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    Lili atrapada en el Lienzo del Caos — Hakos Baelz

    El mundo desaparece.
    El blanco se derrite en rojo.
    El rojo se pliega sobre sí mismo hasta formar cuadros, espirales, manchas, símbolos que cambian cada vez que los miras.
    Todo es pintura líquida… pero vibra como carne.

    Lili intenta respirar, pero el aire es espeso como tinta.
    Intenta moverse… pero su cuerpo está clavado en el lienzo, como si hubiera sido pintada allí.

    Una sombra pequeña y risueña aparece dando saltitos, dejando huellas de color que se retuercen detrás de ella como colas de serpiente.

    Hakos Baelz.

    Su silueta vibra entre caricatura y entidad primordial. Sus ojos, demasiado brillantes, lo ven todo y nada al mismo tiempo.

    —Ejejeje… ¿Así que tú eres la hijita que tanto se resiste a romperse? —dice mientras se inclina hacia Lili, observando su rostro atrapado entre pinceladas vivas—. Qué mona. Qué trágica. Qué… deliciosamente incorrecta.

    Lili fuerza un grito, pero la voz se derrama como pintura negra por sus labios.

    Hakos la empuja con un dedo… pero su dedo se hunde en el lienzo como si Lili fuera solo un boceto mal terminado.

    —Ay, Lili, Lili, Lili… —suspira fingiendo angustia—. ¿Ves lo que pasa cuando juegas con una espada que corta el hilo de la realidad?
    Has venido a parar aquí… a mi estudio.

    Levanta una brocha cuya punta palpita como un ojo abierto.

    —Relájate. No voy a matarte. Aún no.
    Primero… voy a ver cómo te ves por dentro.
    Y luego…
    quizá te rehaga un poquito.

    La risa de Hakos Baelz se dobla sobre sí misma, repitiéndose con ecos imposibles, como si varios futuros se rieran al mismo tiempo.

    El lienzo empieza a absorber a Lili más profundo.
    Sus brazos desaparecen bajo capas de color viviente.
    Su corazón late al ritmo del Caos.

    Y Hakos sonríe, encantada.
    Lili atrapada en el Lienzo del Caos — Hakos Baelz El mundo desaparece. El blanco se derrite en rojo. El rojo se pliega sobre sí mismo hasta formar cuadros, espirales, manchas, símbolos que cambian cada vez que los miras. Todo es pintura líquida… pero vibra como carne. Lili intenta respirar, pero el aire es espeso como tinta. Intenta moverse… pero su cuerpo está clavado en el lienzo, como si hubiera sido pintada allí. Una sombra pequeña y risueña aparece dando saltitos, dejando huellas de color que se retuercen detrás de ella como colas de serpiente. Hakos Baelz. Su silueta vibra entre caricatura y entidad primordial. Sus ojos, demasiado brillantes, lo ven todo y nada al mismo tiempo. —Ejejeje… ¿Así que tú eres la hijita que tanto se resiste a romperse? —dice mientras se inclina hacia Lili, observando su rostro atrapado entre pinceladas vivas—. Qué mona. Qué trágica. Qué… deliciosamente incorrecta. Lili fuerza un grito, pero la voz se derrama como pintura negra por sus labios. Hakos la empuja con un dedo… pero su dedo se hunde en el lienzo como si Lili fuera solo un boceto mal terminado. —Ay, Lili, Lili, Lili… —suspira fingiendo angustia—. ¿Ves lo que pasa cuando juegas con una espada que corta el hilo de la realidad? Has venido a parar aquí… a mi estudio. Levanta una brocha cuya punta palpita como un ojo abierto. —Relájate. No voy a matarte. Aún no. Primero… voy a ver cómo te ves por dentro. Y luego… quizá te rehaga un poquito. La risa de Hakos Baelz se dobla sobre sí misma, repitiéndose con ecos imposibles, como si varios futuros se rieran al mismo tiempo. El lienzo empieza a absorber a Lili más profundo. Sus brazos desaparecen bajo capas de color viviente. Su corazón late al ritmo del Caos. Y Hakos sonríe, encantada.
    Lili atrapada en el Lienzo del Caos — Hakos Baelz

    El mundo desaparece.
    El blanco se derrite en rojo.
    El rojo se pliega sobre sí mismo hasta formar cuadros, espirales, manchas, símbolos que cambian cada vez que los miras.
    Todo es pintura líquida… pero vibra como carne.

    Lili intenta respirar, pero el aire es espeso como tinta.
    Intenta moverse… pero su cuerpo está clavado en el lienzo, como si hubiera sido pintada allí.

    Una sombra pequeña y risueña aparece dando saltitos, dejando huellas de color que se retuercen detrás de ella como colas de serpiente.

    Hakos Baelz.

    Su silueta vibra entre caricatura y entidad primordial. Sus ojos, demasiado brillantes, lo ven todo y nada al mismo tiempo.

    —Ejejeje… ¿Así que tú eres la hijita que tanto se resiste a romperse? —dice mientras se inclina hacia Lili, observando su rostro atrapado entre pinceladas vivas—. Qué mona. Qué trágica. Qué… deliciosamente incorrecta.

    Lili fuerza un grito, pero la voz se derrama como pintura negra por sus labios.

    Hakos la empuja con un dedo… pero su dedo se hunde en el lienzo como si Lili fuera solo un boceto mal terminado.

    —Ay, Lili, Lili, Lili… —suspira fingiendo angustia—. ¿Ves lo que pasa cuando juegas con una espada que corta el hilo de la realidad?
    Has venido a parar aquí… a mi estudio.

    Levanta una brocha cuya punta palpita como un ojo abierto.

    —Relájate. No voy a matarte. Aún no.
    Primero… voy a ver cómo te ves por dentro.
    Y luego…
    quizá te rehaga un poquito.

    La risa de Hakos Baelz se dobla sobre sí misma, repitiéndose con ecos imposibles, como si varios futuros se rieran al mismo tiempo.

    El lienzo empieza a absorber a Lili más profundo.
    Sus brazos desaparecen bajo capas de color viviente.
    Su corazón late al ritmo del Caos.

    Y Hakos sonríe, encantada.
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    El mundo desaparece.
    El blanco se derrite en rojo.
    El rojo se pliega sobre sí mismo hasta formar cuadros, espirales, manchas, símbolos que cambian cada vez que los miras.
    Todo es pintura líquida… pero vibra como carne.

    Lili intenta respirar, pero el aire es espeso como tinta.
    Intenta moverse… pero su cuerpo está clavado en el lienzo, como si hubiera sido pintada allí.

    Una sombra pequeña y risueña aparece dando saltitos, dejando huellas de color que se retuercen detrás de ella como colas de serpiente.

    Hakos Baelz.

    Su silueta vibra entre caricatura y entidad primordial. Sus ojos, demasiado brillantes, lo ven todo y nada al mismo tiempo.

    —Ejejeje… ¿Así que tú eres la hijita que tanto se resiste a romperse? —dice mientras se inclina hacia Lili, observando su rostro atrapado entre pinceladas vivas—. Qué mona. Qué trágica. Qué… deliciosamente incorrecta.

    Lili fuerza un grito, pero la voz se derrama como pintura negra por sus labios.

    Hakos la empuja con un dedo… pero su dedo se hunde en el lienzo como si Lili fuera solo un boceto mal terminado.

    —Ay, Lili, Lili, Lili… —suspira fingiendo angustia—. ¿Ves lo que pasa cuando juegas con una espada que corta el hilo de la realidad?
    Has venido a parar aquí… a mi estudio.

    Levanta una brocha cuya punta palpita como un ojo abierto.

    —Relájate. No voy a matarte. Aún no.
    Primero… voy a ver cómo te ves por dentro.
    Y luego…
    quizá te rehaga un poquito.

    La risa de Hakos Baelz se dobla sobre sí misma, repitiéndose con ecos imposibles, como si varios futuros se rieran al mismo tiempo.

