• Todos se lo habían advertido... "No te metas en problemas con las mafias, no te hagas notar y mucho menos, intentes actuar como un héroe.

    Solo tenía que llamar a la policía.
    Pero no lo hizo... ahora estaba diciéndole a sus padres y su hermano mayor que no podia verles porque estaba muy ocupado.
    ¿La realidad? Estaba esperando que sus heridas sanaran pronto para poder ir a verlos.

    Eso... y habia empezado a fumar, el juraba que lo mantenía alerta.
    Todos se lo habían advertido... "No te metas en problemas con las mafias, no te hagas notar y mucho menos, intentes actuar como un héroe. Solo tenía que llamar a la policía. Pero no lo hizo... ahora estaba diciéndole a sus padres y su hermano mayor que no podia verles porque estaba muy ocupado. ¿La realidad? Estaba esperando que sus heridas sanaran pronto para poder ir a verlos. Eso... y habia empezado a fumar, el juraba que lo mantenía alerta.
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  • !! mientras lee en silencio un antiguo libro de su colección visualiza en su mente las palabras de aquel que plasma su odio y rabia en aquel libro, sus manos delicadamente recorren las hojas del viejo libro mientras su imaginación se deja ir °° !!

    (primeros versos del libro )
    Escriban en sus libros que fui la oscuridad,
    la Reina Demonio, la pura crueldad.
    Pinten mis retratos con ojos de hiel,
    la que hizo un pacto con sombras por poder.
    Cuenten que mi magia corrompió la raíz,
    y que de mi aliento nació la cicatriz
    que ahora parte en dos este reino de sol.
    Olviden mi nombre, solo pongan "rencor".

    (pasa la pagina al siguiente párrafo )
    Hablan de justicia, de un héroe y su fe,
    de la luz que trajeron y el monstruo que se fue.
    Pero su luz brillante es una gran mentira,
    que quema más fuerte que mi propia ira.

    (sigue pasando las hojas )
    Así que sí, ¡soy la villana de esta historia mal contada!
    La sombra que nace de su luz profanada.
    El eco de un grito que nadie escuchó,
    la justa consecuencia de lo que su rey sembró.
    Soy el monstruo que ustedes con sus manos crearon,
    ¡y ahora tiemblan por lo que al fin desataron!

    ( segundo párrafo )
    Recuerdo sus risas, sus copas de honor,
    mientras mi gente moría de hambre y dolor.
    Por su "bien mayor" y su falsa deidad,
    sacrificaron mi aldea, mi herencia, mi paz.
    El héroe de acero, con su espada tan santa,
    fue quien quemó mis campos y ahogó mi garganta.
    Y cuando imploré, me llamaron impura,
    sellando mi alma en esta armadura.

    ( 3 párrafo )
    Hablan de mi ejército, de bestias sin par,
    pero olvidan las jaulas de donde los fui a sacar.
    Eran sus trofeos, sus esclavos, su horror...
    y yo les di un propósito, un nombre y valor.

    ( siguiente paguina)
    Así que sí, ¡soy la villana de esta historia mal contada!
    La sombra que nace de su luz profanada.
    El eco de un grito que nadie escuchó,
    la justa consecuencia de lo que su rey sembró.
    Soy el monstruo que ustedes con sus manos crearon,
    ¡y ahora tiemblan por lo que al fin desataron!

    (Puente)
    Ahora los espectros que tanto temían,
    marchan a mi lado, me llaman su guía.
    Mi trono no es de oro, es de huesos y espinas,
    y mi corona, el miedo que a ustedes fascina.
    No busco perdón, no quiero su piedad,
    solo quiero que escriban... toda la verdad.

    (final)
    Graben mi nombre con odio y temor...
    Pero en el silencio, pregunten con honor...
    ¿Quién empuñó la primera espada?
    En esta historia...
    ...mal contada.
    !! mientras lee en silencio un antiguo libro de su colección visualiza en su mente las palabras de aquel que plasma su odio y rabia en aquel libro, sus manos delicadamente recorren las hojas del viejo libro mientras su imaginación se deja ir °° !! (primeros versos del libro ) Escriban en sus libros que fui la oscuridad, la Reina Demonio, la pura crueldad. Pinten mis retratos con ojos de hiel, la que hizo un pacto con sombras por poder. Cuenten que mi magia corrompió la raíz, y que de mi aliento nació la cicatriz que ahora parte en dos este reino de sol. Olviden mi nombre, solo pongan "rencor". (pasa la pagina al siguiente párrafo ) Hablan de justicia, de un héroe y su fe, de la luz que trajeron y el monstruo que se fue. Pero su luz brillante es una gran mentira, que quema más fuerte que mi propia ira. (sigue pasando las hojas ) Así que sí, ¡soy la villana de esta historia mal contada! La sombra que nace de su luz profanada. El eco de un grito que nadie escuchó, la justa consecuencia de lo que su rey sembró. Soy el monstruo que ustedes con sus manos crearon, ¡y ahora tiemblan por lo que al fin desataron! ( segundo párrafo ) Recuerdo sus risas, sus copas de honor, mientras mi gente moría de hambre y dolor. Por su "bien mayor" y su falsa deidad, sacrificaron mi aldea, mi herencia, mi paz. El héroe de acero, con su espada tan santa, fue quien quemó mis campos y ahogó mi garganta. Y cuando imploré, me llamaron impura, sellando mi alma en esta armadura. ( 3 párrafo ) Hablan de mi ejército, de bestias sin par, pero olvidan las jaulas de donde los fui a sacar. Eran sus trofeos, sus esclavos, su horror... y yo les di un propósito, un nombre y valor. ( siguiente paguina) Así que sí, ¡soy la villana de esta historia mal contada! La sombra que nace de su luz profanada. El eco de un grito que nadie escuchó, la justa consecuencia de lo que su rey sembró. Soy el monstruo que ustedes con sus manos crearon, ¡y ahora tiemblan por lo que al fin desataron! (Puente) Ahora los espectros que tanto temían, marchan a mi lado, me llaman su guía. Mi trono no es de oro, es de huesos y espinas, y mi corona, el miedo que a ustedes fascina. No busco perdón, no quiero su piedad, solo quiero que escriban... toda la verdad. (final) Graben mi nombre con odio y temor... Pero en el silencio, pregunten con honor... ¿Quién empuñó la primera espada? En esta historia... ...mal contada.
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    Fandom
    Percy Jackson
    Búsqueda de
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    Disponible
    Se busca un Thanatos adulto con el rostro de Julian Richings, interpretado desde una perspectiva fiel al mito y adaptado al tono del universo de Percy Jackson.

