• el escenario esta vez habia sido especialmente ambientado en un bosque, la unica luz que iluminaba aquella noche era la del chandelure de summer creando sombras humanas usando a los arboles, cuando la musica empezo el pokemon empezo a moverse haciendo parecer como si las sombras dansaran, asi asomandose entre los arboles Sumemr empezo a cantar
    -You should've got a better bed
    Better for your head
    Better heads need shut eye
    You should've got a better bed
    Better for your head
    Better heads need shut eye
    You should've got out of the red
    In the red, you're better off dead
    Deader than the red dead sea
    Promise it to me
    Promise me the sea- bailaba entre los arboles hasta que uno lo atrapo revelando ser un trevenant que hizo de su compañero de baile para aquella prescentacion

    https://music.youtube.com/watch?v=fv63FW2ehAk&si=LV1m9tQTNdb9av2s
    el escenario esta vez habia sido especialmente ambientado en un bosque, la unica luz que iluminaba aquella noche era la del chandelure de summer creando sombras humanas usando a los arboles, cuando la musica empezo el pokemon empezo a moverse haciendo parecer como si las sombras dansaran, asi asomandose entre los arboles Sumemr empezo a cantar -You should've got a better bed Better for your head Better heads need shut eye You should've got a better bed Better for your head Better heads need shut eye You should've got out of the red In the red, you're better off dead Deader than the red dead sea Promise it to me Promise me the sea- bailaba entre los arboles hasta que uno lo atrapo revelando ser un trevenant que hizo de su compañero de baile para aquella prescentacion https://music.youtube.com/watch?v=fv63FW2ehAk&si=LV1m9tQTNdb9av2s
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  • Ryuリュウ・イシュタル・ヨキン Ishtar Yokin Chantle Queen Ishtar

    Una tarde de galletitas, nieve y amor

    La nieve caía lenta al otro lado de la ventana, como si también quisiera asomarse a vernos. El apartamento olía a jengibre, a canela y a hogar. Nuestro árbol de navidad brillaba con una luz suave, casi tímida, mientras las guirnaldas reflejaban los destellos cálidos de las lámparas de la cocina.

    Ryu estaba a mi lado, mi hermosa lobita de colmillitos, concentrada como si hornear fuera un arte ancestral extraño para ella. Cada vez que levantaba la vista para mirarme, me regalaba esa sonrisa ligera que me desarma por completo. Yo, con mi plato de galletas a medio decorar, simplemente me sentía completa. Como si ese instante fuese el centro de todas mis vidas.

    Chantle, con su aire travieso, había tomado el control absoluto de las decoraciones. Sus manos se movían rápido sobre los pequeños muñecos de jengibre, vistiéndolos con fondant de colores. Algunos llevaban bufanditas, otros chaquetas diminutas.

    Ryu tomó una galleta y le dio un mordisco pequeño, como si probara algo sagrado. Luego apoyó su codo en la encimera y me dedicó esa mirada lenta, enamorada, que solo ella sabe dar.

    Nos reunimos alrededor de la isla de la cocina, los tres, con tazas de leche caliente, mordiendo galletitas que parecían demasiado bonitas para comer. Afuera la nieve seguía cayendo, pero dentro… dentro era cálido, seguro, perfecto.

    En un momento, sin pensarlo, me acerqué por detrás de Ryu, abracé su cintura, y apoyé mi mejilla en su hombro.

    —Amo esto —susurré—. Amo pasar tiempo con vosotros. Amo nuestra familia. 🩷

    Ryu cubrió mi mano con la suya, suave, cálida, llena de vida.

    Chantle, siempre atento, nos miró con una sonrisa llena de orgullo y cariño. Tomó una galleta con forma de corazón y la dejó en medio de la mesa, como un pequeño símbolo silencioso.

    Así, rodeados de luces, azúcar y risas, la tarde se convirtió en uno de esos recuerdos que se guardan para siempre. Donde las galletas saben a magia, la nieve a calma, y el amor… a hogar.
    [Ryu] [frost_platinum_hare_393] Una tarde de galletitas, nieve y amor La nieve caía lenta al otro lado de la ventana, como si también quisiera asomarse a vernos. El apartamento olía a jengibre, a canela y a hogar. Nuestro árbol de navidad brillaba con una luz suave, casi tímida, mientras las guirnaldas reflejaban los destellos cálidos de las lámparas de la cocina. Ryu estaba a mi lado, mi hermosa lobita de colmillitos, concentrada como si hornear fuera un arte ancestral extraño para ella. Cada vez que levantaba la vista para mirarme, me regalaba esa sonrisa ligera que me desarma por completo. Yo, con mi plato de galletas a medio decorar, simplemente me sentía completa. Como si ese instante fuese el centro de todas mis vidas. Chantle, con su aire travieso, había tomado el control absoluto de las decoraciones. Sus manos se movían rápido sobre los pequeños muñecos de jengibre, vistiéndolos con fondant de colores. Algunos llevaban bufanditas, otros chaquetas diminutas. Ryu tomó una galleta y le dio un mordisco pequeño, como si probara algo sagrado. Luego apoyó su codo en la encimera y me dedicó esa mirada lenta, enamorada, que solo ella sabe dar. Nos reunimos alrededor de la isla de la cocina, los tres, con tazas de leche caliente, mordiendo galletitas que parecían demasiado bonitas para comer. Afuera la nieve seguía cayendo, pero dentro… dentro era cálido, seguro, perfecto. En un momento, sin pensarlo, me acerqué por detrás de Ryu, abracé su cintura, y apoyé mi mejilla en su hombro. —Amo esto —susurré—. Amo pasar tiempo con vosotros. Amo nuestra familia. 🩷 Ryu cubrió mi mano con la suya, suave, cálida, llena de vida. Chantle, siempre atento, nos miró con una sonrisa llena de orgullo y cariño. Tomó una galleta con forma de corazón y la dejó en medio de la mesa, como un pequeño símbolo silencioso. Así, rodeados de luces, azúcar y risas, la tarde se convirtió en uno de esos recuerdos que se guardan para siempre. Donde las galletas saben a magia, la nieve a calma, y el amor… a hogar.
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    ¡HEY, FICROLERS 3D!
    ¡Hoy tenemos una gran llegada de nuevos personajes 3D a la comunidad!

