Una tarde de invierno, en un bosque encantado, se encontraba el joven Ashford, disfrutando del agua fría proveniente de una laguna, descansaba y se acicalaba, al encontrarse solo, podía estar en su forma animal. Aunque no todo sería tranquilidad, en aquel lugar, se encontraba un cazador, el cual lo estaba acechando, y Kieran estaba pendiente de aquel humano, solo que fingía que no se daba cuenta, sus semblante era tranquilo, si atacaba, el no iba a estar en peligro sino aquel ser. Detestaba que lo observaran, que estuvieran en su bosque sin permiso, pero se mantenía en espera a que esa persona atacara.
Los minutos pasaron y empezaba a desesperarse, aquella persona seguía allí, como si también fuera un cazador, pero finalmente, los ojos fríos del felino invernal se posaron en ese hombre dañino, relamió su hocico y se levantó emitiendo siseos... Y... Atacó pero aquel humano tomó la delantera y disparó, las balas rozaron el pelaje del animal hasta que una le alcanzó dar soltando un jadeo de dolor, claro, el también había herido al bastardo, pero la bala había entrado en su costado, huyó, lo mas lejos posible hasta llegar a su santuario. Un lugar mágico y escondido entre la maleza
- Mierda... ¿Por que no escapé antes? Claro que no, eso solo lo hacen los cobardes...
Se destransformó y buscó rápido su botiquín aunque empezaba a perder mucha sangre de su costado, era rápido pero herido su velocidad se ralentizaba
Una tarde de invierno, en un bosque encantado, se encontraba el joven Ashford, disfrutando del agua fría proveniente de una laguna, descansaba y se acicalaba, al encontrarse solo, podía estar en su forma animal. Aunque no todo sería tranquilidad, en aquel lugar, se encontraba un cazador, el cual lo estaba acechando, y Kieran estaba pendiente de aquel humano, solo que fingía que no se daba cuenta, sus semblante era tranquilo, si atacaba, el no iba a estar en peligro sino aquel ser. Detestaba que lo observaran, que estuvieran en su bosque sin permiso, pero se mantenía en espera a que esa persona atacara.
Los minutos pasaron y empezaba a desesperarse, aquella persona seguía allí, como si también fuera un cazador, pero finalmente, los ojos fríos del felino invernal se posaron en ese hombre dañino, relamió su hocico y se levantó emitiendo siseos... Y... Atacó pero aquel humano tomó la delantera y disparó, las balas rozaron el pelaje del animal hasta que una le alcanzó dar soltando un jadeo de dolor, claro, el también había herido al bastardo, pero la bala había entrado en su costado, huyó, lo mas lejos posible hasta llegar a su santuario. Un lugar mágico y escondido entre la maleza
- Mierda... ¿Por que no escapé antes? Claro que no, eso solo lo hacen los cobardes...
Se destransformó y buscó rápido su botiquín aunque empezaba a perder mucha sangre de su costado, era rápido pero herido su velocidad se ralentizaba