    Thanatos es uno de los dioses más antiguos, tan viejo que incluso los Olímpicos bajan la mirada cuando se acerca. No es un guerrero ni un tirano: es la presencia inevitable que ha visto el nacimiento y la caída de dioses, héroes y mortales. Habla poco, observa mucho y nunca necesita levantar la voz para imponerse. Su sabiduría intimida, su calma desarma y su paciencia parece no tener final.

    No se inclina ante Zeus. No se involucra en rencillas menores. No busca adoración. Su deber es eterno y lo cumple sin orgullo ni resentimiento: simplemente es.

    Sin embargo, existe un solo punto donde toda esa naturaleza cósmica parece quebrarse:
    su hija, Jordyn Abernathy, la única semidiosa nacida de él.

    Con ella, Thanatos roza lo humano. No pierde su solemnidad, pero se vuelve más cercano, más presente, casi protector. No es un padre cálido, pero sí constante. Jordyn es el único puente entre su eternidad y el mundo mortal.

    La búsqueda es para un rol adulto, serio, coherente y con libertad creativa mientras se respete la esencia del dios.
    Se busca un Thanatos adulto con el rostro de Julian Richings, interpretado desde una perspectiva fiel al mito y adaptado al tono del universo de Percy Jackson. Thanatos es uno de los dioses más antiguos, tan viejo que incluso los Olímpicos bajan la mirada cuando se acerca. No es un guerrero ni un tirano: es la presencia inevitable que ha visto el nacimiento y la caída de dioses, héroes y mortales. Habla poco, observa mucho y nunca necesita levantar la voz para imponerse. Su sabiduría intimida, su calma desarma y su paciencia parece no tener final. No se inclina ante Zeus. No se involucra en rencillas menores. No busca adoración. Su deber es eterno y lo cumple sin orgullo ni resentimiento: simplemente es. Sin embargo, existe un solo punto donde toda esa naturaleza cósmica parece quebrarse: su hija, Jordyn Abernathy, la única semidiosa nacida de él. Con ella, Thanatos roza lo humano. No pierde su solemnidad, pero se vuelve más cercano, más presente, casi protector. No es un padre cálido, pero sí constante. Jordyn es el único puente entre su eternidad y el mundo mortal. La búsqueda es para un rol adulto, serio, coherente y con libertad creativa mientras se respete la esencia del dios.
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    La Última Santa, el Último Héroe. - Legado del Error.

    Hubo una vez un joven optimista, bendecido por la Diosa. Su destino era claro: traer la paz al mundo derrotando al Señor Demonio. Desde niño entrenó con fe, esperando el día en que su amiga de la infancia, elegida como la Santa a los diez años, regresara a su lado. Ella poseía la gracia divina, capaz de sanar casi cualquier herida… excepto las suyas propias.

    Separados por el deber, él recibió la bendición dos años después. Con ella, la espada sagrada capaz de herir al mal. Años pasaron. Cuando el héroe cumplió diecinueve, se reencontró con la Santa, ahora una joven de dieciocho. Junto a ellos se unió el hijo del maestro del héroe, un guerrero valiente. Los tres partieron en su misión sagrada.

    Derrotaron a los soldados del Señor Demonio, pero sabían que el verdadero enemigo no estaba en su continente. Solo sus generales cruzaban el mar. Para enfrentarlo, debían volverse más fuertes. Un sabio les enseñó entonces el ritual del sello: si el héroe fallaba, la Santa podría sellar al demonio. Ella aprendió a invocar el sello. Él, a debilitar al enemigo. El guerrero los protegía.

    Antes de partir al continente oscuro, buscaron el apoyo de los reinos. Si el reino Ishtar los respaldaba, los demás seguirían. Pero entonces, llegó la noticia: una general del Señor Demonio se acercaba a Ishtar. Los tres corrieron a advertirles, pero sabían que no llegarían a tiempo. Decidieron interceptarla en una aldea.

    La trampa estaba lista. Los aldeanos confiaron… demasiado. Al ver que la general era una jovencita, creyeron que podrían capturarla. Salieron a pelear, arruinando el plan. La general los derrotó con facilidad. El héroe tuvo que intervenir. En un acto desesperado, pidió a la Santa que usara el sello. El guerrero logró herir a la general, pero murió en el intento.

    El héroe, cegado por la rabia, luchó para vengarlo. La Santa invocó el sello. La general quedó inmovilizada. El héroe creyó que habían ganado. Pero no sabían que ella era la hija del Señor Demonio. Una híbrida. El sello no funcionó del todo.

