• Probablemente cuando vuelvas, ya no me encuentres atractivo, tal vez hasta sientas incomodidad de lo que soy ahora.

    Pero me aferro, me aferro a que volverás, a que si todo esto acabó, me lo dirás de frente y viéndome a los ojos; porque solo así, aceptaré que todo esto terminó y no, no te odiaré, te seguiré amando, en silencio, a la distancia, sin molestarte, pero te seguiré amando, porque tú, y solo tú Claus; eres el amor de mi vida.
    Probablemente cuando vuelvas, ya no me encuentres atractivo, tal vez hasta sientas incomodidad de lo que soy ahora. Pero me aferro, me aferro a que volverás, a que si todo esto acabó, me lo dirás de frente y viéndome a los ojos; porque solo así, aceptaré que todo esto terminó y no, no te odiaré, te seguiré amando, en silencio, a la distancia, sin molestarte, pero te seguiré amando, porque tú, y solo tú Claus; eres el amor de mi vida.
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • "..."

    -¡Groar!

    Por instinto, por acto reflejo o quien sabe porqué, sin embargo, el ver su brazo desprendido del resto de su cuerpo solo le encoleriza aun más al Warframe quien usa su propio brazo como látigo para romper la cabeza del artillero, luego a los asistente del cañón desconocido que han utilizado.

    Usa un salto bala luego de matar a los operadores de ese artefacto, para llegar a la boca del cañón y exhala su aliento de arcos eléctricos hacia el interior coincidiendo por mera casualidad con el descenso de un rayo sobre su propio cuerpo que solo potencia el daño de su aliento eléctrico.

    Posteriormente, se deja caer, para contemplar en pleno descenso la destrucción del cañón como de la tormenta de ese cielo Corpus que está alterando sus artefactos y maquinaria bélica.

    El cañón desafortunadamente, se desploma y su cuerpo principal cae justamente sobre donde Chroma también impactará contra el suelo.

    "Un sábado cualquiera, eh?" A Hayden le arde uno de sus brazos, el dolor que implica un miembro cercenado a la fuerza es algo que espera no volver a experimentar.
    "..." -¡Groar! Por instinto, por acto reflejo o quien sabe porqué, sin embargo, el ver su brazo desprendido del resto de su cuerpo solo le encoleriza aun más al Warframe quien usa su propio brazo como látigo para romper la cabeza del artillero, luego a los asistente del cañón desconocido que han utilizado. Usa un salto bala luego de matar a los operadores de ese artefacto, para llegar a la boca del cañón y exhala su aliento de arcos eléctricos hacia el interior coincidiendo por mera casualidad con el descenso de un rayo sobre su propio cuerpo que solo potencia el daño de su aliento eléctrico. Posteriormente, se deja caer, para contemplar en pleno descenso la destrucción del cañón como de la tormenta de ese cielo Corpus que está alterando sus artefactos y maquinaria bélica. El cañón desafortunadamente, se desploma y su cuerpo principal cae justamente sobre donde Chroma también impactará contra el suelo. "Un sábado cualquiera, eh?" A Hayden le arde uno de sus brazos, el dolor que implica un miembro cercenado a la fuerza es algo que espera no volver a experimentar.
    0 turnos 0 maullidos
  • ꧁•⊹٭—٭⊹•꧂ Vaya, me encanta ver como a mis fans les divierte escuchar mi música, sin duda somos el mejor equipo Kpop con mis amigas Rumi y Mira, aunque sigo sin conocer a muchas persona.

    — Zoey Dijo mientras una vez terminó su canción y su presentación dirigiéndose a su camerino y por un momento saliendo de ahí a tomar un poco de aire así despejar su mente..
    ꧁•⊹٭—٭⊹•꧂ Vaya, me encanta ver como a mis fans les divierte escuchar mi música, sin duda somos el mejor equipo Kpop con mis amigas Rumi y Mira, aunque sigo sin conocer a muchas persona. — Zoey Dijo mientras una vez terminó su canción y su presentación dirigiéndose a su camerino y por un momento saliendo de ahí a tomar un poco de aire así despejar su mente..
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • La calle se tiñe de rojo bajo la mirada fija del semáforo. Encorvada dentro del coche blanco, una pierna extendida hacia el pavimento húmedo y tacones brillando como si fueran balas recién cargadas. La chapa turca “EDC 57” refleja el pasado que creía olvidado.

