• Corona perdida (Rol Privado)
    Fandom Original Character
    Categoría Otros
    La guerra, aquella que arrebata vidas y solo trae la muerte, la desgracia, el dolor y la tristeza de perder todo aquello que te importa. Un suceso que si bien para algunos puede resultar algo positivo al ganar, para otros es una tragedia. La sangre derramada, los cuerpos fallecidos por los campos de batalla y las calles que antes estaban llenas de vida ahora solo están teñidas de un tono rojizo que lleva consigo la muerte.

    Anne Smirnov era una joven perteneciente a la realeza que lo había perdido todo, sus padres habían perdido la vida durante una guerra que fue causada por enfrentamientos políticos.

    ¨Crueldad, el ser humano es cruel¨ , eso era todo lo que podía pensar la joven de cabellos dorados. Sus ropajes estaban hechos polvo, algunas zonas de su vestido estaban rotas o algo decoloradas, manchadas con tierra. Sus pies estaban destrozados, llenos de heridas que le dolían con cada paso que daba y sus manos estaban llenas de arañazos y sangre seca. Había estado huyendo durante días, incluso semanas y se notaba en su desaliñada apariencia. La muchacha no tenía un rumbo fijo, no tenía ningún destino al que ir pues en ningún lado era bien vista. Todos la evitaban al verla en caso de que pasara por algún poblado, a nadie le interesaba realmente que necesitase ayuda ya que ya tenían suficientes problemas con la escasez de comida y las sequías.

    ✧----------------➣

    La esperanza ya había desaparecido por completo de sus ojos, su cuerpo estaba débil por el cansancio, huir ya era un completo desgaste tanto mental como físico, ¿Qué sentido tenía escapar de la muerte si aun así iba a morir igual?

    Anne había llegado montada a caballo a una ciudad pegada a la costa del mar, donde su principal encanto eran los grandes puertos para barcos donde cualquiera podía atracar su barco. Bajó del animal una vez cruzó la entrada y comenzó a pasear por las calles a paso lento. Cada paso que daba parecía arrastrarse ya que se tambaleaba todo el rato, su cuerpo era pesado pero aún así siguió avanzando. Sus pies terminaron por detenerse frente a una taberna en la que entró .

    —Disculpe—Un pequeño hilo de voz salió de entre sus labios mientras se apoyaba en la barra—Necesito algo de comida por favor.

    No tenía nada con que pagar, todas las joyas que anteriormente había llevado encima las había usado para poder pagar en otras ocasiones, así que cuando el tabernero vio que la chica no llevaba nada encima para pagarle comenzó a hacer un pequeño espectáculo que pudo captar la atención de todo aquel que estuviese dentro del establecimiento. Salió de detrás de la barra y tomó a la chica del brazo para expulsarla del lugar pese a que esta suplicaba y suplicaba que la ayudase.

    Mientras aquello sucedía una tripulación pirata se encontraba presente, una bastante temida pero que en aquellos momentos parecía encontrarse en completa tranquilidad. El ver como una joven se resistía en salir y su apariencia tan extraña hizo que la atención del capitán se centrara en esta.

    •✦───────────•✧
    Aclaraciones del rol:

    —Busco a alguien que haga el rol de pirata.
    —El rol está centrado en un mundo medieval principalmente.
    —El rol se haría por chat privado por comodidad.
    —En caso de querer aportar algo al rol comentarlo sin miedo.