    Sin dudarlo, la general lanzó su espada. Atravesó el pecho de la Santa. La mató al instante.

    El héroe gritó, maldijo, atacó. Pero fue derrotado. Herido en el suelo, escuchó la verdad: la general no pensaba atacar la aldea. Su misión era formar una alianza con Ishtar. Pero por culpa del héroe, ahora arrasaría con todo.

    Tomó su cabeza. Leyó su mente. Le dijo los nombres de sus amigos, de quienes lo cuidaron en el orfanato. Le prometió que cuando los matara, les diría que fue culpa suya.

    Y entonces lo mató.

    La general cayó al suelo, apoyándose con las manos. Su soldado más fiel, la guerrera Onix, se acercó.

    —¿De verdad harás todo eso? —preguntó.

    Jennifer, la hija del Señor Demonio, sonrió con cansancio.

    —No. Solo lo dije porque me hizo enojar.


    Loki al lector
    "Oh valla... ¿No es hermosa la ironía? El héroe murió creyendo que salvaría el mundo. La santa murió creyendo que sellaría al mal. Y al final… la hija del mal es la única capaz de hacerlo."

    "Ah, lector… ¿crees que el héroe y la santa merecían un final feliz? Él, cegado por su fe, provocó la ruina. Ella, incapaz de sanar sus propias heridas, murió por un destino impuesto. ¿De verdad llamas a eso justicia? Yo digo que la ironía es más honesta que la esperanza."
    La Última Santa, el Último Héroe. - Legado del Error. Hubo una vez un joven optimista, bendecido por la Diosa. Su destino era claro: traer la paz al mundo derrotando al Señor Demonio. Desde niño entrenó con fe, esperando el día en que su amiga de la infancia, elegida como la Santa a los diez años, regresara a su lado. Ella poseía la gracia divina, capaz de sanar casi cualquier herida… excepto las suyas propias. Separados por el deber, él recibió la bendición dos años después. Con ella, la espada sagrada capaz de herir al mal. Años pasaron. Cuando el héroe cumplió diecinueve, se reencontró con la Santa, ahora una joven de dieciocho. Junto a ellos se unió el hijo del maestro del héroe, un guerrero valiente. Los tres partieron en su misión sagrada. Derrotaron a los soldados del Señor Demonio, pero sabían que el verdadero enemigo no estaba en su continente. Solo sus generales cruzaban el mar. Para enfrentarlo, debían volverse más fuertes. Un sabio les enseñó entonces el ritual del sello: si el héroe fallaba, la Santa podría sellar al demonio. Ella aprendió a invocar el sello. Él, a debilitar al enemigo. El guerrero los protegía. Antes de partir al continente oscuro, buscaron el apoyo de los reinos. Si el reino Ishtar los respaldaba, los demás seguirían. Pero entonces, llegó la noticia: una general del Señor Demonio se acercaba a Ishtar. Los tres corrieron a advertirles, pero sabían que no llegarían a tiempo. Decidieron interceptarla en una aldea. La trampa estaba lista. Los aldeanos confiaron… demasiado. Al ver que la general era una jovencita, creyeron que podrían capturarla. Salieron a pelear, arruinando el plan. La general los derrotó con facilidad. El héroe tuvo que intervenir. En un acto desesperado, pidió a la Santa que usara el sello. El guerrero logró herir a la general, pero murió en el intento. El héroe, cegado por la rabia, luchó para vengarlo. La Santa invocó el sello. La general quedó inmovilizada. El héroe creyó que habían ganado. Pero no sabían que ella era la hija del Señor Demonio. Una híbrida. El sello no funcionó del todo. Sin dudarlo, la general lanzó su espada. Atravesó el pecho de la Santa. La mató al instante. El héroe gritó, maldijo, atacó. Pero fue derrotado. Herido en el suelo, escuchó la verdad: la general no pensaba atacar la aldea. Su misión era formar una alianza con Ishtar. Pero por culpa del héroe, ahora arrasaría con todo. Tomó su cabeza. Leyó su mente. Le dijo los nombres de sus amigos, de quienes lo cuidaron en el orfanato. Le prometió que cuando los matara, les diría que fue culpa suya. Y entonces lo mató. La general cayó al suelo, apoyándose con las manos. Su soldado más fiel, la guerrera Onix, se acercó. —¿De verdad harás todo eso? —preguntó. Jennifer, la hija del Señor Demonio, sonrió con cansancio. —No. Solo lo dije porque me hizo enojar. Loki al lector "Oh valla... ¿No es hermosa la ironía? El héroe murió creyendo que salvaría el mundo. La santa murió creyendo que sellaría al mal. Y al final… la hija del mal es la única capaz de hacerlo." "Ah, lector… ¿crees que el héroe y la santa merecían un final feliz? Él, cegado por su fe, provocó la ruina. Ella, incapaz de sanar sus propias heridas, murió por un destino impuesto. ¿De verdad llamas a eso justicia? Yo digo que la ironía es más honesta que la esperanza."
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  • El héroe de Hyrule y ex-campeón podía hacer muchas cosas: desde enfrentarse a bokoblins hasta pelear con centaleones, gleeoks y contra el mismo Ganondorf.

    Sus hazañas se contaban entre los establos, pasadas de boca en boca entre comerciantes y viajeros. Como aquella vez en que defendió el fuerte de Hateno, cuando una oleada alarmante de guardianes amenazó con arrasarlo todo.

    Pero, pese a todas esas historias, había algo a lo que Link no era inmune: empezar su día a una hora razonable.

    El sol inundaba su casa con rayos cálidos y la promesa de un cielo despejado. Todo apuntaba a que sería un buen día; sin embargo, el hyliano parecía ser el único que no compartía ese entusiasmo por madrugar.

    Con el cabello alborotado —como si hubiese dormido en un matorral— y los ojos ligeramente inflamados, casi como par de pequeños chuchus, daba la impresión de que la batalla de Link por despertar estaba claramente perdida.

    Aun así, dejó escapar un leve resoplido, apretando los labios en una mueca resignada mientras se incorporaba apenas unos centímetros… solo para dejarse caer de nuevo sobre las mantas, revolviéndolas, haciendo un pequeño berrinche silencioso. Y, en ese instante, quedó claro que el héroe había decidido posponer el inicio de su día hasta nuevo aviso.

    (N/A: Se que es Link de Skyward Sword pero finjamos demencia y digamos que es de BotW y TotK para que tenga sentido lo que escribí. Gracias. (?) )
    El héroe de Hyrule y ex-campeón podía hacer muchas cosas: desde enfrentarse a bokoblins hasta pelear con centaleones, gleeoks y contra el mismo Ganondorf. Sus hazañas se contaban entre los establos, pasadas de boca en boca entre comerciantes y viajeros. Como aquella vez en que defendió el fuerte de Hateno, cuando una oleada alarmante de guardianes amenazó con arrasarlo todo. Pero, pese a todas esas historias, había algo a lo que Link no era inmune: empezar su día a una hora razonable. El sol inundaba su casa con rayos cálidos y la promesa de un cielo despejado. Todo apuntaba a que sería un buen día; sin embargo, el hyliano parecía ser el único que no compartía ese entusiasmo por madrugar. Con el cabello alborotado —como si hubiese dormido en un matorral— y los ojos ligeramente inflamados, casi como par de pequeños chuchus, daba la impresión de que la batalla de Link por despertar estaba claramente perdida. Aun así, dejó escapar un leve resoplido, apretando los labios en una mueca resignada mientras se incorporaba apenas unos centímetros… solo para dejarse caer de nuevo sobre las mantas, revolviéndolas, haciendo un pequeño berrinche silencioso. Y, en ese instante, quedó claro que el héroe había decidido posponer el inicio de su día hasta nuevo aviso. (N/A: Se que es Link de Skyward Sword pero finjamos demencia y digamos que es de BotW y TotK para que tenga sentido lo que escribí. Gracias. (?) )
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  • Tal parece que el villano tiene más suerte que el héroe a la hora de llamar la atención de las mujeres, pero no se sientan mal, eso es algo que ocurre de manera natural, las damas aman el peligro y adoran a los hombres que toman lo que quieren sin pedir permiso .
    Tal parece que el villano tiene más suerte que el héroe a la hora de llamar la atención de las mujeres, pero no se sientan mal, eso es algo que ocurre de manera natural, las damas aman el peligro y adoran a los hombres que toman lo que quieren sin pedir permiso .
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  • Nacieron en un mundo caótico, buscaron lo mejor para todos, nunca se imaginaron que solo serían una piezas en un elaborado plan, repitiendo una y otra vez la "Era Nova"
    En uno de los tanto, conocieron a los "héroes mas alla del cielo".
    Al saber la verdad sobre sus vidas, sobre los sacrificios que hacían, fue que se decidió romper el vínculo, tratando de huir, con la esperanza de llegar e ir mas alla del cielo pero... Solo se volvieron en un recuedo qué solo se lleva en el corazón, de vínculos congelados.
    Nacieron en un mundo caótico, buscaron lo mejor para todos, nunca se imaginaron que solo serían una piezas en un elaborado plan, repitiendo una y otra vez la "Era Nova" En uno de los tanto, conocieron a los "héroes mas alla del cielo". Al saber la verdad sobre sus vidas, sobre los sacrificios que hacían, fue que se decidió romper el vínculo, tratando de huir, con la esperanza de llegar e ir mas alla del cielo pero... Solo se volvieron en un recuedo qué solo se lleva en el corazón, de vínculos congelados.
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  • En su casa predominaba un silencio agradable y pacífico, lo único que de algún modo parecía interrumpirlo era el suave sonido de su respiración acompasada. Los dorados rayos de sol que se colaban entre las cortinas otorgaban una apariencia casi etérea a la habitación, envolviéndola con una calidez que solo podía encontrarse en la tarde avanzada.

    Link, quien yacía cómodamente en su cama, se había permitido descansar sin preocupaciones luego de días tan pesados. El héroe comenzó a removerse cuando los traviesos rayos de sol acariciaron su rostro, intentando arrastrarlo fuera de sus sueños… al menos temporalmente, mientras buscaba una nueva posición para seguir durmiendo.

    El joven abrió lentamente los ojos, como si fuesen dos mariposas revoloteando con pereza. Aún adormilado por el profundo letargo, se acomodó entre sus sábanas hasta quedar boca arriba. Su playera se deslizó un poco, dejando a la vista un tramo de su cintura y las cicatrices que la recorrían: testigos silenciosos de su labor como defensor de Hyrule y de su gente.

    Su cabello largo descansaba desordenado sobre la almohada, fluyendo en ondas suaves que atrapaban la luz de la tarde.

    Su expresión, tranquila y evidentemente aletargada, mostraba una vulnerabilidad que raras veces se dejaba ver: ese instante privado donde el héroe no era más que un joven reposando en la tibieza de la tarde.

    Entreabrió los labios en un suspiro breve, alzando una mano para cubrir sus ojos de la luz; su otra mano subió hasta su propio cabello, intentando ordenarlo sin éxito alguno en un gesto lento antes de volver a caer pesadamente sobre la cama. Finalmente buscó instintivamente la manta, aferrándose a ella con quieta necesidad listo para volver a los brazos de un merecido descanso.

    #SeductiveSunday
    En su casa predominaba un silencio agradable y pacífico, lo único que de algún modo parecía interrumpirlo era el suave sonido de su respiración acompasada. Los dorados rayos de sol que se colaban entre las cortinas otorgaban una apariencia casi etérea a la habitación, envolviéndola con una calidez que solo podía encontrarse en la tarde avanzada. Link, quien yacía cómodamente en su cama, se había permitido descansar sin preocupaciones luego de días tan pesados. El héroe comenzó a removerse cuando los traviesos rayos de sol acariciaron su rostro, intentando arrastrarlo fuera de sus sueños… al menos temporalmente, mientras buscaba una nueva posición para seguir durmiendo. El joven abrió lentamente los ojos, como si fuesen dos mariposas revoloteando con pereza. Aún adormilado por el profundo letargo, se acomodó entre sus sábanas hasta quedar boca arriba. Su playera se deslizó un poco, dejando a la vista un tramo de su cintura y las cicatrices que la recorrían: testigos silenciosos de su labor como defensor de Hyrule y de su gente. Su cabello largo descansaba desordenado sobre la almohada, fluyendo en ondas suaves que atrapaban la luz de la tarde. Su expresión, tranquila y evidentemente aletargada, mostraba una vulnerabilidad que raras veces se dejaba ver: ese instante privado donde el héroe no era más que un joven reposando en la tibieza de la tarde. Entreabrió los labios en un suspiro breve, alzando una mano para cubrir sus ojos de la luz; su otra mano subió hasta su propio cabello, intentando ordenarlo sin éxito alguno en un gesto lento antes de volver a caer pesadamente sobre la cama. Finalmente buscó instintivamente la manta, aferrándose a ella con quieta necesidad listo para volver a los brazos de un merecido descanso. #SeductiveSunday ✨🌙
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  • 𝙞𝙛 𝙬𝙚 𝙙𝙤𝙣'𝙩 𝙚𝙣𝙙 𝙬𝙖𝙧, 𝙬𝙖𝙧 𝙬𝙞𝙡𝙡 𝙚𝙣𝙙 𝙪𝙨.
    Fandom The Boys
    Categoría Acción
    El sol de mediodía iluminaba la enorme bandera estadounidense pulcramente estirada y anclada en el escenario con el fin de ser el fondo en una de las últimas presentaciones del soldado favorito de América en ese lugar.

    Estados Unidos se proclamaba vencedor de la guerra, confiados en que Alemania aun estaba intentado componerse de la paliza que habían recibido. El hecho de que su mejor arma humana estuviese en Bayeux, no solo tranquilizaba a las personas de ese lugar, también dejaba una buena imagen del gobierno ante el mundo, con tal de hacerles creer que ellos eran los buenos del cuento cuando en realidad eran iguales o peores que sus enemigos.

    La prueba viviente de ello, estaba conformado por Ben a la cabeza y sus bailarinas, sin contar con el despilfarro de miles de dólares en sonido, iluminación, confeti y fuegos artificiales que bien podrían haber sido utilizados para ayudar a quienes decían proteger.

    Detrás de la imponente estructura de hierros ensamblados, montaron un par de carpas para uso exclusivo. Seis en total contando la del super, su equipo y la de las enfermeras. En esos eventos nunca faltaban los que se desmayaban, los que se golpeaban un ojo por accidente al tratar de descorchar una botella por cual utinselio no apto para esa tarea. Sin contar la cantidad de niños que se golpeaban entre ellos o se raspaban las rodillas tratando de imitar las piruetas que hacía su héroe favorito sobre el escenario a pesar que por contrato tuviera que decir la clásica frase: No intenten hacer esto en casa.

    Vought decidio ser lo más precavido posible y poner a disposición un lugar en el que tratar los accidentes tontos antes de que pudieran costarles la imagen que tanto se esforzaban por cuidar.

    Pese a ser temprano, ese sector en la plaza principal era el más caótico del pueblo. Todo mundo tenía prisa, todo el personal del evento corría de un lado a otro buscando y trayendo cosas mientras que otros se abocaban a una única tarea. El nuevo asistente de Ben entro en la carpa del super y le dejo el informe en el perchero junto a una segunda opción de vestuario para que escogiera cual usar aunque cambiar de uniforme en ese momento era algo osado cuando todos en ese lugar ya estaban acostumbrados a su uniforme clásico.

    El hombre se acerco hasta el tocador y le entrego una copia del programa del evento, lo dejo sobre la superficie de madera. El super bajo la mirada hacia el papel y sin mucho ánimo busco su horario, era quien cerraba el evento, lo cual le daba exactamente igual. Sus presentaciones no varíaban mucho entre si, lo único que importaba era lo que decía, el mensaje esperanzador que les daba.

    Su trabajo era mantener fuerte la mente de quienes habían elegido dar la vida por su país y para quienes habían esperado su regreso. Abuelas, madres, hermanas, esposas, hijas; hijos, padres, abuelos, hermanos, tíos... Todos ellos habían aportado su grano de arena en la guerra, no era un trabajo fácil convencer a las masas de que lo peor ya había pasado y Ben comenzaba a sospechar el motivo por el cual permanecía en ese lugar, no era por agradar a la prensa o al público en general, deseaba equivocarse pero algo le decía que esperaban un contrataque.

