• En el corazón de la espesura, un roble se erguía entre los demás como un guardián olvidado, adornado con cientos de listones rojos que pendían de sus ramas desnudas. Bajo él, una espada antigua, oscura y manchada por los años, descansaba flotante al ras de la tierra. Se decía que eran sellos de una prisión destinada a contener una criatura antigua, cuyo poder se rumoreaba devastador, pero hacía siglos que nadie había osado acercarse para confirmar las leyendas.

    Hace una semana, sin previo aviso, un incendio comenzó a arrasar el bosque con una furia desmedida. Las llamas, como bestias salvajes, devoraban todo a su paso mientras el cielo se oscurecía bajo una capa plomiza de ceniza. El viento traía consigo el olor de la destrucción, y los reinos circundantes comenzaron a alarmarse al ver cómo las partículas de ceniza cubrían sus campos y aldeas. Pero algo extraño ocurrió cuando el fuego alcanzó el epicentro: una luz dorada brilló momentáneamente debajo de la espada, y las llamas, voraces en todo lo demás, se detuvieron.

    En las próximas horas y días, los aldeanos lejanos comenzaron a hablar en susurros, sus historias llenas de miedo y advertencias. Decían que la criatura encerrada había despertado lo suficiente para proteger su prisión de ser destruida. Nadie sabía si aquello era un simple rumor o una advertencia verdadera de que el sello comenzaba a debilitarse. Entretanto, los gobernantes de los reinos, viendo las señales de destrucción desde la distancia, enviaron a sus mejores soldados a investigar. Los guerreros avanzaron cubiertos por una capa de ceniza, esperando encontrar un volcán o un pirómano que explicara el desastre, pero lo que hallaron fue algo mucho más inquietante.

    Se toparon con el árbol ancestral y solitario en medio de la desolación. El aire alrededor del árbol era denso, pesado, como si algo invisible estuviera observando desde las sombras. Ninguno de ellos había visto algo igual: Permanecía ileso, protegido por una fuerza misteriosa, mientras el resto del bosque había sido reducido a cenizas.

    Uno de los soldados, joven e imprudente, se adelantó hacia la espada misteriosa. Al extender su mano, una ráfaga de viento súbito lo hizo retroceder, moviendo los listones con una furia que no parecía natural. El capitán del grupo, más sabio y experimentado, ordenó detenerse. Comprendía que lo que enfrentaban no era un simple fenómeno natural, sino algo mucho más antiguo y peligroso. Las llamas habían respetado aquel lugar por una razón, y lo que yacía bajo la espada no debía ser despertado.

    Mientras los guerreros montaban guardia a gran distancia, esperando instrucciones de sus reinos, los rumores de la criatura aprisionada comenzaron a extenderse como la ceniza que aún flotaba en el aire. Los reyes y señores de las tierras cercanas deliberaban, divididos entre el temor y la ambición. Algunos creían que debían dejar el sello intacto, temerosos de desatar un mal imposible de controlar. Otros, seducidos por el poder que podría esconderse bajo el árbol, pensaban que era hora de tomar la espada y enfrentar el misterio que había permanecido oculto por tanto tiempo. El destino del reino pendía de un hilo, mientras la sombra de la criatura permanecía al acecho.

    En el corazón de la espesura, un roble se erguía entre los demás como un guardián olvidado, adornado con cientos de listones rojos que pendían de sus ramas desnudas. Bajo él, una espada antigua, oscura y manchada por los años, descansaba flotante al ras de la tierra. Se decía que eran sellos de una prisión destinada a contener una criatura antigua, cuyo poder se rumoreaba devastador, pero hacía siglos que nadie había osado acercarse para confirmar las leyendas. Hace una semana, sin previo aviso, un incendio comenzó a arrasar el bosque con una furia desmedida. Las llamas, como bestias salvajes, devoraban todo a su paso mientras el cielo se oscurecía bajo una capa plomiza de ceniza. El viento traía consigo el olor de la destrucción, y los reinos circundantes comenzaron a alarmarse al ver cómo las partículas de ceniza cubrían sus campos y aldeas. Pero algo extraño ocurrió cuando el fuego alcanzó el epicentro: una luz dorada brilló momentáneamente debajo de la espada, y las llamas, voraces en todo lo demás, se detuvieron. En las próximas horas y días, los aldeanos lejanos comenzaron a hablar en susurros, sus historias llenas de miedo y advertencias. Decían que la criatura encerrada había despertado lo suficiente para proteger su prisión de ser destruida. Nadie sabía si aquello era un simple rumor o una advertencia verdadera de que el sello comenzaba a debilitarse. Entretanto, los gobernantes de los reinos, viendo las señales de destrucción desde la distancia, enviaron a sus mejores soldados a investigar. Los guerreros avanzaron cubiertos por una capa de ceniza, esperando encontrar un volcán o un pirómano que explicara el desastre, pero lo que hallaron fue algo mucho más inquietante. Se toparon con el árbol ancestral y solitario en medio de la desolación. El aire alrededor del árbol era denso, pesado, como si algo invisible estuviera observando desde las sombras. Ninguno de ellos había visto algo igual: Permanecía ileso, protegido por una fuerza misteriosa, mientras el resto del bosque había sido reducido a cenizas. Uno de los soldados, joven e imprudente, se adelantó hacia la espada misteriosa. Al extender su mano, una ráfaga de viento súbito lo hizo retroceder, moviendo los listones con una furia que no parecía natural. El capitán del grupo, más sabio y experimentado, ordenó detenerse. Comprendía que lo que enfrentaban no era un simple fenómeno natural, sino algo mucho más antiguo y peligroso. Las llamas habían respetado aquel lugar por una razón, y lo que yacía bajo la espada no debía ser despertado. Mientras los guerreros montaban guardia a gran distancia, esperando instrucciones de sus reinos, los rumores de la criatura aprisionada comenzaron a extenderse como la ceniza que aún flotaba en el aire. Los reyes y señores de las tierras cercanas deliberaban, divididos entre el temor y la ambición. Algunos creían que debían dejar el sello intacto, temerosos de desatar un mal imposible de controlar. Otros, seducidos por el poder que podría esconderse bajo el árbol, pensaban que era hora de tomar la espada y enfrentar el misterio que había permanecido oculto por tanto tiempo. El destino del reino pendía de un hilo, mientras la sombra de la criatura permanecía al acecho.
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  • —No existen soldados "gordos",solo soldados con blindaje natural...