    El lienzo empieza a absorber a Lili más profundo.
    Sus brazos desaparecen bajo capas de color viviente.
    Su corazón late al ritmo del Caos.

    Y Hakos sonríe, encantada.
    Lili atrapada en el Lienzo del Caos — Hakos Baelz El mundo desaparece. El blanco se derrite en rojo. El rojo se pliega sobre sí mismo hasta formar cuadros, espirales, manchas, símbolos que cambian cada vez que los miras. Todo es pintura líquida… pero vibra como carne. Lili intenta respirar, pero el aire es espeso como tinta. Intenta moverse… pero su cuerpo está clavado en el lienzo, como si hubiera sido pintada allí. Una sombra pequeña y risueña aparece dando saltitos, dejando huellas de color que se retuercen detrás de ella como colas de serpiente. Hakos Baelz. Su silueta vibra entre caricatura y entidad primordial. Sus ojos, demasiado brillantes, lo ven todo y nada al mismo tiempo. —Ejejeje… ¿Así que tú eres la hijita que tanto se resiste a romperse? —dice mientras se inclina hacia Lili, observando su rostro atrapado entre pinceladas vivas—. Qué mona. Qué trágica. Qué… deliciosamente incorrecta. Lili fuerza un grito, pero la voz se derrama como pintura negra por sus labios. Hakos la empuja con un dedo… pero su dedo se hunde en el lienzo como si Lili fuera solo un boceto mal terminado. —Ay, Lili, Lili, Lili… —suspira fingiendo angustia—. ¿Ves lo que pasa cuando juegas con una espada que corta el hilo de la realidad? Has venido a parar aquí… a mi estudio. Levanta una brocha cuya punta palpita como un ojo abierto. —Relájate. No voy a matarte. Aún no. Primero… voy a ver cómo te ves por dentro. Y luego… quizá te rehaga un poquito. La risa de Hakos Baelz se dobla sobre sí misma, repitiéndose con ecos imposibles, como si varios futuros se rieran al mismo tiempo. El lienzo empieza a absorber a Lili más profundo. Sus brazos desaparecen bajo capas de color viviente. Su corazón late al ritmo del Caos. Y Hakos sonríe, encantada.
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    Al caer la segunda noche, la vuelvo a ver...

    Selin: Déjame que te cuente...

    La Leyenda de Shobu y Xinia

    Eclipses de amor y guerra

    Antes de que el tiempo aprendiera a contarse,
    cuando el cosmos aún era joven y silencioso,
    existió un espíritu solar errante.

    Shobu,
    una chispa viva del Sol,
    no era un habitante como los Phyros,
    sino una de las entidades primordiales,
    un Espíritu del Sol nacido del núcleo ardiente de la estrella.

    Viajaba libre,
    cruzando reinos de fuego, polvo y vacío,
    curioso ante todo aquello que no ardía como él.

    Un día, su luz chocó contra una esfera
    que no quemaba…
    sino que reflejaba.

    Había encontrado la Luna.

    La superficie plateada escondía vida delicada y silenciosa:
    los Elunai, habitantes lunares,
    y los misteriosos Espíritus de la Luna,
    criaturas antiguas como la noche.

    Y entre ellos,
    Shobu vio a una criatura cuya belleza anuló todo pensamiento:

    Xinia,
    espíritu lunar joven,
    una raposa de pelaje blanco y brillo azul,
    nacida de la calma de la Luna
    y bendecida por la plata de los Espíritus Lunares.

    Su luz no quemaba.
    Su luz acariciaba.

    Y Shobu, por primera vez, quiso ser acariciado.


    ---

    El primer lazo entre Sol y Luna

    Xinia se acercó sin temor alguno:
    ella no conocía el fuego,
    solo la quietud luminosa.

    Cuando tocaron sus energías —fuego y plata—
    el cosmos registró un suceso inédito:

    dos espíritus de orígenes contrarios
    hicieron armonía.

    Su unión fue inmediata,
    natural,
    destinada.

    Shobu deseó mostrarle su hogar en el Sol.
    Xinia aceptó, curiosa…
    y ese gesto inocente cambió para siempre el equilibrio de los mundos.


    ---

    La ira de Phyros y Elunai

    Cuando Shobu llevó a Xinia al Sol:

    Los Phyros (habitantes solares) ardieron en rabia:
    ¿cómo podía una criatura lunar resistir el calor sagrado del Sol?
    Lo consideraron un sacrilegio.

    Los Espíritus del Sol vieron peligro:
    “lo que es lunar no debe tocar lo solar”.


    Mientras tanto,

    Los Elunai (habitantes de la Luna)
    se sintieron traicionados:
    Shobu había arrebatado a su criatura más pura.

    Y los Espíritus de la Luna,
    orgullosos y fríos,
    declararon que ningún ser solar debía volver a pisar sus dominios.


    Fue entonces cuando ambos grupos superiores —solares y lunares—
    tejieron un destino cruel:

    un sello eterno
    que impedía que lo solar tocara lo lunar
    y que lo lunar tocara lo solar.

    Los mundos quedaron separados
    por la fuerza del miedo.

    Y Shobu y Xinia quedaron separados
    por la fuerza del amor.


    ---

    El Primer Eclipse

    Pero el amor, cuando es verdadero,
    rompe incluso las órdenes de los dioses.

    La Luna pasó frente al Sol.
    El Sol abrazó a la Luna por la espalda.

    Y en esa alineación perfecta,
    por primera vez en la historia del cielo,
    nació un camino imposible:

    un puente de fuego y plata,
    creado no por magia solar ni lunar,
    sino
    por la súplica unida
    de dos espíritus que se negaban a olvidarse.

    Xinia cruzó.
    Shobu cruzó.

    Y se encontraron en medio del eclipse,
    en un territorio que no era del Sol ni de la Luna,
    sino del amor prohibido.

    Bajo aquel puente, se prometieron mil vidas.
    Pero mil vidas no fueron suficientes para calmar a los mundos.


    ---

    Los eclipses de amor y guerra

    Cuando los Phyros y los Elunai vieron que el eclipse
    había roto sus prohibiciones,
    nació la primera guerra entre sus pueblos.

    No una guerra de ejércitos,
    sino una guerra de pensamiento:

    unos defendiendo la unión,

    otros exigiendo separación eterna.


    Desde entonces,
    cada eclipse repite la historia:

    cuando Sol y Luna se tocan, se encuentran dos amantes;
    cuando Sol y Luna se oscurecen, se confrontan dos pueblos.