    “La bailarina se ensucia los pies. ¿Estás lista para la última posición?” -Me preguntan del control. No respondo. Del maletero cerrado llegan ecos metálicos,como si algo dentro pidiera salir. En mis manos, la daga curvada que usó en Viena. A mí lado, el conductor está inconsciente, con los ojos abiertos, pero sin alma. El coche está a mitad de la huida, y yo, en medio del segundo acto.

    «Эта машина — моя сцена. И сегодня аплодирует только кровь».

    Una sombra se mueve en la fachada del edificio de enfrente: Zurafaya Güven. Un antiguo refugio, ahora un punto de vigilancia. El letrero apenas se sostiene...

    Aprieto el botón secreto debajo del tablero. El asiento trasero se desliza y revela una pequeña caja con una inscripción grabada: “Ne oublie.”

    No hay tiempo para recordar. Solo para terminar la función.
    La calle se tiñe de rojo bajo la mirada fija del semáforo. Encorvada dentro del coche blanco, una pierna extendida hacia el pavimento húmedo y tacones brillando como si fueran balas recién cargadas. La chapa turca “EDC 57” refleja el pasado que creía olvidado. “La bailarina se ensucia los pies. ¿Estás lista para la última posición?” -Me preguntan del control. No respondo. Del maletero cerrado llegan ecos metálicos,como si algo dentro pidiera salir. En mis manos, la daga curvada que usó en Viena. A mí lado, el conductor está inconsciente, con los ojos abiertos, pero sin alma. El coche está a mitad de la huida, y yo, en medio del segundo acto. «Эта машина — моя сцена. И сегодня аплодирует только кровь». Una sombra se mueve en la fachada del edificio de enfrente: Zurafaya Güven. Un antiguo refugio, ahora un punto de vigilancia. El letrero apenas se sostiene... Aprieto el botón secreto debajo del tablero. El asiento trasero se desliza y revela una pequeña caja con una inscripción grabada: “Ne oublie.” No hay tiempo para recordar. Solo para terminar la función.
    Me gusta
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • Hoy es día de peregrinación, quien desea ser el afortunado al que lleve al cielo sin salir de la tierra ?

    -juega con la camandula que le pusieron para exterminarlo aunque no le hizo gran cosa más que un leve enrojecimiento en dónde el objeto rozaba su piel -
    Hoy es día de peregrinación, quien desea ser el afortunado al que lleve al cielo sin salir de la tierra ? -juega con la camandula que le pusieron para exterminarlo aunque no le hizo gran cosa más que un leve enrojecimiento en dónde el objeto rozaba su piel -
    1 turno 0 maullidos
  • Bienvenidos a la gira mundial de Pentakill
    Fandom League of legends
    Categoría Otros
    Starter para: Hwei El Visionario

    Pronto comenzaría la gira mundial de 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, el grupo de música metal en el que Sona era la dama de las cuerdas, aquella que se encargaba de que las melodías sonasen tenebrosas y duras acompañando a la voz del solista, Karthus.

    Aunque Sona tenía un pequeño secretito, cuando no estaba con los 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, estaba trabajando en solitario como DJ, había movido masas en solitario y le encantaba el amor que sus fans le habían ofrecido, había tenido oportunidad de conocer a las KD/A e incluso a los GIANTS y los Heartsteel.

    Se podía decir que gracias a 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, Sona pudo abrirse al mundo y ofrecerle todo aquello que generalmente solo guardaba para sus compañeros de grupo.

