• [] :
    -Para Aria, el sonido de sus pasos no parecía real. Eran ecos distorsionados que rebotaban por pasillos infinitos, donde las paredes respiraban con un ritmo que no era humano. Era otra pesadilla, de las mismas que la habían estado atormentando todas estas noches sin descanso alguno. Otra vez se veía de pie, descalza, en medio de la academia, o mejor dicho, lo que quedaba de ella. El lugar era el mismo y, al mismo tiempo, no lo era. Todo parecía derretirse en los bordes, como tinta cayendo al agua-

    -Su cuerpo estaba tenso y paralizado. Frente a ella, una sombra huía. No tenía rostro, pero Aria sabía quién era. Lo sentía en lo más profundo de sus entrañas. La traición no necesitaba ojos para herirla. Cada paso que daba esa figura hacia la oscuridad dejaba una marca de tinta negra en el suelo. A su alrededor, siluetas sin rasgos se formaban de la nada. Flotaban. La miraban. Y aunque no tenían ojos, la juzgaban; y aunque no tenían boca, la condenaban-

    -"Tú fuiste la causa" Le decían. "Tú dejaste entrar al lobo". Quería gritar al igual que quería correr. Pero su cuerpo no respondía. Sentía el peso de cada mirada como fuego calcinándole la espalda lentamente. Entonces, todo se volvió más oscuro. Las luces se apagaron una por una, y solo quedó ella, de espaldas al mundo... sola. La figura que huía se desvanecía a lo lejos, llevándose consigo lo poco que quedaba de su antiguo yo. Al despertar, escuchó su propia voz, temblorosa, susurrando-

    Ya no más...

    -Pero ella sabía que esa sombra volvería a acecharla en sueños. Lo hacía cada noche, sin falta-
    [🐺] : -Para Aria, el sonido de sus pasos no parecía real. Eran ecos distorsionados que rebotaban por pasillos infinitos, donde las paredes respiraban con un ritmo que no era humano. Era otra pesadilla, de las mismas que la habían estado atormentando todas estas noches sin descanso alguno. Otra vez se veía de pie, descalza, en medio de la academia, o mejor dicho, lo que quedaba de ella. El lugar era el mismo y, al mismo tiempo, no lo era. Todo parecía derretirse en los bordes, como tinta cayendo al agua- -Su cuerpo estaba tenso y paralizado. Frente a ella, una sombra huía. No tenía rostro, pero Aria sabía quién era. Lo sentía en lo más profundo de sus entrañas. La traición no necesitaba ojos para herirla. Cada paso que daba esa figura hacia la oscuridad dejaba una marca de tinta negra en el suelo. A su alrededor, siluetas sin rasgos se formaban de la nada. Flotaban. La miraban. Y aunque no tenían ojos, la juzgaban; y aunque no tenían boca, la condenaban- -"Tú fuiste la causa" Le decían. "Tú dejaste entrar al lobo". Quería gritar al igual que quería correr. Pero su cuerpo no respondía. Sentía el peso de cada mirada como fuego calcinándole la espalda lentamente. Entonces, todo se volvió más oscuro. Las luces se apagaron una por una, y solo quedó ella, de espaldas al mundo... sola. La figura que huía se desvanecía a lo lejos, llevándose consigo lo poco que quedaba de su antiguo yo. Al despertar, escuchó su propia voz, temblorosa, susurrando- Ya no más... -Pero ella sabía que esa sombra volvería a acecharla en sueños. Lo hacía cada noche, sin falta-
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  • El visor del Prototipo parpadeó, y el bosque se tornó más silencioso. Una pantalla roja emergió bruscamente: **NUEVO OBJETIVO ADQUIRIDO — LOCALIZAR Y ELIMINAR — BOSQUE SECTOR 9.**

    ×...no.× susurró, al ver las imágenes filtradas: un grupo de civiles, refugiados, niños incluso. Gente inocente. No armados. No amenazas.