    —Lord Vader no esta en posición de despedir soldados de alto rango,ademas de que en el fondo apreciaba a todos sus soldados,les recordaba a los clones y a un viejo amigo—
    —No existen soldados "gordos",solo soldados con blindaje natural... —Lord Vader no esta en posición de despedir soldados de alto rango,ademas de que en el fondo apreciaba a todos sus soldados,les recordaba a los clones y a un viejo amigo—
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  • —Ha reconocido al supersoldado. Lo reconoceria en cualquier parte—
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  • ━━━━━━━━━━━⊱⋆⊰━━━━━━━━━━━━
    ◢✥𝐆azú✥◣

    ⟁Dejame contarte una historia...𓂀



    Los cuervos pregonaban la muerte desde las alturas del cielo, la negrura de las aguas manifestaban el sombrío abismo de su profundidad y la ciudad abandonada susurraba voces de lamentos mientras Gazú y su acompañante viajaban en el lago del misterio꧂

    ⟁Una vez... Una mujer se enamoro de un noble soldado, todos los dias ella visitaba este lago para pedirle a la luna que protegiera a su prometido cuando emprendía su camino hacia la guerra... Todos los días ella venía a rezar por su prometido, pedía que su amor fuera eterno y que jamás el tiempo lo empañe...𓂀

    Gazú hizo una pausa pues se escucho a lo lejos silbidos, quizás el viento o quizás fantasmas del pasado...

    ●▬▬▬「 ✦ Rol Libre ✦ 」▬▬▬ ●
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  • —Durante sus primeros dias como Lord Sith,Darth Vader utilizaba una nave Jedi modificada y de color Negro,Tambien en ese entonce,mucho antes de los reclutamientos de soldados,se utilizaban a Los Soldados Clon y las naves de La República para el recien nacido imperio—
    —Durante sus primeros dias como Lord Sith,Darth Vader utilizaba una nave Jedi modificada y de color Negro,Tambien en ese entonce,mucho antes de los reclutamientos de soldados,se utilizaban a Los Soldados Clon y las naves de La República para el recien nacido imperio—
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  • — Soy leyenda... soy capaz de sentir el flujo de la vida, he burlado a la muerte incontables veces, puedo convertir el plomo en oro, simples rocas en joyas... Fui médico, soldado, librero, profesor, ladrón y alquimista, fui invitado por reyes y emperadores... me conocían como El Alquimista... y ahora, soy todo tuyo, mon cher chiot. ♡—


    //Gracias por la imagen July. ♡
    — Soy leyenda... soy capaz de sentir el flujo de la vida, he burlado a la muerte incontables veces, puedo convertir el plomo en oro, simples rocas en joyas... Fui médico, soldado, librero, profesor, ladrón y alquimista, fui invitado por reyes y emperadores... me conocían como El Alquimista... y ahora, soy todo tuyo, mon cher chiot. ♡— //Gracias por la imagen July. ♡
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  • —Durante varios meses de arduo entrenamiento de todo tipo,Sirius empezaba a cuestionarse si queria seguir en esa Asociación,se sentia bastante manipulado ademas de sentirse realmente culpable por matar a varias personas a pesar de que eran criminales,paso de ser un simple hombre tranquilo a ser un soldado con Apatía por los sentimientos de otros—
    —Durante varios meses de arduo entrenamiento de todo tipo,Sirius empezaba a cuestionarse si queria seguir en esa Asociación,se sentia bastante manipulado ademas de sentirse realmente culpable por matar a varias personas a pesar de que eran criminales,paso de ser un simple hombre tranquilo a ser un soldado con Apatía por los sentimientos de otros—
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    [ Miquella: Puro y radiante, empuña el amor necesario para purificar los corazones de los hombres. No hay nada más aterrador que eso.]

