• Una incursión fallida
    Fandom Genshin impact
    Categoría Acción
    Rol con: Tartaglia
    Lugar: El abismo.

    Llevaba un rato esperando en las puertas del abismo. Y como no, Tartaglia llegaba tarde, jodidamente tarde. Suspiró carente de paciencia.

    << Seguro que se ha quedado haciendo el imbecil en Liyue con el idiota del viajero. Patético, haciendo amistad con el jodido enemigo>> pensó irritado, corroborando una vez más su hipótesis de que Childe tenía la fuerza y mente de un niño. Le parecía casi una ofensa que lo hubieran destinado como su compañero en aquella incursión al abismo, obviamente no era nada difícil para Scaramouche. Pero, no le hacía gracia tener que hacer de niñera de alguien con un cargo inferior al suyo y que además, no tenía sentido alguno de la responsabilidad y menos aún de la eficiencia.

    Casi, lo había tomado como un castigo, por fracasar en su última misión por culpa de aquel viajero, con el que el pelirrojo parecía llevarse tan bien. Por supuesto, no había sido el único Signora también sus planes frustrados, y Childe onviamente también, de modo que nadie podía recriminarle absolutamente nada, o no al menos sin vérselas con su afilada lengua. oor que si, era una marioneta, pero una que nadie podía controlar.

    Mientras esperaba, sacó de una de sus mangas una pequeña lista de materiales que Dottore pretendía conseguir al enviarlos a aquella mision, se trataba de salas intermedias, no debia de haber ningún problema para abrirse paso. Iba a ser sencillo.
    Rol con: [eclipse_platinum_kangaroo_126] Lugar: El abismo. Llevaba un rato esperando en las puertas del abismo. Y como no, Tartaglia llegaba tarde, jodidamente tarde. Suspiró carente de paciencia. << Seguro que se ha quedado haciendo el imbecil en Liyue con el idiota del viajero. Patético, haciendo amistad con el jodido enemigo>> pensó irritado, corroborando una vez más su hipótesis de que Childe tenía la fuerza y mente de un niño. Le parecía casi una ofensa que lo hubieran destinado como su compañero en aquella incursión al abismo, obviamente no era nada difícil para Scaramouche. Pero, no le hacía gracia tener que hacer de niñera de alguien con un cargo inferior al suyo y que además, no tenía sentido alguno de la responsabilidad y menos aún de la eficiencia. Casi, lo había tomado como un castigo, por fracasar en su última misión por culpa de aquel viajero, con el que el pelirrojo parecía llevarse tan bien. Por supuesto, no había sido el único Signora también sus planes frustrados, y Childe onviamente también, de modo que nadie podía recriminarle absolutamente nada, o no al menos sin vérselas con su afilada lengua. oor que si, era una marioneta, pero una que nadie podía controlar. Mientras esperaba, sacó de una de sus mangas una pequeña lista de materiales que Dottore pretendía conseguir al enviarlos a aquella mision, se trataba de salas intermedias, no debia de haber ningún problema para abrirse paso. Iba a ser sencillo.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    15 turnos 0 maullidos
  • 𝑫𝒆𝒃𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒓 "𝒂𝒅𝒊𝒐́𝒔"
    Fandom ZYXS
    Categoría Drama
    ¿𝘊𝘰́𝘮𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰….ᐣ ¿𝘊𝘰́𝘮𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘢𝘱𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘮𝘰𝘴 𝘯𝘢𝘥𝘢.ᐣ
    𝘖𝘫𝘢𝘭𝘢́ 𝘵𝘦 𝘮𝘦 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥𝘢𝘳𝘢𝘴, 𝘤𝘰𝘯 𝘵𝘰𝘥𝘢𝘴 𝘦𝘴𝘢𝘴 𝘧𝘭𝘰𝘳𝘦𝘴 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘳𝘢.
    𝘝𝘪𝘦́𝘯𝘥𝘰𝘮𝘦 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘦𝘭 𝘚𝘰𝘭 𝘢 𝘭𝘢𝘴 𝘷𝘦𝘯𝘵𝘢𝘯𝘢𝘴.

    Sus mensajes con el tiempo habían dejado de ser tan frecuentes, al grado de contestar solo un par de veces al día. Masthian podía vivir con eso, pero cuando empezaron a ser solo un par a la semana, comenzó la preocupación. La buscó, por supuesto. Fue a su casa, la buscó en las tiendas de saldos que sabía que frecuentaba, incluso trató de seguir sus historias de Instagram, pero parecía que se la había tragado la tierra.

    Hasta que un día, sin más, le soltó la noticia: Había obtenido una beca para estudiar fuera del país, se iría a Europa. ¿Cuando? ¿Por qué no le había dicho? ¿Podían verse antes? Ninguna de esas preguntas tuvo respuestas. Todos los días, un mensaje y un intento de llamada que no atendían ni respondían.

    Esa mañana, descubrió que el mensaje simplemente no fue recibido y la llamada lo mandaba directamente a buzón. Entró en pánico. Salió corriendo de casa de su abuela hasta el barrio donde Nicole vivía. Se encontró las puertas y ventanas cerradas.

    𝘠 𝘵𝘦 𝘭𝘰 𝘭𝘭𝘦𝘷𝘢𝘴 𝘵𝘰𝘥𝘰, 𝘭𝘰 𝘱𝘦𝘳𝘥𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘵𝘰𝘥𝘰
    ¿𝘊𝘰́𝘮𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘢𝘱𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘮𝘰𝘴 𝘯𝘢𝘥𝘢.ᐣ
    𝘛𝘶́ 𝘣𝘪𝘦𝘯 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘴 𝘥𝘦𝘭 𝘥𝘦𝘭𝘪𝘳𝘪𝘰 𝘥𝘦 𝘷𝘪𝘷𝘪𝘳 𝘴𝘪𝘯 𝘢𝘮𝘢𝘳𝘪𝘭𝘭𝘰...
    𝘠 𝘵𝘦 𝘭𝘰 𝘭𝘭𝘦𝘷𝘢𝘴

    Sintió como el corazón poco a poco se le fue acelerando, a medida que se acercaba y comprobaba que la casa estaba vacía. Su familia nunca cerraba las cortinas, a sus padres no les gustaba que las ventanas estuvieran cerradas... ¿Dónde estaba su perro? ¿Por qué no ladraba?

    Su diestra fue a abrir la rejita que conectaba al patio y por un momento, cuando esta cedió sin problema, pensó que solo sería un cambio extraño de preferencias. Hasta que recordó que esa reja nunca había cerrado. Cuando tenían 8 años, habían estrellado sus bicicletas en ella y nunca repararon el seguro que atoraba la puerta. Tragó saliva mientras entraba al lugar.

    ¿𝘗𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦́ 𝘯𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘰 𝘴𝘦𝘳 𝘶𝘯 𝘭𝘶𝘨𝘢𝘳.ᐣ
    ¿𝘊𝘰́𝘮𝘰 𝘥𝘪𝘢𝘣𝘭𝘰𝘴 𝘮𝘦 𝘷𝘢𝘴 𝘢 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳.ᐣ
    𝘊𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘳𝘦𝘨𝘳𝘦𝘴𝘦𝘴 𝘢 𝘣𝘶𝘴𝘤𝘢𝘳𝘮𝘦
    𝘗𝘢𝘳𝘢 𝘦𝘴𝘤𝘶𝘤𝘩𝘢𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘳𝘦𝘴𝘱𝘪𝘳𝘢𝘳

    Miró a su al rededor; al jardín de las rosas de su madre, donde constantemente de pequeños los regañaban por que les gustaba meterse ahí y jugar entre los rosales. Cuando por fin dejaron de jugar, Masthian se había encargado de una vez a la semana cortar la rosa más bonita y dejarla en la habitación de Nicole. En todos sus años de conocerse, recién el año pasado empezó a verse decente ese jardín. Justo cuando ellos dejaron de frecuentarse.