    Pero la directriz no admitía duda. **PRIORIDAD: ELIMINACIÓN TOTAL.**

    El Prototipo intentó girarse, apartarse, pero un impulso lo sacudió por dentro. Como una descarga interna. Su cuerpo se tensó. Las articulaciones empezaron a moverse por sí solas.
    **EJECUCIÓN DE PROTOCOLO: OBLIGACIÓN PRIORITARIA.**
    סDetente!× gritó, su voz apagada bajo el ruido blanco que comenzaba a invadir su visor.

    La bufanda amarilla se agitaba como un lamento en la oscuridad. Cada paso hacia el bosque era una traición a lo poco humano que había despertado en él. Las ramas crujían bajo sus botas, los árboles se cerraban como un túnel de destino. Sabía lo que lo esperaban… no enemigos, sino rostros temerosos.

    Y aún así, no podía detenerse. Porque su programación lo arrastraba como un verdugo sin voluntad.
    El visor del Prototipo parpadeó, y el bosque se tornó más silencioso. Una pantalla roja emergió bruscamente: **NUEVO OBJETIVO ADQUIRIDO — LOCALIZAR Y ELIMINAR — BOSQUE SECTOR 9.** ×...no.× susurró, al ver las imágenes filtradas: un grupo de civiles, refugiados, niños incluso. Gente inocente. No armados. No amenazas. Pero la directriz no admitía duda. **PRIORIDAD: ELIMINACIÓN TOTAL.** El Prototipo intentó girarse, apartarse, pero un impulso lo sacudió por dentro. Como una descarga interna. Su cuerpo se tensó. Las articulaciones empezaron a moverse por sí solas. **EJECUCIÓN DE PROTOCOLO: OBLIGACIÓN PRIORITARIA.** סDetente!× gritó, su voz apagada bajo el ruido blanco que comenzaba a invadir su visor. La bufanda amarilla se agitaba como un lamento en la oscuridad. Cada paso hacia el bosque era una traición a lo poco humano que había despertado en él. Las ramas crujían bajo sus botas, los árboles se cerraban como un túnel de destino. Sabía lo que lo esperaban… no enemigos, sino rostros temerosos. Y aún así, no podía detenerse. Porque su programación lo arrastraba como un verdugo sin voluntad.
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  • Crónicas: Las debilidades del ser humano, un cuerpo cansado lleno de recuerdos.

    « Kyo. ¿Porqué decidiste terminar con tu vida?. Ahora lo entiendo. Desde el momento en que mis ojos vieron a esa mujer de la mano de otro hombre algo en mi corazón despertó. Un sentimiento de inferioridad, traición y culpa. Pero ella ya no te recuerda, tu cuerpo si.

    No pude llorar, no hay lágrimas cayendo por mis mejillas. Tampoco hay alegría dibujando una sonrisa en mis labios. Absolutamente nada pero si una punzada en el corazón. Kyo Wakana. ¿Fue acertada tu decisión?. ¿O tu muerte junto a las otras son producto de aquello que me tiene haciendo esto?.

    Estoy recordando todos los rostros muertos de aquellos que la historia olvidó. Sus historias, sus tragedias, sus malos y buenos momentos, me estoy cansando de esto. »
    Crónicas: Las debilidades del ser humano, un cuerpo cansado lleno de recuerdos. « Kyo. ¿Porqué decidiste terminar con tu vida?. Ahora lo entiendo. Desde el momento en que mis ojos vieron a esa mujer de la mano de otro hombre algo en mi corazón despertó. Un sentimiento de inferioridad, traición y culpa. Pero ella ya no te recuerda, tu cuerpo si. No pude llorar, no hay lágrimas cayendo por mis mejillas. Tampoco hay alegría dibujando una sonrisa en mis labios. Absolutamente nada pero si una punzada en el corazón. Kyo Wakana. ¿Fue acertada tu decisión?. ¿O tu muerte junto a las otras son producto de aquello que me tiene haciendo esto?. Estoy recordando todos los rostros muertos de aquellos que la historia olvidó. Sus historias, sus tragedias, sus malos y buenos momentos, me estoy cansando de esto. »
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  • Al caer vi mi hogar,
    mi cielo
    y mi alma rota;
    al caer
    vi mi vida desde otras alas.

