• "🄷🄴🅁🄼🄰🄽🄾🅂 🄸🄽🄵🄴🅁🄽🄰🄻🄴🅂"

    Una noche, cuando Irina y Yaken vivían juntos en el infierno, está no había vuelto a casa luego de las 12:00, lo que le pareció raro a Yaken, ya que ella era bastante puntual. Se quedó sentado en su cama viendo a la puerta mientras jugaba con un fémur que tenía por hay como bate de baisbol

    Al rato de que su hermanita no llegara el se preocupo un poco, a pesar de que a él le caía horrible su hermana y desearía matarla siempre que tuviera la oportunidad. En esta ocasión decidió levantarse de la cama y ponerse su chaqueta para salir, pero antes, vio que la chaqueta de su hermana seguía en la casa guinda, así que la agarro y la puso en su hombro antes de irse y empezó a buscar

    Pregunto por todas partes si la habían visto, pero nadie sabía nada de ella así que tocaba buscar de forma solitaria por cada rincón del infierno.
    Ellos vivían en la ciudad del orgullo, una de las más pequeñas así que no debería ser difícil encontrarla

    2:00 AM y no la había encontrado aún. Se empezó a frustrar un poco y a maldecir a la chica en voz baja mientras caminaba a la frontera de la ciudad, justo donde estaba la entrada al bosque ya que era posible que también estuviera allí

    — Irina juro que cuando te encuentre te mataré

    Cuando llegó al bosque este escucho un grito, lo que lo paralizó ya que sonaba como los de su hermana. Frunció el seño y con enojo dió un paso al frente que se siento hasta la otra esquina del infierno. Pero antes de seguir avanzando este escucho ahora unas risas agudas de unos diablillos que habitaban en los bosques, a lo que reacciono con más enojo y empezó a correr

    Cuando llegó a la zona donde estaban los ruidos vio como unos diablillos lujuriosos estaban desnudando a su hermana. Lo cual lo enfureció ya que ella aún era joven en ese tiempo Yaken tenía mucho respeto por ella como una chica joven. La única joven a la que el respetaba un poco

    — Ustedes... ¡Si meten algo dentro de ella los mato!

    Cuando grito en forma de amenaza a los diablillos impuso el respeto y miedo que tenían hacia Yaken en el infierno, haciendo temblar a los diablillos, los cuales no tardarían en dejar a la chica e irse corriendo. Uno de ello agarro la pierna de Irina y trato de llevársela, son éxito porque del suelo emergeria el dragón de Yaken, devorándolo y dejando a Irina a salvó

    — ¡Idiota de mierda, eres una puta zorra!