    Avanzó por el caminito de piedra, algunas losetas quebradas y sueltas. La mayoría por su culpa, cuando llegaban después de la escuela y dejaban caer las bicicletas ahí. Y luego estaban los pequeños hoyos que el perrito de Nicole hacía.

    Cuando la conoció, tenía un labrador que después de unos cuantos años, murió. Recordaba la depresión que envolvió a la castaña. Y también su cara de emoción cuando apareció con un cachorro a los pocos días en su sala. Había tenido que cruzar media ciudad para encontrar a un cachorro que se pareciera a la mascota que había perdido. Que silencioso era el patio sin el rufián que siempre lo recibía entre ladridos y lengüetazos.

    𝘕𝘢𝘥𝘢 𝘴𝘰𝘣𝘳𝘦𝘷𝘪𝘷𝘦 𝘢𝘭 𝘧𝘪𝘯𝘢𝘭, ¿𝘺 𝘲𝘶𝘦́ 𝘮𝘢́𝘴 𝘥𝘢.ᐣ
    𝘝𝘪𝘮𝘰𝘴 𝘶𝘯 𝘧𝘶𝘵𝘶𝘳𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰𝘴 𝘥𝘪𝘫𝘰 𝘭𝘢 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘢𝘥
    𝘘𝘶𝘦 𝘧𝘶𝘪𝘮𝘰𝘴 𝘰𝘵𝘳𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦, 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘰́ 𝘢 𝘥𝘪𝘤𝘪𝘦𝘮𝘣𝘳𝘦
    𝘕𝘰 𝘮𝘢́𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘶𝘯 𝘢𝘤𝘤𝘪𝘥𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘭𝘢 𝘨𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘯𝘰 𝘤𝘢𝘮𝘣𝘪𝘢


    Quiso abrir la puerta, aún manteniendo esa vaga esperanza, aún sabiendo que se podía ver las ventanas incluso atrancadas. No cedió el picaporte, por más que intentó girar la perilla. Su corazón para ese momento ya estaba roto.

    Giró el cuerpo hacia la derecha, buscando la escalerilla que usaba para subir a la habitación de su amiga por las noches, cuando les tocaba la guardia. Su ventana daba al patio. Sabía que debajo de ella, estaba el escritorio. Un sin fin de veces, Masthian había acudido a ella para estudiar juntos. Y cada una de ellas, se había quedado embobado viéndola mientras trataba de explicarle el tema que estaban estudiando. Todas las veces que estudió con ella, había reprobado. Y después de cada una de esas sesiones, cuando regresaba a casa, se decía que al día siguiente le diría y la invitaría a salir.

    No estaba la escalera. Y el momento de decirle que estaba completamente enamorado de ella, también se había ido.

    ¿𝘗𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦́ 𝘯𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦𝘴 𝘴𝘦𝘳 𝘶𝘯 𝘭𝘶𝘨𝘢𝘳.ᐣ
    ¿𝘊𝘰́𝘮𝘰 𝘥𝘪𝘢𝘣𝘭𝘰𝘴 𝘵𝘦 𝘷𝘰𝘺 𝘢 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳.ᐣ
    𝘊𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘳𝘦𝘨𝘳𝘦𝘴𝘦 𝘢 𝘣𝘶𝘴𝘤𝘢𝘳𝘵𝘦
    𝘗𝘢𝘳𝘢 𝘦𝘴𝘤𝘶𝘤𝘩𝘢𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘳𝘦𝘴𝘱𝘪𝘳𝘢𝘳

    Rodeó el patio, dirigiéndose a la parte trasera de la casa. La bicicleta, la casita de muñecas y el armario donde su padre guardaba la herramienta. Estaban cubiertos con mantas y asegurados con candados y cadenas. Nunca se habían molestado en hacerlo, la camioneta de su abuela siempre estuvo estacionada ahí, no había forma de sacarlo sin moverla. No recordaba una sola vez que hubiera podido caminar por aquel lugar sin tener que pegar la panza a la pared para poder pasar.

    Todo estaba cubierto de mantas y aún así, conocía a la perfección que había debajo. De no ser por que llegó una edad en la que ya no les permitieron hacer pijamadas juntos, probablemente Masthian habría pasado toda su infancia, adolescencia y el principio de su adultez metido en esa casa.

    Y entonces, una caja llamó su atención. Estaba fuera de cualquier cubierta, a medio cerrar y de su interior, sobresalía la manga de una sudadera que reconoció de inmediato. Era suya. Estaba bajo el pequeño techo de la bodega que había en el patio, si llovía, no se mojaría. Pero era obvio que la habían dejado ahí apropósito. Lo comprobó al acercarse, su nombre estaba escrito con la letra redonda y agraciada de Nicole.

    𝘠 𝘰𝘫𝘢𝘭𝘢́ 𝘵𝘦 𝘮𝘦 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥𝘢𝘳𝘢𝘴
    𝘊𝘰𝘯 𝘵𝘶𝘴 𝘧𝘭𝘰𝘳𝘦𝘴 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘳𝘢
    𝘘𝘶𝘦 𝘧𝘶𝘦𝘳𝘰𝘯 𝘰𝘵𝘳𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦
    𝘘𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘰́ 𝘢 𝘥𝘪𝘤𝘪𝘦𝘮𝘣𝘳𝘦
    𝘕𝘰 𝘧𝘶𝘦𝘳𝘰𝘯 𝘴𝘶𝘧𝘪𝘤𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴
    𝘓𝘢 𝘨𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘯𝘰 𝘤𝘢𝘮𝘣𝘪𝘢

    Empezó a hiperventilar. La sudadera no fue un regalo realmente, pero después de que Nicole se la pidió por tercera vez, dejó de pedirla de regreso. Frecuentemente, la usaba para sus cacerías en tiendas, buscando ofertas. Decía que era perfecta para guardar cosas.

    Un llavero, con la foto de los doce, la última vez que se habían juntado, antes de que todos siguieran sus propios caminos. El recuerdo de esa noche lo asaltó. Estuvieron a punto de besarse, pero el retrocedió y no hablaron más. Después de eso, sus encuentros apenas y duraron un cuarto de hora.

    Quiso seguir revisando, distinguió una camiseta que una vez dejó y ella usaba de pijama. La cajita que habían pintado junto a Hanary. Los collares a juego... Las lágrimas le hacían difícil saber que había.

    Casi quince años de amistad, de estar juntos prácticamente todos los días. Tantas risas, sonrojos, los latidos desenfrenados cuando se tomaban las manos... Todo eso, entraba en una caja de cartón.

    En una caja de cartón olvidada en su cochera. No, ni siquiera olvidada. Abandonada, puesta ahí sin si quiera preocuparse por cubrirla. ¿Esperaba Nicole que él la encontrara? Era un mal chiste.

    Cuando por fin se dejó caer con todo la dignidad que tenía encima, sacó su celular y entre berridos y lamentos le marcó a su primo. Si le entendió o no, la verdad es que no importaba. Se abrazó a lo único que aún conservaba el olor de la castaña, la sudadera y esperó a que llegara.

