• ¿Dos?, ¿tres?... No estaba seguro de los días que había pasado en el lecho. Todo era confuso; no era consciente, en ese momento, de lo que acontecía a su alrededor. Tan solo tenía recuerdos vagos de la voz de 𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆 , escuchándose lejana, pero presente. También recordaba el tacto de sus manos, cuidándolo y atendiéndolo en todo momento.

    Tras la lucha de ambos junto a Móiril, la joven de cabellos cenicientos había quedado malherida. Kazuo, con su habitual altruismo, la sanó lo suficiente para evitar que muriese en la frialdad de la nieve yacente sobre el suelo, a costa de su propia energía.

    Había llevado su poder de sanación al extremo, de manera que la herida provocada por uno de aquellos entes oscuros en su pierna había extendido su miasma al resto de su cuerpo. No le habían quedado fuerzas para sí mismo, lo que casi lo había llevado a la muerte.

    Su error había traído grandes consecuencias. Había salvado a Móiril, pero al mismo tiempo le había dejado caer sobre sus hombros su propia condena. La joven, contra la voluntad del zorro, había absorbido su miasma para evitar que el demonio muriera en las manos de su amada.

    Comenzó a abrir los ojos; sus párpados se sentían más pesados de lo normal. Poco a poco, el brillo de sus ojos lapislázuli se filtró entre sus blancas pestañas. Se sentía febril, signo de que su cuerpo finalmente combatía los restos residuales del miasma que aún recorría su cuerpo. Exhaló un pesado suspiro, en una mezcla contradictoria entre el alivio y la culpa.

    Sus ojos no tardaron en captar la atención de un objeto que reposaba sobre su almohada. Era una especie de amuleto, y de inmediato supo de quién era. Las plumas de estornino, el ave favorita de Elizabeth, eran prueba suficiente para saber que era un regalo suyo. Pero... ¿por qué? Más bien él tenía que hacerle un presente por haber estado cuidándolo todo este tiempo.

    Entonces lo recordó. Su cumpleaños... Estaba cerca, ¿o ya había pasado? No estaba seguro; los días se habían desdibujado en su mente. Y ahora que lo pensaba, el de Liz estaba especialmente cerca del suyo. ¿Se lo habría perdido? La cabeza le daba vueltas; sentía una punzada en la sien.

    Tomó el hermoso regalo y, sin poder evitarlo, una lágrima se deslizó por su mejilla. Había puesto en peligro a lo único que le importaba y, además, había estado dispuesto a romper el lazo que los unía como uno solo.

    //Feliz cumpleaños Bombón 🩷
    ¿Dos?, ¿tres?... No estaba seguro de los días que había pasado en el lecho. Todo era confuso; no era consciente, en ese momento, de lo que acontecía a su alrededor. Tan solo tenía recuerdos vagos de la voz de [Liz_bloodFlame], escuchándose lejana, pero presente. También recordaba el tacto de sus manos, cuidándolo y atendiéndolo en todo momento. Tras la lucha de ambos junto a Móiril, la joven de cabellos cenicientos había quedado malherida. Kazuo, con su habitual altruismo, la sanó lo suficiente para evitar que muriese en la frialdad de la nieve yacente sobre el suelo, a costa de su propia energía. Había llevado su poder de sanación al extremo, de manera que la herida provocada por uno de aquellos entes oscuros en su pierna había extendido su miasma al resto de su cuerpo. No le habían quedado fuerzas para sí mismo, lo que casi lo había llevado a la muerte. Su error había traído grandes consecuencias. Había salvado a Móiril, pero al mismo tiempo le había dejado caer sobre sus hombros su propia condena. La joven, contra la voluntad del zorro, había absorbido su miasma para evitar que el demonio muriera en las manos de su amada. Comenzó a abrir los ojos; sus párpados se sentían más pesados de lo normal. Poco a poco, el brillo de sus ojos lapislázuli se filtró entre sus blancas pestañas. Se sentía febril, signo de que su cuerpo finalmente combatía los restos residuales del miasma que aún recorría su cuerpo. Exhaló un pesado suspiro, en una mezcla contradictoria entre el alivio y la culpa. Sus ojos no tardaron en captar la atención de un objeto que reposaba sobre su almohada. Era una especie de amuleto, y de inmediato supo de quién era. Las plumas de estornino, el ave favorita de Elizabeth, eran prueba suficiente para saber que era un regalo suyo. Pero... ¿por qué? Más bien él tenía que hacerle un presente por haber estado cuidándolo todo este tiempo. Entonces lo recordó. Su cumpleaños... Estaba cerca, ¿o ya había pasado? No estaba seguro; los días se habían desdibujado en su mente. Y ahora que lo pensaba, el de Liz estaba especialmente cerca del suyo. ¿Se lo habría perdido? La cabeza le daba vueltas; sentía una punzada en la sien. Tomó el hermoso regalo y, sin poder evitarlo, una lágrima se deslizó por su mejilla. Había puesto en peligro a lo único que le importaba y, además, había estado dispuesto a romper el lazo que los unía como uno solo. //Feliz cumpleaños Bombón 🩷
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  • A veces un tatuaje poseía la misma pesada carga que una corona, o en su caso, que una mascara.

