• [ 𝐕𝐨𝐲 𝐚 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐚𝐫𝐚𝐫𝐦𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐛𝐞𝐳𝐚 𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐞 𝐩𝐚𝐬𝐨.]




    La oficina estaba inundada en humo de cigarro. La poca luz que entraba era la de la ventana. Su mirada vagaba por el techo mientras trataba de evitar sobreestresarse y frustrarse más de lo que ya estaba.

    El trabajo se había acumulado más de lo que había esperado, debido a un asunto con el que estaba lidiando: un gatito algo rabioso.

    Llevó su mano a la sien, acariciándola suavemente para relajarse un poco. La cantidad de hojas sobre su escritorio no hacía más que volverlo loco.

    Tal vez era un buen momento para morir. Ojalá.

    Aunque había varios asuntos que atender, se las había arreglado para que nada explotara o se incendiara. Trató de localizar a la pelirroja, pero ya estaba más que claro que había huido hacia otro país por temas que desconocía.

    Otro asunto más que agregar.

    Fue entonces cuando escuchó un maullido. Su mirada ambarina cayó sobre la puerta de la oficina. Era la gata de Rubí, Hanna.

    La pequeña felina no dudó en caminar hacia él, maullando hasta subirse a sus piernas. El ronroneo no se hizo esperar, algo que confundió al rubio.

    —¿Rubí te dejó aquí, pequeña? —

    No recibió respuesta, más que otro ronroneo mientras la gata se sobaba contra su pecho.

    Ryan dejó el cigarro en el cenicero, aplastándolo contra el fondo. Acarició cuidadosamente su lomo mientras se recostaba en la silla. Ahora sí que estaba confundido. Se sabía que la pelirroja amaba demasiado a esa gata. ¿Por qué la habría dejado?

    —Bueno, al menos podré darle a Vanya un trabajo... —

    Algo con lo que su mejor amiga pudiera distraerse. Era lo mínimo que podía hacer después de haber desaparecido de la nada.

    La gata se puso más melosa, como si le hubiera gustado la idea. Esto solo hizo sonreír al rubio, quien no dudó en acariciar su cabeza y orejas, mientras tomaba un papel para darle una hojeada.

    Era el informe sobre el estado de salud de Kiev.

    Aunque parecía mejorar, de un momento a otro llegaba a decaer de forma terrible. Casi le arranca un ojo una vez. Y solo recordar la forma en que lo habían encontrado, en aquel lugar donde lo habían tenido retenido, provocaba una fuerte tensión en él. No, no quería recordar de forma tan gráfica eso.

    —Merde... A este paso voy a perder la cabeza.

    Sus pensamientos fueron interrumpidos de inmediato por el sonido de la puerta. Algo que realmente le molestó; había ordenado a Marcos que no lo molestaran. Sin embargo, ni siquiera esperaron su respuesta y entraron.

    —Te dije que no quería a nadie aquí —dijo con voz grave, ya molesto.

    Sin embargo, antes de que pudiera decir algo más, alguien más había entrado detrás de él. Su expresión sería paso de la sorpresa a finalmente una sonrisa.

    —Jajaja, maldita sea. Pensé que tendría que llamar a alguna mujer para que te diera tu besito mágico, Kiev.

    La sombría presencia de su amigo destacó por completo aún cuando habían varios de sus hombres detrás del marco de la puerta.

    Sus días de sufrimiento habían acabado.
    [ 𝐕𝐨𝐲 𝐚 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐚𝐫𝐚𝐫𝐦𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐛𝐞𝐳𝐚 𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐞 𝐩𝐚𝐬𝐨.] La oficina estaba inundada en humo de cigarro. La poca luz que entraba era la de la ventana. Su mirada vagaba por el techo mientras trataba de evitar sobreestresarse y frustrarse más de lo que ya estaba. El trabajo se había acumulado más de lo que había esperado, debido a un asunto con el que estaba lidiando: un gatito algo rabioso. Llevó su mano a la sien, acariciándola suavemente para relajarse un poco. La cantidad de hojas sobre su escritorio no hacía más que volverlo loco. Tal vez era un buen momento para morir. Ojalá. Aunque había varios asuntos que atender, se las había arreglado para que nada explotara o se incendiara. Trató de localizar a la pelirroja, pero ya estaba más que claro que había huido hacia otro país por temas que desconocía. Otro asunto más que agregar. Fue entonces cuando escuchó un maullido. Su mirada ambarina cayó sobre la puerta de la oficina. Era la gata de Rubí, Hanna. La pequeña felina no dudó en caminar hacia él, maullando hasta subirse a sus piernas. El ronroneo no se hizo esperar, algo que confundió al rubio. —¿Rubí te dejó aquí, pequeña? — No recibió respuesta, más que otro ronroneo mientras la gata se sobaba contra su pecho. Ryan dejó el cigarro en el cenicero, aplastándolo contra el fondo. Acarició cuidadosamente su lomo mientras se recostaba en la silla. Ahora sí que estaba confundido. Se sabía que la pelirroja amaba demasiado a esa gata. ¿Por qué la habría dejado? —Bueno, al menos podré darle a Vanya un trabajo... — Algo con lo que su mejor amiga pudiera distraerse. Era lo mínimo que podía hacer después de haber desaparecido de la nada. La gata se puso más melosa, como si le hubiera gustado la idea. Esto solo hizo sonreír al rubio, quien no dudó en acariciar su cabeza y orejas, mientras tomaba un papel para darle una hojeada. Era el informe sobre el estado de salud de Kiev. Aunque parecía mejorar, de un momento a otro llegaba a decaer de forma terrible. Casi le arranca un ojo una vez. Y solo recordar la forma en que lo habían encontrado, en aquel lugar donde lo habían tenido retenido, provocaba una fuerte tensión en él. No, no quería recordar de forma tan gráfica eso. —Merde... A este paso voy a perder la cabeza. Sus pensamientos fueron interrumpidos de inmediato por el sonido de la puerta. Algo que realmente le molestó; había ordenado a Marcos que no lo molestaran. Sin embargo, ni siquiera esperaron su respuesta y entraron. —Te dije que no quería a nadie aquí —dijo con voz grave, ya molesto. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo más, alguien más había entrado detrás de él. Su expresión sería paso de la sorpresa a finalmente una sonrisa. —Jajaja, maldita sea. Pensé que tendría que llamar a alguna mujer para que te diera tu besito mágico, Kiev. La sombría presencia de su amigo destacó por completo aún cuando habían varios de sus hombres detrás del marco de la puerta. Sus días de sufrimiento habían acabado.
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  • [ ¿𝑵𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆? 𝑹𝒚𝒂𝒏, ¿𝑨𝒑𝒆𝒍𝒍𝒊𝒅𝒐? 𝑵𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒈𝒐. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒕𝒐𝒒𝒖𝒆𝒔 𝒔𝒊 𝒏𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒂 𝒂𝒍𝒈𝒐. ]







