• -La brisa cálida del atardecer acariciaba el rostro cubierto de Coke mientras permanecía en la cornisa de una de las construcciones más altas del nuevo reino. Meses habían pasado desde que abandonó su hogar, desde que dejó atrás la armadura que lo definía, y ahora su figura se fusionaba con las sombras de una ciudad desconocida, un mar de techos y calles que vibraban con una vida que no le pertenecía, pero que lo intrigaba profundamente.

    El sol comenzaba a hundirse en el horizonte, pintando los edificios con tonos dorados y naranjas, mientras el bullicio de los comerciantes, los niños jugando y los trovadores llenaba el aire con una melodía vibrante. Desde lo alto, Coke podía observar cómo las vidas de los demás fluían sin preocupaciones aparentes, algo que le resultaba casi envidiable.

    Se inclinó ligeramente hacia adelante, apoyando un brazo en su rodilla, mientras su capa ondeaba detrás de él, meciéndose con la brisa. Observó con atención a la gente en las calles, cada movimiento, cada risa y cada murmullo parecían un eco distante de lo que alguna vez fue su vida. Sin embargo, no sentía arrepentimiento, solo una extraña mezcla de nostalgia y anhelo. Este nuevo reino era su refugio temporal, un punto más en su búsqueda por un propósito que aún no lograba descifrar.

    Se llevó una mano al pecho, donde colgaba un pequeño medallón, el único recuerdo tangible de su antiguo hogar. Era un recordatorio de todo lo que había dejado atrás, pero también de lo que había aprendido en el proceso. Cerró los ojos por un momento, dejando que el viento le susurrara historias de este nuevo lugar, historias que tal vez algún día formarían parte de su propia narrativa.

    El eco de un campanario rompió el silencio de su mente, marcando la llegada de una nueva hora. Coke se levantó lentamente, ajustándose la capucha antes de dar un último vistazo a la ciudad bajo sus pies. Cada paso que daba lo alejaba de su pasado, pero también lo acercaba a descubrir quién era realmente, lejos de los títulos, las guerras y las expectativas.

    Con un movimiento ágil, descendió de la cornisa hacia una terraza más baja. La noche estaba por caer, y el mundo que tanto quería explorar aún tenía mucho por ofrecerle. La oscuridad era ahora su aliada, un manto que le permitía moverse sin ser visto mientras buscaba respuestas en un reino que apenas comenzaba a comprender. Su viaje estaba lejos de terminar.-

    ══════════════════════════════════════════
    Rol de autoconocimiento en lo que detecto que es lo mejor para Coke y uss, ayuda denme rol//
    -La brisa cálida del atardecer acariciaba el rostro cubierto de Coke mientras permanecía en la cornisa de una de las construcciones más altas del nuevo reino. Meses habían pasado desde que abandonó su hogar, desde que dejó atrás la armadura que lo definía, y ahora su figura se fusionaba con las sombras de una ciudad desconocida, un mar de techos y calles que vibraban con una vida que no le pertenecía, pero que lo intrigaba profundamente. El sol comenzaba a hundirse en el horizonte, pintando los edificios con tonos dorados y naranjas, mientras el bullicio de los comerciantes, los niños jugando y los trovadores llenaba el aire con una melodía vibrante. Desde lo alto, Coke podía observar cómo las vidas de los demás fluían sin preocupaciones aparentes, algo que le resultaba casi envidiable. Se inclinó ligeramente hacia adelante, apoyando un brazo en su rodilla, mientras su capa ondeaba detrás de él, meciéndose con la brisa. Observó con atención a la gente en las calles, cada movimiento, cada risa y cada murmullo parecían un eco distante de lo que alguna vez fue su vida. Sin embargo, no sentía arrepentimiento, solo una extraña mezcla de nostalgia y anhelo. Este nuevo reino era su refugio temporal, un punto más en su búsqueda por un propósito que aún no lograba descifrar. Se llevó una mano al pecho, donde colgaba un pequeño medallón, el único recuerdo tangible de su antiguo hogar. Era un recordatorio de todo lo que había dejado atrás, pero también de lo que había aprendido en el proceso. Cerró los ojos por un momento, dejando que el viento le susurrara historias de este nuevo lugar, historias que tal vez algún día formarían parte de su propia narrativa. El eco de un campanario rompió el silencio de su mente, marcando la llegada de una nueva hora. Coke se levantó lentamente, ajustándose la capucha antes de dar un último vistazo a la ciudad bajo sus pies. Cada paso que daba lo alejaba de su pasado, pero también lo acercaba a descubrir quién era realmente, lejos de los títulos, las guerras y las expectativas. Con un movimiento ágil, descendió de la cornisa hacia una terraza más baja. La noche estaba por caer, y el mundo que tanto quería explorar aún tenía mucho por ofrecerle. La oscuridad era ahora su aliada, un manto que le permitía moverse sin ser visto mientras buscaba respuestas en un reino que apenas comenzaba a comprender. Su viaje estaba lejos de terminar.- ══════════════════════════════════════════ Rol de autoconocimiento en lo que detecto que es lo mejor para Coke y uss, ayuda denme rol//
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    Sabía lo que pasaba por la mente de su amado. Había Sido un largo tormento y la guerra habia puesto a prueba completamente la fuerza del joven.