    Entre bastidores, la virtuosa se preparaba para la gira por toda Runaterra, estaba colocándose su peluca roja, pues no, no era pelirroja natural, su pelo era azul cielo, pero eso los fans no tenían por qué saberlo. Su mano tomaba un pincel con el que cargaba muchísima sombra de ojos negra y se hacía un ahumado en el ojo, lo que hacía que sus facciones se endurecieran y se marcasen, no es que Sona no fuera una mujer hermosa, es que usando aquel maquillaje se permitía poder tener otra personalidad una más abierta, más... 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩. FInalizó su rutina con un labial oscuro que la hizo parecer tan sensual como innaccesible, le tenía que dar las gracias a Kayle por aquel consejo.

    Pocos minutos después llamaron a la puerta, era Mordekaiser, que con cuidado asomaba su gran cabeza por la puerta, en el grupo se sabía que el gran lord bajista tenía debilidad por la teclista del grupo.

    — "Hey, nena... ¿Estás preparada?"

    Dijo con una voz de ultratumba pero irremediablemente dulce pues iba dirigida a su compañera.

    Sona hizo girar el taburete de su camerino y le sonrió con tanta amabilidad que se pudo escuchar el corazón de Mordekaiser partirse en mil añicos. Acto seguido asintió.

    — "Venga preciosa, el público espera"

    ¿Le había temblado la voz al bajista? Tal vez un poco.

    El primero en salir al escenario fue Olaf, que estaba empezando a marcar el compás en el que se iban a ir presentando sus compañeros, el segundo en salir a escena fue Yorick y su guitarra que hicieron un tenebroso solo de guitarra, lo que hizo que el público enloqueciera, seguidamente salió Mordekaiser entre llamas y su imponente bajo, y por tercer lugar, entre el humo y la desolación se elevó Sona en un precioso solo de teclado que le dio paso a su vocalista principal, Karthus, que tras un estallido de fuegos artificiales su voz se elevó por todo el recinto.

    El publico comenzó a gritar pues sabían lo que se avecinaba, la aparición de la segunda vocalista, Kayle. Que no tardó en aparecer mostrando sus imponentes alas y dejando que su voz melódica se entremezclase con la de Karthus.

    Todas aquellas armonías, todas aquellas notas hacían que Sona estuviera pletórica, estaba feliz por que por fin tras tanto tiempo, podía ser "ella misma" en un escenario.
    Starter para: [specter_maroon_goat_816] Pronto comenzaría la gira mundial de 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, el grupo de música metal en el que Sona era la dama de las cuerdas, aquella que se encargaba de que las melodías sonasen tenebrosas y duras acompañando a la voz del solista, Karthus. Aunque Sona tenía un pequeño secretito, cuando no estaba con los 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, estaba trabajando en solitario como DJ, había movido masas en solitario y le encantaba el amor que sus fans le habían ofrecido, había tenido oportunidad de conocer a las KD/A e incluso a los GIANTS y los Heartsteel. Se podía decir que gracias a 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, Sona pudo abrirse al mundo y ofrecerle todo aquello que generalmente solo guardaba para sus compañeros de grupo. Entre bastidores, la virtuosa se preparaba para la gira por toda Runaterra, estaba colocándose su peluca roja, pues no, no era pelirroja natural, su pelo era azul cielo, pero eso los fans no tenían por qué saberlo. Su mano tomaba un pincel con el que cargaba muchísima sombra de ojos negra y se hacía un ahumado en el ojo, lo que hacía que sus facciones se endurecieran y se marcasen, no es que Sona no fuera una mujer hermosa, es que usando aquel maquillaje se permitía poder tener otra personalidad una más abierta, más... 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩. FInalizó su rutina con un labial oscuro que la hizo parecer tan sensual como innaccesible, le tenía que dar las gracias a Kayle por aquel consejo. Pocos minutos después llamaron a la puerta, era Mordekaiser, que con cuidado asomaba su gran cabeza por la puerta, en el grupo se sabía que el gran lord bajista tenía debilidad por la teclista del grupo. — "Hey, nena... ¿Estás preparada?" Dijo con una voz de ultratumba pero irremediablemente dulce pues iba dirigida a su compañera. Sona hizo girar el taburete de su camerino y le sonrió con tanta amabilidad que se pudo escuchar el corazón de Mordekaiser partirse en mil añicos. Acto seguido asintió. — "Venga preciosa, el público espera" ¿Le había temblado la voz al bajista? Tal vez un poco. El primero en salir al escenario fue Olaf, que estaba empezando a marcar el compás en el que se iban a ir presentando sus compañeros, el segundo en salir a escena fue Yorick y su guitarra que hicieron un tenebroso solo de guitarra, lo que hizo que el público enloqueciera, seguidamente salió Mordekaiser entre llamas y su imponente bajo, y por tercer lugar, entre el humo y la desolación se elevó Sona en un precioso solo de teclado que le dio paso a su vocalista principal, Karthus, que tras un estallido de fuegos artificiales su voz se elevó por todo el recinto. El publico comenzó a gritar pues sabían lo que se avecinaba, la aparición de la segunda vocalista, Kayle. Que no tardó en aparecer mostrando sus imponentes alas y dejando que su voz melódica se entremezclase con la de Karthus. Todas aquellas armonías, todas aquellas notas hacían que Sona estuviera pletórica, estaba feliz por que por fin tras tanto tiempo, podía ser "ella misma" en un escenario.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    0 turnos 0 maullidos
  • Memorias de Madrugada.

