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    | ¡Feliz Halloween! |

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    Ataviado con una túnica negra de bordes en púrpura oscuro y un clásico sombrero puntiagudo de bruja, Junior recorría los pasillos sosteniendo en una de sus manos una pequeña calabaza tallada, a modo de cubeta, repleta de caramelos y paletas de la compañía Funtom. De hecho, llevaba en la boca una paleta de sabor frutilla, con el palillo asomando de forma casual, lo cual le daba el aspecto de un niño cualquiera en lugar del joven amo de la casa.

    El motivo de su disfraz, que, cabe decir, no fue elegido por él sino por Mey Rin, se debía a la tradición anual de su padre, quien organizaba una festividad en el Día de Brujas para los niños del pueblo, invitándolos a recorrer los jardines en una búsqueda de dulces.

    "Incluso mi padre tiene cierto lado generoso", pensó.

    Como conde de estas tierras, resultaba lógico que organizara actividades para mantener la simpatía de su gente. Sin embargo, a Junior le venían a la mente diversos métodos que no implicaban una fiesta infantil… aunque era claro que su padre lo hacía por otras razones.

    —¡Joven amo! —llamó Bard, acercándose con un semblante urgente.

    —¿Qué ocurre?

    —Lo hemos estado buscando, ¿dónde se había metido?

    —Ah —dejó salir Junior, sin mucha brillantez.

    Se había tomado su tiempo a propósito, para irritar a su padre, entreteniéndose pintando sobre un lienzo algo alusivo a Halloween. No obstante, perdió la noción del tiempo, y, cuando quiso darse cuenta, ya atardecía en el exterior.

    Con ello dicho, el joven amo y el cocinero emprendieron camino hacia el salón.

    —Joven amo.

    —¿Sí, Bard?

    —No es nada.

    Junior soltó un bufido.

    —Sí, sí. Lo sé. Me veo ridículo.

    Pero, dada la hora, cambiaron de rumbo y se dirigieron al vestíbulo. Este se hallaba sorprendentemente alegre y bullicioso, un espectáculo poco frecuente en la sombría mansión. Mas lo que realmente destacaba era la presencia de su padre. Conociendo el desagrado que este sentía por tales eventos, resultaba peculiar verlo entre los niños, claro que en sentido figurado, pues en realidad no se acercaba a nadie, y los infantes ya comenzaban a despedirse.

    —Conde Phantomhive —anunció, aproximándose.

    —Junior —dijo su padre con calma, frunciendo el ceño al instante. —Llegas tarde.

    Verlo molesto resultaba gratificante, y Junior dejó escapar una ligera sonrisa.

    —Mis disculpas. Me distraje pintando y perdí la noción del tiempo.

    Ciel suspiró, lanzando una mirada hacia los niños, quienes contaban sus caramelos junto a sus padres.

    —Te perdiste la búsqueda.

    Junior asintió.

    —Sí, qué lástima.

    El tono de su voz delataba su total falta de remordimiento. Se había perdido toda la fiesta, pero para él no tenía importancia. No era como si fuera su primera vez.

    Tenía cinco años cuando su padre comenzó esta tradición, y a los trece, ya la encontraba tediosa.

    Ciel negó con la cabeza, y apoyándose en su bastón, se dispuso a retirarse.

    —No necesitas continuar con esto —dijo Junior repentinamente, deteniendo a Ciel.

    —¿A qué te refieres? —preguntó, sin volverse.

    —No hace falta que sigas organizando una fiesta cada año para que haga amigos.

    Ciel guardó silencio, y al estar de espaldas, sus expresiones resultaban indescifrables. Junior solo lo observó alejarse, sin emitir respuesta alguna.

    Nadie lo estaba observando, por lo que se tomó la libertad de esbozar una sonrisa amplia, incluso feliz.

    —Gracias, padre.

    Que hubiera tenido este tipo de detalle cada año, solo por él, le brindaba a su corazón una calidez que, a veces, creía perdida.

    —Pero ya soy demasiado grande para estas trivialidades —murmuró.

    Luego miró su atuendo.

    —Además, este disfraz es espantoso.

