• Jimoto se deslizó entre las sombras, con la vista fija en la gran caja metálica dentro del almacén enemigo. Había sido difícil infiltrarse en la base de la Patrulla Roja, pero ahí estaba: la esfera del dragón, custodiada por unos pocos soldados distraídos. Solo tenía que actuar rápido, tomarla y desaparecer antes de que sonara la alarma.

    Pero entonces, un estruendo sacudió el suelo. Desde el intercomunicador de uno de los soldados, una voz chillona resonó:

    —¡El ataque ha comenzado! ¡Reduciremos la ciudad a cenizas hasta que nos entreguen la información!

    Jimoto sintió un escalofrío. *¿Ataque?* ¿A qué ciudad se referían?

    Salió sigilosamente del almacén y se trepó a una torre de vigilancia para ver a lo lejos. Un humo espeso se alzaba en el horizonte. Desde ahí, pudo ver el resplandor de las llamas devorando los edificios de una ciudad cercana. Gritos, explosiones… gente corriendo por sus vidas.

    Apretó los puños. Tenía la oportunidad de llevarse la esfera ahora. Podía completar su misión.

    Pero…

    Miró la caja. Luego la ciudad.

    Chasqueó la lengua con frustración.

    —Maldición…

    Sin pensarlo dos veces, se lanzó en dirección al caos.

    ***

    Las calles estaban sumidas en el terror. Soldados de la Patrulla Roja disparaban sin piedad, causando explosiones que derrumbaban edificios enteros. La gente huía, algunos atrapados entre escombros, otros rodeados sin salida.

    Entonces, una sombra veloz irrumpió en la escena.

    —¡Hey! ¡Cobardes con uniforme! —gritó Jimoto, aterrizando con un golpe que hizo temblar el pavimento—. ¿Por qué no prueban su suerte con alguien que puede devolver los golpes?

    Los soldados voltearon, sorprendidos.

    —¡Es ese tipo! ¡El de la máscara!

    Sin darles tiempo para reaccionar, Jimoto se lanzó contra ellos, derribando a los primeros con una patada giratoria y esquivando las balas con movimientos ágiles. Cada golpe suyo derribaba a un enemigo, cada salto lo acercaba a más civiles para ponerlos a salvo.

    Pero sabía la verdad: mientras él estaba aquí, los villanos escapaban con la esfera.

    No importaba.

    Ver a las familias reunirse, a los niños correr hacia los brazos de sus padres, le confirmó que había tomado la decisión correcta.

    Cuando el humo se disipó y la Patrulla Roja ya no estaba, Jimoto se quedó de pie entre los escombros, respirando con dificultad.

    Había perdido la esfera… pero había salvado una ciudad.