    — Nunca planeé ser el hombre que entra en la vida de una mujer solo por una noche… pero con el tiempo entendí que algunas máscaras se vuelven piel, y que hay heridas que el amor no puede tocar. Me volví experto en prometer sin palabras, en desaparecer sin dejar rastro. No por crueldad, sino por miedo. Miedo a que alguien vea más allá del deseo, que atraviese la fachada y encuentre al hombre roto, al que ya no cree en el mañana.

    La carretera siempre me espera con su abrazo frío, y esas camas temporales son estaciones de paso, refugios donde dejo el cuerpo y escondo el alma. Me pierdo en ellas, en sus risas, en su calor, porque por un instante me hacen olvidar quién soy. Pero cuando todo termina, cuando el mundo vuelve a ser silencioso y real, me doy cuenta de que nunca fui suyo… y que quizás ya no soy de nadie.

    Ser un hombre de una noche no es una elección, es una consecuencia. La máscara que llevo no es para engañarlas. Es para no enfrentarme al reflejo que me devuelve el retrovisor cada vez que arranco el motor y sigo huyendo.
    Memorias de Madrugada. — Nunca planeé ser el hombre que entra en la vida de una mujer solo por una noche… pero con el tiempo entendí que algunas máscaras se vuelven piel, y que hay heridas que el amor no puede tocar. Me volví experto en prometer sin palabras, en desaparecer sin dejar rastro. No por crueldad, sino por miedo. Miedo a que alguien vea más allá del deseo, que atraviese la fachada y encuentre al hombre roto, al que ya no cree en el mañana. La carretera siempre me espera con su abrazo frío, y esas camas temporales son estaciones de paso, refugios donde dejo el cuerpo y escondo el alma. Me pierdo en ellas, en sus risas, en su calor, porque por un instante me hacen olvidar quién soy. Pero cuando todo termina, cuando el mundo vuelve a ser silencioso y real, me doy cuenta de que nunca fui suyo… y que quizás ya no soy de nadie. Ser un hombre de una noche no es una elección, es una consecuencia. La máscara que llevo no es para engañarlas. Es para no enfrentarme al reflejo que me devuelve el retrovisor cada vez que arranco el motor y sigo huyendo.
    Me gusta
    3
    3 turnos 0 maullidos
  • Las luces LED parpadearon como si quisieran apagarse, y el viento que sopló repentinamente levantó la tierra circundante al asfalto, que se veía descuidado y agrietado como todo en esta parte de la ciudad.

    —¿Estás listo? —le preguntó su amigo conocedor de motos con ansiedad.

    —¡Por supuesto! —le contestó Charles con una sonrisa arrogante. —Confía en mí.