    Esperaba que Mey Rin no se ofendiera por haberse mostrado tan poco con aquel atuendo.
    | ¡Feliz Halloween! | ------- Ataviado con una túnica negra de bordes en púrpura oscuro y un clásico sombrero puntiagudo de bruja, Junior recorría los pasillos sosteniendo en una de sus manos una pequeña calabaza tallada, a modo de cubeta, repleta de caramelos y paletas de la compañía Funtom. De hecho, llevaba en la boca una paleta de sabor frutilla, con el palillo asomando de forma casual, lo cual le daba el aspecto de un niño cualquiera en lugar del joven amo de la casa. El motivo de su disfraz, que, cabe decir, no fue elegido por él sino por Mey Rin, se debía a la tradición anual de su padre, quien organizaba una festividad en el Día de Brujas para los niños del pueblo, invitándolos a recorrer los jardines en una búsqueda de dulces. "Incluso mi padre tiene cierto lado generoso", pensó. Como conde de estas tierras, resultaba lógico que organizara actividades para mantener la simpatía de su gente. Sin embargo, a Junior le venían a la mente diversos métodos que no implicaban una fiesta infantil… aunque era claro que su padre lo hacía por otras razones. —¡Joven amo! —llamó Bard, acercándose con un semblante urgente. —¿Qué ocurre? —Lo hemos estado buscando, ¿dónde se había metido? —Ah —dejó salir Junior, sin mucha brillantez. Se había tomado su tiempo a propósito, para irritar a su padre, entreteniéndose pintando sobre un lienzo algo alusivo a Halloween. No obstante, perdió la noción del tiempo, y, cuando quiso darse cuenta, ya atardecía en el exterior. Con ello dicho, el joven amo y el cocinero emprendieron camino hacia el salón. —Joven amo. —¿Sí, Bard? —No es nada. Junior soltó un bufido. —Sí, sí. Lo sé. Me veo ridículo. Pero, dada la hora, cambiaron de rumbo y se dirigieron al vestíbulo. Este se hallaba sorprendentemente alegre y bullicioso, un espectáculo poco frecuente en la sombría mansión. Mas lo que realmente destacaba era la presencia de su padre. Conociendo el desagrado que este sentía por tales eventos, resultaba peculiar verlo entre los niños, claro que en sentido figurado, pues en realidad no se acercaba a nadie, y los infantes ya comenzaban a despedirse. —Conde Phantomhive —anunció, aproximándose. —Junior —dijo su padre con calma, frunciendo el ceño al instante. —Llegas tarde. Verlo molesto resultaba gratificante, y Junior dejó escapar una ligera sonrisa. —Mis disculpas. Me distraje pintando y perdí la noción del tiempo. Ciel suspiró, lanzando una mirada hacia los niños, quienes contaban sus caramelos junto a sus padres. —Te perdiste la búsqueda. Junior asintió. —Sí, qué lástima. El tono de su voz delataba su total falta de remordimiento. Se había perdido toda la fiesta, pero para él no tenía importancia. No era como si fuera su primera vez. Tenía cinco años cuando su padre comenzó esta tradición, y a los trece, ya la encontraba tediosa. Ciel negó con la cabeza, y apoyándose en su bastón, se dispuso a retirarse. —No necesitas continuar con esto —dijo Junior repentinamente, deteniendo a Ciel. —¿A qué te refieres? —preguntó, sin volverse. —No hace falta que sigas organizando una fiesta cada año para que haga amigos. Ciel guardó silencio, y al estar de espaldas, sus expresiones resultaban indescifrables. Junior solo lo observó alejarse, sin emitir respuesta alguna. Nadie lo estaba observando, por lo que se tomó la libertad de esbozar una sonrisa amplia, incluso feliz. —Gracias, padre. Que hubiera tenido este tipo de detalle cada año, solo por él, le brindaba a su corazón una calidez que, a veces, creía perdida. —Pero ya soy demasiado grande para estas trivialidades —murmuró. Luego miró su atuendo. —Además, este disfraz es espantoso. Esperaba que Mey Rin no se ofendiera por haberse mostrado tan poco con aquel atuendo.
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  • Carmina estaba detrás del mostrador de su pequeña tienda de conveniencia, revisando las fechas de caducidad de los productos en los estantes. Era una mañana tranquila, y el suave zumbido de las luces fluorescentes llenaba el espacio con un ruido de fondo constante. La mayoría de los clientes aún no llegaban, lo que le daba tiempo para organizar y limpiar.

    Mientras acomodaba los frascos de café instantáneo, un recuerdo cálido se abrió paso en su mente. La cocina de su abuelo Pietro siempre olía a café recién molido. Incluso en esta época, cuando las máquinas de cápsulas y los baristas dominaban el panorama, él insistía en usar su viejo molinillo manual cada mañana. "El café sabe mejor cuando lo haces con tus propias manos," solía decirle, con una sonrisa llena de sabiduría. Carmina podía casi escuchar el sonido del molinillo y ver la expresión de concentración en su rostro mientras giraba la manivela con calma.

    Se dirigió al área de productos frescos, donde empezó a revisar la sección de frutas y verduras. Mientras elegía cuáles desechar, recordó cómo Pietro la llevaba al mercado los fines de semana. Siempre seleccionaba las hierbas y especias con cuidado, diciendo que cada ingrediente tenía una historia y un propósito. "Tienes que saber escuchar lo que la tierra te ofrece," le explicaba mientras le mostraba cómo diferenciar el romero fresco del que había perdido su fragancia. Aunque ahora Carmina no vendía hierbas en su tienda, esa lección se quedó con ella, enseñándole a valorar la calidad y la esencia de las cosas, incluso en un lugar tan moderno y ajetreado como su tienda.

    Pasó un paño por las superficies del mostrador, sus pensamientos aún sumidos en esos días. Aunque la tienda estaba lejos de la acogedora botica de su abuelo, donde las plantas secas colgaban del techo y el olor a hierbas impregnaba el aire, ella había intentado conservar algo de esa calidez. Pietro siempre decía que un negocio era más que una transacción; era un intercambio de energía y un lugar donde las personas se encontraban para conectar, aunque solo fuera por un breve momento.

    Carmina ajustó la pequeña planta de lavanda que tenía junto a la caja registradora, un guiño a los días pasados. Pietro solía tener plantas por toda la casa, cada una con un propósito. La lavanda, decía, era para la calma y el equilibrio. "Las personas están tan ocupadas hoy en día que a veces se olvidan de respirar," le había dicho una vez mientras arreglaba unas macetas en la ventana. "Pero un pequeño toque de naturaleza siempre puede ayudar."

    El sonido de la puerta automática interrumpió sus pensamientos cuando un cliente entró. Carmina saludó con una sonrisa y lo ayudó a encontrar lo que buscaba. Al finalizar la transacción, el cliente se marchó con un agradecimiento, y Carmina se quedó un momento mirando la puerta cerrarse. Quizás su tienda no tenía la magia antigua de la botica de Pietro, pero aún era un lugar donde podía poner en práctica lo que él le había enseñado: la importancia de los pequeños gestos y de hacer sentir a las personas bienvenidas.

    Terminó de acomodar la caja de barras energéticas en el estante y se permitió una pequeña sonrisa. Su abuelo le había dejado más que recuerdos; le había dejado un legado de conexión y cuidado, algo que intentaba honrar cada día, incluso en una simple tienda de conveniencia en plena ciudad.