    Lo miro desde su habitación, suspiro al ver claramente lo que el sentía. Este sería un nuevo caminó uno que ella esperaba pudieran seguir compartiendo.
    Sabía lo que pasaba por la mente de su amado. Había Sido un largo tormento y la guerra habia puesto a prueba completamente la fuerza del joven. Lo miro desde su habitación, suspiro al ver claramente lo que el sentía. Este sería un nuevo caminó uno que ella esperaba pudieran seguir compartiendo.
    -La lluvia no cesaba, como si el cielo mismo llorara por los caídos. Coke permanecía de rodillas, con el agua fría resbalando por las grietas de su armadura. El campo de batalla ahora estaba en silencio; el estruendo de la guerra, los gritos de los hombres y el choque del metal habían quedado atrás, reemplazados por el susurro del viento y el repiqueteo constante de la lluvia. La guerra había terminado. Por fin, la larga y sangrienta contienda que lo había definido durante tanto tiempo había llegado a su fin, dejando tras de sí un paisaje desolado... y un vacío en su pecho-

    -Con manos temblorosas, empezó a despojarse de su armadura. Primero fueron los guanteletes, cayendo al suelo con un sonido sordo, mezclándose con el barro empapado. Sentía el frío contra su piel desnuda, pero no importaba. Una vida de guerra, de muerte y sacrificio, debía terminar aquí. Cada pieza que dejaba caer simbolizaba más que un peso físico: era el abandono de una identidad, de un propósito que ya no tenía sentido. El peto, cubierto de abolladuras y cicatrices que contaban historias de victorias y derrotas, fue lo siguiente en caer. Cuando finalmente soltó el yelmo, el aire fresco golpeó su rostro, llevándose consigo los restos del hombre que había sido-

    -Sus ojos se posaron en su espada, aún clavada en el suelo frente a él. Durante años, había sido una extensión de su voluntad, un instrumento de guerra que definía quién era. Ahora, solo era un pedazo de acero que no podía sostener el peso de la paz. Apoyó una mano sobre la empuñadura, cerrando los ojos por un momento antes de soltarla finalmente. Ya no la necesitaba. La guerra había acabado, y con ella, la razón para seguir siendo un caballero-

    -De pie, sin más que su ropa ligera empapada, Coke levantó la mirada al cielo. La lluvia seguía cayendo, pero ya no sentía el frío; sentía la liberación. Por primera vez en mucho tiempo, el horizonte no estaba marcado por banderas enemigas ni campos de batalla. Era solo el futuro, vasto e incierto, pero también lleno de posibilidades. Había decidido dejar atrás la vida de sangre y acero. Ahora, debía encontrar un nuevo camino, uno donde no fueran sus armas las que lo definieran, sino la fuerza de su espíritu-

    -Una última mirada al campo vacío y la armadura abandonada en el barro sellaron su despedida. Coke dio un paso adelante, y luego otro, alejándose del peso del pasado, caminando hacia el amanecer de una nueva vida-

