• #MonoRol

    𝙋𝘼𝙍𝘼𝙉𝙊𝙓 𝙇𝙊𝙎𝙏 𝙁𝙄𝙇𝙀𝙎
    ...
    𝐋𝐚 𝐀𝐜𝐚𝐝𝐞𝐦𝐢𝐚
    𝐋𝐚𝐬𝐭 𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫

    Una sonrisa se dibujaba sutilmente en el rostro pálido de Dorian, un joven albino cuyo corazón, por primera vez, latía con la ferviente llama del amor, si, ese amor. Sus ojos, dos luceros de esmeraldas llenos de vida y de dolor, reflejaban la alegría y la emoción que recorría su ser.

    Bajo el hechizo del romance, Dorian descubría la bonito que era, amar y ser amado, para él era una experiencia tan embriagadora que parecía acabar con toda la oscuridad que había nublado su existencia. O eso creía...

    Y es que nuestro joven albino, despertó con la primera luz del amanecer, invadido por una felicidad que le hacía olvidar los difíciles tiempos que había atravesado.

    Se preparó para ir a la academia y con el dinero que sus padres adoptivos le habían dado como regalo, se dirigió a una tienda cercana para comprar una rosa escarlata, típico cliché y símbolo del amor, y una caja de chocolates, dulces y deliciosos, igual de cliché pero entendamoslo, dieciocho primaveras y por vez primera conocía aquel sentimiento.

    Dorian llegó a la academia con el corazón latiendo a mil por hora, que enamorado estaba. Bajo el cielo nublado de aquel día
    mientras esperaba impaciente, sus ojos buscaban entre la multitud de jóvenes, deseando verla a ella.

    ¿Y quién era? Bueno lo sabrás ahora. Entre tantos jóvenes ella estaba allí, rodeada de chicos que pedían una oportunidad. Con su cabellera negra como un manto de medianoche y sus ojos azules como el océano más profundo resaltó entre las demás chicas.

    Danna la chica más popular hermosa y linda de toda la academia.

    ¿Ya saben por dónde va ir el relato? Quizás si...

    Con el corazón rebosante de amor y sus manos temblorosas de emoción, el ingenuo Dorian se acercó a Danna.

    Con una sonrisa dulce y tímida, él le ofreció sus regalos de forma sincera.

    Sin embargo, en el preciso instante en que extendía los obsequios hacia ella, el sonido hiriente de las risas y burlas comenzó a resonar.

    ❦ ¿Que haces? ¡Enfrente de todos no! *Reprendió Danna en voz baja*

    ❝Pero... ¿que hay de malo?❞

    ❦ ¿Cómo que que hay de malo? Yo jamás estaría con un rarito como tú... *Anuncio en voz alta mientras se iba*

    ❝Yo.... Yo pensé que tú...❞

    Su rostro se palideció aún más, si es que eso era posible y su ingenuo corazón sintió el crujir amargo de la decepción.

    Los comentarios crueles y las risas sarcásticas caían sobre Dorian como dardos venenosos.

    En lugar de recibir la correspondencia esperada, encontró crueldad y humillación...

    ¿Porque? Porque en la juventud, la crueldad e ingenuidad muchas veces van de la mano, el joven albino tenía que enfrentar una verdad amarga:

    Danna, la joven de cabellera negra y ojos azules que habitaba sus sueños, solo mantenía su cercanía por puro interés.

    Para ella, ser vista como la chica inalcanzable tenía más valor que una relación genuina con un chico considerado "raro" por toda la academia.

    Desafortunadamente, la amarga traición de Danna no sería la última vez que el corazón de nuestro joven albino quedara hecho pedazos. La vida, en su cruda realidad, parecía tener reservados más tropiezos y desilusiones. . .
    #MonoRol 𝙋𝘼𝙍𝘼𝙉𝙊𝙓 𝙇𝙊𝙎𝙏 𝙁𝙄𝙇𝙀𝙎 ... 𝐋𝐚 𝐀𝐜𝐚𝐝𝐞𝐦𝐢𝐚 𝐋𝐚𝐬𝐭 𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 💔 Una sonrisa se dibujaba sutilmente en el rostro pálido de Dorian, un joven albino cuyo corazón, por primera vez, latía con la ferviente llama del amor, si, ese amor. Sus ojos, dos luceros de esmeraldas llenos de vida y de dolor, reflejaban la alegría y la emoción que recorría su ser. Bajo el hechizo del romance, Dorian descubría la bonito que era, amar y ser amado, para él era una experiencia tan embriagadora que parecía acabar con toda la oscuridad que había nublado su existencia. O eso creía... Y es que nuestro joven albino, despertó con la primera luz del amanecer, invadido por una felicidad que le hacía olvidar los difíciles tiempos que había atravesado. Se preparó para ir a la academia y con el dinero que sus padres adoptivos le habían dado como regalo, se dirigió a una tienda cercana para comprar una rosa escarlata, típico cliché y símbolo del amor, y una caja de chocolates, dulces y deliciosos, igual de cliché pero entendamoslo, dieciocho primaveras y por vez primera conocía aquel sentimiento. Dorian llegó a la academia con el corazón latiendo a mil por hora, que enamorado estaba. Bajo el cielo nublado de aquel día mientras esperaba impaciente, sus ojos buscaban entre la multitud de jóvenes, deseando verla a ella. ¿Y quién era? Bueno lo sabrás ahora. Entre tantos jóvenes ella estaba allí, rodeada de chicos que pedían una oportunidad. Con su cabellera negra como un manto de medianoche y sus ojos azules como el océano más profundo resaltó entre las demás chicas. Danna la chica más popular hermosa y linda de toda la academia. ¿Ya saben por dónde va ir el relato? Quizás si... Con el corazón rebosante de amor y sus manos temblorosas de emoción, el ingenuo Dorian se acercó a Danna. Con una sonrisa dulce y tímida, él le ofreció sus regalos de forma sincera. Sin embargo, en el preciso instante en que extendía los obsequios hacia ella, el sonido hiriente de las risas y burlas comenzó a resonar. ❦ ¿Que haces? ¡Enfrente de todos no! *Reprendió Danna en voz baja* ❝Pero... ¿que hay de malo?❞ ❦ ¿Cómo que que hay de malo? Yo jamás estaría con un rarito como tú... *Anuncio en voz alta mientras se iba* ❝Yo.... Yo pensé que tú...❞ Su rostro se palideció aún más, si es que eso era posible y su ingenuo corazón sintió el crujir amargo de la decepción. Los comentarios crueles y las risas sarcásticas caían sobre Dorian como dardos venenosos. En lugar de recibir la correspondencia esperada, encontró crueldad y humillación... ¿Porque? Porque en la juventud, la crueldad e ingenuidad muchas veces van de la mano, el joven albino tenía que enfrentar una verdad amarga: Danna, la joven de cabellera negra y ojos azules que habitaba sus sueños, solo mantenía su cercanía por puro interés. Para ella, ser vista como la chica inalcanzable tenía más valor que una relación genuina con un chico considerado "raro" por toda la academia. Desafortunadamente, la amarga traición de Danna no sería la última vez que el corazón de nuestro joven albino quedara hecho pedazos. La vida, en su cruda realidad, parecía tener reservados más tropiezos y desilusiones. . .
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  • 𝕄𝕠𝕟𝕠𝕣𝕠𝕝:
    ┅┅━━━━━━━━ •⊱✧⊰• ━━━━━━━━┅┅
    En una sala del palacio de Albagard con una mesa de madera desgastada ocupa el centro, iluminada por un candelabro casi consumido. Adelaida, Barristan y Agatha están sentados alrededor de ella, sus rostros marcados por la tensión. Afuera, el silencio nocturno del palacio contrasta con la tormenta de pensamientos que se cierne sobre ellos.