    El grito de Yaken hacia Irina había sido por enojo, pero sobre todo porque ella causo que Yaken se preocupara, una preocupación que no tenía desde hace mucho tiempo.
    Luego de eso Yaken respiro y no tardó en ponerle la chaqueta a su hermana y subirla a su espalda para marchar a su hogar. Yaken estaba más tranquilo ahora, pero el regalo que le daría a su hermana al llegar sería grande
    "🄷🄴🅁🄼🄰🄽🄾🅂 🄸🄽🄵🄴🅁🄽🄰🄻🄴🅂" Una noche, cuando Irina y Yaken vivían juntos en el infierno, está no había vuelto a casa luego de las 12:00, lo que le pareció raro a Yaken, ya que ella era bastante puntual. Se quedó sentado en su cama viendo a la puerta mientras jugaba con un fémur que tenía por hay como bate de baisbol Al rato de que su hermanita no llegara el se preocupo un poco, a pesar de que a él le caía horrible su hermana y desearía matarla siempre que tuviera la oportunidad. En esta ocasión decidió levantarse de la cama y ponerse su chaqueta para salir, pero antes, vio que la chaqueta de su hermana seguía en la casa guinda, así que la agarro y la puso en su hombro antes de irse y empezó a buscar Pregunto por todas partes si la habían visto, pero nadie sabía nada de ella así que tocaba buscar de forma solitaria por cada rincón del infierno. Ellos vivían en la ciudad del orgullo, una de las más pequeñas así que no debería ser difícil encontrarla 2:00 AM y no la había encontrado aún. Se empezó a frustrar un poco y a maldecir a la chica en voz baja mientras caminaba a la frontera de la ciudad, justo donde estaba la entrada al bosque ya que era posible que también estuviera allí — Irina juro que cuando te encuentre te mataré Cuando llegó al bosque este escucho un grito, lo que lo paralizó ya que sonaba como los de su hermana. Frunció el seño y con enojo dió un paso al frente que se siento hasta la otra esquina del infierno. Pero antes de seguir avanzando este escucho ahora unas risas agudas de unos diablillos que habitaban en los bosques, a lo que reacciono con más enojo y empezó a correr Cuando llegó a la zona donde estaban los ruidos vio como unos diablillos lujuriosos estaban desnudando a su hermana. Lo cual lo enfureció ya que ella aún era joven en ese tiempo Yaken tenía mucho respeto por ella como una chica joven. La única joven a la que el respetaba un poco — Ustedes... ¡Si meten algo dentro de ella los mato! Cuando grito en forma de amenaza a los diablillos impuso el respeto y miedo que tenían hacia Yaken en el infierno, haciendo temblar a los diablillos, los cuales no tardarían en dejar a la chica e irse corriendo. Uno de ello agarro la pierna de Irina y trato de llevársela, son éxito porque del suelo emergeria el dragón de Yaken, devorándolo y dejando a Irina a salvó — ¡Idiota de mierda, eres una puta zorra! El grito de Yaken hacia Irina había sido por enojo, pero sobre todo porque ella causo que Yaken se preocupara, una preocupación que no tenía desde hace mucho tiempo. Luego de eso Yaken respiro y no tardó en ponerle la chaqueta a su hermana y subirla a su espalda para marchar a su hogar. Yaken estaba más tranquilo ahora, pero el regalo que le daría a su hermana al llegar sería grande
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  • Ya dime si quieres estar conmigo o si mejor me voy
    Tus besos dicen que tú sí me quieres pero tus palabras no
    Y al chile, yo hasta moriría por ti pero dices que no ,No eres directa, neta, ya me estás cansando, se concreta por favor
    Y en la noche en que las estrellas salen
    Yo pienso en ti, mi amor
    ¿Qué me hiciste?, de mi cabeza no sales
    Y no lo digo por mamón
    Si me dices para ti que soy
    No dudaré en hacerte tan feliz
    Eres especial para mí
    Dime ¿por qué me haces sufrir?
    Yo te olvidaré desde las Fuentes de Ortiz
    Soy inseguro cuando dices que me quieres porque creo que no
    Como bebé caigo pero sí redondito en tu trampa, amor,Ya dime si tú me quieres por favor,Y he sufrido y me he empedado tanto por tu amor -Fuentes de Ortiz
    Ya dime si quieres estar conmigo o si mejor me voy Tus besos dicen que tú sí me quieres pero tus palabras no Y al chile, yo hasta moriría por ti pero dices que no ,No eres directa, neta, ya me estás cansando, se concreta por favor Y en la noche en que las estrellas salen Yo pienso en ti, mi amor ¿Qué me hiciste?, de mi cabeza no sales Y no lo digo por mamón Si me dices para ti que soy No dudaré en hacerte tan feliz Eres especial para mí Dime ¿por qué me haces sufrir? Yo te olvidaré desde las Fuentes de Ortiz Soy inseguro cuando dices que me quieres porque creo que no Como bebé caigo pero sí redondito en tu trampa, amor,Ya dime si tú me quieres por favor,Y he sufrido y me he empedado tanto por tu amor -Fuentes de Ortiz ❣️
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  • Bien , descansa un poco vale
    Deja que está chica linda , que tienescomo amiga vigire está noche .
    Bien , descansa un poco vale Deja que está chica linda , que tienescomo amiga vigire está noche .
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  • ¿He llegado a amar verdaderamente a alguien alguna vez?
    ¿Soy digno de lo que poseo?

    Hoy, el intrincado tejido de las relaciones personales se ha transformado.
    Ahora son una serie de trampas insidiosas.
    Mientras el miedo muta, cambiando mi repertorio de aliados y confidentes.

    Poseo acciones valoradas en un millones de dólares,
    Sin embargo, la serenidad del sueño me elude noche tras noche.

