• Odio admitirlo, peeero extraño a esa lunática obsesionada con la sangre...

    -suspira mientras mira la foto, no salía la chica por ser vampira, pero dibujó con un papel calcando esa misma escena con la ajena-

    Heh.
    Odio admitirlo, peeero extraño a esa lunática obsesionada con la sangre... -suspira mientras mira la foto, no salía la chica por ser vampira, pero dibujó con un papel calcando esa misma escena con la ajena- Heh.
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  • Dulces Pesadillas ❤︎
    Fandom Fuckig Rangers
    Categoría Suspenso
    Con cariño, para Lorenzo A Benedetti ❤︎

    — ¿Cuál es tu fantasía más recurrente, padrecito? —mi voz serpentea en la penumbra, sin boca que la pronuncie, sin forma que la acompañe—. ¿Sueñas con salvarlos a todos? ¿O, en secreto, con verlos desaparecer?

    Silencio.

    — El que no siente temor, ¿cómo puede sentir amor? —ronroneo con una dulzura espesa y pegajosa—. ¿Y cómo puede un santo tener a Dios en su corazón si hay piedra en lugar de músculo~?

    Estoy dentro.
    No de su cuerpo.
    De su mente.

    Mi voz en off. Mi pequeña intervención como narrador no invitado de esta pesadilla. Soy el subtítulo de su subconsciente. La risilla entre los versos del salmo.

    Y empiezo a cambiar el decorado.

    El sueño empieza a desvanecerse, como pintura que se pela ante el paso del tiempo.

    Primero, la luz.

    Ya no hay sol. Hay gris. Un gris mojado, pastoso, pegajoso.

    Después, el sonido. Las risas se alargan, distorsionadas, y se quiebran como vidrios al chocar contra el cemento.

    Y finalmente, el escenario. El suelo da paso a tierra removida. A lápidas torcidas. A cruces de piedra fría.

    Un cementerio. Pero no uno cualquiera.

    Aquí, todas las tumbas están abiertas. Unas 80. 100. Tal vez más.

    Sin ataúdes.
    En su lugar: cuerpos.
    Vivos.
    Respirando.
    Algunos gimen.
    Otros sonríen.
    Todos dormidos, como si la muerte no fuera más que una siesta prolongada.

    — Mira qué bonitos están. Tus feligreses. Tus hijos. Tus prójimos —susurro—. Tan quietecitos. Tan a tu cuidado. ¿Te alcanza la fe para despertarlos?

    Una brisa helada recorre el campo. Las lápidas tiemblan. Y entonces uno de los cuerpos se mueve. Se sienta. Abre los ojos. Otro le sigue. Y otro. Todos despiertan. Uno a uno.
    Miran al cura.
    Pero no se levantan.
    Solo lo observan.
    En silencio.
    Con esa expresión… ya sabes cuál. Esa mezcla de súplica y reproche. De hambre y abandono.