    Los eclipses son puentes.
    Los eclipses son cicatrices.
    Y en el corazón de cada uno
    late todavía el juramento de Shobu y Xinia,
    el primer amor entre fuego y plata.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 Al caer la segunda noche, la vuelvo a ver... Selin: Déjame que te cuente... La Leyenda de Shobu y Xinia Eclipses de amor y guerra Antes de que el tiempo aprendiera a contarse, cuando el cosmos aún era joven y silencioso, existió un espíritu solar errante. Shobu, una chispa viva del Sol, no era un habitante como los Phyros, sino una de las entidades primordiales, un Espíritu del Sol nacido del núcleo ardiente de la estrella. Viajaba libre, cruzando reinos de fuego, polvo y vacío, curioso ante todo aquello que no ardía como él. Un día, su luz chocó contra una esfera que no quemaba… sino que reflejaba. Había encontrado la Luna. La superficie plateada escondía vida delicada y silenciosa: los Elunai, habitantes lunares, y los misteriosos Espíritus de la Luna, criaturas antiguas como la noche. Y entre ellos, Shobu vio a una criatura cuya belleza anuló todo pensamiento: Xinia, espíritu lunar joven, una raposa de pelaje blanco y brillo azul, nacida de la calma de la Luna y bendecida por la plata de los Espíritus Lunares. Su luz no quemaba. Su luz acariciaba. Y Shobu, por primera vez, quiso ser acariciado. --- El primer lazo entre Sol y Luna Xinia se acercó sin temor alguno: ella no conocía el fuego, solo la quietud luminosa. Cuando tocaron sus energías —fuego y plata— el cosmos registró un suceso inédito: dos espíritus de orígenes contrarios hicieron armonía. Su unión fue inmediata, natural, destinada. Shobu deseó mostrarle su hogar en el Sol. Xinia aceptó, curiosa… y ese gesto inocente cambió para siempre el equilibrio de los mundos. --- La ira de Phyros y Elunai Cuando Shobu llevó a Xinia al Sol: Los Phyros (habitantes solares) ardieron en rabia: ¿cómo podía una criatura lunar resistir el calor sagrado del Sol? Lo consideraron un sacrilegio. Los Espíritus del Sol vieron peligro: “lo que es lunar no debe tocar lo solar”. Mientras tanto, Los Elunai (habitantes de la Luna) se sintieron traicionados: Shobu había arrebatado a su criatura más pura. Y los Espíritus de la Luna, orgullosos y fríos, declararon que ningún ser solar debía volver a pisar sus dominios. Fue entonces cuando ambos grupos superiores —solares y lunares— tejieron un destino cruel: un sello eterno que impedía que lo solar tocara lo lunar y que lo lunar tocara lo solar. Los mundos quedaron separados por la fuerza del miedo. Y Shobu y Xinia quedaron separados por la fuerza del amor. --- El Primer Eclipse Pero el amor, cuando es verdadero, rompe incluso las órdenes de los dioses. La Luna pasó frente al Sol. El Sol abrazó a la Luna por la espalda. Y en esa alineación perfecta, por primera vez en la historia del cielo, nació un camino imposible: un puente de fuego y plata, creado no por magia solar ni lunar, sino por la súplica unida de dos espíritus que se negaban a olvidarse. Xinia cruzó. Shobu cruzó. Y se encontraron en medio del eclipse, en un territorio que no era del Sol ni de la Luna, sino del amor prohibido. Bajo aquel puente, se prometieron mil vidas. Pero mil vidas no fueron suficientes para calmar a los mundos. --- Los eclipses de amor y guerra Cuando los Phyros y los Elunai vieron que el eclipse había roto sus prohibiciones, nació la primera guerra entre sus pueblos. No una guerra de ejércitos, sino una guerra de pensamiento: unos defendiendo la unión, otros exigiendo separación eterna. Desde entonces, cada eclipse repite la historia: cuando Sol y Luna se tocan, se encuentran dos amantes; cuando Sol y Luna se oscurecen, se confrontan dos pueblos. Los eclipses son puentes. Los eclipses son cicatrices. Y en el corazón de cada uno late todavía el juramento de Shobu y Xinia, el primer amor entre fuego y plata.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷

    Al caer la segunda noche, la vuelvo a ver...

    Selin: Déjame que te cuente...

    La Leyenda de Shobu y Xinia

    Eclipses de amor y guerra

    Antes de que el tiempo aprendiera a contarse,
    cuando el cosmos aún era joven y silencioso,
    existió un espíritu solar errante.

    Shobu,
    una chispa viva del Sol,
    no era un habitante como los Phyros,
    sino una de las entidades primordiales,
    un Espíritu del Sol nacido del núcleo ardiente de la estrella.

    Viajaba libre,
    cruzando reinos de fuego, polvo y vacío,
    curioso ante todo aquello que no ardía como él.

    Un día, su luz chocó contra una esfera
    que no quemaba…
    sino que reflejaba.

    Había encontrado la Luna.

    La superficie plateada escondía vida delicada y silenciosa:
    los Elunai, habitantes lunares,
    y los misteriosos Espíritus de la Luna,
    criaturas antiguas como la noche.

    Y entre ellos,
    Shobu vio a una criatura cuya belleza anuló todo pensamiento:

    Xinia,
    espíritu lunar joven,
    una raposa de pelaje blanco y brillo azul,
    nacida de la calma de la Luna
    y bendecida por la plata de los Espíritus Lunares.

    Su luz no quemaba.
    Su luz acariciaba.

    Y Shobu, por primera vez, quiso ser acariciado.


    ---

    El primer lazo entre Sol y Luna

    Xinia se acercó sin temor alguno:
    ella no conocía el fuego,
    solo la quietud luminosa.

    Cuando tocaron sus energías —fuego y plata—
    el cosmos registró un suceso inédito:

    dos espíritus de orígenes contrarios
    hicieron armonía.

    Su unión fue inmediata,
    natural,
    destinada.

    Shobu deseó mostrarle su hogar en el Sol.
    Xinia aceptó, curiosa…
    y ese gesto inocente cambió para siempre el equilibrio de los mundos.


    ---

    La ira de Phyros y Elunai

    Cuando Shobu llevó a Xinia al Sol:

    Los Phyros (habitantes solares) ardieron en rabia:
    ¿cómo podía una criatura lunar resistir el calor sagrado del Sol?
    Lo consideraron un sacrilegio.

    Los Espíritus del Sol vieron peligro:
    “lo que es lunar no debe tocar lo solar”.


    Mientras tanto,

    Los Elunai (habitantes de la Luna)
    se sintieron traicionados:
    Shobu había arrebatado a su criatura más pura.

    Y los Espíritus de la Luna,
    orgullosos y fríos,
    declararon que ningún ser solar debía volver a pisar sus dominios.


    Fue entonces cuando ambos grupos superiores —solares y lunares—
    tejieron un destino cruel:

    un sello eterno
    que impedía que lo solar tocara lo lunar
    y que lo lunar tocara lo solar.

    Los mundos quedaron separados
    por la fuerza del miedo.

    Y Shobu y Xinia quedaron separados
    por la fuerza del amor.


    ---

    El Primer Eclipse

    Pero el amor, cuando es verdadero,
    rompe incluso las órdenes de los dioses.

    La Luna pasó frente al Sol.
    El Sol abrazó a la Luna por la espalda.

    Y en esa alineación perfecta,
    por primera vez en la historia del cielo,
    nació un camino imposible:

    un puente de fuego y plata,
    creado no por magia solar ni lunar,
    sino
    por la súplica unida
    de dos espíritus que se negaban a olvidarse.

    Xinia cruzó.
    Shobu cruzó.

    Y se encontraron en medio del eclipse,
    en un territorio que no era del Sol ni de la Luna,
    sino del amor prohibido.

    Bajo aquel puente, se prometieron mil vidas.
    Pero mil vidas no fueron suficientes para calmar a los mundos.


    ---

    Los eclipses de amor y guerra

    Cuando los Phyros y los Elunai vieron que el eclipse
    había roto sus prohibiciones,
    nació la primera guerra entre sus pueblos.

    No una guerra de ejércitos,
    sino una guerra de pensamiento:

    unos defendiendo la unión,

    otros exigiendo separación eterna.


    Desde entonces,
    cada eclipse repite la historia:

    cuando Sol y Luna se tocan, se encuentran dos amantes;
    cuando Sol y Luna se oscurecen, se confrontan dos pueblos.

    Los eclipses son puentes.
    Los eclipses son cicatrices.
    Y en el corazón de cada uno
    late todavía el juramento de Shobu y Xinia,
    el primer amor entre fuego y plata.
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    La Leyenda de Shobu y Xinia

    Eclipses de amor y guerra

    Antes de que el tiempo aprendiera a contarse,
    cuando el cosmos aún era joven y silencioso,
    existió un espíritu solar errante.

    Shobu,
    una chispa viva del Sol,
    no era un habitante como los Phyros,
    sino una de las entidades primordiales,
    un Espíritu del Sol nacido del núcleo ardiente de la estrella.

    Viajaba libre,
    cruzando reinos de fuego, polvo y vacío,
    curioso ante todo aquello que no ardía como él.

    Un día, su luz chocó contra una esfera
    que no quemaba…
    sino que reflejaba.