    ¿En qué abismo me he convertido?
    ¿He llegado a amar verdaderamente a alguien alguna vez? ¿Soy digno de lo que poseo? Hoy, el intrincado tejido de las relaciones personales se ha transformado. Ahora son una serie de trampas insidiosas. Mientras el miedo muta, cambiando mi repertorio de aliados y confidentes. Poseo acciones valoradas en un millones de dólares, Sin embargo, la serenidad del sueño me elude noche tras noche. ¿En qué abismo me he convertido?
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  • El viento helado de las montañas de Sangravah, un rincón remoto del continente, cortaba la piel como cuchillas. Azriel apenas lo sentía. Había perdido la noción del tiempo desde que había dejado Velaris. No quería mirar atrás, no podía. La vergüenza y el peso de sus decisiones lo habían arrastrado a este lugar, lejos de todo y de todos.

    Había traicionado a su familia, a sus hermanos. Aquellos con los que no compartía sangre, pero si el alma. El lazo que lo unía a Nesta era una cadena invisible que le recordaba cada día lo que había hecho. El lazo había sellado algo más profundo, algo que él no había pedido pero tampoco pudo resistir. Sin embargo, eso había convertido su traición en algo irreparable. Cassian tenía el corazón destrozado, y por sus acciones este casi se quita la vida con "La que dice la verdad" en un enajenamiento. La última vez que vió su amada Daga está estaba en las manos de su Alto Lord, ni siquiera fue capaz de acercarse para recuperarla. Rhysand lo había mirado con una decepción tan profunda que Azriel sentía que el peso de ese juicio lo hundiría para siempre.

    Sangravah era el único lugar que le parecía lo suficientemente lejano como para evitar enfrentarse a la realidad, una realidad que lo estaba consumiendo dentro de su mundo de sombras. Este remoto santuario estaba tan aislado que ni siquiera el lazo con Nesta lograba alcanzarlo. Sentía el eco de su conexión a lo lejos, desdibujandose hasta que era casi imperceptible. Nadie sabía que estaba allí, y esperaba que así fuera durante mucho tiempo.

    Pero incluso en su exilio, los demonios internos lo perseguían. Las noches eran lo peor. No podía dejar de pensar en Elain. Su rostro, su voz, su dulzura... Todo aquello que él nunca había merecido y que ahora era incapaz de enfrentar. ¿Cómo podría mirarla, sabiendo lo que había hecho?. No sería capaz de observar la decepción o el asco viniendo de sus ojos, prefiriendo la muerte incluso.

    A veces, en la soledad, Azriel pensaba en volver. Pensaba en enfrentar las consecuencias de sus acciones, en buscar el perdón que no creía merecer. Pero cada vez que esa idea cruzaba por su mente, el miedo lo paralizaba. ¿Y si Cassian nunca lo perdonaba? ¿Y si Nesta lo odiaba por haberla dejado sola con ese lazo que los unía? ¿Y si Elain jamás volvía a mirarlo con esos ojos llenos de esperanza?.

    Le había prometido a Nesta que jamás la dejaría sola. La primera vez que intentó faltar a esa promesa, la reina muerte lo maldijo con crueldad merecida. ¿Y ahora?, ¿Que haría?. Lo único que sabía es que él jamás había encajado en todo aquello. De por sí, Azriel era un ser que jamás había logrado encajar del todo en ningún lado, su tortuoso pasado lo convertían en alguien roto, alguien que nunca podría encontrar un auténtico lugar.