    Y eso valía más.
    Jimoto se deslizó entre las sombras, con la vista fija en la gran caja metálica dentro del almacén enemigo. Había sido difícil infiltrarse en la base de la Patrulla Roja, pero ahí estaba: la esfera del dragón, custodiada por unos pocos soldados distraídos. Solo tenía que actuar rápido, tomarla y desaparecer antes de que sonara la alarma. Pero entonces, un estruendo sacudió el suelo. Desde el intercomunicador de uno de los soldados, una voz chillona resonó: —¡El ataque ha comenzado! ¡Reduciremos la ciudad a cenizas hasta que nos entreguen la información! Jimoto sintió un escalofrío. *¿Ataque?* ¿A qué ciudad se referían? Salió sigilosamente del almacén y se trepó a una torre de vigilancia para ver a lo lejos. Un humo espeso se alzaba en el horizonte. Desde ahí, pudo ver el resplandor de las llamas devorando los edificios de una ciudad cercana. Gritos, explosiones… gente corriendo por sus vidas. Apretó los puños. Tenía la oportunidad de llevarse la esfera ahora. Podía completar su misión. Pero… Miró la caja. Luego la ciudad. Chasqueó la lengua con frustración. —Maldición… Sin pensarlo dos veces, se lanzó en dirección al caos. *** Las calles estaban sumidas en el terror. Soldados de la Patrulla Roja disparaban sin piedad, causando explosiones que derrumbaban edificios enteros. La gente huía, algunos atrapados entre escombros, otros rodeados sin salida. Entonces, una sombra veloz irrumpió en la escena. —¡Hey! ¡Cobardes con uniforme! —gritó Jimoto, aterrizando con un golpe que hizo temblar el pavimento—. ¿Por qué no prueban su suerte con alguien que puede devolver los golpes? Los soldados voltearon, sorprendidos. —¡Es ese tipo! ¡El de la máscara! Sin darles tiempo para reaccionar, Jimoto se lanzó contra ellos, derribando a los primeros con una patada giratoria y esquivando las balas con movimientos ágiles. Cada golpe suyo derribaba a un enemigo, cada salto lo acercaba a más civiles para ponerlos a salvo. Pero sabía la verdad: mientras él estaba aquí, los villanos escapaban con la esfera. No importaba. Ver a las familias reunirse, a los niños correr hacia los brazos de sus padres, le confirmó que había tomado la decisión correcta. Cuando el humo se disipó y la Patrulla Roja ya no estaba, Jimoto se quedó de pie entre los escombros, respirando con dificultad. Había perdido la esfera… pero había salvado una ciudad. Y eso valía más.
    Me gusta
    4
    1 turno 0 maullidos 262 vistas
  • Jimoto había escuchado rumores sobre un grupo de mercenarios con tecnología avanzada, conocidos como la **Patrulla Roja**. No les prestó demasiada atención hasta que, en una aldea remota, vio con sus propios ojos cómo interrogaban a los ancianos sobre las **esferas del dragón**. No podía permitirlo.

    —Oigan, ¿no creen que están siendo un poco insistentes? —dijo, apoyando las manos en los bolsillos mientras caminaba tranquilamente hacia ellos.

    Los soldados, vestidos con uniformes rojos y negros, voltearon con evidente molestia. Uno de ellos, más alto y con un rifle de energía, apuntó directo a Jimoto.

    —¿Y tú quién demonios eres? ¡No te metas en esto!

    Jimoto sonrió con calma. **No necesitaba armas, ni refuerzos, solo su propio poder.**

    —Yo solo pasaba por aquí... pero creo que es mi deber detener a los matones.

    Antes de que los soldados pudieran reaccionar, Jimoto desapareció de su vista. En un parpadeo, **reapareció detrás de ellos**. Un solo golpe en el casco de uno lo dejó inconsciente, otro cayó cuando Jimoto lo derribó con una patada giratoria.

    —¡Dispárenle! —gritó un oficial.

    Pero **era inútil**. Jimoto esquivaba los disparos con una facilidad insultante, moviéndose entre ellos como un viento imparable. Derribó a un grupo entero con una onda de energía que sacudió el suelo. Los pocos que quedaban en pie intentaron huir, pero Jimoto saltó y aterrizó frente a ellos con una sonrisa confiada.

    —Díganle a sus jefes que estas esferas **no** les pertenecen.

    Los mercenarios asintieron temblorosos y huyeron a toda velocidad. Jimoto los observó desaparecer en la distancia y cruzó los brazos.

    **Ahora era oficial.** La Patrulla Roja también estaba en busca de las esferas, lo que significaba que **esto se había convertido en una carrera.**