    Grey se hallaba en una de esas carreras clandestinas que se daban en el noroeste de Londres, en el sitio más decadente de la ciudad. Donde era complicado que Yard los interceptara.
    Además, era una de las zonas más peligrosas, donde la tasa de criminalidad iba en ascenso cada mes, y por la que nadie en su sano juicio deseaba transitar por la noche.

    Sin embargo, él no se veía preocupado por su bienestar. Después de todo, estaba seguro de poder defenderse, incluso si su atacante era poseedor de una pistola o algo peor.

    En realidad, lo que más le importaba ahora era ganar, incluso si se trataba de algo tan poco sustancial como una carrera entre adolescentes pudientes —o no— presumiendo sus motocicletas.

    Colocándose el casco, tan negro como la noche que los rodeaba, Charles posó las manos sobre los manubrios, los pies sobre los pedales, y se preparó para arrancar motores cuando el «juez» diera el visto bueno.

    Este no era más que su amigo conocedor de motos, quién lo miraba con preocupación, pues había apostado todo su dinero por él y temía perderlo está noche.

    —¡Preparados! —exclamó alzando el brazo en medio de la pista, es decir, la calle media destruida.

    Pronto, el espacio se llenó del rugido propio de un motor; algunos eran tan exagerados que seguramente fuera porque la motocicleta no estuviera en buen estado.

    —Listos… ¡Ya!

    Todas las motos, incluida la de Grey, emprendieron marcha hacia delante a una velocidad que sin duda sería una multa segura.
    Y a medida que transitaban por la calle, esta fue aumentando hasta que las motos no fueron más que un borrón irreconocible.
    Grey sonrió con placidez.
    Era satisfactorio encontrarse conduciendo a una velocidad tan grande, y era aún más satisfactorio notar lo sencillo que era pasar a sus rivales.

    Así, en una elipsis, Charles logró completar las vueltas y llegar a la meta sin ninguna dificultad más que el asfalto lleno de pozos.
    Pero, justo cuando estaba por frenar, sacarse el casco y festejar con su amigo conocedor de motos, quién estaba más feliz que él porque había ganado un dineral, la rueda delantera se hundió en un pozo particularmente hondo.

    Grey intentó maniobrar para salir, pero, en un mal movimiento, la moto tambaleó hacia un lado, y ni con toda la fuerza que ejerció pudo evitar que ésta se cayera, ¡con él encima y todo! Porque no llegó a salir a tiempo.
    Menos mal y tenía el casco puesto, aunque, no podría decirse lo mismo del resto de su cuerpo…

    —¡¿Qué estás mirando?! —le reprochó a su amigo desde el suelo. —¡Ayúdame rápido!