    ────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ──────

    Cierre de arco y fin de temporada alv, me siento motivado//
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  • -La luz pálida de la luna bañaba el horizonte, creando un manto plateado sobre los campos que rodeaban el castillo. El aire era fresco, cargado con el aroma de la tierra húmeda y la hierba recién pisada. Dentro de las murallas, el bullicio de las celebraciones ya se había apagado, dejando tras de sí el eco distante de risas y cánticos que se desvanecían en la madrugada. Las antorchas parpadeaban débilmente, luchando contra el viento que comenzaba a soplar con fuerza. Era el momento perfecto para desaparecer sin que nadie lo notara-

    -Coke estaba allí, de pie junto a los establos, su silueta parcialmente iluminada por la tenue luz lunar. Llevaba una capa oscura que apenas podía ocultar la armadura ligera que aún no había abandonado del todo, como si no pudiera desprenderse completamente de su pasado. Su mirada recorrió los caballos dormidos, hasta que sus ojos se posaron en uno en particular: un corcel negro, fuerte y silencioso. Sin dudarlo, abrió el portón de madera con cuidado, sus movimientos tan ligeros que ni siquiera el crujir de la madera perturbó el silencio-

    -Con manos firmes y un susurro tranquilo, acarició al animal antes de colocarse sobre su lomo. La brisa nocturna le acariciaba el rostro mientras salía de los terrenos del castillo, dejando atrás las luces, las risas y las responsabilidades. Cada paso del caballo sobre el camino empedrado resonaba como un latido, marcando el comienzo de una nueva vida, lejos de los festejos y del peso de las miradas expectantes-

    -Sus pensamientos estaban claros: no había lugar para él en un reino en paz. Había luchado y sangrado por esa tierra, pero ahora que la calma reinaba, su espíritu inquieto buscaba algo más. Quizá un propósito, quizá libertad, o tal vez solo un lugar donde pudiera encontrarse a sí mismo sin el eco constante de los gritos de guerra-

    -El caballo se detuvo por un instante al borde del bosque, justo donde los campos abiertos del reino daban paso a la sombra de los árboles. Coke miró hacia atrás, contemplando las altas torres del castillo y las luces que aún parpadeaban débilmente en las ventanas. El viento soplaba con fuerza, llevándose consigo el eco de una canción lejana que aún resonaba desde los salones del festín. Apretó los labios y, con un gesto lento, levantó el casco que había llevado durante tantas batallas, aquel que todos reconocían como un símbolo de su valentía y su presencia en el campo de guerra-

    -Con una calma solemne, dejó caer el casco al suelo. El metal resonó contra las piedras con un eco profundo que pareció extenderse por todo el valle. Era un sonido que marcaba el fin de una era. El casco quedó allí, solitario bajo la luz de la luna, un símbolo mudo de todo lo que Coke dejaba atrás-

    -Sin mirar atrás, espoleó al caballo, dejando que la oscuridad del bosque lo envolviera. La figura de Coke se fundió con la oscuridad, dejando tras de sí una estela de huellas que pronto serían borradas por la humedad de la madrugada. La luna, su única compañera, lo observaba desde lo alto, iluminando el camino hacia lo desconocido-