    **Pero si creían que podían superarlo… estaban muy equivocados.**
    Jimoto había escuchado rumores sobre un grupo de mercenarios con tecnología avanzada, conocidos como la **Patrulla Roja**. No les prestó demasiada atención hasta que, en una aldea remota, vio con sus propios ojos cómo interrogaban a los ancianos sobre las **esferas del dragón**. No podía permitirlo. —Oigan, ¿no creen que están siendo un poco insistentes? —dijo, apoyando las manos en los bolsillos mientras caminaba tranquilamente hacia ellos. Los soldados, vestidos con uniformes rojos y negros, voltearon con evidente molestia. Uno de ellos, más alto y con un rifle de energía, apuntó directo a Jimoto. —¿Y tú quién demonios eres? ¡No te metas en esto! Jimoto sonrió con calma. **No necesitaba armas, ni refuerzos, solo su propio poder.** —Yo solo pasaba por aquí... pero creo que es mi deber detener a los matones. Antes de que los soldados pudieran reaccionar, Jimoto desapareció de su vista. En un parpadeo, **reapareció detrás de ellos**. Un solo golpe en el casco de uno lo dejó inconsciente, otro cayó cuando Jimoto lo derribó con una patada giratoria. —¡Dispárenle! —gritó un oficial. Pero **era inútil**. Jimoto esquivaba los disparos con una facilidad insultante, moviéndose entre ellos como un viento imparable. Derribó a un grupo entero con una onda de energía que sacudió el suelo. Los pocos que quedaban en pie intentaron huir, pero Jimoto saltó y aterrizó frente a ellos con una sonrisa confiada. —Díganle a sus jefes que estas esferas **no** les pertenecen. Los mercenarios asintieron temblorosos y huyeron a toda velocidad. Jimoto los observó desaparecer en la distancia y cruzó los brazos. **Ahora era oficial.** La Patrulla Roja también estaba en busca de las esferas, lo que significaba que **esto se había convertido en una carrera.** **Pero si creían que podían superarlo… estaban muy equivocados.**
    Me gusta
    3
    0 turnos 0 maullidos 194 vistas
  • He pilotado en Juggernaut muchas veces. Realmente no tengo nada que aprender porque ya lo sé todo. Siempre me regañaban los técnicos de reparación en el hangar 18 porque decían que sobre explotaba la máquina.
    Puede que tuvieran razón. Pero si no lo hiciera quizás no habría sido tan efectivo en cada batalla...
    La posibilidad de aprender a pilotar el Baritec es emocionante. La principal diferencia es que el Baritec va por el cielo, y el Juggernaut va por tierra...
    Pero aún si no ingresara a la fuerza aérea, igual puedo ser piloto, y no me desagrada. Como un soldado tengo que poder hacer múltiples cosas a fin de ser efectivo con cada misión, con cada orden...
    En el fondo, el instinto de sobrevivir es el motor de toda mi vida.
    He pilotado en Juggernaut muchas veces. Realmente no tengo nada que aprender porque ya lo sé todo. Siempre me regañaban los técnicos de reparación en el hangar 18 porque decían que sobre explotaba la máquina. Puede que tuvieran razón. Pero si no lo hiciera quizás no habría sido tan efectivo en cada batalla... La posibilidad de aprender a pilotar el Baritec es emocionante. La principal diferencia es que el Baritec va por el cielo, y el Juggernaut va por tierra... Pero aún si no ingresara a la fuerza aérea, igual puedo ser piloto, y no me desagrada. Como un soldado tengo que poder hacer múltiples cosas a fin de ser efectivo con cada misión, con cada orden... En el fondo, el instinto de sobrevivir es el motor de toda mi vida.
    Me encocora
    Me gusta
    3
    6 turnos 0 maullidos 502 vistas
  • —Porque este mundo es tan diferente acaso es una prueba de padre no entiendo nada primero un demonio Rojo luego una subordinada que tenía la apariencia de mi mejor soldado actuar como una niña que más veré. Aún lucifer reinando de buena gana un infierno??? Noo eso sería ilógico Pero también el exterminó también sesaria y no estaría manchando mis manos otra vez ..... —

    Negando por mis divagaciones

    —es ilógico debo de aprender a conocer y tratar a todos por igual amar a cada ser vivo de su creación. —

    Extiendo mi mano y de el sale un poder como si uno estuviera viendo el infinito el comienzo de todo

    —Tengo que encontrar la manera de poder usar este poder ...—
    —Porque este mundo es tan diferente acaso es una prueba de padre no entiendo nada primero un demonio Rojo luego una subordinada que tenía la apariencia de mi mejor soldado actuar como una niña que más veré. Aún lucifer reinando de buena gana un infierno??? Noo eso sería ilógico Pero también el exterminó también sesaria y no estaría manchando mis manos otra vez ..... — Negando por mis divagaciones —es ilógico debo de aprender a conocer y tratar a todos por igual amar a cada ser vivo de su creación. — Extiendo mi mano y de el sale un poder como si uno estuviera viendo el infinito el comienzo de todo —Tengo que encontrar la manera de poder usar este poder ...—
    Me gusta
    3
    9 turnos 0 maullidos 368 vistas
  • *Reflexionando, recordando...*

    "—¿Cuál es la diferencia moral, si la hay, entre un civil y un ciudadano?
    —El ciudadano acepta la responsabilidad de la seguridad del Estado, y la defiende con su vida. Un civil no, señor.
    —Así dice el texto. Pero ¿Lo entiendes? ¿Lo aceptas?
    —No sé.
    —Claro que no. Creo que ninguno de los que están aquí reconocería la virtud cívica aunque la tuviera en las narices."