    Miquella, al igual que su hermana gemela Malenia, nació afligido. Mientras que Malenia nació con la putrefacción roja en su interior, Miquella fue maldecido con el cuerpo de un niño perpetuamente joven. Los gemelos estaban muy unidos, y Malenia se convertiría en la espada y protectora juramentada de su hermano, mientras Miquella trabajaba incansablemente para tratar de deshacer las maldiciones con las que ambos habían nacido. Hizo una promesa a Malenia, quien lo consideraba el Empíreo más temible.Se decía que Miquella era amado por muchas personas, y que tenía la capacidad de obtener el afecto de los demás.
    Como Empíreo, Miquella fue elegido por sus propios Dos Dedos como un posible candidato para suceder a la Reina Márika como la nueva deidad de la era venidera. Era un adherente del fundamentalismo de la Orden Dorada, y desarrolló nuevos encantamientos como obsequios para su padre Radagon.Sin embargo, Miquella abandonó el fundamentalismo cuando descubrió que no podía tratar la putrefacción de Malenia. Fue entonces cuando comenzó a crear oro inmaculado. Lo usó para fabricar agujas que podían evitar la intromisión de los dioses exteriores y así prevenir la putrefacción incurable de Malenia, y más tarde incluso se usarían para someter el poder de la Llama Frenética. También intentó sin éxito encontrar una solución para su hermanastro Godwyn y su estado de muerte incompleta.
    En algún punto, Miquella comenzó a regar un retoño con su propia sangre con la esperanza de que se convirtiera en un nuevo Árbol Áureo.El retoño fue cultivado en la parte superior de la fortaleza de Elphael y fue conocido como Árbol Hierático. Los soldados y caballeros que habían jurado proteger el Árbol Hierático usaron oro inmaculado como símbolo de su lealtad y devoción a Miquella, usando coronas hechas del metal y creando escudos incrustados con él. A su vez, se decía que Miquella bendecía a los caídos y mansos.El Árbol Hierático se convirtió en un refugio escondido, y una mejor oportunidad de salvación para muchos de los perseguidos y los no deseados en las Tierras Intermedias, como los albinaúricos.