    ────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ──────

    Fin de temporada
    -La luz pálida de la luna bañaba el horizonte, creando un manto plateado sobre los campos que rodeaban el castillo. El aire era fresco, cargado con el aroma de la tierra húmeda y la hierba recién pisada. Dentro de las murallas, el bullicio de las celebraciones ya se había apagado, dejando tras de sí el eco distante de risas y cánticos que se desvanecían en la madrugada. Las antorchas parpadeaban débilmente, luchando contra el viento que comenzaba a soplar con fuerza. Era el momento perfecto para desaparecer sin que nadie lo notara- -Coke estaba allí, de pie junto a los establos, su silueta parcialmente iluminada por la tenue luz lunar. Llevaba una capa oscura que apenas podía ocultar la armadura ligera que aún no había abandonado del todo, como si no pudiera desprenderse completamente de su pasado. Su mirada recorrió los caballos dormidos, hasta que sus ojos se posaron en uno en particular: un corcel negro, fuerte y silencioso. Sin dudarlo, abrió el portón de madera con cuidado, sus movimientos tan ligeros que ni siquiera el crujir de la madera perturbó el silencio- -Con manos firmes y un susurro tranquilo, acarició al animal antes de colocarse sobre su lomo. La brisa nocturna le acariciaba el rostro mientras salía de los terrenos del castillo, dejando atrás las luces, las risas y las responsabilidades. Cada paso del caballo sobre el camino empedrado resonaba como un latido, marcando el comienzo de una nueva vida, lejos de los festejos y del peso de las miradas expectantes- -Sus pensamientos estaban claros: no había lugar para él en un reino en paz. Había luchado y sangrado por esa tierra, pero ahora que la calma reinaba, su espíritu inquieto buscaba algo más. Quizá un propósito, quizá libertad, o tal vez solo un lugar donde pudiera encontrarse a sí mismo sin el eco constante de los gritos de guerra- -El caballo se detuvo por un instante al borde del bosque, justo donde los campos abiertos del reino daban paso a la sombra de los árboles. Coke miró hacia atrás, contemplando las altas torres del castillo y las luces que aún parpadeaban débilmente en las ventanas. El viento soplaba con fuerza, llevándose consigo el eco de una canción lejana que aún resonaba desde los salones del festín. Apretó los labios y, con un gesto lento, levantó el casco que había llevado durante tantas batallas, aquel que todos reconocían como un símbolo de su valentía y su presencia en el campo de guerra- -Con una calma solemne, dejó caer el casco al suelo. El metal resonó contra las piedras con un eco profundo que pareció extenderse por todo el valle. Era un sonido que marcaba el fin de una era. El casco quedó allí, solitario bajo la luz de la luna, un símbolo mudo de todo lo que Coke dejaba atrás- -Sin mirar atrás, espoleó al caballo, dejando que la oscuridad del bosque lo envolviera. La figura de Coke se fundió con la oscuridad, dejando tras de sí una estela de huellas que pronto serían borradas por la humedad de la madrugada. La luna, su única compañera, lo observaba desde lo alto, iluminando el camino hacia lo desconocido- ────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ────── Fin de temporada
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  • -La lluvia no cesaba, como si el cielo mismo llorara por los caídos. Coke permanecía de rodillas, con el agua fría resbalando por las grietas de su armadura. El campo de batalla ahora estaba en silencio; el estruendo de la guerra, los gritos de los hombres y el choque del metal habían quedado atrás, reemplazados por el susurro del viento y el repiqueteo constante de la lluvia. La guerra había terminado. Por fin, la larga y sangrienta contienda que lo había definido durante tanto tiempo había llegado a su fin, dejando tras de sí un paisaje desolado... y un vacío en su pecho-

    -Con manos temblorosas, empezó a despojarse de su armadura. Primero fueron los guanteletes, cayendo al suelo con un sonido sordo, mezclándose con el barro empapado. Sentía el frío contra su piel desnuda, pero no importaba. Una vida de guerra, de muerte y sacrificio, debía terminar aquí. Cada pieza que dejaba caer simbolizaba más que un peso físico: era el abandono de una identidad, de un propósito que ya no tenía sentido. El peto, cubierto de abolladuras y cicatrices que contaban historias de victorias y derrotas, fue lo siguiente en caer. Cuando finalmente soltó el yelmo, el aire fresco golpeó su rostro, llevándose consigo los restos del hombre que había sido-

    -Sus ojos se posaron en su espada, aún clavada en el suelo frente a él. Durante años, había sido una extensión de su voluntad, un instrumento de guerra que definía quién era. Ahora, solo era un pedazo de acero que no podía sostener el peso de la paz. Apoyó una mano sobre la empuñadura, cerrando los ojos por un momento antes de soltarla finalmente. Ya no la necesitaba. La guerra había acabado, y con ella, la razón para seguir siendo un caballero-

    -De pie, sin más que su ropa ligera empapada, Coke levantó la mirada al cielo. La lluvia seguía cayendo, pero ya no sentía el frío; sentía la liberación. Por primera vez en mucho tiempo, el horizonte no estaba marcado por banderas enemigas ni campos de batalla. Era solo el futuro, vasto e incierto, pero también lleno de posibilidades. Había decidido dejar atrás la vida de sangre y acero. Ahora, debía encontrar un nuevo camino, uno donde no fueran sus armas las que lo definieran, sino la fuerza de su espíritu-

