• Comiencen...

    ~ Entonces, un grito de guerra y el ejército de Orochi avanzó hacia la aldea enemiga. La tierra temblaba bajo sus pies, y el cielo se oscurecía.

    Mientras ella, con una sonrisa macabra y sus ojos ofidios, observaba la destrucción que sus lacayos imponían. El fuego devoraba las casas de la aldea, y los gritos de los aldeanos llenaban el aire de horror y dolor, mezclándose con el rugido de los combatientes. Los soldados de Orochi eliminaban a cualquier enemigo que se interpusiera en su camino o a cualquiera que tan solo movía un dedo.


    El suelo se cubría de cenizas, cadáveres, sangre y escombros, y la aldea enemiga se desmoronaba ante el ataque violento. El humo se levantaba como un atalaya que avisaba de la masacre ocurrirda.

    Orochi sabía que su dominio se consolidaba aún más, y que cada victoria fortalecía su posición en el peligroso mundo en el que reinaba> ~

    Su venganza se cobró más de 880 vidas inocentes...
    🌺 Comiencen... ~ Entonces, un grito de guerra y el ejército de Orochi avanzó hacia la aldea enemiga. La tierra temblaba bajo sus pies, y el cielo se oscurecía. Mientras ella, con una sonrisa macabra y sus ojos ofidios, observaba la destrucción que sus lacayos imponían. El fuego devoraba las casas de la aldea, y los gritos de los aldeanos llenaban el aire de horror y dolor, mezclándose con el rugido de los combatientes. Los soldados de Orochi eliminaban a cualquier enemigo que se interpusiera en su camino o a cualquiera que tan solo movía un dedo. El suelo se cubría de cenizas, cadáveres, sangre y escombros, y la aldea enemiga se desmoronaba ante el ataque violento. El humo se levantaba como un atalaya que avisaba de la masacre ocurrirda. Orochi sabía que su dominio se consolidaba aún más, y que cada victoria fortalecía su posición en el peligroso mundo en el que reinaba> ~ 🧧Su venganza se cobró más de 880 vidas inocentes...
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  • –¡Grooooar!

    Ruge ante de verse superado físicamente por esa ola de techrot, con un mar de colmillos, dientes, pantallas LCD y transistores que se retuercen bajo una masa muscular, superan al Warframe rodeando y envolviendo a la criatura.

    –¡GROAAAR!

    No le interesa ese canto de bajo frecuencia que es capaz de escuchar en medio de esos sonidos guturales, pronto su cuerpo por el color naranja de su energía logra conectar al elemento asociado, fuego, una columna de fuego emerge del cuerpo de Chroma para liberarse de ese abrazo siniestro.

    Se sacude con violencia y al fin con el oxígeno que tiene prende una llamarada de fuego a su alrededor con su aliento de fuego, al tenno no le gusta el calor pero es el mejor elemento para luchar contra la carne mutante, deja que el dolor alimente la ira y sea el combustible de su fuerza renovada para usar sus propias garras para destruir a cada uno de los individuos de la ola.
    –¡Grooooar! Ruge ante de verse superado físicamente por esa ola de techrot, con un mar de colmillos, dientes, pantallas LCD y transistores que se retuercen bajo una masa muscular, superan al Warframe rodeando y envolviendo a la criatura. –¡GROAAAR! No le interesa ese canto de bajo frecuencia que es capaz de escuchar en medio de esos sonidos guturales, pronto su cuerpo por el color naranja de su energía logra conectar al elemento asociado, fuego, una columna de fuego emerge del cuerpo de Chroma para liberarse de ese abrazo siniestro. Se sacude con violencia y al fin con el oxígeno que tiene prende una llamarada de fuego a su alrededor con su aliento de fuego, al tenno no le gusta el calor pero es el mejor elemento para luchar contra la carne mutante, deja que el dolor alimente la ira y sea el combustible de su fuerza renovada para usar sus propias garras para destruir a cada uno de los individuos de la ola.
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  • Zwëihanherz: RISING SUN
    Fandom Zwëihanherz
    Categoría Crossover
    Nuestra historia comienza en Alexandria, Egipto nace en el seno de una familia humilde dónde junto con su padre y madre, viven en armonía, pero no siempre fue así pues tiempo atrás ya habían perdido a un hijo y Nenet antes de nacer, parecía que también tendría el mismo destino. Pero fue su padre quien rezo al cielo, a los dioses antiguos que le concedieran un deseo. Daría y haría todo por qué su esposa diera a luz a su primogénita; que después de varios días de ayuno. Se le fue concedido su deseo dando a luz a una bebé. Quién nació con la particularidad de tener la piel tan oscura como un abismo sin fondo. Sumando un par de marcas sobre los brazos y espalda pero menor fue su importancia, pues todo lo que sentían fue la alegría de tener por fin, a un bebé. Se dice que en aquella noche fue cuando una sombra misteriosa le hizo una visita a la bebé, quien dormía en paz sin percatarse de quién o que era aquella visita misteriosa.

    El tiempo paso y ella creció, aceptando que era muy diferente a los demás, lo que le ganó burlas e incesante acoso de los demás niños y de su comunidad. Lo que hizo que se aislara en su habitación, por ello y en su soledad, aprendió a leer pues su padre le leía cuento tras cuento cada noche. Hasta que ya cerca de los 17 años, era amante de la literatura buscando un día poder observar el mundo con sus propios ojos. Ahora su más ferviente deseo era poder salir de su país natal y así, poder escribir su propia historia donde con mochila en mano, su corazón cuan brújula se embarca en un sin fin de aventuras.

    De complexión delgada con cabello corte bob mediano color negro, en sus ojos se delinea una sutil curva atractiva que atrapa con solo la mirada, sus labios también se colorean del mismo color haciendo brillar cada sonrisa que entrega. De carácter sonriente, amigable y sociable con ganas de descubrir el mundo. Su vestimenta consta de un corset de batalla dejando ver sus hombros, brazos, abdomen. En sus brazos como en su espalda como se mencionó antes, posee lo que a primera vista parecen tatuajes dorados, pero va más allá de eso y nadie, hasta ahora ha podido saber su origen o significado. En su cuello se erige un collarín que eleva del mismo solo un poco. Un pantalón de tela con un encaje de fuego que sobresale desde el talón hasta la cintura, terminando en un par de sandalias.
    Siendo una guerrera tiene muy arraigada la disciplina de combate, con un temple indomable. Fuera de todo eso es una chica amable, dulce, caritativa y siempre con el afán de servir a otros. Aunque con temor, no duda en salir al peligro para enfrentarse a lo que fuera con tal de ayudar a quienes lo necesiten.