    𝔸𝕕𝕖𝕝𝕒𝕚𝕕𝕒 [apoyando las manos en la mesa, con el rostro serio]:
    —Todo está listo. Llevamos más de un mes planeando esto, y con Archibald partiendo en dos días, no habrá otra oportunidad. A las cuatro de la mañana, los guardias estarán cansados, relajados por el cambio de turno. Es el momento perfecto.

    𝔹𝕒𝕣𝕣𝕚𝕤𝕥𝕒𝕟 [golpeando la mesa con los nudillos, su ceño fruncido reflejando su enojo]:
    —Lo es, pero no será sencillo. La distracción que haremos Adelaida y yo te dará el tiempo necesario para liberar a tu dragona, pero debes actuar rápido, Agatha. Si algo sale mal, tú serás la única que sobrevivirá.

    𝔸𝕘𝕒𝕥𝕙𝕒 [mirando el candelabro, con los dedos entrelazados sobre la mesa]:
    —Lo sé. Pero no puedo evitar pensar en lo que pasará si fallamos.

    𝔸𝕕𝕖𝕝𝕒𝕚𝕕𝕒 [sacando un pequeño artefacto metálico con runas grabadas de una caja frente a ella]:
    —Por eso te doy esto. Es un artefacto de destello, de un solo uso. Si te ves acorralada, apriétalo. Creará un destello tan fuerte que cegará a cualquiera cerca de ti. Eso debería darte unos segundos para escapar.

    𝔹𝕒𝕣𝕣𝕚𝕤𝕥𝕒𝕟 [cruzando los brazos, con una sonrisa amarga]:
    —Y mientras tú haces tu parte, Adelaida y yo nos encargaremos de distraer a los guardias en el ala sur. Sabemos lo que está en juego, y no hay marcha atrás.

    𝔸𝕘𝕒𝕥𝕙𝕒 [mirándolos con angustia]:
    —Si los atrapan, Archibald no tendrá piedad.

    𝔸𝕕𝕖𝕝𝕒𝕚𝕕𝕒 [con tono firme, mirándola a los ojos]:
    —Lo sabemos. Pero nuestras familias no se quedarán de brazos cruzados. Si algo nos pasa, harán todo lo posible por frenar a Archibald. Aunque eso no significa que él lo tema.

    𝔹𝕒𝕣𝕣𝕚𝕤𝕥𝕒𝕟 [asintiendo con determinación]:
    —Archibald no teme a una guerra interna, pero nuestras casas son poderosas. Si nuestras muertes significan un obstáculo para él, al menos habremos ganado tiempo. Lo importante ahora es que tú logres escapar y adviertas a las ciudades blancas.

    𝔸𝕘𝕒𝕥𝕙𝕒 [tomando el artefacto con manos temblorosas, pero con una expresión decidida]:
    —Lo haré. No dejaré que este sacrificio sea en vano.

    𝔹𝕒𝕣𝕣𝕚𝕤𝕥𝕒𝕟 [mirándola con intensidad]:
    —A las cuatro de la mañana, cuando comience nuestra distracción, tú irás al ala oeste. Libera a tu dragona y vuela antes de que puedan reaccionar.

    𝔸𝕕𝕖𝕝𝕒𝕚𝕕𝕒 [con una leve sonrisa seca]:
    —Haz lo que debes hacer, Agatha. No mires atrás.

    El sonido de pasos en el pasillo los hace callar. Adelaida apaga el candelabro rápidamente, sumiendo la sala en la oscuridad.

    𝔸𝕕𝕖𝕝𝕒𝕚𝕕𝕒 [en un susurro]:
    —Es hora de volver. En dos noches, serás libre.

    Los tres se separan en silencio, cada uno regresando a sus respectivas alcobas, mientras la sombra de la traición y la esperanza se cierne sobre el palacio. Afuera, la noche parece más oscura que nunca.
    ┅┅━━━━━━━━ •⊱✧⊰• ━━━━━━━━┅┅
    𝕄𝕠𝕟𝕠𝕣𝕠𝕝: ┅┅━━━━━━━━ •⊱✧⊰• ━━━━━━━━┅┅ En una sala del palacio de Albagard con una mesa de madera desgastada ocupa el centro, iluminada por un candelabro casi consumido. Adelaida, Barristan y Agatha están sentados alrededor de ella, sus rostros marcados por la tensión. Afuera, el silencio nocturno del palacio contrasta con la tormenta de pensamientos que se cierne sobre ellos. 𝔸𝕕𝕖𝕝𝕒𝕚𝕕𝕒 [apoyando las manos en la mesa, con el rostro serio]: —Todo está listo. Llevamos más de un mes planeando esto, y con Archibald partiendo en dos días, no habrá otra oportunidad. A las cuatro de la mañana, los guardias estarán cansados, relajados por el cambio de turno. Es el momento perfecto. 𝔹𝕒𝕣𝕣𝕚𝕤𝕥𝕒𝕟 [golpeando la mesa con los nudillos, su ceño fruncido reflejando su enojo]: —Lo es, pero no será sencillo. La distracción que haremos Adelaida y yo te dará el tiempo necesario para liberar a tu dragona, pero debes actuar rápido, Agatha. Si algo sale mal, tú serás la única que sobrevivirá. 𝔸𝕘𝕒𝕥𝕙𝕒 [mirando el candelabro, con los dedos entrelazados sobre la mesa]: —Lo sé. Pero no puedo evitar pensar en lo que pasará si fallamos. 𝔸𝕕𝕖𝕝𝕒𝕚𝕕𝕒 [sacando un pequeño artefacto metálico con runas grabadas de una caja frente a ella]: —Por eso te doy esto. Es un artefacto de destello, de un solo uso. Si te ves acorralada, apriétalo. Creará un destello tan fuerte que cegará a cualquiera cerca de ti. Eso debería darte unos segundos para escapar. 𝔹𝕒𝕣𝕣𝕚𝕤𝕥𝕒𝕟 [cruzando los brazos, con una sonrisa amarga]: —Y mientras tú haces tu parte, Adelaida y yo nos encargaremos de distraer a los guardias en el ala sur. Sabemos lo que está en juego, y no hay marcha atrás. 𝔸𝕘𝕒𝕥𝕙𝕒 [mirándolos con angustia]: —Si los atrapan, Archibald no tendrá piedad. 𝔸𝕕𝕖𝕝𝕒𝕚𝕕𝕒 [con tono firme, mirándola a los ojos]: —Lo sabemos. Pero nuestras familias no se quedarán de brazos cruzados. Si algo nos pasa, harán todo lo posible por frenar a Archibald. Aunque eso no significa que él lo tema. 𝔹𝕒𝕣𝕣𝕚𝕤𝕥𝕒𝕟 [asintiendo con determinación]: —Archibald no teme a una guerra interna, pero nuestras casas son poderosas. Si nuestras muertes significan un obstáculo para él, al menos habremos ganado tiempo. Lo importante ahora es que tú logres escapar y adviertas a las ciudades blancas. 𝔸𝕘𝕒𝕥𝕙𝕒 [tomando el artefacto con manos temblorosas, pero con una expresión decidida]: —Lo haré. No dejaré que este sacrificio sea en vano. 𝔹𝕒𝕣𝕣𝕚𝕤𝕥𝕒𝕟 [mirándola con intensidad]: —A las cuatro de la mañana, cuando comience nuestra distracción, tú irás al ala oeste. Libera a tu dragona y vuela antes de que puedan reaccionar. 𝔸𝕕𝕖𝕝𝕒𝕚𝕕𝕒 [con una leve sonrisa seca]: —Haz lo que debes hacer, Agatha. No mires atrás. El sonido de pasos en el pasillo los hace callar. Adelaida apaga el candelabro rápidamente, sumiendo la sala en la oscuridad. 𝔸𝕕𝕖𝕝𝕒𝕚𝕕𝕒 [en un susurro]: —Es hora de volver. En dos noches, serás libre. Los tres se separan en silencio, cada uno regresando a sus respectivas alcobas, mientras la sombra de la traición y la esperanza se cierne sobre el palacio. Afuera, la noche parece más oscura que nunca. ┅┅━━━━━━━━ •⊱✧⊰• ━━━━━━━━┅┅
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  • #Monorol