    — ¿Cuántos puedes cargar, padrecito? —mi voz se desliza como aceite caliente dentro de su cráneo—. ¿Cuántos puedes cargar antes de que tu espalda se rompa y tu alma se hunda? ¿No te haría un favor acabando con ellos?
    Con cariño, para [sinner_without_sin] ❤︎ — ¿Cuál es tu fantasía más recurrente, padrecito? —mi voz serpentea en la penumbra, sin boca que la pronuncie, sin forma que la acompañe—. ¿Sueñas con salvarlos a todos? ¿O, en secreto, con verlos desaparecer? Silencio. — El que no siente temor, ¿cómo puede sentir amor? —ronroneo con una dulzura espesa y pegajosa—. ¿Y cómo puede un santo tener a Dios en su corazón si hay piedra en lugar de músculo~? Estoy dentro. No de su cuerpo. De su mente. Mi voz en off. Mi pequeña intervención como narrador no invitado de esta pesadilla. Soy el subtítulo de su subconsciente. La risilla entre los versos del salmo. Y empiezo a cambiar el decorado. El sueño empieza a desvanecerse, como pintura que se pela ante el paso del tiempo. Primero, la luz. Ya no hay sol. Hay gris. Un gris mojado, pastoso, pegajoso. Después, el sonido. Las risas se alargan, distorsionadas, y se quiebran como vidrios al chocar contra el cemento. Y finalmente, el escenario. El suelo da paso a tierra removida. A lápidas torcidas. A cruces de piedra fría. Un cementerio. Pero no uno cualquiera. Aquí, todas las tumbas están abiertas. Unas 80. 100. Tal vez más. Sin ataúdes. En su lugar: cuerpos. Vivos. Respirando. Algunos gimen. Otros sonríen. Todos dormidos, como si la muerte no fuera más que una siesta prolongada. — Mira qué bonitos están. Tus feligreses. Tus hijos. Tus prójimos —susurro—. Tan quietecitos. Tan a tu cuidado. ¿Te alcanza la fe para despertarlos? Una brisa helada recorre el campo. Las lápidas tiemblan. Y entonces uno de los cuerpos se mueve. Se sienta. Abre los ojos. Otro le sigue. Y otro. Todos despiertan. Uno a uno. Miran al cura. Pero no se levantan. Solo lo observan. En silencio. Con esa expresión… ya sabes cuál. Esa mezcla de súplica y reproche. De hambre y abandono. — ¿Cuántos puedes cargar, padrecito? —mi voz se desliza como aceite caliente dentro de su cráneo—. ¿Cuántos puedes cargar antes de que tu espalda se rompa y tu alma se hunda? ¿No te haría un favor acabando con ellos?
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  • la noche era tranquila y dando un paseo por el paruqe te encontraste con Bloss, despues de un rato decidiste quitarte una duda de encima -que por que le temo tanto a mi viejo jefe?- parecio algo sobresaltado, su sola mencion apagaba el brillo de sus ojos, suspiro pesado rascandose las sienes -bueno... supongo que tarde o temprano tendria que explicar esto- te miró algo nervioso sin saber que decir primero-yo trabajaba para una empreza corrupta, malversion de dinero, robo e incluso asesinato, por obvias razones tenian que encubrir todo esto, y quien mejor que un niño de 12 años con sueños de grandeza? no dudaria dos veces en tomar la oportunidad... ni pensaria dos veces en nada mas pues "los adultos se encargan"- suspiro mirando al suelo -para mi desgracia aquel niño fui yo, empeze mi entrenamiento para cantante y pronto debute en el escenario, pero a cambio de la fama vino lo demas... mi jefe abuso de mi en todas las formas posibles, pero yo me quedaba por que deseaba ser cantante, aunque en realidad no tenia otra opcion... almenos ahsta que la empresa cayo por si sola-
    la noche era tranquila y dando un paseo por el paruqe te encontraste con Bloss, despues de un rato decidiste quitarte una duda de encima -que por que le temo tanto a mi viejo jefe?- parecio algo sobresaltado, su sola mencion apagaba el brillo de sus ojos, suspiro pesado rascandose las sienes -bueno... supongo que tarde o temprano tendria que explicar esto- te miró algo nervioso sin saber que decir primero-yo trabajaba para una empreza corrupta, malversion de dinero, robo e incluso asesinato, por obvias razones tenian que encubrir todo esto, y quien mejor que un niño de 12 años con sueños de grandeza? no dudaria dos veces en tomar la oportunidad... ni pensaria dos veces en nada mas pues "los adultos se encargan"- suspiro mirando al suelo -para mi desgracia aquel niño fui yo, empeze mi entrenamiento para cantante y pronto debute en el escenario, pero a cambio de la fama vino lo demas... mi jefe abuso de mi en todas las formas posibles, pero yo me quedaba por que deseaba ser cantante, aunque en realidad no tenia otra opcion... almenos ahsta que la empresa cayo por si sola-
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  • Mark estaba sentado con el cuerpo relajado, pero la mente aún en marcha. En sus manos sostenía el libro que había estado leyendo en silencio por horas. La portada, gastada por el paso del tiempo, mostraba una imagen estilizada de un corredor de naves, su casco brillante bajo las estrellas del vacío con un arma capaz de destruir cualquier objetivo.