    —El coronel Dubois, sargento Rackzak, se refería con eso... A que el ciudadano comprende que hay muchas razones para arriesgar el pellejo poniéndose entre la amenaza y el hogar amado... Todos los hombres tenemos una buena razón por la que gustosamente ofreceríamos la vida... Por eso debo entrar en la academia militar. Además, he vivido mucho tiempo en el campo de batalla, en mi antiguo país... Las armas me encantan más que los libros. Soy un soldado... Podria estudiar cualquier cosa, pero mi verdadero deseo es hacer la carrera militar. La infantería móvil, la fuerza aérea, el cuerpo de artilleros... Pensar que puedo ingresar a cualquiera de esas secciones me emociona mucho...
    *Reflexionando, recordando...* "—¿Cuál es la diferencia moral, si la hay, entre un civil y un ciudadano? —El ciudadano acepta la responsabilidad de la seguridad del Estado, y la defiende con su vida. Un civil no, señor. —Así dice el texto. Pero ¿Lo entiendes? ¿Lo aceptas? —No sé. —Claro que no. Creo que ninguno de los que están aquí reconocería la virtud cívica aunque la tuviera en las narices." —El coronel Dubois, sargento Rackzak, se refería con eso... A que el ciudadano comprende que hay muchas razones para arriesgar el pellejo poniéndose entre la amenaza y el hogar amado... Todos los hombres tenemos una buena razón por la que gustosamente ofreceríamos la vida... Por eso debo entrar en la academia militar. Además, he vivido mucho tiempo en el campo de batalla, en mi antiguo país... Las armas me encantan más que los libros. Soy un soldado... Podria estudiar cualquier cosa, pero mi verdadero deseo es hacer la carrera militar. La infantería móvil, la fuerza aérea, el cuerpo de artilleros... Pensar que puedo ingresar a cualquiera de esas secciones me emociona mucho...
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos 659 vistas
  • "El Norte recuerda"
    Fandom Juego de Tronos
    Categoría Drama
    ㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤ ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤㅤ˹ 🜲 ㅤ𝑆𝑎𝑛𝑠𝑎 𝑆𝑡𝑎𝑟𝑘



    No habían pasado siquiera veinticuatro horas desde que Sansa había llegado al Muro y Jon, a pesar de lo que pudiera parecer ya estaba pensando en doscientas formas de mantener a salvo a su hermana. Sí, era consciente de que le había prometido que recuperarían su hogar, pero… ¿Cómo demonios iba a hacer eso? ¿Él? ¿Un bastardo? Era impensable.

    Ed había sugerido que subiese a Sansa a un barco en Puerto Blanco y se la llevase más allá del Mar Angosto, a Pentos… o alguna ciudad cálida donde no tuviera que volver a preocuparse por los asesinos de su familia. Pero, por tentadora que pareciera aquella idea, Jon había destacado la testarudez de Sansa. Esa mujer no abandonaría Poniente, jamás. Era igual de fiera que su padre y terca como una Tully. Como su madre…

    Por suerte, o por desgracia para el bastardo de Invernalia, el destino le pondría la decisión demasiado facil… Una misiva de Lord Ramsay Bolton llegó al Muro. Y esta marcaria, para siempre quizás, el destino de los implicados.