    𝗣𝗔𝗥𝗔𝗡𝗢𝗫 𝗟𝗢𝗦𝗧 𝗗𝗢𝗖𝗨𝗠𝗘𝗡𝗧𝗦:

    𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝑷𝒂𝒓𝒂𝒏𝒐𝒊𝒄𝒐
    ¿𝐐𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚 𝐲 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐦𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚?

    _Hoy, siguiendo el consejo de mi psicólogo, he decidido escribir sobre mis gustos para relajar mi mente. Me he dado cuenta cuando estaba pensando de que hay cosas simples que realmente disfruto y otras cosas extrañas.

    Por ejemplo, los hot dogs, he visto que en Latinoamérica se le dicen: Perros Caliente, Completos, Jochos o Shuscos. Los españoles le dicen bocata de salchicha, los Alemanes, salchicha en panecillo y nosostros los rumanos le decimos salchicha en pan. En fin ¡Me encantan! Su sabor me pierde completamente, es como un pequeño placer culpable que siempre me hace sonreír

    Otra cosa que me gusta es usar tapabocas. Puede sonar extraño, pero me hacen sentir cómodo y seguro cuando estoy rodeado de personas. Es como si me dieran una especie de escudo, una barrera que me protege y me aisla.

    Además, también me gusta usar mis dos pistolas Desert Eagle. Su brillo plateado me da un placer peculiar, y el peso en mis manos me hace sentir en control. Es una sensación de poder y dominio que, de alguna manera, me reconforta y me protege. Matar con ellas es mi pasión

    Me gusta usar guantes de cuero negro. No solo los uso por trabajo, sino que los amo. Me hacen sentir más seguro. especialmente los que son ajustados. Hay algo en la sensación de golpear con ellos que me resulta increíblemente satisfactorio. Lo sé, es extraño pero es lo que me gusta.

    Y no creo que me gusten más cosas. Ah se me olvidaba

    Me encantan los libros de Tolkien. Sus historias me transportan a la tierra media y a conocer a sus personajes inolvidables. La riqueza de sus descripciones, como lo escribe y la profundidad de sus tramas me permiten escapar de la realidad en la que vivo. Leer sus obras es una experiencia que siempre me deja con ganas de más, lastima que ya no hay más libros de él, me los leí todos. Pero, cada vez que abro uno de sus libros, siento que estoy emprendiendo de nuevo un viaje épico.

    ¿Y las cosas que no me gustan? Pues....

    No soporto las pastillas, las agujas y los medicamentos. Los orfanatos me entristecen profundamente. Las películas de terror no son para mí, y detesto las mentiras, los engaños, la traición y la deslealtad.

    No voy a seguir escribiendo más sobre esto porque siento que me están quitando las ganas. Prefiero enfocarme en lo que me hace feliz y en lo que disfruto.
    #Monorol 𝗣𝗔𝗥𝗔𝗡𝗢𝗫 𝗟𝗢𝗦𝗧 𝗗𝗢𝗖𝗨𝗠𝗘𝗡𝗧𝗦: 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝑷𝒂𝒓𝒂𝒏𝒐𝒊𝒄𝒐 ¿𝐐𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚 𝐲 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐦𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚? _Hoy, siguiendo el consejo de mi psicólogo, he decidido escribir sobre mis gustos para relajar mi mente. Me he dado cuenta cuando estaba pensando de que hay cosas simples que realmente disfruto y otras cosas extrañas. Por ejemplo, los hot dogs, he visto que en Latinoamérica se le dicen: Perros Caliente, Completos, Jochos o Shuscos. Los españoles le dicen bocata de salchicha, los Alemanes, salchicha en panecillo y nosostros los rumanos le decimos salchicha en pan. En fin ¡Me encantan! Su sabor me pierde completamente, es como un pequeño placer culpable que siempre me hace sonreír Otra cosa que me gusta es usar tapabocas. Puede sonar extraño, pero me hacen sentir cómodo y seguro cuando estoy rodeado de personas. Es como si me dieran una especie de escudo, una barrera que me protege y me aisla. Además, también me gusta usar mis dos pistolas Desert Eagle. Su brillo plateado me da un placer peculiar, y el peso en mis manos me hace sentir en control. Es una sensación de poder y dominio que, de alguna manera, me reconforta y me protege. Matar con ellas es mi pasión Me gusta usar guantes de cuero negro. No solo los uso por trabajo, sino que los amo. Me hacen sentir más seguro. especialmente los que son ajustados. Hay algo en la sensación de golpear con ellos que me resulta increíblemente satisfactorio. Lo sé, es extraño pero es lo que me gusta. Y no creo que me gusten más cosas. Ah se me olvidaba Me encantan los libros de Tolkien. Sus historias me transportan a la tierra media y a conocer a sus personajes inolvidables. La riqueza de sus descripciones, como lo escribe y la profundidad de sus tramas me permiten escapar de la realidad en la que vivo. Leer sus obras es una experiencia que siempre me deja con ganas de más, lastima que ya no hay más libros de él, me los leí todos. Pero, cada vez que abro uno de sus libros, siento que estoy emprendiendo de nuevo un viaje épico. ¿Y las cosas que no me gustan? Pues.... No soporto las pastillas, las agujas y los medicamentos. Los orfanatos me entristecen profundamente. Las películas de terror no son para mí, y detesto las mentiras, los engaños, la traición y la deslealtad. No voy a seguir escribiendo más sobre esto porque siento que me están quitando las ganas. Prefiero enfocarme en lo que me hace feliz y en lo que disfruto.
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  • En un salón oscuro, iluminado solo por la tenue luz de las velas, Archibald se encuentra de pie frente a un espejo dorado. Su reflejo devuelve la imagen de un hombre imponente, con ojos llenos de ambición y un leve rastro de una sonrisa victoriosa. Habla en voz alta, como si el espejo fuese su único confidente.

