• •Recuerdos de Haku•



    {Una mano grande, fuerte y masculina sostenía la mía, tan pequeña que parecía perderse en su agarre. El paso de mi padre era rápido, casi desesperado, y yo apenas podía seguirle mientras nos internábamos cada vez más en el bosque. Los árboles, altos y retorcidos, parecían transformarse en figuras tenebrosas bajo la oscuridad de la noche. Me escondí ligeramente detrás de él, temblando, tratando de no soltarme.}

    {La situación se había salido de control. Todo era más peligroso de lo que jamás hubiésemos imaginado. Los pocos nekomatas que quedábamos corríamos el riesgo de desaparecer. Nos cazaban, nos convertían en esclavos, drenaban nuestra magia como si no fuéramos más que objetos. Ratas de laboratorio.}

    {Mi padre solía repetir que los seres más horrendos eran los humanos. Y aunque mi madre lo era, él la había amado. Nunca comprendí del todo sus palabras, pero aquella noche comprendí que lo que le aterraba no eran los humanos sino algo mucho más oscuro, algo más poderoso.}

    {Finalmente llegamos a una zona escondida entre los árboles. Donde cinco enormes rocas formaban un círculo, y en el centro se dibujaba un símbolo extraño, incomprensible para mí. Mis orejitas bajas delataban el miedo que sentía, pero aún no había sentido lo peor… hasta que un crujido de ramas quebradas resonó a nuestras espaldas.}

    {Unos pasos, pesados y feroces, se acercaban.
    Mi padre se arrodilló frente a mí. Su cabello oscuro se agitaba con el viento, y sus ojos violetas, brillantes y profundos, se posaron en los míos con una ternura mezclada con la preocupación.}

    —Mi preciosa hija… No puedes quedarte conmigo. Desde ahora debes huir… huir lejos y jamás regresar.

    {Luego de susurrar esto con la voz quebrada, colocó en mi cuello una joya que había pertenecido a mi madre, y acomodó con cuidado mi cabello hacia atrás para admirarla mejor.}

    —Tienes su cabello… y mis ojos…

    {Sus palabras eran suaves, pero en sus pupilas contenía lágrimas que se negaban a caer. De pronto, los pasos se detuvieron justo detrás de él. Mi padre se incorporó con firmeza, su voz endurecida, como si un instante antes no hubiese estado a punto de llorar frente a su hija.}

    —Llévala con los humanos. A la familia de su madre… Ellos la protegerán.

    {Sin girar a enfrentar al ser que había emergido de la oscuridad, desenfundó su espada y comenzó a alejarse, sin despedirse.}

    {Fue entonces cuando lo vi. Un espíritu de aspecto humanoide, pero con la cabeza de un ave, me observaba con unos ojos vacíos y perturbadores. Levantó una de sus manos, y de la palma brotó un polvo luminoso, que comenzó a danzar a mi alrededor.}

    {Lo miré fascinada, mis miedos cediendo a la extraña belleza de aquel espectáculo. Pero pronto el polvo me envolvió por completo, filtrándose en mi respiración, llenándome por dentro. Y mis párpados se cerraron pesados.}

    {El mundo desapareció, y caí en un profundo sueño.}
    •Recuerdos de Haku•📖 {Una mano grande, fuerte y masculina sostenía la mía, tan pequeña que parecía perderse en su agarre. El paso de mi padre era rápido, casi desesperado, y yo apenas podía seguirle mientras nos internábamos cada vez más en el bosque. Los árboles, altos y retorcidos, parecían transformarse en figuras tenebrosas bajo la oscuridad de la noche. Me escondí ligeramente detrás de él, temblando, tratando de no soltarme.} {La situación se había salido de control. Todo era más peligroso de lo que jamás hubiésemos imaginado. Los pocos nekomatas que quedábamos corríamos el riesgo de desaparecer. Nos cazaban, nos convertían en esclavos, drenaban nuestra magia como si no fuéramos más que objetos. Ratas de laboratorio.} {Mi padre solía repetir que los seres más horrendos eran los humanos. Y aunque mi madre lo era, él la había amado. Nunca comprendí del todo sus palabras, pero aquella noche comprendí que lo que le aterraba no eran los humanos sino algo mucho más oscuro, algo más poderoso.} {Finalmente llegamos a una zona escondida entre los árboles. Donde cinco enormes rocas formaban un círculo, y en el centro se dibujaba un símbolo extraño, incomprensible para mí. Mis orejitas bajas delataban el miedo que sentía, pero aún no había sentido lo peor… hasta que un crujido de ramas quebradas resonó a nuestras espaldas.} {Unos pasos, pesados y feroces, se acercaban. Mi padre se arrodilló frente a mí. Su cabello oscuro se agitaba con el viento, y sus ojos violetas, brillantes y profundos, se posaron en los míos con una ternura mezclada con la preocupación.} —Mi preciosa hija… No puedes quedarte conmigo. Desde ahora debes huir… huir lejos y jamás regresar. {Luego de susurrar esto con la voz quebrada, colocó en mi cuello una joya que había pertenecido a mi madre, y acomodó con cuidado mi cabello hacia atrás para admirarla mejor.} —Tienes su cabello… y mis ojos… {Sus palabras eran suaves, pero en sus pupilas contenía lágrimas que se negaban a caer. De pronto, los pasos se detuvieron justo detrás de él. Mi padre se incorporó con firmeza, su voz endurecida, como si un instante antes no hubiese estado a punto de llorar frente a su hija.} —Llévala con los humanos. A la familia de su madre… Ellos la protegerán. {Sin girar a enfrentar al ser que había emergido de la oscuridad, desenfundó su espada y comenzó a alejarse, sin despedirse.} {Fue entonces cuando lo vi. Un espíritu de aspecto humanoide, pero con la cabeza de un ave, me observaba con unos ojos vacíos y perturbadores. Levantó una de sus manos, y de la palma brotó un polvo luminoso, que comenzó a danzar a mi alrededor.} {Lo miré fascinada, mis miedos cediendo a la extraña belleza de aquel espectáculo. Pero pronto el polvo me envolvió por completo, filtrándose en mi respiración, llenándome por dentro. Y mis párpados se cerraron pesados.} {El mundo desapareció, y caí en un profundo sueño.}
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  • -Optado ahora por ser la representante de Xipe, opto por hacer aun lado todo lo que esté pasando, aunque sentia un gran vacío, su deber es llevar la armonía a donde vaya, ahora seguirá con ese deber... Una vez se le preguntó cuanto más seguiría con eso, se quedo pensado esa pregunta que volvió a ella, cerro sus ojos dejando escapar un profundo suspiro. -

    Ya no tengo razones para dejar mi deber de llevar la armonía... Aunque deba caminar en soledad.

    -Se miró en su espejo de mano dejando caer una lagrima, la seco rápidamente y arreglo su maquillaje, optado por levantarse, tuvo que fingir una sonrisa, tras un suspiro, se fue rumbo a seguir con el inicio del concierto -.
    -Optado ahora por ser la representante de Xipe, opto por hacer aun lado todo lo que esté pasando, aunque sentia un gran vacío, su deber es llevar la armonía a donde vaya, ahora seguirá con ese deber... Una vez se le preguntó cuanto más seguiría con eso, se quedo pensado esa pregunta que volvió a ella, cerro sus ojos dejando escapar un profundo suspiro. - Ya no tengo razones para dejar mi deber de llevar la armonía... Aunque deba caminar en soledad. -Se miró en su espejo de mano dejando caer una lagrima, la seco rápidamente y arreglo su maquillaje, optado por levantarse, tuvo que fingir una sonrisa, tras un suspiro, se fue rumbo a seguir con el inicio del concierto -.
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  • *Despertó sin muchos ánimos se le podía ver las ojeras de no haber dormido nada por días sus ojos carecían de vida realmente no quería saber nada del mundo exterior Pero se tuvo que levantar y seguir su deber ya que si no lo hacía el libro de la vida quedaría en blanco*
    *Despertó sin muchos ánimos se le podía ver las ojeras de no haber dormido nada por días sus ojos carecían de vida realmente no quería saber nada del mundo exterior Pero se tuvo que levantar y seguir su deber ya que si no lo hacía el libro de la vida quedaría en blanco*
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  • "𝑬𝒍 𝒉𝒊𝒆𝒓𝒓𝒐 𝒏𝒐𝒔 𝒑𝒓𝒐𝒕𝒆𝒈𝒆, 𝒍𝒂 𝒔𝒂𝒍 𝒏𝒐𝒔 𝒈𝒖𝒂𝒓𝒅𝒂"
    Fandom Embrujadas
    Categoría Acción
    >> 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑝𝑎𝑟𝑎: Prudence Warren

    Lucien Blackthorne era el mejor cazador de brujas de la comarca. Había muchos más, pero ninguno era como él. Muchas veces, más de las que le gustaría, compartía su trabajo con un grupo más grande de cazadores. Él trabajaba mejor solo, pero las aldeas estaban más tranquilas cuando el número de cazadores superaba al de las supuestas brujas.
    Aldeas que, una vez la amenaza era erradicada, desviaban su miedo y su odio de las brujas hacia ellos.
    La gente corriente no se fiaba de ellos. No eran seres demoniacos como los que poblaban sus pesadillas pero tampoco eran gente corriente, era aquellos que mantenían a salvo a todo el mundo, pero terminaban el día aislados, escondidos, como los seres que perseguían.

    Puede que aquello fuera algo triste, si los cazadores no fueran niños perdidos, huérfanos, bastardos o repudiados que llegaban hasta sus maestros a una tierna edad. Así los hombres en los que se convertían no entendían de soledad, no sabían vivir en comunidad ni añoraban sentirse arropados por iguales, porque jamás lo habían conocido.

    Lucien era el más solitario de todos. El más extraño entre aquel grupo de forasteros, el más callado, el que no se dejaba llevar por nada más que por sus ideas, aunque fueran contrarias a todas a su alrededor. Aquella era una de las razones por las que le gustaba trabajar solo, no iba a aceptar órdenes de nadie, él tomaba sus propias decisiones.
    La última vez que había formado parte de un gran grupo en una gran cacería había sido más de veinte años atrás.
    Melinda Warren había conseguido que una decena de cazadores fueran tras ella, él había sido uno de ellos, pero al contrario que sus congéneres, él había participado en la caza y captura de la bruja, pero una vez atrapada y habiendo seguido el rastro de la misma durante todo aquel tiempo, Lucien sabía que aquella mujer si, era una bruja, pero no, no era una amenaza para absolutamente nadie.

    Se había negado a seguir con aquello, pero no podia enfrentarse a todo el grupo de cazadores y a la aldea, él acabaría en la hoguera junto con ella, alegando que la bruja le había hechizado.
    No había estado de acuerdo con aquello, pero no había hecho nada al respecto, tan solo había dado media vuelta y había desaparecido.

    Aquella había sido la última vez que había colaborado con más personas. Desde ese momento había llevado su política de trabajar solo de forma estricta, él era el único que decidía.
    Y no había si quiera pensado en cambiar aquello, ni si quiera cuando llega a sus manos la petición que requería sus servicios de nuevo en el mismo lugar que 20 años atrás. Pero sus pasos, curiosos, le vuelven a llevar por las cercanías de la aldea, donde encuentra el campamento de cazadores que claramente se estaban preparando.
    El peliblanco baja de su caballo y se acerca a la hoguera central con paso tranquilo.

    — El hierro nos protege, — aquellas primeras palabras dichas con un tono grave son a la vez un saludo y una señal de hermandad, aunque su aspecto no dejaba lugar a demasiadas dudas. — ¿Comenzará la caza esta noche? — Mientras habla, el recién llegado extiende su requerimiento, ofreciéndolo a quien quisiera leerlo.

    — La sal nos guarda, hermano. — El hombre más cercano a él alza la mirada y nada más verle se pone de pie, ofreciendo una mano que Lucien estrecha con fuerza. —Sí, sombras han vuelto a la aldea, y esta noche acabaremos con ellas.

    No hace falta decir mucho más, tampoco era hombre de muchas palabras, pero tenía una pequeña intuición, y quería resolverla. El resultado de su duda determinaría si se quedaba o desaparecía.

    [ 𝑓𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟: Hope Mikaelson ]
    >> 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑝𝑎𝑟𝑎: [THESEC0NDWARREN] Lucien Blackthorne era el mejor cazador de brujas de la comarca. Había muchos más, pero ninguno era como él. Muchas veces, más de las que le gustaría, compartía su trabajo con un grupo más grande de cazadores. Él trabajaba mejor solo, pero las aldeas estaban más tranquilas cuando el número de cazadores superaba al de las supuestas brujas. Aldeas que, una vez la amenaza era erradicada, desviaban su miedo y su odio de las brujas hacia ellos. La gente corriente no se fiaba de ellos. No eran seres demoniacos como los que poblaban sus pesadillas pero tampoco eran gente corriente, era aquellos que mantenían a salvo a todo el mundo, pero terminaban el día aislados, escondidos, como los seres que perseguían. Puede que aquello fuera algo triste, si los cazadores no fueran niños perdidos, huérfanos, bastardos o repudiados que llegaban hasta sus maestros a una tierna edad. Así los hombres en los que se convertían no entendían de soledad, no sabían vivir en comunidad ni añoraban sentirse arropados por iguales, porque jamás lo habían conocido. Lucien era el más solitario de todos. El más extraño entre aquel grupo de forasteros, el más callado, el que no se dejaba llevar por nada más que por sus ideas, aunque fueran contrarias a todas a su alrededor. Aquella era una de las razones por las que le gustaba trabajar solo, no iba a aceptar órdenes de nadie, él tomaba sus propias decisiones. La última vez que había formado parte de un gran grupo en una gran cacería había sido más de veinte años atrás. Melinda Warren había conseguido que una decena de cazadores fueran tras ella, él había sido uno de ellos, pero al contrario que sus congéneres, él había participado en la caza y captura de la bruja, pero una vez atrapada y habiendo seguido el rastro de la misma durante todo aquel tiempo, Lucien sabía que aquella mujer si, era una bruja, pero no, no era una amenaza para absolutamente nadie. Se había negado a seguir con aquello, pero no podia enfrentarse a todo el grupo de cazadores y a la aldea, él acabaría en la hoguera junto con ella, alegando que la bruja le había hechizado. No había estado de acuerdo con aquello, pero no había hecho nada al respecto, tan solo había dado media vuelta y había desaparecido. Aquella había sido la última vez que había colaborado con más personas. Desde ese momento había llevado su política de trabajar solo de forma estricta, él era el único que decidía. Y no había si quiera pensado en cambiar aquello, ni si quiera cuando llega a sus manos la petición que requería sus servicios de nuevo en el mismo lugar que 20 años atrás. Pero sus pasos, curiosos, le vuelven a llevar por las cercanías de la aldea, donde encuentra el campamento de cazadores que claramente se estaban preparando. El peliblanco baja de su caballo y se acerca a la hoguera central con paso tranquilo. — El hierro nos protege, — aquellas primeras palabras dichas con un tono grave son a la vez un saludo y una señal de hermandad, aunque su aspecto no dejaba lugar a demasiadas dudas. — ¿Comenzará la caza esta noche? — Mientras habla, el recién llegado extiende su requerimiento, ofreciéndolo a quien quisiera leerlo. — La sal nos guarda, hermano. — El hombre más cercano a él alza la mirada y nada más verle se pone de pie, ofreciendo una mano que Lucien estrecha con fuerza. —Sí, sombras han vuelto a la aldea, y esta noche acabaremos con ellas. No hace falta decir mucho más, tampoco era hombre de muchas palabras, pero tenía una pequeña intuición, y quería resolverla. El resultado de su duda determinaría si se quedaba o desaparecía. [ 𝑓𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟: [thetribrid] ]
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  • — Allen miraba a su pareja bastante nervioso, al ver que la joven había terminado se arrodilló frente a su pareja y acarició sus mejillas con ternura.—

    Antes de que abras los ojos, quiero decirte que no importa si esto funcionó o no, te seguiré amando, no me importa si puedes ver o no, seguirás siendo mi chico de los ojos bonitos.

    Caín Young Morozov
    — Allen miraba a su pareja bastante nervioso, al ver que la joven había terminado se arrodilló frente a su pareja y acarició sus mejillas con ternura.— Antes de que abras los ojos, quiero decirte que no importa si esto funcionó o no, te seguiré amando, no me importa si puedes ver o no, seguirás siendo mi chico de los ojos bonitos. [flash_maroon_octopus_610]
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  • -Pese a como se sintiera, opto por seguir solo con su deber de traer la armonía, pues eso es su nuevamente de vida.