    El Viltrumita cerró el libro y lo dejó sobre la mesa de noche. Las palabras de aquella obra literaria resonaban en su mente, no podía dejar de pensar en que se estaba identificando fuertemente con el protagonista. La imagen del Space Racer volando entre planetas, evitando la muerte, parecía más anécdota suya que otra cosa.

    Suspiró con una exhalación que se sentía más como una descarga, como si estuviera liberando un poco de la tensión acumulada. Y ahí, en medio de la quietud de la habitación, vio la mochila al pie de la cama. Había libro dentro, lo sacó sin pensarlo tan solo como una distracción, pero al sostenerlo en las manos su expresión cambió levemente. Era un libro completamente diferente.

    ℙ𝕝𝕒𝕟𝕖𝕥𝕒 𝕤𝕒𝕝𝕧𝕒𝕛𝕖, 𝕓𝕖𝕤𝕥𝕚𝕒𝕤 𝕤𝕒𝕝𝕧𝕒𝕛𝕖𝕤.

    Mark abrió el libro, hojeando las primeras páginas con una lentitud casi mecánica. La portada mostraba criaturas monstruosas, bestias de otro mundo, luchando entre sí en paisajes desolados. Pero había algo más en este libro. Algo que no era simplemente una historia sobre supervivencia.

    —"𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒎𝒊𝒔𝒊𝒐́𝒏 𝒆𝒓𝒂 𝒔𝒆𝒏𝒄𝒊𝒍𝒍𝒂: 𝒊𝒏𝒗𝒆𝒔𝒕𝒊𝒈𝒂𝒓 𝒆𝒍 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒉𝒐𝒔𝒕𝒊𝒍 𝒚 𝒓𝒆𝒑𝒐𝒓𝒕𝒂𝒓𝒏𝒐𝒔 𝒂𝒍 𝒄𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒄𝒊𝒂𝒍." —Leyó rápidamente. Luego pasó a otra página, más rápido esta vez.

    —"𝑳𝒐 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒇𝒖𝒆 𝒍𝒂 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒅𝒂𝒅. 𝑬𝒍 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒆𝒓𝒂 𝒕𝒂𝒏 𝒅𝒆𝒏𝒔𝒐 𝒚 𝒔𝒖 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒅𝒂𝒅 𝒕𝒂𝒏 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒑𝒆𝒏𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒅𝒊́𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒎𝒐𝒗𝒆𝒓𝒏𝒐𝒔. 𝑪𝒐𝒎𝒐 𝒏𝒐 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒓𝒔𝒐𝒔 𝒖𝒕𝒊𝒍𝒆𝒔, 𝒎𝒊 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒂𝒏̃𝒆𝒓𝒂 𝒚 𝒚𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒍𝒊𝒔𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓 𝒂 𝒄𝒂𝒔𝒂, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒍 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒕𝒆𝒏𝒊́𝒂 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒔..." —Mark frunció el ceño, claramente algo lo puso nervioso.

    Había estado en planetas así. Donde el aire parecía pesar más que el metal. Donde el vuelo no era una opción, y cada paso era una batalla.

    —"𝑹𝒂𝒈𝒏𝒂𝒓𝒔. 𝑬𝒏 𝒖𝒏 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒏𝒐𝒔 𝒗𝒊𝒎𝒐𝒔 𝒓𝒐𝒅𝒆𝒂𝒅𝒐𝒔. 𝑯𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒍𝒖𝒄𝒉𝒂𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂 𝒔𝒆𝒓𝒆𝒔 𝟏𝟎 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒎𝒂́𝒔 𝒈𝒓𝒂𝒏𝒅𝒆𝒔. 𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒅𝒆𝒃𝒊𝒅𝒐 𝒂 𝒍𝒂 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒅𝒂𝒅 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝑹𝒂𝒈𝒏𝒂𝒓𝒔 𝒕𝒆𝒏𝒊́𝒂𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒛𝒂 𝒊𝒏𝒄𝒐𝒎𝒑𝒂𝒓𝒂𝒃𝒍𝒆."

    Ragnars... El nombre le sonaba vagamente familiar, como algo que escuchó en un informe Viltrumita o tal vez en alguna patrulla remota.