    Carmina estaba detrás del mostrador de su pequeña tienda de conveniencia, revisando las fechas de caducidad de los productos en los estantes. Era una mañana tranquila, y el suave zumbido de las luces fluorescentes llenaba el espacio con un ruido de fondo constante. La mayoría de los clientes aún no llegaban, lo que le daba tiempo para organizar y limpiar. Mientras acomodaba los frascos de café instantáneo, un recuerdo cálido se abrió paso en su mente. La cocina de su abuelo Pietro siempre olía a café recién molido. Incluso en esta época, cuando las máquinas de cápsulas y los baristas dominaban el panorama, él insistía en usar su viejo molinillo manual cada mañana. "El café sabe mejor cuando lo haces con tus propias manos," solía decirle, con una sonrisa llena de sabiduría. Carmina podía casi escuchar el sonido del molinillo y ver la expresión de concentración en su rostro mientras giraba la manivela con calma. Se dirigió al área de productos frescos, donde empezó a revisar la sección de frutas y verduras. Mientras elegía cuáles desechar, recordó cómo Pietro la llevaba al mercado los fines de semana. Siempre seleccionaba las hierbas y especias con cuidado, diciendo que cada ingrediente tenía una historia y un propósito. "Tienes que saber escuchar lo que la tierra te ofrece," le explicaba mientras le mostraba cómo diferenciar el romero fresco del que había perdido su fragancia. Aunque ahora Carmina no vendía hierbas en su tienda, esa lección se quedó con ella, enseñándole a valorar la calidad y la esencia de las cosas, incluso en un lugar tan moderno y ajetreado como su tienda. Pasó un paño por las superficies del mostrador, sus pensamientos aún sumidos en esos días. Aunque la tienda estaba lejos de la acogedora botica de su abuelo, donde las plantas secas colgaban del techo y el olor a hierbas impregnaba el aire, ella había intentado conservar algo de esa calidez. Pietro siempre decía que un negocio era más que una transacción; era un intercambio de energía y un lugar donde las personas se encontraban para conectar, aunque solo fuera por un breve momento. Carmina ajustó la pequeña planta de lavanda que tenía junto a la caja registradora, un guiño a los días pasados. Pietro solía tener plantas por toda la casa, cada una con un propósito. La lavanda, decía, era para la calma y el equilibrio. "Las personas están tan ocupadas hoy en día que a veces se olvidan de respirar," le había dicho una vez mientras arreglaba unas macetas en la ventana. "Pero un pequeño toque de naturaleza siempre puede ayudar." El sonido de la puerta automática interrumpió sus pensamientos cuando un cliente entró. Carmina saludó con una sonrisa y lo ayudó a encontrar lo que buscaba. Al finalizar la transacción, el cliente se marchó con un agradecimiento, y Carmina se quedó un momento mirando la puerta cerrarse. Quizás su tienda no tenía la magia antigua de la botica de Pietro, pero aún era un lugar donde podía poner en práctica lo que él le había enseñado: la importancia de los pequeños gestos y de hacer sentir a las personas bienvenidas. Terminó de acomodar la caja de barras energéticas en el estante y se permitió una pequeña sonrisa. Su abuelo le había dejado más que recuerdos; le había dejado un legado de conexión y cuidado, algo que intentaba honrar cada día, incluso en una simple tienda de conveniencia en plena ciudad.
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  • 》Cita BMF《

    -el conejito habia planeado una cita divertida para sus novios [o al menos para el era divertido, despues de todo coleccionar rocas no seria en vano] le habia dicho a [BigGator1] y Glamrock Freddy que vinieran a su camerino en la tarde/noche, que les daria una sorpresa, y ahi estaba esperando a ambos amores, en una mesita estaban varios bocadillos, comida, snacks y bebidas gaseosas, y en el centro de su camerino, habia una manta con varias rocas, la mayoria sin nada puesto, y muchos plumones, colores y cosas para manualidades, el wonejito estaba nervioso, y si no les agradaba lo que habia hecho?... esas dudas y anciedad le consumian, pero aun asi decidio solo esperar-


    Bien... no deben de tardar...
    》Cita BMF《 -el conejito habia planeado una cita divertida para sus novios [o al menos para el era divertido, despues de todo coleccionar rocas no seria en vano] le habia dicho a [BigGator1] y [FreddyGlamrock79] que vinieran a su camerino en la tarde/noche, que les daria una sorpresa, y ahi estaba esperando a ambos amores, en una mesita estaban varios bocadillos, comida, snacks y bebidas gaseosas, y en el centro de su camerino, habia una manta con varias rocas, la mayoria sin nada puesto, y muchos plumones, colores y cosas para manualidades, el wonejito estaba nervioso, y si no les agradaba lo que habia hecho?... esas dudas y anciedad le consumian, pero aun asi decidio solo esperar- Bien... no deben de tardar...
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  • —No va a admitir que lleva todo el mes preparando el regalo de cumpleaños perfecto. Sí, Jess es perfeccionista, siempre lo ha sido. Cuando algo se le mete entre ceja y ceja puede ser tremendamente concienzuda. No hay detalle que se le escape y no le gusta dejar nada al azar. Preparar los detalles de aquellos regalos no fue difícil, al menos no para ella.

    A comienzos de Agosto habia comenzado a buscar entre las mejores tiendas y boutiques de Nueva York para encontrar el traje perfecto. Ese que le gritase "Marcus" por los cuatro costados.

    Encontrar el juego de pluma y tinteros fue algo más difícil, no por nada encargó la mejor pluma venida desde Londres. Una pluma capaz de escribir tambien a vuelapluma tanto como de forma manual.

    Los gemelos... ¡ah! Los gemelos fueron la tarea mas compleja. Orgullosamente son gemelos originales y totalmente creados únicamente para Marcus. Dos serpientes de oro que darán el toque perfecto a un traje que parece hecho a medida para el propio auror.
    Ha preparado todo esto en el salón de su casa mientras Marcus se viste y se adecenta para ir a trabajar aquella mañana. Dos paquetes en papel dorado y el mas pequeño en plateado, adornado con lazos de tul de color blanco.
    Esa es la visión que Marcus percibe cuando sale del dormitorio colocándose la americana—

    ¡FELICIDADES!

    —Exclama la bruja abriendo los brazo y esbozando una enorme sonrisa. En ese momento un monton de confeti salta por los aires llenando el salón de pequeños papelitos dorados y plateados—

    ¿Me he pasado? Puede ser... Queria hacer algo distinto...

