• Una noche tranquila en el Olimpo, cuando incluso los vientos dormían y la luna se reflejaba serena sobre el Égeo, Hestia, diosa del hogar y el fuego sagrado, se revolvía en su lecho. Por primera vez en milenios, el sueño le era esquivo. Su llama eterna ardía demasiado brillante, como si algo en su interior no pudiera apagarse.

    Los pensamientos le danzaban por la mente: el murmullo de hogares lejanos, el crujir de leña, las plegarias susurradas por los humanos. Su deber, aunque silencioso y constante, nunca cesaba.

    Desesperada, Hestia invocó a Morfeo, dios de los sueños, quien apareció envuelto en un manto de niebla azul, con alas oscuras a los lados de su cabeza.

    —Morfeo —susurró Hestia, con voz suave pero firme. —Necesito que me prestes tu arte. El sueño me rehúye, y mi llama ya no encuentra descanso.—

    Morfeo la miró. Pocas veces lo llamaban los dioses, y menos aún aquella que era el corazón del Olimpo.

    —Tu fuego es constante, Hestia, pero incluso el fuego necesita soñar —dijo, extendiendo una mano envuelta en sombra estelar.

    —Déjame llevarte a un lugar donde incluso las llamas se apagan suavemente con el susurro del viento.—

    Contándole una historia y con un toque en la frente, Morfeo sumergió a Hestia en un sueño profundo. En su mente, la diosa caminaba por un bosque de luciérnagas, donde cada luz era un hogar en paz, y el fuego ardía no por deber, sino por amor...

    Una noche tranquila en el Olimpo, cuando incluso los vientos dormían y la luna se reflejaba serena sobre el Égeo, Hestia, diosa del hogar y el fuego sagrado, se revolvía en su lecho. Por primera vez en milenios, el sueño le era esquivo. Su llama eterna ardía demasiado brillante, como si algo en su interior no pudiera apagarse. Los pensamientos le danzaban por la mente: el murmullo de hogares lejanos, el crujir de leña, las plegarias susurradas por los humanos. Su deber, aunque silencioso y constante, nunca cesaba. Desesperada, Hestia invocó a Morfeo, dios de los sueños, quien apareció envuelto en un manto de niebla azul, con alas oscuras a los lados de su cabeza. —Morfeo —susurró Hestia, con voz suave pero firme. —Necesito que me prestes tu arte. El sueño me rehúye, y mi llama ya no encuentra descanso.— Morfeo la miró. Pocas veces lo llamaban los dioses, y menos aún aquella que era el corazón del Olimpo. —Tu fuego es constante, Hestia, pero incluso el fuego necesita soñar —dijo, extendiendo una mano envuelta en sombra estelar. —Déjame llevarte a un lugar donde incluso las llamas se apagan suavemente con el susurro del viento.— Contándole una historia y con un toque en la frente, Morfeo sumergió a Hestia en un sueño profundo. En su mente, la diosa caminaba por un bosque de luciérnagas, donde cada luz era un hogar en paz, y el fuego ardía no por deber, sino por amor...
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  • “ Con solo mirarte, algo que da paz. ”

    Ahí de pie mirando el espacio, la enorme Luna que le da cobijo. Las estrellas una a una cantan con él.

    De esta forma J.K deja de sentirse solo y se fusiona con el Universo. La paz llena sus pulmones, le ofrece claridad a la mente y su energía se restaura.

    Luna. Siempre tú.
    “ Con solo mirarte, algo que da paz. ” Ahí de pie mirando el espacio, la enorme Luna que le da cobijo. Las estrellas una a una cantan con él. De esta forma J.K deja de sentirse solo y se fusiona con el Universo. La paz llena sus pulmones, le ofrece claridad a la mente y su energía se restaura. Luna. Siempre tú.
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  • Elizabeth pensaba en si se volvía a encontrar con ese hombre que no le había aceptado su pastel, se lo aventaria en el rostro, ahora si se lo iba a cumplir, aunque después de eso se iría corriendo, claramente. Pero la idea le divertida de tan solo imaginar su cara llena de pastel.
    Elizabeth pensaba en si se volvía a encontrar con ese hombre que no le había aceptado su pastel, se lo aventaria en el rostro, ahora si se lo iba a cumplir, aunque después de eso se iría corriendo, claramente. Pero la idea le divertida de tan solo imaginar su cara llena de pastel.
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  • Rhanya estaba sentada en el Trono de Hierro, pero esta vez no era para audiencias con plebeyos y nobles, era más para tener una reunión con un/a prisionero/a.

    Su rostro inexpresivo, podría generarle algún tipo de inquietud a aquella persona que estaba encadenada, con cortes y de pié.

    Miró a ésta de arriba hacia abajo, leyendo su lenguaje corporal como ya se había acostumbrado a hacerlo hacía años.

    — ¿Para qué ha convocado esta audiencia? Estamos aquí en silencio hace bastantes minutos. Siento que me está haciendo perder el tiempo.

    Escupió aquellas palabras, como si se estuviese tratando de un ser inferior el que se encontraba frente a ella.
    Rhanya estaba sentada en el Trono de Hierro, pero esta vez no era para audiencias con plebeyos y nobles, era más para tener una reunión con un/a prisionero/a. Su rostro inexpresivo, podría generarle algún tipo de inquietud a aquella persona que estaba encadenada, con cortes y de pié. Miró a ésta de arriba hacia abajo, leyendo su lenguaje corporal como ya se había acostumbrado a hacerlo hacía años. — ¿Para qué ha convocado esta audiencia? Estamos aquí en silencio hace bastantes minutos. Siento que me está haciendo perder el tiempo. Escupió aquellas palabras, como si se estuviese tratando de un ser inferior el que se encontraba frente a ella.
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  • Otros Tiempos.
    Fandom Original.
    Categoría Drama
    Heinrich Rosenberg

    ⠀⠀Berlín. El cielo gris colgaba bajo como una losa, y el viento arrastraba el idioma de siglos entre las calles empedradas. El brujo vestido de sacerdote caminaba entre la multitud que se agolpaba en los pasillos del antiguo Pergamonmuseum, reconvertido temporalmente en sede de una feria literaria internacional. Para los visitantes, el lugar era un templo de papel, vitrina de rarezas, manjar de coleccionistas. Para él, era un álbum de recuerdos oculto bajo vitrinas de cristal.

    ⠀⠀Había llegado por un susurro: un rumor entre bibliotecarios viejos, archivistas con manos de polvo y curadores que hablaban entre líneas. Un grimorio. No uno cualquiera. Uno suyo. De su vida pasada.

    ⠀⠀Antaño, cuando aún era un brujo temido, en los amaneceres del siglo tres después de Cristo, su anterior encarnación, Cipriano el Brujo, se encargó de plasmar conocimientos oscuros y viles en papel, en esos tiempos aun abrazaba al Diablo como un amigo, y ahora solo quiere borrar esa huella que dejó marcada su figura, por eso los buscaba, por eso los recolectaba.
    ⠀⠀Un pabellón de textos herméticos y ocultismo lo recibió con un silencio sordo. Bajo una cúpula decorada con motivos mesopotámicos, una vitrina aislada exhibía un volumen encuadernado en cuero ennegrecido, como si hubiera sido hervido en brea. El título estaba casi borrado, pero Lorenzo no necesitó leerlo. Lo reconoció al instante. El tacto de esa escritura le temblaba aún en los dedos del alma, y la sangre que usó como tinta, aun recorría su férrico olor en sus fosas nasales.

    "De Tenebris Sanguinis", murmuró sin voz. Sobre las tinieblas de la sangre, el título del libro. Hizo su cabeza a un lado, una pareja de ancianos pasó, él parecía ligeramente agitado.

    ⠀⠀Un tratado abominable, entre otras cosas, sobre el vampirismo: no como mito, sino como técnica. Alimentación espiritual. Posesión parasitaria. Transmisión de esencia. Lo había escrito él mismo, cuando aún se creía sabio y no condenado. En ese tiempo deseó la inmortalidad, era una de las múltiples formas en las que la buscó.

    ⠀⠀El libro no debía estar ahí. No debía estar en ningún lado. Debía ser destruido, ese conocimiento debía morir con él.