    𝑁𝑒𝑐𝑒𝑠𝑖𝑡𝑜 𝑒𝑠𝑐𝑢𝑐𝘩𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑟𝑒𝑠𝑝𝑖𝑟𝑎𝑟.
    ¿𝘊𝘰́𝘮𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰….ᐣ ¿𝘊𝘰́𝘮𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘢𝘱𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘮𝘰𝘴 𝘯𝘢𝘥𝘢.ᐣ 𝘖𝘫𝘢𝘭𝘢́ 𝘵𝘦 𝘮𝘦 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥𝘢𝘳𝘢𝘴, 𝘤𝘰𝘯 𝘵𝘰𝘥𝘢𝘴 𝘦𝘴𝘢𝘴 𝘧𝘭𝘰𝘳𝘦𝘴 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘳𝘢. 𝘝𝘪𝘦́𝘯𝘥𝘰𝘮𝘦 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘦𝘭 𝘚𝘰𝘭 𝘢 𝘭𝘢𝘴 𝘷𝘦𝘯𝘵𝘢𝘯𝘢𝘴. Sus mensajes con el tiempo habían dejado de ser tan frecuentes, al grado de contestar solo un par de veces al día. Masthian podía vivir con eso, pero cuando empezaron a ser solo un par a la semana, comenzó la preocupación. La buscó, por supuesto. Fue a su casa, la buscó en las tiendas de saldos que sabía que frecuentaba, incluso trató de seguir sus historias de Instagram, pero parecía que se la había tragado la tierra. Hasta que un día, sin más, le soltó la noticia: Había obtenido una beca para estudiar fuera del país, se iría a Europa. ¿Cuando? ¿Por qué no le había dicho? ¿Podían verse antes? Ninguna de esas preguntas tuvo respuestas. Todos los días, un mensaje y un intento de llamada que no atendían ni respondían. Esa mañana, descubrió que el mensaje simplemente no fue recibido y la llamada lo mandaba directamente a buzón. Entró en pánico. Salió corriendo de casa de su abuela hasta el barrio donde Nicole vivía. Se encontró las puertas y ventanas cerradas. 𝘠 𝘵𝘦 𝘭𝘰 𝘭𝘭𝘦𝘷𝘢𝘴 𝘵𝘰𝘥𝘰, 𝘭𝘰 𝘱𝘦𝘳𝘥𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘵𝘰𝘥𝘰 ¿𝘊𝘰́𝘮𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘢𝘱𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘮𝘰𝘴 𝘯𝘢𝘥𝘢.ᐣ 𝘛𝘶́ 𝘣𝘪𝘦𝘯 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘴 𝘥𝘦𝘭 𝘥𝘦𝘭𝘪𝘳𝘪𝘰 𝘥𝘦 𝘷𝘪𝘷𝘪𝘳 𝘴𝘪𝘯 𝘢𝘮𝘢𝘳𝘪𝘭𝘭𝘰... 𝘠 𝘵𝘦 𝘭𝘰 𝘭𝘭𝘦𝘷𝘢𝘴 Sintió como el corazón poco a poco se le fue acelerando, a medida que se acercaba y comprobaba que la casa estaba vacía. Su familia nunca cerraba las cortinas, a sus padres no les gustaba que las ventanas estuvieran cerradas... ¿Dónde estaba su perro? ¿Por qué no ladraba? Su diestra fue a abrir la rejita que conectaba al patio y por un momento, cuando esta cedió sin problema, pensó que solo sería un cambio extraño de preferencias. Hasta que recordó que esa reja nunca había cerrado. Cuando tenían 8 años, habían estrellado sus bicicletas en ella y nunca repararon el seguro que atoraba la puerta. Tragó saliva mientras entraba al lugar. ¿𝘗𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦́ 𝘯𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘰 𝘴𝘦𝘳 𝘶𝘯 𝘭𝘶𝘨𝘢𝘳.ᐣ ¿𝘊𝘰́𝘮𝘰 𝘥𝘪𝘢𝘣𝘭𝘰𝘴 𝘮𝘦 𝘷𝘢𝘴 𝘢 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳.ᐣ 𝘊𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘳𝘦𝘨𝘳𝘦𝘴𝘦𝘴 𝘢 𝘣𝘶𝘴𝘤𝘢𝘳𝘮𝘦 𝘗𝘢𝘳𝘢 𝘦𝘴𝘤𝘶𝘤𝘩𝘢𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘳𝘦𝘴𝘱𝘪𝘳𝘢𝘳 Miró a su al rededor; al jardín de las rosas de su madre, donde constantemente de pequeños los regañaban por que les gustaba meterse ahí y jugar entre los rosales. Cuando por fin dejaron de jugar, Masthian se había encargado de una vez a la semana cortar la rosa más bonita y dejarla en la habitación de Nicole. En todos sus años de conocerse, recién el año pasado empezó a verse decente ese jardín. Justo cuando ellos dejaron de frecuentarse. Avanzó por el caminito de piedra, algunas losetas quebradas y sueltas. La mayoría por su culpa, cuando llegaban después de la escuela y dejaban caer las bicicletas ahí. Y luego estaban los pequeños hoyos que el perrito de Nicole hacía. Cuando la conoció, tenía un labrador que después de unos cuantos años, murió. Recordaba la depresión que envolvió a la castaña. Y también su cara de emoción cuando apareció con un cachorro a los pocos días en su sala. Había tenido que cruzar media ciudad para encontrar a un cachorro que se pareciera a la mascota que había perdido. Que silencioso era el patio sin el rufián que siempre lo recibía entre ladridos y lengüetazos. 𝘕𝘢𝘥𝘢 𝘴𝘰𝘣𝘳𝘦𝘷𝘪𝘷𝘦 𝘢𝘭 𝘧𝘪𝘯𝘢𝘭, ¿𝘺 𝘲𝘶𝘦́ 𝘮𝘢́𝘴 𝘥𝘢.ᐣ 𝘝𝘪𝘮𝘰𝘴 𝘶𝘯 𝘧𝘶𝘵𝘶𝘳𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰𝘴 𝘥𝘪𝘫𝘰 𝘭𝘢 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘢𝘥 𝘘𝘶𝘦 𝘧𝘶𝘪𝘮𝘰𝘴 𝘰𝘵𝘳𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦, 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘰́ 𝘢 𝘥𝘪𝘤𝘪𝘦𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘕𝘰 𝘮𝘢́𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘶𝘯 𝘢𝘤𝘤𝘪𝘥𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘭𝘢 𝘨𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘯𝘰 𝘤𝘢𝘮𝘣𝘪𝘢 Quiso abrir la puerta, aún manteniendo esa vaga esperanza, aún sabiendo que se podía ver las ventanas incluso atrancadas. No cedió el picaporte, por más que intentó girar la perilla. Su corazón para ese momento ya estaba roto. Giró el cuerpo hacia la derecha, buscando la escalerilla que usaba para subir a la habitación de su amiga por las noches, cuando les tocaba la guardia. Su ventana daba al patio. Sabía que debajo de ella, estaba el escritorio. Un sin fin de veces, Masthian había acudido a ella para estudiar juntos. Y cada una de ellas, se había quedado embobado viéndola mientras trataba de explicarle el tema que estaban estudiando. Todas las veces que estudió con ella, había reprobado. Y después de cada una de esas sesiones, cuando regresaba a casa, se decía que al día siguiente le diría y la invitaría a salir. No estaba la escalera. Y el momento de decirle que estaba completamente enamorado de ella, también se había ido. ¿𝘗𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦́ 𝘯𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦𝘴 𝘴𝘦𝘳 𝘶𝘯 𝘭𝘶𝘨𝘢𝘳.ᐣ ¿𝘊𝘰́𝘮𝘰 𝘥𝘪𝘢𝘣𝘭𝘰𝘴 𝘵𝘦 𝘷𝘰𝘺 𝘢 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳.ᐣ 𝘊𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘳𝘦𝘨𝘳𝘦𝘴𝘦 𝘢 𝘣𝘶𝘴𝘤𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘗𝘢𝘳𝘢 𝘦𝘴𝘤𝘶𝘤𝘩𝘢𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘳𝘦𝘴𝘱𝘪𝘳𝘢𝘳 Rodeó el patio, dirigiéndose a la parte trasera de la casa. La bicicleta, la casita de muñecas y el armario donde su padre guardaba la herramienta. Estaban cubiertos con mantas y asegurados con candados y cadenas. Nunca se habían molestado en hacerlo, la camioneta de su abuela siempre estuvo estacionada ahí, no había forma de sacarlo sin moverla. No recordaba una sola vez que hubiera podido caminar por aquel lugar sin tener que pegar la panza a la pared para poder pasar. Todo estaba cubierto de mantas y aún así, conocía a la perfección que había debajo. De no ser por que llegó una edad en la que ya no les permitieron hacer pijamadas juntos, probablemente Masthian habría pasado toda su infancia, adolescencia y el principio de su adultez metido en esa casa. Y entonces, una caja llamó su atención. Estaba fuera de cualquier cubierta, a medio cerrar y de su interior, sobresalía la manga de una sudadera que reconoció de inmediato. Era suya. Estaba bajo el pequeño techo de la bodega que había en el patio, si llovía, no se mojaría. Pero era obvio que la habían dejado ahí apropósito. Lo comprobó al acercarse, su nombre estaba escrito con la letra redonda y agraciada de Nicole. 𝘠 𝘰𝘫𝘢𝘭𝘢́ 𝘵𝘦 𝘮𝘦 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥𝘢𝘳𝘢𝘴 𝘊𝘰𝘯 𝘵𝘶𝘴 𝘧𝘭𝘰𝘳𝘦𝘴 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘳𝘢 𝘘𝘶𝘦 𝘧𝘶𝘦𝘳𝘰𝘯 𝘰𝘵𝘳𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘘𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘰́ 𝘢 𝘥𝘪𝘤𝘪𝘦𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘕𝘰 𝘧𝘶𝘦𝘳𝘰𝘯 𝘴𝘶𝘧𝘪𝘤𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘓𝘢 𝘨𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘯𝘰 𝘤𝘢𝘮𝘣𝘪𝘢 Empezó a hiperventilar. La sudadera no fue un regalo realmente, pero después de que Nicole se la pidió por tercera vez, dejó de pedirla de regreso. Frecuentemente, la usaba para sus cacerías en tiendas, buscando ofertas. Decía que era perfecta para guardar cosas. Un llavero, con la foto de los doce, la última vez que se habían juntado, antes de que todos siguieran sus propios caminos. El recuerdo de esa noche lo asaltó. Estuvieron a punto de besarse, pero el retrocedió y no hablaron más. Después de eso, sus encuentros apenas y duraron un cuarto de hora. Quiso seguir revisando, distinguió una camiseta que una vez dejó y ella usaba de pijama. La cajita que habían pintado junto a Hanary. Los collares a juego... Las lágrimas le hacían difícil saber que había. Casi quince años de amistad, de estar juntos prácticamente todos los días. Tantas risas, sonrojos, los latidos desenfrenados cuando se tomaban las manos... Todo eso, entraba en una caja de cartón. En una caja de cartón olvidada en su cochera. No, ni siquiera olvidada. Abandonada, puesta ahí sin si quiera preocuparse por cubrirla. ¿Esperaba Nicole que él la encontrara? Era un mal chiste. Cuando por fin se dejó caer con todo la dignidad que tenía encima, sacó su celular y entre berridos y lamentos le marcó a su primo. Si le entendió o no, la verdad es que no importaba. Se abrazó a lo único que aún conservaba el olor de la castaña, la sudadera y esperó a que llegara. 𝑁𝑒𝑐𝑒𝑠𝑖𝑡𝑜 𝑒𝑠𝑐𝑢𝑐𝘩𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑟𝑒𝑠𝑝𝑖𝑟𝑎𝑟.
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  • Lᴀ ɴᴏᴄʜᴇ ᴅᴇ ʟᴀs ʀᴇɪɴᴀs
    Fandom ZYXS
    Categoría Slice of Life
    Había llegado puntual por ella, lo cual por sí mismo ya era extraño. Dejar de lado que además de su primo y Zaphiro, sería la primera persona que invitaba por cuenta propia a entrar a su casa, ya ni hablar de la idea que alguien conviviera con sus gatas o con la anciana a la que Masthian decía cuidar.