    Quizás un día tendría la fuerza para regresar. Pero no hoy. Incluso faltaría al cumpleaños de Rhysand. Pero...¿Como iba a ser capaz de estar en una fiesta después de todo lo que había ocurrido?. Mientras tanto, el frío de Sangravah era el único que lo abrazaba, el único que podía soportar.
    El viento helado de las montañas de Sangravah, un rincón remoto del continente, cortaba la piel como cuchillas. Azriel apenas lo sentía. Había perdido la noción del tiempo desde que había dejado Velaris. No quería mirar atrás, no podía. La vergüenza y el peso de sus decisiones lo habían arrastrado a este lugar, lejos de todo y de todos. Había traicionado a su familia, a sus hermanos. Aquellos con los que no compartía sangre, pero si el alma. El lazo que lo unía a Nesta era una cadena invisible que le recordaba cada día lo que había hecho. El lazo había sellado algo más profundo, algo que él no había pedido pero tampoco pudo resistir. Sin embargo, eso había convertido su traición en algo irreparable. Cassian tenía el corazón destrozado, y por sus acciones este casi se quita la vida con "La que dice la verdad" en un enajenamiento. La última vez que vió su amada Daga está estaba en las manos de su Alto Lord, ni siquiera fue capaz de acercarse para recuperarla. Rhysand lo había mirado con una decepción tan profunda que Azriel sentía que el peso de ese juicio lo hundiría para siempre. Sangravah era el único lugar que le parecía lo suficientemente lejano como para evitar enfrentarse a la realidad, una realidad que lo estaba consumiendo dentro de su mundo de sombras. Este remoto santuario estaba tan aislado que ni siquiera el lazo con Nesta lograba alcanzarlo. Sentía el eco de su conexión a lo lejos, desdibujandose hasta que era casi imperceptible. Nadie sabía que estaba allí, y esperaba que así fuera durante mucho tiempo. Pero incluso en su exilio, los demonios internos lo perseguían. Las noches eran lo peor. No podía dejar de pensar en Elain. Su rostro, su voz, su dulzura... Todo aquello que él nunca había merecido y que ahora era incapaz de enfrentar. ¿Cómo podría mirarla, sabiendo lo que había hecho?. No sería capaz de observar la decepción o el asco viniendo de sus ojos, prefiriendo la muerte incluso. A veces, en la soledad, Azriel pensaba en volver. Pensaba en enfrentar las consecuencias de sus acciones, en buscar el perdón que no creía merecer. Pero cada vez que esa idea cruzaba por su mente, el miedo lo paralizaba. ¿Y si Cassian nunca lo perdonaba? ¿Y si Nesta lo odiaba por haberla dejado sola con ese lazo que los unía? ¿Y si Elain jamás volvía a mirarlo con esos ojos llenos de esperanza?. Le había prometido a Nesta que jamás la dejaría sola. La primera vez que intentó faltar a esa promesa, la reina muerte lo maldijo con crueldad merecida. ¿Y ahora?, ¿Que haría?. Lo único que sabía es que él jamás había encajado en todo aquello. De por sí, Azriel era un ser que jamás había logrado encajar del todo en ningún lado, su tortuoso pasado lo convertían en alguien roto, alguien que nunca podría encontrar un auténtico lugar. Quizás un día tendría la fuerza para regresar. Pero no hoy. Incluso faltaría al cumpleaños de Rhysand. Pero...¿Como iba a ser capaz de estar en una fiesta después de todo lo que había ocurrido?. Mientras tanto, el frío de Sangravah era el único que lo abrazaba, el único que podía soportar.
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  • Cumpleaños en la nieve (celebración para el Alto Lord)
    Fandom ACOTAR
    Categoría Fantasía
    𝐦𝐢𝐧𝐢𝐧𝐨𝐫𝐦𝐚𝐬

    - el rol es para pasarlo bien (dentro de lo que se pueda) y despejar a los personajes de todo lo que ha pasado, y celebrar el cumple del Alto Lord.
    - estaremos en las montañas, cerca del campamento ilyrio, todo está nevado y se trata de interactuar en ese entorno.
    - hay una cabaña con todo lo necesario: comida, bebida, sillones, sofás, mantas...
    - para responder a todos procurad mencionar para que salten los avisos.
    - si queréis interactuar solo con alguien concreto, mencionad a ese alguien en otro rol nuevo, siempre respondiendo este starter para no perder el hilo.


    𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧
    El inviernos había llegado a Velaris y sus montañas estaban totalmente nevadas. Las calles ya olían a los olores de la época, las tiendas empezaban a estar decoradas de forma festiva y la gente ya iba abrigada.

    Pero nuestros protagonistas tenían algo muy importante que celebrar: el cumpleaños del Alto Lord de la corte Noche.

    Entre unas cosas y otras, querían intentar olvidar todo lo que había pasado los meses anteriores e intentar relajarse un poco, y para eso ella aquel evento, para disfrutar de un día todos juntos.