    ⠀⠀Ahora, entre turistas distraídos, académicos vanidosos y vigilantes de seguridad con cara de aburrimiento, Lorenzo comenzaba a medir las distancias. Las cámaras, las vitrinas, los horarios de cierre. Cada detalle podía ser la diferencia entre el olvido y la catástrofe. Y él sabía, mejor que nadie, que los libros también despiertan cuando se les da demasiada atención.
    [Heinz_Vamp] ⠀ ⠀⠀Berlín. El cielo gris colgaba bajo como una losa, y el viento arrastraba el idioma de siglos entre las calles empedradas. El brujo vestido de sacerdote caminaba entre la multitud que se agolpaba en los pasillos del antiguo Pergamonmuseum, reconvertido temporalmente en sede de una feria literaria internacional. Para los visitantes, el lugar era un templo de papel, vitrina de rarezas, manjar de coleccionistas. Para él, era un álbum de recuerdos oculto bajo vitrinas de cristal. ⠀⠀Había llegado por un susurro: un rumor entre bibliotecarios viejos, archivistas con manos de polvo y curadores que hablaban entre líneas. Un grimorio. No uno cualquiera. Uno suyo. De su vida pasada. ⠀⠀Antaño, cuando aún era un brujo temido, en los amaneceres del siglo tres después de Cristo, su anterior encarnación, Cipriano el Brujo, se encargó de plasmar conocimientos oscuros y viles en papel, en esos tiempos aun abrazaba al Diablo como un amigo, y ahora solo quiere borrar esa huella que dejó marcada su figura, por eso los buscaba, por eso los recolectaba. ⠀⠀Un pabellón de textos herméticos y ocultismo lo recibió con un silencio sordo. Bajo una cúpula decorada con motivos mesopotámicos, una vitrina aislada exhibía un volumen encuadernado en cuero ennegrecido, como si hubiera sido hervido en brea. El título estaba casi borrado, pero Lorenzo no necesitó leerlo. Lo reconoció al instante. El tacto de esa escritura le temblaba aún en los dedos del alma, y la sangre que usó como tinta, aun recorría su férrico olor en sus fosas nasales. "De Tenebris Sanguinis", murmuró sin voz. Sobre las tinieblas de la sangre, el título del libro. Hizo su cabeza a un lado, una pareja de ancianos pasó, él parecía ligeramente agitado. ⠀⠀Un tratado abominable, entre otras cosas, sobre el vampirismo: no como mito, sino como técnica. Alimentación espiritual. Posesión parasitaria. Transmisión de esencia. Lo había escrito él mismo, cuando aún se creía sabio y no condenado. En ese tiempo deseó la inmortalidad, era una de las múltiples formas en las que la buscó. ⠀⠀El libro no debía estar ahí. No debía estar en ningún lado. Debía ser destruido, ese conocimiento debía morir con él. ⠀⠀Ahora, entre turistas distraídos, académicos vanidosos y vigilantes de seguridad con cara de aburrimiento, Lorenzo comenzaba a medir las distancias. Las cámaras, las vitrinas, los horarios de cierre. Cada detalle podía ser la diferencia entre el olvido y la catástrofe. Y él sabía, mejor que nadie, que los libros también despiertan cuando se les da demasiada atención. ⠀
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  • ¡Vanilla y Chocola estarán felices de atenderte! Aunque primero está la limpieza del establecimiento.
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  • La Dicotomía del Recuerdo.
    Fandom Original.
    Categoría Slice of Life
    Dahlia

    ⠀⠀El aire de la ciudad olía a lluvia vieja y a café frío. Las baldosas mojadas devolvían un reflejo tembloroso del cielo encapotado, como si el mundo dudara de su forma. Cipriano caminaba sin rumbo, con el paso arrastrado del que no huye ni busca, pero igual se mueve. Observaba a las personas como si fueran símbolos: un niño llorando era una metáfora; una pareja discutiendo, una teoría sin resolver.

    ⠀⠀Las ideas se le cruzaban como pájaros nerviosos, algunas se posaban, otras se perdían entre las ramas enmarañadas de su pensamiento. Pero aun entre tanto pensar, su ímpetu y espíritu se mantenían intactos, con pecho alto, el reflejo de Lorenzo se cruzaba con la mirada amarga del brujo, a través de ese rostro joven, que miraba con ojos de desprecio y anhelo tanto a sí mismo como a su actualidad.

    ⠀⠀Y justo en ese momento, la vio: una florería pequeña, casi oculta entre un local de fotocopias y una tienda de objetos inútiles. No había cartel, solo el cristal empañado y el aroma, inexplicable, que lo detuvo en seco. No era el olor de flores cualquiera; era algo más antiguo, más denso, como el recuerdo de un bosque soñado o el eco de un rito olvidado.

    ⠀⠀Giró ligeramente la cabeza, las personas ignoraban el sitio. Las flores, parecían estar en su más bella etapa, el aroma de las mismas se filtraba por su nariz, guiándolo unos pasos adelante, pero no sin antes contemplar a las que yacían en las calles, las macetas contenían a sus contrapartes más demacradas, claramente algo sucedía, algo irradiaba el lugar con un aura sobrenatural abismal.

    ⠀⠀El alma del brujo en el pecho del muchacho palpitaba con fuerza, casi como una intuición de lo desconocido.