    Estacionó la vieja Chevy frente a la casa de Thalya, teniendo una mezcla extraña de emociones. No eran nervios, pero sí, quizás algo de emoción. Parecía un experimento extraño aquello, con todo y su experiencia en citas, aquella era por mucho en la que más se había esforzado.

    La camisa negra arremangada por encima del codo, dejando a la vista el patrón de tatuajes que tenía en el antebrazo y los anillos brillando en sus dedos. Mientras esperaba que abriera la puerta después de tocar el timbre, se aseguró por el reflejo del espejo que su cabello estuviera en orden. Solo un mero acto reflejo, por que sabía que de todos modos se vería bien.

    — Hey, bonita — Saludó una vez que la mujer abrió, sonriéndole abiertamente. — ¿Lista para llenarte de pelos y chistes agrios?

    Tras guiarla al asiento del copiloto en la vieja camioneta y ayudarla a acomodarse, se dirigió a su propio asiento, poniéndose en marcha. No era un trayecto demasiado largo y Masthian lo aprovechó para tener una plática casual, le actualizó el estatus de algunas cosas que por fin se concretaron de su trabajo y un par de halagos entre risas.

    Al estacionarse, se adelantó para poder abrirle la puerta y ayudarla a bajar, marcándole el camino para entrar a su casa. Su casa era un ejemplo perfecto de equilibrio entre un estilo clásico, de esos que parecen salidos de algún cuento y la modernidad de una ciudad. Tenía una fachada adorable, con varias flores que su abuela se encargaba de cuidar y varios adornos que le daban el toque hogareño.

    — ¡Abue! Ya llegamos —Anunció al abrir la puerta, dejando que Thalya pasara primero. El lugar estaba impregnado del aroma de la cena, hierbas de olor, varios condimentos. La decoración era obviamente producto de la señora que ahí vivía, papel tapiz en las paredes, varios cuadros donde se mostraban diferentes momentos de su familia. Y una hilera de fotografías que pertenecían a Masthian, mostrando el crecimiento del muchacho, desde un niño pequeño haciendo mala cara, pasando por su adolescencia, la pubertad y la última, que fue en su graduación, con todos sus amigos posando para la fotografía. Una voz temblorosa y alegre le respondió desde la cocina, invitándolos a pasar. Masthian solo le sonrió a Thalya, estrechando su mano para guiarla donde la anciana.