    Había encontrado la Luna.

    La superficie plateada escondía vida delicada y silenciosa:
    los Elunai, habitantes lunares,
    y los misteriosos Espíritus de la Luna,
    criaturas antiguas como la noche.

    Y entre ellos,
    Shobu vio a una criatura cuya belleza anuló todo pensamiento:

    Xinia,
    espíritu lunar joven,
    una raposa de pelaje blanco y brillo azul,
    nacida de la calma de la Luna
    y bendecida por la plata de los Espíritus Lunares.

    Su luz no quemaba.
    Su luz acariciaba.

    Y Shobu, por primera vez, quiso ser acariciado.


    ---

    El primer lazo entre Sol y Luna

    Xinia se acercó sin temor alguno:
    ella no conocía el fuego,
    solo la quietud luminosa.

    Cuando tocaron sus energías —fuego y plata—
    el cosmos registró un suceso inédito:

    dos espíritus de orígenes contrarios
    hicieron armonía.

    Su unión fue inmediata,
    natural,
    destinada.

    Shobu deseó mostrarle su hogar en el Sol.
    Xinia aceptó, curiosa…
    y ese gesto inocente cambió para siempre el equilibrio de los mundos.


    ---

    La ira de Phyros y Elunai

    Cuando Shobu llevó a Xinia al Sol:

    Los Phyros (habitantes solares) ardieron en rabia:
    ¿cómo podía una criatura lunar resistir el calor sagrado del Sol?
    Lo consideraron un sacrilegio.

    Los Espíritus del Sol vieron peligro:
    “lo que es lunar no debe tocar lo solar”.


    Mientras tanto,

    Los Elunai (habitantes de la Luna)
    se sintieron traicionados:
    Shobu había arrebatado a su criatura más pura.

    Y los Espíritus de la Luna,
    orgullosos y fríos,
    declararon que ningún ser solar debía volver a pisar sus dominios.


    Fue entonces cuando ambos grupos superiores —solares y lunares—
    tejieron un destino cruel:

    un sello eterno
    que impedía que lo solar tocara lo lunar
    y que lo lunar tocara lo solar.

    Los mundos quedaron separados
    por la fuerza del miedo.

    Y Shobu y Xinia quedaron separados
    por la fuerza del amor.


    ---

    El Primer Eclipse

    Pero el amor, cuando es verdadero,
    rompe incluso las órdenes de los dioses.

    La Luna pasó frente al Sol.
    El Sol abrazó a la Luna por la espalda.

    Y en esa alineación perfecta,
    por primera vez en la historia del cielo,
    nació un camino imposible:

    un puente de fuego y plata,
    creado no por magia solar ni lunar,
    sino
    por la súplica unida
    de dos espíritus que se negaban a olvidarse.

    Xinia cruzó.
    Shobu cruzó.

    Y se encontraron en medio del eclipse,
    en un territorio que no era del Sol ni de la Luna,
    sino del amor prohibido.

    Bajo aquel puente, se prometieron mil vidas.
    Pero mil vidas no fueron suficientes para calmar a los mundos.


    ---

    Los eclipses de amor y guerra

    Cuando los Phyros y los Elunai vieron que el eclipse
    había roto sus prohibiciones,
    nació la primera guerra entre sus pueblos.

    No una guerra de ejércitos,
    sino una guerra de pensamiento:

    unos defendiendo la unión,

    otros exigiendo separación eterna.


    Desde entonces,
    cada eclipse repite la historia:

    cuando Sol y Luna se tocan, se encuentran dos amantes;
    cuando Sol y Luna se oscurecen, se confrontan dos pueblos.

    Los eclipses son puentes.
    Los eclipses son cicatrices.
    Y en el corazón de cada uno
    late todavía el juramento de Shobu y Xinia,
    el primer amor entre fuego y plata.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 Al caer la segunda noche, la vuelvo a ver... Selin: Déjame que te cuente... La Leyenda de Shobu y Xinia Eclipses de amor y guerra Antes de que el tiempo aprendiera a contarse, cuando el cosmos aún era joven y silencioso, existió un espíritu solar errante. Shobu, una chispa viva del Sol, no era un habitante como los Phyros, sino una de las entidades primordiales, un Espíritu del Sol nacido del núcleo ardiente de la estrella. Viajaba libre, cruzando reinos de fuego, polvo y vacío, curioso ante todo aquello que no ardía como él. Un día, su luz chocó contra una esfera que no quemaba… sino que reflejaba. Había encontrado la Luna. La superficie plateada escondía vida delicada y silenciosa: los Elunai, habitantes lunares, y los misteriosos Espíritus de la Luna, criaturas antiguas como la noche. Y entre ellos, Shobu vio a una criatura cuya belleza anuló todo pensamiento: Xinia, espíritu lunar joven, una raposa de pelaje blanco y brillo azul, nacida de la calma de la Luna y bendecida por la plata de los Espíritus Lunares. Su luz no quemaba. Su luz acariciaba. Y Shobu, por primera vez, quiso ser acariciado. --- El primer lazo entre Sol y Luna Xinia se acercó sin temor alguno: ella no conocía el fuego, solo la quietud luminosa. Cuando tocaron sus energías —fuego y plata— el cosmos registró un suceso inédito: dos espíritus de orígenes contrarios hicieron armonía. Su unión fue inmediata, natural, destinada. Shobu deseó mostrarle su hogar en el Sol. Xinia aceptó, curiosa… y ese gesto inocente cambió para siempre el equilibrio de los mundos. --- La ira de Phyros y Elunai Cuando Shobu llevó a Xinia al Sol: Los Phyros (habitantes solares) ardieron en rabia: ¿cómo podía una criatura lunar resistir el calor sagrado del Sol? Lo consideraron un sacrilegio. Los Espíritus del Sol vieron peligro: “lo que es lunar no debe tocar lo solar”. Mientras tanto, Los Elunai (habitantes de la Luna) se sintieron traicionados: Shobu había arrebatado a su criatura más pura. Y los Espíritus de la Luna, orgullosos y fríos, declararon que ningún ser solar debía volver a pisar sus dominios. Fue entonces cuando ambos grupos superiores —solares y lunares— tejieron un destino cruel: un sello eterno que impedía que lo solar tocara lo lunar y que lo lunar tocara lo solar. Los mundos quedaron separados por la fuerza del miedo. Y Shobu y Xinia quedaron separados por la fuerza del amor. --- El Primer Eclipse Pero el amor, cuando es verdadero, rompe incluso las órdenes de los dioses. La Luna pasó frente al Sol. El Sol abrazó a la Luna por la espalda. Y en esa alineación perfecta, por primera vez en la historia del cielo, nació un camino imposible: un puente de fuego y plata, creado no por magia solar ni lunar, sino por la súplica unida de dos espíritus que se negaban a olvidarse. Xinia cruzó. Shobu cruzó. Y se encontraron en medio del eclipse, en un territorio que no era del Sol ni de la Luna, sino del amor prohibido. Bajo aquel puente, se prometieron mil vidas. Pero mil vidas no fueron suficientes para calmar a los mundos. --- Los eclipses de amor y guerra Cuando los Phyros y los Elunai vieron que el eclipse había roto sus prohibiciones, nació la primera guerra entre sus pueblos. No una guerra de ejércitos, sino una guerra de pensamiento: unos defendiendo la unión, otros exigiendo separación eterna. Desde entonces, cada eclipse repite la historia: cuando Sol y Luna se tocan, se encuentran dos amantes; cuando Sol y Luna se oscurecen, se confrontan dos pueblos. Los eclipses son puentes. Los eclipses son cicatrices. Y en el corazón de cada uno late todavía el juramento de Shobu y Xinia, el primer amor entre fuego y plata.
    Me entristece
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  • Tiene mucho; pero mucho sueño.
    No ha dormido otra vez ha consecuencia de las pesadillas que agolpaban su mente. Se ha cepillado el cabello, puesto alguna que otra flor en el pelo. Y lo más primordial; esconder aquellas dichosas ojeras.
    Tiene mucho; pero mucho sueño. No ha dormido otra vez ha consecuencia de las pesadillas que agolpaban su mente. Se ha cepillado el cabello, puesto alguna que otra flor en el pelo. Y lo más primordial; esconder aquellas dichosas ojeras.
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  • Una visita del pasado
    Fandom Legado Queen
    Categoría Fantasía
    Una mañana normal en el Instituto, una estudiante le hablar a Loki.

    —Oye, Loki…— La voz de su compañera sonaba casi burlona, como si la pregunta fuera un juego más. Sus ojos brillaban con esa energía que siempre arrastraba a todas a salir, a reír, a olvidar. Pero detrás de esa chispa había algo más, un temblor oculto que Loki no alcanzaba a ver.

    —Digamos que… tengo una amiga con problemas en su casa. —

    —¿Que clase de problemas? — Pregunto Loki sin mostrar mayor interés. La chica le cuenta la historia de esta supuesta "amiga", luego le pregunta a Loki disfrazando su propio dolor bajo la máscara de una historia ajena. ¿Qué crees que debería hacer?

    Loki arqueó una ceja. Para ella, los problemas de los demás eran entretenimiento. No pensó que aquella historia tuviera nada que ver con su compañera. Con una sonrisa torcida, respondió con un consejo venenoso, diseñado para que todo saliera mal. Era divertido, pensó,un juego cruel más.

    Los días pasaron y las risas se apagaron. La noticia llegó como un tornado que arrasa con todo a su paso. Su amiga había muerto, la joven se había quitado la vida. Loki quedó inmóvil, incapaz de comprender. El vacío se abrió en su pecho, un sentimiento desconocido que quemaba más que cualquier burla. Por primera vez, entendió que sus palabras habían sido la chispa que empujó a alguien hacia el abismo.

    Las lágrimas comenzaron a deslizarse por su rostro. No eran de apego, ni de amor, sino de una culpa que se clavaba como espinas invisibles. Loki deseaba, con todo su ser, regresar al instante en que había dado aquel consejo venenoso.

    Cuando las clases terminaron, Loki regreso a casa. Jennifer observaba la práctica mágica de Lili, quien al ver a su hermana menor le pregunto si quería acompañarlas, Loki no dijo nada y siguió su camino. Lili ya estaba acostumbrada que Loki no mostrara interés en la magia, por lo que no le dio importancia. Ya en su habitación, Loki se tiro sobre su cama y rompió en llanto, la joven que disfrutaba de las bromas crueles, por primera vez sentía el peso, la culpa de sus malas acciones, aquel sentimiento era nuevo, era doloroso y le hacia sentirse sucia.

    —Tomoe chan... Tonta, ¿porque no me dijiste que eras tu? Si tan solo... Si tan solo pudiera regresar en el tiempo, yo no.... —

    En aquel instante, algo rompió en Loki, el aire se quebró, los pasillos se doblaron como espejos líquidos. Los relojes estallaron en fragmentos de luz; El tiempo mismo se desgarró, como si la realidad fuera un telón demasiado frágil para contener su dolor.

    Su cuerpo se distorsionó: líneas quebradas atravesaban su silueta, como errores de matriz en un programa defectuoso. Los bordes de su figura parpadeaban, duplicándose, fragmentándose, como si la existencia no pudiera decidir si Loki estaba dentro o fuera del mundo.

    Ella lloraba, y cada sollozo era una grieta más en la realidad. El poder que nunca había buscado se manifestaba por primera vez, nacido del arrepentimiento y la desesperación. El mundo se torcía alrededor de ella, esperando… temblando… a punto de romperse del todo.

    Entonces miró sus manos distorsionadas, vibrando como si fueran errores de matriz. Pero Loki no las vio como un glitch: en ellas reconoció lo que había sido antes, un ser primordial. Aunque lo había olvidado, en su alma estaba grabado ese recuerdo. No era un error, era su forma real.

    Jennifer sintió la perturbación. —Lili, quédate aqui! — Corrió a la habitación de su hija. Para ella, que no estaba acostumbrada a ver seres de la cuarta dimensión, Loki era un amasijo de fracturas, un cuerpo quebrado por glitches imposibles. Asustada de perderla por el descontrol de su poder, Jennifer se lanzó a abrazarla, intentando contener la tormenta.

    El poder golpeó a Jennifer, su cuerpo cayó al suelo. Loki gritó, pensando que la había lastimado a su madre, o peor aún, que la había matado. —¿Mamá?! ¿Mami? — No hubo respuesta por parte de Jennifer.

    Loki dio un paso atrás y grito y en ese grito, se abrió otra visión: los últimos momentos de su amiga, el instante en que se quitaba la vida. Loki se convirtió en observadora, como lo había sido en su existencia primordial, atrapada en la visión de aquello que no podía cambiar.

    Asustada por lo que estaba viendo, escapó de su casa, dejando atrás a Jennifer. Corrió en busca de su abuelo Oz, el único que podría salvar a su madre y ayudarla a comprender su poder. Pero lo que Loki no sabía era que el golpe de energía había abierto un portal al pasado. De él emergió la Jennifer joven de siglos atrás.

    La realidad tembló. Dos entidades del caos no podían coexistir en la misma línea de tiempo. El tejido del mundo se ajustó, y ambas Jennifers se unieron en una sola. La Jennifer del presente desapareció, y lo único que quedó fue la Jennifer joven del pasado, ahora habitando la época moderna.