    Jon apartó el lacre y desenrolló el pergamino sin demasiado entusiasmo. Leia para si antes de ver las miradas intrigadas de todos los comensales en aquella comida: Tormund, Podrick, Brienne, Ed y… Sansa…

    “Al traidor y bastardo Jon Nieve,
    Permitisteis que miles de salvajes cruzaran el Muro. Habéis traicionado a los vuestros. Habéis traicionado al Norte. Invernalia es mía, bastardo, venid a verme. Vuestro hermano Rickon está en mis mazmorras. Tengo la piel de su lobo huargo en mi suelo, venid a verlo. Quiero a mi esposa. Enviádmela, bastardo y no os importunaré ni a vuestras amantes salvajes. No me la deis y entonces iré al Norte y mataré a todos los hombres, mujeres y niños salvajes bajo tu protección.
    Veréis cómo los desuello vivos. Veréis a mis soldados turnarse para violar a vuestra hermana. Veréis a mis perros devorar a vuestro hermanito salvaje. Luego os sacaré los ojos de las orbitas y dejaré que mis perros hagan el resto. Venid a verlo.

    Ramsay Bolton. Señor de Invernalia y Guardian del Norte”

    Ese hombre había matado a Roose Bolton, tenia a Rickon en sus mazmorras y se había hecho con Invernalia… Sansa tenia razon… Tenían que luchar… No estaba tan seguro de su argumento acerca de la lealtad del resto de casas norteñas. Puede que se hubieran aliado al lado de Robb, pero no con él. Era un bastardo… Aun asi… No pensaba decepcionar a su hermana. No pensaba decepcionar a su padre. Asi que asintió.

    Y a partir de allí todo fueron planes… preparativos… Tormund estaba seguro de que los escasos hombres que tenía lucharían por Jon si este se lo pedía… No era un ejercito norteño, pero era algo… Por supuesto no podía contar con la Guardia de la Noche. No tomaban partido en guerras y, aunque pudieran, eran muy pocos hombres. La guerra contra Mance había mermado sus, ya de por sí, escasas filas.

    Por eso, por sus planes y preparativos no supo de la reunión de Sansa con Meñique. Ni de la información que trajo para ella… acerca de Aguasdulces y el Pez Negro.

    Claro que había otro problema: El Rey de la Noche.

    No podían defender el Norte de los muertos y el sur de los Bolton. Para ello necesitaban Invernalia y para ello… necesitaban mas hombres… muchos más…

    Los Umber y los Karstark habían juntado filas con los Bolton. Las casas mas poderosas después de los Bolton… Había dos docenas de casas menores más… Quizás si los convencían aun tuvieran una opción… Jon apoyaba el entusiasmo de Sansa, y su creencia en la lealtad de las casas norteñas, pero Davos tenia razon… ninguna de esas casas que Sansa proponía se había levantado en armas contra los Bolton cuando traicionaron a Robb…

    Pero su propuesta de pedir ayuda al Pez Negro… Sansa decidió enviar a Brienne de Tarth a aquella misión…

    Casi parecía que tenían alguna posibilidad de ganar, así que… era hora de partir…

    Los hombres de Tormund ya se preparaban en el patio del Castillo Negro. Jon se había preparado para montar y para afrontar el inclemente tiempo del invierno que se acercaba día tras día, y habían aceptado la comida que la Guardia de la Noche había preparado para ellos. Tenían un camino muy largo por delante y… era hora de actuar. Si seguían esperando… seria demasiado tarde…

    -¿Vestido nuevo? -preguntó Jon al ver acercarse a Sansa. Automáticamente se sintió imbécil al no ser capaz de decir nada más coherente… Pero realmente el talento de su hermana era asombroso. Había sido capaz de encontrar el modo de crear algo precioso en mitad de un aura tan gris como era aquel lugar- Me gusta lo del lobo…

    Lo que no esperaba es que Sansa se hubiera preocupado tambien de hacer una capa para él. Una capa con el blasón de los Stark grabado en las cinchas… Una capa igual que la que un día luciera Ned Stark.

    -Gracias, Sansa…- fue todo lo que, abrumado, pudo decir Jon Nieve al recibir aquel obsequio que, por simple que pareciera, tenia mucho significado para los dos. Inevitablemente, al ver alejarse a su hermana la siguió con la mirada y terminó por esbozar una suave sonrisa…

    Después de aquello, se despidió de Ed, se subió a su caballo, al lado de Sansa y la pequeña comitiva salió del Castillo Negro sin saber qué destino afrontarían desde entonces.