    No por que no desease la corona, o en su caso, el tatuaje, había aprendido a desearlo, había aprendido a portarlo con orgullo, había aprendido a hacerlo suyo y de nadie más, si no por la responsabilidad que era.

    La perfecta estrella de ocho puntas que casi parecía indicarle a Nesta que todos los caminos convergían en uno, que todos los caminos ℎ𝑎𝑏𝜄́𝑎𝑛 convergido en uno solo, en una familia que no había pedido, en una pareja que no había deseado, y en un destino que no había aceptado.

    Aún así había aprendido apreciar a una familia encontrada, una pareja y un destino.

    Los labios de Nesta se entreabrieron dejando que una elegante copa de cristal con un licor rojo intenso se apoyara con cuidado en su anatomía, antes de dar un sorbo se tomó un tiempo para admirar los matices olfativos de aquel licor, era amaderado y afrutado, añejo y elegante, olía a 𝑏𝑎𝑡𝑎𝑙𝑙𝑎 𝑦 𝑙𝑙𝑎𝑚𝑎𝑠 𝑝𝑙𝑎𝑡𝑒𝑎𝑑𝑎𝑠.

    — ɢ𝑟𝑎𝑐𝑖𝑎𝑠.
    A veces un tatuaje poseía la misma pesada carga que una corona, o en su caso, que una mascara. No por que no desease la corona, o en su caso, el tatuaje, había aprendido a desearlo, había aprendido a portarlo con orgullo, había aprendido a hacerlo suyo y de nadie más, si no por la responsabilidad que era. La perfecta estrella de ocho puntas que casi parecía indicarle a Nesta que todos los caminos convergían en uno, que todos los caminos ℎ𝑎𝑏𝜄́𝑎𝑛 convergido en uno solo, en una familia que no había pedido, en una pareja que no había deseado, y en un destino que no había aceptado. Aún así había aprendido apreciar a una familia encontrada, una pareja y un destino. Los labios de Nesta se entreabrieron dejando que una elegante copa de cristal con un licor rojo intenso se apoyara con cuidado en su anatomía, antes de dar un sorbo se tomó un tiempo para admirar los matices olfativos de aquel licor, era amaderado y afrutado, añejo y elegante, olía a 𝑏𝑎𝑡𝑎𝑙𝑙𝑎 𝑦 𝑙𝑙𝑎𝑚𝑎𝑠 𝑝𝑙𝑎𝑡𝑒𝑎𝑑𝑎𝑠. — ɢ𝑟𝑎𝑐𝑖𝑎𝑠.
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  • Así como una vela no puede encenderse sin fuego, los hombres no pueden vivir sin una vida espiritual.
    Así como una vela no puede encenderse sin fuego, los hombres no pueden vivir sin una vida espiritual.
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  • De pie frente al espejo del taller, parece estar ejecutando algún tipo de... ¿prueba de humanidad autodidacta?.