    Rol Grupal con: Jenny Queen Orc - Veythra Lili Queen Ishtar
    Una mañana normal en el Instituto, una estudiante le hablar a Loki. —Oye, Loki…— La voz de su compañera sonaba casi burlona, como si la pregunta fuera un juego más. Sus ojos brillaban con esa energía que siempre arrastraba a todas a salir, a reír, a olvidar. Pero detrás de esa chispa había algo más, un temblor oculto que Loki no alcanzaba a ver. —Digamos que… tengo una amiga con problemas en su casa. — —¿Que clase de problemas? — Pregunto Loki sin mostrar mayor interés. La chica le cuenta la historia de esta supuesta "amiga", luego le pregunta a Loki disfrazando su propio dolor bajo la máscara de una historia ajena. ¿Qué crees que debería hacer? Loki arqueó una ceja. Para ella, los problemas de los demás eran entretenimiento. No pensó que aquella historia tuviera nada que ver con su compañera. Con una sonrisa torcida, respondió con un consejo venenoso, diseñado para que todo saliera mal. Era divertido, pensó,un juego cruel más. Los días pasaron y las risas se apagaron. La noticia llegó como un tornado que arrasa con todo a su paso. Su amiga había muerto, la joven se había quitado la vida. Loki quedó inmóvil, incapaz de comprender. El vacío se abrió en su pecho, un sentimiento desconocido que quemaba más que cualquier burla. Por primera vez, entendió que sus palabras habían sido la chispa que empujó a alguien hacia el abismo. Las lágrimas comenzaron a deslizarse por su rostro. No eran de apego, ni de amor, sino de una culpa que se clavaba como espinas invisibles. Loki deseaba, con todo su ser, regresar al instante en que había dado aquel consejo venenoso. Cuando las clases terminaron, Loki regreso a casa. Jennifer observaba la práctica mágica de Lili, quien al ver a su hermana menor le pregunto si quería acompañarlas, Loki no dijo nada y siguió su camino. Lili ya estaba acostumbrada que Loki no mostrara interés en la magia, por lo que no le dio importancia. Ya en su habitación, Loki se tiro sobre su cama y rompió en llanto, la joven que disfrutaba de las bromas crueles, por primera vez sentía el peso, la culpa de sus malas acciones, aquel sentimiento era nuevo, era doloroso y le hacia sentirse sucia. —Tomoe chan... Tonta, ¿porque no me dijiste que eras tu? Si tan solo... Si tan solo pudiera regresar en el tiempo, yo no.... — En aquel instante, algo rompió en Loki, el aire se quebró, los pasillos se doblaron como espejos líquidos. Los relojes estallaron en fragmentos de luz; El tiempo mismo se desgarró, como si la realidad fuera un telón demasiado frágil para contener su dolor. Su cuerpo se distorsionó: líneas quebradas atravesaban su silueta, como errores de matriz en un programa defectuoso. Los bordes de su figura parpadeaban, duplicándose, fragmentándose, como si la existencia no pudiera decidir si Loki estaba dentro o fuera del mundo. Ella lloraba, y cada sollozo era una grieta más en la realidad. El poder que nunca había buscado se manifestaba por primera vez, nacido del arrepentimiento y la desesperación. El mundo se torcía alrededor de ella, esperando… temblando… a punto de romperse del todo. Entonces miró sus manos distorsionadas, vibrando como si fueran errores de matriz. Pero Loki no las vio como un glitch: en ellas reconoció lo que había sido antes, un ser primordial. Aunque lo había olvidado, en su alma estaba grabado ese recuerdo. No era un error, era su forma real. Jennifer sintió la perturbación. —Lili, quédate aqui! — Corrió a la habitación de su hija. Para ella, que no estaba acostumbrada a ver seres de la cuarta dimensión, Loki era un amasijo de fracturas, un cuerpo quebrado por glitches imposibles. Asustada de perderla por el descontrol de su poder, Jennifer se lanzó a abrazarla, intentando contener la tormenta. El poder golpeó a Jennifer, su cuerpo cayó al suelo. Loki gritó, pensando que la había lastimado a su madre, o peor aún, que la había matado. —¿Mamá?! ¿Mami? — No hubo respuesta por parte de Jennifer. Loki dio un paso atrás y grito y en ese grito, se abrió otra visión: los últimos momentos de su amiga, el instante en que se quitaba la vida. Loki se convirtió en observadora, como lo había sido en su existencia primordial, atrapada en la visión de aquello que no podía cambiar. Asustada por lo que estaba viendo, escapó de su casa, dejando atrás a Jennifer. Corrió en busca de su abuelo Oz, el único que podría salvar a su madre y ayudarla a comprender su poder. Pero lo que Loki no sabía era que el golpe de energía había abierto un portal al pasado. De él emergió la Jennifer joven de siglos atrás. La realidad tembló. Dos entidades del caos no podían coexistir en la misma línea de tiempo. El tejido del mundo se ajustó, y ambas Jennifers se unieron en una sola. La Jennifer del presente desapareció, y lo único que quedó fue la Jennifer joven del pasado, ahora habitando la época moderna. Rol Grupal con: [queen_0] - [Lili.Queen]
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    Grupal
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    Pʀɪᴍᴜs Mᴀʟᴇғɪᴄᴀʀɪᴜᴍ . ☨ ─────── 〘 C O M U N I Ó N 〙


    ──── En medio de la absoluta oscuridad, una perfecta línea recta de luz se formó sobre el suelo, proyectándose lentamente en un rectángulo junto con el lento avance de la Luna, derramando su platinar sobre la silueta de una mujer, misma que yacía de rodillas, sentada sobre sus talones, y con las palmas descansando sobre sus muslos, en la tradicional postura seiza que mantenía con entera calma y solemnidad.

    El aroma a copal dominaba el ambiente, cargado gentilmente por los haces de humo que se desprendían de los numerosos inciensos repartidos en cuencos ornamentales a ambos costados de la habitación, mismos que la circundaban y envolvían.

    Brillando en la penumbra, a momentos, los pequeños destellos de las brasas lucían como ojos que se centraban en ella y le observaban en todo momento, justo en medio del suelo de la habitación que yacía adornado por un grotesco círculo mágico; el carmín rojo y seco de los trazos delatando la naturaleza del material con el que había sido pintado.

    Sathôna alzó el rostro hacía el enorme ventanal que tenía al frente y por donde aquella cascada de luz de plata caía, con los ojos cerrados y en pleno trance, entreabriendo los labios para dejar escapar de su boca una humareda negra más pesada que el aire, misma que caía por las comisuras de sus labios y su mentón.

    Su figura se impregnaba de las estelas de aquella pesada y opresiva energía, que, para ella en su haber, se sentía ligera y le llenaba de un vigor que resultaba contradictoriamente lacerante; cada corte cicatrizado, cada magulladura aliviada y cada fractura enmendada volvían a derramar los vestigios del punzante calvario por el que el dolor la había hecho pasar.

    No había momento en el cual se sintiera más viva que cuando se sumergía en aquel baño de lamentación, de penosa meditación, al comulgar con Marchosias. Aquella noche, fue distinto. El sufrimiento era el alimento primordial de su alma, misma que lo alquimizaba en ira, de la más pura y tórrida que su corazón pudiese sostener.

    Pero esta vez, hubo algo más: Claridad. Una fresca, afilada y envolvente claridad.

    La bruja morena entreabrió los párpados, y a la par, sus labios se cerraron, no sin antes relamer los remanentes de aquella oscuridad que quedaban sobre los mismos. Pronto, su boca se curvó, y emergiendo del éxtasis, sonrió ante el altar que tenía al frente──una exquisita estatuilla de mediano tamaño tallada en mármol negro, representando a humanos, demonios y ángeles, todos encimados sobre los otros, desesperados, escalando por alcanzar el precioso reloj de arena blanca colocado al centro.

    —La mente y el tiempo tienen algo en común; ambos son excelentes sirvientes, pero pésimos gobernantes. —En reflexión, se estiró para tomar aquel reloj de arena y así girarlo sobre sí mismo, comenzando la cuenta atrás. ¿O sería hacía adelante? Pasado o futuro. ¿Qué más da?

    —Será porque ambos coinciden en un único punto de inflexión, tan crítico como sencillo; la perspectiva. El tiempo se diluye o se concentra, se comprime o se alarga, dependiendo del contexto y la subjetividad, dependiendo de la energía del observador. Y la mente es el prisma perfecto para purificar y concentrar la intención en la percepción, y así volverla luz, u oscuridad.

    Los largos dedos de Sathôna acariciaron la curvatura del anticuado reloj, a momentos tamborileando sobre el cristal, para provocar un tintineo cristalino y melódico con sus largas uñas, mientras observaba la arena fluir y caer. ¿O es que también a momentos parecía regresar a donde estaba?

    —Cada mente es un prisma, con sus propios relieves, y sus propias reglas. Su propio potencial. Y, aun así, nada ni nadie puede existir si no es observado en todo momento, si su existencia no es reconocida en el ahora de cada segundo, de cada minuto, de cada hora, por algo que no sea ellos mismos.

    Una mirada llena de añoranza brilló en los ojos de la mujer, que ahora descansaban su mirar sobre el astro plateado. Calma y resignación le llenaron el corazón, como quien asume que se encuentra en un lugar de donde no puede escapar, aún cuando conoce la salida.

    Súbitamente, aquella mano con la que acariciaba el ornamental reloj tomó el mismo de forma brusca y arrebatada para apretarlo entre sus dedos, reventando cristal y madera como si fuesen ramillas secas.

    Sangre negra emanó de sus heridas, mezclándose con la arena, profanándola, y cayendo sobre la estatuilla, quemando cuál ácido los rostros angustiados de ángeles, hombres y demonios por igual.

    — … Ahora lo único que queda, es detener el tiempo.