    El Muro quedaba atrás, pero el peso sobre sus hombros no se aligeraba. El aire helado seguía ahí, afilado como una cuchilla, clavándose en su piel a través del cuero y la lana. Jon no dijo nada mientras avanzaban, pero sentía la mirada de Sansa a su lado, la determinación en su postura.

    Estaba seguro de que esa determinación seria capaz de convencer a cualquiera, hasta al más pintado, pero, por ahora, la misión de convencer a los Salvajes era solamente de Jon. Davos tenia razon, Sansa tenia razon. Le debían a Jon su supervivencia y sus vidas… solo esperaba que, por una vez, el pueblo libre se dejara llevar por el honor…


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #NuevoStarter
    ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤㅤ˹ [N.Q.Stark] ㅤ No habían pasado siquiera veinticuatro horas desde que Sansa había llegado al Muro y Jon, a pesar de lo que pudiera parecer ya estaba pensando en doscientas formas de mantener a salvo a su hermana. Sí, era consciente de que le había prometido que recuperarían su hogar, pero… ¿Cómo demonios iba a hacer eso? ¿Él? ¿Un bastardo? Era impensable. Ed había sugerido que subiese a Sansa a un barco en Puerto Blanco y se la llevase más allá del Mar Angosto, a Pentos… o alguna ciudad cálida donde no tuviera que volver a preocuparse por los asesinos de su familia. Pero, por tentadora que pareciera aquella idea, Jon había destacado la testarudez de Sansa. Esa mujer no abandonaría Poniente, jamás. Era igual de fiera que su padre y terca como una Tully. Como su madre… Por suerte, o por desgracia para el bastardo de Invernalia, el destino le pondría la decisión demasiado facil… Una misiva de Lord Ramsay Bolton llegó al Muro. Y esta marcaria, para siempre quizás, el destino de los implicados. Jon apartó el lacre y desenrolló el pergamino sin demasiado entusiasmo. Leia para si antes de ver las miradas intrigadas de todos los comensales en aquella comida: Tormund, Podrick, Brienne, Ed y… Sansa… “Al traidor y bastardo Jon Nieve, Permitisteis que miles de salvajes cruzaran el Muro. Habéis traicionado a los vuestros. Habéis traicionado al Norte. Invernalia es mía, bastardo, venid a verme. Vuestro hermano Rickon está en mis mazmorras. Tengo la piel de su lobo huargo en mi suelo, venid a verlo. Quiero a mi esposa. Enviádmela, bastardo y no os importunaré ni a vuestras amantes salvajes. No me la deis y entonces iré al Norte y mataré a todos los hombres, mujeres y niños salvajes bajo tu protección. Veréis cómo los desuello vivos. Veréis a mis soldados turnarse para violar a vuestra hermana. Veréis a mis perros devorar a vuestro hermanito salvaje. Luego os sacaré los ojos de las orbitas y dejaré que mis perros hagan el resto. Venid a verlo. Ramsay Bolton. Señor de Invernalia y Guardian del Norte” Ese hombre había matado a Roose Bolton, tenia a Rickon en sus mazmorras y se había hecho con Invernalia… Sansa tenia razon… Tenían que luchar… No estaba tan seguro de su argumento acerca de la lealtad del resto de casas norteñas. Puede que se hubieran aliado al lado de Robb, pero no con él. Era un bastardo… Aun asi… No pensaba decepcionar a su hermana. No pensaba decepcionar a su padre. Asi que asintió. Y a partir de allí todo fueron planes… preparativos… Tormund estaba seguro de que los escasos hombres que tenía lucharían por Jon si este se lo pedía… No era un ejercito norteño, pero era algo… Por supuesto no podía contar con la