    (˶ˆᗜˆ˵) ¡Si te interesa el rol, adelante, estoy completamente disponible para rolear!
    La guerra, aquella que arrebata vidas y solo trae la muerte, la desgracia, el dolor y la tristeza de perder todo aquello que te importa. Un suceso que si bien para algunos puede resultar algo positivo al ganar, para otros es una tragedia. La sangre derramada, los cuerpos fallecidos por los campos de batalla y las calles que antes estaban llenas de vida ahora solo están teñidas de un tono rojizo que lleva consigo la muerte. Anne Smirnov era una joven perteneciente a la realeza que lo había perdido todo, sus padres habían perdido la vida durante una guerra que fue causada por enfrentamientos políticos. ¨Crueldad, el ser humano es cruel¨ , eso era todo lo que podía pensar la joven de cabellos dorados. Sus ropajes estaban hechos polvo, algunas zonas de su vestido estaban rotas o algo decoloradas, manchadas con tierra. Sus pies estaban destrozados, llenos de heridas que le dolían con cada paso que daba y sus manos estaban llenas de arañazos y sangre seca. Había estado huyendo durante días, incluso semanas y se notaba en su desaliñada apariencia. La muchacha no tenía un rumbo fijo, no tenía ningún destino al que ir pues en ningún lado era bien vista. Todos la evitaban al verla en caso de que pasara por algún poblado, a nadie le interesaba realmente que necesitase ayuda ya que ya tenían suficientes problemas con la escasez de comida y las sequías. ✧----------------➣ La esperanza ya había desaparecido por completo de sus ojos, su cuerpo estaba débil por el cansancio, huir ya era un completo desgaste tanto mental como físico, ¿Qué sentido tenía escapar de la muerte si aun así iba a morir igual? Anne había llegado montada a caballo a una ciudad pegada a la costa del mar, donde su principal encanto eran los grandes puertos para barcos donde cualquiera podía atracar su barco. Bajó del animal una vez cruzó la entrada y comenzó a pasear por las calles a paso lento. Cada paso que daba parecía arrastrarse ya que se tambaleaba todo el rato, su cuerpo era pesado pero aún así siguió avanzando. Sus pies terminaron por detenerse frente a una taberna en la que entró . —Disculpe—Un pequeño hilo de voz salió de entre sus labios mientras se apoyaba en la barra—Necesito algo de comida por favor. No tenía nada con que pagar, todas las joyas que anteriormente había llevado encima las había usado para poder pagar en otras ocasiones, así que cuando el tabernero vio que la chica no llevaba nada encima para pagarle comenzó a hacer un pequeño espectáculo que pudo captar la atención de todo aquel que estuviese dentro del establecimiento. Salió de detrás de la barra y tomó a la chica del brazo para expulsarla del lugar pese a que esta suplicaba y suplicaba que la ayudase. Mientras aquello sucedía una tripulación pirata se encontraba presente, una bastante temida pero que en aquellos momentos parecía encontrarse en completa tranquilidad. El ver como una joven se resistía en salir y su apariencia tan extraña hizo que la atención del capitán se centrara en esta. •✦───────────•✧ Aclaraciones del rol: —Busco a alguien que haga el rol de pirata. —El rol está centrado en un mundo medieval principalmente. —El rol se haría por chat privado por comodidad. —En caso de querer aportar algo al rol comentarlo sin miedo. (˶ˆᗜˆ˵) ¡Si te interesa el rol, adelante, estoy completamente disponible para rolear!
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    Individual
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    Disponible
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  • “— Aaay; mañana es mi cumpleaños y como cada puto año no tengo con quien compartirlo… Meh, da igual; es solo un acto estúpido que realizan los humanos.”

    *- Diría estando recostado al borde de un rascacielos. -*

    “— Aunque se ve divertido… Quizás podría celebrarlo con todas las partes de mi mismo… Nah, eso es patético, literalmente voy a estar celebrando mi cumpleaños conmigo mismo, ósea solo… Ay, mejor solo me conformo con cualquier estupidez que me envíe mi hermano como “regalo” y luego me voy a comer unos tacos de gato… Seh…”

    *- La soledad, era básicamente lo único que le quedaba a Zack; o al menos eso es lo que dice el. -*
    “— Aaay; mañana es mi cumpleaños y como cada puto año no tengo con quien compartirlo… Meh, da igual; es solo un acto estúpido que realizan los humanos.” *- Diría estando recostado al borde de un rascacielos. -* “— Aunque se ve divertido… Quizás podría celebrarlo con todas las partes de mi mismo… Nah, eso es patético, literalmente voy a estar celebrando mi cumpleaños conmigo mismo, ósea solo… Ay, mejor solo me conformo con cualquier estupidez que me envíe mi hermano como “regalo” y luego me voy a comer unos tacos de gato… Seh…” *- La soledad, era básicamente lo único que le quedaba a Zack; o al menos eso es lo que dice el. -*
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  • Gracias! Muchas gracias a todo aquel y aquella que me mando felicitaciones por mi reciente cumpleaños!!! Me hicieron muy feliz!

    Solo por eso pueden pasar conmigo a una lectura de mano totalmente GRATIS!!! (Estoy en proceso de perfeccionar mi técnica, tú puedes ser uno de mis primeros sujetos de prue- digo-cliente cliente!! ) Así que si quieres ver lo que te depara el futuro y cuanto fracaso habrá en tu vida, ven conmigo! Y dame la mano!!

    | Aquí el user: GRACIAS!!!!!! AHHH EXTRAÑO ENTRAR Y ROLEAR Y SUS MENSAJES Y REGALOS ME DIERON MUCHAS MAS GANAS DE HACERLO. Ansío tener tiempo ya para entrar y hacer mucho rol, que esto lo tengo en pausa, más no totalmente abandonado. Gracias por sus mensajes a mi personaje a pesar de mi ausencia!! Espero verlos pronto. T_T |
    Gracias! Muchas gracias a todo aquel y aquella que me mando felicitaciones por mi reciente cumpleaños!!! Me hicieron muy feliz! Solo por eso pueden pasar conmigo a una lectura de mano totalmente GRATIS!!! (Estoy en proceso de perfeccionar mi técnica, tú puedes ser uno de mis primeros sujetos de prue- digo-cliente cliente!! 😄) Así que si quieres ver lo que te depara el futuro y cuanto fracaso habrá en tu vida, ven conmigo! Y dame la mano!! | Aquí el user: GRACIAS!!!!!! AHHH EXTRAÑO ENTRAR Y ROLEAR Y SUS MENSAJES Y REGALOS ME DIERON MUCHAS MAS GANAS DE HACERLO. Ansío tener tiempo ya para entrar y hacer mucho rol, que esto lo tengo en pausa, más no totalmente abandonado. Gracias por sus mensajes a mi personaje a pesar de mi ausencia!! Espero verlos pronto. T_T | :STK-11:
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  • ────
        Puedo salir. Puedo viajar. Puedo divertirme.
    Pero también se las nuevas reglas.
        Sí.
    ¿Alcohol? ¿drogas?
        No.
    Caricias, besos, insinuaciones.
        No.

    ¿él me lo prohibió?
        No.

    Yo he decidido jamás volverlo a hacer.
    Aún puedo gritar a la luz de la luna los versos de mis canciones favoritas.
    Aun puedo bailar y correr por las calles vacías.
    Pero sin una gota de alcohol en la sangre.
    Pero sin una pizca de estupefacientes.
         Por y para él.      La única persona que me ha amado en mi vida.     
    ────     Puedo salir. Puedo viajar. Puedo divertirme. Pero también se las nuevas reglas.     Sí. ¿Alcohol? ¿drogas?     No. Caricias, besos, insinuaciones.     No. ¿él me lo prohibió?     No. Yo he decidido jamás volverlo a hacer. Aún puedo gritar a la luz de la luna los versos de mis canciones favoritas. Aun puedo bailar y correr por las calles vacías. Pero sin una gota de alcohol en la sangre. Pero sin una pizca de estupefacientes.      Por y para él.      La única persona que me ha amado en mi vida.     
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  • Un gusto conocerlos a todos.
    Mi nombre es Corbeau y soy el Líder del Clan Corrosión.