    —"𝑯𝒂𝒃𝒊́𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒖𝒃𝒆𝒔𝒕𝒊𝒎𝒂𝒅𝒐 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓𝒆𝒔; 𝒕𝒆𝒎𝒊́𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒆 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒔𝒆 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒕𝒖𝒎𝒃𝒂"

    Mark cerró los ojos un momento. La imagen de esa escena "dos exploradores atrapados en un mundo que no perdonaba errores" lo golpeó más fuerte de lo que esperaba. Era una historia simple. Como si fuera una misión fallida. Pero había algo en ese miedo, en esa lucha silenciosa contra un entorno que no se puede vencer, que lo reflejaba a él más de lo que querría admitir.
    Mark estaba sentado con el cuerpo relajado, pero la mente aún en marcha. En sus manos sostenía el libro que había estado leyendo en silencio por horas. La portada, gastada por el paso del tiempo, mostraba una imagen estilizada de un corredor de naves, su casco brillante bajo las estrellas del vacío con un arma capaz de destruir cualquier objetivo. El Viltrumita cerró el libro y lo dejó sobre la mesa de noche. Las palabras de aquella obra literaria resonaban en su mente, no podía dejar de pensar en que se estaba identificando fuertemente con el protagonista. La imagen del Space Racer volando entre planetas, evitando la muerte, parecía más anécdota suya que otra cosa. Suspiró con una exhalación que se sentía más como una descarga, como si estuviera liberando un poco de la tensión acumulada. Y ahí, en medio de la quietud de la habitación, vio la mochila al pie de la cama. Había libro dentro, lo sacó sin pensarlo tan solo como una distracción, pero al sostenerlo en las manos su expresión cambió levemente. Era un libro completamente diferente. ℙ𝕝𝕒𝕟𝕖𝕥𝕒 𝕤𝕒𝕝𝕧𝕒𝕛𝕖, 𝕓𝕖𝕤𝕥𝕚𝕒𝕤 𝕤𝕒𝕝𝕧𝕒𝕛𝕖𝕤. Mark abrió el libro, hojeando las primeras páginas con una lentitud casi mecánica. La portada mostraba criaturas monstruosas, bestias de otro mundo, luchando entre sí en paisajes desolados. Pero había algo más en este libro. Algo que no era simplemente una historia sobre supervivencia. —"𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒎𝒊𝒔𝒊𝒐́𝒏 𝒆𝒓𝒂 𝒔𝒆𝒏𝒄𝒊𝒍𝒍𝒂: 𝒊𝒏𝒗𝒆𝒔𝒕𝒊𝒈𝒂𝒓 𝒆𝒍 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒉𝒐𝒔𝒕𝒊𝒍 𝒚 𝒓𝒆𝒑𝒐𝒓𝒕𝒂𝒓𝒏𝒐𝒔 𝒂𝒍 𝒄𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒄𝒊𝒂𝒍." —Leyó rápidamente. Luego pasó a otra página, más rápido esta vez. —"𝑳𝒐 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒇𝒖𝒆 𝒍𝒂 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒅𝒂𝒅. 𝑬𝒍 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒆𝒓𝒂 𝒕𝒂𝒏 𝒅𝒆𝒏𝒔𝒐 𝒚 𝒔𝒖 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒅𝒂𝒅 𝒕𝒂𝒏 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒑𝒆𝒏𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒅𝒊́𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒎𝒐𝒗𝒆𝒓𝒏𝒐𝒔. 𝑪𝒐𝒎𝒐 𝒏𝒐 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒓𝒔𝒐𝒔 𝒖𝒕𝒊𝒍𝒆𝒔, 𝒎𝒊 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒂𝒏̃𝒆𝒓𝒂 𝒚 𝒚𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒍𝒊𝒔𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓 𝒂 𝒄𝒂𝒔𝒂, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒍 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒕𝒆𝒏𝒊́𝒂 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒔..." —Mark frunció el ceño, claramente algo lo puso nervioso. Había estado en planetas así. Donde el aire parecía pesar más que el metal. Donde el vuelo no era una opción, y cada paso era una batalla. —"𝑹𝒂𝒈𝒏𝒂𝒓𝒔. 𝑬𝒏 𝒖𝒏 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒏𝒐𝒔 𝒗𝒊𝒎𝒐𝒔 𝒓𝒐𝒅𝒆𝒂𝒅𝒐𝒔. 𝑯𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒍𝒖𝒄𝒉𝒂𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂 𝒔𝒆𝒓𝒆𝒔 𝟏𝟎 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒎𝒂́𝒔 𝒈𝒓𝒂𝒏𝒅𝒆𝒔. 𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒅𝒆𝒃𝒊𝒅𝒐 𝒂 𝒍𝒂 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒅𝒂𝒅 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝑹𝒂𝒈𝒏𝒂𝒓𝒔 𝒕𝒆𝒏𝒊́𝒂𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒛𝒂 𝒊𝒏𝒄𝒐𝒎𝒑𝒂𝒓𝒂𝒃𝒍𝒆." Ragnars... El nombre le sonaba vagamente familiar, como algo que escuchó en un informe Viltrumita o tal vez en alguna patrulla remota. —"𝑯𝒂𝒃𝒊́𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒖𝒃𝒆𝒔𝒕𝒊𝒎𝒂𝒅𝒐 𝒈𝒓𝒂𝒗𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓𝒆𝒔; 𝒕𝒆𝒎𝒊́𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒆 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒔𝒆 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒊𝒆𝒓𝒂 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒕𝒖𝒎𝒃𝒂" Mark cerró los ojos un momento. La imagen de esa escena "dos exploradores atrapados en un mundo que no perdonaba errores" lo golpeó más fuerte de lo que esperaba. Era una historia simple. Como si fuera una misión fallida. Pero había algo en ese miedo, en esa lucha silenciosa contra un entorno que no se puede vencer, que lo reflejaba a él más de lo que querría admitir.
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  • https://m.youtube.com/watch?v=t68gVXKYk4Y&pp=ygUfVHJ1Y2UgdmVzc2VsIHR3ZW50eSBvbmUgcGlsb3RzIA%3D%3D