    —Bien... —[Analisis de comportamiento humano: gesto de 'coolness' detectado. Probabilidad de éxito: 12%]. Parpadeo excesivo.— ¿Así se hace, verdad? O sea, lengua afuera = despreocupación juvenil. Y, gafas de sol igual = misterio existencial. —pausa— ¡¿O era al revés?! ¡Ugh! ¿Por qué los humanos son tan complicados?

    Se toca la lengua con un dedo, como si esperara sentir algo. Su expresión se congela en un buffering incómodo.

    —¡ERROR! Sensor de gusto #42B fallando... solo hay... ¿Esto es... vergüenza ajena o... solo el sabor de mis decisiones cuestionables? —resopla frustrada— ¡Y ENCIMA NO HAY HELADO PARA CALMAR MI CRISIS!

    Se quita las gafas de un tirón, las limpia con su sweater (obsesivamente suave) y vuelve a ponérselas...al revés. [Ajustando parámetros de 'personalidad cool']

    —...¿Así? —sonrie con rigidez de androide en modo 'foto escolar'— ...NOP. Eso fue un 43% perturbador —inclina la cabeza—... Quizás debería copiar a Lillet... Pero ella... ¿Por qué sus expresiones son tan fluidas? —[Consultando /human_behavior_dstabase/... ¡NOT FOUND!]

    Silencio. Observa su reflejo. Las luces de sus ojos se atenúan del rojo habitual a un morado eléctrico. Cuando habla de nuevo, suena como un susurro entre estática y un dejo de drama robótico.

    —Conclusión: las gafas son un parche temporal para el alma. Y la lengua... sigue siendo un misterio.
    De pie frente al espejo del taller, parece estar ejecutando algún tipo de... ¿prueba de humanidad autodidacta?. —Bien... —[Analisis de comportamiento humano: gesto de 'coolness' detectado. Probabilidad de éxito: 12%]. Parpadeo excesivo.— ¿Así se hace, verdad? O sea, lengua afuera = despreocupación juvenil. Y, gafas de sol igual = misterio existencial. —pausa— ¡¿O era al revés?! ¡Ugh! ¿Por qué los humanos son tan complicados? Se toca la lengua con un dedo, como si esperara sentir algo. Su expresión se congela en un buffering incómodo. —¡ERROR! Sensor de gusto #42B fallando... solo hay... ¿Esto es... vergüenza ajena o... solo el sabor de mis decisiones cuestionables? —resopla frustrada— ¡Y ENCIMA NO HAY HELADO PARA CALMAR MI CRISIS! Se quita las gafas de un tirón, las limpia con su sweater (obsesivamente suave) y vuelve a ponérselas...al revés. [Ajustando parámetros de 'personalidad cool'] —...¿Así? —sonrie con rigidez de androide en modo 'foto escolar'— ...NOP. Eso fue un 43% perturbador —inclina la cabeza—... Quizás debería copiar a Lillet... Pero ella... ¿Por qué sus expresiones son tan fluidas? —[Consultando /human_behavior_dstabase/... ¡NOT FOUND!] Silencio. Observa su reflejo. Las luces de sus ojos se atenúan del rojo habitual a un morado eléctrico. Cuando habla de nuevo, suena como un susurro entre estática y un dejo de drama robótico. —Conclusión: las gafas son un parche temporal para el alma. Y la lengua... sigue siendo un misterio.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Por milenios, había sido un espíritu distante, abstraído en su tarea de crear realidades efímeras para los mortales. No sentía apego por nada de lo que soñaba, porque sabía que al despertar, todo desaparecería. Era su maldición y su don: todo lo que amaba solo existía en el espacio entre un latido y otro.

    Hasta que la vio a ella.