    Había llegado puntual por ella, lo cual por sí mismo ya era extraño. Dejar de lado que además de su primo y Zaphiro, sería la primera persona que invitaba por cuenta propia a entrar a su casa, ya ni hablar de la idea que alguien conviviera con sus gatas o con la anciana a la que Masthian decía cuidar. Estacionó la vieja Chevy frente a la casa de Thalya, teniendo una mezcla extraña de emociones. No eran nervios, pero sí, quizás algo de emoción. Parecía un experimento extraño aquello, con todo y su experiencia en citas, aquella era por mucho en la que más se había esforzado. La camisa negra arremangada por encima del codo, dejando a la vista el patrón de tatuajes que tenía en el antebrazo y los anillos brillando en sus dedos. Mientras esperaba que abriera la puerta después de tocar el timbre, se aseguró por el reflejo del espejo que su cabello estuviera en orden. Solo un mero acto reflejo, por que sabía que de todos modos se vería bien. — Hey, bonita — Saludó una vez que la mujer abrió, sonriéndole abiertamente. — ¿Lista para llenarte de pelos y chistes agrios? Tras guiarla al asiento del copiloto en la vieja camioneta y ayudarla a acomodarse, se dirigió a su propio asiento, poniéndose en marcha. No era un trayecto demasiado largo y Masthian lo aprovechó para tener una plática casual, le actualizó el estatus de algunas cosas que por fin se concretaron de su trabajo y un par de halagos entre risas. Al estacionarse, se adelantó para poder abrirle la puerta y ayudarla a bajar, marcándole el camino para entrar a su casa. Su casa era un ejemplo perfecto de equilibrio entre un estilo clásico, de esos que parecen salidos de algún cuento y la modernidad de una ciudad. Tenía una fachada adorable, con varias flores que su abuela se encargaba de cuidar y varios adornos que le daban el toque hogareño. — ¡Abue! Ya llegamos —Anunció al abrir la puerta, dejando que Thalya pasara primero. El lugar estaba impregnado del aroma de la cena, hierbas de olor, varios condimentos. La decoración era obviamente producto de la señora que ahí vivía, papel tapiz en las paredes, varios cuadros donde se mostraban diferentes momentos de su familia. Y una hilera de fotografías que pertenecían a Masthian, mostrando el crecimiento del muchacho, desde un niño pequeño haciendo mala cara, pasando por su adolescencia, la pubertad y la última, que fue en su graduación, con todos sus amigos posando para la fotografía. Una voz temblorosa y alegre le respondió desde la cocina, invitándolos a pasar. Masthian solo le sonrió a Thalya, estrechando su mano para guiarla donde la anciana.
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  • ────No tengo una frase bonita hoy, ni un consejo especial bajo la manga. Pero si un recordatorio práctico: Si la vida te da limones... arrojálos.
    Feliz comienzo de semana <3
    ────No tengo una frase bonita hoy, ni un consejo especial bajo la manga. Pero si un recordatorio práctico: Si la vida te da limones... arrojálos. Feliz comienzo de semana <3
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    [ Si murieras y renacieras en tu historia favorita (anime, manga, novela, cuento , etc.) ¿Qué tan feliz o qué tan jodido estarías? ]
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  • Oda Soichiro ("Issac") (織田 宗一郎)

    Edad: 2X años
    Estatura: 1.93 m
    Cabello: Negro azabache, siempre procura llevarlo corto o muy bien peinado.
    Ojos: Negros bastante profundos. Sin embargo su mirada expresa lo que sus palabras no pueden articular.

    Vestimenta: Lo más sencilla posible, zapatillas cómodas para estar caminando y de pie bastante tiempo. Pantalones de lona o material cómodo, camisetas sin estampados a veces sin mangas.

    Apariencia y Estilo:
    Issac es un hombre de lo más común y tranquilo, para él que está casi todo el día dentro de una cocina, su apariencia es normal y su estilo casi nunca transpira más allá, es más común verlo en la calle con su mandil en un costado de su cintura, para pronto volvérselo a colocar cuando vuelve a trabajar.

    Personalidad:
    A pesar de su estatura, su voz o ese semblante que intenta ser duro, Issac es como el hermano mayor que te regaña por no traer almuerzo, pero él trajo uno para ti.

    Es hogareño, amable, acomedido, caballeroso y empático; lo cual se ha ganado el corazón de varios en el barrio.

    Inclusive cuando los extranjeros vienen, él suele ser quien los pone en su lugar o les ayuda, gracias a que en la escuela no solo aprendió inglés, si no que también sabe español, coreano, un poco de alemán.

    Pero debajo de aquella actitud tan amable y empática, se oculta un muchacho que en su juventud no tuvo apoyo emocional de sus padres, asi que podría decirse que "Issac es el adulto que le hubiera ayudado en su juventud"


    Historia personal:

    Nacido en una familia japonesa ultra conservadora (y racista) Soichiro fue un excelente niño en la escuela, hasta que su maestra de primaria a*co*so al pobre niño.

    Avergonzados y culpando al niño, lo cambiaron a una escuela para solo varones. Ahi fue normal hasta que uno de sus amigos le dio su primer beso y de ahí supo que había algo "raro" con él, algo que no podía compartir con los demás.

    Siguió con su vida, hasta que tuvo un novio en secreto de todos, fue hasta que su madre los atrapó de la mano regresando de casa que se desató el infierno.

    Lo mantuvieron en estricta vigilancia, una calificación menor de 90 era un fracaso, iban por él a la escuela y lo vigilaban al punto de no tener privacidad.

    Una vez que acabó la preparatoria, lo mandaron a Tokio con su tio, el cual pronto entendió por que le estaban "regalando" al chico.

    Fue grande su sorpresa cuando Soichiro no solo decidió empezar a estudiar para ser policía, si no que trabajaba con su tio en el restaurante para pagarse todas sus cosas, inclusive, cuando podía le daba "renta" a su tío.

    Eventualmente, lo logró, se convirtió en un policía, pero cuando descubrieron que vivía en uno de los barrios con más concentración de yakuzas, le ofrecieron un trabajo encubierto, asi que ahora trabaja un 50% en aquel local que su ahora difunto Tio le heredó y 50% detrás de un escritorio o patrullando las calles en bicicleta o a pie.

    Siempre manteniendo en secreto su vida sentimental porque hasta la fecha, siente miedo por las mujeres y se prohibió a si mismo sentir algo por hombres, al punto de incluso sentir culpa.

    DATOS CURIOSOS:
    Su platillo favorito es el inari udon y los takoyakis, en un buen dia puede comer hasta 30-40 bolitas de pulpo.
    Sí bebe alcohol y sake, también fuma, pero severamente ocasional, a lo mucho 2 ó 3 cigarros al mes.

    Es fanatico de closet de Baby Metal, pero su banda favorita es Mr.Children, le gusta ir al karaoke con los viejos a cantar, no tolera la comida dulce, pero aún así se esmera en que los dorayakis queden con masita dulce.

    Su dia empieza a las 4:30am, que es cuando desayuna, sale a hacer ejercicio, toma una ducha y va al local a cortar los vegetales y la comida para ese dia.
    Y su día en el restaurante acaba a las 9pm. Para entonces ya todo esta limpio y lo último que quedó sin vender es ofrecido afuera del local completamente gratis.

    Claro que después de ello, pasa un reporte de lo que sucedió en el barrio a la policía en caso de algo relevante a la yakuza, trata de personas, nuevos avistamientos de delincuentes etc.

    Le gustan mucho los gatos y los perros, pero su animal favorito, es el pingüino, de vez en cuando va al acuario a verlos, solo por que sí.