    Antes de que los demás vinieran y lo vieran dando vergüenza.
    Las luces LED parpadearon como si quisieran apagarse, y el viento que sopló repentinamente levantó la tierra circundante al asfalto, que se veía descuidado y agrietado como todo en esta parte de la ciudad. —¿Estás listo? —le preguntó su amigo conocedor de motos con ansiedad. —¡Por supuesto! —le contestó Charles con una sonrisa arrogante. —Confía en mí. Grey se hallaba en una de esas carreras clandestinas que se daban en el noroeste de Londres, en el sitio más decadente de la ciudad. Donde era complicado que Yard los interceptara. Además, era una de las zonas más peligrosas, donde la tasa de criminalidad iba en ascenso cada mes, y por la que nadie en su sano juicio deseaba transitar por la noche. Sin embargo, él no se veía preocupado por su bienestar. Después de todo, estaba seguro de poder defenderse, incluso si su atacante era poseedor de una pistola o algo peor. En realidad, lo que más le importaba ahora era ganar, incluso si se trataba de algo tan poco sustancial como una carrera entre adolescentes pudientes —o no— presumiendo sus motocicletas. Colocándose el casco, tan negro como la noche que los rodeaba, Charles posó las manos sobre los manubrios, los pies sobre los pedales, y se preparó para arrancar motores cuando el «juez» diera el visto bueno. Este no era más que su amigo conocedor de motos, quién lo miraba con preocupación, pues había apostado todo su dinero por él y temía perderlo está noche. —¡Preparados! —exclamó alzando el brazo en medio de la pista, es decir, la calle media destruida. Pronto, el espacio se llenó del rugido propio de un motor; algunos eran tan exagerados que seguramente fuera porque la motocicleta no estuviera en buen estado. —Listos… ¡Ya! Todas las motos, incluida la de Grey, emprendieron marcha hacia delante a una velocidad que sin duda sería una multa segura. Y a medida que transitaban por la calle, esta fue aumentando hasta que las motos no fueron más que un borrón irreconocible. Grey sonrió con placidez. Era satisfactorio encontrarse conduciendo a una velocidad tan grande, y era aún más satisfactorio notar lo sencillo que era pasar a sus rivales. Así, en una elipsis, Charles logró completar las vueltas y llegar a la meta sin ninguna dificultad más que el asfalto lleno de pozos. Pero, justo cuando estaba por frenar, sacarse el casco y festejar con su amigo conocedor de motos, quién estaba más feliz que él porque había ganado un dineral, la rueda delantera se hundió en un pozo particularmente hondo. Grey intentó maniobrar para salir, pero, en un mal movimiento, la moto tambaleó hacia un lado, y ni con toda la fuerza que ejerció pudo evitar que ésta se cayera, ¡con él encima y todo! Porque no llegó a salir a tiempo. Menos mal y tenía el casco puesto, aunque, no podría decirse lo mismo del resto de su cuerpo… —¡¿Qué estás mirando?! —le reprochó a su amigo desde el suelo. —¡Ayúdame rápido! Antes de que los demás vinieran y lo vieran dando vergüenza.
    1 turno 0 maullidos
  • habias escuchado rumores de una tienda extraña en el centro de la ciudad, decidiste visitarla por curiosidad, al ingresar te encontraste con algo totalmente extraño, aquella botica parecia un bosque entero, con rios y lagunas en miniatura, arboles creciendo en su interior de donde salian los cajones, muñecas sentadas o posando de distintas formas sin embargo todas mirando en tu direccion -un nuevo cliente que deleite, dime que es lo que buscas?- una voz fria y calmada te llamo desde dentro, al mirar el centro de la tienda la viste en el mostrador fumando, observandote y siguiendo cada respiracion que dabas -no tengas miedo de explorar-

    Musica ambiente:
    https://music.youtube.com/watch?v=Voiey-TriJY&si=woJvXXOb29E1D4KM
    habias escuchado rumores de una tienda extraña en el centro de la ciudad, decidiste visitarla por curiosidad, al ingresar te encontraste con algo totalmente extraño, aquella botica parecia un bosque entero, con rios y lagunas en miniatura, arboles creciendo en su interior de donde salian los cajones, muñecas sentadas o posando de distintas formas sin embargo todas mirando en tu direccion -un nuevo cliente que deleite, dime que es lo que buscas?- una voz fria y calmada te llamo desde dentro, al mirar el centro de la tienda la viste en el mostrador fumando, observandote y siguiendo cada respiracion que dabas -no tengas miedo de explorar- Musica ambiente: https://music.youtube.com/watch?v=Voiey-TriJY&si=woJvXXOb29E1D4KM
    0 turnos 0 maullidos
  • ────¿No es único el aroma de las lavandas? Fresco, un poquito dulce y quizás intenso cuando están recién regadas ¿Sabías que representa el amor sereno? No es una flor de pasiones intensas. De esas que parecen quemarte por dentro. Sino del amor y el afecto que florecen poco a poco con el paso del tiempo. La clase de amor que no necesita gritar para ser profundo.

    Es mi flor favorita.
    ────¿No es único el aroma de las lavandas? Fresco, un poquito dulce y quizás intenso cuando están recién regadas ¿Sabías que representa el amor sereno? No es una flor de pasiones intensas. De esas que parecen quemarte por dentro. Sino del amor y el afecto que florecen poco a poco con el paso del tiempo. La clase de amor que no necesita gritar para ser profundo. Es mi flor favorita.
    Me encocora
    3
    5 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados