• — Veo un rayo de esperanza entre tanta neblina, solo espero poder encontrar esa conexión que nos unió....
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  • Nombre: luna reis
    Edad: 20 años
    Ocupación: Tatuadora , artista de collages urbanos y empresaria de tecnologia
    Lugar: Ciudad sin nombre, zona industrial.

    [Escena - Tras el humo]

    La llama del encendedor iluminó por un segundo los contornos afilados de su rostro. luna aspiró con calma, dejando que el humo se mezclara con el aire frío de la madrugada. Apoyada contra la pared de concreto decorada con grafitis, observaba la calle vacía como si esperara algo. O a alguien.

    Tenía los nudillos marcados con tinta negra y cicatrices que hablaban de noches violentas o decisiones apresuradas. Su cabello, un caos de negro y rojo, le caía sobre los ojos como una cortina intencional, ocultando lo que no quería mostrar. En su cuello, el tatuaje de una serpiente parecía moverse con cada inhalación.

    —Llegas tarde otra vez —murmuró sin voltear, sabiendo que él estaba ahí. Siempre lo estaba.

    Detrás de ella, una figura oscura emergió de la neblina de la calle.

    —Tú también sigues fumando —respondió él, con una sonrisa rota.

    luna soltó una risa seca.

    —Y tú aún pretendes que no me importa.

    Giró apenas la cabeza, el brillo de sus gafas reflejando el fuego que aún ardía en la punta del cigarro.

    Era una noche más para perderse, para hacer tratos rotos y dibujar verdades en la piel de otros. Pero luna ya no buscaba redención.

    Solo buscaba sobrevivir.
    Nombre: luna reis Edad: 20 años Ocupación: Tatuadora , artista de collages urbanos y empresaria de tecnologia Lugar: Ciudad sin nombre, zona industrial. [Escena - Tras el humo] La llama del encendedor iluminó por un segundo los contornos afilados de su rostro. luna aspiró con calma, dejando que el humo se mezclara con el aire frío de la madrugada. Apoyada contra la pared de concreto decorada con grafitis, observaba la calle vacía como si esperara algo. O a alguien. Tenía los nudillos marcados con tinta negra y cicatrices que hablaban de noches violentas o decisiones apresuradas. Su cabello, un caos de negro y rojo, le caía sobre los ojos como una cortina intencional, ocultando lo que no quería mostrar. En su cuello, el tatuaje de una serpiente parecía moverse con cada inhalación. —Llegas tarde otra vez —murmuró sin voltear, sabiendo que él estaba ahí. Siempre lo estaba. Detrás de ella, una figura oscura emergió de la neblina de la calle. —Tú también sigues fumando —respondió él, con una sonrisa rota. luna soltó una risa seca. —Y tú aún pretendes que no me importa. Giró apenas la cabeza, el brillo de sus gafas reflejando el fuego que aún ardía en la punta del cigarro. Era una noche más para perderse, para hacer tratos rotos y dibujar verdades en la piel de otros. Pero luna ya no buscaba redención. Solo buscaba sobrevivir.
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  • ──── Todos van apurados, es como si no tuvieran disciplina de despertar temprano.
    Es tan tierno verlos correr por los pasillos, sobre todo con la ropa descuidada, el cabello alborotado y los ojos aún sucios.
    ──── Todos van apurados, es como si no tuvieran disciplina de despertar temprano. Es tan tierno verlos correr por los pasillos, sobre todo con la ropa descuidada, el cabello alborotado y los ojos aún sucios.
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  • Boothill...

    -Por los colores de la toma de gasolina, la escena de vaquero espacial, fácilmente se pudo mal interpretar, Robin estaba por cubrir sus ojos, mientras su hermano y Caelus estaba en shock.