    —El poder... Ah, el dulce, escurridizo poder. Durante años lo perseguí, tejí mi red con paciencia, como una araña que sabe que la presa llegará tarde o temprano. Me arrodillé cuando fue necesario, juré lealtades vacías, cargué con máscaras que otros tomaron por rostros sinceros. Pero en mi mente, cada paso tenía un propósito, cada derrota era una lección, y cada traición, un peldaño más hacia la cima.

    —Ahora, mírame. Ya no soy el barón que otros despreciaban, ni el consejero que susurraba palabras que nadie escuchaba. Ahora soy el rey. El rey. Y con esta corona, he reclamado lo que siempre me perteneció. No solo un trono, no solo un título. He reclamado el destino.

    —¿Sabes qué es lo irónico? No fue la fuerza lo que me trajo aquí. No fueron espadas ni ejércitos. Fue el tiempo. La paciencia. La habilidad de ver más allá del horizonte, de planear movimientos que otros ni siquiera podían imaginar. Porque el poder no es para los impacientes, no es para los débiles de espíritu. El poder es para aquellos que entienden que el verdadero control no está en lo que tienes, sino en lo que haces que otros crean que tienen.

    —Y ahora estoy aquí, en la cúspide. Todo lo que soñé está al alcance de mi mano. Las tierras, los ejércitos, la lealtad forzada de aquellos que antes se reían de mí. Y pronto... muy pronto, comenzaré a cosechar los frutos de mi trabajo. La historia recordará mi nombre, no como un rey más, sino como el rey que transformó este reino con su visión.

    -Hace una pausa, acariciando la corona sobre su cabeza, con una mezcla de orgullo y desafío.-

    —Pero dime... tú, que escuchas mis palabras, que intentas descifrar mis pensamientos... ¿Y tú qué crees que es el poder?

    -Archibald sonríe levemente, y el silencio se apodera de la habitación.-
    En un salón oscuro, iluminado solo por la tenue luz de las velas, Archibald se encuentra de pie frente a un espejo dorado. Su reflejo devuelve la imagen de un hombre imponente, con ojos llenos de ambición y un leve rastro de una sonrisa victoriosa. Habla en voz alta, como si el espejo fuese su único confidente. —El poder... Ah, el dulce, escurridizo poder. Durante años lo perseguí, tejí mi red con paciencia, como una araña que sabe que la presa llegará tarde o temprano. Me arrodillé cuando fue necesario, juré lealtades vacías, cargué con máscaras que otros tomaron por rostros sinceros. Pero en mi mente, cada paso tenía un propósito, cada derrota era una lección, y cada traición, un peldaño más hacia la cima. —Ahora, mírame. Ya no soy el barón que otros despreciaban, ni el consejero que susurraba palabras que nadie escuchaba. Ahora soy el rey. El rey. Y con esta corona, he reclamado lo que siempre me perteneció. No solo un trono, no solo un título. He reclamado el destino. —¿Sabes qué es lo irónico? No fue la fuerza lo que me trajo aquí. No fueron espadas ni ejércitos. Fue el tiempo. La paciencia. La habilidad de ver más allá del horizonte, de planear movimientos que otros ni siquiera podían imaginar. Porque el poder no es para los impacientes, no es para los débiles de espíritu. El poder es para aquellos que entienden que el verdadero control no está en lo que tienes, sino en lo que haces que otros crean que tienen. —Y ahora estoy aquí, en la cúspide. Todo lo que soñé está al alcance de mi mano. Las tierras, los ejércitos, la lealtad forzada de aquellos que antes se reían de mí. Y pronto... muy pronto, comenzaré a cosechar los frutos de mi trabajo. La historia recordará mi nombre, no como un rey más, sino como el rey que transformó este reino con su visión. -Hace una pausa, acariciando la corona sobre su cabeza, con una mezcla de orgullo y desafío.- —Pero dime... tú, que escuchas mis palabras, que intentas descifrar mis pensamientos... ¿Y tú qué crees que es el poder? -Archibald sonríe levemente, y el silencio se apodera de la habitación.-
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  • #Monorol

    𝗣𝗔𝗥𝗔𝗡𝗢𝗫 𝗟𝗢𝗦𝗧 𝗗𝗢𝗖𝗨𝗠𝗘𝗡𝗧𝗦:

    𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝑷𝒂𝒓𝒂𝒏𝒐𝒊𝒄𝒐
    𝟏 𝒅𝒆 𝑬𝒏𝒆𝒓𝒐, 𝑨𝒑𝒂𝒓𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝑩𝒓𝒂𝒔𝒐𝒗, 𝑹𝒖𝒎𝒂𝒏𝒊𝒂

    _Es un nuevo año y aquí estoy, atrapado en estos apartamentos, esperando a que vengan a buscarme. Hace dos años que dejé la policía, y ahora me encuentro enredado en un mundo de mafias y criminales de todo tipo. Todo por el maldito dinero. Comencé con un simple robo para tener que comer y ahora soy el pistolero de una de las organizaciones criminales más grandes de aquí de Brasov.

    Pero, las noches se han vuelto interminables, no he podido dormir, siempre estoy alerta, siempre estoy esperando el momento en que mis enemigos vengan a matarme. Tengo ojeras estoy realmente agotado.

    Vivir así es realmente duro. Tengo miedo que mis propios colegas me traiciónen... Siempre estoy escuchando la voz de esa zorra, la paranoia, en mi cabeza.

    El pánico y el miedo son mis colegas porque siempre sospecho que cualquier persona podría ser un espía o uno de mis enemigos. Hace tres meses que no visito a mi psicólogo, y la soledad se siente más pesada cada día.

    Ojalá todo mejore y salga vivo de todo esto...
    #Monorol 𝗣𝗔𝗥𝗔𝗡𝗢𝗫 𝗟𝗢𝗦𝗧 𝗗𝗢𝗖𝗨𝗠𝗘𝗡𝗧𝗦: 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝑷𝒂𝒓𝒂𝒏𝒐𝒊𝒄𝒐 𝟏 𝒅𝒆 𝑬𝒏𝒆𝒓𝒐, 𝑨𝒑𝒂𝒓𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝑩𝒓𝒂𝒔𝒐𝒗, 𝑹𝒖𝒎𝒂𝒏𝒊𝒂 _Es un nuevo año y aquí estoy, atrapado en estos apartamentos, esperando a que vengan a buscarme. Hace dos años que dejé la policía, y ahora me encuentro enredado en un mundo de mafias y criminales de todo tipo. Todo por el maldito dinero. Comencé con un simple robo para tener que comer y ahora soy el pistolero de una de las organizaciones criminales más grandes de aquí de Brasov. Pero, las noches se han vuelto interminables, no he podido dormir, siempre estoy alerta, siempre estoy esperando el momento en que mis enemigos vengan a matarme. Tengo ojeras estoy realmente agotado. Vivir así es realmente duro. Tengo miedo que mis propios colegas me traiciónen... Siempre estoy escuchando la voz de esa zorra, la paranoia, en mi cabeza. El pánico y el miedo son mis colegas porque siempre sospecho que cualquier persona podría ser un espía o uno de mis enemigos. Hace tres meses que no visito a mi psicólogo, y la soledad se siente más pesada cada día. Ojalá todo mejore y salga vivo de todo esto...
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Ficha de Personaje: Akuma Kurohane

    Nombre completo: Akuma Kurohane
    Alias: El Ángel Caído, Portador de la Pluma Negra
    Edad: Aparenta 45 años (Edad real desconocida)
    Altura: 1.95 m
    Complexión: Musculoso, imponente
    Rasgos distintivos:

    Cabello largo y negro con mechones plateados que denotan sabiduría y desgaste.