    En la ciudad del Cairo a las 2:45 p.m va caminando con mochila en hombro observando a su alrededor como los edificios se alzan formándose en una fila desigual casi surrealista. Asombrandose por el caos citadino cuan niña que va conociendo el mundo por primera vez. Así es como ella va dando cada paso a la espera de descubrir algo nuevo. En la esquina de la acera se detiene para dar paso a los vehículos, mientras espera nota la curiosa mirada de los transeúntes pero ya está acostumbrada a eso. Tanta era la gente que al dar el tercer paso, es empujada casi hasta caer pero todo el tráfico hace que caiga su mochila perdièndola entre la muchedumbre. Se quedaría justo a la mitad hasta que todos pasarán pero cuando eso pasa no la encuentra llegando a sentir un enorme vacío. No se puede dar el lujo de perderla pues ahí tiene su bitácora, cosas de uso personal, dinero, pasaporte, Identificación etc. De perderlo se quedaría literal en las calles, también se da cuenta que estando a mitad de la calle los autos tocan el claxon para que se retire de la acera. Lo que enciende las alarmas en su cabeza haciendo que corra al otro lado, al llegar el tráfico sigue su curso. Se cruza de brazos molesta por perder su mochila con un vacío enorme en el estómago y que decir de la culpa que siente por ser tan distraída. No se detendría hasta encontrarla y ser más precavida; es entonces que un grupo de niños alardean sobre tener su propiedad comenzando a correr por entre los angostos callejones. Nenet solo espera a que la luz del tráfico esté en rojo para poder pasar dándoles caza. — ¡Oigan eso es mío! - Grita con ahínco al otro lado de la acera alzando las manos brincando buscando evitar que corran pero se pierden entre los callejones.

    Va tras ellos con cierta agilidad felina agudizando sus sentidos logrando poder percibir el aroma de estos, llegando dentro de una casa abandonada. Sucia y empolvada se adentra con pasos sigilosos atenta a lo que puede escuchar que, de pronto, se deja escuchar algunos barullos en un patio. A traves de una manchada ventana los encuentra pensando en cómo darles un buen susto por haberle robado sus pertenencias. Para salir al patio hay una puerta vieja de madera que usaria cuan película de miedo abriéndola lentamente. Dónde el chirrido de esta llama su atención pero del otro lado no hay nadie. Mientras están distraídos salta de repente con una macabra mirada para asustarlos y así, huyen despavoridos encontrando todo regado. Suspira tapándose los ojos molesta susurra para si misma: — Debo dejar de ser tan distraída. No puedo quedarme así de nuevo —. Acomoda todo en su lugar cargando su mochila al hombro. Suspira de nuevo saliendo del lugar retomando el camino que tenía previsto en dirección a Jerusalén, por orden de su padre para tener bendición en su travesía.
    Nuestra historia comienza en Alexandria, Egipto nace en el seno de una familia humilde dónde junto con su padre y madre, viven en armonía, pero no siempre fue así pues tiempo atrás ya habían perdido a un hijo y Nenet antes de nacer, parecía que también tendría el mismo destino. Pero fue su padre quien rezo al cielo, a los dioses antiguos que le concedieran un deseo. Daría y haría todo por qué su esposa diera a luz a su primogénita; que después de varios días de ayuno. Se le fue concedido su deseo dando a luz a una bebé. Quién nació con la particularidad de tener la piel tan oscura como un abismo sin fondo. Sumando un par de marcas sobre los brazos y espalda pero menor fue su importancia, pues todo lo que sentían fue la alegría de tener por fin, a un bebé. Se dice que en aquella noche fue cuando una sombra misteriosa le hizo una visita a la bebé, quien dormía en paz sin percatarse de quién o que era aquella visita misteriosa. El tiempo paso y ella creció, aceptando que era muy diferente a los demás, lo que le ganó burlas e incesante acoso de los demás niños y de su comunidad. Lo que hizo que se aislara en su habitación, por ello y en su soledad, aprendió a leer pues su padre le leía cuento tras cuento cada noche. Hasta que ya cerca de los 17 años, era amante de la literatura buscando un día poder observar el mundo con sus propios ojos. Ahora su más ferviente deseo era poder salir de su país natal y así, poder escribir su propia historia donde con mochila en mano, su corazón cuan brújula se embarca en un sin fin de aventuras. De complexión delgada con cabello corte bob mediano color negro, en sus ojos se delinea una sutil curva atractiva que atrapa con solo la mirada, sus labios también se colorean del mismo color haciendo brillar cada sonrisa que entrega. De carácter sonriente, amigable y sociable con ganas de descubrir el mundo. Su vestimenta consta de un corset de batalla dejando ver sus hombros, brazos, abdomen. En sus brazos como en su espalda como se mencionó antes, posee lo que a primera vista parecen tatuajes dorados, pero va más allá de eso y nadie, hasta ahora ha podido saber su origen o significado. En su cuello se erige un collarín que eleva del mismo solo un poco. Un pantalón de tela con un encaje de fuego que sobresale desde el talón hasta la cintura, terminando en un par de sandalias. Siendo una guerrera tiene muy arraigada la disciplina de combate, con un temple indomable. Fuera de todo eso es una chica amable, dulce, caritativa y siempre con el afán de servir a otros. Aunque con temor, no duda en salir al peligro para enfrentarse a lo que fuera con tal de ayudar a quienes lo necesiten. En la ciudad del Cairo a las 2:45 p.m va caminando con mochila en hombro observando a su alrededor como los edificios se alzan formándose en una fila desigual casi surrealista. Asombrandose por el caos citadino cuan niña que va conociendo el mundo por primera vez. Así es como ella va dando cada paso a la espera de descubrir algo nuevo. En la esquina de la acera se detiene para dar paso a los vehículos, mientras espera nota la curiosa mirada de los transeúntes pero ya está acostumbrada a eso. Tanta era la gente que al dar el tercer paso, es empujada casi hasta caer pero todo el tráfico hace que caiga su mochila perdièndola entre la muchedumbre. Se quedaría justo a la mitad hasta que todos pasarán pero cuando eso pasa no la encuentra llegando a sentir un enorme vacío. No se puede dar el lujo de perderla pues ahí tiene su bitácora, cosas de uso personal, dinero, pasaporte, Identificación etc. De perderlo se quedaría literal en las calles, también se da cuenta que estando a mitad de la calle los autos tocan el claxon para que se retire de la acera. Lo que enciende las alarmas en su cabeza haciendo que corra al otro lado, al llegar el tráfico sigue su curso. Se cruza de brazos molesta por perder su mochila con un vacío enorme en el estómago y que decir de la culpa que siente por ser tan distraída. No se detendría hasta encontrarla y ser más precavida; es entonces que un grupo de niños alardean sobre tener su propiedad comenzando a correr por entre los angostos callejones. Nenet solo espera a que la luz del tráfico esté en rojo para poder pasar dándoles caza. — ¡Oigan eso es mío! - Grita con ahínco al otro lado de la acera alzando las manos brincando buscando evitar que corran pero se pierden entre los callejones. Va tras ellos con cierta agilidad felina agudizando sus sentidos logrando poder percibir el aroma de estos, llegando dentro de una casa abandonada. Sucia y empolvada se adentra con pasos sigilosos atenta a lo que puede escuchar que, de pronto, se deja escuchar algunos barullos en un patio. A traves de una manchada ventana los encuentra pensando en cómo darles un buen susto por haberle robado sus pertenencias. Para salir al patio hay una puerta vieja de madera que usaria cuan película de miedo abriéndola lentamente. Dónde el chirrido de esta llama su atención pero del otro lado no hay nadie. Mientras están distraídos salta de repente con una macabra mirada para asustarlos y así, huyen despavoridos encontrando todo regado. Suspira tapándose los ojos molesta susurra para si misma: — Debo dejar de ser tan distraída. No puedo quedarme así de nuevo —. Acomoda todo en su lugar cargando su mochila al hombro. Suspira de nuevo saliendo del lugar retomando el camino que tenía previsto en dirección a Jerusalén, por orden de su padre para tener bendición en su travesía.
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  • Dean Winchester se encontraba en uno de sus peores momentos. Estaba en el sofá de la sala, con la cabeza entre las manos, el peso de la angustia aplastándolo con cada respiración. El rostro de Hope Mikaelson seguía apareciendo en su mente, aquella mirada picara que le había dedicado momentos antes de desvanecerse.
    Ahora, solo quedaba el vacío. Hope estaba allí, pero no estaba. Estaba inconsciente, atrapada en una oscuridad eterna porque había perdido su alma. Y no había nada que pudiera hacer.