    Boothill por su parte no entendió nada -.
    Boothill... -Por los colores de la toma de gasolina, la escena de vaquero espacial, fácilmente se pudo mal interpretar, Robin estaba por cubrir sus ojos, mientras su hermano y Caelus estaba en shock. Boothill por su parte no entendió nada -.
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  • Recordar y olvidar es fácil…


    Pero… olvidar y jamás recordar, es uno como puente en medio de la neblina, en dónde escucharé voces, risas y llantos; en dónde quizás vea tu mano, tu cuerpo tu rostro. Y recordarte quizás sea un alivio momentáneo. …

    Aun así, te abrazaré con tanto amor que tú si sabrás sacarme de este puente, de esta neblina, de este olvidó…
    Solo te pido que mañana no me odies, no me abandones si regreso…
    Recordar y olvidar es fácil… Pero… olvidar y jamás recordar, es uno como puente en medio de la neblina, en dónde escucharé voces, risas y llantos; en dónde quizás vea tu mano, tu cuerpo tu rostro. Y recordarte quizás sea un alivio momentáneo. … Aun así, te abrazaré con tanto amor que tú si sabrás sacarme de este puente, de esta neblina, de este olvidó… Solo te pido que mañana no me odies, no me abandones si regreso…
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Tentación en blanco y sombra

    Sirius Ishtar: Fuerza, mística y estilo vanguardista en una sola presencia.
    Sirius Ishtar no es solo una modelo: es una declaración visual. Con su melena blanca como la luna y unos cuernos de ébano que evocan un linaje ancestral, fusiona la estética de lo etéreo con la fuerza contemporánea del streetwear. Su presencia imponente y expresiva en cámara es capaz de transformar cualquier look en una narrativa visual poderosa.

    Desde editoriales de alta moda hasta campañas disruptivas, Sirius encarna el equilibrio perfecto entre elegancia y audacia. Su pose —brazos elevados, mirada firme— transmite poder, confianza y control absoluto de la imagen. Ideal para proyectos que buscan trascender lo ordinario y explorar una belleza fuera de este mundo.

    "Entre cuernos y seda, nace la tentación." - Sirius Ishtar
    Tentación en blanco y sombra Sirius Ishtar: Fuerza, mística y estilo vanguardista en una sola presencia. Sirius Ishtar no es solo una modelo: es una declaración visual. Con su melena blanca como la luna y unos cuernos de ébano que evocan un linaje ancestral, fusiona la estética de lo etéreo con la fuerza contemporánea del streetwear. Su presencia imponente y expresiva en cámara es capaz de transformar cualquier look en una narrativa visual poderosa. Desde editoriales de alta moda hasta campañas disruptivas, Sirius encarna el equilibrio perfecto entre elegancia y audacia. Su pose —brazos elevados, mirada firme— transmite poder, confianza y control absoluto de la imagen. Ideal para proyectos que buscan trascender lo ordinario y explorar una belleza fuera de este mundo. "Entre cuernos y seda, nace la tentación." - Sirius Ishtar
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  • La mañana apenas despuntaba en la cima de aquella colina escondida, donde el viento traía consigo el murmullo de hojas y el cantar de aves lejanas. El maestro de Nen, un hombre de mirada aguda y sonrisa contenida, caminaba con paso rápido por el claro del bosque, donde solía encontrar al pequeño vagabundo cada amanecer… pero esta vez, habían pasado **dos días enteros** sin rastro de su alumno.

    —¿Dónde te metiste, mocoso? —murmuró entre dientes, aunque la preocupación se notaba en cada paso tenso que daba.

    Y entonces, como si el mundo hubiese esperado justo ese momento, escuchó una voz familiar:

    —¡¡Maestroooo!! —gritó el pequeño vagabundo mientras corría cuesta abajo, chapoteando en los charcos y agitando algo en su mano con total orgullo—. ¡¡Mireeeeeeee!!

    El hombre se giró, preparado para reprenderlo… hasta que lo vio.

    El niño estaba cubierto de tierra, tenía una curita en la mejilla, y el dobladillo de su pantalón estaba roto. Pero aun así, **su sonrisa era más brillante que el sol filtrado entre los árboles**, y en su mano alzada… sostenía nada más y nada menos que **una licencia de cazador profesional**.

    El maestro se quedó inmóvil unos segundos, como si sus ojos no pudieran creerlo.

    —...¿Eso es… una...? —empezó a decir, pero el pequeño se le adelantó, levantándola aún más alto.

    —¡Sí! ¡Me la dieron después de pasar un montón de pruebas locas y un bosque raro que hablaba! ¡Ah! ¡Y una sala que me quería comer! Pero al final me dejaron quedármela… ¡dijeron que ahora soy un “cazador profesional”! —declaró con orgullo, inflando el pecho.