    Sin embargo, no pensaba demasiado en eso. Creía que su nombre artístico era suficiente para mantener al enemigo alejado, nadie es su sano juicio enviaría a sus soldados a darle pelea a un hombre con una fuerza descomunal, no por nada la prensa lo llamaban el Sansón moderno.

    Por otro lado, se sentía egoísta al no pensar en todas esas personas que creían y confiaban en él. Lo único en lo que pensaba era en una mujer, en Vanya, era su primer pensamiento al despertar y el último antes de dormir, todo giraba alredor de ella y era el único motivo porque el cual estaba feliz de permanecer en Bayeux porque si la guerra terminaba, ambos tendrían que tomar caminos diferentes y era probable que no volvieran a verse jamás.

    Quito la vista del papel cuando se dio cuenta de que lo había pasado demasiado tiempo mirándolo, aunque había dejado de lado las drogas, no quería que su asistente pensara que había desayunado un coctel de polvos blancos en la previa del show.

    ──¿Necesitas algo más? ¿Quieres que te traiga algo de comer o beber? ── Pregunto el hombre mirando a soldier boy en el reflejo del espejo.

    Ben estaba harto de los asistentes. Y si, era su culpa que los cambiaran rápido aunque este le caía un poco mejor que los anteriores. Hacía lo que le pedía, hablaba poco, no hacía preguntas estúpidas, no le cuestionaba nada; solo cumplía con los caprichos del super y eso, ya era ganancia.

    ──Ahora que lo preguntas, si... Necesito algo más. ¿Larry, verdad? ── Giro el cuerpo sobre la silla y apoyo el brazo sobre el respaldo, mirándolo directo a los ojos.

    ──Soy... Harry... Pero no importa, dime que necesitas ── Avanzo un paso más, sosteniendo una libreta que le quedaba minúscula en sus manos regordetas, evitando el contacto visual.

    En el rostro del super se dibujo una pequeña sonrisa, bien disimulada. Siempre que veía a su nuevo asistente no podía evitar imaginarlo como Gus, el ratón panzon de la película Cenicienta pero no lo decía en voz alta, gracias a Vanya había dejado de ser tan cruel con los demás.

    Harry apoyo el lápiz sobre la hoja en blanco, listo para apuntar lo que saliera de los labios del héroe.

    ──Desperte con un incómodo dolor de muelas, Harry. ¿Podrías pedirle a una de las enfermeras que me revise? Quiero estar comodo para el show ── El asiente asintió varias veces, escribiendo quien sabe que.

    Ben prosiguió, procurando hacerse el desentendido para tratar de traer a Vanya a su carpa pero cuidando de no exponerla, de no exponerlos a los dos, pero su deseo por verla antes del show era mayor que cualquier otra necesidad.

    Recurrio a una táctica ya aplicada antes y que funcionaba bien, pedir a las enfermeras que eran amigas de Vanya para que ellas enviaran a la pelirroja en su lugar; una regla no impuesta, como una especie de pacto entre ellas y él para que pudiera ver a su amada.

    ──Pregunta por Mona en la enfermería, es quien me revisa a veces. Tiene conocimiento en estas cosas de supers, pero si no me crees puedes hablar con alguien de vought ── Dejo esa última propuesta en el aire y giro de nuevo hacia el espejo, acercando al centro de la mesa lo que iba a utilizar para afeitarse.

    Por supuesto que Ben no era idiota, sabía que Harry no iba a preguntarle nada a nadie. En ese lugar, pedir hablar directamente con alguien de vought por algo sin relevancia, era un sinónimo de despido inmediato y al parecer el sujeto quería mucho ese empleo.

    El asistente no dijo nada, se marcho de la carpa decidido a cumplir con la petición del super soldado. No tuvo problemas en dar con la enfermería, era la única carpa de color blanco con una cruz roja en un costado.

    Al entrar, vio a un grupo de mujeres alistando algunas camillas y acomodando en una mesa lo necesario para curar heridas.

    ──Buenas tardes, disculpen las interrupción pero... ── Levanto la voz mientras se adentraba en la carpa, leyó una vez más el nombre que tenía anotado en el papel y clavo la vista en el grupo de enfermeras, tratando de dar con la mujer que le habían enviado a buscar. ──Soldier boy necesita que Mona lo revise y si es necesario, que le de alguna medicación para que pueda actuar en unas horas. Si no es ninguna de ustedes, por favor, díganle que se acerque a la carpa principal lo más rápido posible.

    El hombre no espero respuesta, dio media vuelta y se dirigió a revisar otros sectores en el predio.

    Mientras tanto, Ben había terminado de afeitarse y se encontraba contemplando el par de uniformes en el perchero. El nuevo y el viejo, sin poder decidirse por uno de los dos. Optó por esperar a Vanya para que le ayudara a elegir, pero antes, guardo en el bolsillo del pantalón un obsequio; incapaz de contener la alegría por verla antes del show.