    Ojos rojo intenso que parecen arder con un brillo sobrenatural.

    Alas espectrales hechas de humo oscuro, evocando una presencia angelical corrupta.



    ---

    Apariencia:

    Akuma viste un manto negro adornado con detalles dorados y runas antiguas que brillan débilmente. El borde de su capa parece una extensión de sus alas, hechas de plumas oscuras. Su rostro, marcado por la experiencia, lleva una expresión de autoridad, sabiduría y amargura, reflejando un pasado plagado de traición.


    ---

    Personalidad:

    Fría y calculadora: Analiza cada situación y siempre actúa con precisión.

    Melancólica: Su mirada y comportamiento reflejan una profunda tristeza y resentimiento por su pasado.

    Autoritaria: Inspira respeto y temor tanto en aliados como enemigos.

    Rencorosa: Busca vengarse de quienes lo traicionaron, aunque su visión de justicia lo lleva a tener un conflicto interno.



    ---

    Habilidades y poderes:

    1. Plumas del Juicio: Utiliza las plumas de sus alas espectrales como proyectiles afilados. Cada pluma está cargada con energía oscura, capaz de penetrar cualquier barrera.


    2. Dominio de las sombras: Manipula las sombras para crear armas, armaduras o incluso criaturas que combaten a su lado.


    3. Juicio del Karma: Refleja los pecados y miedos de sus enemigos, llevándolos al borde de la locura.


    4. Aura de autoridad: Su mera presencia debilita la voluntad de los débiles y fortalece a quienes comparten su propósito.


    5. Inmortalidad parcial: Su vida está vinculada a un artefacto sagrado; mientras este exista, no puede ser destruido.




    ---

    Historia:

    Akuma Kurohane fue una vez un ángel celestial que servía al "Trono Celestial", una organización divina encargada de preservar el equilibrio del mundo. Sin embargo, una conspiración interna lo acusó de un crimen que no cometió, lo que resultó en su destierro y la quema de sus alas blancas.

    En su caída, juró vengarse de quienes lo traicionaron y restaurar el mundo bajo su propio concepto de justicia, uno que no discrimina entre los "justos" y los "pecadores". Ahora, lidera un ejército de seguidores fieles, atraídos por su visión de un nuevo orden.


    ---

    Motivaciones:

    Derrocar al "Trono Celestial" y destruir a los dioses corruptos que lo traicionaron.

    Imponer un nuevo sistema de justicia donde la fuerza y el mérito sean la única medida del valor.

    Encontrar redención para su alma fragmentada.



    ---

    Frases célebres:

    1. _"La justicia no es blanca ni negra, es el filo de la espada que corta el alma."


    2. "Solo quien ha caído entiende el verdadero poder del abismo."


    3. "Mi traición fue su error, mi venganza será mi legado."




    ---

    Debilidades:

    Su conexión con el artefacto sagrado lo hace vulnerable si este es destruido.

    Su pasado atormentado a veces lo lleva a dudar de sus propias acciones.

    Aunque es inmensamente poderoso, subestima a quienes considera "débiles".

    Ficha de Personaje: Akuma Kurohane Nombre completo: Akuma Kurohane Alias: El Ángel Caído, Portador de la Pluma Negra Edad: Aparenta 45 años (Edad real desconocida) Altura: 1.95 m Complexión: Musculoso, imponente Rasgos distintivos: Cabello largo y negro con mechones plateados que denotan sabiduría y desgaste. Ojos rojo intenso que parecen arder con un brillo sobrenatural. Alas espectrales hechas de humo oscuro, evocando una presencia angelical corrupta. --- Apariencia: Akuma viste un manto negro adornado con detalles dorados y runas antiguas que brillan débilmente. El borde de su capa parece una extensión de sus alas, hechas de plumas oscuras. Su rostro, marcado por la experiencia, lleva una expresión de autoridad, sabiduría y amargura, reflejando un pasado plagado de traición. --- Personalidad: Fría y calculadora: Analiza cada situación y siempre actúa con precisión. Melancólica: Su mirada y comportamiento reflejan una profunda tristeza y resentimiento por su pasado. Autoritaria: Inspira respeto y temor tanto en aliados como enemigos. Rencorosa: Busca vengarse de quienes lo traicionaron, aunque su visión de justicia lo lleva a tener un conflicto interno. --- Habilidades y poderes: 1. Plumas del Juicio: Utiliza las plumas de sus alas espectrales como proyectiles afilados. Cada pluma está cargada con energía oscura, capaz de penetrar cualquier barrera. 2. Dominio de las sombras: Manipula las sombras para crear armas, armaduras o incluso criaturas que combaten a su lado. 3. Juicio del Karma: Refleja los pecados y miedos de sus enemigos, llevándolos al borde de la locura. 4. Aura de autoridad: Su mera presencia debilita la voluntad de los débiles y fortalece a quienes comparten su propósito. 5. Inmortalidad parcial: Su vida está vinculada a un artefacto sagrado; mientras este exista, no puede ser destruido. --- Historia: Akuma Kurohane fue una vez un ángel celestial que servía al "Trono Celestial", una organización divina encargada de preservar el equilibrio del mundo. Sin embargo, una conspiración interna lo acusó de un crimen que no cometió, lo que resultó en su destierro y la quema de sus alas blancas. En su caída, juró vengarse de quienes lo traicionaron y restaurar el mundo bajo su propio concepto de justicia, uno que no discrimina entre los "justos" y los "pecadores". Ahora, lidera un ejército de seguidores fieles, atraídos por su visión de un nuevo orden. --- Motivaciones: Derrocar al "Trono Celestial" y destruir a los dioses corruptos que lo traicionaron. Imponer un nuevo sistema de justicia donde la fuerza y el mérito sean la única medida del valor. Encontrar redención para su alma fragmentada. --- Frases célebres: 1. _"La justicia no es blanca ni negra, es el filo de la espada que corta el alma." 2. "Solo quien ha caído entiende el verdadero poder del abismo." 3. "Mi traición fue su error, mi venganza será mi legado." --- Debilidades: Su conexión con el artefacto sagrado lo hace vulnerable si este es destruido. Su pasado atormentado a veces lo lleva a dudar de sus propias acciones. Aunque es inmensamente poderoso, subestima a quienes considera "débiles".
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  • 𝐂𝐮𝐞𝐧𝐭𝐨 #𝟐 𝐝𝐞 "𝐄𝐥 𝐜𝐨𝐟𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐚𝐬."