    A medida que Miquella ascendiera más cerca de la divinidad como Empíreo, pronto desearía tomar a su medio hermano, el General Radahn, como rey consorte. Hizo un juramento con Radahn, donde Radahn se convertiría en su consorte y, a cambio, Miquella tendría que cumplir una parte no especificada del juramento. Durante la Devastación, Malenia y Radahn se enfrentaron, con Malenia desatando su Aeonia carmesí en la culminación del combate. Mientras la flor putrefacta florecía, Malenia susurró al oído de Radahn: "Miquella te aguarda, oh, consorte prometido." Después de la batalla, Malenia quedó en coma, y una de sus caballeras la llevó de regreso al Árbol Hierático. Radahn sobrevivió a la batalla, pero su mente fue destruida y quedó vagando por el campo de batalla, devorando los cadáveres de amigos y enemigos por igual, hasta que El Sinluz finalmente lo venció en combate.
    Miquella se incrustó en el Árbol Hierático, pero antes de que pudiera terminar este proceso, su árbol fue cortado y Miquella secuestrado.Su captor no era otro que su medio hermano Mohg, que había obtenido el poder de un dios exterior conocido como la Madre Informe. Mohg tomó la forma infante del Empíreo durmiente y lo llevó hacia las profundidades subterráneas, y luego intentó convertirlo en una divinidad de pleno derecho, con la esperanza de convertirse en su consorte, crear una nueva dinastía y asumir el papel de monarca.Haría que sus seguidores hicieran ofrendas de sangre y empaparan la crisálida de Miquella para facilitar su despertar.A pesar de todos los esfuerzos de Mohg, sin importar cuánto trató de compartir con él su alcoba sangrienta, Miquella permaneció completamente indiferente.En realidad, Miquella había colocado un encantamiento sobre Mohg, deseando usar al augurio para obtener acceso al Reino de las Sombras y usar su cadáver como recipiente para su rey consorte.Sir Ansbach, un caballero de sangre pura al servicio de Mohg, intentó liberar a su señor desafiando a Miquella, sólo para sucumbir a uno de los encantamientos del Empíreo.
    Con la ausencia de Miquella, su Árbol Hierático se deformó horriblemente y se convirtió en una cáscara.Los soldados del Árbol Hierático y Malenia esperaron desesperadamente el regreso de Miquella al árbol podrido.
    [ Miquella: Puro y radiante, empuña el amor necesario para purificar los corazones de los hombres. No hay nada más aterrador que eso.] Miquella, al igual que su hermana gemela Malenia, nació afligido. Mientras que Malenia nació con la putrefacción roja en su interior, Miquella fue maldecido con el cuerpo de un niño perpetuamente joven. Los gemelos estaban muy unidos, y Malenia se convertiría en la espada y protectora juramentada de su hermano, mientras Miquella trabajaba incansablemente para tratar de deshacer las maldiciones con las que ambos habían nacido. Hizo una promesa a Malenia, quien lo consideraba el Empíreo más temible.Se decía que Miquella era amado por muchas personas, y que tenía la capacidad de obtener el afecto de los demás. Como Empíreo, Miquella fue elegido por sus propios Dos Dedos como un posible candidato para suceder a la Reina Márika como la nueva deidad de la era venidera. Era un adherente del fundamentalismo de la Orden Dorada, y desarrolló nuevos encantamientos como obsequios para su padre Radagon.Sin embargo, Miquella abandonó el fundamentalismo cuando descubrió que no podía tratar la putrefacción de Malenia. Fue entonces cuando comenzó a crear oro inmaculado. Lo usó para fabricar agujas que podían evitar la intromisión de los dioses exteriores y así prevenir la putrefacción incurable de Malenia, y más tarde incluso se usarían para someter el poder de la Llama Frenética. También intentó sin éxito encontrar una solución para su hermanastro Godwyn y su estado de muerte incompleta. En algún punto, Miquella comenzó a regar un retoño con su propia sangre con la esperanza de que se convirtiera en un nuevo Árbol Áureo.El retoño fue cultivado en la parte superior de la fortaleza de Elphael y fue conocido como Árbol Hierático. Los soldados y caballeros que habían jurado proteger el Árbol Hierático usaron oro inmaculado como símbolo de su lealtad y devoción a Miquella, usando coronas hechas del metal y creando escudos incrustados con él. A su vez, se decía que Miquella bendecía a los caídos y mansos.El Árbol Hierático se convirtió en un refugio escondido, y una mejor oportunidad de salvación para muchos de los perseguidos y los no deseados en las Tierras Intermedias, como los albinaúricos. A medida que Miquella ascendiera más cerca de la divinidad como Empíreo, pronto desearía tomar a su medio hermano, el General Radahn, como rey consorte. Hizo un juramento con Radahn, donde Radahn se convertiría en su consorte y, a cambio, Miquella tendría que cumplir una parte no especificada del juramento. Durante la Devastación, Malenia y Radahn se enfrentaron, con Malenia desatando su Aeonia carmesí en la culminación del combate. Mientras la flor putrefacta florecía, Malenia susurró al oído de Radahn: "Miquella te aguarda, oh, consorte prometido." Después de la batalla, Malenia quedó en coma, y una de sus caballeras la llevó de regreso al Árbol Hierático. Radahn sobrevivió a la batalla, pero su mente fue destruida y quedó vagando por el campo de batalla, devorando los cadáveres de amigos y enemigos por igual, hasta que El Sinluz finalmente lo venció en combate. Miquella se incrustó en el Árbol Hierático, pero antes de que pudiera terminar este proceso, su árbol fue cortado y Miquella secuestrado.Su captor no era otro que su medio hermano Mohg, que había obtenido el poder de un dios exterior conocido como la Madre Informe. Mohg tomó la forma infante del Empíreo durmiente y lo llevó hacia las profundidades subterráneas, y luego intentó convertirlo en una divinidad de pleno derecho, con la esperanza de convertirse en su consorte, crear una nueva dinastía y asumir el papel de monarca.Haría que sus seguidores hicieran ofrendas de sangre y empaparan la crisálida de Miquella para facilitar su despertar.A pesar de todos los esfuerzos de Mohg, sin importar cuánto trató de compartir con él su alcoba sangrienta, Miquella permaneció completamente indiferente.En realidad, Miquella había colocado un encantamiento sobre Mohg, deseando usar al augurio para obtener acceso al Reino de las Sombras y usar su cadáver como recipiente para su rey consorte.Sir Ansbach, un caballero de sangre pura al servicio de Mohg, intentó liberar a su señor desafiando a Miquella, sólo para sucumbir a uno de los encantamientos del Empíreo. Con la ausencia de Miquella, su Árbol Hierático se deformó horriblemente y se convirtió en una cáscara.Los soldados del Árbol Hierático y Malenia esperaron desesperadamente el regreso de Miquella al árbol podrido.
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  • Parte 1 ||• Confesión
    Fandom Crossover
    Categoría Fantasía
    Lúthien O Lórien

