Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
Esto se ha publicado como Out Of Character.
Tenlo en cuenta al responder.
Relato en Post y comentario de la imagen 🩷
No puedo mantener la compostura.
Cuando por fin la veo, cuando su figura rompe la línea del horizonte y su energía lunar me alcanza… me rompo.
Corro hacia ella y la abrazo como si el cuerpo me ardiera por dentro. Lloro contra su pecho.
Jennifer no dice ninguna de sus frases afiladas ni de sus bromas del caos.
No.
Ella me abraza más fuerte, me acuna contra su collar de reina y… le cae una lágrima.
Jennifer: “Shhh… ya está, pequeña. Respira conmigo… Respira como mamá.”
La palabra mamá no nace de su boca: nace de su alma. Es instintiva, primigenia, como si su propia sangre reconociera algo que su mente aún no ha alcanzado.
Y lo entiende.
Sin que yo tenga que explicarlo.
Sin que exista ninguna duda entre nosotras.
Se da cuenta de que yo no pertenezco a este tiempo.
De que soy su hija.
Jennifer: “Esto significa…” —su voz tiembla, pero no de miedo— “…que finalmente voy a encontrar a esa persona que tanto tiempo llevo buscando. Y voy a tener una preciosa hija con ella.”
Su abrazo se vuelve eterno.
Mi pecho se abre.
Y en ese momento lo siento: un poder antiguo despierta dentro de mí, como si el eclipse hubiera estado esperándome desde antes de nacer.
Cierro los ojos.
Y allí está la mirada del Caos, afilada, danzante, clavándose en mí desde las sombras.
Hakos Baelz.
Observándome.
Sonriendo con esa chispa de destino inevitable.
En esa oscuridad también veo a mi madre, a mis hermanas, a Akane… y todas y cada una de las transformaciones del linaje Queen. Sus ecos, sus pieles, sus luces y abismos.
Y por primera vez, entre ellas, la mía.
Una figura elegante.
Piel totalmente roja, como el corazón de un eclipse en llamas.
Una sombra viva y un sol sangrante al mismo tiempo.
Abro los ojos.
Y mi piel es roja como el fuego.
Un poder nuevo ruge dentro de mí, como un idioma que siempre estuvo ahí pero que hasta ahora no había podido pronunciar.
Lili: “Necesito encontrar a Veythra.”
Arc aparece sin hacer ruido, como si siempre hubiera estado presente.
Arc: “No la encontrarás aquí.”
Da un paso hacia atrás, su forma comienza a difuminarse bajo la luz moribunda del eclipse.
“Tu tiempo aquí… ha terminado.”
No puedo mantener la compostura.
Cuando por fin la veo, cuando su figura rompe la línea del horizonte y su energía lunar me alcanza… me rompo.
Corro hacia ella y la abrazo como si el cuerpo me ardiera por dentro. Lloro contra su pecho.
Jennifer no dice ninguna de sus frases afiladas ni de sus bromas del caos.
No.
Ella me abraza más fuerte, me acuna contra su collar de reina y… le cae una lágrima.
Jennifer: “Shhh… ya está, pequeña. Respira conmigo… Respira como mamá.”
La palabra mamá no nace de su boca: nace de su alma. Es instintiva, primigenia, como si su propia sangre reconociera algo que su mente aún no ha alcanzado.
Y lo entiende.
Sin que yo tenga que explicarlo.
Sin que exista ninguna duda entre nosotras.
Se da cuenta de que yo no pertenezco a este tiempo.
De que soy su hija.
Jennifer: “Esto significa…” —su voz tiembla, pero no de miedo— “…que finalmente voy a encontrar a esa persona que tanto tiempo llevo buscando. Y voy a tener una preciosa hija con ella.”
Su abrazo se vuelve eterno.
Mi pecho se abre.
Y en ese momento lo siento: un poder antiguo despierta dentro de mí, como si el eclipse hubiera estado esperándome desde antes de nacer.
Cierro los ojos.
Y allí está la mirada del Caos, afilada, danzante, clavándose en mí desde las sombras.
Hakos Baelz.
Observándome.
Sonriendo con esa chispa de destino inevitable.
En esa oscuridad también veo a mi madre, a mis hermanas, a Akane… y todas y cada una de las transformaciones del linaje Queen. Sus ecos, sus pieles, sus luces y abismos.
Y por primera vez, entre ellas, la mía.
Una figura elegante.
Piel totalmente roja, como el corazón de un eclipse en llamas.
Una sombra viva y un sol sangrante al mismo tiempo.
Abro los ojos.
Y mi piel es roja como el fuego.
Un poder nuevo ruge dentro de mí, como un idioma que siempre estuvo ahí pero que hasta ahora no había podido pronunciar.
Lili: “Necesito encontrar a Veythra.”
Arc aparece sin hacer ruido, como si siempre hubiera estado presente.
Arc: “No la encontrarás aquí.”
Da un paso hacia atrás, su forma comienza a difuminarse bajo la luz moribunda del eclipse.
“Tu tiempo aquí… ha terminado.”
Relato en Post y comentario de la imagen 🩷
No puedo mantener la compostura.
Cuando por fin la veo, cuando su figura rompe la línea del horizonte y su energía lunar me alcanza… me rompo.
Corro hacia ella y la abrazo como si el cuerpo me ardiera por dentro. Lloro contra su pecho.
Jennifer no dice ninguna de sus frases afiladas ni de sus bromas del caos.
No.
Ella me abraza más fuerte, me acuna contra su collar de reina y… le cae una lágrima.
Jennifer: “Shhh… ya está, pequeña. Respira conmigo… Respira como mamá.”
La palabra mamá no nace de su boca: nace de su alma. Es instintiva, primigenia, como si su propia sangre reconociera algo que su mente aún no ha alcanzado.
Y lo entiende.
Sin que yo tenga que explicarlo.
Sin que exista ninguna duda entre nosotras.
Se da cuenta de que yo no pertenezco a este tiempo.
De que soy su hija.
Jennifer: “Esto significa…” —su voz tiembla, pero no de miedo— “…que finalmente voy a encontrar a esa persona que tanto tiempo llevo buscando. Y voy a tener una preciosa hija con ella.”
Su abrazo se vuelve eterno.
Mi pecho se abre.
Y en ese momento lo siento: un poder antiguo despierta dentro de mí, como si el eclipse hubiera estado esperándome desde antes de nacer.
Cierro los ojos.
Y allí está la mirada del Caos, afilada, danzante, clavándose en mí desde las sombras.
Hakos Baelz.
Observándome.
Sonriendo con esa chispa de destino inevitable.
En esa oscuridad también veo a mi madre, a mis hermanas, a Akane… y todas y cada una de las transformaciones del linaje Queen. Sus ecos, sus pieles, sus luces y abismos.
Y por primera vez, entre ellas, la mía.
Una figura elegante.
Piel totalmente roja, como el corazón de un eclipse en llamas.
Una sombra viva y un sol sangrante al mismo tiempo.
Abro los ojos.
Y mi piel es roja como el fuego.
Un poder nuevo ruge dentro de mí, como un idioma que siempre estuvo ahí pero que hasta ahora no había podido pronunciar.
Lili: “Necesito encontrar a Veythra.”
Arc aparece sin hacer ruido, como si siempre hubiera estado presente.
Arc: “No la encontrarás aquí.”
Da un paso hacia atrás, su forma comienza a difuminarse bajo la luz moribunda del eclipse.
“Tu tiempo aquí… ha terminado.”