    𝕰𝑙𝑎𝑖𝑛 𝕬𝑟𝑐𝘩𝑒𝑟𝑜𝑛 𝕮assian  ︎ ︎ ︎ ︎ 𝕸orrigɑn  ︎ ︎ ︎ ︎ 𝐑𝐡𝐲𝐬𝐚𝐧𝐝 𝕬𝖟𝖗𝖎𝖊𝖑 𝐅𝐞𝐲𝐫𝐞 𝐀𝐫𝐜𝐡𝐞𝐫𝐨𝐧 𝕾𝖚𝖗𝖎𝖊𝖑 𝑇𝘢𝘮𝘭𝘪𝘯​ 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝐶𝘰𝘳𝘵𝘦 𝑃​𝘳𝘪𝘮𝘢𝘷𝘦𝘳𝘢 𝕷𝘂𝗰𝗶𝗲𝗻 𝗩𝗮𝗻𝘀𝗲𝗿𝗿𝗮 𝑨𝙢𝙧𝙚𝙣 𝕹𝐞𝐬𝐭𝐚 𝕬𝐫𝐜𝐡𝐞𝐫𝐨𝐧 Dámaris
    𝐦𝐢𝐧𝐢𝐧𝐨𝐫𝐦𝐚𝐬 - el rol es para pasarlo bien (dentro de lo que se pueda) y despejar a los personajes de todo lo que ha pasado, y celebrar el cumple del Alto Lord. - estaremos en las montañas, cerca del campamento ilyrio, todo está nevado y se trata de interactuar en ese entorno. - hay una cabaña con todo lo necesario: comida, bebida, sillones, sofás, mantas... - para responder a todos procurad mencionar para que salten los avisos. - si queréis interactuar solo con alguien concreto, mencionad a ese alguien en otro rol nuevo, siempre respondiendo este starter para no perder el hilo. 𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 El inviernos había llegado a Velaris y sus montañas estaban totalmente nevadas. Las calles ya olían a los olores de la época, las tiendas empezaban a estar decoradas de forma festiva y la gente ya iba abrigada. Pero nuestros protagonistas tenían algo muy importante que celebrar: el cumpleaños del Alto Lord de la corte Noche. Entre unas cosas y otras, querían intentar olvidar todo lo que había pasado los meses anteriores e intentar relajarse un poco, y para eso ella aquel evento, para disfrutar de un día todos juntos. [Seer.flower] [twilight_gold_mule_929] [Third.1n.Command] [High.Lord] [spirit_lime_fox_273] [high1ady] [The_Suriel] [Spring_HighLord] [glimmer_turquoise_monkey_752] [Second_in_Command] [THE_VALKYRIE] [glowing.night]
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    10
    Estado
    Disponible
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  • El tintineo de las campanas en la puerta aún resonaba en la mente de Carmina mientras se quitaba los zapatos al entrar a su habitación. Había sido otro día largo en la tienda de conveniencia de su abuela, atendiendo clientes y reponiendo estantes. Se desplomó sobre su cama, dejando el uniforme tirado en una silla cercana. Desde su mesita de noche, la foto de su abuela joven la observaba, recordándole por qué seguía trabajando tan duro. Minu, su gato, saltó al colchón, acomodándose a su lado. "Otro día hecho, Minu", susurró, acariciándolo mientras el cansancio la llevaba al sueño.
    El tintineo de las campanas en la puerta aún resonaba en la mente de Carmina mientras se quitaba los zapatos al entrar a su habitación. Había sido otro día largo en la tienda de conveniencia de su abuela, atendiendo clientes y reponiendo estantes. Se desplomó sobre su cama, dejando el uniforme tirado en una silla cercana. Desde su mesita de noche, la foto de su abuela joven la observaba, recordándole por qué seguía trabajando tan duro. Minu, su gato, saltó al colchón, acomodándose a su lado. "Otro día hecho, Minu", susurró, acariciándolo mientras el cansancio la llevaba al sueño.
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  • ❝ ── 𝑨 𝒔𝒊𝒍𝒆𝒏𝒕 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕 ❞




    Un suspiro cargado de cansancio se deslizó de sus labios mientras abotonaba la camisa blanca que había elegido para esa noche. El tejido ligero caía suavemente sobre su piel, dejando los dos últimos botones desabrochados, como si incluso el pequeño esfuerzo de cerrarlos fuera innecesario.