    Para él no era cualquier día, era un día especial, un día que marcaría un antes y un después en su relación. No tenía idea que les deparaba el futuro pero al menos el presente parecía prometedor.
    Vanya Starkova
    El sol de mediodía iluminaba la enorme bandera estadounidense pulcramente estirada y anclada en el escenario con el fin de ser el fondo en una de las últimas presentaciones del soldado favorito de América en ese lugar. Estados Unidos se proclamaba vencedor de la guerra, confiados en que Alemania aun estaba intentado componerse de la paliza que habían recibido. El hecho de que su mejor arma humana estuviese en Bayeux, no solo tranquilizaba a las personas de ese lugar, también dejaba una buena imagen del gobierno ante el mundo, con tal de hacerles creer que ellos eran los buenos del cuento cuando en realidad eran iguales o peores que sus enemigos. La prueba viviente de ello, estaba conformado por Ben a la cabeza y sus bailarinas, sin contar con el despilfarro de miles de dólares en sonido, iluminación, confeti y fuegos artificiales que bien podrían haber sido utilizados para ayudar a quienes decían proteger. Detrás de la imponente estructura de hierros ensamblados, montaron un par de carpas para uso exclusivo. Seis en total contando la del super, su equipo y la de las enfermeras. En esos eventos nunca faltaban los que se desmayaban, los que se golpeaban un ojo por accidente al tratar de descorchar una botella por cual utinselio no apto para esa tarea. Sin contar la cantidad de niños que se golpeaban entre ellos o se raspaban las rodillas tratando de imitar las piruetas que hacía su héroe favorito sobre el escenario a pesar que por contrato tuviera que decir la clásica frase: No intenten hacer esto en casa. Vought decidio ser lo más precavido posible y poner a disposición un lugar en el que tratar los accidentes tontos antes de que pudieran costarles la imagen que tanto se esforzaban por cuidar. Pese a ser temprano, ese sector en la plaza principal era el más caótico del pueblo. Todo mundo tenía prisa, todo el personal del evento corría de un lado a otro buscando y trayendo cosas mientras que otros se abocaban a una única tarea. El nuevo asistente de Ben entro en la carpa del super y le dejo el informe en el perchero junto a una segunda opción de vestuario para que escogiera cual usar aunque cambiar de uniforme en ese momento era algo osado cuando todos en ese lugar ya estaban acostumbrados a su uniforme clásico. El hombre se acerco hasta el tocador y le entrego una copia del programa del evento, lo dejo sobre la superficie de madera. El super bajo la mirada hacia el papel y sin mucho ánimo busco su horario, era quien cerraba el evento, lo cual le daba exactamente igual. Sus presentaciones no varíaban mucho entre si, lo único que importaba era lo que decía, el mensaje esperanzador que les daba. Su trabajo era mantener fuerte la mente de quienes habían elegido dar la vida por su país y para quienes habían esperado su regreso. Abuelas, madres, hermanas, esposas, hijas; hijos, padres, abuelos, hermanos, tíos... Todos ellos habían aportado su grano de arena en la guerra, no era un trabajo fácil convencer a las masas de que lo peor ya había pasado y Ben comenzaba a sospechar el motivo por el cual permanecía en ese lugar, no era por agradar a la prensa o al público en general, deseaba equivocarse pero algo le decía que esperaban un contrataque. Sin embargo, no pensaba demasiado en eso. Creía que su nombre artístico era suficiente para mantener al enemigo alejado, nadie es su sano juicio enviaría a sus soldados a darle pelea a un hombre con una fuerza descomunal, no por nada la prensa lo llamaban el Sansón moderno. Por otro lado, se sentía egoísta al no pensar en todas esas personas que creían y confiaban en él. Lo único en lo que pensaba era en una mujer, en Vanya, era su primer pensamiento al despertar y el último antes de dormir, todo giraba alredor de ella y era el único motivo porque el cual estaba feliz de permanecer en Bayeux porque si la guerra terminaba, ambos tendrían que tomar caminos diferentes y era probable que no volvieran a verse jamás. Quito la vista del papel cuando se dio cuenta de que lo había pasado demasiado tiempo mirándolo, aunque había dejado de lado las drogas, no quería que su asistente pensara que había desayunado un coctel de polvos blancos en la previa del show. ──¿Necesitas algo más? ¿Quieres que te traiga algo de comer o beber? ── Pregunto el hombre mirando a soldier boy en el reflejo del espejo. Ben estaba harto de los asistentes. Y si, era su culpa que los cambiaran rápido aunque este le caía un poco mejor que los anteriores. Hacía lo que le pedía, hablaba poco, no hacía preguntas estúpidas, no le cuestionaba nada; solo cumplía con los caprichos del super y eso, ya era ganancia. ──Ahora que lo preguntas, si... Necesito algo más. ¿Larry, verdad? ── Giro el cuerpo sobre la silla y apoyo el brazo sobre el respaldo, mirándolo directo a los ojos. ──Soy... Harry... Pero no importa, dime que necesitas ── Avanzo un paso más, sosteniendo una libreta que le quedaba minúscula en sus manos regordetas, evitando el contacto visual. En el rostro del super se dibujo una pequeña sonrisa, bien disimulada. Siempre que veía a su nuevo asistente no podía evitar imaginarlo como Gus, el ratón panzon de la película Cenicienta pero no lo decía en voz alta, gracias a Vanya había dejado de ser tan cruel con los demás. Harry apoyo el lápiz sobre la hoja en blanco, listo para apuntar lo que saliera de los labios del héroe. ──Desperte con un incómodo dolor de muelas, Harry. ¿Podrías pedirle a una de las enfermeras que me revise? Quiero estar comodo para el show ── El asiente asintió varias veces, escribiendo quien sabe que. Ben prosiguió, procurando hacerse el desentendido para tratar de traer a Vanya a su carpa pero cuidando de no exponerla, de no exponerlos a los dos, pero su deseo por verla antes del show era mayor que cualquier otra necesidad. Recurrio a una táctica ya aplicada antes y que funcionaba bien, pedir a las enfermeras que eran amigas de Vanya para que ellas enviaran a la pelirroja en su lugar; una regla no impuesta, como una especie de pacto entre ellas y él para que pudiera ver a su amada. ──Pregunta por Mona en la enfermería, es quien me revisa a veces. Tiene conocimiento en estas cosas de supers, pero si no me crees puedes hablar con alguien de vought ── Dejo esa última propuesta en el aire y giro de nuevo hacia el espejo, acercando al centro de la mesa lo que iba a utilizar para afeitarse. Por supuesto que Ben no era idiota, sabía que Harry no iba a preguntarle nada a nadie. En ese lugar, pedir hablar directamente con alguien de vought por algo sin relevancia, era un sinónimo de despido inmediato y al parecer el sujeto quería mucho ese empleo. El asistente no dijo nada, se marcho de la carpa decidido a cumplir con la petición del super soldado. No tuvo problemas en dar con la enfermería, era la única carpa de color blanco con una cruz roja en un costado. Al entrar, vio a un grupo de mujeres alistando algunas camillas y acomodando en una mesa lo necesario para curar heridas. ──Buenas tardes, disculpen las interrupción pero... ── Levanto la voz mientras se adentraba en la carpa, leyó una vez más el nombre que tenía anotado en el papel y clavo la vista en el grupo de enfermeras, tratando de dar con la mujer que le habían enviado a buscar. ──Soldier boy necesita que Mona lo revise y si es necesario, que le de alguna medicación para que pueda actuar en unas horas. Si no es ninguna de ustedes, por favor, díganle que se acerque a la carpa principal lo más rápido posible. El hombre no espero respuesta, dio media vuelta y se dirigió a revisar otros sectores en el predio. Mientras tanto, Ben había terminado de afeitarse y se encontraba contemplando el par de uniformes en el perchero. El nuevo y el viejo, sin poder decidirse por uno de los dos. Optó por esperar a Vanya para que le ayudara a elegir, pero antes, guardo en el bolsillo del pantalón un obsequio; incapaz de contener la alegría por verla antes del show. Para él no era cualquier día, era un día especial, un día que marcaría un antes y un después en su relación. No tenía idea que les deparaba el futuro pero al menos el presente parecía prometedor. [THE.REDSUPER]
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  • Las olas resonaban en un suave vaivén, acompañadas por el delicado suspiro del viento que, al acariciar las flores, formaba una melodía capaz de hacer a Link relajarse mientras admiraba los colores con los que el cielo comenzaba a teñirse.