    -Una última mirada al campo vacío y la armadura abandonada en el barro sellaron su despedida. Coke dio un paso adelante, y luego otro, alejándose del peso del pasado, caminando hacia el amanecer de una nueva vida-

    ────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ──────

    Cierre de arco y fin de temporada alv, me siento motivado//
    -La lluvia no cesaba, como si el cielo mismo llorara por los caídos. Coke permanecía de rodillas, con el agua fría resbalando por las grietas de su armadura. El campo de batalla ahora estaba en silencio; el estruendo de la guerra, los gritos de los hombres y el choque del metal habían quedado atrás, reemplazados por el susurro del viento y el repiqueteo constante de la lluvia. La guerra había terminado. Por fin, la larga y sangrienta contienda que lo había definido durante tanto tiempo había llegado a su fin, dejando tras de sí un paisaje desolado... y un vacío en su pecho- -Con manos temblorosas, empezó a despojarse de su armadura. Primero fueron los guanteletes, cayendo al suelo con un sonido sordo, mezclándose con el barro empapado. Sentía el frío contra su piel desnuda, pero no importaba. Una vida de guerra, de muerte y sacrificio, debía terminar aquí. Cada pieza que dejaba caer simbolizaba más que un peso físico: era el abandono de una identidad, de un propósito que ya no tenía sentido. El peto, cubierto de abolladuras y cicatrices que contaban historias de victorias y derrotas, fue lo siguiente en caer. Cuando finalmente soltó el yelmo, el aire fresco golpeó su rostro, llevándose consigo los restos del hombre que había sido- -Sus ojos se posaron en su espada, aún clavada en el suelo frente a él. Durante años, había sido una extensión de su voluntad, un instrumento de guerra que definía quién era. Ahora, solo era un pedazo de acero que no podía sostener el peso de la paz. Apoyó una mano sobre la empuñadura, cerrando los ojos por un momento antes de soltarla finalmente. Ya no la necesitaba. La guerra había acabado, y con ella, la razón para seguir siendo un caballero- -De pie, sin más que su ropa ligera empapada, Coke levantó la mirada al cielo. La lluvia seguía cayendo, pero ya no sentía el frío; sentía la liberación. Por primera vez en mucho tiempo, el horizonte no estaba marcado por banderas enemigas ni campos de batalla. Era solo el futuro, vasto e incierto, pero también lleno de posibilidades. Había decidido dejar atrás la vida de sangre y acero. Ahora, debía encontrar un nuevo camino, uno donde no fueran sus armas las que lo definieran, sino la fuerza de su espíritu- -Una última mirada al campo vacío y la armadura abandonada en el barro sellaron su despedida. Coke dio un paso adelante, y luego otro, alejándose del peso del pasado, caminando hacia el amanecer de una nueva vida- ────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ────── Cierre de arco y fin de temporada alv, me siento motivado//
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  • Ya no hay necesidad una guerra como aquella , todas las razas pueden vivir en paz entre ellas .
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  • Todos calleron Pero , no hay necesidad de peliar .....
    Los gigantes , las hadas , las diosas y los humanos, incluso los demonios ay caído aquella guerra santa hace 16 años
    Todos calleron Pero , no hay necesidad de peliar ..... Los gigantes , las hadas , las diosas y los humanos, incluso los demonios ay caído aquella guerra santa hace 16 años
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  • A primera hora de la mañana La Gran Maestra Interina se encontraba en el campo de la salida secundaria de la ciudad. Tocaba entrenamiento con sus caballeros, si bien no se llevó a todos, si citó a unos 60 a los que entrenaría personalmente.

    Risueña, alegre, despreocupada, un alma libre y hasta rebelde eran algunas de las características por las que se le conocía pero, en el entrenamiento era dura. No llevaba ni dos horas con ellos cuando a más de la mitad de los caballeros ya los tenía abatidos en el suelo, era fuerte, y tenía que serlo puesto que Mondstadt dependía de ella y no pensaba defraudarlos y, a pesar de ser querida y respetada por todos sus caballeros, en los entrenamientos y con el calor del momento más de uno se frustraba y le tocaba lidiar con ello.