Guardia de la Noche. No tomaban partido en guerras y, aunque pudieran, eran muy pocos hombres. La guerra contra Mance había mermado sus, ya de por sí, escasas filas. Por eso, por sus planes y preparativos no supo de la reunión de Sansa con Meñique. Ni de la información que trajo para ella… acerca de Aguasdulces y el Pez Negro. Claro que había otro problema: El Rey de la Noche. No podían defender el Norte de los muertos y el sur de los Bolton. Para ello necesitaban Invernalia y para ello… necesitaban mas hombres… muchos más… Los Umber y los Karstark habían juntado filas con los Bolton. Las casas mas poderosas después de los Bolton… Había dos docenas de casas menores más… Quizás si los convencían aun tuvieran una opción… Jon apoyaba el entusiasmo de Sansa, y su creencia en la lealtad de las casas norteñas, pero Davos tenia razon… ninguna de esas casas que Sansa proponía se había levantado en armas contra los Bolton cuando traicionaron a Robb… Pero su propuesta de pedir ayuda al Pez Negro… Sansa decidió enviar a Brienne de Tarth a aquella misión… Casi parecía que tenían alguna posibilidad de ganar, así que… era hora de partir… Los hombres de Tormund ya se preparaban en el patio del Castillo Negro. Jon se había preparado para montar y para afrontar el inclemente tiempo del invierno que se acercaba día tras día, y habían aceptado la comida que la Guardia de la Noche había preparado para ellos. Tenían un camino muy largo por delante y… era hora de actuar. Si seguían esperando… seria demasiado tarde… -¿Vestido nuevo? -preguntó Jon al ver acercarse a Sansa. Automáticamente se sintió imbécil al no ser capaz de decir nada más coherente… Pero realmente el talento de su hermana era asombroso. Había sido capaz de encontrar el modo de crear algo precioso en mitad de un aura tan gris como era aquel lugar- Me gusta lo del lobo… Lo que no esperaba es que Sansa se hubiera preocupado tambien de hacer una capa para él. Una capa con el blasón de los Stark grabado en las cinchas… Una capa igual que la que un día luciera Ned Stark. -Gracias, Sansa…- fue todo lo que, abrumado, pudo decir Jon Nieve al recibir aquel obsequio que, por simple que pareciera, tenia mucho significado para los dos. Inevitablemente, al ver alejarse a su hermana la siguió con la mirada y terminó por esbozar una suave sonrisa… Después de aquello, se despidió de Ed, se subió a su caballo, al lado de Sansa y la pequeña comitiva salió del Castillo Negro sin saber qué destino afrontarían desde entonces. El Muro quedaba atrás, pero el peso sobre sus hombros no se aligeraba. El aire helado seguía ahí, afilado como una cuchilla, clavándose en su piel a través del cuero y la lana. Jon no dijo nada mientras avanzaban, pero sentía la mirada de Sansa a su lado, la determinación en su postura. Estaba seguro de que esa determinación seria capaz de convencer a cualquiera, hasta al más pintado, pero, por ahora, la misión de convencer a los Salvajes era solamente de Jon. Davos tenia razon, Sansa tenia razon. Le debían a Jon su supervivencia y sus vidas… solo esperaba que, por una vez, el pueblo libre se dejara llevar por el honor… #Personajes3D #3D #Comunidad3D #NuevoStarter
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    0 turnos 0 maullidos 770 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    a mi me encanta que ruby aunque sea una soldado es muy curiosa, se confude muy facil y es bastante inocente de hecho XD