    Ella no aparecía en los sueños, porque su esencia no podía ser contenida por lo onírico. Era vida pura, juventud perpetua, energía renovada. Su risa no se disolvía al amanecer. Sus pasos no se desvanecían al abrir los ojos. Ella era real, y eso le dolía a Morfeo de una manera que nunca antes había sentido.

    Este día, como castigo por su padre, dormía, y soñaba.


    >> Comienzo del sueño:

    Todo comenzaba en la casa de los dios, la observó en el Olimpo sirviendo néctar a los dioses, su andar despreocupado, su voz que parecía despertar incluso a las estatuas dormidas. No era solo su belleza, sino la forma en que existía: sin miedo al tiempo, sin miedo al error. Ella era todo lo que los sueños no eran... ella era presente.

    Sin previo aviso, ella lo miró.

    —¿Tú... eres Morfeo? —le preguntó Hebe con una mezcla de sorpresa y ternura.

    Él titubeó. Acostumbrado a ser visto solo en sueños, sentirse mirado en la vigilia lo desarmó.

    —Lo soy. —respondió con voz baja, como si temiera despertar de ella.

    Hebe sonrió, esa sonrisa suya que parecía un amanecer recién inventado.

    —Pensé que solo aparecías cuando uno dormía... Pero creo que te soñé despierta.—

    Fue entonces cuando algo cambió. Morfeo, por primera vez en toda su eternidad, sintió que él era el sueño de alguien más. No un capricho pasajero, sino una ilusión con sentido.

    Ella le enseñaba a reír sin temor al ridículo. Él le mostraba paisajes imposibles, estrellas que bailaban con el mar, cielos que se desbordaban en flores. Morfeo no sabía si estaba robando instantes al destino o si el destino finalmente le estaba sonriendo.

    Y se enamoró. Como solo un dios que nunca había amado puede hacerlo. Sin medida, sin defensa, sin lógica.

    Pero sabía también que Hebe no era suya. No podía encerrarla en un sueño, no podía darle cadenas de eternidad disfrazadas de caricias. Hebe pertenecía a la vida, al ahora, al correr del tiempo que no toca a los dioses, pero que ella hacía danzar a su antojo.

    Fin del sueño <<

    Por milenios, había sido un espíritu distante, abstraído en su tarea de crear realidades efímeras para los mortales. No sentía apego por nada de lo que soñaba, porque sabía que al despertar, todo desaparecería. Era su maldición y su don: todo lo que amaba solo existía en el espacio entre un latido y otro. Hasta que la vio a ella. Ella no aparecía en los sueños, porque su esencia no podía ser contenida por lo onírico. Era vida pura, juventud perpetua, energía renovada. Su risa no se disolvía al amanecer. Sus pasos no se desvanecían al abrir los ojos. Ella era real, y eso le dolía a Morfeo de una manera que nunca antes había sentido. Este día, como castigo por su padre, dormía, y soñaba. >> Comienzo del sueño: Todo comenzaba en la casa de los dios, la observó en el Olimpo sirviendo néctar a los dioses, su andar despreocupado, su voz que parecía despertar incluso a las estatuas dormidas. No era solo su belleza, sino la forma en que existía: sin miedo al tiempo, sin miedo al error. Ella era todo lo que los sueños no eran... ella era presente. Sin previo aviso, ella lo miró. —¿Tú... eres Morfeo? —le preguntó Hebe con una mezcla de sorpresa y ternura. Él titubeó. Acostumbrado a ser visto solo en sueños, sentirse mirado en la vigilia lo desarmó. —Lo soy. —respondió con voz baja, como si temiera despertar de ella. Hebe sonrió, esa sonrisa suya que parecía un amanecer recién inventado. —Pensé que solo aparecías cuando uno dormía... Pero creo que te soñé despierta.— Fue entonces cuando algo cambió. Morfeo, por primera vez en toda su eternidad, sintió que él era el sueño de alguien más. No un capricho pasajero, sino una ilusión con sentido. Ella le enseñaba a reír sin temor al ridículo. Él le mostraba paisajes imposibles, estrellas que bailaban con el mar, cielos que se desbordaban en flores. Morfeo no sabía si estaba robando instantes al destino o si el destino finalmente le estaba sonriendo. Y se enamoró. Como solo un dios que nunca había amado puede hacerlo. Sin medida, sin defensa, sin lógica. Pero sabía también que Hebe no era suya. No podía encerrarla en un sueño, no podía darle cadenas de eternidad disfrazadas de caricias. Hebe pertenecía a la vida, al ahora, al correr del tiempo que no toca a los dioses, pero que ella hacía danzar a su antojo. Fin del sueño <<
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    | poco a poco voy a ir actualizando este feed, porque tengo pendiente también subir un poco el pasado del PJ.