    ¿De dónde vino el Issac?
    Debido a que fue "amigo de cartas" de varios extranjeros, su nombre de amigo lo cambió a "Issac" no confundir con Isaac.
    Eventualmente, le perdió el respeto al nombre de Soichiro por todos los regaños que llegó a recibir, lo asocia con algo malo.
    Oda Soichiro ("Issac") (織田 宗一郎) Edad: 2X años Estatura: 1.93 m Cabello: Negro azabache, siempre procura llevarlo corto o muy bien peinado. Ojos: Negros bastante profundos. Sin embargo su mirada expresa lo que sus palabras no pueden articular. Vestimenta: Lo más sencilla posible, zapatillas cómodas para estar caminando y de pie bastante tiempo. Pantalones de lona o material cómodo, camisetas sin estampados a veces sin mangas. Apariencia y Estilo: Issac es un hombre de lo más común y tranquilo, para él que está casi todo el día dentro de una cocina, su apariencia es normal y su estilo casi nunca transpira más allá, es más común verlo en la calle con su mandil en un costado de su cintura, para pronto volvérselo a colocar cuando vuelve a trabajar. Personalidad: A pesar de su estatura, su voz o ese semblante que intenta ser duro, Issac es como el hermano mayor que te regaña por no traer almuerzo, pero él trajo uno para ti. Es hogareño, amable, acomedido, caballeroso y empático; lo cual se ha ganado el corazón de varios en el barrio. Inclusive cuando los extranjeros vienen, él suele ser quien los pone en su lugar o les ayuda, gracias a que en la escuela no solo aprendió inglés, si no que también sabe español, coreano, un poco de alemán. Pero debajo de aquella actitud tan amable y empática, se oculta un muchacho que en su juventud no tuvo apoyo emocional de sus padres, asi que podría decirse que "Issac es el adulto que le hubiera ayudado en su juventud" Historia personal: Nacido en una familia japonesa ultra conservadora (y racista) Soichiro fue un excelente niño en la escuela, hasta que su maestra de primaria a*co*so al pobre niño. Avergonzados y culpando al niño, lo cambiaron a una escuela para solo varones. Ahi fue normal hasta que uno de sus amigos le dio su primer beso y de ahí supo que había algo "raro" con él, algo que no podía compartir con los demás. Siguió con su vida, hasta que tuvo un novio en secreto de todos, fue hasta que su madre los atrapó de la mano regresando de casa que se desató el infierno. Lo mantuvieron en estricta vigilancia, una calificación menor de 90 era un fracaso, iban por él a la escuela y lo vigilaban al punto de no tener privacidad. Una vez que acabó la preparatoria, lo mandaron a Tokio con su tio, el cual pronto entendió por que le estaban "regalando" al chico. Fue grande su sorpresa cuando Soichiro no solo decidió empezar a estudiar para ser policía, si no que trabajaba con su tio en el restaurante para pagarse todas sus cosas, inclusive, cuando podía le daba "renta" a su tío. Eventualmente, lo logró, se convirtió en un policía, pero cuando descubrieron que vivía en uno de los barrios con más concentración de yakuzas, le ofrecieron un trabajo encubierto, asi que ahora trabaja un 50% en aquel local que su ahora difunto Tio le heredó y 50% detrás de un escritorio o patrullando las calles en bicicleta o a pie. Siempre manteniendo en secreto su vida sentimental porque hasta la fecha, siente miedo por las mujeres y se prohibió a si mismo sentir algo por hombres, al punto de incluso sentir culpa. DATOS CURIOSOS: Su platillo favorito es el inari udon y los takoyakis, en un buen dia puede comer hasta 30-40 bolitas de pulpo. Sí bebe alcohol y sake, también fuma, pero severamente ocasional, a lo mucho 2 ó 3 cigarros al mes. Es fanatico de closet de Baby Metal, pero su banda favorita es Mr.Children, le gusta ir al karaoke con los viejos a cantar, no tolera la comida dulce, pero aún así se esmera en que los dorayakis queden con masita dulce. Su dia empieza a las 4:30am, que es cuando desayuna, sale a hacer ejercicio, toma una ducha y va al local a cortar los vegetales y la comida para ese dia. Y su día en el restaurante acaba a las 9pm. Para entonces ya todo esta limpio y lo último que quedó sin vender es ofrecido afuera del local completamente gratis. Claro que después de ello, pasa un reporte de lo que sucedió en el barrio a la policía en caso de algo relevante a la yakuza, trata de personas, nuevos avistamientos de delincuentes etc. Le gustan mucho los gatos y los perros, pero su animal favorito, es el pingüino, de vez en cuando va al acuario a verlos, solo por que sí. ¿De dónde vino el Issac? Debido a que fue "amigo de cartas" de varios extranjeros, su nombre de amigo lo cambió a "Issac" no confundir con Isaac. Eventualmente, le perdió el respeto al nombre de Soichiro por todos los regaños que llegó a recibir, lo asocia con algo malo.
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  • hoy el mar esta tan hermoso

    -dije con una sonrisa, subiendo la foto, para despues quitarme mis tenis, y remangarme el pantalon, caminando en el mar feliz-
    hoy el mar esta tan hermoso -dije con una sonrisa, subiendo la foto, para despues quitarme mis tenis, y remangarme el pantalon, caminando en el mar feliz-
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  • El salón olía a madera recién lustrada, humo suave de chimenea y un toque dulce a pastel de ciruela —cortesía de Gus, que había pasado la mañana horneando algo “experimental”. Alan ya tenía las mangas arremangadas y el delantal atado a la cintura desde hacía rato, moviéndose entre la barra con la misma naturalidad.

    Alan acomodó los taburetes con un gesto rápido, recogió un vaso que alguien había dejado olvidado la noche anterior y le dio una última pasada al borde de la barra, que brillaba bajo la luz ámbar de las lámparas colgantes.

    La radio sonaba bajito en un rincón, mientras los primeros rayos de sol cruzaban el ventanal y dibujaban figuras doradas sobre el suelo. El salón aún estaba tranquilo… pero Alan sabía que no duraría mucho.
    El salón olía a madera recién lustrada, humo suave de chimenea y un toque dulce a pastel de ciruela —cortesía de Gus, que había pasado la mañana horneando algo “experimental”. Alan ya tenía las mangas arremangadas y el delantal atado a la cintura desde hacía rato, moviéndose entre la barra con la misma naturalidad. Alan acomodó los taburetes con un gesto rápido, recogió un vaso que alguien había dejado olvidado la noche anterior y le dio una última pasada al borde de la barra, que brillaba bajo la luz ámbar de las lámparas colgantes. La radio sonaba bajito en un rincón, mientras los primeros rayos de sol cruzaban el ventanal y dibujaban figuras doradas sobre el suelo. El salón aún estaba tranquilo… pero Alan sabía que no duraría mucho.
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  • Una nueva y terrible realidad
    Fandom Harry Potter
    Categoría Drama
    ㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤ"...𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚... 𝐞𝐬 𝐝𝐮𝐫𝐚... 𝐞𝐬... 𝐭𝐞𝐫𝐫𝐢𝐛𝐥𝐞..."
    ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤㅤ ˹ Cameron Lee Keane

    ㅤLa visita a la celda de Alexander en Azkabán resultó de lo más estremecedora. Obviamente ni Cameron ni Violet esperaban que Alexander revelara su plan malvado y les ahorrara el esfuerzo de tener que resolver aquel entuerto. La parte buena era que, sin quererlo, Alexander había revelado más de lo que esperaba. Ahora sabían que realmente había un plan en marcha. Un plan para el que había formado y preparado a Brandon. Había colocado perfectamente sus peones… Y ahora se daba cuenta de que su arresto había estado perfectamente planeado y no era victoria de ellos, si no de Alexander.