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤ Marcus Byrne


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    —No va a admitir que lleva todo el mes preparando el regalo de cumpleaños perfecto. Sí, Jess es perfeccionista, siempre lo ha sido. Cuando algo se le mete entre ceja y ceja puede ser tremendamente concienzuda. No hay detalle que se le escape y no le gusta dejar nada al azar. Preparar los detalles de aquellos regalos no fue difícil, al menos no para ella. A comienzos de Agosto habia comenzado a buscar entre las mejores tiendas y boutiques de Nueva York para encontrar el traje perfecto. Ese que le gritase "Marcus" por los cuatro costados. Encontrar el juego de pluma y tinteros fue algo más difícil, no por nada encargó la mejor pluma venida desde Londres. Una pluma capaz de escribir tambien a vuelapluma tanto como de forma manual. Los gemelos... ¡ah! Los gemelos fueron la tarea mas compleja. Orgullosamente son gemelos originales y totalmente creados únicamente para Marcus. Dos serpientes de oro que darán el toque perfecto a un traje que parece hecho a medida para el propio auror. Ha preparado todo esto en el salón de su casa mientras Marcus se viste y se adecenta para ir a trabajar aquella mañana. Dos paquetes en papel dorado y el mas pequeño en plateado, adornado con lazos de tul de color blanco. Esa es la visión que Marcus percibe cuando sale del dormitorio colocándose la americana— ¡FELICIDADES! —Exclama la bruja abriendo los brazo y esbozando una enorme sonrisa. En ese momento un monton de confeti salta por los aires llenando el salón de pequeños papelitos dorados y plateados— ¿Me he pasado? Puede ser... Queria hacer algo distinto... ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤ [MarcxsB] #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • -leyendo el manual de instrucciones de una robot domestica que debia reparar- "Asegurese de no colocar la unidad en un borde de alguna mesa o camilla de reparacion" ah... ya entiendo. -veia a la robot de limpieza domestica cerca del borde izquierdo de la mesa-
    -leyendo el manual de instrucciones de una robot domestica que debia reparar- "Asegurese de no colocar la unidad en un borde de alguna mesa o camilla de reparacion" ah... ya entiendo. -veia a la robot de limpieza domestica cerca del borde izquierdo de la mesa-
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  • —Nunca se había interesado demasiado por la fotografía, ella habia sido siempre más... ¿manual? Hope era de esas personas que necesitaba componer con sus manos. Un pincel en la mano, un carboncillo... y era capaz de crear y componer una imagen. Capaz de trasladarla de su imaginación a un lienzo en blanco.

    Pero... Ha descubierto con grata sorpresa que ver la vida a través del pentaprisma de una cámara réflex no es tan distinto a sus cuadros. La composición, la estructura, esos valores siguen siendo iguales... Es arte a fin de cuentas. El ojo artístico existe...—


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    —Nunca se había interesado demasiado por la fotografía, ella habia sido siempre más... ¿manual? Hope era de esas personas que necesitaba componer con sus manos. Un pincel en la mano, un carboncillo... y era capaz de crear y componer una imagen. Capaz de trasladarla de su imaginación a un lienzo en blanco. Pero... Ha descubierto con grata sorpresa que ver la vida a través del pentaprisma de una cámara réflex no es tan distinto a sus cuadros. La composición, la estructura, esos valores siguen siendo iguales... Es arte a fin de cuentas. El ojo artístico existe...— #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • -Monlogo/pensamientos de Star-

    "Últimamente he conocido y convivido con gente realmente agradable. Desde que me mudé a esta ciudad... No tenía mucha esperanza de conseguir algo o siquiera reemplazar el vago sentimiento agradable que sigue viviendo en mis recuerdos del infierno. Je. Suena raro, ¿verdad? Tener recuerdos felices en un lugar lleno de pecado."

    "Pero me alegra saber en el fondo que lo conseguí. Quizás no reemplazarlo, pero sí volver a vivir esa felicidad y con nuevos recuerdos por delante."

    "Cada persona de este lugar es algo que jamás había visto antes ¡Y es fascinante! Mort es realmente dulce, el otro día me hizo un pequeño origami en forma de pajarito y me preguntó si alguna vez quería hacer manualidades con él ¡Es como un peluche abrazable muy lindo! ¡Oh, oh! Y hablando de peluches, ¡Dientitos de tiburón me regaló uno de un tigre! Aún no le tengo nombre, quizás pensaré en uno para él pronto o tal vez le coloque el nombre de él en su honor. También tenemos al "chiquillo malo" de Rhett que, de a poco que lo conozco, es muy blandito. Supongo que aun tengo el don de calentar los corazones fríos de la gente. ¡Ah, y la brujita del amor! Uhh... ¿Kardia? Sí, también es una chica muy agradable, a pesar de que entra de maneras surreales a mi casa, al igual que Mort."

    "Pero el punto es que... Gracias a este pequeño círculo de criaturas empiezo a sentirme bien en un lugar nuevo, y eso es... No lo sé. Es como si mi corazón se prendiera en fuego de solo pensarlo. Ese calor abrazador que no siempre puedes ser capaz de sentir. Un lugar seguro."

    -Inserte pequeñas escenas de los recuerditos de Star, justamente aquí abajo -


    -Monlogo/pensamientos de Star- "Últimamente he conocido y convivido con gente realmente agradable. Desde que me mudé a esta ciudad... No tenía mucha esperanza de conseguir algo o siquiera reemplazar el vago sentimiento agradable que sigue viviendo en mis recuerdos del infierno. Je. Suena raro, ¿verdad? Tener recuerdos felices en un lugar lleno de pecado." "Pero me alegra saber en el fondo que lo conseguí. Quizás no reemplazarlo, pero sí volver a vivir esa felicidad y con nuevos recuerdos por delante." "Cada persona de este lugar es algo que jamás había visto antes ¡Y es fascinante! Mort es realmente dulce, el otro día me hizo un pequeño origami en forma de pajarito y me preguntó si alguna vez quería hacer manualidades con él ¡Es como un peluche abrazable muy lindo! ¡Oh, oh! Y hablando de peluches, ¡Dientitos de tiburón me regaló uno de un tigre! Aún no le tengo nombre, quizás pensaré en uno para él pronto o tal vez le coloque el nombre de él en su honor. También tenemos al "chiquillo malo" de Rhett que, de a poco que lo conozco, es muy blandito. Supongo que aun tengo el don de calentar los corazones fríos de la gente. ¡Ah, y la brujita del amor! Uhh... ¿Kardia? Sí, también es una chica muy agradable, a pesar de que entra de maneras surreales a mi casa, al igual que Mort." "Pero el punto es que... Gracias a este pequeño círculo de criaturas empiezo a sentirme bien en un lugar nuevo, y eso es... No lo sé. Es como si mi corazón se prendiera en fuego de solo pensarlo. Ese calor abrazador que no siempre puedes ser capaz de sentir. Un lugar seguro." -Inserte pequeñas escenas de los recuerditos de Star, justamente aquí abajo ⬇️-
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  • 𝐁𝐀𝐂𝐊 𝐀𝐓 𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐑𝐎𝐓𝐇𝐄𝐋.
    Fandom HOUSE OF THE DRAGON.
    Categoría Drama
    Aún se sentía extranjera en ese submundo. Cada vez que puno de sus pies ponía la planta sobre las calles portuarias, el escalofrío más pequeño le erguía la postura.

