En su casa predominaba un silencio agradable y pacífico; lo único que, de algún modo, parecía interrumpirlo era el suave sonido de su respiración acompasada. Los dorados rayos de sol que se colaban entre las cortinas otorgaban una apariencia casi etérea a la habitación, envolviéndola con una calidez que solo podía encontrarse en la tarde avanzada.
Link, quien yacía cómodamente en su cama, se había permitido descansar sin preocupaciones luego de días tan pesados. El héroe comenzó a removerse cuando los traviesos rayos de sol acariciaron su rostro, intentando arrastrarlo fuera de sus sueños… al menos temporalmente, mientras buscaba una nueva posición para seguir durmiendo.
El joven abrió lentamente los ojos, como si fuesen dos mariposas revoloteando con pereza. Aún adormilado por el profundo letargo, se acomodó entre sus sábanas hasta quedar boca arriba. Su playera se deslizó un poco, dejando a la vista un tramo de su cintura y las cicatrices que la recorrían: testigos silenciosos de su labor como defensor de Hyrule y de su gente.
Su cabello largo descansaba desordenado sobre la almohada, fluyendo en ondas suaves que atrapaban la luz de la tarde.
Su expresión, tranquila y evidentemente aletargada, mostraba una vulnerabilidad que raras veces se dejaba ver: ese instante privado donde el héroe no era más que un joven reposando en la tibieza de la tarde.
Entreabrió los labios en un suspiro breve, alzando una mano para cubrir sus ojos de la luz; su otra mano subió hasta su propio cabello, intentando ordenarlo sin éxito alguno en un gesto lento antes de volver a caer pesadamente sobre la cama. Finalmente buscó instintivamente la manta, aferrándose a ella con quieta necesidad listo para volver a los brazos de un merecido descanso.
#SeductiveSunday
Link, quien yacía cómodamente en su cama, se había permitido descansar sin preocupaciones luego de días tan pesados. El héroe comenzó a removerse cuando los traviesos rayos de sol acariciaron su rostro, intentando arrastrarlo fuera de sus sueños… al menos temporalmente, mientras buscaba una nueva posición para seguir durmiendo.
El joven abrió lentamente los ojos, como si fuesen dos mariposas revoloteando con pereza. Aún adormilado por el profundo letargo, se acomodó entre sus sábanas hasta quedar boca arriba. Su playera se deslizó un poco, dejando a la vista un tramo de su cintura y las cicatrices que la recorrían: testigos silenciosos de su labor como defensor de Hyrule y de su gente.
Su cabello largo descansaba desordenado sobre la almohada, fluyendo en ondas suaves que atrapaban la luz de la tarde.
Su expresión, tranquila y evidentemente aletargada, mostraba una vulnerabilidad que raras veces se dejaba ver: ese instante privado donde el héroe no era más que un joven reposando en la tibieza de la tarde.
Entreabrió los labios en un suspiro breve, alzando una mano para cubrir sus ojos de la luz; su otra mano subió hasta su propio cabello, intentando ordenarlo sin éxito alguno en un gesto lento antes de volver a caer pesadamente sobre la cama. Finalmente buscó instintivamente la manta, aferrándose a ella con quieta necesidad listo para volver a los brazos de un merecido descanso.
#SeductiveSunday
En su casa predominaba un silencio agradable y pacífico; lo único que, de algún modo, parecía interrumpirlo era el suave sonido de su respiración acompasada. Los dorados rayos de sol que se colaban entre las cortinas otorgaban una apariencia casi etérea a la habitación, envolviéndola con una calidez que solo podía encontrarse en la tarde avanzada.
Link, quien yacía cómodamente en su cama, se había permitido descansar sin preocupaciones luego de días tan pesados. El héroe comenzó a removerse cuando los traviesos rayos de sol acariciaron su rostro, intentando arrastrarlo fuera de sus sueños… al menos temporalmente, mientras buscaba una nueva posición para seguir durmiendo.
El joven abrió lentamente los ojos, como si fuesen dos mariposas revoloteando con pereza. Aún adormilado por el profundo letargo, se acomodó entre sus sábanas hasta quedar boca arriba. Su playera se deslizó un poco, dejando a la vista un tramo de su cintura y las cicatrices que la recorrían: testigos silenciosos de su labor como defensor de Hyrule y de su gente.
Su cabello largo descansaba desordenado sobre la almohada, fluyendo en ondas suaves que atrapaban la luz de la tarde.
Su expresión, tranquila y evidentemente aletargada, mostraba una vulnerabilidad que raras veces se dejaba ver: ese instante privado donde el héroe no era más que un joven reposando en la tibieza de la tarde.
Entreabrió los labios en un suspiro breve, alzando una mano para cubrir sus ojos de la luz; su otra mano subió hasta su propio cabello, intentando ordenarlo sin éxito alguno en un gesto lento antes de volver a caer pesadamente sobre la cama. Finalmente buscó instintivamente la manta, aferrándose a ella con quieta necesidad listo para volver a los brazos de un merecido descanso.
#SeductiveSunday ✨🌙
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