    pero eso no quita que quiere hacerse amigo o "goami" de todos //
    a mi me encanta que ruby aunque sea una soldado es muy curiosa, se confude muy facil y es bastante inocente de hecho XD pero eso no quita que quiere hacerse amigo o "goami" de todos //
    Me encocora
    1
    0 comentarios 0 compartidos 438 vistas
  • En la antigua torre de un castillo, Oz escribe cartas en un intrincado idioma, uno que solo otros magos pueden descifrar.
    Ha estado observando desde las sombras, apenas si asoma su cabeza, pero escucha a las flores y lo que lleva el viento.
    Se detiene a escuchar lo que las aves cantan y los mercaderes observan en su día a dia.

    Entre sus dedos, hace peculiares malabares con una pluma mientras piensa, pero luego se detiene a darle más pensamiento a una cuestión en particular.

    ── No logro descifrarlo.
    ¿En verdad el amor lo conquista todo?
    ¿Cómo es que un gran nigromante fue reducido a un buen ciudadano?
    ¿Cómo es que el emisario de Hades fue reducido a "eso"?
    No fue magia, no fue una sentencia de muerte, no fue una guerra...
    Fue una mujer.
    ¿En verdad una sola persona ha logrado lo que soldados en armaduras jamás pudieron?
    Como Hades y Perséfone.
    La historia se repite, tal vez los actores cambian, pero no los papeles.

    Supongo entonces que podré reportar al magistrado que hemos encontrado la solución a Hades. ──
    En la antigua torre de un castillo, Oz escribe cartas en un intrincado idioma, uno que solo otros magos pueden descifrar. Ha estado observando desde las sombras, apenas si asoma su cabeza, pero escucha a las flores y lo que lleva el viento. Se detiene a escuchar lo que las aves cantan y los mercaderes observan en su día a dia. Entre sus dedos, hace peculiares malabares con una pluma mientras piensa, pero luego se detiene a darle más pensamiento a una cuestión en particular. ── No logro descifrarlo. ¿En verdad el amor lo conquista todo? ¿Cómo es que un gran nigromante fue reducido a un buen ciudadano? ¿Cómo es que el emisario de Hades fue reducido a "eso"? No fue magia, no fue una sentencia de muerte, no fue una guerra... Fue una mujer. ¿En verdad una sola persona ha logrado lo que soldados en armaduras jamás pudieron? Como Hades y Perséfone. La historia se repite, tal vez los actores cambian, pero no los papeles. Supongo entonces que podré reportar al magistrado que hemos encontrado la solución a Hades. ──
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos 337 vistas
  • — No por ser pequeña significa que soy menos, soy una soldado guardian
    — No por ser pequeña significa que soy menos, soy una soldado guardian
    Me gusta
    Me encocora
    4
    6 turnos 0 maullidos 526 vistas
  • -No me mires como si fuera un flanco fácil soldado...

    Aquel día había ido a ver los entrenamientos de las legiones sagradas que dirigía su padre, legiones a las que ella debería dirigir pero ella había declinado aquel puesto, seria de las cosas de las que Daniel se encargaría, sin embargo su titulo nobiliario y cargo eclesiástico la volvían una de la grandes autoridades de aquel ejercito, los cuales aun contra todo pronostico le habían sido respetados tras el juicio.

    -"Lo siento no quiera problemas con Ian por molestar a su zorra..." Dijo el hombre con aire burlón, en ese momento reconoció al engreído nieto del gran sabio, el cual había sido el primer candidato a esposo para Alexa y su padre había rechazado.

    - Eres un subordinado soldado... MI PUTO SUBORDINADO... Si no me respetas por mi título te voy a enseñar a respetarme...

    Dijo molesta mientras con los ojos brillantes y las runas iluminando su cuerpo se acercaba al hombre con la clara intención de demostrarle porque tenia el cargo de "Guardián lunar" y porque los mercenarios la llamaban "acecino de luna".
    -No me mires como si fuera un flanco fácil soldado... Aquel día había ido a ver los entrenamientos de las legiones sagradas que dirigía su padre, legiones a las que ella debería dirigir pero ella había declinado aquel puesto, seria de las cosas de las que Daniel se encargaría, sin embargo su titulo nobiliario y cargo eclesiástico la volvían una de la grandes autoridades de aquel ejercito, los cuales aun contra todo pronostico le habían sido respetados tras el juicio. -"Lo siento no quiera problemas con Ian por molestar a su zorra..." Dijo el hombre con aire burlón, en ese momento reconoció al engreído nieto del gran sabio, el cual había sido el primer candidato a esposo para Alexa y su padre había rechazado. - Eres un subordinado soldado... MI PUTO SUBORDINADO... Si no me respetas por mi título te voy a enseñar a respetarme... Dijo molesta mientras con los ojos brillantes y las runas iluminando su cuerpo se acercaba al hombre con la clara intención de demostrarle porque tenia el cargo de "Guardián lunar" y porque los mercenarios la llamaban "acecino de luna".
    Me encocora
    Me gusta
    4
    0 turnos 0 maullidos 565 vistas
Ver más resultados
Patrocinados