    El maestro soltó una risa entre incrédula y resignada, se acercó y le dio una leve palmada en la cabeza.

    —Entonces ahora eres un cazador profesional, ¿eh, Kyu? —dijo, llamándolo por su nombre real, algo que no hacía muy seguido.

    Kyu sonrió aún más, como si eso fuera un premio en sí mismo.

    —¡Sí! ¿Eso significa que ahora puedo entrar a ruinas secretas y cazar monstruos peligrosos?

    El maestro entrecerró los ojos y suspiró profundamente, cruzándose de brazos.

    —Eso significa que estuviste en uno de los exámenes más peligrosos que existen y que **podrías haber muerto al menos diez veces sin darte cuenta**.

    Kyu parpadeó.

    —¿Oh? ¡Pero no lo hice! ¡Así que eso fue suerte, ¿verdad?! —rió alegremente.

    El maestro bajó la cabeza y se cubrió la cara con una mano, entre frustración y orgullo.

    —No… eso fue Nen. Y probablemente, una montaña de milagros.

    Y mientras el pequeño bailaba en círculos celebrando su nueva profesión con total entusiasmo, el maestro no pudo evitar sonreír.

    Porque aunque el mundo era brutal y difícil, **ese niño ingenuo, valiente y brillante… lo enfrentaba con una chispa que ningún Peligro podía apagar**.
    La mañana apenas despuntaba en la cima de aquella colina escondida, donde el viento traía consigo el murmullo de hojas y el cantar de aves lejanas. El maestro de Nen, un hombre de mirada aguda y sonrisa contenida, caminaba con paso rápido por el claro del bosque, donde solía encontrar al pequeño vagabundo cada amanecer… pero esta vez, habían pasado **dos días enteros** sin rastro de su alumno. —¿Dónde te metiste, mocoso? —murmuró entre dientes, aunque la preocupación se notaba en cada paso tenso que daba. Y entonces, como si el mundo hubiese esperado justo ese momento, escuchó una voz familiar: —¡¡Maestroooo!! —gritó el pequeño vagabundo mientras corría cuesta abajo, chapoteando en los charcos y agitando algo en su mano con total orgullo—. ¡¡Mireeeeeeee!! El hombre se giró, preparado para reprenderlo… hasta que lo vio. El niño estaba cubierto de tierra, tenía una curita en la mejilla, y el dobladillo de su pantalón estaba roto. Pero aun así, **su sonrisa era más brillante que el sol filtrado entre los árboles**, y en su mano alzada… sostenía nada más y nada menos que **una licencia de cazador profesional**. El maestro se quedó inmóvil unos segundos, como si sus ojos no pudieran creerlo. —...¿Eso es… una...? —empezó a decir, pero el pequeño se le adelantó, levantándola aún más alto. —¡Sí! ¡Me la dieron después de pasar un montón de pruebas locas y un bosque raro que hablaba! ¡Ah! ¡Y una sala que me quería comer! Pero al final me dejaron quedármela… ¡dijeron que ahora soy un “cazador profesional”! —declaró con orgullo, inflando el pecho. El maestro soltó una risa entre incrédula y resignada, se acercó y le dio una leve palmada en la cabeza. —Entonces ahora eres un cazador profesional, ¿eh, Kyu? —dijo, llamándolo por su nombre real, algo que no hacía muy seguido. Kyu sonrió aún más, como si eso fuera un premio en sí mismo. —¡Sí! ¿Eso significa que ahora puedo entrar a ruinas secretas y cazar monstruos peligrosos? El maestro entrecerró los ojos y suspiró profundamente, cruzándose de brazos. —Eso significa que estuviste en uno de los exámenes más peligrosos que existen y que **podrías haber muerto al menos diez veces sin darte cuenta**. Kyu parpadeó. —¿Oh? ¡Pero no lo hice! ¡Así que eso fue suerte, ¿verdad?! —rió alegremente. El maestro bajó la cabeza y se cubrió la cara con una mano, entre frustración y orgullo. —No… eso fue Nen. Y probablemente, una montaña de milagros. Y mientras el pequeño bailaba en círculos celebrando su nueva profesión con total entusiasmo, el maestro no pudo evitar sonreír. Porque aunque el mundo era brutal y difícil, **ese niño ingenuo, valiente y brillante… lo enfrentaba con una chispa que ningún Peligro podía apagar**.
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  • Una mente disciplinada trae felicidad.
    Una mente disciplinada trae felicidad.
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  • The Abyss Looms over Cups - The Immovable.
    Fandom Jujutsu Kaisen/Made in Abyss.
    Categoría Contemporáneo
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Fueras de Orth, 22:31 hs
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Bar de Carretera.