    Ambiance: https://youtu.be/ObgtjX98Lpw
    Pʀɪᴍᴜs Mᴀʟᴇғɪᴄᴀʀɪᴜᴍ . ☨ ─────── 〘 C O M U N I Ó N 〙 ──── En medio de la absoluta oscuridad, una perfecta línea recta de luz se formó sobre el suelo, proyectándose lentamente en un rectángulo junto con el lento avance de la Luna, derramando su platinar sobre la silueta de una mujer, misma que yacía de rodillas, sentada sobre sus talones, y con las palmas descansando sobre sus muslos, en la tradicional postura seiza que mantenía con entera calma y solemnidad. El aroma a copal dominaba el ambiente, cargado gentilmente por los haces de humo que se desprendían de los numerosos inciensos repartidos en cuencos ornamentales a ambos costados de la habitación, mismos que la circundaban y envolvían. Brillando en la penumbra, a momentos, los pequeños destellos de las brasas lucían como ojos que se centraban en ella y le observaban en todo momento, justo en medio del suelo de la habitación que yacía adornado por un grotesco círculo mágico; el carmín rojo y seco de los trazos delatando la naturaleza del material con el que había sido pintado. Sathôna alzó el rostro hacía el enorme ventanal que tenía al frente y por donde aquella cascada de luz de plata caía, con los ojos cerrados y en pleno trance, entreabriendo los labios para dejar escapar de su boca una humareda negra más pesada que el aire, misma que caía por las comisuras de sus labios y su mentón. Su figura se impregnaba de las estelas de aquella pesada y opresiva energía, que, para ella en su haber, se sentía ligera y le llenaba de un vigor que resultaba contradictoriamente lacerante; cada corte cicatrizado, cada magulladura aliviada y cada fractura enmendada volvían a derramar los vestigios del punzante calvario por el que el dolor la había hecho pasar. No había momento en el cual se sintiera más viva que cuando se sumergía en aquel baño de lamentación, de penosa meditación, al comulgar con Marchosias. Aquella noche, fue distinto. El sufrimiento era el alimento primordial de su alma, misma que lo alquimizaba en ira, de la más pura y tórrida que su corazón pudiese sostener. Pero esta vez, hubo algo más: Claridad. Una fresca, afilada y envolvente claridad. La bruja morena entreabrió los párpados, y a la par, sus labios se cerraron, no sin antes relamer los remanentes de aquella oscuridad que quedaban sobre los mismos. Pronto, su boca se curvó, y emergiendo del éxtasis, sonrió ante el altar que tenía al frente──una exquisita estatuilla de mediano tamaño tallada en mármol negro, representando a humanos, demonios y ángeles, todos encimados sobre los otros, desesperados, escalando por alcanzar el precioso reloj de arena blanca colocado al centro. —La mente y el tiempo tienen algo en común; ambos son excelentes sirvientes, pero pésimos gobernantes. —En reflexión, se estiró para tomar aquel reloj de arena y así girarlo sobre sí mismo, comenzando la cuenta atrás. ¿O sería hacía adelante? Pasado o futuro. ¿Qué más da? —Será porque ambos coinciden en un único punto de inflexión, tan crítico como sencillo; la perspectiva. El tiempo se diluye o se concentra, se comprime o se alarga, dependiendo del contexto y la subjetividad, dependiendo de la energía del observador. Y la mente es el prisma perfecto para purificar y concentrar la intención en la percepción, y así volverla luz, u oscuridad. Los largos dedos de Sathôna acariciaron la curvatura del anticuado reloj, a momentos tamborileando sobre el cristal, para provocar un tintineo cristalino y melódico con sus largas uñas, mientras observaba la arena fluir y caer. ¿O es que también a momentos parecía regresar a donde estaba? —Cada mente es un prisma, con sus propios relieves, y sus propias reglas. Su propio potencial. Y, aun así, nada ni nadie puede existir si no es observado en todo momento, si su existencia no es reconocida en el ahora de cada segundo, de cada minuto, de cada hora, por algo que no sea ellos mismos. Una mirada llena de añoranza brilló en los ojos de la mujer, que ahora descansaban su mirar sobre el astro plateado. Calma y resignación le llenaron el corazón, como quien asume que se encuentra en un lugar de donde no puede escapar, aún cuando conoce la salida. Súbitamente, aquella mano con la que acariciaba el ornamental reloj tomó el mismo de forma brusca y arrebatada para apretarlo entre sus dedos, reventando cristal y madera como si fuesen ramillas secas. Sangre negra emanó de sus heridas, mezclándose con la arena, profanándola, y cayendo sobre la estatuilla, quemando cuál ácido los rostros angustiados de ángeles, hombres y demonios por igual. — … Ahora lo único que queda, es detener el tiempo. Ambiance: https://youtu.be/ObgtjX98Lpw
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  • En una época de leyenda, sin ningún aviso ni lógica, una grieta en la realidad se abrió. De este cayo alguien cuyo impacto no fue solo físico, sino que también energético.

    En otra época, la presencia de esta persona no llamo la atención de "eso", pero ahora habia alguien mas acompañándola, eran dos almas en un solo cuerpo. Veythra era una de ellas, estaba despierta, y había tomado el control. La energía que antes estaba dormida, ahora gritaba.

    "Eso", conocido como una entidad primordial lo sintió. No era una vibración normal, era un desgarre, algo había cruzado el tiempo, y eso no pasaba todos los días.

    La joven rubia se levantó sin saber donde estaba. No había señales, no había cielo familiar, solo tierra seca y un par de carretas que pasaban por un camino polvoriento.

    La rubia las siguio por instinto. Las carretas la llevaron a una ciudad del reino Ishtar, pero estaba se encontraba en caos. Soldados gritaban, gente corría. Los rumores volaban: “La hija del monstruo va a atacar.”

    La rubia se detuvo, algo no cuadraba. Ella conocía esa historia. Jennifer nunca atacó a los Ishtar.

    Algo estaba mal, demasiado mal, y si el tiempo estaba roto, alguien tenía que arreglarlo. Veythra Lili Queen Ishtar decidió moverse.

    Segun recordaba, en esa ciudad habian una antigua fortaleza la cual en su epoca habia sido derribada para construir un hotel de lujo, Pero en esta epoca se elevaba a los cielos como una fortaleza imponente, Veythra Lili Queen Ishtar se dirigio a ese lugar, queria respuestas y solo en ese lugar donde estaban reclutando a los guerreros mas fuertes podria encontrar las respuestas que buscaba, sin saber que se estaba armando el escenario que cambiaría la historia Queen Ishtar.

    En una época de leyenda, sin ningún aviso ni lógica, una grieta en la realidad se abrió. De este cayo alguien cuyo impacto no fue solo físico, sino que también energético. En otra época, la presencia de esta persona no llamo la atención de "eso", pero ahora habia alguien mas acompañándola, eran dos almas en un solo cuerpo. Veythra era una de ellas, estaba despierta, y había tomado el control. La energía que antes estaba dormida, ahora gritaba. "Eso", conocido como una entidad primordial lo sintió. No era una vibración normal, era un desgarre, algo había cruzado el tiempo, y eso no pasaba todos los días. La joven rubia se levantó sin saber donde estaba. No había señales, no había cielo familiar, solo tierra seca y un par de carretas que pasaban por un camino polvoriento. La rubia las siguio por instinto. Las carretas la llevaron a una ciudad del reino Ishtar, pero estaba se encontraba en caos. Soldados gritaban, gente corría. Los rumores volaban: “La hija del monstruo va a atacar.” La rubia se detuvo, algo no cuadraba. Ella conocía esa historia. Jennifer nunca atacó a los Ishtar. Algo estaba mal, demasiado mal, y si el tiempo estaba roto, alguien tenía que arreglarlo. [Lili.Queen] decidió moverse. Segun recordaba, en esa ciudad habian una antigua fortaleza la cual en su epoca habia sido derribada para construir un hotel de lujo, Pero en esta epoca se elevaba a los cielos como una fortaleza imponente, [Lili.Queen] se dirigio a ese lugar, queria respuestas y solo en ese lugar donde estaban reclutando a los guerreros mas fuertes podria encontrar las respuestas que buscaba, sin saber que se estaba armando el escenario que cambiaría la historia Queen Ishtar.
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    Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour — Edición Especial “Dual Temptation”

    “Cuando la belleza se convierte en fuego, y el deseo se transforma en arte… nacen las leyendas.”
    — Dirección Artística Ishtar

    Presentación de la Edición: “Dual Temptation”
    La agencia Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour presenta con orgullo su nueva portada internacional bajo el sello Infernal Vogue Division: “Dual Temptation”, una oda visual al poder dual entre la pasión y la dominación, protagonizada por dos de nuestras más enigmáticas y aclamadas figuras del linaje Ishtar: Ignia Ishtar y Veythra, la reencarnación de la antigua Lili Queen Ishtar.