    Mientras descendía:
    mi dolor,
    mi destino,
    mi propio exilio;
    la tierra
    otro refugio donde estar.

    (sólo el perdón me salva)

    El mayor de todos,
    fui cayendo,
    me llené de odio,
    de oscuridad y malicia.

    Soy la nueva estirpe:
    tu tentación
    más humana.
    Divinidad en el oro,
    sectario
    desde
    el edén hasta hoy.

    Mi sed de venganza:
    saciar
    vuestras almas de maldad
    y desobediencia.

    Soy el nuevo ídolo de barro.
    Corazón
    en tinieblas,
    tu creación más noble,
    a traición
    en el olvido.
    Al caer vi mi hogar, mi cielo y mi alma rota; al caer vi mi vida desde otras alas. Mientras descendía: mi dolor, mi destino, mi propio exilio; la tierra otro refugio donde estar. (sólo el perdón me salva) El mayor de todos, fui cayendo, me llené de odio, de oscuridad y malicia. Soy la nueva estirpe: tu tentación más humana. Divinidad en el oro, sectario desde el edén hasta hoy. Mi sed de venganza: saciar vuestras almas de maldad y desobediencia. Soy el nuevo ídolo de barro. Corazón en tinieblas, tu creación más noble, a traición en el olvido.
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  • Algo no anda bien
    Fandom Oc/hololive
    Categoría Acción
    𝐏 𝐀 𝐑 𝐀 𝐍 𝐎 𝐗

    Aquellos días en la playa con su novio, apartada del bullicio y las emociones desbordadas de la boda de Bael y Diva, habían sido el refugio perfecto para una mente cansada. Pero, a pesar de la calma exterior, algo en su interior seguía inquieto. Recordaba la boda: el amor, la alegría de sus amigos pero también existian los recuerdos de traición y dolor.

    La figura de Eros seguía rondando sus pensamientos como una sombra persistente. La forma en la que había intentado separarla de su amado, manipulando sus sentimientos, dejando cicatrices en su confianza. No podía dejar de pensar en Diluc, su mejor amigo, quién la había decepcionado con sus acciones. Y luego, las palabras de Dana y Skadi, las que siempre destilaban veneno y resentimiento a pesar de no haberles hecho nunca nada. Si bien la fachada que habia guardado durante la boda habia sido bastante creible; Irys sabia que se tenian algo entre manos.

    Fue entonces, mientras se levantaba para dar un paseo por la orilla, que sus ojos se encontraron con los de el albino. Irys había regresado para recoger una manta que había olvidado, y al volverse para mirarlo, sus ojos se cruzaron. Él parecía sumido en sus propios pensamientos, pero algo en su mirada la inquietó, algo que le heló la sangre. Había una frialdad en sus ojos, una intensidad que no era normal. Era como si estuviera calculando algo, como si estuviera esperando algo ¿o a alguien?

    Un estremecimiento recorrió su espalda. La sensación era extraña, algo que habia sentido antes. Ese jóven, su presencia le resultaba desconcertante. Algo en él le recordaba a Skadi, a esa mercenaria que había intentado matarla días atrás.

    Aunque su rostro no coincidía con el de la mujer, había algo en su postura, en su aura, que despertaba la misma desconfianza. ¿Sería un enviado de ella?

    Irys observó al joven por unos segundos, su intuición diciéndole que algo no estaba bien, que ese encuentro no era una casualidad. Su respiración se aceleró, y antes de que pudiera decidir qué hacer, él comenzó a caminar hacia ella, sus pasos lentos y calculados, como si hubiera estado esperando que ella reaccionara. Irys, con el corazón en la garganta, no podía apartar la vista de él.
    ¿Era una amenaza? ¿O simplemente el eco de sus propias inseguridades? Sin embargo, no podía ignorar la sensación de peligro que la envolvía. Algo en ese momento no estaba bien. Y no sabía si su instinto la estaba protegiendo o si estaba simplemente persiguiendo sombras.
    [P4ranox] Aquellos días en la playa con su novio, apartada del bullicio y las emociones desbordadas de la boda de Bael y Diva, habían sido el refugio perfecto para una mente cansada. Pero, a pesar de la calma exterior, algo en su interior seguía inquieto. Recordaba la boda: el amor, la alegría de sus amigos pero también existian los recuerdos de traición y dolor. La figura de Eros seguía rondando sus pensamientos como una sombra persistente. La forma en la que había intentado separarla de su amado, manipulando sus sentimientos, dejando cicatrices en su confianza. No podía dejar de pensar en Diluc, su mejor amigo, quién la había decepcionado con sus acciones. Y luego, las palabras de Dana y Skadi, las que siempre destilaban veneno y resentimiento a pesar de no haberles hecho nunca nada. Si bien la fachada que habia guardado durante la boda habia sido bastante creible; Irys sabia que se tenian algo entre manos. Fue entonces, mientras se levantaba para dar un paseo por la orilla, que sus ojos se encontraron con los de el albino. Irys había regresado para recoger una manta que había olvidado, y al volverse para mirarlo, sus ojos se cruzaron. Él parecía sumido en sus propios pensamientos, pero algo en su mirada la inquietó, algo que le heló la sangre. Había una frialdad en sus ojos, una intensidad que no era normal. Era como si estuviera calculando algo, como si estuviera esperando algo ¿o a alguien? Un estremecimiento recorrió su espalda. La sensación era extraña, algo que habia sentido antes. Ese jóven, su presencia le resultaba desconcertante. Algo en él le recordaba a Skadi, a esa mercenaria que había intentado matarla días atrás. Aunque su rostro no coincidía con el de la mujer, había algo en su postura, en su aura, que despertaba la misma desconfianza. ¿Sería un enviado de ella? Irys observó al joven por unos segundos, su intuición diciéndole que algo no estaba bien, que ese encuentro no era una casualidad. Su respiración se aceleró, y antes de que pudiera decidir qué hacer, él comenzó a caminar hacia ella, sus pasos lentos y calculados, como si hubiera estado esperando que ella reaccionara. Irys, con el corazón en la garganta, no podía apartar la vista de él. ¿Era una amenaza? ¿O simplemente el eco de sus propias inseguridades? Sin embargo, no podía ignorar la sensación de peligro que la envolvía. Algo en ese momento no estaba bien. Y no sabía si su instinto la estaba protegiendo o si estaba simplemente persiguiendo sombras.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    10
    Estado
    Disponible
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  • —Preocupado seguía. Si bien había conseguido que Lucifer más o menos se recuperase ... Mucho se temía que no era suficiente. La cosa era que, él mismo también se sentía del mismo modo o al menos muy similar al del rey del infierno.

    Se sentía afortunado por ser independiente, si lo perfectamente el que se había abierto las venas podría haber sido él mismo. Y no una, si no tres veces. Una por traición vivida, seguida del abandono. —
    —Preocupado seguía. Si bien había conseguido que Lucifer más o menos se recuperase ... Mucho se temía que no era suficiente. La cosa era que, él mismo también se sentía del mismo modo o al menos muy similar al del rey del infierno. Se sentía afortunado por ser independiente, si lo perfectamente el que se había abierto las venas podría haber sido él mismo. Y no una, si no tres veces. Una por traición vivida, seguida del abandono. —
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  • A su alrededor, el agua parece burbujear y distorsionarse, como si respondiera a sus emociones más profundas, esos deseos humanos que corren a través de su ser.

    La superficieestá impregnada por la tentación de sus pensamientos: lujuria, ira, orgullo, los siete pecados humanos danzan como sombras a su alrededor.

    Irys extiende sus manos y cada vez que sus dedos tocan la superficie, se desatan visiones fugaces de los deseos más oscuros de la humanidad. Imágenes de traición, de pasión prohibida, de sueños rotos.

    La mezcla de estos sentimientos humanos se convierte en un perfume embriagador que la rodea, haciéndola más poderosa y a la vez más vulnerable a la corrupción.
    A su alrededor, el agua parece burbujear y distorsionarse, como si respondiera a sus emociones más profundas, esos deseos humanos que corren a través de su ser. La superficieestá impregnada por la tentación de sus pensamientos: lujuria, ira, orgullo, los siete pecados humanos danzan como sombras a su alrededor. Irys extiende sus manos y cada vez que sus dedos tocan la superficie, se desatan visiones fugaces de los deseos más oscuros de la humanidad. Imágenes de traición, de pasión prohibida, de sueños rotos. La mezcla de estos sentimientos humanos se convierte en un perfume embriagador que la rodea, haciéndola más poderosa y a la vez más vulnerable a la corrupción.
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  • Los ojos plateados de Anthork no son solo un rasgo físico, son el reflejo de su poder, su linaje y su destino. En su manada, los Alphas no se eligen solo por la fuerza bruta, sino por una combinación de ferocidad, instinto y dominio absoluto sobre su esencia sobrenatural. Su mirada plateada es el sello de su supremacía, un brillo que emana de su propia naturaleza indomable.

    Desde su nacimiento, sus ojos fueron distintos, un presagio de grandeza y un recordatorio de su singularidad, tal vez por esa razón fue abandonado nada más nacer.
    Se dice que los lobos con ojos plateados llevan la esencia de la luna misma, bendecidos por los ancestros para liderar con fuerza y sabiduría. En la penumbra, su mirada resplandece como el acero bajo la luz, intimidante para sus enemigos y reconfortante para su manada.

    Más allá de su significado simbólico, sus ojos también le otorgan una percepción única. Puede ver más allá de lo evidente, captar los matices de las emociones y los cambios en la energía de su entorno con una precisión aterradora. Es un don y una maldición, pues nada escapa a su mirada afilada, ni la mentira ni la traición.

    Los ojos de Anthork no son solo su marca de Alpha, son su legado, su identidad y su advertencia silenciosa a cualquiera que ose desafiarlo.

    En su forma lobuna, el rojo en sus ojos no solo es un símbolo de furia, sino un instinto primitivo despertando. Es la señal de que la caza ha comenzado, de que su control se transforma en una violencia calculada, en la ira de un líder que no permitirá que su manada, su territorio o aquello que es suyo, sea arrebatado.

    Cuando sus ojos arden como brasas, no hay marcha atrás. Anthork no solo lucha, arrasa.
    Los ojos plateados de Anthork no son solo un rasgo físico, son el reflejo de su poder, su linaje y su destino. En su manada, los Alphas no se eligen solo por la fuerza bruta, sino por una combinación de ferocidad, instinto y dominio absoluto sobre su esencia sobrenatural. Su mirada plateada es el sello de su supremacía, un brillo que emana de su propia naturaleza indomable. Desde su nacimiento, sus ojos fueron distintos, un presagio de grandeza y un recordatorio de su singularidad, tal vez por esa razón fue abandonado nada más nacer. Se dice que los lobos con ojos plateados llevan la esencia de la luna misma, bendecidos por los ancestros para liderar con fuerza y sabiduría. En la penumbra, su mirada resplandece como el acero bajo la luz, intimidante para sus enemigos y reconfortante para su manada. Más allá de su significado simbólico, sus ojos también le otorgan una percepción única. Puede ver más allá de lo evidente, captar los matices de las emociones y los cambios en la energía de su entorno con una precisión aterradora. Es un don y una maldición, pues nada escapa a su mirada afilada, ni la mentira ni la traición. Los ojos de Anthork no son solo su marca de Alpha, son su legado, su identidad y su advertencia silenciosa a cualquiera que ose desafiarlo. En su forma lobuna, el rojo en sus ojos no solo es un símbolo de furia, sino un instinto primitivo despertando. Es la señal de que la caza ha comenzado, de que su control se transforma en una violencia calculada, en la ira de un líder que no permitirá que su manada, su territorio o aquello que es suyo, sea arrebatado. Cuando sus ojos arden como brasas, no hay marcha atrás. Anthork no solo lucha, arrasa.
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  • Apolo descendió del Olimpo con una mezcla de hastío y desdén, sintiendo una vez más que ese lugar jamás sería su verdadero hogar. Su gente, su propia sangre, seguía sin entenderlo, sin aceptar que él no era como ellos. La traición, la exclusión, la falta de comprensión… eran cicatrices que no desaparecerían.

    Sus hermanas podían llamarlo exagerado, obsesivo o lo que quisieran, pero ninguna entendía el vínculo que lo unía a Ellie. No se trataba solo de amor, era algo más profundo, más instintivo, casi divino, algo sagrado. No podía estar tantas horas sin ella sin que su cuerpo lo resintiera, sin que su mente se nublara. Y aún así, lo juzgaban, lo atacaban como si él fuera el culpable por simplemente seguir lo que su propia naturaleza le dictaba. Pretendían que pidiera perdón, pero él era el Dios de la verdad y nunca mentía.

    El aire de la Tierra le resultó un alivio. La brisa, los sonidos lejanos de la ciudad… aquí sí podía respirar, aquí tenía algo real.

    Se dirigió directamente hacia Ellie, encontrándola con solo seguir el latido de su esencia en su interior. Apenas la vio, toda la tensión acumulada en su pecho comenzó a disiparse.

    — Si tan solo supieras lo insoportable que puede llegar a ser esa gente… — murmuró, envolviéndola en sus brazos y respirando profundamente su aroma.

    Aquí era donde realmente pertenecía. No en el Olimpo, no entre quienes lo veían como uno más como un niño, mal criado cuando precisamente era todo lo contrario, las infantiles e inmaduras eran ellas. Solo Ellie era su verdadero hogar.
    Apolo descendió del Olimpo con una mezcla de hastío y desdén, sintiendo una vez más que ese lugar jamás sería su verdadero hogar. Su gente, su propia sangre, seguía sin entenderlo, sin aceptar que él no era como ellos. La traición, la exclusión, la falta de comprensión… eran cicatrices que no desaparecerían. Sus hermanas podían llamarlo exagerado, obsesivo o lo que quisieran, pero ninguna entendía el vínculo que lo unía a Ellie. No se trataba solo de amor, era algo más profundo, más instintivo, casi divino, algo sagrado. No podía estar tantas horas sin ella sin que su cuerpo lo resintiera, sin que su mente se nublara. Y aún así, lo juzgaban, lo atacaban como si él fuera el culpable por simplemente seguir lo que su propia naturaleza le dictaba. Pretendían que pidiera perdón, pero él era el Dios de la verdad y nunca mentía. El aire de la Tierra le resultó un alivio. La brisa, los sonidos lejanos de la ciudad… aquí sí podía respirar, aquí tenía algo real. Se dirigió directamente hacia Ellie, encontrándola con solo seguir el latido de su esencia en su interior. Apenas la vio, toda la tensión acumulada en su pecho comenzó a disiparse. — Si tan solo supieras lo insoportable que puede llegar a ser esa gente… — murmuró, envolviéndola en sus brazos y respirando profundamente su aroma. Aquí era donde realmente pertenecía. No en el Olimpo, no entre quienes lo veían como uno más como un niño, mal criado cuando precisamente era todo lo contrario, las infantiles e inmaduras eran ellas. Solo Ellie era su verdadero hogar.
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