    Llevó las manos hacia su cuello, con movimientos lentos apartando su cabello ondulado de un rojo vibrante para dejarlo caer libremente sobre su espalda. Había sido un día largo, pero había valido la pena; la reunión con esa Italiana había salido mucho mejor de lo que esperaba, y ahora solo buscaba un momento de paz en su propio espacio.

    Su mirada vagó por el departamento, un lugar que llamaba "hogar" por comodidad, pero que en realidad siempre había sentido más como un refugio temporal más que nada en dónde podía descansar. Sus pasos, descalzos y casi inaudibles, la llevaron hacia la ventana, en dónde observo la ciudad bajo sus pies que se extendía como un mapa vacío, sin personas presentes.

    Al llegar, apoyó los antebrazos en el marco y dejó caer su mentón sobre ellos. Sus ojos vagaron hacia el cielo oscuro, buscando algo que ni siquiera ella sabía. De un momento a otro, sintió como un viento helado se filtraba poco a poco sobre sus piernas, muslos y luego por debajo de la camisa, llegando hasta sus pechos. Un escalofrío recorrió su cuerpo, pero ni eso hizo que se apartará de ahí, era terca.

    Últimamente había estado sintiéndose muy agotada, probablemente debido al trabajo que tenia. Aunque, en realidad más que nada terminaba apoyando en la mafia a la que trabajaba debido a su puesto, en realidad habia deseado salir de aquel trabajo muy "legal" hacia ya mucho tiempo, pero no tenia opciones, solo estaba ahi con un objetivo en claro, eso, y porque básicamente tenia un contrato que debia cumplir. Aunque intento escapar varias veces, siempre fue encontrada, de hecho, fue tantas las veces que lo intento que más parecía un juego "Del gato y del ratón" para sus compañeros de trabajo. Un juego que terminaba perdiendo y del cual se rindió hace ya mucho tiempo.

    Una vida "normal" es lo único que hubiera deseado, pero la vida actual era su realidad, una muy y terriblemente mala. Sus pensamientos seguían vagando, no paro hasta que sintió algo suave y caliente en su pierna, bajo la mirada notando la presencia de su pequeña minina y su cola sobre esta.

    — Hanna, ven aquí ... — Pronunció suavemente y con una sonrisa delicada, la tomó entre sus brazos y fue hacia el sofá para acomodarse, se hecho apenas pudo, dejando que su gata se enrollara como caracol sobre sus piernas desnudas, apoyó su cabeza en el antebrazo del sillón mientras aun mantenia su mirada sobre la ventana y luego sobre la mesita de la sala en dónde se hallaba una cartera blanca, en donde se encontraba cierto papel con un nombre y número telefónico, que le había entregado Elisabetta para comunicarse con una mujer para sacarle información. Si que estos días iban a ser movidos, aunque ahora simplemente se relajaría.