    -En este momento estamos entrenando. Es aquí donde pueden equivocarse, donde pueden corregir y mejorar cada una de sus técnicas.

    Decía mientras caminaba entre los soldados blandiendo su espada. Se puso frente a uno de los caballeros que la había insultado frustrado y sin verlo directamente a él dice para todos.

    -En el campo de batalla el enemigo no les va a dar segundas oportunidades. Un cuerpo muerto termina solo siendo un cuerpo muerto. Ustedes eligieron ser caballeros, Caballeros de Favonius, pero cada una de sus vidas están sobre los hombros de sus capitanes y mía. Al final de la batalla, quien cargará con sus muertes seré yo. Tienen esposas, hijos, padres, madres, hermanos, hermanas, amigos, y a mi ¿A caso quieren les entregue la noticia a sus familias de su fallecimiento?. Ninguno de ustedes es solo un número en mi lista a quien pago cada mes, a algunos los conozco desde la academia otros se enlistaron por el Maestro Varka o por mi hay caballeros jóvenes y quienes llevan más tiempo que yo siéndolo, arriesgan sus vidas día a día cuando patrullan fuera de la ciudad, cuando escoltan gente en encargos, cuando hay olas de Hilichurls y otros monstruos.

    Los caballeros se miraban entre ellos, asintiendo, miraron hacia abajo, hacia los lados, murmuraron entre ellos.

    -Mis caballeros no pueden morir hasta haber acabado a 200 enemigos por cuenta propia en una guerra.

    Dijo lo último con una sonrisa y una mirada quebrada, pues, sabía que, aunque no había ninguna guerra próxima, era totalmente verdad que arriesgaban sus vidas día a día. Los caballeros empuñaros sus espadas alzándolas al cielo gritando motivados y hasta disculpándose con ella. El soldado a sus pies se levanta se disculpó e hizo una reverencia a la que Jean le sonrió.

    -Quiero parejas y entrenen entre ustedes. Ataquen, contraataquen y defiéndanse uno del otro.
    A primera hora de la mañana La Gran Maestra Interina se encontraba en el campo de la salida secundaria de la ciudad. Tocaba entrenamiento con sus caballeros, si bien no se llevó a todos, si citó a unos 60 a los que entrenaría personalmente. Risueña, alegre, despreocupada, un alma libre y hasta rebelde eran algunas de las características por las que se le conocía pero, en el entrenamiento era dura. No llevaba ni dos horas con ellos cuando a más de la mitad de los caballeros ya los tenía abatidos en el suelo, era fuerte, y tenía que serlo puesto que Mondstadt dependía de ella y no pensaba defraudarlos y, a pesar de ser querida y respetada por todos sus caballeros, en los entrenamientos y con el calor del momento más de uno se frustraba y le tocaba lidiar con ello. -En este momento estamos entrenando. Es aquí donde pueden equivocarse, donde pueden corregir y mejorar cada una de sus técnicas. Decía mientras caminaba entre los soldados blandiendo su espada. Se puso frente a uno de los caballeros que la había insultado frustrado y sin verlo directamente a él dice para todos. -En el campo de batalla el enemigo no les va a dar segundas oportunidades. Un cuerpo muerto termina solo siendo un cuerpo muerto. Ustedes eligieron ser caballeros, Caballeros de Favonius, pero cada una de sus vidas están sobre los hombros de sus capitanes y mía. Al final de la batalla, quien cargará con sus muertes seré yo. Tienen esposas, hijos, padres, madres, hermanos, hermanas, amigos, y a mi ¿A caso quieren les entregue la noticia a sus familias de su fallecimiento?. Ninguno de ustedes es solo un número en mi lista a quien pago cada mes, a algunos los conozco desde la academia otros se enlistaron por el Maestro Varka o por mi hay caballeros jóvenes y quienes llevan más tiempo que yo siéndolo, arriesgan sus vidas día a día cuando patrullan fuera de la ciudad, cuando escoltan gente en encargos, cuando hay olas de Hilichurls y otros monstruos. Los caballeros se miraban entre ellos, asintiendo, miraron hacia abajo, hacia los lados, murmuraron entre ellos. -Mis caballeros no pueden morir hasta haber acabado a 200 enemigos por cuenta propia en una guerra. Dijo lo último con una sonrisa y una mirada quebrada, pues, sabía que, aunque no había ninguna guerra próxima, era totalmente verdad que arriesgaban sus vidas día a día. Los caballeros empuñaros sus espadas alzándolas al cielo gritando motivados y hasta disculpándose con ella. El soldado a sus pies se levanta se disculpó e hizo una reverencia a la que Jean le sonrió. -Quiero parejas y entrenen entre ustedes. Ataquen, contraataquen y defiéndanse uno del otro.
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    //Estas son mis ideas de rol )matrimonio forzado❠
    Matrimonio forzado para unir reinos (príncipe X princesa)
    atracción desde japon
    nerd and popular❠
    amigo de mis padres❠
    ❠ mejores amigos❠
    amor a primera vista❠
    amor no correspondido❠
    crucero❠