    Pero ahí estaba, ataviada con sus pantalones de entrenamiento, botas de cuero, camisa, y una capa que ocultaba las características visuales de Aemma Targaryen, permitiéndole fundirse con la multitud.

    Decidió prescindir de Ser Criston esta vez, ya que la misión era casi un reto personal. Lo normal sería entrar al burdel y pedir la presencia de su hermano al menos con los pantalones puestos, y le era traído. Hoy no. Hoy entraba con la cabeza en alto. Todos girándose a mirarla. Por cada paso un par de ojos más se pegaba en ella.

    —— Seguid con lo vuestro, sabéis a lo que vine. —— Y encontró a su objetivo con, vaya sorpresa, escasa ropa, una copa de vino servida a su lado, y una señorita sentada en sus piernas.

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    ⸻ Odiaba estar en la Fortaleza Roja, detestaba a su familia. Le irritaba su hermana Aemma y más con su actitud de psicópata, siempre rechazado, humillado sin ningún tipo de piedad ¿Por qué debería hacerle algún tipo de favor? Era una loca y lo que más detestaba eran los Sentimientos que tenía hacia ella, amor. Estaba enamorado de una forma casi enfermiza y deseoso de sentir la mínima atención de Aemma. Tenía poco amor propio, se desintegró en el momento en que intentó pasar tiempo con ella. Siete infiernos, no podía dejar de pensar en ella y en Todo lo que le hacía sentir. . . Temblar cada célula de su cuerpo, incluso cuando lo golpeaba, la intimidad se hacía evidente entre ambos. . .

    No podía pensar con claridad, necesitaba olvidar y darle un mensaje a Aemma. No estaría siempre detrás de ella, dejaría de Prestarle atención, por eso decidió que el camino de la seda era la mejor opción para desintoxicar a su mente de su hermana pequeña.

    Estaba disfrutando, con una copa de vino y una fulana que no sabía su nombre, pero gracias a la embriaguez fluyendo por su sangre, podía Imaginar a Aemma, una mala opción para olvidarla. Estaba concentrado en acariciar la feminidad de la ramera, que ni se dio cuenta que su hermana estaba ahí. ⸻

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    No había asomo de sorpresa ni impresión. Las mujeres del establecimiento, cada vez que lo buscaba, lo despedían con vítores y risas, mientras las ganancias de la noche tintineaban en sus bolsas de paga.

    Quizás era demasiado contundente la influencia de su hermano en esta área tan particular y desprovista de ropajes para pasar desapercibida. El ojo de Aemma aterrizó en la entrepierna de esta... 𝗽𝘂𝘁𝗮, no hay otro nombre, es lo que es.

    —— Aegon. —— Detuvo su avance frente al dipsómano empedernido. La pulsión de asir a la mujer por la cabellera y estrellar su frente contra el borde de la mesa era formidable, casi irresistible. No obstante, ejerció un férreo autocontrol. Se hallaba en cumplimiento de su horario laboral. La situación era clara: ella no albergaba ningún deseo genuino de permanecer junto a Aegon. No necesita decirle a que vino. Él sabe. Su presencia no es otra cosa que la llamada a la retirada.

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    ⸻ La otra mano tanteó la mesa para encontrar la copa de vino y se la llevó a los labios, para beber de un solo trago todo el contenido. El dulzor le llegó a la garganta, mientras disfrutaba de los gemidos procesados por la garganta de esa prostituta. Aumentando la velocidad De su actitud manual, estaba tan concentrado en su objetivo de hacer venir a la mujer, que se fijó en la presencia de su hermana cuando lo llamó. . . El color de su rostro se cambió a uno de desprecio y frustración, la estaba olvidando en parte y ahora seguía ahí, como un alma En pena dispuesta a torturarle. ⸻

    Lárgate Aemma, te he dejado todo el día en paz ¿No era eso lo que querías?.

    ⸻ La mirada se pasó de su hermana hacia los diferentes hombres que estaban ahí, no paraban de mirar a la princesa. . . Una sensación extraña de celos y pertenencia Se instaló en su estómago, estaban repitiendo toda la situación de esa fatídica noche. ⸻

    Solo mira hermanita, el placer que se te escapa. . .

    ⸻ Presiona los dedos dentro del calor de esa fulana y la tocaba de forma asombrosa. ⸻

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    —— ¿Crees que quiero estar aquí? —— El hedor del pecado nefando resultaba insoportable, mientras la cerveza de ínfima calidad derramada en el suelo embadurnaba su brillo con una capa pegajosa y opaca. Los sonidos estridentes perturbaban sus afinados y bien entrenados oídos. Este era el último lugar donde desearía encontrarse, y estuvo a punto de sujetar a Aegon por las orejas y arrastrarlo fuera, cual infante malcriado. Sin embargo, una vez más, se contuvo.

    —— Págale y vístete, nos vamos. —— Las miradas ajenas devoraban la capa que la envolvía hasta los tobillos. Pensamientos impuros atravesaban las mentes de aquellos hombres. No necesitaba ser una experta en la materia para percatarse de ello. —— Ahora.

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    No llevo ni doce horas fuera y has tenido que venir. Dejar de ser una mentirosa y admite que no puedes estar sin mí. Tú obsesa actitud, me pone muy cachondo. . .