    No sabía con certeza cuánto tiempo llevaba atrapada entre aquellas cuatro paredes, pues apenas entraba algo de luz más allá de la necesaria para ver a más de tres palmos de distancia gracias a un candelabro .Bajo su luz cálida aunque tenue , que aún pugnaba por mantenerse en pie,la Madre Confesora andaba de un lado a otro de la estancia como un animal enjaulado en busca de cualquier indicio posible de una salida. Si la había, en ese momento fue incapaz de hallarla.
    Días atrás una de las cuadrillas de Rahl había logrado dar con ella además de Chase, Zedd y Brophy.
    No habían sido cuatro, como acostumbraban a ser , si no dos. Dos hombres de marcados rasgos Daharianos que no llevaban más armas que un puñal.
    Ambos habían intercambiado una mirada silente, más propia de un autómata que de una persona de carne y hueso. No hubo forcejeo, ni siquiera combate alguno. Sólo silencio, uno que bien hubiera podido cortarse con el filo de una espada , interrumpido por los aullidos lastimeros de Brophy. A ese silencio se le sumó una espesa neblina de un tono verdoso que reconoció y palabras pronunciadas en un idioma que desconocía.
    Después, todo fue confuso. Chase trató de encararse a aquellos hombres con su hacha, Zedd intentó en vano invocar el fuego de mago, y , en cuanto a ella, su cuerpo se negaba a responder, atrapado en algún tipo de red mágica antes de que el mundo empezara a girar, descontrolado, hasta sumirse en una profunda oscuridad.
    Cuando despertó y empezó a recobrar la conciencia, fue llevada ante su verdugo.
    -¿ Qué es lo que quieres de mí?- Consiguió preguntar finalmente, con una expresión carente de emoción y voz neutra cuando su mirada se topó con los ojos de Rahl el Oscuro.
    - A tí, en todos los sentidos.- Fue la respuesta de su captor mientras con un dedo humedecido se atusaba las pobladas cejas y un gesto que dejaba claro que estaba saboreando cada segundo de aquella pequeña victoria adornaba su rostro impoluto.
    - Me encontrarán. Tienes enemigos muy poderosos, tus días están contados. Tu reinado acabará pronto.
    - Tu Buscador y tu mago están muertos, Confesora. Yo que tú ni lo intentaría.- La voz de Rahl era calma, la clase de calma que siempre precede a la mayor de las tormentas. Dió un paso para quedar frente a ella, haciendo que la larga capa que portaba de un vivo color rojo y ricas sedas se arremolinara alrededor de los tobillos. Era la clase de imagen que aún después de mucho tiempo se te queda grabada en la retina. La imagen de un asesino , se dijo.
    - ¿ Por qué tendría que creer nada de lo que salga por tu boca?- Apuntó, haciendo acopio de un coraje que, por el momento, seguía intacto.
    - Porque ahora mismo sólo quedas tú para defender vuestra causa perdida, y cuando logre mi objetivo necesitaré a la Madre Confesora a mi lado.
    - No seré tu títere.
    - Piensa si de verdad merece la pena arriesgar tanto por algo que estaba destinado a fracasar.- En aquellas palabras Kahlan supo que había mucho más. Con Rahl nunca nada sucedía por casualidad.
    A pesar de no haber coincidido personalmente en un mismo espacio, además de su dominio de la magia del inframundo, la habilidad para las artes del engaño y la manipulación del Oscuro era algo que en la resistencia llevaba un tiempo resonando. Eso era lo más peligroso.
    - ¿ Dónde están?- Si bien en su rostro no se reflejaba nada en absoluto, su mandíbula estaba tensa, rígida.
    - Te creía más inteligente.- Había cierta sorna en la voz de Rahl.- Ya te lo he dicho ; están muertos, ya poco importa lo que haya podido pasarles. Cuanto antes lo aceptes ,más fácil será para tí. Igual que lo fue para ellos y para tu querida hermanita aceptar su destino.- Por segunda vez las palabras de su interlocutor despertaron algo en ella que no le era desconocido, pero que desde edad temprana se había asegurado de mantener a buen recaudo bajo capas y capas de contención, autocontrol y cortesía para que no saliera a flote salvo cuando era estrictamente necesario : rabia, ira, odio y el deseo de acabar de una vez por todas con la causa de aquel horror y sufrimiento.
    Primero habían sido Denee y el resto de confesoras, después el ataque a la Gente Barro que durante un tiempo había sido lo más cercano a un hogar,luego Richard y Zedd....." Sólo recordaré que lo amaba y que nunca pude decírselo",pensó. Todas aquellas perdidas habían sido motivadas y causadas por un único hombre al que había jurado destruir ante el cuerpo malherido de su querida Denee.

    - No caerá esa breva....- Primera Norma de un mago, se recordó. Un pequeño rayo de esperanza alumbraba la inminente bruma que amenazaba con engullirla.
    - ¿ Por qué no me miras a los ojos y lo compruebas tú misma?,¿ Acaso lo sucedido en el Molino de Horner no fue suficiente advertencia?