    ❝ ── 𝑨 𝒔𝒊𝒍𝒆𝒏𝒕 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕 ❞ Un suspiro cargado de cansancio se deslizó de sus labios mientras abotonaba la camisa blanca que había elegido para esa noche. El tejido ligero caía suavemente sobre su piel, dejando los dos últimos botones desabrochados, como si incluso el pequeño esfuerzo de cerrarlos fuera innecesario. Llevó las manos hacia su cuello, con movimientos lentos apartando su cabello ondulado de un rojo vibrante para dejarlo caer libremente sobre su espalda. Había sido un día largo, pero había valido la pena; la reunión con esa Italiana había salido mucho mejor de lo que esperaba, y ahora solo buscaba un momento de paz en su propio espacio. Su mirada vagó por el departamento, un lugar que llamaba "hogar" por comodidad, pero que en realidad siempre había sentido más como un refugio temporal más que nada en dónde podía descansar. Sus pasos, descalzos y casi inaudibles, la llevaron hacia la ventana, en dónde observo la ciudad bajo sus pies que se extendía como un mapa vacío, sin personas presentes. Al llegar, apoyó los antebrazos en el marco y dejó caer su mentón sobre ellos. Sus ojos vagaron hacia el cielo oscuro, buscando algo que ni siquiera ella sabía. De un momento a otro, sintió como un viento helado se filtraba poco a poco sobre sus piernas, muslos y luego por debajo de la camisa, llegando hasta sus pechos. Un escalofrío recorrió su cuerpo, pero ni eso hizo que se apartará de ahí, era terca. Últimamente había estado sintiéndose muy agotada, probablemente debido al trabajo que tenia. Aunque, en realidad más que nada terminaba apoyando en la mafia a la que trabajaba debido a su puesto, en realidad habia deseado salir de aquel trabajo muy "legal" hacia ya mucho tiempo, pero no tenia opciones, solo estaba ahi con un objetivo en claro, eso, y porque básicamente tenia un contrato que debia cumplir. Aunque intento escapar varias veces, siempre fue encontrada, de hecho, fue tantas las veces que lo intento que más parecía un juego "Del gato y del ratón" para sus compañeros de trabajo. Un juego que terminaba perdiendo y del cual se rindió hace ya mucho tiempo. Una vida "normal" es lo único que hubiera deseado, pero la vida actual era su realidad, una muy y terriblemente mala. Sus pensamientos seguían vagando, no paro hasta que sintió algo suave y caliente en su pierna, bajo la mirada notando la presencia de su pequeña minina y su cola sobre esta. — Hanna, ven aquí ... — Pronunció suavemente y con una sonrisa delicada, la tomó entre sus brazos y fue hacia el sofá para acomodarse, se hecho apenas pudo, dejando que su gata se enrollara como caracol sobre sus piernas desnudas, apoyó su cabeza en el antebrazo del sillón mientras aun mantenia su mirada sobre la ventana y luego sobre la mesita de la sala en dónde se hallaba una cartera blanca, en donde se encontraba cierto papel con un nombre y número telefónico, que le había entregado Elisabetta para comunicarse con una mujer para sacarle información. Si que estos días iban a ser movidos, aunque ahora simplemente se relajaría.
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  • Había estado toda la tarde y casi tres noches preparando esta poción mágica, ahora solo faltaba que lo prepare tal y como había investigado hacerla; uno por uno de los ingredientes para poción bebible fui mezclando en un pequeño jarron de cristal; vertí el agua traslúcida pero algo grumosa hervida de la mandrágora, también la esencia de camaleón con una cucharada sopera mezclandolo en sentido contrario a las agujas del reloj. Miré la pluma de fénix que levitaba a un lado mío y lo dirigí al jarrón, dejándolo caer; inmediatamente el fuego encendido hizo una erupción al contacto con el líquido grumoso de la mezcla.

    —Vamos bien, tiene buen color dorado rojizo... —miré en cuánto agua verdosa traslúcida se mezcló con la pluma rojiza del fénix. Caminé dos pasos hasta una mesita cercana donde se encontraba mi mortero de piedra con petalos de rosa negra machados previamente, lo tomé y volví a acercarme hacia a la poción.

    Espolvoreo el polvo de la rosa negra sobre la mezcla, volviendo el color hermoso a uno oscuro, sin embargo, agarro el siguiente polvo: obsidiana en polvo, siguiendo la técnica de mezclar ahora tres veces hacia el sentido horario con la cuchara.

    —Huele bien, a rosas... ~

    Finalmente, me miro la mano y con determinación en mi mirada de color marrón claro, saco una garra de mi lado lobuno con dificultades. Para luego dirigir esa uña directamente hacia mi muñeca y rasguñar un poco para empezar a verter mi sangre en la poción, consiguiendo cerrar el ciclo mágico de la poción.

    Inmediatamente luego de que mi sangre se vierte tal y como había memorizado la receta, esta cambia de color a una dorada intensa. Percibo un escalofrío de anticipación por toda mi espalda y nuca.

    —Espero que funcione esta poción...

    Lo miro unos instantes, río encantada. Para luego tomar el jarron y verterlo en cinco frascos. Perfecto. En cuánto guardo las otras cuatro, tomo entre mis manos el frasco que no guardé, y me lo tomo sin retrasar mas mi motivo, el líquido va cayendo por mi garganta y en cuanto termino la poción, dejandolo vacío. Algo en mi garganta y cuerpo arde y luego... ¡paft!