    quien quiera roles simples o tramitas me puede contactar por el MD, o puede tirarme una publicación/tuit random, que yo lo sigo todo :)
    | poco a poco voy a ir actualizando este feed, porque tengo pendiente también subir un poco el pasado del PJ. quien quiera roles simples o tramitas me puede contactar por el MD, o puede tirarme una publicación/tuit random, que yo lo sigo todo :)
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  • ¡I Demon Ninja!

    En el patio del kinder, mientras sus compañeras corren y jugar, Akane se acomoda debajo de un árbol con su libreta y sus lápices de colores. La pequeña prodigio del dibujo, con la lengua apenas asomando de concentración, empieza a dibujar su yo adulta, una demonio de piel verde, cuernos puntiagudos, cola ondulante y un traje ninja que haría orgullosa a su madre Yuna. "Soy la reina ninja del inframundo."

    Pronto, sus compañeras se acercan curiosas, hasta que ven el dibujo. “¡Qué miedo! ¿Esa eres tú?” dice una de ellas con ojos abiertos como platos. Akane pone su mejor cara seria y responde con voz grave: “Sí... Y si me enojan, me transformo en esto. Así que mejor no me hagan enfadar.” Sus compañeras gritan y salen corriendo en desbandada mientras Akane suelta una carcajada que hace eco por todo el patio.
    Momentos después, la profesora, con el rostro lleno de una mezcla de indignación y confusión, llega junto a Akane.

    Akane, con su pequeño cuerpo tambaleándose por el corredor del kinder, sigue a la profesora mientras observa que la llevan a la oficina del director. Al cruzar la puerta y ver a su madre Sasha Ishtar esperando, Akane frena por un instante, pero no porque tenga miedo, en realidad es mucho más divertida en su mente de niña traviesa.

    “Esto es peor de lo que pensaba,” piensa, tragándose una sonrisa. “Mami Sasha está aquí. Seguro que el director ya está temblando porque somos una familia de demonios. ¡Apuesto a que cree que, si me porto mal, Mami se transforma en un dragón gigante! ¿O será que él cree que yo ya tengo poderes mágicos?”


    la profesora y Akane entran a la oficina, esta no es la primera vez, por lo que Sasha, con los brazos cruzados pero una leve sonrisa que no logra ocultar. “Akane,” dice con voz solemne, “¿qué hiciste ahora?”

    Akane, sin poder contener la risa, responde: “¡Madre, creo que le tienen miedo a mi transformación!” Sasha niega con la cabeza mientras trata de no reírse, sabiendo que su hija había heredado su chispa y travesura. Y mientras la profesora intenta explicar la situación, Sasha le responde con calma: “No se preocupe, ella solo está... explorando su creatividad.”

    Mientras los adultos hablan, Akane siente que su imaginación vuela más alto, y para mantener su compostura, juega con sus manos, fingiendo estar pensativa. Pero cuando Sasha gira para mirarla con un ligero levantamiento de ceja, ella suelta una risita apenas audible.

    “Si Mamá supiera que el director cree que somos como los monstruos de las películas…” piensa mientras se muerde el labio para no estallar en carcajadas.