    𝐄𝐥 𝐉𝐮𝐫𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐒𝐨𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐂𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬

    Hace mucho tiempo, en un reino olvidado entre los pliegues del tiempo, vivía una joven llamada Lydia, conocida como la Sota de Corazones. Lydia no era una simple carta en la baraja del destino; era el alma de un reino dividido, una figura a la vez amada y temida.

    Se decía que la Sota de Corazones portaba una promesa incumplida: proteger al Rey y a la Reina a cualquier precio. Pero, ¡ah!, el precio de la lealtad a veces puede ser más alto que el de la traición. En una noche de máscaras y cuchillos, Lydia descubrió un complot que amenazaba al reino. Aquellos que habían jurado proteger a la corona planeaban tomarla por la fuerza.

    Sin embargo, Lydia, la fiel sota, tenía su propio secreto. Una vez, antes de ser parte del juego de la baraja real, había amado a alguien del otro lado del tablero. Un caballero exiliado, un peón caído en desgracia. Aquella noche fatídica, el caballero regresó, pero no para recuperar su lugar, sino para buscar venganza.

    Entre susurros y sombras, Lydia enfrentó la decisión más difícil: ¿cumplir su juramento o salvar al hombre que había robado su corazón?

    Los cuentos a veces no tienen finales felices, y este no es una excepción. Al final, Lydia tomó la espada y la clavó, pero no en su amor, ni en los traidores. No, se la clavó a sí misma, sellando el destino del reino y liberándose de la pesada carga de su juramento.

    Desde entonces, la Sota de Corazones se convirtió en un símbolo de sacrificio, amor y tragedia. Así, cada vez que alguien baraja una baraja de cartas, Lydia sonríe desde el otro lado, recordándonos que incluso los corazones más nobles pueden quebrarse.
    𝐂𝐮𝐞𝐧𝐭𝐨 #𝟐 𝐝𝐞 "𝐄𝐥 𝐜𝐨𝐟𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐚𝐬." 𝐄𝐥 𝐉𝐮𝐫𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐒𝐨𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐂𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬 Hace mucho tiempo, en un reino olvidado entre los pliegues del tiempo, vivía una joven llamada Lydia, conocida como la Sota de Corazones. Lydia no era una simple carta en la baraja del destino; era el alma de un reino dividido, una figura a la vez amada y temida. Se decía que la Sota de Corazones portaba una promesa incumplida: proteger al Rey y a la Reina a cualquier precio. Pero, ¡ah!, el precio de la lealtad a veces puede ser más alto que el de la traición. En una noche de máscaras y cuchillos, Lydia descubrió un complot que amenazaba al reino. Aquellos que habían jurado proteger a la corona planeaban tomarla por la fuerza. Sin embargo, Lydia, la fiel sota, tenía su propio secreto. Una vez, antes de ser parte del juego de la baraja real, había amado a alguien del otro lado del tablero. Un caballero exiliado, un peón caído en desgracia. Aquella noche fatídica, el caballero regresó, pero no para recuperar su lugar, sino para buscar venganza. Entre susurros y sombras, Lydia enfrentó la decisión más difícil: ¿cumplir su juramento o salvar al hombre que había robado su corazón? Los cuentos a veces no tienen finales felices, y este no es una excepción. Al final, Lydia tomó la espada y la clavó, pero no en su amor, ni en los traidores. No, se la clavó a sí misma, sellando el destino del reino y liberándose de la pesada carga de su juramento. Desde entonces, la Sota de Corazones se convirtió en un símbolo de sacrificio, amor y tragedia. Así, cada vez que alguien baraja una baraja de cartas, Lydia sonríe desde el otro lado, recordándonos que incluso los corazones más nobles pueden quebrarse.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    𝐅𝐨𝐭𝐨𝐠𝐫𝐚𝐟𝐢́𝐚𝐬, 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐧 𝐫𝐞𝐩𝐞𝐭𝐢𝐫.

    𝐂𝐚𝐧𝐨𝐧

    Cuando el joven Maximillian escapó de su hogar, apenas tuvo tiempo de reunir unas pocas pertenencias. Entre armas viejas y harapos desgastados, rescató lo único que realmente importaba: una fotografía. A primera vista, era apenas un papel gastado y descolorido, con los bordes maltratados por el tiempo y los viajes. Pero para Maximillian, aquella imagen era un ancla, un pedazo irremplazable de su historia.

    En la fotografía aparecía él, un niño pequeño de rostro marcado por el polvo y las lágrimas, abrazado por la única figura que había sido su refugio: su abuelo. Era más joven en esa imagen, aunque ya portaba su imponente cabellera plateada y aquella mirada severa, pero bondadosa. El día capturado en esa instantánea fue un momento donde todo pudo haber terminado: un Maximillian demasiado curioso y torpe había terminado en un aprieto mortal, pero su abuelo llegó justo a tiempo para salvarlo. La escena quedó sellada en esa foto, que luego conservaron como una especie de chiste familiar, un símbolo de la cercanía que los unía.

    Pero ahora, ya no quedaban más bromas. El abuelo había caído tiempo después, arrebatado por el consulado en un acto de traición que dejó a Maximillian con lágrimas en los ojos y el corazón endurecido. Aquel último recuerdo feliz —un rescate, una sonrisa, y una mano fuerte que lo sostenía— era todo lo que le quedaba.

    Desde entonces, Maximillian nunca partía sin observar aquella fotografía una vez más. Cada arruga y mancha le devolvía las palabras de su abuelo:
    —“Nunca te perderás mientras puedas recordar de dónde vienes.”

    Ahora, bajo el nombre de Corvus, el narrador de historias y maestro de ilusiones, aquella fotografía seguía con él. Antes de subir al escenario, donde las luces y sombras daban forma a su magia, la sacaba con cuidado. La mirada de su abuelo en la imagen seguía dándole fuerzas, como si lo alentara a seguir adelante.

    Los espectadores lo veían como un cuentacuentos excéntrico, un ilusionista astuto que podía hechizarlos con una sonrisa enigmática y relatos que parecían demasiado reales. Pero cuando las cortinas caían y la audiencia se desvanecía en la noche, Corvus volvía a sostener aquella fotografía, sus dedos recorriendo con ternura la imagen del hombre que le enseñó a sobrevivir.

    Porque aquella foto no era solo un recuerdo; era su promesa. Una promesa de que seguiría contando historias, seguiría sobreviviendo y que, de algún modo, el abuelo seguiría vivo en cada palabra que él susurrara al viento.
    𝐅𝐨𝐭𝐨𝐠𝐫𝐚𝐟𝐢́𝐚𝐬, 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐧 𝐫𝐞𝐩𝐞𝐭𝐢𝐫. 𝐂𝐚𝐧𝐨𝐧 Cuando el joven Maximillian escapó de su hogar, apenas tuvo tiempo de reunir unas pocas pertenencias. Entre armas viejas y harapos desgastados, rescató lo único que realmente importaba: una fotografía. A primera vista, era apenas un papel gastado y descolorido, con los bordes maltratados por el tiempo y los viajes. Pero para Maximillian, aquella imagen era un ancla, un pedazo irremplazable de su historia. En la fotografía aparecía él, un niño pequeño de rostro marcado por el polvo y las lágrimas, abrazado por la única figura que había sido su refugio: su abuelo. Era más joven en esa imagen, aunque ya portaba su imponente cabellera plateada y aquella mirada severa, pero bondadosa. El día capturado en esa instantánea fue un momento donde todo pudo haber terminado: un Maximillian demasiado curioso y torpe había terminado en un aprieto mortal, pero su abuelo llegó justo a tiempo para salvarlo. La escena quedó sellada en esa foto, que luego conservaron como una especie de chiste familiar, un símbolo de la cercanía que los unía. Pero ahora, ya no quedaban más bromas. El abuelo había caído tiempo después, arrebatado por el consulado en un acto de traición que dejó a Maximillian con lágrimas en los ojos y el corazón endurecido. Aquel último recuerdo feliz —un rescate, una sonrisa, y una mano fuerte que lo sostenía— era todo lo que le quedaba. Desde entonces, Maximillian nunca partía sin observar aquella fotografía una vez más. Cada arruga y mancha le devolvía las palabras de su abuelo: —“Nunca te perderás mientras puedas recordar de dónde vienes.” Ahora, bajo el nombre de Corvus, el narrador de historias y maestro de ilusiones, aquella fotografía seguía con él. Antes de subir al escenario, donde las luces y sombras daban forma a su magia, la sacaba con cuidado. La mirada de su abuelo en la imagen seguía dándole fuerzas, como si lo alentara a seguir adelante. Los espectadores lo veían como un cuentacuentos excéntrico, un ilusionista astuto que podía hechizarlos con una sonrisa enigmática y relatos que parecían demasiado reales. Pero cuando las cortinas caían y la audiencia se desvanecía en la noche, Corvus volvía a sostener aquella fotografía, sus dedos recorriendo con ternura la imagen del hombre que le enseñó a sobrevivir. Porque aquella foto no era solo un recuerdo; era su promesa. Una promesa de que seguiría contando historias, seguiría sobreviviendo y que, de algún modo, el abuelo seguiría vivo en cada palabra que él susurrara al viento.
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  • #LongText

    | Betrayal.
    ¿What about me?


    Tenía un guardián de confianza, hace muchos años que ha sido su persona más cercana, pero hace poco descubrió que había estado siendo traicionado por él. Las cosas que hacía, todo era dicho y revelado al rey, incluso los secretos que según guardaban entre ambos. Noah no lo soportó y ordenó secuestrarlo en un lugar privado. Dónde ahora estaban ellos dos sólos. Tomó su arma característica, la mayoría de personas sabían que nunca la dejaba de lado y siempre castigaba a los demás con ella sin que su mano temblara al momento de jalar el gatillo.

    Ésta vez, estuvo frente a la persona que jamás pensó que algún día lo traicionaría, debía decir que incluso lo había considerado como un hermano. Tener ese pensamiento le hizo enojar más y sólo se acercó a él y rodeó con su mano el cuello ajeno, haciendo cada vez más presión y cuando abrió su boca para jadear y obtener algo de aire, Noah acercó la punta del arma a ésta, presionando la lengua húmeda ajena sin piedad.

    — Sabes bien que les hago a los traidores, ¿Acaso quisiste experimentarlo por cuenta propia? Ja, eres muy sucio, no pensé que tendrías esos.. fetiches.

    Se burló constantemente. Su expresión fue cada vez más complicada ante el silencio ajeno, como si estuviera esperando su final de una buena vez.
    En medio de su enojo y el sentimiento de haber sido vendido durante meses por una persona que consideraba más confiable, lo había golpeado sin parar y ahora se le dificultaba estar de pie, por lo que prácticamente lo estaba sujetando del cuello para que no cayera y así mismo lo estaba asfixiando.

    — Eres un bastardo. Pero no voy a preguntar cuál fue tu motivo para..

    Dejó de hablar y sólo presionó el arma contra la garganta contraria, sólo estaba a un movimiento para jalar el gatillo y hacer que se tragara la bala. Pero los ojos de él le decían que era algo que había esperado hace mucho, que sabía desde un inicio cuál había sido el precio por su traición y que, lo merecía. Merecía morir por lo que había hecho.

    Noah podría ser impulsivo y sangriento a veces, pero a veces dudaba de lo que hacía o si valía la pena ensuciarse las manos con éste tipo de escoria. Alejó el arma un momento, para después golpear el rostro ajeno con la misma y dejar al otro hombre inconsciente.

    — No quiero volver a verte.

    Desvió su mirada, sólo ordenaría a sus hombres a dejarlo cerca de un río mientras estaba inconsciente. No le importaba si rodaba y se ahogaba, ésta persona ya no tenía nada que ver con él.



    #LongText | Betrayal. ¿What about me? Tenía un guardián de confianza, hace muchos años que ha sido su persona más cercana, pero hace poco descubrió que había estado siendo traicionado por él. Las cosas que hacía, todo era dicho y revelado al rey, incluso los secretos que según guardaban entre ambos. Noah no lo soportó y ordenó secuestrarlo en un lugar privado. Dónde ahora estaban ellos dos sólos. Tomó su arma característica, la mayoría de personas sabían que nunca la dejaba de lado y siempre castigaba a los demás con ella sin que su mano temblara al momento de jalar el gatillo. Ésta vez, estuvo frente a la persona que jamás pensó que algún día lo traicionaría, debía decir que incluso lo había considerado como un hermano. Tener ese pensamiento le hizo enojar más y sólo se acercó a él y rodeó con su mano el cuello ajeno, haciendo cada vez más presión y cuando abrió su boca para jadear y obtener algo de aire, Noah acercó la punta del arma a ésta, presionando la lengua húmeda ajena sin piedad. — Sabes bien que les hago a los traidores, ¿Acaso quisiste experimentarlo por cuenta propia? Ja, eres muy sucio, no pensé que tendrías esos.. fetiches. Se burló constantemente. Su expresión fue cada vez más complicada ante el silencio ajeno, como si estuviera esperando su final de una buena vez. En medio de su enojo y el sentimiento de haber sido vendido durante meses por una persona que consideraba más confiable, lo había golpeado sin parar y ahora se le dificultaba estar de pie, por lo que prácticamente lo estaba sujetando del cuello para que no cayera y así mismo lo estaba asfixiando. — Eres un bastardo. Pero no voy a preguntar cuál fue tu motivo para.. Dejó de hablar y sólo presionó el arma contra la garganta contraria, sólo estaba a un movimiento para jalar el gatillo y hacer que se tragara la bala. Pero los ojos de él le decían que era algo que había esperado hace mucho, que sabía desde un inicio cuál había sido el precio por su traición y que, lo merecía. Merecía morir por lo que había hecho. Noah podría ser impulsivo y sangriento a veces, pero a veces dudaba de lo que hacía o si valía la pena ensuciarse las manos con éste tipo de escoria. Alejó el arma un momento, para después golpear el rostro ajeno con la misma y dejar al otro hombre inconsciente. — No quiero volver a verte. Desvió su mirada, sólo ordenaría a sus hombres a dejarlo cerca de un río mientras estaba inconsciente. No le importaba si rodaba y se ahogaba, ésta persona ya no tenía nada que ver con él.
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  • «POV: Kafka»

    Es difícil moverse, especialmente cuando te han golpeado varias veces en varias partes del cuerpo. Además de estar rodeado por un montón de gente, del tipo de personas que esperas encontrarte en el bajo mundo, deseosas de ver la sangre de los dos tontos a los que rodean.