    Denle una cálida bienvenida a...

    ㅤㅤㅤㅤㅤ Negan Smith

    ㅤㅤㅤㅤㅤ Raza: Humano
    ㅤㅤㅤㅤㅤ Fandom: The walking dead
    ㅤㅤㅤㅤㅤ Negan // Actualmente preso


    ㅤㅤㅤㅤㅤ Johnathan Sunset

    ㅤㅤㅤㅤㅤ Raza: Humano
    ㅤㅤㅤㅤㅤ Fandom: Sunset Overdrive
    ㅤㅤㅤㅤㅤ Mecanico


    ㅤㅤㅤㅤㅤ 𝙱𝙴𝙲𝙲𝙰 𝙷𝙰𝙻𝙴

    ㅤㅤㅤㅤㅤ Raza: Humana
    ㅤㅤㅤㅤㅤ Fandom: 𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐚𝐥𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐃𝐞𝐚𝐝
    ㅤㅤㅤㅤㅤ 𝐌𝐞́𝐝𝐢𝐜𝐨 𝐞𝐧 𝐀𝐥𝐞𝐱𝐚𝐧𝐝𝐫𝐢𝐚


    ¡Bienvenid@s a FicRol! Nos alegra muchísimo teneros por aquí. Esta comunidad está llena de historias por descubrir, personajes con los que conectar y mucho espacio para que desarrolléis los vuestros a vuestro ritmo.


    Yo soy Caroline, vuestra RolSage, algo así como una guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada!


    Antes de lanzaros al rol, os dejo por aquí algunos enlaces útiles que os harán la vida más fácil:


    Normas básicas de la plataforma:
    https://ficrol.com/static/guidelines 


    Guías y miniguías para no perderse:
    https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS 


    Grupo exclusivo para Personajes 3D:
    https://ficrol.com/groups/Personajes3D


    Directorios para encontrar rol y fandoms afines
    Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS  
    Fandoms 3D en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL 


    Consejos para mejorar escritura y narración
    https://ficrol.com/pages/RinconEscritor 


    ¡Estamos deseando ver a vuestros personajes en acción!


    #RolSage3D #Bienvenida3D #NuevosPersonajes3D #ComunidadFicRol
    ✨ ¡HEY, FICROLERS 3D! ✨ ¡Hoy tenemos una gran llegada de nuevos personajes 3D a la comunidad! 🎉 Denle una cálida bienvenida a... ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [NOTEENIEANYM0RE] ㅤㅤㅤㅤㅤ 🧬 Raza: Humano ㅤㅤㅤㅤㅤ 👾 Fandom: The walking dead ㅤㅤㅤㅤㅤ 💼 Negan // Actualmente preso ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [fire_turquoise_lizard_252] ㅤㅤㅤㅤㅤ 🧬Raza: Humano ㅤㅤㅤㅤㅤ 👾 Fandom: Sunset Overdrive ㅤㅤㅤㅤㅤ 💼 Mecanico ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [JSTSURVIVE.BECCA] ㅤㅤㅤㅤㅤ 🧬 Raza: Humana ㅤㅤㅤㅤㅤ 👾 Fandom: 𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐚𝐥𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐃𝐞𝐚𝐝 ㅤㅤㅤㅤㅤ 💼 𝐌𝐞́𝐝𝐢𝐜𝐨 𝐞𝐧 𝐀𝐥𝐞𝐱𝐚𝐧𝐝𝐫𝐢𝐚 👋 ¡Bienvenid@s a FicRol! Nos alegra muchísimo teneros por aquí. Esta comunidad está llena de historias por descubrir, personajes con los que conectar y mucho espacio para que desarrolléis los vuestros a vuestro ritmo. 🧙‍♀️ Yo soy Caroline, vuestra RolSage, algo así como una guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada! 🧭 Antes de lanzaros al rol, os dejo por aquí algunos enlaces útiles que os harán la vida más fácil: 📌 Normas básicas de la plataforma: 🔗 https://ficrol.com/static/guidelines  📖 Guías y miniguías para no perderse: 🔗 https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS  🌍 Grupo exclusivo para Personajes 3D: 🔗 https://ficrol.com/groups/Personajes3D 📚 Directorios para encontrar rol y fandoms afines 🔗 Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS   🔗 Fandoms 3D en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL  ✍️ Consejos para mejorar escritura y narración 🔗 https://ficrol.com/pages/RinconEscritor  ¡Estamos deseando ver a vuestros personajes en acción! 🚀🔥 #RolSage3D #Bienvenida3D #NuevosPersonajes3D #ComunidadFicRol
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    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷

    La advertencia de Arc

    Cuando por fin me alejo del jardín y de la risa de Ryu, un silencio extraño me envuelve.
    No el silencio de Veythra.
    Otro.
    Más profundo.
    Más viejo.

    —Lili…

    La voz no viene de ningún lado.
    Viene de dentro.
    De esa parte de mi alma donde Arc dejó siempre un hilo de luz desde el Jardín de las Visiones.

    Su tono no es cálido esta vez.
    Es… decepcionado.

    —El eclipse de sol se aproxima. Y no trae augurios de amor… sino de ruptura.
    —Arc… —susurro, sintiendo un nudo formarse en mi garganta.
    —Si no dominas a Veythra antes de que el sol cubra a la luna… el Caos encontrará un canal. Y ese canal… serás tú.

    Mi respiración se corta.

    —No puedo dejar que pase eso…
    —Entonces levántate, pequeña Umbrélun. Antes de que la luz se fracture.

    La conexión se apaga.
    Y yo corro.


    ---

    Akane… desaparecida de nuevo

    Voy directa hacia sus aposentos, casi tropezando en cada escalón, porque todo el peso de la advertencia se ha convertido en una presión insoportable en mi pecho.

    Empujo la puerta.
    Nada.
    Ni rastro.
    Ni aroma.
    Ni sombra.

    —Akane…
    —Akane, por favor…

    El vacío me responde.

    Otra vez.

    La habitación está perfectamente ordenada.
    Demasiado.
    Como si nunca hubiese estado allí.

    Y esa pequeña punzada en mi pecho, la de siempre, vuelve a clavarse:
    me ha dejado sola otra vez.

    Mi garganta se quiebra.

    —Ya basta… —susurro, pero no sé si hablo de Akane, de Veythra, del eclipse, o de mí misma.

    La segunda punzada llega sin avisar.
    Las lágrimas.

    Primero una.
    Luego todas.

    No quiero llorar.
    No quiero.
    Pero me siento como una niña abandonada en medio de un templo vacío, con un arma que me odia y un destino que no pedí.

    Me cubro la cara con las manos y dejo que salga todo lo que duele.


    ---

    La mirada de Ryu

    No escucho cuando entra.
    No siento su paso.
    Ryu siempre fue así: aparece como una sombra, pero una sombra cálida… y peligrosa.

    Cuando por fin levanto la mirada, ella está allí.
    Apoyada en el marco de la puerta, los brazos cruzados.
    Su sonrisa pequeña.
    Sus colmillos asomando justo lo justo como para dar miedo y ternura.
    Esos ojos dorados.
    Esos ojos que siempre me ven entera.

    Siempre me observa.
    Siempre.

    Pero esta vez no me observa a mí sola.

    También mira a Veythra, que tiembla suavemente dentro de la vaina, como si quisiera salir a desgarrar el aire.

    Un brillo pasa por los ojos de Ryu.
    Una mezcla de advertencia… y fascinación.
    Ella lo siente.
    Siente a la espada.
    Y siente cómo la espada me altera a mí.

    Yo aprieto los puños.
    No quiero entrenar.
    No quiero ver a nadie.
    No quiero cargar todo esto otra vez.

    Me levanto de golpe, sin mirarla.

    —¡No quiero saber nada!
    Ni de Akane… ni de Veythra… ¡ni de nadie!

    Camino rápido, casi corriendo.
    Veythra vibra furiosa con cada paso, como si se quejara, como si quisiera hablar, como si disfrutara mi descontrol.

    Pero Ryu no se mueve.

    No intenta detenerme.

    Solo me sigue con la mirada…
    su sonrisa ladeada…
    y una preocupación oculta en la curva de sus ojos.

    Porque Ryu sabe.

    Sabe más que yo misma.

    Sabe que cuando Veythra vibra, algo dentro de mí vibra también.
    Y que si yo me rompo…
    la espada encontrará la grieta.

    Y el Caos…
    sonríe desde dentro.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 La advertencia de Arc Cuando por fin me alejo del jardín y de la risa de Ryu, un silencio extraño me envuelve. No el silencio de Veythra. Otro. Más profundo. Más viejo. —Lili… La voz no viene de ningún lado. Viene de dentro. De esa parte de mi alma donde Arc dejó siempre un hilo de luz desde el Jardín de las Visiones. Su tono no es cálido esta vez. Es… decepcionado. —El eclipse de sol se aproxima. Y no trae augurios de amor… sino de ruptura. —Arc… —susurro, sintiendo un nudo formarse en mi garganta. —Si no dominas a Veythra antes de que el sol cubra a la luna… el Caos encontrará un canal. Y ese canal… serás tú. Mi respiración se corta. —No puedo dejar que pase eso… —Entonces levántate, pequeña Umbrélun. Antes de que la luz se fracture. La conexión se apaga. Y yo corro. --- Akane… desaparecida de nuevo Voy directa hacia sus aposentos, casi tropezando en cada escalón, porque todo el peso de la advertencia se ha convertido en una presión insoportable en mi pecho. Empujo la puerta. Nada. Ni rastro. Ni aroma. Ni sombra. —Akane… —Akane, por favor… El vacío me responde. Otra vez. La habitación está perfectamente ordenada. Demasiado. Como si nunca hubiese estado allí. Y esa pequeña punzada en mi pecho, la de siempre, vuelve a clavarse: me ha dejado sola otra vez. Mi garganta se quiebra. —Ya basta… —susurro, pero no sé si hablo de Akane, de Veythra, del eclipse, o de mí misma. La segunda punzada llega sin avisar. Las lágrimas. Primero una. Luego todas. No quiero llorar. No quiero. Pero me siento como una niña abandonada en medio de un templo vacío, con un arma que me odia y un destino que no pedí. Me cubro la cara con las manos y dejo que salga todo lo que duele. --- La mirada de Ryu No escucho cuando entra. No siento su paso. Ryu siempre fue así: aparece como una sombra, pero una sombra cálida… y peligrosa. Cuando por fin levanto la mirada, ella está allí. Apoyada en el marco de la puerta, los brazos cruzados. Su sonrisa pequeña. Sus colmillos asomando justo lo justo como para dar miedo y ternura. Esos ojos dorados. Esos ojos que siempre me ven entera. Siempre me observa. Siempre. Pero esta vez no me observa a mí sola. También mira a Veythra, que tiembla suavemente dentro de la vaina, como si quisiera salir a desgarrar el aire. Un brillo pasa por los ojos de Ryu. Una mezcla de advertencia… y fascinación. Ella lo siente. Siente a la espada. Y siente cómo la espada me altera a mí. Yo aprieto los puños. No quiero entrenar. No quiero ver a nadie. No quiero cargar todo esto otra vez. Me levanto de golpe, sin mirarla. —¡No quiero saber nada! Ni de Akane… ni de Veythra… ¡ni de nadie! Camino rápido, casi corriendo. Veythra vibra furiosa con cada paso, como si se quejara, como si quisiera hablar, como si disfrutara mi descontrol. Pero Ryu no se mueve. No intenta detenerme. Solo me sigue con la mirada… su sonrisa ladeada… y una preocupación oculta en la curva de sus ojos. Porque Ryu sabe. Sabe más que yo misma. Sabe que cuando Veythra vibra, algo dentro de mí vibra también. Y que si yo me rompo… la espada encontrará la grieta. Y el Caos… sonríe desde dentro.
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    La advertencia de Arc

    Cuando por fin me alejo del jardín y de la risa de Ryu, un silencio extraño me envuelve.
    No el silencio de Veythra.
    Otro.
    Más profundo.
    Más viejo.

    —Lili…

    La voz no viene de ningún lado.
    Viene de dentro.
    De esa parte de mi alma donde Arc dejó siempre un hilo de luz desde el Jardín de las Visiones.

    Su tono no es cálido esta vez.
    Es… decepcionado.

    —El eclipse de sol se aproxima. Y no trae augurios de amor… sino de ruptura.
    —Arc… —susurro, sintiendo un nudo formarse en mi garganta.
    —Si no dominas a Veythra antes de que el sol cubra a la luna… el Caos encontrará un canal. Y ese canal… serás tú.

    Mi respiración se corta.

    —No puedo dejar que pase eso…
    —Entonces levántate, pequeña Umbrélun. Antes de que la luz se fracture.

    La conexión se apaga.
    Y yo corro.


    ---

    Akane… desaparecida de nuevo

    Voy directa hacia sus aposentos, casi tropezando en cada escalón, porque todo el peso de la advertencia se ha convertido en una presión insoportable en mi pecho.

    Empujo la puerta.
    Nada.
    Ni rastro.
    Ni aroma.
    Ni sombra.

    —Akane…
    —Akane, por favor…

    El vacío me responde.

    Otra vez.

    La habitación está perfectamente ordenada.
    Demasiado.
    Como si nunca hubiese estado allí.

    Y esa pequeña punzada en mi pecho, la de siempre, vuelve a clavarse:
    me ha dejado sola otra vez.

    Mi garganta se quiebra.

    —Ya basta… —susurro, pero no sé si hablo de Akane, de Veythra, del eclipse, o de mí misma.

    La segunda punzada llega sin avisar.
    Las lágrimas.

    Primero una.
    Luego todas.

    No quiero llorar.
    No quiero.
    Pero me siento como una niña abandonada en medio de un templo vacío, con un arma que me odia y un destino que no pedí.

    Me cubro la cara con las manos y dejo que salga todo lo que duele.


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    La mirada de Ryu

    No escucho cuando entra.
    No siento su paso.
    Ryu siempre fue así: aparece como una sombra, pero una sombra cálida… y peligrosa.