    — ¿Dónde está, maldita sea? —murmuró, apretando los dientes y apretando con fuerza el móvil entre sus manos. El texto escrito en la pantalla, aún esperaba su orden de enviar, como si la tormenta de emociones dentro de él necesitara manifestarse. Esa ira contenida que no sabía cómo liberar, ese dolor que se convertía en rabia. ¿Cómo había llegado a esto?
    "Se que no vas a leer esto. Llevo tu teléfono en mi puñetero bolsillo... pero me siento menos estúpido escribiéndolo que hablándote cuando se que tampoco eres capaz de escucharme"

    "Voy a encontrarte ¿lo sabes, verdad? estés donde estés, niña. Tu solo aguanta, yo prometo que te voy a encontrar, que te voy a traer a casa."

    "Tu prométeme que vas a aguantar."


    Conforme envía los mensajes, siente como su bolsillo derecho del pantalón vaquero vibra conforme los va recibiendo el móvil de Hope.
    No aguantaba mas aquello, tenia que salir, entrar en acción o se iba a volver loco.

    Dean Winchester se encontraba en uno de sus peores momentos. Estaba en el sofá de la sala, con la cabeza entre las manos, el peso de la angustia aplastándolo con cada respiración. El rostro de [thetribrid] seguía apareciendo en su mente, aquella mirada picara que le había dedicado momentos antes de desvanecerse. Ahora, solo quedaba el vacío. Hope estaba allí, pero no estaba. Estaba inconsciente, atrapada en una oscuridad eterna porque había perdido su alma. Y no había nada que pudiera hacer. — ¿Dónde está, maldita sea? —murmuró, apretando los dientes y apretando con fuerza el móvil entre sus manos. El texto escrito en la pantalla, aún esperaba su orden de enviar, como si la tormenta de emociones dentro de él necesitara manifestarse. Esa ira contenida que no sabía cómo liberar, ese dolor que se convertía en rabia. ¿Cómo había llegado a esto? 📱 💬 "Se que no vas a leer esto. Llevo tu teléfono en mi puñetero bolsillo... pero me siento menos estúpido escribiéndolo que hablándote cuando se que tampoco eres capaz de escucharme" 📱 💬 "Voy a encontrarte ¿lo sabes, verdad? estés donde estés, niña. Tu solo aguanta, yo prometo que te voy a encontrar, que te voy a traer a casa." 📱💬 "Tu prométeme que vas a aguantar." Conforme envía los mensajes, siente como su bolsillo derecho del pantalón vaquero vibra conforme los va recibiendo el móvil de Hope. No aguantaba mas aquello, tenia que salir, entrar en acción o se iba a volver loco.
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  • La tienda de Carmina estaba más bulliciosa que de costumbre. El aire frío del invierno se colaba cada vez que la puerta se abría, trayendo consigo un aroma a pino fresco y canela. Con un gorro navideño ligeramente torcido, Carmina colgaba luces parpadeantes alrededor de los estantes, ajustando cada detalle con esmero.

    — ¿Qué opinas, Pietro?—, murmuró en voz baja, sosteniendo una guirnalda de acebo que había visto mejores días. Su abuelo ya no estaba, pero ella aún podía escuchar su voz en su mente: “Quizás algo menos desaliñado, bambina”. Carmina sonrió con nostalgia, imaginando a Pietro sacudiendo la cabeza con esa mezcla de paciencia y humor que siempre lo caracterizaba.

