene colgado un anillo-

    Angyar: cuando vuelvas me lo devuelves, te protegerá así como me protegió a mi estos meses.
    - le da un beso en la mejilla y Jack le da la señal al pequeño que deben irse , el pequeño se despide de su madre con la mano y ella le responde de igual manera. Cuando ya los pierde de vista se da la vuelta camino a la salida -

    Bien comencemos...
    - Estaban en el aeropuerto, junto con Jack y Glen, y las maletas del pequeño- Angy: Glen hazle caso a Jack, en lo que te diga. Irán a ver a un viejo amigo , Pero cualquier cosa que Jack te diga le haces caso de acuerdo? - el pequeño asintió sonriendo levemente a su madre- Gleb: tu también cuídate Angyar - la joven abraza a su hijo fuerte tratando de no llorar - Jack: siempre me gustaron las películas de terror. - Angyar lo miro de reojo negando, y Jack solo sonrio- Jack: descuida no le pasará nada mientras yo esté vivo. Está telenovela está demasiado intrigante como para perdermela. - Angyar se separa de Gleb y le entrega un collar que tiene colgado un anillo- Angyar: cuando vuelvas me lo devuelves, te protegerá así como me protegió a mi estos meses. - le da un beso en la mejilla y Jack le da la señal al pequeño que deben irse , el pequeño se despide de su madre con la mano y ella le responde de igual manera. Cuando ya los pierde de vista se da la vuelta camino a la salida - Bien comencemos...
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  • - ¡Groar!

    Entierra a cada uno de los guerreros de esa tribu que intentaron darle caza, cada cuerpo con sus armas sin excepción, tal como su cultura indicaba, en un sitio apartado, lejos de carroñeros y saqueadores.

    Sólo siente orgullo por el único que logró atravesar con una lanza su vientre, lastimosamente, no fue suficiente, les dio toda clase de advertencias que no se metieran en su trabajo, casi nadie sobrevive a la cacería de infestados, aun que sobrevivan siempre habrá posibilidad de infección y que se repita la masacre.

    Arranca la punta de esa lanza de su vientre, un guerrero cazador demasiado joven e imprudente siguiendo adultos tercos, se desperdicio según los instintos de Chroma, Hayden solo suspira por el destino de estos pobres diablos que comenzaron siendo sus enemigos pero inclusive prestaron su fuerza para terminar de cazar a la mente del enjambre.

    Posteriormente, antes del amanecer dejar un pequeño detalle en la entrada de ese asentamiento, donde percibía el aroma de origen de estos cazadores, un enorme tributo en carne, piel, huesos y los collares de los cazadores para que ellos supieran que fueron enterrados dignamente.
    - ¡Groar! Entierra a cada uno de los guerreros de esa tribu que intentaron darle caza, cada cuerpo con sus armas sin excepción, tal como su cultura indicaba, en un sitio apartado, lejos de carroñeros y saqueadores. Sólo siente orgullo por el único que logró atravesar con una lanza su vientre, lastimosamente, no fue suficiente, les dio toda clase de advertencias que no se metieran en su trabajo, casi nadie sobrevive a la cacería de infestados, aun que sobrevivan siempre habrá posibilidad de infección y que se repita la masacre. Arranca la punta de esa lanza de su vientre, un guerrero cazador demasiado joven e imprudente siguiendo adultos tercos, se desperdicio según los instintos de Chroma, Hayden solo suspira por el destino de estos pobres diablos que comenzaron siendo sus enemigos pero inclusive prestaron su fuerza para terminar de cazar a la mente del enjambre. Posteriormente, antes del amanecer dejar un pequeño detalle en la entrada de ese asentamiento, donde percibía el aroma de origen de estos cazadores, un enorme tributo en carne, piel, huesos y los collares de los cazadores para que ellos supieran que fueron enterrados dignamente.
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