    Por otro lado, ahora sabían que Brandon estaba trabajando con alguien más, con una chica. Una chica obscurial. Lo cual era realmente preocupante si tenían en cuenta los reportes de dias anteriores en los que un auror había rescatado a un monton de niños obscurial de un monasterio europeo. Un hechizo con poder de obscurial era el equivalente a una docena de bombas nucleares mágicas. Un poder capaz de hacer casi cualquier cosa… Y eso era lo que Violet y Cameron temían. Y ese temor y malestar no se separó de ellos aunque salieran de la prisión de Azkabán. Al contrario…

    La aparición en la isla de Jess, vieja amiga de Cameron, y de un tal Orión Pussett no hizo más que alimentar el mal presentimiento de Violet. Allí había demasiado en juego, tanto que no alcanzaban a ver el plan completo, ni siquiera… cuando -tras aparecer en la Mansión Barrow- los cuatro allí presentes fueron exponiendo los resultados de sus investigaciones personales. Había algo que no terminaban de ver…

    A pesar de saber que Brandon había manipulado a la chica, la tal Nora, para usar su poder de obscurial… A pesar de saber que Brandon había estado organizando el asesinato y secuestro de niños. A pesar de saber que Alexander tenia un as bajo la manga… No tenían ni idea de qué era lo que se proponía hacer. Por supuesto, intentaría joderles, como siempre que había aparecido en sus vidas.

    Y Violet sabia que, a pesar de haber creado un gran equipo improvisado con Orión y Jess, no podrían reventar el plan de Alexander. Porque ahora sabia que ese plan llevaba fraguándose en secreto mucho más tiempo del que hacia que ellos lo habían descubierto. Había tantos peones, tantos resquicios…

    Pero eso no frenaría a Violet… Sabía que no había posibilidad de resolver aquello, pero… quizás… Quizás había una oportunidad de ayudar a Orión a recuperar a su novia… Puede que consiguieran salvar a la chica a tiempo…

    Puede…

    >> Aquella sala estaba perfectamente preparada para aguantar cualquier clase de hechizo. Eso fue lo primero que comprobó Violet cuando, tras valerse de Orión, creó un portal que los llevase hasta Nora. Bendita magia Asgardiana… Loki había sido un cretino, pero su magia era eficaz.

    Las paredes de aquella sala parecían vibrar, conteniendo el poder de un hechizo que creaba un enorme efecto de atracción, un viento nacido de ninguna parte y, como epicentro… Brandon y Nora.

    Cameron fue el primero en advertir la esfera en la mano de Brandon, advirtiendo a voz en grito, intentando hacerse oír por encima del zumbido insoportable de aquel hechizo, a Violet y Orión.

    -¡Hay que coger esa esfera! -gritó Violet a Orión, quien era el más adelantado y el que, en realidad, parecía tener menor resistencia hacia aquel hechizo, como si la magia de Nora realmente no intentara dañarlo- ¡Coge la esfera!

    Orión seguía avanzando.

    -¡Se lo que tengo que hacer!

    -¡ROMPE LA ESFERA! -gritaron Violet y Cameron al unísono tapándose el rostro como podían de la luz cegadora que, de pronto pareció nacer desde la propia Nora. Orión llegó hasta su chica, pero desde donde estaban, Cameron y Violet no eran capaces de vislumbrar qué estaba ocurriendo. Y entonces… El ruido, las luces, el viento… todo pareció colapsar en una onda expansiva que lanzó a Violet y Cameron hacia atrás.

    Y todo se volvió oscuro.

    >> Una joven despertó sobresaltada en su cama. Su rostro estaba perlado en sudor, su respiración estaba agitada. Intentó tragar saliva, pero su garganta estaba seca, totalmente seca. Se llevó la mano al rostro y después al pecho intentando calmarse. Había tenido una pesadilla horrible… Hubiera preferido uno de sus “buenos sueños”. Desde que tenia uso de razón había tenido sueños en los que ella era… otra persona. Era alguien valiente, era alguien fuerte. Era fiera, era luchadora. Sueños en los que tenia una vida distinta… En los que ella era alguien y su nombre significaba… algo…

    Regresar a la realidad solía ser un evento frustrante cada amanecer, siempre queriendo rascar unos segundos más. Siempre queriendo quedarse un poco más en su mundo de sueños. Pero aquel día… realmente agradeció haber despertado.

    Echó una mirada hacia la ventana y se dio cuenta de que casi amanecía sobre las colinas nevadas que rodeaban Hogsmeade. Otro día empezaba…

    Se levantó de la cama sin demasiado entusiasmo y anduvo hasta el cuarto de baño donde se miró en el espejo. El reflejo de sus orbes color miel le devolvió la mirada. Seguía siendo ella. Nada había cambiado. Ni sus ojos, ni sus labios, ni la cicatriz espantosa que iba desde su oreja derecha hasta la comisura de sus labios.

    -Buenos dias…- se dijo Violet a sí misma.

    >> Una hora después exactamente, y tras intentar pasar desapercibida entre la patrulla de mortífagos que paseaba por Hogsmeade aquella mañana, la joven abría la puerta de la botica que regentaba en el pueblo. No era un gran reclamo para los chicos de Hogwarts que venían de excursión los fines de semana, pero… al menos le permitía tener un plato en la mesa cada día. Hace un año todo iba bien… O casi... A pesar de que Lord Voldemort reinaba en el mundo mágico con mano de hierro... A pesar de las desapariciones, de las muertes... Violet tenia todo hacía un año:

    Tenia un novio, tenia ahorros y tenía una tienda…

    Ahora tenía un exnovio que, celoso de su buen talante con los clientes le había golpeado y marcado de por vida en pleno rostro…. Un ex-novio que le había robado los ahorros y había condenado a Violet a vivir al día… cada día… Uno tras otro.

    El tintineo de la campanita al entrar fue tímido, y tras cerrar la puerta, Violet giró el cartel que decía “Estamos cerrados”, por el reverso que anunciaba “Estamos abiertos”. Totalmente convencional. Por un segundo su mirada reparó en la sortija en su dedo anular. Uno de los muchos misterios de su vida. Lo había tenido desde que nació… Puede que también lo tuviera en el orfanato… Le gustaba pensar que había pertenecido a su madre, un regalo de una persona que la quiso aunque tuviera que renunciar a ella…

    Sacudió la cabeza y, mientras se quitaba el abrigo, caminó hasta el mostrador donde tenía que poner a punto un par de cosas antes de que empezara el día… Como todos los días de su vida…


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Starter

    psd: [Mischief de waatsoned on DeviantArt]
    formato de texto: [WH0YAGONNACALL on X]

    ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ"...𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚... 𝐞𝐬 𝐝𝐮𝐫𝐚... 𝐞𝐬... 𝐭𝐞𝐫𝐫𝐢𝐛𝐥𝐞..." ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤㅤ ˹ [xLKeane] ㅤLa visita a la celda de Alexander en Azkabán resultó de lo más estremecedora. Obviamente ni Cameron ni Violet esperaban que Alexander revelara su plan malvado y les ahorrara el esfuerzo de tener que resolver aquel entuerto. La parte buena era que, sin quererlo, Alexander había revelado más de lo que esperaba. Ahora sabían que realmente había un plan en marcha. Un plan para el que había formado y preparado a Brandon. Había colocado perfectamente sus peones… Y ahora se daba cuenta de que su arresto había estado perfectamente planeado y no era victoria de ellos, si no de Alexander. Por otro lado, ahora sabían que Brandon estaba trabajando con alguien más, con una chica. Una chica obscurial. Lo cual era realmente preocupante si tenían en cuenta los reportes de dias anteriores en los que un auror había rescatado a un monton de niños obscurial de un monasterio europeo. Un hechizo con poder de obscurial era el equivalente a una docena de bombas nucleares mágicas. Un poder capaz de hacer casi cualquier cosa… Y eso era lo que Violet y Cameron temían. Y ese temor y malestar no se separó de ellos aunque salieran de la prisión de Azkabán. Al contrario… La aparición en la isla de Jess, vieja amiga de Cameron, y de un tal Orión Pussett no hizo más que alimentar el mal presentimiento de Violet. Allí había demasiado en juego, tanto que no alcanzaban a ver el plan completo, ni siquiera… cuando -tras aparecer en la Mansión Barrow- los cuatro allí presentes fueron exponiendo los resultados de sus investigaciones personales. Había algo que no terminaban de ver… A pesar de saber que Brandon había manipulado a la chica, la tal Nora, para usar su poder de obscurial… A pesar de saber que Brandon había estado organizando el asesinato y secuestro de niños. A pesar de saber que Alexander tenia un as bajo la manga… No tenían ni idea de qué era lo que se proponía hacer. Por supuesto, intentaría joderles, como siempre que había aparecido en sus vidas. Y Violet sabia que, a pesar de haber creado un gran equipo improvisado con Orión y Jess, no podrían reventar el plan de Alexander. Porque ahora sabia que ese plan llevaba fraguándose en secreto mucho más tiempo del que hacia que ellos lo habían descubierto. Había tantos peones, tantos resquicios… Pero eso no frenaría a Violet… Sabía que no había posibilidad de resolver aquello, pero… quizás… Quizás había una oportunidad de ayudar a Orión a recuperar a su novia… Puede que consiguieran salvar a la chica a tiempo… Puede… >> Aquella sala estaba perfectamente preparada para aguantar cualquier clase de hechizo. Eso fue lo primero que comprobó Violet cuando, tras valerse de Orión, creó un portal que los llevase hasta Nora. Bendita magia Asgardiana… Loki había sido un cretino, pero su magia era eficaz. Las paredes de aquella sala parecían vibrar, conteniendo el poder de un hechizo que creaba un enorme efecto de atracción, un viento nacido de ninguna parte y, como epicentro… Brandon y Nora. Cameron fue el primero en advertir la esfera en la mano de Brandon, advirtiendo a voz en grito, intentando hacerse oír por encima del zumbido insoportable de aquel hechizo, a Violet y Orión. -¡Hay que coger esa esfera! -gritó Violet a Orión, quien era el más adelantado y el que, en realidad, parecía tener menor resistencia hacia aquel hechizo, como si la magia de Nora realmente no intentara dañarlo- ¡Coge la esfera! Orión seguía avanzando. -¡Se lo que tengo que hacer! -¡ROMPE LA ESFERA! -gritaron Violet y Cameron al unísono tapándose el rostro como podían de la luz cegadora que, de pronto pareció nacer desde la propia Nora. Orión llegó hasta su chica, pero desde donde estaban, Cameron y Violet no eran capaces de vislumbrar qué estaba ocurriendo. Y entonces… El ruido, las luces, el viento… todo pareció colapsar en una onda expansiva que lanzó a Violet y Cameron hacia atrás. Y todo se volvió oscuro. >> Una joven despertó sobresaltada en su cama. Su rostro estaba perlado en sudor, su respiración estaba agitada. Intentó tragar saliva, pero su garganta estaba seca, totalmente seca. Se llevó la mano al rostro y después al pecho intentando calmarse. Había tenido una pesadilla horrible… Hubiera preferido uno de sus “buenos sueños”. Desde que tenia uso de razón había tenido sueños en los que ella era… otra persona. Era alguien valiente, era alguien fuerte. Era fiera, era luchadora. Sueños en los que tenia una vida distinta… En los que ella era alguien y su nombre significaba… algo… Regresar a la realidad solía ser un evento frustrante cada amanecer, siempre queriendo rascar unos segundos más. Siempre queriendo quedarse un poco más en su mundo de sueños. Pero aquel día… realmente agradeció haber despertado. Echó una mirada hacia la ventana y se dio cuenta de que casi amanecía sobre las colinas nevadas que rodeaban Hogsmeade. Otro día empezaba… Se levantó de la cama sin demasiado entusiasmo y anduvo hasta el cuarto de baño donde se miró en el espejo. El reflejo de sus orbes color miel le devolvió la mirada. Seguía siendo ella. Nada había cambiado. Ni sus ojos, ni sus labios, ni la cicatriz espantosa que iba desde su oreja derecha hasta la comisura de sus labios. -Buenos dias…- se dijo Violet a sí misma. >> Una hora después exactamente, y tras intentar pasar desapercibida entre la patrulla de mortífagos que paseaba por Hogsmeade aquella mañana, la joven abría la puerta de la botica que regentaba en el pueblo. No era un gran reclamo para los chicos de Hogwarts que venían de excursión los fines de semana, pero… al menos le permitía tener un plato en la mesa cada día. Hace un año todo iba bien… O casi... A pesar de que Lord Voldemort reinaba en el mundo mágico con mano de hierro... A pesar de las desapariciones, de las muertes... Violet tenia todo hacía un año: Tenia un novio, tenia ahorros y tenía una tienda… Ahora tenía un exnovio que, celoso de su buen talante con los clientes le había golpeado y marcado de por vida en pleno rostro…. Un ex-novio que le había robado los ahorros y había condenado a Violet a vivir al día… cada día… Uno tras otro. El tintineo de la campanita al entrar fue tímido, y tras cerrar la puerta, Violet giró el cartel que decía “Estamos cerrados”, por el reverso que anunciaba “Estamos abiertos”. Totalmente convencional. Por un segundo su mirada reparó en la sortija en su dedo anular. Uno de los muchos misterios de su vida. Lo había tenido desde que nació… Puede que también lo tuviera en el orfanato… Le gustaba pensar que había pertenecido a su madre, un regalo de una persona que la quiso aunque tuviera que renunciar a ella… Sacudió la cabeza y, mientras se quitaba el abrigo, caminó hasta el mostrador donde tenía que poner a punto un par de cosas antes de que empezara el día… Como todos los días de su vida… #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Starter psd: [Mischief de waatsoned on DeviantArt] formato de texto: [WH0YAGONNACALL on X]
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
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  • —¿Eh...? ¿Tu abrigo...?— murmuró, algo atónita, sintiendo cómo la tela cálida y grande caía sobre sus hombros.

    Antes de que pudiera negarse, él ya se había adelantado, como si no quisiera darle opción a rechazarlo.

    Las mangas le cubrían por completo las manos, y el olor a su colonia aún flotaba en el aire. Lo ajustó un poco, sintiéndose... extrañamente protegida.

    No sé si fue el viento, el frío... o simplemente él.

    Pero en ese momento, no pudo evitar quedarse ahí, en silencio, con el corazón un poco más tibio que antes.

    “¿Desde cuándo algo tan simple como un abrigo podía hacerme sentir así?"
    —¿Eh...? ¿Tu abrigo...?— murmuró, algo atónita, sintiendo cómo la tela cálida y grande caía sobre sus hombros. Antes de que pudiera negarse, él ya se había adelantado, como si no quisiera darle opción a rechazarlo. Las mangas le cubrían por completo las manos, y el olor a su colonia aún flotaba en el aire. Lo ajustó un poco, sintiéndose... extrañamente protegida. No sé si fue el viento, el frío... o simplemente él. Pero en ese momento, no pudo evitar quedarse ahí, en silencio, con el corazón un poco más tibio que antes. “¿Desde cuándo algo tan simple como un abrigo podía hacerme sentir así?"
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