    Lucia, su abuela, apareció con una caja de adornos antiguos. —"Aquí están los buenos, niña. Estos sobrevivieron más navidades que tú"—, dijo con una sonrisa. Carmina sacó una estrella dorada que había pertenecido a la familia por generaciones. —Perfecto —, susurró, trepándose a una escalera para colocarla en lo alto de un pequeño árbol.

    Cuando las luces finalmente se encendieron, la tienda brilló con un cálido resplandor. Carmina se quedó en silencio un momento, sintiendo una paz reconfortante. —Espero que te guste cómo quedó, nonno—, dijo suavemente, dejando que el recuerdo de Pietro la acompañara mientras un villancico llenaba el aire.
    La tienda de Carmina estaba más bulliciosa que de costumbre. El aire frío del invierno se colaba cada vez que la puerta se abría, trayendo consigo un aroma a pino fresco y canela. Con un gorro navideño ligeramente torcido, Carmina colgaba luces parpadeantes alrededor de los estantes, ajustando cada detalle con esmero. — ¿Qué opinas, Pietro?—, murmuró en voz baja, sosteniendo una guirnalda de acebo que había visto mejores días. Su abuelo ya no estaba, pero ella aún podía escuchar su voz en su mente: “Quizás algo menos desaliñado, bambina”. Carmina sonrió con nostalgia, imaginando a Pietro sacudiendo la cabeza con esa mezcla de paciencia y humor que siempre lo caracterizaba. Lucia, su abuela, apareció con una caja de adornos antiguos. —"Aquí están los buenos, niña. Estos sobrevivieron más navidades que tú"—, dijo con una sonrisa. Carmina sacó una estrella dorada que había pertenecido a la familia por generaciones. —Perfecto —, susurró, trepándose a una escalera para colocarla en lo alto de un pequeño árbol. Cuando las luces finalmente se encendieron, la tienda brilló con un cálido resplandor. Carmina se quedó en silencio un momento, sintiendo una paz reconfortante. —Espero que te guste cómo quedó, nonno—, dijo suavemente, dejando que el recuerdo de Pietro la acompañara mientras un villancico llenaba el aire.
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  • El atardecer teñía de oro y escarlata la cubierta del Thousand Sunny. La tripulación de los Sombreros de Paja se encontraba dispersa, cada uno ocupado en sus propias tareas o distracciones. Nico Robin, sin embargo, había encontrado un rincón tranquilo en el jardín del barco, sentada bajo la sombra de un árbol frutal.

    Tenía un libro en las manos, pero no lo estaba leyendo. Sus ojos estaban fijos en el horizonte, y el murmullo de las olas contra el casco del barco era el único sonido que la acompañaba.

    "Niña demonio."
    El apodo cruzó su mente como una sombra pasajera, un eco de un tiempo lejano. Había aprendido a vivir con esas palabras, a llevarlas como una cicatriz que nunca desaparecía del todo. Era un título impuesto por un mundo que temía lo que no comprendía.

    De niña, ese apodo era un veneno que infectaba cada rincón de su vida. "Niña demonio" no era solo una etiqueta; era una condena. Los susurros de los aldeanos, el miedo en sus miradas, las piedras que lanzaban mientras huía... Todo eso había sido la banda sonora de su infancia. Por un tiempo, incluso ella llegó a creerlo.

    "Si soy el diablo que dicen, entonces no importa lo que haga", pensaba en sus años más oscuros. Fue un mecanismo de defensa, una forma de sobrevivir cuando el mundo entero estaba en su contra.

    Pero ahora, años después, mientras sentía la calidez del sol sobre su piel, Robin se preguntaba: ¿qué significaba realmente ese apodo?

    Había una verdad oculta en esas palabras. Si ser una "niña demonio" significaba querer descubrir la historia que el mundo trataba de enterrar, entonces aceptaba el título con orgullo. Si significaba ser una amenaza para un sistema corrupto, entonces lo llevaría como una medalla.

    Sin embargo, también sabía que no podía reducirse solo a ese apodo. No era solo la "Niña demonio." Era arqueóloga, amiga, compañera. Era alguien que reía con los chistes de Luffy, que encontraba belleza en las cosas más pequeñas, que protegía a su tripulación con la misma determinación con la que protegía sus sueños.

    Un suave golpe la sacó de sus pensamientos. Franky, con una sonrisa despreocupada, estaba junto a ella con una taza de té.
    —Pareces profunda en tus pensamientos, Robin. ¿Todo bien?

    Ella tomó la taza con un agradecimiento silencioso y esbozó una leve sonrisa.
    —Solo reflexionaba sobre cómo las palabras pueden definirnos... o cómo elegimos redefinirlas.

    Franky rió, sin comprender del todo, pero respetando su espacio.
    —Bueno, sea lo que sea, eres súper como eres. No necesitas cambiar nada.

    Robin asintió, permitiendo que la simplicidad de sus palabras calmara sus pensamientos. El viento sopló con suavidad, llevando consigo el eco de viejos apodos. Esta vez, no sonaban tan amenazantes, sino como fragmentos de una historia que ya no la encadenaban.