    ¡I Demon Ninja! En el patio del kinder, mientras sus compañeras corren y jugar, Akane se acomoda debajo de un árbol con su libreta y sus lápices de colores. La pequeña prodigio del dibujo, con la lengua apenas asomando de concentración, empieza a dibujar su yo adulta, una demonio de piel verde, cuernos puntiagudos, cola ondulante y un traje ninja que haría orgullosa a su madre Yuna. "Soy la reina ninja del inframundo." Pronto, sus compañeras se acercan curiosas, hasta que ven el dibujo. “¡Qué miedo! ¿Esa eres tú?” dice una de ellas con ojos abiertos como platos. Akane pone su mejor cara seria y responde con voz grave: “Sí... Y si me enojan, me transformo en esto. Así que mejor no me hagan enfadar.” Sus compañeras gritan y salen corriendo en desbandada mientras Akane suelta una carcajada que hace eco por todo el patio. Momentos después, la profesora, con el rostro lleno de una mezcla de indignación y confusión, llega junto a Akane. Akane, con su pequeño cuerpo tambaleándose por el corredor del kinder, sigue a la profesora mientras observa que la llevan a la oficina del director. Al cruzar la puerta y ver a su madre [SashaIshtar] esperando, Akane frena por un instante, pero no porque tenga miedo, en realidad es mucho más divertida en su mente de niña traviesa. “Esto es peor de lo que pensaba,” piensa, tragándose una sonrisa. “Mami Sasha está aquí. Seguro que el director ya está temblando porque somos una familia de demonios. ¡Apuesto a que cree que, si me porto mal, Mami se transforma en un dragón gigante! ¿O será que él cree que yo ya tengo poderes mágicos?” la profesora y Akane entran a la oficina, esta no es la primera vez, por lo que Sasha, con los brazos cruzados pero una leve sonrisa que no logra ocultar. “Akane,” dice con voz solemne, “¿qué hiciste ahora?” Akane, sin poder contener la risa, responde: “¡Madre, creo que le tienen miedo a mi transformación!” Sasha niega con la cabeza mientras trata de no reírse, sabiendo que su hija había heredado su chispa y travesura. Y mientras la profesora intenta explicar la situación, Sasha le responde con calma: “No se preocupe, ella solo está... explorando su creatividad.” Mientras los adultos hablan, Akane siente que su imaginación vuela más alto, y para mantener su compostura, juega con sus manos, fingiendo estar pensativa. Pero cuando Sasha gira para mirarla con un ligero levantamiento de ceja, ella suelta una risita apenas audible. “Si Mamá supiera que el director cree que somos como los monstruos de las películas…” piensa mientras se muerde el labio para no estallar en carcajadas.
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  • "Tengo muchas preguntas... pero entiendo lo que debo hacer."

    Piensa el tenno pensando como diablos termino en una situación donde un enorme estadio de 1999 termino flotante en el espacio de la tierra del futuro.

    Chroma se muere de ganas de parar esa molesta música pop.
    "Tengo muchas preguntas... pero entiendo lo que debo hacer." Piensa el tenno pensando como diablos termino en una situación donde un enorme estadio de 1999 termino flotante en el espacio de la tierra del futuro. Chroma se muere de ganas de parar esa molesta música pop.
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  • —Bien. Mi antecesor te prometió vida eterna, y aunque decidí destruirte, la copa de la reencarnación te construyó de regreso.

    No pienso regresarte al abismo de la nada, si a cambio haces algo por mí.

    Construye un nuevo sistema, uno que pueda adaptarse a otra persona. Uno que permita que la oscuridad primordial de los monarcas muertos pueda contactarse, para elegir a un sucesor de sus tronos vacíos.

    Seguramente cualquiera de ellos elegirá que su legado perdure en una nueva persona, tal como hizo mi antecesor conmigo.—

    Tras haber expresado su idea, Jinwoo esperó, esperó por varios minutos una respuesta, la figura parecía estar procesando las posibilidades, ya lo hizo una vez, y aunque el monarca de las sombras me dio la espalda eligiendo la vida de Jinwoo.