    Espero conocer a muchos entrenadores, aliados y aficionados de los Pokémon que gusten batallas o compartir más de nuestros gustos.
    Un gusto conocerlos a todos. Mi nombre es Corbeau y soy el Líder del Clan Corrosión. Espero conocer a muchos entrenadores, aliados y aficionados de los Pokémon que gusten batallas o compartir más de nuestros gustos.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    //¡En mi otra cuenta, me ausento un par de minutos o horas y ya borra el mensaje o roles de foto.... No saco nada con decirselo si lo va a volver a hacer!... Todos tenemos problemas y mi usuaria no tiene la vida de Bilz y Pap!.... Tengo cosas que hacer entre tanto, ¡Y ya no soy una adolescencia carente de responsabilidades!... Me tardo en responder pero siempre estoy ahí aunque no a modo instantaneo... Esto me colma mucho la paciencia.
    //¡En mi otra cuenta, me ausento un par de minutos o horas y ya borra el mensaje o roles de foto.... No saco nada con decirselo si lo va a volver a hacer!... Todos tenemos problemas y mi usuaria no tiene la vida de Bilz y Pap!.... Tengo cosas que hacer entre tanto, ¡Y ya no soy una adolescencia carente de responsabilidades!... Me tardo en responder pero siempre estoy ahí aunque no a modo instantaneo... Esto me colma mucho la paciencia.
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  • 𝐒𝐔 𝐑𝐀𝐙Ó𝐍 - 𝐕𝐈𝐈
    𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐡é𝐫𝐨𝐞𝐬 𝐲 𝐦𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨𝐬

    Se dejó caer de espaldas sobre la cama y se pasó una mano por el rostro agotado. La larga llama dorada de la lámpara de aceite en el tocador parpadeó suavemente, ofreciéndole consuelo. La habitación estaba quieta, el pasillo en silencio; la tranquilidad reinaba en la noche. Soltó un suspiro. Eneas por fin había dejado de llorar.

    La maternidad fue una de las peores batallas que jamás enfrentó. Ni siquiera aquellos meses de diversión junto a Anquises, cuando se hacía pasar por princesa o campesina la habían preparado para los cuidados que exigía la vida mortal. Creía haber aprendido lo esencial: la importancia del descanso, las comidas a tiempo y la fragilidad humana. Le habría gustado decir que lo hizo de maravilla, que fue una nodriza ejemplar y que todo salió bien. Pero nada más lejos de la realidad.

    Con cada día que pasaba, se convencía de que lo hacía terriblemente peor. No tenía un minuto de descanso, el niño siempre necesitaba algo nuevo: cambiar de pañales, dormirlo, apaciguar sus llantos interminables mientras trataba de descifrar si lloraba de hambre o de frío. No era madre primeriza… pero la experiencia de cuidar un bebé mortal no se podía comparar con la de una deidad, era algo completamente distinto.

    A eso se sumaba el hecho de que, además, debía ser cautelosa y medir muy bien cada acción que hiciera para no levantar sospechas. Absolutamente nadie en el palacio debía descubrir que ella no era la nodriza experimentada que decía ser, y mucho menos, que era una diosa.

    A veces ese pensamiento la llenaba de frustración. En ocasiones, por más que meciera a su hijo en brazos, le cantara una canción, lo arropara o lo alimentara, la rabia de sus lagrimas no cesaba. En su interior se agitaba un mar tormentoso de aflicción al que ella no siempre podía oponerse. Su paciencia se evaporaba, y la tentación de encender su Aión, de acceder a su divinidad se volvía casi irresistible. Podría usar su aura sobre él, envolverlo con ella, un truco que llegó a hacer en su momento con sus gemelos divinos para calmarlos. Un atajo que le haría las cosas más fáciles y que, sin embargo, le obligaba a cuestionarse que tan dependiente se había vuelto de su poder.

    Las noches pasaban y aunque Afro había atravesado incontables eventos a lo largo de su vida, ni siquiera la eternidad le pareció tan larga como la infancia de Eneas.

    Eneas odiaba el interior del palacio. Detestaba el sol, pero tampoco soportaba pasar demasiado tiempo bajo la sombra. Protestaba con el aroma del incienso y gritaba cuando ella dejaba de moverse. No le permitía quedarse quieta demasiado tiempo, eso, lejos de ayudar, lo alteraba. Probó suerte con algunos de los consejos de la reina Temiste y de thithē Ligeia, la anciana nodriza de Anquises, pero ninguno dio resultado. Lo único que realmente parecía funcionar eran los paseos por el jardín del palacio, que más que jardín, más bien era un frondoso bosque de hojas verdes escondido entre las murallas y las visitas a la playa. Le encantaba cuando ella le sumergía los pies en la espuma marina que oscurecía la arena al romper las olas, eso lograba arrancarle una sonrisa.

    Sus parpados comenzaban a cerrarse cuando el llanto de Eneas la despertó de golpe. Su pecho se sacudió, se frotó los ojos con los dedos antes de deslizarse fuera de la cama y salir al solitario pasillo. A menudo pensaba en su antigua vida y en todo lo que había dejado atrás al renunciar temporalmente a su divinidad, como en ese instante en el que se acercó a la cuna de su hijo para tomarlo entre sus brazos. Si aún fuera una diosa y no una mortal, aquel cansancio que le pesaba en los hombros y parpados grises no existiría.

    ────Oh, mi dulce príncipe… ¿qué ocurre? Ven, deja que te cargue un poco ─y aun con todo ese agotamiento, no dejó de sonreírle. Jamás dejaría de hacerlo.

    Se aseguró de alimentarlo y permaneció un largo rato junto a él. Le cantó una canción mientras caminaba en la oscuridad, y al recostarlo nuevamente en su cuna, le hizo cosquillas en la pancita. Como respuesta, el pequeño balbuceó algo, le sonrió y rio. Era la risa más preciosa y melodiosa que había escuchado jamás. El cansancio se disipó de su cuerpo; soltó una risa entrecortada y permitió que el sonido de su voz la llenara de fuerza, haciendo brotar desde lo más profundo de su pecho un amor tan intenso que le costaba creer que su corazón pudiera contenerlo sin romperse.

    Entonces comprendió que el amor de una madre no conocía límites. Sería capaz de hacer sangrar a este mundo por su hijo, caminar entre las brasas del fuego con los pies desnudos y desafiar a cualquier monstruo o deidad. Los convertiría en polvo de estrellas y lo esparciría en la inmensidad de la bóveda celeste si eso aseguraba la felicidad y bienestar de su pequeño.

    No advirtió el momento en que se quedó dormida junto a la cuna de su hijo, rodeándola con los brazos. Su corazón mortal latía débilmente, pero en paz.

    El amor que corría por sus venas era de una clase que los dioses no comprendían. No pertenecía a su naturaleza inmortal, tan distante del corazón humano, y sin embargo era la devoción que codiciaban con tanta hambre y anhelo. Un amor que no pedía adoración, ni ofrendas de vino o miel, ni templos con altares humeantes. Era un sentimiento sin medida, sin pausa ni descanso. Le exigía entregarse por completo en cuerpo y alma; exponerla a una peligrosa mezcla entre la ternura y el miedo a no tener nada bajo control, una mezcla tan intensa que la desbordaba cada vez que Eneas la miraba con sus ojitos brillantes, asomando la cabecita curiosa mientras ella preparaba ungüentos, aceites, baños o pañales.

    Sí, añoraba su antigua vida. Era cierto. Y aún así, jamás cambiaría ese cansancio por la calma inmortal que una vez conoció. Haría ese y mil sacrificios más por él.

    Durmió plácidamente en un dulce sueño. Tenía una razón para levantarse y luchar un día más.
    𝐒𝐔 𝐑𝐀𝐙Ó𝐍 - 𝐕𝐈𝐈 🐚 𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐡é𝐫𝐨𝐞𝐬 𝐲 𝐦𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨𝐬 Se dejó caer de espaldas sobre la cama y se pasó una mano por el rostro agotado. La larga llama dorada de la lámpara de aceite en el tocador parpadeó suavemente, ofreciéndole consuelo. La habitación estaba quieta, el pasillo en silencio; la tranquilidad reinaba en la noche. Soltó un suspiro. Eneas por fin había dejado de llorar. La maternidad fue una de las peores batallas que jamás enfrentó. Ni siquiera aquellos meses de diversión junto a Anquises, cuando se hacía pasar por princesa o campesina la habían preparado para los cuidados que exigía la vida mortal. Creía haber aprendido lo esencial: la importancia del descanso, las comidas a tiempo y la fragilidad humana. Le habría gustado decir que lo hizo de maravilla, que fue una nodriza ejemplar y que todo salió bien. Pero nada más lejos de la realidad. Con cada día que pasaba, se convencía de que lo hacía terriblemente peor. No tenía un minuto de descanso, el niño siempre necesitaba algo nuevo: cambiar de pañales, dormirlo, apaciguar sus llantos interminables mientras trataba de descifrar si lloraba de hambre o de frío. No era madre primeriza… pero la experiencia de cuidar un bebé mortal no se podía comparar con la de una deidad, era algo completamente distinto. A eso se sumaba el hecho de que, además, debía ser cautelosa y medir muy bien cada acción que hiciera para no levantar sospechas. Absolutamente nadie en el palacio debía descubrir que ella no era la nodriza experimentada que decía ser, y mucho menos, que era una diosa. A veces ese pensamiento la llenaba de frustración. En ocasiones, por más que meciera a su hijo en brazos, le cantara una canción, lo arropara o lo alimentara, la rabia de sus lagrimas no cesaba. En su interior se agitaba un mar tormentoso de aflicción al que ella no siempre podía oponerse. Su paciencia se evaporaba, y la tentación de encender su Aión, de acceder a su divinidad se volvía casi irresistible. Podría usar su aura sobre él, envolverlo con ella, un truco que llegó a hacer en su momento con sus gemelos divinos para calmarlos. Un atajo que le haría las cosas más fáciles y que, sin embargo, le obligaba a cuestionarse que tan dependiente se había vuelto de su poder. Las noches pasaban y aunque Afro había atravesado incontables eventos a lo largo de su vida, ni siquiera la eternidad le pareció tan larga como la infancia de Eneas. Eneas odiaba el interior del palacio. Detestaba el sol, pero tampoco soportaba pasar demasiado tiempo bajo la sombra. Protestaba con el aroma del incienso y gritaba cuando ella dejaba de moverse. No le permitía quedarse quieta demasiado tiempo, eso, lejos de ayudar, lo alteraba. Probó suerte con algunos de los consejos de la reina Temiste y de thithē Ligeia, la anciana nodriza de Anquises, pero ninguno dio resultado. Lo único que realmente parecía funcionar eran los paseos por el jardín del palacio, que más que jardín, más bien era un frondoso bosque de hojas verdes escondido entre las murallas y las visitas a la playa. Le encantaba cuando ella le sumergía los pies en la espuma marina que oscurecía la arena al romper las olas, eso lograba arrancarle una sonrisa. Sus parpados comenzaban a cerrarse cuando el llanto de Eneas la despertó de golpe. Su pecho se sacudió, se frotó los ojos con los dedos antes de deslizarse fuera de la cama y salir al solitario pasillo. A menudo pensaba en su antigua vida y en todo lo que había dejado atrás al renunciar temporalmente a su divinidad, como en ese instante en el que se acercó a la cuna de su hijo para tomarlo entre sus brazos. Si aún fuera una diosa y no una mortal, aquel cansancio que le pesaba en los hombros y parpados grises no existiría. ────Oh, mi dulce príncipe… ¿qué ocurre? Ven, deja que te cargue un poco ─y aun con todo ese agotamiento, no dejó de sonreírle. Jamás dejaría de hacerlo. Se aseguró de alimentarlo y permaneció un largo rato junto a él. Le cantó una canción mientras caminaba en la oscuridad, y al recostarlo nuevamente en su cuna, le hizo cosquillas en la pancita. Como respuesta, el pequeño balbuceó algo, le sonrió y rio. Era la risa más preciosa y melodiosa que había escuchado jamás. El cansancio se disipó de su cuerpo; soltó una risa entrecortada y permitió que el sonido de su voz la llenara de fuerza, haciendo brotar desde lo más profundo de su pecho un amor tan intenso que le costaba creer que su corazón pudiera contenerlo sin romperse. Entonces comprendió que el amor de una madre no conocía límites. Sería capaz de hacer sangrar a este mundo por su hijo, caminar entre las brasas del fuego con los pies desnudos y desafiar a cualquier monstruo o deidad. Los convertiría en polvo de estrellas y lo esparciría en la inmensidad de la bóveda celeste si eso aseguraba la felicidad y bienestar de su pequeño. No advirtió el momento en que se quedó dormida junto a la cuna de su hijo, rodeándola con los brazos. Su corazón mortal latía débilmente, pero en paz. El amor que corría por sus venas era de una clase que los dioses no comprendían. No pertenecía a su naturaleza inmortal, tan distante del corazón humano, y sin embargo era la devoción que codiciaban con tanta hambre y anhelo. Un amor que no pedía adoración, ni ofrendas de vino o miel, ni templos con altares humeantes. Era un sentimiento sin medida, sin pausa ni descanso. Le exigía entregarse por completo en cuerpo y alma; exponerla a una peligrosa mezcla entre la ternura y el miedo a no tener nada bajo control, una mezcla tan intensa que la desbordaba cada vez que Eneas la miraba con sus ojitos brillantes, asomando la cabecita curiosa mientras ella preparaba ungüentos, aceites, baños o pañales. Sí, añoraba su antigua vida. Era cierto. Y aún así, jamás cambiaría ese cansancio por la calma inmortal que una vez conoció. Haría ese y mil sacrificios más por él. Durmió plácidamente en un dulce sueño. Tenía una razón para levantarse y luchar un día más.
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    Esto se ha publicado como Out Of Character.
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    He estado ausente y lo lamento; he cambiado de medicamentos y el sueño que me da me mantiene en un estado "mudo" lo lamento mucho.
    He estado ausente y lo lamento; he cambiado de medicamentos y el sueño que me da me mantiene en un estado "mudo" lo lamento mucho.
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  • 𝑩𝒖𝒆𝒏𝒂 𝑨𝒎𝒊𝒔𝒕𝒂𝒅
    Fandom oc
    Categoría Drama
    Ella estaba en su trabajo en la hora de descanso comiendo un Cupcake de chocolate que había horneado la noche anterior, faltaban diez minutos para el proximo turno así que mientras comida de a grandes bocados ella estaba ordenando todo ya que antes había atendido a un niño y había jugetes por todos lados, junto uno por uno y cuando faltaban 5 minutos ella se sentó en el escritorio a terminar el café y el bocadillo una vez terminado ella limpiò su boca y salió a decir el nombre de la paciente