    Antes de que pudiera reaccionar, antes de que tales emociones rasgaran siquiera la superficie, con un gesto alzando la mano,un soldado con una R grabada en el pecho cerró un collar sencillo , liso y frío al tacto alrededor de su cuello mientras otros dos trataban de sostenerla. El susodicho collar envió una pequeña descarga desde el cuello al resto de cuerpo haciendo que cayera de hinojos.
    - En estos momentos mis hombres podrían estar marchando en dirección a Aydindril. Será cuestión de tiempo que caiga en mis manos, pero todo depende de que tomes la decisión correcta.- Ambos brazos de Rahl reposaban con desesperante tranquilidad cruzados sobre su pecho. El hombretón a su espalda le alzó de las muñecas, y ella se mantuvo lo más erguida posible, los hombros rectos y la cabeza alzada, algo que pareció divertir al Oscuro.- Seré generoso. Voy a darte de plazo hasta el primer día de invierno para que puedas reflexionar. Porque entonces,lo quieras o no, tendrás que colaborar. Prefiero hacerlo en buenos términos.- Tres semanas, ese era todo el tiempo que disponía para poder pensar en una manera de salir con vida de allí ... Y de acabar con él.
    El soldado presionó su espalda con el mango de la daga para que empezara a caminar. Rahl la llamo.- Y no te preocupes, tendrás todas las comodidades a las que una confesora está acostumbrada. No te llevaré a mi alcoba ni te pondré un dedo encima a menos que tú me lo pidas.- No respondió. De tanto apretar los puños los nudillos se habían tornado blanquecinos.- Espero que tu estancia aquí sea placentera, tal vez se prolongue.
    Rahl hizo un gesto con la mano para que la sacaran de la sala de Peticionarios del Palacio del pueblo, y tanto ella como el soldado Dahariano desaparecieron en el complejo laberinto que era el enclave hasta la habitación en la que ahora se hallaba.
    De eso habían pasado cuatro días , o eso había calculado gracias a las idas y venidas de las sirvientas que le traían la bandeja con la comida,pero ella se negaba a probar bocado. Se negaba a aceptar nada que viniera de él.
    La habitación se encontraba en una de las esquinas más alejadas del palacio, sin ventanas, y,para más inri ,dos Mord-sith custodiaban la puerta día y noche, así que debía buscar otros métodos.
    Al cuarto día la oportunidad se le presentó cuando al caer la noche la sirvienta de turno ( que nunca era la misma para que no pudiera establecer ningún vínculo) vino a traerle algo de asado, un pedazo de pan de centeno y agua. El plato, aserradero ligeramente en el borde ,era de un material lo suficiente flexible para ,que al doblarlo, pudiera improvisar un arma lo suficiente filosa para poderla clavar en el cuello del próximo guardia que se cruzara en su camino o al propio Rahl.
    La idea,en su desesperación ,fue tomando forma de tal manera que volcó el asado , se quedó sólo con el plato y poco a poco comenzó a doblarlo hasta crear una especie de hoja, tarea que la mantuvo ocupada durante unas horas en el silencio del zulo, hasta que la puerta se abrió con un chirrido estridente. Por ella apareció una Mord-Sith ataviada con su traje de cuero rojo, lo que hizo que su cuerpo se tensara al saber lo que eso significaba, pero lejos de realizar cualquier movimiento que indicara ataque o amenaza, la mujer se limitó a observar, con la espalda recostada sobre el marco de la puerta, los intimidantes ojos azules fijos en ella.- Lord Rahl os ha hecho llamar.- Anunció con voz fría. A una señal, el hombretón encargado de transladarla hasta allí, la obligó a levantarse. Dió gracias a que había sido lo suficiente rápida como para guardar el arma bajo la almohada de la cama cochambrosa que le había sido asignada.
    Sin intercambiar palabra, los tres se adentraron en el laberinto de habitaciones y salas , y, esta vez, fue escoltada hasta el Jardín de la Vida, donde Rahl aguardaba. No llevaba su habitual traje de terciopelo rojo e hilos dorados, sino una túnica de un impecable tono blanco que resaltaba sus facciones . Una sonrisa ladina adornaba sus labios. Junto a él, de pie y con una expresión que no supo descifrar, se encontraba una mujer cuyos rasgos no se correspondían con los comunes de la Tierra Central, aunque a juzgar por los largos cabellos era más que evidente que se trataba de alguien importante.- Madre Confesora, os presento a la futura Lady Rahl.
    [LuthienOfLorien] No sabía con certeza cuánto tiempo llevaba atrapada entre aquellas cuatro paredes, pues apenas entraba algo de luz más allá de la necesaria para ver a más de tres palmos de distancia gracias a un candelabro .Bajo su luz cálida aunque tenue , que aún pugnaba por mantenerse en pie,la Madre Confesora andaba de un lado a otro de la estancia como un animal enjaulado en busca de cualquier indicio posible de una salida. Si la había, en ese momento fue incapaz de hallarla. Días atrás una de las cuadrillas de Rahl había logrado dar con ella además de Chase, Zedd y Brophy. No habían sido cuatro, como acostumbraban a ser , si no dos. Dos hombres de marcados rasgos Daharianos que no llevaban más armas que un puñal. Ambos habían intercambiado una mirada silente, más propia de un autómata que de una persona de carne y hueso. No hubo forcejeo, ni siquiera combate alguno. Sólo silencio, uno que bien hubiera podido cortarse con el filo de una espada , interrumpido por los aullidos lastimeros de Brophy. A ese silencio se le sumó una espesa neblina de un tono verdoso que reconoció y palabras pronunciadas en un idioma que desconocía. Después, todo fue confuso. Chase trató de encararse a aquellos hombres con su hacha, Zedd intentó en vano invocar el fuego de mago, y , en cuanto a ella, su cuerpo se negaba a responder, atrapado en algún tipo de red mágica antes de que el mundo empezara a girar, descontrolado, hasta sumirse en una profunda oscuridad. Cuando despertó y empezó a recobrar la conciencia, fue llevada ante su verdugo. -¿ Qué es lo que quieres de mí?- Consiguió preguntar finalmente, con una expresión carente de emoción y voz neutra cuando su mirada se topó con los ojos de Rahl el Oscuro. - A tí, en todos los sentidos.- Fue la respuesta de su captor mientras con un dedo humedecido se atusaba las pobladas cejas y un gesto que dejaba claro que estaba saboreando cada segundo de aquella pequeña victoria adornaba su rostro impoluto. - Me encontrarán. Tienes enemigos muy poderosos, tus días están contados. Tu reinado acabará pronto. - Tu Buscador y tu mago están muertos, Confesora. Yo que tú ni lo intentaría.- La voz de Rahl era calma, la clase de calma que siempre precede a la mayor de las tormentas. Dió un paso para quedar frente a ella, haciendo que la larga capa que portaba de un vivo color rojo y ricas sedas se arremolinara alrededor de los tobillos. Era la clase de imagen que aún después de mucho tiempo se te queda grabada en la retina. La imagen de un asesino , se dijo. - ¿ Por qué tendría que creer nada de lo que salga por tu boca?- Apuntó, haciendo acopio de un coraje que, por el momento, seguía intacto. - Porque ahora mismo sólo quedas tú para defender vuestra causa perdida, y cuando logre mi objetivo necesitaré a la Madre Confesora a mi lado. - No seré tu títere. - Piensa si de verdad merece la pena arriesgar tanto por algo que estaba destinado a fracasar.