Sí debía de ser sincera, le hubiera gustado poder posponer por mucho más tiempo todo aquello y no precisamente por que le doliera o no quisiera dar ese paso, finalmente, era algo que quería hacer desde hacía mucho tiempo. Pero el tener que verbalizarlo, enfrentarse a él y a su opinión... No era fácil.

Llevaba la correa de Artto en la mano, después de terminar de sacar y limpiar toda su madriguera, la peliverde había dado un último paseo con él. Cuando por fin le retiró el collar improvisado y quedó sin correa, el bichejo tardó un momento en entender que pasaba. Fue una despedida corta, el lagarto se perdió rápidamente entre las dunas.

Nelliel se dijo que tenía que asegurarse que no le pasaría nada, simple excusa para no tener que regresar todavía al palacio. Ya no tenía nada más que hacer ahí. Hueco Mundo ya no significaba nada para ella, ni tampoco sentía ya conexión con aquella arena. Era momento de dejarlo todo atrás.

MIentras sus pasos se dirigían de nuevo a Las Noches, el peso que se había ido en cuanto tomó la decisión de irse poco a poco se fue instalando de nuevo, aunque esta vez, reconocía la diferencia; no era cansancio, era miedo. Le tenía un temor atroz a lo que tenía que hacer. En Hueco Mundo nunca había terminado de sentirse aceptada, incluso cuando no conocía más, sin embargo, admitía que lo más parecido que había tenido a un momento de felicidad había sido con el peliazul.

Inspiró hondo, una vez parada frente a la puerta de su habitación. Sí, Huco Mundo ya no era su hogar y ya no significaba nada, pero él seguía siendo su compañero, por más distancia que pusieran, por más que su relación se haya fracturado. Tocó un par de veces la puerta, tragando saliva.

— ¿Grimmjow?

Grimmjow Jaegerjaquez
Sí debía de ser sincera, le hubiera gustado poder posponer por mucho más tiempo todo aquello y no precisamente por que le doliera o no quisiera dar ese paso, finalmente, era algo que quería hacer desde hacía mucho tiempo. Pero el tener que verbalizarlo, enfrentarse a él y a su opinión... No era fácil. Llevaba la correa de Artto en la mano, después de terminar de sacar y limpiar toda su madriguera, la peliverde había dado un último paseo con él. Cuando por fin le retiró el collar improvisado y quedó sin correa, el bichejo tardó un momento en entender que pasaba. Fue una despedida corta, el lagarto se perdió rápidamente entre las dunas. Nelliel se dijo que tenía que asegurarse que no le pasaría nada, simple excusa para no tener que regresar todavía al palacio. Ya no tenía nada más que hacer ahí. Hueco Mundo ya no significaba nada para ella, ni tampoco sentía ya conexión con aquella arena. Era momento de dejarlo todo atrás. MIentras sus pasos se dirigían de nuevo a Las Noches, el peso que se había ido en cuanto tomó la decisión de irse poco a poco se fue instalando de nuevo, aunque esta vez, reconocía la diferencia; no era cansancio, era miedo. Le tenía un temor atroz a lo que tenía que hacer. En Hueco Mundo nunca había terminado de sentirse aceptada, incluso cuando no conocía más, sin embargo, admitía que lo más parecido que había tenido a un momento de felicidad había sido con el peliazul. Inspiró hondo, una vez parada frente a la puerta de su habitación. Sí, Huco Mundo ya no era su hogar y ya no significaba nada, pero él seguía siendo su compañero, por más distancia que pusieran, por más que su relación se haya fracturado. Tocó un par de veces la puerta, tragando saliva. — ¿Grimmjow? [6espada]
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