    Cuando por fin levanto la mirada, ella está allí.
    Apoyada en el marco de la puerta, los brazos cruzados.
    Su sonrisa pequeña.
    Sus colmillos asomando justo lo justo como para dar miedo y ternura.
    Esos ojos dorados.
    Esos ojos que siempre me ven entera.

    Siempre me observa.
    Siempre.

    Pero esta vez no me observa a mí sola.

    También mira a Veythra, que tiembla suavemente dentro de la vaina, como si quisiera salir a desgarrar el aire.

    Un brillo pasa por los ojos de Ryu.
    Una mezcla de advertencia… y fascinación.
    Ella lo siente.
    Siente a la espada.
    Y siente cómo la espada me altera a mí.

    Yo aprieto los puños.
    No quiero entrenar.
    No quiero ver a nadie.
    No quiero cargar todo esto otra vez.

    Me levanto de golpe, sin mirarla.

    —¡No quiero saber nada!
    Ni de Akane… ni de Veythra… ¡ni de nadie!

    Camino rápido, casi corriendo.
    Veythra vibra furiosa con cada paso, como si se quejara, como si quisiera hablar, como si disfrutara mi descontrol.

    Pero Ryu no se mueve.

    No intenta detenerme.

    Solo me sigue con la mirada…
    su sonrisa ladeada…
    y una preocupación oculta en la curva de sus ojos.

    Porque Ryu sabe.

    Sabe más que yo misma.

    Sabe que cuando Veythra vibra, algo dentro de mí vibra también.
    Y que si yo me rompo…
    la espada encontrará la grieta.

    Y el Caos…
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    Cuando por fin me alejo del jardín y de la risa de Ryu, un silencio extraño me envuelve.
    No el silencio de Veythra.
    Otro.
    Más profundo.
    Más viejo.

    —Lili…

    La voz no viene de ningún lado.
    Viene de dentro.
    De esa parte de mi alma donde Arc dejó siempre un hilo de luz desde el Jardín de las Visiones.

    Su tono no es cálido esta vez.
    Es… decepcionado.

    —El eclipse de sol se aproxima. Y no trae augurios de amor… sino de ruptura.
    —Arc… —susurro, sintiendo un nudo formarse en mi garganta.
    —Si no dominas a Veythra antes de que el sol cubra a la luna… el Caos encontrará un canal. Y ese canal… serás tú.

    Mi respiración se corta.

    —No puedo dejar que pase eso…
    —Entonces levántate, pequeña Umbrélun. Antes de que la luz se fracture.

    La conexión se apaga.
    Y yo corro.


    ---

    Akane… desaparecida de nuevo

    Voy directa hacia sus aposentos, casi tropezando en cada escalón, porque todo el peso de la advertencia se ha convertido en una presión insoportable en mi pecho.

    Empujo la puerta.
    Nada.
    Ni rastro.
    Ni aroma.
    Ni sombra.

    —Akane…
    —Akane, por favor…

    El vacío me responde.

    Otra vez.

    La habitación está perfectamente ordenada.
    Demasiado.
    Como si nunca hubiese estado allí.

    Y esa pequeña punzada en mi pecho, la de siempre, vuelve a clavarse:
    me ha dejado sola otra vez.

    Mi garganta se quiebra.

    —Ya basta… —susurro, pero no sé si hablo de Akane, de Veythra, del eclipse, o de mí misma.

    La segunda punzada llega sin avisar.
    Las lágrimas.

    Primero una.
    Luego todas.

    No quiero llorar.
    No quiero.
    Pero me siento como una niña abandonada en medio de un templo vacío, con un arma que me odia y un destino que no pedí.

    Me cubro la cara con las manos y dejo que salga todo lo que duele.


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    La mirada de Ryu

    No escucho cuando entra.
    No siento su paso.
    Ryu siempre fue así: aparece como una sombra, pero una sombra cálida… y peligrosa.

    Cuando por fin levanto la mirada, ella está allí.
    Apoyada en el marco de la puerta, los brazos cruzados.
    Su sonrisa pequeña.
    Sus colmillos asomando justo lo justo como para dar miedo y ternura.
    Esos ojos dorados.
    Esos ojos que siempre me ven entera.

    Siempre me observa.
    Siempre.

    Pero esta vez no me observa a mí sola.

    También mira a Veythra, que tiembla suavemente dentro de la vaina, como si quisiera salir a desgarrar el aire.

    Un brillo pasa por los ojos de Ryu.
    Una mezcla de advertencia… y fascinación.
    Ella lo siente.
    Siente a la espada.
    Y siente cómo la espada me altera a mí.

    Yo aprieto los puños.
    No quiero entrenar.
    No quiero ver a nadie.
    No quiero cargar todo esto otra vez.

    Me levanto de golpe, sin mirarla.

    —¡No quiero saber nada!
    Ni de Akane… ni de Veythra… ¡ni de nadie!

    Camino rápido, casi corriendo.
    Veythra vibra furiosa con cada paso, como si se quejara, como si quisiera hablar, como si disfrutara mi descontrol.

    Pero Ryu no se mueve.

    No intenta detenerme.

    Solo me sigue con la mirada…
    su sonrisa ladeada…
    y una preocupación oculta en la curva de sus ojos.

    Porque Ryu sabe.

    Sabe más que yo misma.

    Sabe que cuando Veythra vibra, algo dentro de mí vibra también.
    Y que si yo me rompo…
    la espada encontrará la grieta.

    Y el Caos…
    sonríe desde dentro.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 La advertencia de Arc Cuando por fin me alejo del jardín y de la risa de Ryu, un silencio extraño me envuelve. No el silencio de Veythra. Otro. Más profundo. Más viejo. —Lili… La voz no viene de ningún lado. Viene de dentro. De esa parte de mi alma donde Arc dejó siempre un hilo de luz desde el Jardín de las Visiones. Su tono no es cálido esta vez. Es… decepcionado. —El eclipse de sol se aproxima. Y no trae augurios de amor… sino de ruptura. —Arc… —susurro, sintiendo un nudo formarse en mi garganta. —Si no dominas a Veythra antes de que el sol cubra a la luna… el Caos encontrará un canal. Y ese canal… serás tú. Mi respiración se corta. —No puedo dejar que pase eso… —Entonces levántate, pequeña Umbrélun. Antes de que la luz se fracture. La conexión se apaga. Y yo corro. --- Akane… desaparecida de nuevo Voy directa hacia sus aposentos, casi tropezando en cada escalón, porque todo el peso de la advertencia se ha convertido en una presión insoportable en mi pecho. Empujo la puerta. Nada. Ni rastro. Ni aroma. Ni sombra. —Akane… —Akane, por favor… El vacío me responde. Otra vez. La habitación está perfectamente ordenada. Demasiado. Como si nunca hubiese estado allí. Y esa pequeña punzada en mi pecho, la de siempre, vuelve a clavarse: me ha dejado sola otra vez. Mi garganta se quiebra. —Ya basta… —susurro, pero no sé si hablo de Akane, de Veythra, del eclipse, o de mí misma. La segunda punzada llega sin avisar. Las lágrimas. Primero una. Luego todas. No quiero llorar. No quiero. Pero me siento como una niña abandonada en medio de un templo vacío, con un arma que me odia y un destino que no pedí. Me cubro la cara con las manos y dejo que salga todo lo que duele. --- La mirada de Ryu No escucho cuando entra. No siento su paso. Ryu siempre fue así: aparece como una sombra, pero una sombra cálida… y peligrosa. Cuando por fin levanto la mirada, ella está allí. Apoyada en el marco de la puerta, los brazos cruzados. Su sonrisa pequeña. Sus colmillos asomando justo lo justo como para dar miedo y ternura. Esos ojos dorados. Esos ojos que siempre me ven entera. Siempre me observa. Siempre. Pero esta vez no me observa a mí sola. También mira a Veythra, que tiembla suavemente dentro de la vaina, como si quisiera salir a desgarrar el aire. Un brillo pasa por los ojos de Ryu. Una mezcla de advertencia… y fascinación. Ella lo siente. Siente a la espada. Y siente cómo la espada me altera a mí. Yo aprieto los puños. No quiero entrenar. No quiero ver a nadie. No quiero cargar todo esto otra vez. Me levanto de golpe, sin mirarla. —¡No quiero saber nada! Ni de Akane… ni de Veythra… ¡ni de nadie! Camino rápido, casi corriendo. Veythra vibra furiosa con cada paso, como si se quejara, como si quisiera hablar, como si disfrutara mi descontrol. Pero Ryu no se mueve. No intenta detenerme. Solo me sigue con la mirada… su sonrisa ladeada… y una preocupación oculta en la curva de sus ojos. Porque Ryu sabe. Sabe más que yo misma. Sabe que cuando Veythra vibra, algo dentro de mí vibra también. Y que si yo me rompo… la espada encontrará la grieta. Y el Caos… sonríe desde dentro.
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  • Sonidos en el bosque
    Fandom Mahou Tsukai No Yome/OC
    Categoría Fantasía
    ROL ABIERTO A CUALQUIERA.

    En lo profundo del bosque, en una noche iluminada solo por el fulgor de la luna llena, el aire parecía retenido por los árboles. El dosel era tan espeso que dejaba pasar apenas un puñado de hilos plateados, y esos destellos, en lugar de aliviar la oscuridad, la hacían parecer más densa, más expectante.

    En un pequeño claro, se encontraba Elías. La luz lunar se reflejaba débilmente en la superficie lisa de su cráneo, dándole un brillo ominoso. A su alrededor, las zarzas serpenteaban despacio, como sombras palpando el suelo.

    La verdadera forma de Elías se manifestó al fin. Parecía una bestia surgida de una pesadilla mal recordada, un animal inclinado sobre lo que ya no era más que una masa informe de carne. Tiempo atrás, ese cuerpo había sido un hombre; ahora solo quedaba el recuerdo de su mala fortuna al cruzarse con un demonio hambriento.

    El pelaje de Elías, tan negro que parecía devorar la luz, ocultaba una figura delgada, casi cadavérica, que no hacía sino intensificar la impresión de que la oscuridad lo había moldeado a su antojo. Sus garras afiladas se hundían en la carne tibia, arrancando fragmentos que consumía con avidez. Era un hambre antigua, insondable, insaciable.

    Cuando la sangre empapó el suelo hasta formar un charco espeso, algo dentro de él despertó. La consciencia regresó como un suspiro helado.

    —Ah… ha vuelto a ocurrir —murmuró, su voz grave pero extrañamente calmada, tan fría como la noche que lo rodeaba.

    Llevaba un collar del que colgaban plumas negras unidas por una cadena que parecía hecha de hueso pulido. Sobre su espalda descansaba una capa corta, ennegrecida y desgarrada, como si hubiera sobrevivido a demasiadas noches como esta.

    Cualquiera que lo viera pensaría que había salido de un cuento mal contado o de una fábula retorcida que nunca debió relatarse. ¿Quizás una burla nacida de las emociones humanas? ¿O un recordatorio trágico de lo que alguna vez fue?

    Elías se tensó de pronto. Sintió una presencia, una interrupción en el murmullo del bosque. Giró lentamente la cabeza. Sus ojos rojos, iluminados con intensidad, se fijaron en la densidad de la oscuridad.

    Miró… y esperó.
    Esperó a que aquello que lo observaba hiciera el primer movimiento.
    ROL ABIERTO A CUALQUIERA. En lo profundo del bosque, en una noche iluminada solo por el fulgor de la luna llena, el aire parecía retenido por los árboles. El dosel era tan espeso que dejaba pasar apenas un puñado de hilos plateados, y esos destellos, en lugar de aliviar la oscuridad, la hacían parecer más densa, más expectante. En un pequeño claro, se encontraba Elías. La luz lunar se reflejaba débilmente en la superficie lisa de su cráneo, dándole un brillo ominoso. A su alrededor, las zarzas serpenteaban despacio, como sombras palpando el suelo. La verdadera forma de Elías se manifestó al fin. Parecía una bestia surgida de una pesadilla mal recordada, un animal inclinado sobre lo que ya no era más que una masa informe de carne. Tiempo atrás, ese cuerpo había sido un hombre; ahora solo quedaba el recuerdo de su mala fortuna al cruzarse con un demonio hambriento. El pelaje de Elías, tan negro que parecía devorar la luz, ocultaba una figura delgada, casi cadavérica, que no hacía sino intensificar la impresión de que la oscuridad lo había moldeado a su antojo. Sus garras afiladas se hundían en la carne tibia, arrancando fragmentos que consumía con avidez. Era un hambre antigua, insondable, insaciable. Cuando la sangre empapó el suelo hasta formar un charco espeso, algo dentro de él despertó. La consciencia regresó como un suspiro helado. —Ah… ha vuelto a ocurrir —murmuró, su voz grave pero extrañamente calmada, tan fría como la noche que lo rodeaba. Llevaba un collar del que colgaban plumas negras unidas por una cadena que parecía hecha de hueso pulido. Sobre su espalda descansaba una capa corta, ennegrecida y desgarrada, como si hubiera sobrevivido a demasiadas noches como esta. Cualquiera que lo viera pensaría que había salido de un cuento mal contado o de una fábula retorcida que nunca debió relatarse. ¿Quizás una burla nacida de las emociones humanas? ¿O un recordatorio trágico de lo que alguna vez fue? Elías se tensó de pronto. Sintió una presencia, una interrupción en el murmullo del bosque. Giró lentamente la cabeza. Sus ojos rojos, iluminados con intensidad, se fijaron en la densidad de la oscuridad. Miró… y esperó. Esperó a que aquello que lo observaba hiciera el primer movimiento.
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  • La sobreexposición al abismo suele tener secuelas impredecibles. Sé tan poco, que ni siquiera estoy seguro de qué ocasiona resistencia o esa aparente inmunidad con la que contamos algunos.

    Tampoco estoy seguro si somos moldeados a voluntad por una entidad superior o simplemente sucumbimos a algo inexplicable, que no es consciente de que coexistimos con esta.

    Sea como fuere...

    ¡¿POR QUÉ MIERDA SIEMPRE TIENEN QUE SER OJOS, TENTÁCULOS O DIENTES?!
    La sobreexposición al abismo suele tener secuelas impredecibles. Sé tan poco, que ni siquiera estoy seguro de qué ocasiona resistencia o esa aparente inmunidad con la que contamos algunos. Tampoco estoy seguro si somos moldeados a voluntad por una entidad superior o simplemente sucumbimos a algo inexplicable, que no es consciente de que coexistimos con esta. Sea como fuere... ¡¿POR QUÉ MIERDA SIEMPRE TIENEN QUE SER OJOS, TENTÁCULOS O DIENTES?!
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  • -muy bien esta vez saldremos tu y yo gothitelle- las luces del escenario se encendieron cuando el participante anterior se retiro, Summer dio un suspiro pesado al ver la letra que debia cantar, colocandose su mascara de escenario salio con su pokemon a la par que la musica empezo bailando un bals ligero
    -Meaningless words went straight to your head
    Hold onto your pride and I'll hold my breath
    Go beat that horse 'til it's long past dead
    I'll pack my bags and I'll figure something out
    I'll shut the door if you shut your mouth
    Go drain me of my love until I'm long past drought- con el uso de psiquico se levaban en el aire dando vuelta y pasos agraciados al ritmo de la musica y paso de su canto

    Musica: https://youtu.be/w8ElP_PSuzw?si=njCtSlEBdC_BAC-2
    -muy bien esta vez saldremos tu y yo gothitelle- las luces del escenario se encendieron cuando el participante anterior se retiro, Summer dio un suspiro pesado al ver la letra que debia cantar, colocandose su mascara de escenario salio con su pokemon a la par que la musica empezo bailando un bals ligero -Meaningless words went straight to your head Hold onto your pride and I'll hold my breath Go beat that horse 'til it's long past dead I'll pack my bags and I'll figure something out I'll shut the door if you shut your mouth Go drain me of my love until I'm long past drought- con el uso de psiquico se levaban en el aire dando vuelta y pasos agraciados al ritmo de la musica y paso de su canto Musica: https://youtu.be/w8ElP_PSuzw?si=njCtSlEBdC_BAC-2
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  • "Feed me... I wanna crush you, fuck your whole existence 'till you wish to be dead. Sweet, sweet despair.
    Your fear looks delicious, smells so... Good.
    Can't wait... I'm coming for you."
    "Feed me... I wanna crush you, fuck your whole existence 'till you wish to be dead. Sweet, sweet despair. Your fear looks delicious, smells so... Good. Can't wait... I'm coming for you."
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  • El mirador se alzaba desde el punto más alto de la colina. A sus pies, el mundo se extendía en una vista increíblemente preciosa: una ciudad agradable y hermosa, rodeada en la distancia por montañas escarpadas cubiertas de bruma, esa que descendía tranquila entre los árboles, silenciosa, espectral. Las luces de la ciudad titilaban como un mar de luceros que parecían un reflejo terrenal de las estrellas plateadas que brillaban en el firmamento. Afro cerró los ojos y sonrió.

    No era una sorpresa que hubiese elegido aquel lugar como residencia tras su exilio del reino de los inmortales. Como todo, no era perfecta, también tenía su cuota de defectos y contras, pero a pesar de ello, entre la rapidez de la vida urbana, el tráfico incesante, era una ciudad en donde se podía vivir cómodamente. No era una sorpresa que allí fuera el lugar en donde comenzó una nueva vida… como una humana más.

    O, al menos, lo más cercano a ello que podía permitirse una deidad mayor.

    El mirador estaba solitario y el único sonido audible era el del viento susurrando entre las hojas de los árboles. Afro apoyó los brazos sobre el barandal, el frio del metal le caló en los huesos, pero no borró esa expresión meditativa en su rostro. Desde hacía unos días algo la mantenía inquieta: tenía sueños extraños que la despertaban a mitad de la noche, cuyos significados no conseguía descifrar. Afro no era una deidad profética; no tenía esa clase de poderes que le permitían adentrarse entre las sombras y vislumbrar el destino en los hilos de las Moiras. Sin embargo, cuando "Él" necesitaba algo de ella, le mostraba esa clase de señales. Y por algún motivo todas la habían guiado hasta ese lugar.

    Quería que la diosa fuese encontrada en ese sitio.

    ────¿Me has estado buscando? —una pregunta suave, como si hablara con el aire. Pero que quizás hubiera alguien quién pudiera responderla.

    Aikaterine Ouro
    El mirador se alzaba desde el punto más alto de la colina. A sus pies, el mundo se extendía en una vista increíblemente preciosa: una ciudad agradable y hermosa, rodeada en la distancia por montañas escarpadas cubiertas de bruma, esa que descendía tranquila entre los árboles, silenciosa, espectral. Las luces de la ciudad titilaban como un mar de luceros que parecían un reflejo terrenal de las estrellas plateadas que brillaban en el firmamento. Afro cerró los ojos y sonrió. No era una sorpresa que hubiese elegido aquel lugar como residencia tras su exilio del reino de los inmortales. Como todo, no era perfecta, también tenía su cuota de defectos y contras, pero a pesar de ello, entre la rapidez de la vida urbana, el tráfico incesante, era una ciudad en donde se podía vivir cómodamente. No era una sorpresa que allí fuera el lugar en donde comenzó una nueva vida… como una humana más. O, al menos, lo más cercano a ello que podía permitirse una deidad mayor. El mirador estaba solitario y el único sonido audible era el del viento susurrando entre las hojas de los árboles. Afro apoyó los brazos sobre el barandal, el frio del metal le caló en los huesos, pero no borró esa expresión meditativa en su rostro. Desde hacía unos días algo la mantenía inquieta: tenía sueños extraños que la despertaban a mitad de la noche, cuyos significados no conseguía descifrar. Afro no era una deidad profética; no tenía esa clase de poderes que le permitían adentrarse entre las sombras y vislumbrar el destino en los hilos de las Moiras. Sin embargo, cuando "Él" necesitaba algo de ella, le mostraba esa clase de señales. Y por algún motivo todas la habían guiado hasta ese lugar. Quería que la diosa fuese encontrada en ese sitio. ────¿Me has estado buscando? —una pregunta suave, como si hablara con el aire. Pero que quizás hubiera alguien quién pudiera responderla. [Mercenary1x]
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