    Estado finalmente tranquila, se sentó a jugar con las aves del lugar, escuchando el dulce sonido de los pajarillos. -
    -Pese a como se sintiera, opto por seguir solo con su deber de traer la armonía, pues eso es su nuevamente de vida. Estado finalmente tranquila, se sentó a jugar con las aves del lugar, escuchando el dulce sonido de los pajarillos. -
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  • Jero 💀


    {Bajo la luz de la luna, la gema violeta brillaba intensamente, y mi corazón latía al mismo ritmo que su resplandor. Siempre había amado lo que brillaba, pero esto era distinto… era hermoso y poderoso a la vez.}

    ~Quiero ser más fuerte… —susurré, acariciando la gema—. No pienso seguir escondiéndome. Lucharé como una verdadera guerrera Neko contra esos monstruos.~

    {Una sonrisa leve se dibujó en mis labios al mirar a mí nuevo aliado y compañero mientras caminaba hacía él para volver a nuestro entrenamiento.}

    ~Gracias… este regalo no es solo una espada. Es una oportunidad, y no la desperdiciaré.~

    [fire_lime_whale_384] {Bajo la luz de la luna, la gema violeta brillaba intensamente, y mi corazón latía al mismo ritmo que su resplandor. Siempre había amado lo que brillaba, pero esto era distinto… era hermoso y poderoso a la vez.} ~Quiero ser más fuerte… —susurré, acariciando la gema—. No pienso seguir escondiéndome. Lucharé como una verdadera guerrera Neko contra esos monstruos.~ {Una sonrisa leve se dibujó en mis labios al mirar a mí nuevo aliado y compañero mientras caminaba hacía él para volver a nuestro entrenamiento.} ~Gracias… este regalo no es solo una espada. Es una oportunidad, y no la desperdiciaré.~
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  • Capítulo 1 - El Arte del más Alla
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    •𝑯𝒂𝒌𝒖•♡

    *Aquella noche comenzaba un nuevo camino para quien sería mi protegida. Es cierto que tiene habilidades nigrománticas con un enorme potencial, Pero aún estaban desenfocados y al parecer solo se activaban en un momento de desesperación extrema, por lo que mi deber como tutor y compañero, era de cuidarla para que pronto pueda dominar la oscuridad antes que esta la domine a ella.

    La esperaba durante la noche, bajo las ruinas de una aparente antigua civilización. Sentado sobre una de las estatuas, con un semblante serio, y al ver llegar a la muchacha con aquella misma determinación, la miré desde mi sitio.*

    "Llegas tarde Haku. Pero eso no es lo importante, aún quedan unos minutos antes que comience todo, Pero te lo preguntaré una vez más. ¿Estás dispuesta a seguir por la senda de la Nigromancia? Te advierto que si comenzamos con esto, no habrá vuelta atrás...."
    [ripple_ruby_deer_521] *Aquella noche comenzaba un nuevo camino para quien sería mi protegida. Es cierto que tiene habilidades nigrománticas con un enorme potencial, Pero aún estaban desenfocados y al parecer solo se activaban en un momento de desesperación extrema, por lo que mi deber como tutor y compañero, era de cuidarla para que pronto pueda dominar la oscuridad antes que esta la domine a ella. La esperaba durante la noche, bajo las ruinas de una aparente antigua civilización. Sentado sobre una de las estatuas, con un semblante serio, y al ver llegar a la muchacha con aquella misma determinación, la miré desde mi sitio.* "Llegas tarde Haku. Pero eso no es lo importante, aún quedan unos minutos antes que comience todo, Pero te lo preguntaré una vez más. ¿Estás dispuesta a seguir por la senda de la Nigromancia? Te advierto que si comenzamos con esto, no habrá vuelta atrás...."
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  • —En mi mundo... No es fácil vivir pero te seguiré buscando Tohru...
    —En mi mundo... No es fácil vivir pero te seguiré buscando Tohru...
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  • *Había llegado a una ciudad, Pero el atuendo que usaban era muy distinto a lo que yo llevaba puesto. Incluso unos jóvenes en la calle me preguntaron si era algo a lo que ellos llamaban 'cosplayer' a lo que solo respondí que no para no entrar en problemas, así que tuve que conseguir un atuendo más 'actual' para no llamar la atención. Bueno, supongo que no queda otra opción...*
    *Había llegado a una ciudad, Pero el atuendo que usaban era muy distinto a lo que yo llevaba puesto. Incluso unos jóvenes en la calle me preguntaron si era algo a lo que ellos llamaban 'cosplayer' a lo que solo respondí que no para no entrar en problemas, así que tuve que conseguir un atuendo más 'actual' para no llamar la atención. Bueno, supongo que no queda otra opción...*
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