    Tal vez estaba siendo muy relajado en la posición en la que se encontraba. En realidad no le importaba.

    Estaba en sus "vacaciones" después de todo, que lo metan a prisión por romperle la cabeza a un tipo en un bar y posteriormente romperle el brazo al policía que le tocó el hombro, era nada. Al menos se había asegurado de que supieran con quién estaban tratando.

    Semanas después de que hayan encontrado a Kiev y dejado en aquella gran mansión para que se recuperará. Se autodio unas vacaciones, más que nada para relajar su mente poco estable, dejando todo a manos de cierta pelirroja

    — Entra. — uno de los policías dejo que entrará a la celda asignada, algo simple, cuatro paredes un reja y una banca de cemento. ¿Acaso lo de ahí era moho? Un toque muy sutil pero ahí estaba.

    — Vaya... Pero que hogareño. — Mencionó en un tono burlón, pero no sé negó a entrar, espero a que le quitarán las esposas y tomo asiento. Esperaría a que uno de sus hombres se encargara de "premiar" al jefe de policía y asi lograr silenciar todo, por ahora no haría nada que llamara demasiado la atención (Más de lo que ya había hecho).

    Mientras tanto, optó por sacar el celular que los policías no se atrevieron tocar para evitar provocar más ira por parte del rubio. Dudo un poco, la forma en que se había ido había sido de una forma poco agradable, nadie sabía nada de él, los únicos que si lo hacían eran apenas dos hombres que trabajan para él y que se fueron juntos a él.

    ¿Rubí lo asesinaría? Aunque no pudiera morir estaba seguro que ella le clavaría un cuchillo en la yugular. Reviviría y ella lo haría otra vez.

    Debió al menos avisar a Vanya que estaba bien. Y solo era un "descanso" lo que estaba tomando.

    Con dudas y preguntas, al final terminó por prender el teléfono. Lo que dio como resultando una constante vibración de notificaciones que se iban acumulando por segundo, llamadas, mensajes de voz, mensajes de texto con lindos mensajes "tiernos" de la pelirroja y definitivamente era un encanto volver a escuchar amenazas de muerte.

    Ah....¿Debería ir quedarse con algún conocido por unos pocos días más? Ese cuchillo estaba más cerca de él, lo podía sentir telepáticamente.
    [ ¿𝑵𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆? 𝑹𝒚𝒂𝒏, ¿𝑨𝒑𝒆𝒍𝒍𝒊𝒅𝒐? 𝑵𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒈𝒐. 𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒕𝒐𝒒𝒖𝒆𝒔 𝒔𝒊 𝒏𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒑𝒂 𝒂𝒍𝒈𝒐. ] Tal vez estaba siendo muy relajado en la posición en la que se encontraba. En realidad no le importaba. Estaba en sus "vacaciones" después de todo, que lo metan a prisión por romperle la cabeza a un tipo en un bar y posteriormente romperle el brazo al policía que le tocó el hombro, era nada. Al menos se había asegurado de que supieran con quién estaban tratando. Semanas después de que hayan encontrado a Kiev y dejado en aquella gran mansión para que se recuperará. Se autodio unas vacaciones, más que nada para relajar su mente poco estable, dejando todo a manos de cierta pelirroja — Entra. — uno de los policías dejo que entrará a la celda asignada, algo simple, cuatro paredes un reja y una banca de cemento. ¿Acaso lo de ahí era moho? Un toque muy sutil pero ahí estaba. — Vaya... Pero que hogareño. — Mencionó en un tono burlón, pero no sé negó a entrar, espero a que le quitarán las esposas y tomo asiento. Esperaría a que uno de sus hombres se encargara de "premiar" al jefe de policía y asi lograr silenciar todo, por ahora no haría nada que llamara demasiado la atención (Más de lo que ya había hecho). Mientras tanto, optó por sacar el celular que los policías no se atrevieron tocar para evitar provocar más ira por parte del rubio. Dudo un poco, la forma en que se había ido había sido de una forma poco agradable, nadie sabía nada de él, los únicos que si lo hacían eran apenas dos hombres que trabajan para él y que se fueron juntos a él. ¿Rubí lo asesinaría? Aunque no pudiera morir estaba seguro que ella le clavaría un cuchillo en la yugular. Reviviría y ella lo haría otra vez. Debió al menos avisar a Vanya que estaba bien. Y solo era un "descanso" lo que estaba tomando. Con dudas y preguntas, al final terminó por prender el teléfono. Lo que dio como resultando una constante vibración de notificaciones que se iban acumulando por segundo, llamadas, mensajes de voz, mensajes de texto con lindos mensajes "tiernos" de la pelirroja y definitivamente era un encanto volver a escuchar amenazas de muerte. Ah....¿Debería ir quedarse con algún conocido por unos pocos días más? Ese cuchillo estaba más cerca de él, lo podía sentir telepáticamente.
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  • 1945, BAYEUX ~ 𝑓l𝑎sℎb𝑎c𝑘
    Fandom The Boys
    Categoría Drama

    ㅤㅤㅤ𝐍I𝐂A𝐑A𝐆U𝐀
    ㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤ˹ 𝐒𝐎𝐋𝐃𝐈𝐄𝐑⋆𝐁𝐎𝐘

    ㅤㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝙱𝙰𝚈𝙴𝚄𝚇
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝟷𝟽 𝙳𝙴 𝙹𝚄𝙽𝙸𝙾 𝙳𝙴 𝟷𝟿𝟺𝟺
    ㅤㅤㅤ

    ㅤㅤㅤㅤEl pueblo entero estaba celebrando la liberación de la ciudad de manos alemanas por parte del ejercito estadounidense. Durante aquellos dias reinaba una rara sensación de optimismo. A pesar de que la Segunda Guerra Mundial aún no había terminado. A pesar de la enorme pérdida de vidas humanas. A pesar de los terrores del nazismo. A pesar del antisemitismo. A pesar de todo eso… el pueblo francés, y probablemente toda Europa empezaba a contagiarse de un optimismo que, esperaban, pronto terminase con aquella maldad y aquella destrucción. Adolf Hitler y sus aliados se habían llevado millones de vidas humanas consigo. Ciudades arrasadas, millones de familias destruidas o eliminadas de la tierra…

    El Desembarco de Normandía, ocurrido once dias atrás, marcaria el inicio de la liberación de la Europa ocupada por los nazis. Y durante aquellos dias se llevó a cabo una cruenta batalla que se desplegaba desde Normandía, avanzando por pueblos, campos y bosques… Una cruenta batalla que dejaba a su paso cientos, miles de muertos y heridos. Los hospitales de campaña eran numerosos y habían tenido que contar con médicos y enfermeros de los países del bloque aliado: estadounidenses, ingleses, canadienses…

    Vanya Starkova era una de esas enfermeras que habían viajado hasta la Francia ocupada para ayudar en el campo de combate, para salvar vidas… Y llevaba casi dos semanas trabajando sin descanso. Observando los horrores más inimaginables, fortaleciéndose mentalmente y trabajando intentando que aquellas imágenes no le afectaran. Había logrado ayudar a salvar la vida de más de mil hombres durante aquellos dias. Y así habían llegado hasta Bayeux la noche anterior. Esa había sido la primera noche que había dormido en una cama de verdad y había podido darse una ducha en condiciones en un cuarto de baño acondicionado expresamente para ello. Se sentía exhausta. Pero, no obstante, estaba satisfecha con su trabajo. Su equipo se conformaba de nueve cirujanos, dos médicos protésicos y seis enfermeras. Y había logrado crear una bastante buena relacion con ellas a través de aquellos dias. Por eso cuando Shirley y Mona, dos de sus compañeras enfermeras, le propusieron ir a uno de esos bares donde algunos soldados festejaban sus victorias diarias, Vanya no pudo negarse.

    Hora mas tarde, lucia un bonito vestido de color burdeos que Mona le había prestado. Era de botones, con manga corta y una falda de vuelo suave que llegaba hasta sus rodillas. Su cabello estaba perfectamente peinado en preciosos bucles rojizos y sus labios habían sido pintados en un exagerado color rojo oscuro.

    -¿No te parece demasiado? -preguntó Vanya sintiéndose algo incomoda con tanto maquillaje y laca- Debería volver y quitarme este maquillaje…

    Shirley negó con la cabeza mientras avanzaban por la acera del pueblo. El aire todavía olía a pólvora esa era la verdad, pero al menos ya no había mas disparos. El ejército estadounidense había liberado el pueblo algunos dias atrás. Era seguro. Su amiga enganchó su brazo con el de Vanya.

    -No. No, no, no y mil veces no -le dijo- Estás preciosa, estamos preciosas. Vamos a conocer soldados guapos, bailar un rato y tal vez olvidarnos de la carnicería humana que hemos visto los últimos dias… Nos lo merecemos…

    Mona se retocaba el maquillaje mientras caminaban por la calle bajo la mortecina luz de alguna farola que había resistido la lluvia de balas.

    -He oído que Soldier Boy está aquí, ¿sabéis? -preguntó la morena sin quitar la vista de su reflejo en el espejo.

    Vanya rodó los ojos.

    -Agh… Vought patrocinando la segunda guerra mundial, no me lo puedo creer… -dijo.

    -No seas asi…- comenzó a decir Shirley.

    Vanya chasqueó la lengua.

    -¿Acaso le has visto en el campo de batalla? ¿Le has visto ayudando a trasladar enfermos? ¿Le has visto venir a preocuparse por cómo están “sus hombres”? No -sentenció Vanya- Ese tipo es la gallina de los huevos de oro... Vought no lo pondría en primera linea de combate.

    Mona se encogió de hombros.

    -Eso no es lo que dice la prensa… En casa es el héroe nacional… En su última carta mi madre dice que reproducen las hazañas de Soldier Boy en los cines…

    -¿Hazañas? -ironizó Vanya- Ya le gustaría a él -comentó mientras entraban en uno de los pocos bares que quedaban en pie- Me gustaría verle en una batalla real..



    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #TheBoys
    ㅤㅤ
    ㅤ ㅤㅤㅤ𝐍I𝐂A𝐑A𝐆U𝐀 ㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤ˹ [D0NTUSEDRUGS] ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝙱𝙰𝚈𝙴𝚄𝚇 ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝟷𝟽 𝙳𝙴 𝙹𝚄𝙽𝙸𝙾 𝙳𝙴 𝟷𝟿𝟺𝟺 ㅤㅤㅤ ㅤ ㅤㅤㅤㅤEl pueblo entero estaba celebrando la liberación de la ciudad de manos alemanas por parte del ejercito estadounidense. Durante aquellos dias reinaba una rara sensación de optimismo. A pesar de que la Segunda Guerra Mundial aún no había terminado. A pesar de la enorme pérdida de vidas humanas. A pesar de los terrores del nazismo. A pesar del antisemitismo. A pesar de todo eso… el pueblo francés, y probablemente toda Europa empezaba a contagiarse de un optimismo que, esperaban, pronto terminase con aquella maldad y aquella destrucción. Adolf Hitler y sus aliados se habían llevado millones de vidas humanas consigo. Ciudades arrasadas, millones de familias destruidas o eliminadas de la tierra… El Desembarco de Normandía, ocurrido once dias atrás, marcaria el inicio de la liberación de la Europa ocupada por los nazis. Y durante aquellos dias se llevó a cabo una cruenta batalla que se desplegaba desde Normandía, avanzando por pueblos, campos y bosques… Una cruenta batalla que dejaba a su paso cientos, miles de muertos y heridos. Los hospitales de campaña eran numerosos y habían tenido que contar con médicos y enfermeros de los países del bloque aliado: estadounidenses, ingleses, canadienses… Vanya Starkova era una de esas enfermeras que habían viajado hasta la Francia ocupada para ayudar en el campo de combate, para salvar vidas… Y llevaba casi dos semanas trabajando sin descanso. Observando los horrores más inimaginables, fortaleciéndose mentalmente y trabajando intentando que aquellas imágenes no le afectaran. Había logrado ayudar a salvar la vida de más de mil hombres durante aquellos dias. Y así habían llegado hasta Bayeux la noche anterior. Esa había sido la primera noche que había dormido en una cama de verdad y había podido darse una ducha en condiciones en un cuarto de baño acondicionado expresamente para ello. Se sentía exhausta. Pero, no obstante, estaba satisfecha con su trabajo. Su equipo se conformaba de nueve cirujanos, dos médicos protésicos y seis enfermeras. Y había logrado crear una bastante buena relacion con ellas a través de aquellos dias. Por eso cuando Shirley y Mona, dos de sus compañeras enfermeras, le propusieron ir a uno de esos bares donde algunos soldados festejaban sus victorias diarias, Vanya no pudo negarse. Hora mas tarde, lucia un bonito vestido de color burdeos que Mona le había prestado. Era de botones, con manga corta y una falda de vuelo suave que llegaba hasta sus rodillas. Su cabello estaba perfectamente peinado en preciosos bucles rojizos y sus labios habían sido pintados en un exagerado color rojo oscuro. -¿No te parece demasiado? -preguntó Vanya sintiéndose algo incomoda con tanto maquillaje y laca- Debería volver y quitarme este maquillaje… Shirley negó con la cabeza mientras avanzaban por la acera del pueblo. El aire todavía olía a pólvora esa era la verdad, pero al menos ya no había mas disparos. El ejército estadounidense había liberado el pueblo algunos dias atrás. Era seguro. Su amiga enganchó su brazo con el de Vanya. -No. No, no, no y mil veces no -le dijo- Estás preciosa, estamos preciosas. Vamos a conocer soldados guapos, bailar un rato y tal vez olvidarnos de la carnicería humana que hemos visto los últimos dias… Nos lo merecemos… Mona se retocaba el maquillaje mientras caminaban por la calle bajo la mortecina luz de alguna farola que había resistido la lluvia de balas. -He oído que Soldier Boy está aquí, ¿sabéis? -preguntó la morena sin quitar la vista de su reflejo en el espejo. Vanya rodó los ojos. -Agh… Vought patrocinando la segunda guerra mundial, no me lo puedo creer… -dijo. -No seas asi…- comenzó a decir Shirley. Vanya chasqueó la lengua. -¿Acaso le has visto en el campo de batalla? ¿Le has visto ayudando a trasladar enfermos? ¿Le has visto venir a preocuparse por cómo están “sus hombres”? No -sentenció Vanya- Ese tipo es la gallina de los huevos de oro... Vought no lo pondría en primera linea de combate. Mona se encogió de hombros. -Eso no es lo que dice la prensa… En casa es el héroe nacional… En su última carta mi madre dice que reproducen las hazañas de Soldier Boy en los cines… -¿Hazañas? -ironizó Vanya- Ya le gustaría a él -comentó mientras entraban en uno de los pocos bares que quedaban en pie- Me gustaría verle en una batalla real.. #Personajes3D #3D #Comunidad3D #TheBoys ㅤㅤ
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    Con la más hermosa y sexy de las girls. Mi Vanya
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  • ❝ 𝑶𝒋𝒂𝒍á 𝒆𝒍 𝒂𝒈𝒖𝒂 𝒑𝒖𝒅𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓𝒔𝒆 𝒂𝒒𝒖𝒆𝒍𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒂𝒕𝒐𝒓𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂, 𝒂𝒖𝒏𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒎𝒆 𝒔𝒊𝒓𝒗𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒏𝒒𝒖𝒊𝒍𝒊𝒛𝒂𝒓𝒎𝒆 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕á𝒏𝒆𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆. ❞





    Una ducha. Solo deseaba el alivio de una ducha tibia para calmar sus nervios. Eran apenas las tres de la madrugada cuando despertó de golpe, jadeante y sudorosa, atrapada por los restos de una pesadilla que la dejó temblando. Se aferró a las mantas, intentando controlar su respiración mientras luchaba por evitar el inicio de un ataque de pánico.

    La sensación de su garganta siendo degollada todavía ardía en su mente, y aquella mirada penetrante se negaba a desaparecer. Cerró los ojos con fuerza, abrazándose a sí misma como un acto de desesperada autoprotección. El temblor en su cuerpo delataba el miedo que no podía contener, y su cabello rojo, desordenado, le cubría el rostro, creando un pequeño refugio contra la oscuridad que la rodeaba.

    Pero entonces, lo escuchó. Una voz masculina, baja y susurrante, hizo que cada músculo de su cuerpo se tensara. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas mientras una figura negra empezaba a formarse en la esquina de la habitación. Con un grito sofocado y un impulso desesperado, tomó la lámpara de la mesita de noche y la lanzó contra la sombra. El sonido del vidrio rompiéndose llenó el aire, esparciendo los trozos por el suelo.

    Respiró profundamente, intentando recuperar el control. Se cubrió el rostro con las manos temblorosas y se levantó de la cama, dejando atrás el desastre. Sin detenerse, tomó una de las toallas blancas con bordados de alguna palabra en italiano del armario y se dirigió al baño.

    Una vez dentro, se despojó de su ropa rápidamente y abrió la ducha, dejando que el agua tibia recorriera su cuerpo, aún frío por el miedo. Cerró los ojos bajo el chorro, tratando de calmarse y enfocarse en lo que realmente importaba: el motivo por el cual estaba en Roma. Tenía que terminar el acuerdo con Elisabetta y luego partir en busca de Ryan y Vanya. No podía permitirse distracciones, no ahora.

    El golpe en la puerta de su habitación la sacó de sus pensamientos. Supuso que serían los empleados del hotel, preocupados por el estruendo. Soltó un último suspiro, se dio un par de palmaditas en las mejillas, antes de tomar la bata y salir de ahí.
    ❝ 𝑶𝒋𝒂𝒍á 𝒆𝒍 𝒂𝒈𝒖𝒂 𝒑𝒖𝒅𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓𝒔𝒆 𝒂𝒒𝒖𝒆𝒍𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒂𝒕𝒐𝒓𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂, 𝒂𝒖𝒏𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒎𝒆 𝒔𝒊𝒓𝒗𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒏𝒒𝒖𝒊𝒍𝒊𝒛𝒂𝒓𝒎𝒆 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕á𝒏𝒆𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆. ❞ Una ducha. Solo deseaba el alivio de una ducha tibia para calmar sus nervios. Eran apenas las tres de la madrugada cuando despertó de golpe, jadeante y sudorosa, atrapada por los restos de una pesadilla que la dejó temblando. Se aferró a las mantas, intentando controlar su respiración mientras luchaba por evitar el inicio de un ataque de pánico. La sensación de su garganta siendo degollada todavía ardía en su mente, y aquella mirada penetrante se negaba a desaparecer. Cerró los ojos con fuerza, abrazándose a sí misma como un acto de desesperada autoprotección. El temblor en su cuerpo delataba el miedo que no podía contener, y su cabello rojo, desordenado, le cubría el rostro, creando un pequeño refugio contra la oscuridad que la rodeaba. Pero entonces, lo escuchó. Una voz masculina, baja y susurrante, hizo que cada músculo de su cuerpo se tensara. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas mientras una figura negra empezaba a formarse en la esquina de la habitación. Con un grito sofocado y un impulso desesperado, tomó la lámpara de la mesita de noche y la lanzó contra la sombra. El sonido del vidrio rompiéndose llenó el aire, esparciendo los trozos por el suelo. Respiró profundamente, intentando recuperar el control. Se cubrió el rostro con las manos temblorosas y se levantó de la cama, dejando atrás el desastre. Sin detenerse, tomó una de las toallas blancas con bordados de alguna palabra en italiano del armario y se dirigió al baño. Una vez dentro, se despojó de su ropa rápidamente y abrió la ducha, dejando que el agua tibia recorriera su cuerpo, aún frío por el miedo. Cerró los ojos bajo el chorro, tratando de calmarse y enfocarse en lo que realmente importaba: el motivo por el cual estaba en Roma. Tenía que terminar el acuerdo con Elisabetta y luego partir en busca de Ryan y Vanya. No podía permitirse distracciones, no ahora. El golpe en la puerta de su habitación la sacó de sus pensamientos. Supuso que serían los empleados del hotel, preocupados por el estruendo. Soltó un último suspiro, se dio un par de palmaditas en las mejillas, antes de tomar la bata y salir de ahí.
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  • ❝ 𝑬𝒏𝒕𝒐𝒏𝒄𝒆𝒔, 𝒎𝒆 𝒑𝒓𝒐𝒎𝒆𝒕𝒊𝒆𝒓𝒐𝒏 3 𝒔𝒆𝒎𝒂𝒏𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒗𝒂𝒄𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒚 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒓𝒆𝒔𝒖𝒍𝒕𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒍𝒐 𝒓𝒆𝒅𝒖𝒋𝒆𝒓𝒐𝒏 𝒂 ¡2! ¿𝑷𝒖𝒆𝒅𝒆𝒔 𝒄𝒓𝒆𝒆𝒓𝒍𝒐? ❞






    Volvió a tomar un trago más de su bebida, un vasito con vodka de cereza, estaba realmente frustrada con esta injusticia ¿Y que mejor que desahogarse con un tipo que conoció hace apenas 15 minutos? Si, probablemente no estaba en todos sus sentidos, pero realmente necesitaba "liberarse".

    Había regresado de Alemania hace ya unos dos días, volvió a Suiza a pasar el resto de sus vacaciones y apenas estuvo cómoda, prendió su celular y varios mensajes le llegaron de golpe, era Marcos quien le puso al tanto de todo. Ryan y Vanya desaparecidos, reporte de que Kiev estaba hecho un desastre, Arturia desapareció pero en cambio de la nada una mujer había estado alado de Kiev este tiempo, no sabían quién era, pero parecía alguien cercana. Realmente no sabía que hacer con todas estas cosas. Quería matarlos. Para colmo Marcos le pidió ayuda para poner las cosas en calma, por lo que tuvo que reducir sus vacaciones una semana antes.

    — Esa maldad... Realmente quería pasar más tiempo aquí. ¿No pueden quedarse quietos? — Dejo el vaso a un lado, cubrió su rostro en su antebrazo. El alcohol realmente le estaba chocando la cabeza, perdió la cuenta de la cantidad que tomó. — Parecen niños... ¡Voy a pedir un aumento! Quemaré esa mansión y me van a conocer. — Ya había perdido la razón.
    ❝ 𝑬𝒏𝒕𝒐𝒏𝒄𝒆𝒔, 𝒎𝒆 𝒑𝒓𝒐𝒎𝒆𝒕𝒊𝒆𝒓𝒐𝒏 3 𝒔𝒆𝒎𝒂𝒏𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒗𝒂𝒄𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒚 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒓𝒆𝒔𝒖𝒍𝒕𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒍𝒐 𝒓𝒆𝒅𝒖𝒋𝒆𝒓𝒐𝒏 𝒂 ¡2! ¿𝑷𝒖𝒆𝒅𝒆𝒔 𝒄𝒓𝒆𝒆𝒓𝒍𝒐? ❞ Volvió a tomar un trago más de su bebida, un vasito con vodka de cereza, estaba realmente frustrada con esta injusticia ¿Y que mejor que desahogarse con un tipo que conoció hace apenas 15 minutos? Si, probablemente no estaba en todos sus sentidos, pero realmente necesitaba "liberarse". Había regresado de Alemania hace ya unos dos días, volvió a Suiza a pasar el resto de sus vacaciones y apenas estuvo cómoda, prendió su celular y varios mensajes le llegaron de golpe, era Marcos quien le puso al tanto de todo. Ryan y Vanya desaparecidos, reporte de que Kiev estaba hecho un desastre, Arturia desapareció pero en cambio de la nada una mujer había estado alado de Kiev este tiempo, no sabían quién era, pero parecía alguien cercana. Realmente no sabía que hacer con todas estas cosas. Quería matarlos. Para colmo Marcos le pidió ayuda para poner las cosas en calma, por lo que tuvo que reducir sus vacaciones una semana antes. — Esa maldad... Realmente quería pasar más tiempo aquí. ¿No pueden quedarse quietos? — Dejo el vaso a un lado, cubrió su rostro en su antebrazo. El alcohol realmente le estaba chocando la cabeza, perdió la cuenta de la cantidad que tomó. — Parecen niños... ¡Voy a pedir un aumento! Quemaré esa mansión y me van a conocer. — Ya había perdido la razón.
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  • " ¿𝐘 𝐭ú? 𝐏𝐞𝐧𝐬é 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐡𝐚𝐛í𝐚𝐬 𝐢𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐭𝐮 𝐝𝐮𝐞ñ𝐚, 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞ñ𝐚... "





    Miraba a la gata enrollarse y ronronear sobre el mueble, justo al lado de él. Enarco una ceja realmente confundido por su presencia, no supo en qué momento la gatita había sido llevada a su propiedad, mucho menos entendía el porqué ahora estaba de color negro, sabiendo que ella tenía el pelaje del pecho de color blanco.

    La tomo entre sus manos, solo para notar que sus manos se manchaban con algo negro al tocarla y con ligero aroma a quemado.

    — ¿Volviste a jugar en la chimenea, Красивый? — Preguntó como si el animal fuera a entenderlo. Aunque termino recibiendo un maullido como respuesta.

    A los pocos segundos vio como Leo perseguía a la mascota de Jade, seguido de algunas sirvientas tratando de atraparlos. El bullicio terminó por inundar la mansión entera. La gata de Rubí se bajó de sus brazos y fue corriendo a seguirles el paso.

    — Señor, Aún no tenemos información del señor Ryan. No hemos podido contactarnos con él ni con la señorita Vanya. — Dijo su asistente.

    Kiev volteo a mirarlo, ignorando por completo el desastre ocasionado por las mascotas. Al menos ya no estaba tan silencioso el lugar. Al escuchar sobre la noticia, suspiro de cansancio, hace poco había visto la noticia del lío que se habían metido ambos, en su intento de liberar monos, quería contactarse para ver si el problema era demasiado fuerte, pero no hubo respuesta.

    — Está bien, lo más probable es que sigan con lo suyo. Concéntrate en el almuerzo de la tarde. — Dejo de lado aquel asunto. Quería concentrarse en el almuerzo que se haría por su cumpleaños con las chicas, algo realmente tranquilo.

    Su asistente solo asintió, estuvo a punto de decir algo más cuando se escuchó un estruendo realmente fuerte por el área del comedor.

    — Y lleven a los animales a limpiarse, muevan el almuerzo al jardín. Evitemos problemas con la comida. — Dijo mientras se levantaba del sofá. Necesitaba un baño.
    " ¿𝐘 𝐭ú? 𝐏𝐞𝐧𝐬é 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐡𝐚𝐛í𝐚𝐬 𝐢𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐭𝐮 𝐝𝐮𝐞ñ𝐚, 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞ñ𝐚... " Miraba a la gata enrollarse y ronronear sobre el mueble, justo al lado de él. Enarco una ceja realmente confundido por su presencia, no supo en qué momento la gatita había sido llevada a su propiedad, mucho menos entendía el porqué ahora estaba de color negro, sabiendo que ella tenía el pelaje del pecho de color blanco. La tomo entre sus manos, solo para notar que sus manos se manchaban con algo negro al tocarla y con ligero aroma a quemado. — ¿Volviste a jugar en la chimenea, Красивый? — Preguntó como si el animal fuera a entenderlo. Aunque termino recibiendo un maullido como respuesta. A los pocos segundos vio como Leo perseguía a la mascota de Jade, seguido de algunas sirvientas tratando de atraparlos. El bullicio terminó por inundar la mansión entera. La gata de Rubí se bajó de sus brazos y fue corriendo a seguirles el paso. — Señor, Aún no tenemos información del señor Ryan. No hemos podido contactarnos con él ni con la señorita Vanya. — Dijo su asistente. Kiev volteo a mirarlo, ignorando por completo el desastre ocasionado por las mascotas. Al menos ya no estaba tan silencioso el lugar. Al escuchar sobre la noticia, suspiro de cansancio, hace poco había visto la noticia del lío que se habían metido ambos, en su intento de liberar monos, quería contactarse para ver si el problema era demasiado fuerte, pero no hubo respuesta. — Está bien, lo más probable es que sigan con lo suyo. Concéntrate en el almuerzo de la tarde. — Dejo de lado aquel asunto. Quería concentrarse en el almuerzo que se haría por su cumpleaños con las chicas, algo realmente tranquilo. Su asistente solo asintió, estuvo a punto de decir algo más cuando se escuchó un estruendo realmente fuerte por el área del comedor. — Y lleven a los animales a limpiarse, muevan el almuerzo al jardín. Evitemos problemas con la comida. — Dijo mientras se levantaba del sofá. Necesitaba un baño.
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  • " 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐨 𝐭𝐫𝐚𝐛𝐚𝐣𝐨 𝐝𝐞 𝐦𝐢𝐞𝐫𝐝𝐚. "




    El agotamiento era visible. No había tenido descanso alguno desde hace días y su rostro reflejaba aquello. No solo tuvo que encargarse de "Limpiar" la ciudad, de los tipos que seguían a Rubí, si no también de verificar que los flujos de tráfico de drogas y armas, estuviera fluyendo de forma tranquila sin interrupciones por parte de la policía.

    Los múltiples negocios que manejaba crecían de forma rápida, gracias a un plan administrativo en la que trabajo Ryan. El problema era que tenía que comenzar a revisar ciertos papeles y asistir a ciertas reuniones de negocios que le quitaban horas de libertad y sueño, estaba totalmente irritado. Tenía que terminar con ello rápidamente si deseaba descansar cuando Ryan y Rubí se fueran de viaje por separado. Ambos eran esenciales para el manejo de la mafia, pero podría con ello solo.

    Terminó por apagar el cigarro que había estado consumiendo en el cenicero de su escritorio, y su vista se dirigío hacia las 3 filas de papeles que había ahí, esto era su peor pesadilla.

    — Проклятие... — Murmuró para si mismo. Dejo las cosas a un lado y se fijó en los papeles de permiso de vacaciones que tenía que firmar.

    Uno era de Rubí, que solicitaba sus vacaciones para irse al país más seguro de este planeta, Suiza. Esto para no solo mantenerse segura, si no porque también ya llegaba el día especial de ella. Tomó un bolígrafo y simplemente lo firmó para aceptar el permiso de vacaciones. Luego, miró los papeles de Ryan, Vanya le había dado la idea de que el rubio necesitaba sus vacaciones, estar en un ambiente totalmente diferente para poder sanar mentalmente. Era bien sabido que desde ese incidente con él psiquiatra, la cosas habían estado muy mal para él, tomar drogas felices no iban hacer la solución a este problema, él necesitaba poder estar en un ambiente sano que lo ayudara a salir del abismo en el que estaba atrapado, y aunque pudiera verse "normal" en realidad su amigo estaba sufriendo por ello.

    Estaba a punto de firmar los papeles cuando recibió un mensaje del susodicho, el cual leyó algo extrañado.

    "Hey! Mira que encontré"

    Junto al mensaje, había un vídeo, el cual termino por reproducir solo para escuchar la parte de una canción que decía : ¿Que paso con el que dijo que te amaba? ¿Acaso se fue y te ha dejado ilusionada?


    El teléfono terminó por caer al suelo, se mantuvo quieto mientras aún se escuchaba de fondo el resto de la canción. Hasta que simplemente comenzó a reír a carcajadas.

    — JAJAJA Maldito hijo de perra, agradece de que eres mi amigo y no te haya matado aún. — Miro los papeles con una sonrisa nada amistosa. Sus dedos golpeaban el escritorio de forma constantemente mientras miraba el papel de enfrente. No, no lo iba a firmar. Si quería esas vacaciones, se las tenía que ganar.

    — Marco, manda alistar las motos. Y envíale un mensaje a Ryan para verlo fuera de la ciudad, si quiere jugar, vamos a jugar en mis términos. — Ordenó mientras ponía los papeles del rubio a un lado, dejo por ahí su pluma y tomo los papeles de la pelirroja, iba a llevárselos y de paso pedirle un favor. Su asistente quien había estado mirándolo de lejos, se mantuvo quieto y movió su cabeza asintiendo en la petición, no iba a mencionar nada más, quería evitar hacerlo enojar ya que notaba que su jefe no andaba nada bien desde que cierta rubia habia desaparecido sin decir nada.
    " 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐨 𝐭𝐫𝐚𝐛𝐚𝐣𝐨 𝐝𝐞 𝐦𝐢𝐞𝐫𝐝𝐚. " El agotamiento era visible. No había tenido descanso alguno desde hace días y su rostro reflejaba aquello. No solo tuvo que encargarse de "Limpiar" la ciudad, de los tipos que seguían a Rubí, si no también de verificar que los flujos de tráfico de drogas y armas, estuviera fluyendo de forma tranquila sin interrupciones por parte de la policía. Los múltiples negocios que manejaba crecían de forma rápida, gracias a un plan administrativo en la que trabajo Ryan. El problema era que tenía que comenzar a revisar ciertos papeles y asistir a ciertas reuniones de negocios que le quitaban horas de libertad y sueño, estaba totalmente irritado. Tenía que terminar con ello rápidamente si deseaba descansar cuando Ryan y Rubí se fueran de viaje por separado. Ambos eran esenciales para el manejo de la mafia, pero podría con ello solo. Terminó por apagar el cigarro que había estado consumiendo en el cenicero de su escritorio, y su vista se dirigío hacia las 3 filas de papeles que había ahí, esto era su peor pesadilla. — Проклятие... — Murmuró para si mismo. Dejo las cosas a un lado y se fijó en los papeles de permiso de vacaciones que tenía que firmar. Uno era de Rubí, que solicitaba sus vacaciones para irse al país más seguro de este planeta, Suiza. Esto para no solo mantenerse segura, si no porque también ya llegaba el día especial de ella. Tomó un bolígrafo y simplemente lo firmó para aceptar el permiso de vacaciones. Luego, miró los papeles de Ryan, Vanya le había dado la idea de que el rubio necesitaba sus vacaciones, estar en un ambiente totalmente diferente para poder sanar mentalmente. Era bien sabido que desde ese incidente con él psiquiatra, la cosas habían estado muy mal para él, tomar drogas felices no iban hacer la solución a este problema, él necesitaba poder estar en un ambiente sano que lo ayudara a salir del abismo en el que estaba atrapado, y aunque pudiera verse "normal" en realidad su amigo estaba sufriendo por ello. Estaba a punto de firmar los papeles cuando recibió un mensaje del susodicho, el cual leyó algo extrañado. "Hey! Mira que encontré" Junto al mensaje, había un vídeo, el cual termino por reproducir solo para escuchar la parte de una canción que decía : ¿Que paso con el que dijo que te amaba? ¿Acaso se fue y te ha dejado ilusionada? El teléfono terminó por caer al suelo, se mantuvo quieto mientras aún se escuchaba de fondo el resto de la canción. Hasta que simplemente comenzó a reír a carcajadas. — JAJAJA Maldito hijo de perra, agradece de que eres mi amigo y no te haya matado aún. — Miro los papeles con una sonrisa nada amistosa. Sus dedos golpeaban el escritorio de forma constantemente mientras miraba el papel de enfrente. No, no lo iba a firmar. Si quería esas vacaciones, se las tenía que ganar. — Marco, manda alistar las motos. Y envíale un mensaje a Ryan para verlo fuera de la ciudad, si quiere jugar, vamos a jugar en mis términos. — Ordenó mientras ponía los papeles del rubio a un lado, dejo por ahí su pluma y tomo los papeles de la pelirroja, iba a llevárselos y de paso pedirle un favor. Su asistente quien había estado mirándolo de lejos, se mantuvo quieto y movió su cabeza asintiendo en la petición, no iba a mencionar nada más, quería evitar hacerlo enojar ya que notaba que su jefe no andaba nada bien desde que cierta rubia habia desaparecido sin decir nada.
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  • *Desarmando su armario porque no sabía que vestido ponerse* ¡Rubi e Vanya , chicas, necesito vuestros consejos! No se que vestido ponerme. * Se decía mientras se sentaba en la cama rodeada de vestidos. * (hay mas modelos jajajaja)
    *Desarmando su armario porque no sabía que vestido ponerse* ¡Rubi e Vanya , chicas, necesito vuestros consejos! No se que vestido ponerme. * Se decía mientras se sentaba en la cama rodeada de vestidos. * (hay mas modelos jajajaja)
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  • " 𝑸𝒖é 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒂 𝒎𝒂ñ𝒂𝒏𝒂, 𝒐𝒉, 𝑩𝒖𝒆𝒏𝒐𝒔 𝒅í𝒂𝒔 ~ "


    Hoy, Kiev despertó de buen humor, después de un sueño reparador. Era una de esas mañanas en las que no tenía que preocuparse por nadie intentando matarlo. El mundo parecía estar en su sitio, y él estaba decidido a disfrutarlo.

    Ryan estaba en buenas manos, tomándose su tiempo para sanar y ver al médico sobre sus dolores de cabeza. Kiev confiaba en que todo saldría bien, especialmente porque había dejado a Vanya vigilando. Rubí se había encargado de los negocios para las próximas dos semanas, cerrando contratos y gestionando todo sin complicaciones. Y si surgía algún problema, siempre podía contar con Irina, que era impecable en lo que hacía.

    Se miró al espejo del baño y sonrió. Por fin podía permitirse unos días de tranquilidad para dejar que su brazo, recién liberado del yeso, sanara completamente.

    Después de lavarse los dientes, se sirvió un café y salió a la terraza a mirar el mar. Había decidido irse a una propiedad en la costa tan pronto salió del hospital, y resultó ser una excelente idea. El sonido de las olas rompiendo en la orilla lo calmaba.

    —Ja! какое доброе утро, mucho mejor esto que escuchar a Ryan y Rubí intentando matarse.

    Esos dos… los conocía desde hacía mucho tiempo, y no había un momento en que no estuvieran discutiendo o haciendo travesuras. A veces lo sacaban de quicio, pero a la vez, le divertía verlos así.

    — Jajaja, espero que esos mocosos no estén haciendo nada para matarse. — Dijo entre risas, Nah, podía confiar en ellos, no siempre iba a estar como un padre para ellos. Son adultos, solo esperaba no tener que lidiar con incendios, bombas, dudas existenciales o simplemente les daría un estate quieto para que se calmaran.


    Observo su taza y se había dado cuenta que el café se había acabado, miró el mar y soltó un suspiro, hoy simplemente se iba a relajar y a simplemente estar en paz.
    " 𝑸𝒖é 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒂 𝒎𝒂ñ𝒂𝒏𝒂, 𝒐𝒉, 𝑩𝒖𝒆𝒏𝒐𝒔 𝒅í𝒂𝒔 ~ " Hoy, Kiev despertó de buen humor, después de un sueño reparador. Era una de esas mañanas en las que no tenía que preocuparse por nadie intentando matarlo. El mundo parecía estar en su sitio, y él estaba decidido a disfrutarlo. Ryan estaba en buenas manos, tomándose su tiempo para sanar y ver al médico sobre sus dolores de cabeza. Kiev confiaba en que todo saldría bien, especialmente porque había dejado a Vanya vigilando. Rubí se había encargado de los negocios para las próximas dos semanas, cerrando contratos y gestionando todo sin complicaciones. Y si surgía algún problema, siempre podía contar con Irina, que era impecable en lo que hacía. Se miró al espejo del baño y sonrió. Por fin podía permitirse unos días de tranquilidad para dejar que su brazo, recién liberado del yeso, sanara completamente. Después de lavarse los dientes, se sirvió un café y salió a la terraza a mirar el mar. Había decidido irse a una propiedad en la costa tan pronto salió del hospital, y resultó ser una excelente idea. El sonido de las olas rompiendo en la orilla lo calmaba. —Ja! какое доброе утро, mucho mejor esto que escuchar a Ryan y Rubí intentando matarse. Esos dos… los conocía desde hacía mucho tiempo, y no había un momento en que no estuvieran discutiendo o haciendo travesuras. A veces lo sacaban de quicio, pero a la vez, le divertía verlos así. — Jajaja, espero que esos mocosos no estén haciendo nada para matarse. — Dijo entre risas, Nah, podía confiar en ellos, no siempre iba a estar como un padre para ellos. Son adultos, solo esperaba no tener que lidiar con incendios, bombas, dudas existenciales o simplemente les daría un estate quieto para que se calmaran. Observo su taza y se había dado cuenta que el café se había acabado, miró el mar y soltó un suspiro, hoy simplemente se iba a relajar y a simplemente estar en paz.
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