    ⸻ Uno de sus ojos se cerró a modo de guiño, sacando los dedos de la humedad ajena, observando aún a todos los que No apartaban sus lascivas miradas de su hermana. Siete infiernos, los mandaría colgar a todos ¿Cómo se atrevían a mirar a 𝙨𝙪 𝙝𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙖? Era de 𝙨𝙪 pertenencia.

    De nuevo volvían sus instintos más bajos y las sombras de su mirada, oscurecían más su iris. ⸻

    No te Va a resultar tan fácil, hermanita. Juguemos.

    ⸻ Se levanta con fuerza y lanza a la ramera hacia los brazos de su hermana, saliendo corriendo de ahí, sintiendo el frío recorrer todo su cuerpo y siguiendo su instinto, giró la perilla de una puerta y entró ahí, todo estaba en Penumbra y solo se escuchaba la pesada respiración del príncipe. ⸻

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    No es lógico dignarse a responder ante sus infamias. Ella sabe que no tienen fundamento, consciente de que Aegon está embriagado y simplemente busca incitarla. Estaba a punto de insistir en regresar a la Fortaleza Roja, cuando la joven escasamente vestida cae entre risas en sus brazos. Está envuelta en el torpor de los estupefacientes que alivian su carga laboral.

    La meretriz parece ansiosa por acariciarla y besarla, arrancarle algunas monedas también. En menos de dos segundos, la empuja hacia un sofá. La mujer cae riendo, aventurándose Aemma así en la boca del lobo para encontrar a su inquieto hermano.

    No reconoce la habitación, no al principio al menos. Hay unas cerillas en la mesa de noche y se sirve de la luz exterior para prender las lámparas de aceite.

    —— No estoy de humor. Quiero ir a casa —— susurra, consciente de que él anda por allí.

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    ⸻ A través de la rendija de la puerta, podía ver los movimientos de su hermana. Le daba la sensación, de que estaba actuando de una forma más errática de lo normal, con mayor lentitud a la esperada. Parecía que realmente la afectaba estar ahí, la figura envuelta en un Capa y una capucha que evitaba que el cabello Targaryen saliera a la luz, le daban un aspecto de lo más interesante. . . Ya se estaba imaginando el quitárselo poco a poco y mostrarle lo que era el verdadero placer. Se notaba en el enrojecimiento de su faz, que su lógica se iba Y dejaba paso a la inconsciencia de la vid, dulce toque el que le otorgaba el dios del vino.

    Vio como encendía una lampara de aceite y aprovechó ese momento para salir del oscuro cubículo, poniéndose a su espalda, tomándola del cuello con su antebrazo. ⸻

    ¿Y perderse la Diversión? Me parece que no.

    ⸻ El suave susurro golpeó la tela de la capucha y con la otra mano, le extraía las cerillas. Para volver a liberarla y meterse en otra de las múltiples habitaciones, empezaba el juego. ⸻

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    Con un brazo estratégicamente posicionado sobre su cuello, ambas garras se están clavando en la piel desnuda en un intento desesperado por romper la prisión impuesta. No está en resistencia firme con Aegon, aunque anhele fervientemente deshacerse de él para regresar a su morada. Se deja ver arrastrada delante de una pareja de hombres en el pasillo. Uno está arrodillado frente al otro. Ella aparta la mirada, cierra los párpados, anula su único ojo.

    ¿Por qué?

    Quizás sean los ecos persistentes de esos pasillos, la disposición meticulosa de las estancias, el eco constante de aromas y voces ajenas que la abruman más allá de la propia. Siente un verdadero desamparo y desconcierto sobre su destino. Los recuerdos parecen imponer más peso que su propia voluntad.

    —— ¿A dónde me llevas?

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    ⸻ Estaba atento a las reacciones fraternales, parecía que se estaba viendo vulnerada con todo el ambiente, tan pesado. Llenó de lujuria y deseo, los sonidos lascivos se hacían eco en el lugar. Todo estaba fielmente coordinado y él aún, no deseaba irse a ningún sitio. Tenía la Necesidad de ver hasta que punto, podría llevar a su hermana, tan mojigata en algunos aspectos. . . Era normal, nadie le explicó de una forma coherente lo que pasaba durante el sexo, donde ambas personas estaban de acuerdo por ejercerlo.

    Volviendo a entrar en escena, baja La capucha con sus manos muy lentamente, mientras la otra le quita los cordones de la capa de una forma suave y lenta. ⸻

    A ningún sitio, concéntrate en tus sentidos. La vista, es lo que menos puedes utilizar aquí.

    ⸻ El suave aliento, se dirigía hacia la vena de su cuello. Soplando aire tibio contra la piel de su yugular. ⸻

    ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮

    Los espectros del pasado acudían para arrojarle su ectoplasma. La máscara de indiferencia se resquebraja, y por primera vez en mucho tiempo, una fisura de humanidad atraviesa la mente calculadora de Aemma. Las manos, que nunca titubean y siempre ejecutan con precisión, comienzan a temblar sutilmente sobre el brazo de su hermano. Cada pulsación en su pecho reverbera con una urgencia desconocida, un recordatorio ineludible de su propia mortalidad. La sangre se agolpa en sus mejillas, y por primera vez en años, siente el calor abrasador del rubor. Una marea de pensamientos caóticos inunda su mente: pensamientos de fracaso, de derrota, de una vulnerabilidad que siempre ha despreciado en otros.