    ⠀⠀Entró. No porque quisiera flores, sino porque algo en su cabeza —no por la curiosidad, no por el ansia de compra— lo empujó. Se notaría que, al entrar, el local se llenaría de un poderoso aura producto de su santidad y maestría arcana, focalizando a la aparentemente única empleada sobre el mostrador, qué extrañeza sentía con este lugar, era inaudito.
    [Lepus_Constellation] ⠀ ⠀⠀El aire de la ciudad olía a lluvia vieja y a café frío. Las baldosas mojadas devolvían un reflejo tembloroso del cielo encapotado, como si el mundo dudara de su forma. Cipriano caminaba sin rumbo, con el paso arrastrado del que no huye ni busca, pero igual se mueve. Observaba a las personas como si fueran símbolos: un niño llorando era una metáfora; una pareja discutiendo, una teoría sin resolver. ⠀⠀Las ideas se le cruzaban como pájaros nerviosos, algunas se posaban, otras se perdían entre las ramas enmarañadas de su pensamiento. Pero aun entre tanto pensar, su ímpetu y espíritu se mantenían intactos, con pecho alto, el reflejo de Lorenzo se cruzaba con la mirada amarga del brujo, a través de ese rostro joven, que miraba con ojos de desprecio y anhelo tanto a sí mismo como a su actualidad. ⠀⠀Y justo en ese momento, la vio: una florería pequeña, casi oculta entre un local de fotocopias y una tienda de objetos inútiles. No había cartel, solo el cristal empañado y el aroma, inexplicable, que lo detuvo en seco. No era el olor de flores cualquiera; era algo más antiguo, más denso, como el recuerdo de un bosque soñado o el eco de un rito olvidado. ⠀⠀Giró ligeramente la cabeza, las personas ignoraban el sitio. Las flores, parecían estar en su más bella etapa, el aroma de las mismas se filtraba por su nariz, guiándolo unos pasos adelante, pero no sin antes contemplar a las que yacían en las calles, las macetas contenían a sus contrapartes más demacradas, claramente algo sucedía, algo irradiaba el lugar con un aura sobrenatural abismal. ⠀⠀El alma del brujo en el pecho del muchacho palpitaba con fuerza, casi como una intuición de lo desconocido. ⠀⠀Entró. No porque quisiera flores, sino porque algo en su cabeza —no por la curiosidad, no por el ansia de compra— lo empujó. Se notaría que, al entrar, el local se llenaría de un poderoso aura producto de su santidad y maestría arcana, focalizando a la aparentemente única empleada sobre el mostrador, qué extrañeza sentía con este lugar, era inaudito. ⠀
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  • A Message of Hope
    Fandom OC
    Categoría Ciencia ficción
    Había citado a Hope en el restaurante de comida china al que la llevó el día en el que se conocieron. Usar sus recientemente adquiridas influencias y poder monetario aún le sabía mal, pero tuvo que hacerlo para que vaciaran el restaurante -ni siquiera a los dueños se les permitió estar ahí-.

    En una de las mesas más apartadas, prácticamente un banquete habían dejado para ambas. Ingrid suspiró, mirando la comida y después, a la pequeña caja que llevaba entre manos.

    — Hola... Gracias por llegar tan rápido, y en un día tan atareado. ¿Comemos? —

    Había citado a [Just_add_water] en el restaurante de comida china al que la llevó el día en el que se conocieron. Usar sus recientemente adquiridas influencias y poder monetario aún le sabía mal, pero tuvo que hacerlo para que vaciaran el restaurante -ni siquiera a los dueños se les permitió estar ahí-. En una de las mesas más apartadas, prácticamente un banquete habían dejado para ambas. Ingrid suspiró, mirando la comida y después, a la pequeña caja que llevaba entre manos. — Hola... Gracias por llegar tan rápido, y en un día tan atareado. ¿Comemos? —
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  • Τα βήματα στο σκοτάδι, το χιόνι που πέφτει, η μοναξιά—ανήκα πάντα εκεί, αλλά ίσως χρειάζομαι μια αλλαγή στη ζωή μου. Αξίζουν οι άγγελοι την ευτυχία; Η μητέρα μου μου δίδαξε αυτή τη ζωή. Πρέπει να αλλάξω αυτή τη διδασκαλία;

    "Los pasos en la oscuridad, la nieve caer, la soledad, siempre pertenecí a ello, pero quizás hace falta un cambio en mi vida ¿Los ángeles merecen felicidad? Mi madre me enseñó esta vida ¿Debería cambiar esa enseñanza?"

    - El angel suspiraba mientras tomaba nieve y la misma desaparecía en sus manos formándose en pequeñas estrellas que volarían al cielo
    Τα βήματα στο σκοτάδι, το χιόνι που πέφτει, η μοναξιά—ανήκα πάντα εκεί, αλλά ίσως χρειάζομαι μια αλλαγή στη ζωή μου. Αξίζουν οι άγγελοι την ευτυχία; Η μητέρα μου μου δίδαξε αυτή τη ζωή. Πρέπει να αλλάξω αυτή τη διδασκαλία; "Los pasos en la oscuridad, la nieve caer, la soledad, siempre pertenecí a ello, pero quizás hace falta un cambio en mi vida ¿Los ángeles merecen felicidad? Mi madre me enseñó esta vida ¿Debería cambiar esa enseñanza?" - El angel suspiraba mientras tomaba nieve y la misma desaparecía en sus manos formándose en pequeñas estrellas que volarían al cielo
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Perdonen mis ausencias, es que suelo estar activa mucho más en los fines de semana. Mil disculpas//
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