- En aquellas palabras Kahlan supo que había mucho más. Con Rahl nunca nada sucedía por casualidad. A pesar de no haber coincidido personalmente en un mismo espacio, además de su dominio de la magia del inframundo, la habilidad para las artes del engaño y la manipulación del Oscuro era algo que en la resistencia llevaba un tiempo resonando. Eso era lo más peligroso. - ¿ Dónde están?- Si bien en su rostro no se reflejaba nada en absoluto, su mandíbula estaba tensa, rígida. - Te creía más inteligente.- Había cierta sorna en la voz de Rahl.- Ya te lo he dicho ; están muertos, ya poco importa lo que haya podido pasarles. Cuanto antes lo aceptes ,más fácil será para tí. Igual que lo fue para ellos y para tu querida hermanita aceptar su destino.- Por segunda vez las palabras de su interlocutor despertaron algo en ella que no le era desconocido, pero que desde edad temprana se había asegurado de mantener a buen recaudo bajo capas y capas de contención, autocontrol y cortesía para que no saliera a flote salvo cuando era estrictamente necesario : rabia, ira, odio y el deseo de acabar de una vez por todas con la causa de aquel horror y sufrimiento. Primero habían sido Denee y el resto de confesoras, después el ataque a la Gente Barro que durante un tiempo había sido lo más cercano a un hogar,luego Richard y Zedd....." Sólo recordaré que lo amaba y que nunca pude decírselo",pensó. Todas aquellas perdidas habían sido motivadas y causadas por un único hombre al que había jurado destruir ante el cuerpo malherido de su querida Denee. - No caerá esa breva....- Primera Norma de un mago, se recordó. Un pequeño rayo de esperanza alumbraba la inminente bruma que amenazaba con engullirla. - ¿ Por qué no me miras a los ojos y lo compruebas tú misma?,¿ Acaso lo sucedido en el Molino de Horner no fue suficiente advertencia? Antes de que pudiera reaccionar, antes de que tales emociones rasgaran siquiera la superficie, con un gesto alzando la mano,un soldado con una R grabada en el pecho cerró un collar sencillo , liso y frío al tacto alrededor de su cuello mientras otros dos trataban de sostenerla. El susodicho collar envió una pequeña descarga desde el cuello al resto de cuerpo haciendo que cayera de hinojos. - En estos momentos mis hombres podrían estar marchando en dirección a Aydindril. Será cuestión de tiempo que caiga en mis manos, pero todo depende de que tomes la decisión correcta.- Ambos brazos de Rahl reposaban con desesperante tranquilidad cruzados sobre su pecho. El hombretón a su espalda le alzó de las muñecas, y ella se mantuvo lo más erguida posible, los hombros rectos y la cabeza alzada, algo que pareció divertir al Oscuro.- Seré generoso. Voy a darte de plazo hasta el primer día de invierno para que puedas reflexionar. Porque entonces,lo quieras o no, tendrás que colaborar. Prefiero hacerlo en buenos términos.- Tres semanas, ese era todo el tiempo que disponía para poder pensar en una manera de salir con vida de allí ... Y de acabar con él. El soldado presionó su espalda con el mango de la daga para que empezara a caminar. Rahl la llamo.- Y no te preocupes, tendrás todas las comodidades a las que una confesora está acostumbrada. No te llevaré a mi alcoba ni te pondré un dedo encima a menos que tú me lo pidas.- No respondió. De tanto apretar los puños los nudillos se habían tornado blanquecinos.- Espero que tu estancia aquí sea placentera, tal vez se prolongue. Rahl hizo un gesto con la mano para que la sacaran de la sala de Peticionarios del Palacio del pueblo, y tanto ella como el soldado Dahariano desaparecieron en el complejo laberinto que era el enclave hasta la habitación en la que ahora se hallaba. De eso habían pasado cuatro días , o eso había calculado gracias a las idas y venidas de las sirvientas que le traían la bandeja con la comida,pero ella se negaba a probar bocado. Se negaba a aceptar nada que viniera de él. La habitación se encontraba en una de las esquinas más alejadas del palacio, sin ventanas, y,para más inri ,dos Mord-sith custodiaban la puerta día y noche, así que debía buscar otros métodos. Al cuarto día la oportunidad se le presentó cuando al caer la noche la sirvienta de turno ( que nunca era la misma para que no pudiera establecer ningún vínculo) vino a traerle algo de asado, un pedazo de pan de centeno y agua. El plato, aserradero ligeramente en el borde ,era de un material lo suficiente flexible para ,que al doblarlo, pudiera improvisar un arma lo suficiente filosa para poderla clavar en el cuello del próximo guardia que se cruzara en su camino o al propio Rahl. La idea,en su desesperación ,fue tomando forma de tal manera que volcó el asado , se quedó sólo con el plato y poco a poco comenzó a doblarlo hasta crear una especie de hoja, tarea que la mantuvo ocupada durante unas horas en el silencio del zulo, hasta que la puerta se abrió con un chirrido estridente. Por ella apareció una Mord-Sith ataviada con su traje de cuero rojo, lo que hizo que su cuerpo se tensara al saber lo que eso significaba, pero lejos de realizar cualquier movimiento que indicara ataque o amenaza, la mujer se limitó a observar, con la espalda recostada sobre el marco de la puerta, los intimidantes ojos azules fijos en ella.- Lord Rahl os ha hecho llamar.- Anunció con voz fría. A una señal, el hombretón encargado de transladarla hasta allí, la obligó a levantarse. Dió gracias a que había sido lo suficiente rápida como para guardar el arma bajo la almohada de la cama cochambrosa que le había sido asignada. Sin intercambiar palabra, los tres se adentraron en el laberinto de habitaciones y salas , y, esta vez, fue escoltada hasta el Jardín de la Vida, donde Rahl aguardaba. No llevaba su habitual traje de terciopelo rojo e hilos dorados, sino una túnica de un impecable tono blanco que resaltaba sus facciones . Una sonrisa ladina adornaba sus labios. Junto a él, de pie y con una expresión que no supo descifrar, se encontraba una mujer cuyos rasgos no se correspondían con los comunes de la Tierra Central, aunque a juzgar por los largos cabellos era más que evidente que se trataba de alguien importante.- Madre Confesora, os presento a la futura Lady Rahl.
    Tipo
    Individual
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  • —Joseph se puso a la cabeza del ejercito de la A.A.M,Y junto a ellos se avecinaba otro ejercito mas,con un hombre y dos mujeres a su lado encabezandolos,Cuando el momento llegó todos empezaron a luchar,El Ejercito de Michael no era muy bueno,asi que fueron diezmados con bastante facilidad,el problema fue la Legion 501,quienes estaban bien armados y preparados para una guerra masiva,Joseph vio como el hombre lider y ambas mujeres se adentraban al templo,por lo que el hizo lo mismo.
    Joseph entro pero fue retenido por varios soldados pesados que hicieron su tarea muy complicada,para su suerte,Llegaron algunos Nexus que lo ayudaron a entrar a la sala principal,Encontrando el cuerpo de Michael semi-muerto en el suelo,perdiendo sangre,Joseph se acerco y vio a su hijo—