    "Soy Nico Robin," pensó con firmeza. "Y soy mucho más que un apodo."
    El atardecer teñía de oro y escarlata la cubierta del Thousand Sunny. La tripulación de los Sombreros de Paja se encontraba dispersa, cada uno ocupado en sus propias tareas o distracciones. Nico Robin, sin embargo, había encontrado un rincón tranquilo en el jardín del barco, sentada bajo la sombra de un árbol frutal. Tenía un libro en las manos, pero no lo estaba leyendo. Sus ojos estaban fijos en el horizonte, y el murmullo de las olas contra el casco del barco era el único sonido que la acompañaba. "Niña demonio." El apodo cruzó su mente como una sombra pasajera, un eco de un tiempo lejano. Había aprendido a vivir con esas palabras, a llevarlas como una cicatriz que nunca desaparecía del todo. Era un título impuesto por un mundo que temía lo que no comprendía. De niña, ese apodo era un veneno que infectaba cada rincón de su vida. "Niña demonio" no era solo una etiqueta; era una condena. Los susurros de los aldeanos, el miedo en sus miradas, las piedras que lanzaban mientras huía... Todo eso había sido la banda sonora de su infancia. Por un tiempo, incluso ella llegó a creerlo. "Si soy el diablo que dicen, entonces no importa lo que haga", pensaba en sus años más oscuros. Fue un mecanismo de defensa, una forma de sobrevivir cuando el mundo entero estaba en su contra. Pero ahora, años después, mientras sentía la calidez del sol sobre su piel, Robin se preguntaba: ¿qué significaba realmente ese apodo? Había una verdad oculta en esas palabras. Si ser una "niña demonio" significaba querer descubrir la historia que el mundo trataba de enterrar, entonces aceptaba el título con orgullo. Si significaba ser una amenaza para un sistema corrupto, entonces lo llevaría como una medalla. Sin embargo, también sabía que no podía reducirse solo a ese apodo. No era solo la "Niña demonio." Era arqueóloga, amiga, compañera. Era alguien que reía con los chistes de Luffy, que encontraba belleza en las cosas más pequeñas, que protegía a su tripulación con la misma determinación con la que protegía sus sueños. Un suave golpe la sacó de sus pensamientos. Franky, con una sonrisa despreocupada, estaba junto a ella con una taza de té. —Pareces profunda en tus pensamientos, Robin. ¿Todo bien? Ella tomó la taza con un agradecimiento silencioso y esbozó una leve sonrisa. —Solo reflexionaba sobre cómo las palabras pueden definirnos... o cómo elegimos redefinirlas. Franky rió, sin comprender del todo, pero respetando su espacio. —Bueno, sea lo que sea, eres súper como eres. No necesitas cambiar nada. Robin asintió, permitiendo que la simplicidad de sus palabras calmara sus pensamientos. El viento sopló con suavidad, llevando consigo el eco de viejos apodos. Esta vez, no sonaban tan amenazantes, sino como fragmentos de una historia que ya no la encadenaban. "Soy Nico Robin," pensó con firmeza. "Y soy mucho más que un apodo."
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  • -Me encuentro indispuesta para la audiciencia que aquel señor desea conmigo. Puede marcharse, dale chocolates y despídelo como si de un rey se tratara...

    Refunfuñó ladeando la mirada y continuando su caminar por el pasillo de palacio.

    -Asegurate de que no vuelva.
    -Me encuentro indispuesta para la audiciencia que aquel señor desea conmigo. Puede marcharse, dale chocolates y despídelo como si de un rey se tratara... Refunfuñó ladeando la mirada y continuando su caminar por el pasillo de palacio. -Asegurate de que no vuelva.
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  • ¿𝑌 𝑠𝑖 𝑛𝑜 𝑡𝑒𝑛𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑜𝑝𝑐𝑖𝑜́𝑛?...
    Fandom Supernatural / The vampires diaries
    Categoría Drama
    ㅤㅤㅤㅤㅤ"...¿𝑌 𝑠𝑖 𝑒𝓈 𝓃𝓊𝑒𝓈𝓉𝓇𝑜 𝒹𝑒𝓈𝓉𝒾𝓃𝑜?."
    ㅤㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐕
    ㅤㅤㅤㅤㅤ˹ Hope Mikaelson


    ㅤㅤㅤㅤ¿Sus palabras eran, cuanto menos solemnes? Por supuesto, pero nadie prometía cosas fáciles de llevar a cabo, ¿Qué merito tenía una promesa sencilla de realizar? Ninguno. Dean tenía muchos talentos, y uno de ellos era ser fiel a su palabra y cumplirla. Sobre todo si esta consistía en proteger y cuidar de su familia, de aquellos que le importaban.
    Sin embargo, también se ve completamente capacitado para aceptar aquella promesa que le pide Hope, la misma que ya había aceptado momentos atrás en la biblioteca.
    La de no hacer ninguna estupidez, la de no lanzarse el solo contra el mundo y confiar en su familia.

    Y aunque le costara más, esa también la llevaría a cabo. Sobre todo si como premio iban unas tortitas de regalo.

    — Te prometo que no voy a hacer ninguna estupidez, aunque tu criterio de estupidez y el mío no sean el mismo…

    Las palabras del cazador quedan silenciadas por aquel último beso que Hope le regala antes de salir de la cama, bajo la atenta mirada de Dean, el cual sonríe admirando las curvas femeninas y recreándose en su trasero sin ningún tipo de remordimiento.
    La sigue con la mirada aún en la cama, cruzándose de brazos mientras la joven busca su ropa interior, la tentación de robarle aquella prenda, cerrar la puerta del cuarto y vivir allí, ambos completamente desnudos pasa de forma fugaz por la mente del cazador, lejos de Miguel, lejos de todos los problemas que les esperaban fuera de aquel cuarto y fuera de aquel bunker, allí estaban seguros, podría hacerlo….

    Aquel pensamiento fugaz se disuelve con la misma rapidez con la que había nacido. Pero dejando la reconfortante sensación de que realmente allí estaban seguros. Al menos tenían un lugar donde poder sentirse resguardados, donde nada malo podría alcanzarles, ni a él, ni a su familia, ni si quiera a Hope.

    Para cuando él sale de la cama con una suave sonrisa en sus labios, Hope había encontrado su ropa interior y le había robado la camiseta de modo que él se hace con sus pantalones de pijama, sus pantalones de pijama favoritos, aquellos que llevaban dibujados decenas de perritos calientes, y cuando escucha el comentario de la tribrida, no puede sino hacer una pésima postura de modelaje.

    — ¿Raro? Raro seria que no lo hicieras, es el mejor pijama del mundo, cielo… ¿Qué? Ahora no puedes echarte atrás, me has prometido unas tortitas… ¡no! Las mejores tortitas que he probado, así que no espero nada men…

    Cuando escucha su nombre el cazador se vuelve hacia Hope, y su sonrisa, esa que aún llevaba en sus labios y que por segundos había parecido imperecedera se congela y se resquebraja como el hielo al recibir un golpe seco en cuanto ve a la Mikaelson apoyada contra la silla un segundo antes de desvanecerse y desplomarse contra el suelo.