    —— Por favor... suéltame. —— Pero algo en su conciencia la atormenta; Aegon no muestra intención alguna de liberarla.
    Aún se sentía extranjera en ese submundo. Cada vez que puno de sus pies ponía la planta sobre las calles portuarias, el escalofrío más pequeño le erguía la postura. Pero ahí estaba, ataviada con sus pantalones de entrenamiento, botas de cuero, camisa, y una capa que ocultaba las características visuales de Aemma Targaryen, permitiéndole fundirse con la multitud. Decidió prescindir de Ser Criston esta vez, ya que la misión era casi un reto personal. Lo normal sería entrar al burdel y pedir la presencia de su hermano al menos con los pantalones puestos, y le era traído. Hoy no. Hoy entraba con la cabeza en alto. Todos girándose a mirarla. Por cada paso un par de ojos más se pegaba en ella. —— Seguid con lo vuestro, sabéis a lo que vine. —— Y encontró a su objetivo con, vaya sorpresa, escasa ropa, una copa de vino servida a su lado, y una señorita sentada en sus piernas. ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ ⸻ Odiaba estar en la Fortaleza Roja, detestaba a su familia. Le irritaba su hermana Aemma y más con su actitud de psicópata, siempre rechazado, humillado sin ningún tipo de piedad ¿Por qué debería hacerle algún tipo de favor? Era una loca y lo que más detestaba eran los Sentimientos que tenía hacia ella, amor. Estaba enamorado de una forma casi enfermiza y deseoso de sentir la mínima atención de Aemma. Tenía poco amor propio, se desintegró en el momento en que intentó pasar tiempo con ella. Siete infiernos, no podía dejar de pensar en ella y en Todo lo que le hacía sentir. . . Temblar cada célula de su cuerpo, incluso cuando lo golpeaba, la intimidad se hacía evidente entre ambos. . . No podía pensar con claridad, necesitaba olvidar y darle un mensaje a Aemma. No estaría siempre detrás de ella, dejaría de Prestarle atención, por eso decidió que el camino de la seda era la mejor opción para desintoxicar a su mente de su hermana pequeña. Estaba disfrutando, con una copa de vino y una fulana que no sabía su nombre, pero gracias a la embriaguez fluyendo por su sangre, podía Imaginar a Aemma, una mala opción para olvidarla. Estaba concentrado en acariciar la feminidad de la ramera, que ni se dio cuenta que su hermana estaba ahí. ⸻ ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ No había asomo de sorpresa ni impresión. Las mujeres del establecimiento, cada vez que lo buscaba, lo despedían con vítores y risas, mientras las ganancias de la noche tintineaban en sus bolsas de paga. Quizás era demasiado contundente la influencia de su hermano en esta área tan particular y desprovista de ropajes para pasar desapercibida. El ojo de Aemma aterrizó en la entrepierna de esta... 𝗽𝘂𝘁𝗮, no hay otro nombre, es lo que es. —— Aegon. —— Detuvo su avance frente al dipsómano empedernido. La pulsión de asir a la mujer por la cabellera y estrellar su frente contra el borde de la mesa era formidable, casi irresistible. No obstante, ejerció un férreo autocontrol. Se hallaba en cumplimiento de su horario laboral. La situación era clara: ella no albergaba ningún deseo genuino de permanecer junto a Aegon. No necesita decirle a que vino. Él sabe. Su presencia no es otra cosa que la llamada a la retirada. ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ ⸻ La otra mano tanteó la mesa para encontrar la copa de vino y se la llevó a los labios, para beber de un solo trago todo el contenido. El dulzor le llegó a la garganta, mientras disfrutaba de los gemidos procesados por la garganta de esa prostituta. Aumentando la velocidad De su actitud manual, estaba tan concentrado en su objetivo de hacer venir a la mujer, que se fijó en la presencia de su hermana cuando lo llamó. . . El color de su rostro se cambió a uno de desprecio y frustración, la estaba olvidando en parte y ahora seguía ahí, como un alma En pena dispuesta a torturarle. ⸻ Lárgate Aemma, te he dejado todo el día en paz ¿No era eso lo que querías?. ⸻ La mirada se pasó de su hermana hacia los diferentes hombres que estaban ahí, no paraban de mirar a la princesa. . . Una sensación extraña de celos y pertenencia Se instaló en su estómago, estaban repitiendo toda la situación de esa fatídica noche. ⸻ Solo mira hermanita, el placer que se te escapa. . . ⸻ Presiona los dedos dentro del calor de esa fulana y la tocaba de forma asombrosa. ⸻ ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ —— ¿Crees que quiero estar aquí? —— El hedor del pecado nefando resultaba insoportable, mientras la cerveza de ínfima calidad derramada en el suelo embadurnaba su brillo con una capa pegajosa y opaca. Los sonidos estridentes perturbaban sus afinados y bien entrenados oídos. Este era el último lugar donde desearía encontrarse, y estuvo a punto de sujetar a Aegon por las orejas y arrastrarlo fuera, cual infante malcriado. Sin embargo, una vez más, se contuvo. —— Págale y vístete, nos vamos. —— Las miradas ajenas devoraban la capa que la envolvía hasta los tobillos. Pensamientos impuros atravesaban las mentes de aquellos hombres. No necesitaba ser una experta en la materia para percatarse de ello. —— Ahora. ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ No llevo ni doce horas fuera y has tenido que venir. Dejar de ser una mentirosa y admite que no puedes estar sin mí. Tú obsesa actitud, me pone muy cachondo. . . ⸻ Uno de sus ojos se cerró a modo de guiño, sacando los dedos de la humedad ajena, observando aún a todos los que No apartaban sus lascivas miradas de su hermana. Siete infiernos, los mandaría colgar a todos ¿Cómo se atrevían a mirar a 𝙨𝙪 𝙝𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙖? Era de 𝙨𝙪 pertenencia. De nuevo volvían sus instintos más bajos y las sombras de su mirada, oscurecían más su iris. ⸻ No te Va a resultar tan fácil, hermanita. Juguemos. ⸻ Se levanta con fuerza y lanza a la ramera hacia los brazos de su hermana, saliendo corriendo de ahí, sintiendo el frío recorrer todo su cuerpo y siguiendo su instinto, giró la perilla de una puerta y entró ahí, todo estaba en Penumbra y solo se escuchaba la pesada respiración del príncipe. ⸻ ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ No es lógico dignarse a responder ante sus infamias. Ella sabe que no tienen fundamento, consciente de que Aegon está embriagado y simplemente busca incitarla. Estaba a punto de insistir en regresar a la Fortaleza Roja, cuando la joven escasamente vestida cae entre risas en sus brazos. Está envuelta en el torpor de los estupefacientes que alivian su carga laboral. La meretriz parece ansiosa por acariciarla y besarla, arrancarle algunas monedas también. En menos de dos segundos, la empuja hacia un sofá. La mujer cae riendo, aventurándose Aemma así en la boca del lobo para encontrar a su inquieto hermano. No reconoce la habitación, no al principio al menos. Hay unas cerillas en la mesa de noche y se sirve de la luz exterior para prender las lámparas de aceite. —— No estoy de humor. Quiero ir a casa —— susurra, consciente de que él anda por allí. ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ ⸻ A través de la rendija de la puerta, podía ver los movimientos de su hermana. Le daba la sensación, de que estaba actuando de una forma más errática de lo normal, con mayor lentitud a la esperada. Parecía que realmente la afectaba estar ahí, la figura envuelta en un Capa y una capucha que evitaba que el cabello Targaryen saliera a la luz, le daban un aspecto de lo más interesante. . . Ya se estaba imaginando el quitárselo poco a poco y mostrarle lo que era el verdadero placer. Se notaba en el enrojecimiento de su faz, que su lógica se iba Y dejaba paso a la inconsciencia de la vid, dulce toque el que le otorgaba el dios del vino. Vio como encendía una lampara de aceite y aprovechó ese momento para salir del oscuro cubículo, poniéndose a su espalda, tomándola del cuello con su antebrazo. ⸻ ¿Y perderse la Diversión? Me parece que no. ⸻ El suave susurro golpeó la tela de la capucha y con la otra mano, le extraía las cerillas. Para volver a liberarla y meterse en otra de las múltiples habitaciones, empezaba el juego. ⸻ ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ Con un brazo estratégicamente posicionado sobre su cuello, ambas garras se están clavando en la piel desnuda en un intento desesperado por romper la prisión impuesta. No está en resistencia firme con Aegon, aunque anhele fervientemente deshacerse de él para regresar a su morada. Se deja ver arrastrada delante de una pareja de hombres en el pasillo. Uno está arrodillado frente al otro. Ella aparta la mirada, cierra los párpados, anula su único ojo. ¿Por qué? Quizás sean los ecos persistentes de esos pasillos, la disposición meticulosa de las estancias, el eco constante de aromas y voces ajenas que la abruman más allá de la propia. Siente un verdadero desamparo y desconcierto sobre su destino. Los recuerdos parecen imponer más peso que su propia voluntad. —— ¿A dónde me llevas? ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ ⸻ Estaba atento a las reacciones fraternales, parecía que se estaba viendo vulnerada con todo el ambiente, tan pesado. Llenó de lujuria y deseo, los sonidos lascivos se hacían eco en el lugar. Todo estaba fielmente coordinado y él aún, no deseaba irse a ningún sitio. Tenía la Necesidad de ver hasta que punto, podría llevar a su hermana, tan mojigata en algunos aspectos. . . Era normal, nadie le explicó de una forma coherente lo que pasaba durante el sexo, donde ambas personas estaban de acuerdo por ejercerlo. Volviendo a entrar en escena, baja La capucha con sus manos muy lentamente, mientras la otra le quita los cordones de la capa de una forma suave y lenta. ⸻ A ningún sitio, concéntrate en tus sentidos. La vista, es lo que menos puedes utilizar aquí. ⸻ El suave aliento, se dirigía hacia la vena de su cuello. Soplando aire tibio contra la piel de su yugular. ⸻ ╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮╰⊱♥⊱╮ Los espectros del pasado acudían para arrojarle su ectoplasma. La máscara de indiferencia se resquebraja, y por primera vez en mucho tiempo, una fisura de humanidad atraviesa la mente calculadora de Aemma. Las manos, que nunca titubean y siempre ejecutan con precisión, comienzan a temblar sutilmente sobre el brazo de su hermano. Cada pulsación en su pecho reverbera con una urgencia desconocida, un recordatorio ineludible de su propia mortalidad. La sangre se agolpa en sus mejillas, y por primera vez en años, siente el calor abrasador del rubor. Una marea de pensamientos caóticos inunda su mente: pensamientos de fracaso, de derrota, de una vulnerabilidad que siempre ha despreciado en otros. —— Por favor... suéltame. —— Pero algo en su conciencia la atormenta; Aegon no muestra intención alguna de liberarla.
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  • -Esta maldita madriguera... tiene secretos en cada rincón.*Suspira pesadamente, cala su cigarro pasando la hoja del manual*.- Interesante... Será mi nuevo hobby.