    Esta sesión redefine los límites del Infernal Glamour, fusionando el magnetismo salvaje de Ignia con la picardía elegante y feroz de Veythra. Ambos encarnan la sinergia perfecta del deseo demoníaco y la energía veraniega indomable, irradiando fuerza, confianza y tentación pura.

    Concepto Editorial:
    ♥ Título: Dual Temptation — Summer Untamed Beauty
    ♥ Estilo visual: Infernal High-Fashion / Heat & Desire / Power Couple Aesthetics
    ♥ Dirección Creativa: Metphies Jaegerjaquez Yokin Ishtar
    ♥ Locación: Estudios InfernalLight, Nox City.
    ♥ Inspiración: El equilibrio entre la llama destructora y la ♥ seducción creadora; la unión de dos fuerzas que no se apagan, sino que se desafían mutuamente.

    Sobre los modelos:
    Ignia Ishtar — “The Flame Emperor of Elegance”
    Símbolo de la belleza abrasadora y el dominio absoluto del fuego interior. Ignia irradia poder, su cuerpo esculpido y marcado por tatuajes ígneos que evocan su conexión con las fuerzas primordiales. Cada mirada suya transmite intensidad, peligro y seducción controlada.

    Veythra (Ex Lili Queen Ishtar) — “The Reborn Temptress”
    Renacida de su propia oscuridad, Veythra encarna la dualidad de la inocencia traviesa y el deseo prohibido. Su energía es magnética, su sonrisa, un desafío encantador. Representa la juventud eterna que no teme provocar al fuego, sino bailar con él.

    Mensaje de la Dirección de la Agencia:
    “Con Dual Temptation, Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour celebra la alquimia perfecta entre lo masculino y lo femenino infernal.
    Ignia y Veythra no solo posan: encarnan la esencia de nuestra firma — poder, pasión y perfección visual.
    Su química en esta edición no es actuación: es la manifestación del verdadero linaje Ishtar.”
    — Consejo Superior de la Agencia Ishtar, División Glamour Infernal

    Detalles de Producción:
    ✿ Fotografía: Astrae Noir
    ✿ Dirección de Escena: Seraphine Kairi Ishtar Yokin
    ✿ Vestuario: House of Demonic Elegance by Seieki Yokin
    ✿ Maquillaje & FX: Darklight Studio – Línea Infernal Éclat
    ✿ Música de fondo durante la sesión: “Burning Grace” – Metaphis Core Soundtrack

    🕯 Cierre de la Nota:
    La portada Dual Temptation inaugura oficialmente la temporada Infernal Summer 𝓔𝓵𝓲𝓽𝓮 2025, abriendo paso a nuevas sesiones conjuntas del linaje Ishtar bajo el sello Demonic Dèesse Glamour.
    Ignia y Veythra consolidan así su posición como pareja visual insignia del imperio Ishtar, símbolos de fuego y deseo eterno.

    “No hay verano más ardiente que el que nace del alma de un Ishtar.”
    🩸Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour — Edición Especial “Dual Temptation” “Cuando la belleza se convierte en fuego, y el deseo se transforma en arte… nacen las leyendas.” — Dirección Artística Ishtar 🔥 Presentación de la Edición: “Dual Temptation” La agencia Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour presenta con orgullo su nueva portada internacional bajo el sello Infernal Vogue Division: “Dual Temptation”, una oda visual al poder dual entre la pasión y la dominación, protagonizada por dos de nuestras más enigmáticas y aclamadas figuras del linaje Ishtar: Ignia Ishtar y Veythra, la reencarnación de la antigua Lili Queen Ishtar. Esta sesión redefine los límites del Infernal Glamour, fusionando el magnetismo salvaje de Ignia con la picardía elegante y feroz de Veythra. Ambos encarnan la sinergia perfecta del deseo demoníaco y la energía veraniega indomable, irradiando fuerza, confianza y tentación pura. ⚜️ Concepto Editorial: ♥ Título: Dual Temptation — Summer Untamed Beauty ♥ Estilo visual: Infernal High-Fashion / Heat & Desire / Power Couple Aesthetics ♥ Dirección Creativa: Metphies Jaegerjaquez Yokin Ishtar ♥ Locación: Estudios InfernalLight, Nox City. ♥ Inspiración: El equilibrio entre la llama destructora y la ♥ seducción creadora; la unión de dos fuerzas que no se apagan, sino que se desafían mutuamente. 💋 Sobre los modelos: 🔥 Ignia Ishtar — “The Flame Emperor of Elegance” Símbolo de la belleza abrasadora y el dominio absoluto del fuego interior. Ignia irradia poder, su cuerpo esculpido y marcado por tatuajes ígneos que evocan su conexión con las fuerzas primordiales. Cada mirada suya transmite intensidad, peligro y seducción controlada. 🌹 Veythra (Ex Lili Queen Ishtar) — “The Reborn Temptress” Renacida de su propia oscuridad, Veythra encarna la dualidad de la inocencia traviesa y el deseo prohibido. Su energía es magnética, su sonrisa, un desafío encantador. Representa la juventud eterna que no teme provocar al fuego, sino bailar con él. Mensaje de la Dirección de la Agencia: “Con Dual Temptation, Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour celebra la alquimia perfecta entre lo masculino y lo femenino infernal. Ignia y Veythra no solo posan: encarnan la esencia de nuestra firma — poder, pasión y perfección visual. Su química en esta edición no es actuación: es la manifestación del verdadero linaje Ishtar.” — Consejo Superior de la Agencia Ishtar, División Glamour Infernal ✴️ Detalles de Producción: ✿ Fotografía: Astrae Noir ✿ Dirección de Escena: Seraphine Kairi Ishtar Yokin ✿ Vestuario: House of Demonic Elegance by Seieki Yokin ✿ Maquillaje & FX: Darklight Studio – Línea Infernal Éclat ✿ Música de fondo durante la sesión: “Burning Grace” – Metaphis Core Soundtrack 🕯 Cierre de la Nota: La portada Dual Temptation inaugura oficialmente la temporada Infernal Summer 𝓔𝓵𝓲𝓽𝓮 2025, abriendo paso a nuevas sesiones conjuntas del linaje Ishtar bajo el sello Demonic Dèesse Glamour. Ignia y Veythra consolidan así su posición como pareja visual insignia del imperio Ishtar, símbolos de fuego y deseo eterno. “No hay verano más ardiente que el que nace del alma de un Ishtar.”
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  • —Tan pequeña, tan frágil, y al mismo tiempo, tan poderosa. ¿Qué triste, no? Cómo el dinero ofusca y vuelve burdas las transacciones que deberían ser pasionales y sublimes, las ensucia, las simplifica hasta sus núcleos más primordiales. En muchos sentidos, no hay demonio peor que el dinero, y este altar que hemos decidido construirle, ¿qué es, sino un monumento a la decadencia?
    —Tan pequeña, tan frágil, y al mismo tiempo, tan poderosa. ¿Qué triste, no? Cómo el dinero ofusca y vuelve burdas las transacciones que deberían ser pasionales y sublimes, las ensucia, las simplifica hasta sus núcleos más primordiales. En muchos sentidos, no hay demonio peor que el dinero, y este altar que hemos decidido construirle, ¿qué es, sino un monumento a la decadencia?
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