    Se había detenido a descansar en los márgenes del Tártaro, justo donde la negrura del Inframundo cedía apenas a una grieta de luz tenue. El entrenamiento con la Espada Estigia había sido duro; su respiración seguía marcada por el esfuerzo, y algunas heridas recientes ardían bajo el sudor seco. Pero no se quejaba. No estaba hecho para ello. Se sentó en la roca caliente, apoyando la espada a su lado como si fuera un viejo amigo, y alzó la mirada hacia aquel resquicio donde el mundo vivo se deslizaba entre sombras.

    Era raro que buscara observar, simplemente observar. Pero aquella escena no le pasó desapercibida. En la superficie, un viudo hablaba con voz entrecortada frente a una tumba recién sellada. Su esposa, muerta días atrás. Las palabras de despedida cruzaban planos como ecos rotos, y aunque ningún mortal podría notarlo, él si que las oía. Las entendía. La esencia del amor, la pérdida y el adiós brillaba con una belleza cruel.

    Él no parpadeó. No interrumpió. Solo observó.

    Su corazón, aún joven para los estándares eternos, se agitó con algo parecido a la melancolía. Ese tipo de amor –absoluto, efímero, humano– era un misterio. Un tipo de fuerza que no podía blandirse como un arma ni sellarse como un pacto. Y, sin embargo, era tangible en ese instante.

    No envidiaba al viudo. No deseaba esa pena. Pero lo comprendía. Lo honraba en silencio. Y tal vez, en el fondo, se prometía a sí mismo que, si algún día le era concedido conocer algo tan profundamente verdadero… sabría sostenerlo con la misma firmeza con la que sostenía la Espada Estigia.

    Sin decir una palabra, esperó a que el viento callara y el viudo se retirara. Luego, simplemente, se levantó, tomó su hoja, y volvió a adentrarse en la oscuridad.

    Porque aún no era su momento. Él no sabía lo que era amar de ese modo –aún–, pero lo respetaba. Lo atesoraba, aunque solo fuera como espectador.