    Era como si su respiración y sus latidos se acompasaran al ritmo de la naturaleza que lo rodeaba.

    Los momentos de calma en su vida siempre habían sido escasos. Como ex campeón de Hyrule y actual héroe de lo que quedaba de su reino, había aprendido a vivir en constante alerta, preparado para cuando la paz se viera interrumpida una vez más.

    Pero ahora, después de que la lucha contra los piratas que infestaban el pueblo costero de Lurelin había terminado, podía permitirse un merecido descanso, además de atender los rasguños y cortes adquiridos durante el combate.

    Lurelin, que poco a poco volvía a pertenecer a su gente, requería la reconstrucción de viviendas y locales para devolverle la vida que alguna vez tuvo. Pero así como su salvador necesitaba reposo antes del trabajo que estaba por venir, los habitantes de la aldea también disfrutaban de la calma que traía consigo la libertad.

    Después de todo, no estaba de más respirar un poco, ahora que la tormenta finalmente se había disipado.

    Con una última mirada al horizonte, Link dejó que el silencio del atardecer lo envolviera, reconociendo en aquel instante que incluso los héroes merecen descansar.

    El sol descendía entre tonos dorados, morados y rosados, y una sensación de serenidad se apoderó de él al ver cómo el mar reflejaba los últimos destellos del día.

    Con una leve sonrisa, se puso de pie y se encaminó hacia la pequeña palapa que el jefe de Lurelin le había ofrecido para pasar la noche.

    El murmullo de las olas lo acompañó mientras se perdía entre la brisa, preparado al fin para dormir bajo un cielo en paz.

    Las olas resonaban en un suave vaivén, acompañadas por el delicado suspiro del viento que, al acariciar las flores, formaba una melodía capaz de hacer a Link relajarse mientras admiraba los colores con los que el cielo comenzaba a teñirse. Era como si su respiración y sus latidos se acompasaran al ritmo de la naturaleza que lo rodeaba. Los momentos de calma en su vida siempre habían sido escasos. Como ex campeón de Hyrule y actual héroe de lo que quedaba de su reino, había aprendido a vivir en constante alerta, preparado para cuando la paz se viera interrumpida una vez más. Pero ahora, después de que la lucha contra los piratas que infestaban el pueblo costero de Lurelin había terminado, podía permitirse un merecido descanso, además de atender los rasguños y cortes adquiridos durante el combate. Lurelin, que poco a poco volvía a pertenecer a su gente, requería la reconstrucción de viviendas y locales para devolverle la vida que alguna vez tuvo. Pero así como su salvador necesitaba reposo antes del trabajo que estaba por venir, los habitantes de la aldea también disfrutaban de la calma que traía consigo la libertad. Después de todo, no estaba de más respirar un poco, ahora que la tormenta finalmente se había disipado. Con una última mirada al horizonte, Link dejó que el silencio del atardecer lo envolviera, reconociendo en aquel instante que incluso los héroes merecen descansar. El sol descendía entre tonos dorados, morados y rosados, y una sensación de serenidad se apoderó de él al ver cómo el mar reflejaba los últimos destellos del día. Con una leve sonrisa, se puso de pie y se encaminó hacia la pequeña palapa que el jefe de Lurelin le había ofrecido para pasar la noche. El murmullo de las olas lo acompañó mientras se perdía entre la brisa, preparado al fin para dormir bajo un cielo en paz.
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