    -Katherine? - preguntó sería
    -Puede pasar por favor... -Su tono era dulce pero serio-

    Ella espero en la puerta a que alguien de la sala de espera se levantara pero solo había una chica con auriculares y un libro

    -Disculpe - Tocó su hombro - Usted es Katherine? - Esperó respuesta de la Joven-
    Ella estaba en su trabajo en la hora de descanso comiendo un Cupcake de chocolate que había horneado la noche anterior, faltaban diez minutos para el proximo turno así que mientras comida de a grandes bocados ella estaba ordenando todo ya que antes había atendido a un niño y había jugetes por todos lados, junto uno por uno y cuando faltaban 5 minutos ella se sentó en el escritorio a terminar el café y el bocadillo una vez terminado ella limpiò su boca y salió a decir el nombre de la paciente -Katherine? - preguntó sería -Puede pasar por favor... -Su tono era dulce pero serio- Ella espero en la puerta a que alguien de la sala de espera se levantara pero solo había una chica con auriculares y un libro -Disculpe - Tocó su hombro - Usted es Katherine? - Esperó respuesta de la Joven-
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    Aura ser las poses que se marcaba Super Sonic's Powe
    https://www.youtube.com/watch?v=J_CRNNN-axY
    Aura ser las poses que se marcaba Super Sonic's Powe https://www.youtube.com/watch?v=J_CRNNN-axY
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