    jefx & secretarix❠
    apuesta( sombre el anime kakegurui )
    Superhéroe X Villan
    Famos@ X Guardaespaldas
    Angel X Demonio
    Apocalipsis Zombie
    Compañeros de trabajo
    Criminal y policía
    Secuestro
    Sirviente
    Guerras
    animes
    manhwas

    Yo roleo romance lemon, fantacia, etc y roleo con mujeres y hombres, demonios, etc
    //Estas son mis ideas de rol )matrimonio forzado❠ Matrimonio forzado para unir reinos (príncipe X princesa) atracción desde japon nerd and popular❠ amigo de mis padres❠ ❠ mejores amigos❠ amor a primera vista❠ amor no correspondido❠ crucero❠ jefx & secretarix❠ apuesta( sombre el anime kakegurui ) Superhéroe X Villan Famos@ X Guardaespaldas Angel X Demonio Apocalipsis Zombie Compañeros de trabajo Criminal y policía Secuestro Sirviente Guerras animes manhwas Yo roleo romance lemon, fantacia, etc y roleo con mujeres y hombres, demonios, etc
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  • Ah..
    Me duele la cabeza... — estuvo un gran problema en la ciudad cercano al templo, en dónde casi inicia una guerra entre dos sectas importantes, que al tener un acuerdo de no invadir de forma secreta, no se atacarían entre si.—
    Ah.. Me duele la cabeza... — estuvo un gran problema en la ciudad cercano al templo, en dónde casi inicia una guerra entre dos sectas importantes, que al tener un acuerdo de no invadir de forma secreta, no se atacarían entre si.—
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    ⋮||⋮ Ñau

    "...Sin que ellos fueran conscientes su diosa y madre lo estaba viendo todo. Estaba viendo el sufrimiento de su hijo y de la mujer que había elegido en su vida y su muerte. Un acto de amor tan puro no pasaba desapercibido a sus ojos. Ver cómo cada uno estaba dispuesto a sacrificar su vida o felicidad por el amor del otro era algo que como Kami le hacía sentir orgullo. Ellos dos eran una representación de esperanza en un mundo bañado por la guerra, la codicia, el poder y la venganza.

    ~ 𝐻𝑖𝑗𝑜 𝑚í𝑜, 𝑐𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑒𝑙 𝑠𝑜𝑙𝑠𝑡𝑖𝑐𝑖𝑜 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑖𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑠𝑢 𝑓𝑟𝑖𝑜 𝑚𝑎𝑛𝑡𝑜, 𝑡𝑟𝑎𝑒 𝑎 𝑡𝑢 𝑎𝑚𝑎𝑑𝑎, 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑖𝑠 𝑜𝑗𝑜𝑠 𝑎𝑛𝑠í𝑎𝑛 𝑠𝑢 𝑒𝑛𝑐𝑎𝑛𝑡𝑜 𝐸𝑛 𝑙𝑎 𝑛𝑜𝑐ℎ𝑒 𝑚á𝑠 𝑙𝑎𝑟𝑔𝑎, 𝑎 𝑙𝑎 𝑙𝑢𝑧 𝑑𝑒𝑙 𝑓𝑢𝑒𝑔𝑜 𝑖𝑛𝑣𝑒𝑟𝑛𝑎𝑙, 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑢 𝑒𝑠𝑝í𝑟𝑖𝑡𝑢 𝑦 𝑒𝑙 𝑡𝑢𝑦𝑜 𝑠𝑒 𝑢𝑛𝑎𝑛 𝑒𝑛 𝑚𝑖 𝑢𝑚𝑏𝑟𝑎𝑙.~ "