    Los reflejos del cazador se activan rápido, a pesar de sentir como si su corazón y sus tripas se hubieran helado de un momento para el siguiente, y en un movimiento rápido y fluido se lanza hacia la tribrida, arrodillándose en el camino y llegando justo a poder sujetar la cabeza femenina con su mano derecha y evitar el golpe contra el suelo.
    Los ojos oliva de Dean revisaban el rostro sin expresión de Hope.
    Su corazón y sus pulmones habían frenado de golpe su actividad.
    Su mano zurda, aquella que no sostenía la cabeza de Hope, volaba por el cuerpo de esta hasta que se centra en el interior de su muñeca tratando de buscar sus signos vitales.

    Dean Winchester se había quedado por completo paralizado. ¿Qué coño estaba ocurriendo? Estaban en casa, era un lugar seguro, aquello no podia estar pasando, tenía que ser una pesadilla, tenía que ser eso…

    No sabe cuántos segundos necesita su cuerpo para reaccionar, no sabe cuántos segundos necesitan sus pulmones para llenarse de aire y sus cuerdas vocales para poder recuperar su voz, pero por fin un grito grave, profundo, y cargado de angustia sale de su pecho.

    — ¡SAM! ¡SAMMY!

    ⤹ La puerta de madera de su cuarto se abre de golpe, unos instantes más tarde, dejando pasar a Sam, con Castiel y Jack flanqueándole a ambos lados, y descubriendo una escena algo extraña a la vez que preocupante para los tres recién llegados.
    Los ojos del más alto del mismo tono de verde que los de su hermano mayor, se abren casi hasta el límite antes de arrodillarse justo al otro lado de Hope, y es que Dean no se había atrevido ni si quiera a moverla.

    — ¿Qué ha ocurrido?

    — ¡No tengo ni idea SAM! ¡Se ha desmayado de la nada! ¿Puede quedarle algún rastro del hechizo del aquelarre?

    Justo después de aquella pregunta, Castiel entra en el reducido campo de visión en ese momento de Dean, agachándose justo al lado de la cabeza de Hope.

    — ¡Cass! ¿Qué le ocurre? Dime que puede curarla…

    El ángel ante la pregunta de Dean, coloca dos dedos, el índice y el corazón, de la mano diestra, sobre la frente impoluta de la tribrida.
    Los momentos que Castiel tarda en volver a moverse, se vuelven eternos para Dean, el cual poco a poco se va tensando cada vez más.

    — ¿¡Y!? ¿¡Que le pasa!? Esta vez si puedes curarla, ¿¡Verdad!?

    — No…

    — ¡Como que no! ¿No puedes o no quieres? ¿Qué mierda de poderes tienes entonces Cass? No eres más que un bebe con gabardina.

    — Dean….

    Sam pone su diestra sobre el hombro de su hermano, tratando de calmarlo y hacerle ver algo que Dean ya sabía, que Castiel no se merecía aquellas palabras, que no se merecía que lo tratara así de mal, pero en aquellos momentos él no podia pensar en sus modales o en disculparse con su mejor amigo, lo haría, sí. Pero no hasta que todo se hubiera solucionado.

    — Ella no está, Dean….

    — ¿Cómo que no está? ¿Está muerta? No puede estar muerta, no puede…

    — No, no está… su alma no está… Su cuerpo aún vive, pero sin su alma se ira apagando poco a poco…