    “Qué manera tan hermosa de decir adiós…” pensó, sin voz.
    https://m.youtube.com/watch?v=t68gVXKYk4Y&pp=ygUfVHJ1Y2UgdmVzc2VsIHR3ZW50eSBvbmUgcGlsb3RzIA%3D%3D Se había detenido a descansar en los márgenes del Tártaro, justo donde la negrura del Inframundo cedía apenas a una grieta de luz tenue. El entrenamiento con la Espada Estigia había sido duro; su respiración seguía marcada por el esfuerzo, y algunas heridas recientes ardían bajo el sudor seco. Pero no se quejaba. No estaba hecho para ello. Se sentó en la roca caliente, apoyando la espada a su lado como si fuera un viejo amigo, y alzó la mirada hacia aquel resquicio donde el mundo vivo se deslizaba entre sombras. Era raro que buscara observar, simplemente observar. Pero aquella escena no le pasó desapercibida. En la superficie, un viudo hablaba con voz entrecortada frente a una tumba recién sellada. Su esposa, muerta días atrás. Las palabras de despedida cruzaban planos como ecos rotos, y aunque ningún mortal podría notarlo, él si que las oía. Las entendía. La esencia del amor, la pérdida y el adiós brillaba con una belleza cruel. Él no parpadeó. No interrumpió. Solo observó. Su corazón, aún joven para los estándares eternos, se agitó con algo parecido a la melancolía. Ese tipo de amor –absoluto, efímero, humano– era un misterio. Un tipo de fuerza que no podía blandirse como un arma ni sellarse como un pacto. Y, sin embargo, era tangible en ese instante. No envidiaba al viudo. No deseaba esa pena. Pero lo comprendía. Lo honraba en silencio. Y tal vez, en el fondo, se prometía a sí mismo que, si algún día le era concedido conocer algo tan profundamente verdadero… sabría sostenerlo con la misma firmeza con la que sostenía la Espada Estigia. Sin decir una palabra, esperó a que el viento callara y el viudo se retirara. Luego, simplemente, se levantó, tomó su hoja, y volvió a adentrarse en la oscuridad. Porque aún no era su momento. Él no sabía lo que era amar de ese modo –aún–, pero lo respetaba. Lo atesoraba, aunque solo fuera como espectador. “Qué manera tan hermosa de decir adiós…” pensó, sin voz.
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  • - Se escuchaba el ruido de la televisión de fondo mientras ella se estaba vistiendo con pantalón negro , camisa negra y un cinturon del mismo tono.

    " Noticias internacionales, el día de ayer en el lado oeste de Londres, la policía encontró, en el departamento de uno de los integrantes de la familia Carbone, una escena escalofriante.
    Aún se está investigando para saber si Paul Carbone que podría ser el cuerpo descuartizado que se encontró, junto a más de 8 de su equipo de seguridad.
    Las cámaras de seguridad no captaron nada solo hubo interferencia en ciertos puntos.
    Los vecinos del lugar tampoco vieron a nadie salir , ¿Será un asesinato perfectamente ejecutado, o un ataque de ira por parte del integrante de la familia Carbone?
    Lo sabremos dentro de los días "

    La mujer escucho la noticia mientras se preparaba un mokaccino, el café se había vuelto su mejor amigo estos meses para mantenerse despierta. En eso su teléfono suena , mira el número y reconoce el prefijo, Turquía -

    Aló..

    : En que diablos pensabas mujer!. Por esa razón mandaste a tu hijo conmigo?

    También es un gusto escucharte Asla, tanto tiempo.

    : no me cambies el tema, toma el primer vuelo y ven a casa. Necesito los detalles de lo que ocurre ... Hermana

    - esa palabra no la había escuchado en más de 20 años cuando a los 15 se fue de la protección de los Soykan.-

    Bien iré pero te responderé solo lo que puedas saber

    : Enviaré a Ati para que vaya a recogerte al aeropuerto.