    El humo sale por mi nariz, orejas y boca al punto que me ciega tal y como si hubiera eructado. Pero no lo sentí como tal.

    Sin embargo...

    —¿Uh?

    «¿Porqué siento mis orejas mas sensibles?»pensé con desconcierto un momento.

    Me levantó torpemente de mi butaca y me dirijo al espejo. Quedando muda y tiesa frente a este.

    «Me siento diferente... ¡pero funcionó! Esta vez no somos una gran loba feroz en un sitio tan pequeño como este...»

    «pero mis ojos claros se fueron y los ojos de Astra se instalaron, su pelaje cambió mi cabello negro natural y corto...»pensé con una sonrisa tensa, incomoda. Realmente no me esperaba este resultado.

    —Tan solo espero que haya hecho todo correcto con la poción y mañana en la noche vuelva a ser yo....
    Había estado toda la tarde y casi tres noches preparando esta poción mágica, ahora solo faltaba que lo prepare tal y como había investigado hacerla; uno por uno de los ingredientes para poción bebible fui mezclando en un pequeño jarron de cristal; vertí el agua traslúcida pero algo grumosa hervida de la mandrágora, también la esencia de camaleón con una cucharada sopera mezclandolo en sentido contrario a las agujas del reloj. Miré la pluma de fénix que levitaba a un lado mío y lo dirigí al jarrón, dejándolo caer; inmediatamente el fuego encendido hizo una erupción al contacto con el líquido grumoso de la mezcla. —Vamos bien, tiene buen color dorado rojizo... —miré en cuánto agua verdosa traslúcida se mezcló con la pluma rojiza del fénix. Caminé dos pasos hasta una mesita cercana donde se encontraba mi mortero de piedra con petalos de rosa negra machados previamente, lo tomé y volví a acercarme hacia a la poción. Espolvoreo el polvo de la rosa negra sobre la mezcla, volviendo el color hermoso a uno oscuro, sin embargo, agarro el siguiente polvo: obsidiana en polvo, siguiendo la técnica de mezclar ahora tres veces hacia el sentido horario con la cuchara. —Huele bien, a rosas... ~ Finalmente, me miro la mano y con determinación en mi mirada de color marrón claro, saco una garra de mi lado lobuno con dificultades. Para luego dirigir esa uña directamente hacia mi muñeca y rasguñar un poco para empezar a verter mi sangre en la poción, consiguiendo cerrar el ciclo mágico de la poción. Inmediatamente luego de que mi sangre se vierte tal y como había memorizado la receta, esta cambia de color a una dorada intensa. Percibo un escalofrío de anticipación por toda mi espalda y nuca. —Espero que funcione esta poción... Lo miro unos instantes, río encantada. Para luego tomar el jarron y verterlo en cinco frascos. Perfecto. En cuánto guardo las otras cuatro, tomo entre mis manos el frasco que no guardé, y me lo tomo sin retrasar mas mi motivo, el líquido va cayendo por mi garganta y en cuanto termino la poción, dejandolo vacío. Algo en mi garganta y cuerpo arde y luego... ¡paft! El humo sale por mi nariz, orejas y boca al punto que me ciega tal y como si hubiera eructado. Pero no lo sentí como tal. Sin embargo... —¿Uh? «¿Porqué siento mis orejas mas sensibles?»pensé con desconcierto un momento. Me levantó torpemente de mi butaca y me dirijo al espejo. Quedando muda y tiesa frente a este. «Me siento diferente... ¡pero funcionó! Esta vez no somos una gran loba feroz en un sitio tan pequeño como este...» «pero mis ojos claros se fueron y los ojos de Astra se instalaron, su pelaje cambió mi cabello negro natural y corto...»pensé con una sonrisa tensa, incomoda. Realmente no me esperaba este resultado. —Tan solo espero que haya hecho todo correcto con la poción y mañana en la noche vuelva a ser yo....
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  • Vaya , hay muchas estrellas me preguntó si allá afuera abra más .
    Además , una noche muy tranquila.
    Vaya , hay muchas estrellas me preguntó si allá afuera abra más . Además , una noche muy tranquila.
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