    ⠀⠀Las puertas del bar chirriaron al abrirse, los pasos confiados de una silueta masculina apartaban el viento y el polvo de la escena con su ímpetu. Pero, con la lentitud de un día de campo, el muchacho se adentraba hacia la barra en búsqueda de la sensaciones que solo podía dar el licor. Olía madera vieja, también bebidas fermentadas, caseras, mirando la selección solo en la barra, podía deducir que eran una producción más rural.

    ⠀⠀El ambiente era cálido, muy acogedor para venir de la ciudad de la que su amiga le había contado estaba el precipicio de la humanidad.

    ⠀⠀Se quitó la gabardina dejándola en uno de los bancos de la barra, asimismo que la tenue luz revelara ese rostro pálido y afilado, de unos exóticos ojos color malva, palpitantes, brillantes incluso entre las luminarias. Su mirada ladeó casi automáticamente, como quien persigue una vela en la oscuridad de un cuarto.

    ⠀⠀Ahí estaba ella.

    ⠀⠀Una presencia densa, carente de ni siquiera el atisbo más rascado de humanidad, era ver una especie de bestia parda sentada en la mesa. Claro que, solo a alguien que puede visualizar el maleficio de su manera, es que es capaz de percibirla así. Para otros, bueno, no era muy diferente, a fin de cuentas era una mujer de más de dos metros con una mirada tétrica y ropa sacada de una película clase B.
    ⠀⠀Pero no dijo nada, solo mantuvo la serenidad mientras pedía su trago. Raro, sí, pero es algo a lo que acostumbraba ver, lo anormal. Y curioso también es que le parecía familiar, pero no recordaba de dónde tampoco.

    ⠀⠀No sabía porqué, pero la cercanía con esa mujer le hacía sentir que estaba al borde de un abismo, y no es que estuviera precisamente a unos pasos de ella.

    Ozen La Inamovible
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Fueras de Orth, 22:31 hs ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Bar de Carretera. ⠀ ⠀⠀Las puertas del bar chirriaron al abrirse, los pasos confiados de una silueta masculina apartaban el viento y el polvo de la escena con su ímpetu. Pero, con la lentitud de un día de campo, el muchacho se adentraba hacia la barra en búsqueda de la sensaciones que solo podía dar el licor. Olía madera vieja, también bebidas fermentadas, caseras, mirando la selección solo en la barra, podía deducir que eran una producción más rural. ⠀⠀El ambiente era cálido, muy acogedor para venir de la ciudad de la que su amiga le había contado estaba el precipicio de la humanidad. ⠀⠀Se quitó la gabardina dejándola en uno de los bancos de la barra, asimismo que la tenue luz revelara ese rostro pálido y afilado, de unos exóticos ojos color malva, palpitantes, brillantes incluso entre las luminarias. Su mirada ladeó casi automáticamente, como quien persigue una vela en la oscuridad de un cuarto. ⠀⠀Ahí estaba ella. ⠀⠀Una presencia densa, carente de ni siquiera el atisbo más rascado de humanidad, era ver una especie de bestia parda sentada en la mesa. Claro que, solo a alguien que puede visualizar el maleficio de su manera, es que es capaz de percibirla así. Para otros, bueno, no era muy diferente, a fin de cuentas era una mujer de más de dos metros con una mirada tétrica y ropa sacada de una película clase B. ⠀⠀Pero no dijo nada, solo mantuvo la serenidad mientras pedía su trago. Raro, sí, pero es algo a lo que acostumbraba ver, lo anormal. Y curioso también es que le parecía familiar, pero no recordaba de dónde tampoco. ⠀⠀No sabía porqué, pero la cercanía con esa mujer le hacía sentir que estaba al borde de un abismo, y no es que estuviera precisamente a unos pasos de ella. ⠀ [Ozen_The_Inmovable]
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