    -del otro lado colgaron el teléfono, y la joven solo suspiro, Aslan era astuto pero impulsivo, no podía contarle todo si lo hacía podía involucrarlos en una guerra estúpida. Tomo su chaqueta , miro un momento la televisión y luego la apagó, saliendo de la habitación en dirección al aeropuerto -
    - Se escuchaba el ruido de la televisión de fondo mientras ella se estaba vistiendo con pantalón negro , camisa negra y un cinturon del mismo tono. " Noticias internacionales, el día de ayer en el lado oeste de Londres, la policía encontró, en el departamento de uno de los integrantes de la familia Carbone, una escena escalofriante. Aún se está investigando para saber si Paul Carbone que podría ser el cuerpo descuartizado que se encontró, junto a más de 8 de su equipo de seguridad. Las cámaras de seguridad no captaron nada solo hubo interferencia en ciertos puntos. Los vecinos del lugar tampoco vieron a nadie salir , ¿Será un asesinato perfectamente ejecutado, o un ataque de ira por parte del integrante de la familia Carbone? Lo sabremos dentro de los días " La mujer escucho la noticia mientras se preparaba un mokaccino, el café se había vuelto su mejor amigo estos meses para mantenerse despierta. En eso su teléfono suena , mira el número y reconoce el prefijo, Turquía - Aló.. 📱: En que diablos pensabas mujer!. Por esa razón mandaste a tu hijo conmigo? También es un gusto escucharte Asla, tanto tiempo. 📱: no me cambies el tema, toma el primer vuelo y ven a casa. Necesito los detalles de lo que ocurre ... Hermana - esa palabra no la había escuchado en más de 20 años cuando a los 15 se fue de la protección de los Soykan.- Bien iré pero te responderé solo lo que puedas saber 📱: Enviaré a Ati para que vaya a recogerte al aeropuerto. -del otro lado colgaron el teléfono, y la joven solo suspiro, Aslan era astuto pero impulsivo, no podía contarle todo si lo hacía podía involucrarlos en una guerra estúpida. Tomo su chaqueta , miro un momento la televisión y luego la apagó, saliendo de la habitación en dirección al aeropuerto -
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  • Hay quienes ansían ser vistos,
    aunque no se esfuercen por merecerlo.
    Creen que basta con ser bellos,
    como si la belleza sin intención pudiera encender miradas.
    Se presentan al mundo con rostro de porcelana y alma de cartón mojado.

    Repiten lo que ya fracasó,
    copian gestos, frases y movimientos
    que no les pertenecen.
    Sus encuentros no son conexiones,
    sino escenas mal actuadas de una obra ajena.
    Carecen de imaginación, y sin ella, el destino no los bendice, los borra.

    Quieren llamar la atención,
    pero no saben provocar presencia.
    Desean ser deseados, pero nunca aprendieron a habitar el misterio.
    Confían en el envoltorio, sin darse cuenta de que nadie se queda
    por lo que no brilla desde dentro.

    Y así, con todo ese ruido,
    siguen siendo invisibles.
    No porque el mundo los ignore,
    sino porque jamás aprendieron a ser algo digno de ser visto.

    Átropos no corta sus hilos.
    Porque simplemente…
    nunca llegaron a tejerse.
    Hay quienes ansían ser vistos, aunque no se esfuercen por merecerlo. Creen que basta con ser bellos, como si la belleza sin intención pudiera encender miradas. Se presentan al mundo con rostro de porcelana y alma de cartón mojado. Repiten lo que ya fracasó, copian gestos, frases y movimientos que no les pertenecen. Sus encuentros no son conexiones, sino escenas mal actuadas de una obra ajena. Carecen de imaginación, y sin ella, el destino no los bendice, los borra. Quieren llamar la atención, pero no saben provocar presencia. Desean ser deseados, pero nunca aprendieron a habitar el misterio. Confían en el envoltorio, sin darse cuenta de que nadie se queda por lo que no brilla desde dentro. Y así, con todo ese ruido, siguen siendo invisibles. No porque el mundo los ignore, sino porque jamás aprendieron a ser algo digno de ser visto. Átropos no corta sus hilos. Porque simplemente… nunca llegaron a tejerse.
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  • ¡Esta semana han llegado 21 nuevos personajes 3D a FicRol!

    El universo 3D sigue creciendo sin freno y esta semana damos la bienvenida a 21 nuevas incorporaciones. Nuevas historias, rostros y tramas que vienen a enriquecer aún más la experiencia rolera.

    Ya están todos registrados en el Directorio de Personajes 3D (¡sí, actualizado al día!)