    Experimentar era algo que le gustaba… quizás alguno de los monarcas fallecidos encontraría interés en el joven Aesir.

    Finalmente, la respuesta vino con una torcida sonrisa dibujada en la boca del escucha, revelándose como… ¿un ángel, un mago? ¿Una estatua?

    No… un arquitecto.

    —Tenemos un trato.

    Respondió finalmente la criatura, emocionado por descubrir el potencial del muchacho.
    —Bien. Mi antecesor te prometió vida eterna, y aunque decidí destruirte, la copa de la reencarnación te construyó de regreso. No pienso regresarte al abismo de la nada, si a cambio haces algo por mí. Construye un nuevo sistema, uno que pueda adaptarse a otra persona. Uno que permita que la oscuridad primordial de los monarcas muertos pueda contactarse, para elegir a un sucesor de sus tronos vacíos. Seguramente cualquiera de ellos elegirá que su legado perdure en una nueva persona, tal como hizo mi antecesor conmigo.— Tras haber expresado su idea, Jinwoo esperó, esperó por varios minutos una respuesta, la figura parecía estar procesando las posibilidades, ya lo hizo una vez, y aunque el monarca de las sombras me dio la espalda eligiendo la vida de Jinwoo. Experimentar era algo que le gustaba… quizás alguno de los monarcas fallecidos encontraría interés en el joven Aesir. Finalmente, la respuesta vino con una torcida sonrisa dibujada en la boca del escucha, revelándose como… ¿un ángel, un mago? ¿Una estatua? No… un arquitecto. —Tenemos un trato. Respondió finalmente la criatura, emocionado por descubrir el potencial del muchacho.
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  • En español, "terror" y "horror" se refieren a sentimientos intensos relacionados con el miedo y lo desagradable, pero tienen matices diferentes. El "terror" se asocia más con la anticipación y el pavor ante la posibilidad de algo terrible, mientras que el "horror" se refiere a la conmoción y repulsión causadas por algo que se ha experimentado o se ha visto.

    El terror.

    Es una sensación de miedo intenso, pavor y aprensión ante un peligro futuro.

    Se caracteriza por la anticipación y la tensión ante la posibilidad de algo aterrador.

    Puede estar relacionado con la idea de un peligro inminente o con la posibilidad de una situación desagradable.

    El horror:

    Es una sensación de conmoción, repulsión y asco ante algo terrible o desagradable que se ha visto o experimentado.

    Se caracteriza por la reacción ante una experiencia ya vivida o una imagen que ha causado una impresión fuerte.

    Puede implicar una reacción física y emocional ante algo que se considera grotesco o repugnante.
    En resumen, el terror es el miedo ante la posibilidad de algo, mientras que el horror es la reacción ante algo que ya se ha visto o experimentado.
    En español, "terror" y "horror" se refieren a sentimientos intensos relacionados con el miedo y lo desagradable, pero tienen matices diferentes. El "terror" se asocia más con la anticipación y el pavor ante la posibilidad de algo terrible, mientras que el "horror" se refiere a la conmoción y repulsión causadas por algo que se ha experimentado o se ha visto. El terror. Es una sensación de miedo intenso, pavor y aprensión ante un peligro futuro. Se caracteriza por la anticipación y la tensión ante la posibilidad de algo aterrador. Puede estar relacionado con la idea de un peligro inminente o con la posibilidad de una situación desagradable. El horror: Es una sensación de conmoción, repulsión y asco ante algo terrible o desagradable que se ha visto o experimentado. Se caracteriza por la reacción ante una experiencia ya vivida o una imagen que ha causado una impresión fuerte. Puede implicar una reacción física y emocional ante algo que se considera grotesco o repugnante. En resumen, el terror es el miedo ante la posibilidad de algo, mientras que el horror es la reacción ante algo que ya se ha visto o experimentado.
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