    || Contesto más tarde los roles pendientes.
    -Esta maldita madriguera... tiene secretos en cada rincón.*Suspira pesadamente, cala su cigarro pasando la hoja del manual*.- Interesante... Será mi nuevo hobby. || Contesto más tarde los roles pendientes.
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  • [frank.longbottom]
    La fiesta anual del Ministerio era una excusa como cualquier otra para juntar a toda la gente importante, o al menos relevante. Una noche llena de fotógrafos, música, bebida por doquier, y gente que igual no esperabas ver.

    Megara tenía que estar por su trabajo. No le quedaba otra. No es que no le gustasen esas fiestas, es que normalmente no conocía prácticamente a nadie allí.

    Iba paseando por el lugar, con la falda de su vestido dorado medio recogida para no tropezar con la misma. Y era el lugar donde no esperaba encontrarse con Frank Longbottom. Sus ojos rodaron al verle. ¿Cuánto hacía que no le veía?

    Siempre le había sacado de quicio. Él y todos cómo él. Como sus padres fueron héroes de guerra, se pensaban mejor que los demás. Pero no había vuelta atrás. Lo tenía delante.
    [frank.longbottom] La fiesta anual del Ministerio era una excusa como cualquier otra para juntar a toda la gente importante, o al menos relevante. Una noche llena de fotógrafos, música, bebida por doquier, y gente que igual no esperabas ver. Megara tenía que estar por su trabajo. No le quedaba otra. No es que no le gustasen esas fiestas, es que normalmente no conocía prácticamente a nadie allí. Iba paseando por el lugar, con la falda de su vestido dorado medio recogida para no tropezar con la misma. Y era el lugar donde no esperaba encontrarse con Frank Longbottom. Sus ojos rodaron al verle. ¿Cuánto hacía que no le veía? Siempre le había sacado de quicio. Él y todos cómo él. Como sus padres fueron héroes de guerra, se pensaban mejor que los demás. Pero no había vuelta atrás. Lo tenía delante.
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