    Te animo a echarles un vistazo, interactuar y abrir puertas a nuevas conexiones.

    ¿Quién sabe? Quizá tu próxima gran trama esté a solo un mensaje de distancia.

    Bienvenidos, nuevos personajes. El escenario es vuestro.
    🚨 ¡Esta semana han llegado 21 nuevos personajes 3D a FicRol! 🚨 El universo 3D sigue creciendo sin freno y esta semana damos la bienvenida a 21 nuevas incorporaciones. Nuevas historias, rostros y tramas que vienen a enriquecer aún más la experiencia rolera. 👥 Ya están todos registrados en el Directorio de Personajes 3D (¡sí, actualizado al día!) Te animo a echarles un vistazo, interactuar y abrir puertas a nuevas conexiones. ¿Quién sabe? Quizá tu próxima gran trama esté a solo un mensaje de distancia. Bienvenidos, nuevos personajes. El escenario es vuestro. 🎭✨
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  • El Abismo Ardiente:

    Raikou y Sukuna, dos modelos con presencia imponente, posan en un escenario sofisticado. Raikou, una mujer de belleza electrizante, refleja fuerza y elegancia en su postura. Su mirada intensa y segura transmite una energía magnética, complementada por un atuendo moderno y vanguardista. Sukuna, con una presencia imponente y aura misteriosa, combina una actitud dominante con un toque de sofisticación. Su estilo fusiona lo clásico con lo audaz, proyectando una imagen de poder y exclusividad.

    Ambos modelos encarnan una estética única, equilibrando carisma y elegancia para una campaña impactante. Sus expresiones y posturas reflejan confianza absoluta, ideales para transmitir el mensaje de una marca que apuesta por la distinción y el carácter.
    ❤️‍🔥El Abismo Ardiente: Raikou y Sukuna, dos modelos con presencia imponente, posan en un escenario sofisticado. Raikou, una mujer de belleza electrizante, refleja fuerza y elegancia en su postura. Su mirada intensa y segura transmite una energía magnética, complementada por un atuendo moderno y vanguardista. Sukuna, con una presencia imponente y aura misteriosa, combina una actitud dominante con un toque de sofisticación. Su estilo fusiona lo clásico con lo audaz, proyectando una imagen de poder y exclusividad. Ambos modelos encarnan una estética única, equilibrando carisma y elegancia para una campaña impactante. Sus expresiones y posturas reflejan confianza absoluta, ideales para transmitir el mensaje de una marca que apuesta por la distinción y el carácter.
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  • <<la vida del hombre es una tortura continua, el mundo nunca te suelta el brazo, si no que, aprieta con más fuerza , es desicion de cada quien el método con el que se intentará safar de ellos, si lo hará con amabilidad o clavara sus dientes hasta que desgarre el brazo opresor. Para xue Yang, la vida es una constante lucha de odio, un tira y afloja, pero siempre están noches como está, solo un hombre y el firmamento>>

    <<El suave silbido de como el cuchillo desviste a la manzana, dejándola expuesta y tímida al frío metal, solo es una escena aislada ante la noche eterna, de un azul tan profundo que se confunde con negro y ahí, en medio está xue Yang, cortando una manzana, la forma que estás adquieren con cada corte, es solo una formación de la realidad, una forma de ser más tierno en la inmundez de lo más oscuro>>
    <<la vida del hombre es una tortura continua, el mundo nunca te suelta el brazo, si no que, aprieta con más fuerza , es desicion de cada quien el método con el que se intentará safar de ellos, si lo hará con amabilidad o clavara sus dientes hasta que desgarre el brazo opresor. Para xue Yang, la vida es una constante lucha de odio, un tira y afloja, pero siempre están noches como está, solo un hombre y el firmamento>> <<El suave silbido de como el cuchillo desviste a la manzana, dejándola expuesta y tímida al frío metal, solo es una escena aislada ante la noche eterna, de un azul tan profundo que se confunde con negro y ahí, en medio está xue Yang, cortando una manzana, la forma que estás adquieren con cada corte, es solo una formación de la realidad, una forma de ser más tierno en la inmundez de lo más oscuro>>
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