    — Su alma… ¿Y dónde coño está su alma?
    ㅤㅤㅤㅤㅤ"...¿𝑌 𝑠𝑖 𝑒𝓈 𝓃𝓊𝑒𝓈𝓉𝓇𝑜 𝒹𝑒𝓈𝓉𝒾𝓃𝑜?." ㅤㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐕 ㅤㅤㅤㅤㅤ˹ [thetribrid] ㅤㅤㅤㅤ¿Sus palabras eran, cuanto menos solemnes? Por supuesto, pero nadie prometía cosas fáciles de llevar a cabo, ¿Qué merito tenía una promesa sencilla de realizar? Ninguno. Dean tenía muchos talentos, y uno de ellos era ser fiel a su palabra y cumplirla. Sobre todo si esta consistía en proteger y cuidar de su familia, de aquellos que le importaban. Sin embargo, también se ve completamente capacitado para aceptar aquella promesa que le pide Hope, la misma que ya había aceptado momentos atrás en la biblioteca. La de no hacer ninguna estupidez, la de no lanzarse el solo contra el mundo y confiar en su familia. Y aunque le costara más, esa también la llevaría a cabo. Sobre todo si como premio iban unas tortitas de regalo. — Te prometo que no voy a hacer ninguna estupidez, aunque tu criterio de estupidez y el mío no sean el mismo… Las palabras del cazador quedan silenciadas por aquel último beso que Hope le regala antes de salir de la cama, bajo la atenta mirada de Dean, el cual sonríe admirando las curvas femeninas y recreándose en su trasero sin ningún tipo de remordimiento. La sigue con la mirada aún en la cama, cruzándose de brazos mientras la joven busca su ropa interior, la tentación de robarle aquella prenda, cerrar la puerta del cuarto y vivir allí, ambos completamente desnudos pasa de forma fugaz por la mente del cazador, lejos de Miguel, lejos de todos los problemas que les esperaban fuera de aquel cuarto y fuera de aquel bunker, allí estaban seguros, podría hacerlo…. Aquel pensamiento fugaz se disuelve con la misma rapidez con la que había nacido. Pero dejando la reconfortante sensación de que realmente allí estaban seguros. Al menos tenían un lugar donde poder sentirse resguardados, donde nada malo podría alcanzarles, ni a él, ni a su familia, ni si quiera a Hope. Para cuando él sale de la cama con una suave sonrisa en sus labios, Hope había encontrado su ropa interior y le había robado la camiseta de modo que él se hace con sus pantalones de pijama, sus pantalones de pijama favoritos, aquellos que llevaban dibujados decenas de perritos calientes, y cuando escucha el comentario de la tribrida, no puede sino hacer una pésima postura de modelaje. — ¿Raro? Raro seria que no lo hicieras, es el mejor pijama del mundo, cielo… ¿Qué? Ahora no puedes echarte atrás, me has prometido unas tortitas… ¡no! Las mejores tortitas que he probado, así que no espero nada men… Cuando escucha su nombre el cazador se vuelve hacia Hope, y su sonrisa, esa que aún llevaba en sus labios y que por segundos había parecido imperecedera se congela y se resquebraja como el hielo al recibir un golpe seco en cuanto ve a la Mikaelson apoyada contra la silla un segundo antes de desvanecerse y desplomarse contra el suelo. Los reflejos del cazador se activan rápido, a pesar de sentir como si su corazón y sus tripas se hubieran helado de un momento para el siguiente, y en un movimiento rápido y fluido se lanza hacia la tribrida, arrodillándose en el camino y llegando justo a poder sujetar la cabeza femenina con su mano derecha y evitar el golpe contra el suelo. Los ojos oliva de Dean revisaban el rostro sin expresión de Hope. Su corazón y sus pulmones habían frenado de golpe su actividad. Su mano zurda, aquella que no sostenía la cabeza de Hope, volaba por el cuerpo de esta hasta que se centra en el interior de su muñeca tratando de buscar sus signos vitales. Dean Winchester se había quedado por completo paralizado. ¿Qué coño estaba ocurriendo? Estaban en casa, era un lugar seguro, aquello no podia estar pasando, tenía que ser una pesadilla, tenía que ser eso… No sabe cuántos segundos necesita su cuerpo para reaccionar, no sabe cuántos segundos necesitan sus pulmones para llenarse de aire y sus cuerdas vocales para poder recuperar su voz, pero por fin un grito grave, profundo, y cargado de angustia sale de su pecho. — ¡SAM! ¡SAMMY! ⤹ La puerta de madera de su cuarto se abre de golpe, unos instantes más tarde, dejando pasar a Sam, con Castiel y Jack flanqueándole a ambos lados, y descubriendo una escena algo extraña a la vez que preocupante para los tres recién llegados. Los ojos del más alto del mismo tono de verde que los de su hermano mayor, se abren casi hasta el límite antes de arrodillarse justo al otro lado de Hope, y es que Dean no se había atrevido ni si quiera a moverla. — ¿Qué ha ocurrido? — ¡No tengo ni idea SAM! ¡Se ha desmayado de la nada! ¿Puede quedarle algún rastro del hechizo del aquelarre? Justo después de aquella pregunta, Castiel entra en el reducido campo de visión en ese momento de Dean, agachándose justo al lado de la cabeza de Hope. — ¡Cass! ¿Qué le ocurre? Dime que puede curarla… El ángel ante la pregunta de Dean, coloca dos dedos, el índice y el corazón, de la mano diestra, sobre la frente impoluta de la tribrida. Los momentos que Castiel tarda en volver a moverse, se vuelven eternos para Dean, el cual poco a poco se va tensando cada vez más. — ¿¡Y!? ¿¡Que le pasa!? Esta vez si puedes curarla, ¿¡Verdad!? — No… — ¡Como que no! ¿No puedes o no quieres? ¿Qué mierda de poderes tienes entonces Cass? No eres más que un bebe con gabardina. — Dean…. Sam pone su diestra sobre el hombro de su hermano, tratando de calmarlo y hacerle ver algo que Dean ya sabía, que Castiel no se merecía aquellas palabras, que no se merecía que lo tratara así de mal, pero en aquellos momentos él no podia pensar en sus modales o en disculparse con su mejor amigo, lo haría, sí. Pero no hasta que todo se hubiera solucionado. — Ella no está, Dean…. — ¿Cómo que no está? ¿Está muerta? No puede estar muerta, no puede… — No, no está… su alma no está… Su cuerpo aún vive, pero sin su alma se ira apagando poco a poco… — Su alma… ¿Y dónde coño está su alma?
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    Individual
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  • ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝐹L𝐴S𝐻B𝐴C𝐾
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ16 de enero de 2013




    El Impala rugió suavemente al detenerse frente a una colina desprovista de mayor atractivo. Dean y Sam intercambiaron una mirada incrédula mientras observaban la entrada, que apenas era visible: un viejo portón de metal oxidado empotrado en la roca. El aire olía a tierra húmeda y a misterio.

    —¿Es esto? —preguntó Dean, con una ceja levantada y el sarcasmo aflorando en su tono.

    Sam bajó del auto con un libro antiguo en la mano, el cual había estado revisando durante todo el camino. Comparó la descripción del texto con el paisaje ante ellos.

    —Es aquí —confirmó, aunque su voz también cargaba un leve dejo de duda.

    Dean resopló y caminó hacia la puerta, dando un par de golpes con el dorso de la mano.

    —Bueno, si es un club secreto, lo disimulan bastante bien.

    Sam suspiró y sacó una llave pesada que habían encontrado junto con las instrucciones. Al introducirla, el mecanismo rechinó, pero tras un giro forzado, la puerta cedió con un sonido profundo y resonante.

    —Lo que sea que encontremos aquí, ha estado cerrado mucho tiempo —murmuró Sam.

    Los hermanos entraron con cautela, las linternas de sus celulares iluminando las paredes cubiertas de telarañas y polvo. El pasillo descendente era estrecho, pero al cabo de unos metros, se abrió a un espacio mucho más amplio. Una luz parpadeante, activada por el movimiento, reveló una estancia impresionante.

    —¡Vaya! —Dean exclamó, sus ojos recorriendo el lugar. Había estanterías repletas de libros antiguos, mesas con mapas desplegados y vitrinas llenas de artefactos que parecían de otro mundo.

    —Es increíble —dijo Sam, sin poder ocultar su asombro. Pasó los dedos por el lomo de un libro, dejando una marca limpia en el polvo acumulado.

    Dean caminó hacia una consola de madera con botones e interruptores.

    —Esto parece salido de una película de espías de los 50.

    —No sólo es un escondite —comentó Sam, su voz llena de reverencia—. Es una base de operaciones. Un cuartel general. Los Hombres de Letras usaban esto para registrar todo su conocimiento, planificar sus movimientos...

    —...y almacenar sus juguetes —añadió Dean, al abrir una vitrina que contenía armas antiguas y objetos cuya utilidad no podía adivinar.