    Yo, Kafka, me convertí en un peleador clandestino. Una vez cumplida la mayoría de edad, cuando pasé a ser un joven adulto de dieciocho años, el orfanato donde crecí me dio una única salida: la calle misma, donde debía saber valerme por mí mismo o alguien más sabría cómo sacarme provecho.

    Pero encontré un lugar; conocía a alguien que estaría dispuesto a darme techo e incluso trabajo: Ivan Boyka, un viejo amigo de la infancia que también fue huérfano. Claro que jamás pensé que terminaría aquí, en un bar de mala muerte, rodeado por una multitud de ebrios y drogadictos, peleando casi a muerte con un contrincante que me dobla en estatura; un maldito moreno, delgado pero entrenado, de un metro con ochenta centímetros de altura.

    Estoy en desventaja; mi inexistente experiencia en combate me vuelve un blanco fácil de golpear, mi escaso entrenamiento de un mes y medio apenas me permite atajar uno que otro golpe, y mi estatura es una desventaja que él aprovecha para mantener la distancia.

    Fue un mes y medio muy movido; dejé el orfanato, me mudé con Boyka al almacén abandonado donde vive, entrené para esta pelea y ahora me están dando un monumental paliza. Mi entrenamiento fue intenso, pero no era nada del otro mundo. Creo que ni siquiera fue decente; apenas me enseñaron lo básico para dar un buen puñetazo, lo más básico en patadas y algo de reflejos.

    No me sorprende que, mientras pienso en esto, que no deja de darme vueltas en la cabeza, me hayan conectado una rodillazo en las costillas. Mi contrincante parece saber Muay Thai, lo digo porque reconozco la postura de una que otra película que vi. Yo, por otra parte, creo que calzaría en el estilo libre, si es que puede usarse de excusa para no decir que solo sé lanzar golpes rectos y patadas a la altura del torso.

    No sé si habrá pasado un minuto o dos, no hay un reloj a la vista y no es como que me dieran oportunidad para mirar. Pero estoy más que seguro de que para mañana voy a quedar igualito a Chucky: una ceja cortada, labio inferior partido, ojo izquierdo hinchado, moretones en el torso y por debajo de las rodillas.

    —¡Policía!

    Y entre la eufórica, pero nada ebria, multitud que no paraba de gritar el nombre de mi oponente, "Spike", alguien gritó algo sumamente alarmante y, seguido de eso, el sonido de las sirenas le puso una inquietante pausa a todo el bar. Yo había volteado para ver qué pasaba, cosa de la que me arrepentí al instante, y cuando volví, mi oponente me esperaba con sus nudillos en mi cara. El muy inmundo me golpeó a traición. ¡N#gro de mierda!
    No quedó absolutamente nadie; huyeron como gallinas cuando ven la puerta abierta. Todos salieron despavoridos, excepto los que estaban demasiado dopados como para hacerlo. Yo, por otro lado, también pude salir pero no corrí más lejos que un par de cuadras.

    No hubo ganador, aunque era obvio que yo iba a perder. Me da curiosidad saber que hará Boyka, como mi representante, y el coach de ese bastardo de Spike. Por ahora solo puedo seguir ocultandome en este callejón y esperar a no terminar en cana.
    «POV: Kafka» Es difícil moverse, especialmente cuando te han golpeado varias veces en varias partes del cuerpo. Además de estar rodeado por un montón de gente, del tipo de personas que esperas encontrarte en el bajo mundo, deseosas de ver la sangre de los dos tontos a los que rodean. Yo, Kafka, me convertí en un peleador clandestino. Una vez cumplida la mayoría de edad, cuando pasé a ser un joven adulto de dieciocho años, el orfanato donde crecí me dio una única salida: la calle misma, donde debía saber valerme por mí mismo o alguien más sabría cómo sacarme provecho. Pero encontré un lugar; conocía a alguien que estaría dispuesto a darme techo e incluso trabajo: Ivan Boyka, un viejo amigo de la infancia que también fue huérfano. Claro que jamás pensé que terminaría aquí, en un bar de mala muerte, rodeado por una multitud de ebrios y drogadictos, peleando casi a muerte con un contrincante que me dobla en estatura; un maldito moreno, delgado pero entrenado, de un metro con ochenta centímetros de altura. Estoy en desventaja; mi inexistente experiencia en combate me vuelve un blanco fácil de golpear, mi escaso entrenamiento de un mes y medio apenas me permite atajar uno que otro golpe, y mi estatura es una desventaja que él aprovecha para mantener la distancia. Fue un mes y medio muy movido; dejé el orfanato, me mudé con Boyka al almacén abandonado donde vive, entrené para esta pelea y ahora me están dando un monumental paliza. Mi entrenamiento fue intenso, pero no era nada del otro mundo. Creo que ni siquiera fue decente; apenas me enseñaron lo básico para dar un buen puñetazo, lo más básico en patadas y algo de reflejos. No me sorprende que, mientras pienso en esto, que no deja de darme vueltas en la cabeza, me hayan conectado una rodillazo en las costillas. Mi contrincante parece saber Muay Thai, lo digo porque reconozco la postura de una que otra película que vi. Yo, por otra parte, creo que calzaría en el estilo libre, si es que puede usarse de excusa para no decir que solo sé lanzar golpes rectos y patadas a la altura del torso. No sé si habrá pasado un minuto o dos, no hay un reloj a la vista y no es como que me dieran oportunidad para mirar. Pero estoy más que seguro de que para mañana voy a quedar igualito a Chucky: una ceja cortada, labio inferior partido, ojo izquierdo hinchado, moretones en el torso y por debajo de las rodillas. —¡Policía! Y entre la eufórica, pero nada ebria, multitud que no paraba de gritar el nombre de mi oponente, "Spike", alguien gritó algo sumamente alarmante y, seguido de eso, el sonido de las sirenas le puso una inquietante pausa a todo el bar. Yo había volteado para ver qué pasaba, cosa de la que me arrepentí al instante, y cuando volví, mi oponente me esperaba con sus nudillos en mi cara. El muy inmundo me golpeó a traición. ¡N#gro de mierda! No quedó absolutamente nadie; huyeron como gallinas cuando ven la puerta abierta. Todos salieron despavoridos, excepto los que estaban demasiado dopados como para hacerlo. Yo, por otro lado, también pude salir pero no corrí más lejos que un par de cuadras. No hubo ganador, aunque era obvio que yo iba a perder. Me da curiosidad saber que hará Boyka, como mi representante, y el coach de ese bastardo de Spike. Por ahora solo puedo seguir ocultandome en este callejón y esperar a no terminar en cana.
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