    —Hola Campeon...


    "J-Justo a q-quien q-quiera ver..."


    —Que gracioso,se suponia que tu me verias morir primero...


    "P-Pudrete..."


    —Joseph lo escupe,viendo como la vida de su propio hijo se desvanecia—


    —Francamente no se que hice para que seas asi...yo y tu madre te criamos con amor...te dimos calor,comida,ropa...quizas,la vida solo te quizo asi...


    "Q-Quizas....la v-vida hizo q-que todos tus p-pecados se p-personifiquen en m-mi"


    —Y asi Michael murio enfrente de el,Joseph solo tenia satisfacción por dos cosas: habia vengado a sus amigos y podria volver a casa,se sentia satisfecho porque el no lo mato y no tendria que vivir con la culpa—
    —Joseph se puso a la cabeza del ejercito de la A.A.M,Y junto a ellos se avecinaba otro ejercito mas,con un hombre y dos mujeres a su lado encabezandolos,Cuando el momento llegó todos empezaron a luchar,El Ejercito de Michael no era muy bueno,asi que fueron diezmados con bastante facilidad,el problema fue la Legion 501,quienes estaban bien armados y preparados para una guerra masiva,Joseph vio como el hombre lider y ambas mujeres se adentraban al templo,por lo que el hizo lo mismo. Joseph entro pero fue retenido por varios soldados pesados que hicieron su tarea muy complicada,para su suerte,Llegaron algunos Nexus que lo ayudaron a entrar a la sala principal,Encontrando el cuerpo de Michael semi-muerto en el suelo,perdiendo sangre,Joseph se acerco y vio a su hijo— —Hola Campeon... "J-Justo a q-quien q-quiera ver..." —Que gracioso,se suponia que tu me verias morir primero... "P-Pudrete..." —Joseph lo escupe,viendo como la vida de su propio hijo se desvanecia— —Francamente no se que hice para que seas asi...yo y tu madre te criamos con amor...te dimos calor,comida,ropa...quizas,la vida solo te quizo asi... "Q-Quizas....la v-vida hizo q-que todos tus p-pecados se p-personifiquen en m-mi" —Y asi Michael murio enfrente de el,Joseph solo tenia satisfacción por dos cosas: habia vengado a sus amigos y podria volver a casa,se sentia satisfecho porque el no lo mato y no tendria que vivir con la culpa—
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