    Mientras exploraban, la magnitud del descubrimiento comenzó a asentarse en ambos. Para Dean, el lugar representaba algo entre un refugio y un legado; para Sam, era un sueño hecho realidad, un tesoro de conocimiento oculto.

    —Este lugar... —Sam se detuvo, buscando las palabras—. No es solo historia. Es nuestra herencia.

    Dean se cruzó de brazos y miró a su hermano con una sonrisa leve.

    —Bueno, parece que vamos a quedarnos un tiempo.

    Y con eso, los Winchester sellaron el inicio de una nueva etapa, una donde el pasado y el presente convergían en un lugar que pronto llamarían hogar.

    Una de las salas más llamativas del búnker era la biblioteca principal. Ocupaba un amplio espacio central y estaba rodeada por estanterías que se elevaban hasta el techo abovedado. Cada pared estaba cargada de volúmenes encuadernados en cuero, y una escalera móvil permitía acceder a los estantes más altos. En el centro, varias mesas robustas de madera estaban dispuestas con lámparas de lectura de estilo vintage, emitiendo una luz cálida y acogedora.

    Sobre una de las mesas descansaban varios mapas antiguos y cuadernos con anotaciones manuscritas, aparentemente dejados por los últimos ocupantes del lugar. Una gran lámpara colgante adornaba el techo, lanzando destellos dorados que acentuaban la majestuosidad de la sala. En una esquina, un pequeño globo terráqueo antiguo giraba silenciosamente con un toque, como si esperara que alguien desentrañara los secretos marcados en sus líneas.

    La atmósfera de la biblioteca era a la vez solemne e inspiradora, un recordatorio del vasto conocimiento acumulado por los Hombres de Letras a lo largo de generaciones.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    ㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝐹L𝐴S𝐻B𝐴C𝐾 ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ16 de enero de 2013 ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ El Impala rugió suavemente al detenerse frente a una colina desprovista de mayor atractivo. Dean y Sam intercambiaron una mirada incrédula mientras observaban la entrada, que apenas era visible: un viejo portón de metal oxidado empotrado en la roca. El aire olía a tierra húmeda y a misterio. —¿Es esto? —preguntó Dean, con una ceja levantada y el sarcasmo aflorando en su tono. Sam bajó del auto con un libro antiguo en la mano, el cual había estado revisando durante todo el camino. Comparó la descripción del texto con el paisaje ante ellos. —Es aquí —confirmó, aunque su voz también cargaba un leve dejo de duda. Dean resopló y caminó hacia la puerta, dando un par de golpes con el dorso de la mano. —Bueno, si es un club secreto, lo disimulan bastante bien. Sam suspiró y sacó una llave pesada que habían encontrado junto con las instrucciones. Al introducirla, el mecanismo rechinó, pero tras un giro forzado, la puerta cedió con un sonido profundo y resonante. —Lo que sea que encontremos aquí, ha estado cerrado mucho tiempo —murmuró Sam. Los hermanos entraron con cautela, las linternas de sus celulares iluminando las paredes cubiertas de telarañas y polvo. El pasillo descendente era estrecho, pero al cabo de unos metros, se abrió a un espacio mucho más amplio. Una luz parpadeante, activada por el movimiento, reveló una estancia impresionante. —¡Vaya! —Dean exclamó, sus ojos recorriendo el lugar. Había estanterías repletas de libros antiguos, mesas con mapas desplegados y vitrinas llenas de artefactos que parecían de otro mundo. —Es increíble —dijo Sam, sin poder ocultar su asombro. Pasó los dedos por el lomo de un libro, dejando una marca limpia en el polvo acumulado. Dean caminó hacia una consola de madera con botones e interruptores. —Esto parece salido de una película de espías de los 50. —No sólo es un escondite —comentó Sam, su voz llena de reverencia—. Es una base de operaciones. Un cuartel general. Los Hombres de Letras usaban esto para registrar todo su conocimiento, planificar sus movimientos... —...y almacenar sus juguetes —añadió Dean, al abrir una vitrina que contenía armas antiguas y objetos cuya utilidad no podía adivinar. Mientras exploraban, la magnitud del descubrimiento comenzó a asentarse en ambos. Para Dean, el lugar representaba algo entre un refugio y un legado; para Sam, era un sueño hecho realidad, un tesoro de conocimiento oculto. —Este lugar... —Sam se detuvo, buscando las palabras—. No es solo historia. Es nuestra herencia. Dean se cruzó de brazos y miró a su hermano con una sonrisa leve. —Bueno, parece que vamos a quedarnos un tiempo. Y con eso, los Winchester sellaron el inicio de una nueva etapa, una donde el pasado y el presente convergían en un lugar que pronto llamarían hogar. Una de las salas más llamativas del búnker era la biblioteca principal. Ocupaba un amplio espacio central y estaba rodeada por estanterías que se elevaban hasta el techo abovedado. Cada pared estaba cargada de volúmenes encuadernados en cuero, y una escalera móvil permitía acceder a los estantes más altos. En el centro, varias mesas robustas de madera estaban dispuestas con lámparas de lectura de estilo vintage, emitiendo una luz cálida y acogedora. Sobre una de las mesas descansaban varios mapas antiguos y cuadernos con anotaciones manuscritas, aparentemente dejados por los últimos ocupantes del lugar. Una gran lámpara colgante adornaba el techo, lanzando destellos dorados que acentuaban la majestuosidad de la sala. En una esquina, un pequeño globo terráqueo antiguo giraba silenciosamente con un toque, como si esperara que alguien desentrañara los secretos marcados en sus líneas. La atmósfera de la biblioteca era a la vez solemne e inspiradora, un recordatorio del vasto conocimiento acumulado por los Hombres de Letras a lo largo de generaciones. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • "Dos turistas más en Nueva York"

    —Eso pensaba Hope caminando por las calles de aquella ciudad, solo que Hope fotografiaba la ciudad y Dean.... Dean la fotografiaba a ella siendo feliz—


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    "Dos turistas más en Nueva York" —Eso pensaba Hope caminando por las calles de aquella ciudad, solo que Hope fotografiaba la ciudad y Dean.... Dean la fotografiaba a ella siendo feliz— #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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