    𝗟𝗲𝗲𝗿⬇
    ⋮||⋮ Ñau💘 "...Sin que ellos fueran conscientes su diosa y madre lo estaba viendo todo. Estaba viendo el sufrimiento de su hijo y de la mujer que había elegido en su vida y su muerte. Un acto de amor tan puro no pasaba desapercibido a sus ojos. Ver cómo cada uno estaba dispuesto a sacrificar su vida o felicidad por el amor del otro era algo que como Kami le hacía sentir orgullo. Ellos dos eran una representación de esperanza en un mundo bañado por la guerra, la codicia, el poder y la venganza. ~ 𝐻𝑖𝑗𝑜 𝑚í𝑜, 𝑐𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑒𝑙 𝑠𝑜𝑙𝑠𝑡𝑖𝑐𝑖𝑜 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑖𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑠𝑢 𝑓𝑟𝑖𝑜 𝑚𝑎𝑛𝑡𝑜, 𝑡𝑟𝑎𝑒 𝑎 𝑡𝑢 𝑎𝑚𝑎𝑑𝑎, 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑖𝑠 𝑜𝑗𝑜𝑠 𝑎𝑛𝑠í𝑎𝑛 𝑠𝑢 𝑒𝑛𝑐𝑎𝑛𝑡𝑜 𝐸𝑛 𝑙𝑎 𝑛𝑜𝑐ℎ𝑒 𝑚á𝑠 𝑙𝑎𝑟𝑔𝑎, 𝑎 𝑙𝑎 𝑙𝑢𝑧 𝑑𝑒𝑙 𝑓𝑢𝑒𝑔𝑜 𝑖𝑛𝑣𝑒𝑟𝑛𝑎𝑙, 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑢 𝑒𝑠𝑝í𝑟𝑖𝑡𝑢 𝑦 𝑒𝑙 𝑡𝑢𝑦𝑜 𝑠𝑒 𝑢𝑛𝑎𝑛 𝑒𝑛 𝑚𝑖 𝑢𝑚𝑏𝑟𝑎𝑙.~ " 𝗟𝗲𝗲𝗿⬇
    La noche no había salido como esperaban ninguno de los presentes. Había sido todo tan intenso y agotador que cuando ambos llegaron a casa , 𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆 y Kazuo, prácticamente habían caído en el sueño casi de inmediato.

    Ahora tenían una audiencia con uno de los Kamis primigenios en la creación del mundo. Su madre Inari. Esto confirmaba que los había estado observando, y que alguna consecuencia se avecinaba. Lo más probable es, tal y como se había comunicado hacía ellos, es que fueran consecuencias buenas. ¿Pero y si no?, ¿Estarían desafiando a los dioses con su amor y promesas?. Eso hacía que el zorro se despertara a mitad de la noche, intranquilo, quedandose pensativo en el silencio de la noche. Barajaba y rumiaba todos los posibles escenarios cuando ambos fueran al reino de los espíritus, ese lugar que no pertenecía a ninguna parte.

    Por otro lado, había estado su discusión con Heinrich Rosenberg... Ambos se habían reprochado y dicho cosas de las que seguramente se arrepentían de un modo u otro. Pero de momento debería dejar que pasara unos días antes de abordar la situación. Tenían mucho que pensar, ordenar cada uno sus propias ideas antes de intentar solucionar por qué aquella noche parecía haberse quebrado.

    Todos esos pensamientos interrumpían el sueño del zorro, quien trazaba círculos de forma perezosa sobre el brazo de Elizabeth, un gesto que le mantenía los pies en la tierra y que le ayudaba pensar. Con ella cerca todo era más fácil, por qué ella era su prioridad, y ante eso jamás tenía dudas.

    ---------------------------
    Trama https://ficrol.com/posts/206030
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