• ¿Puedo descansar en tu pecho?
    Quiero escuchar una melodía.
    El perfecto compas que me tranquiliza.
    Pone fin a mi pena y me entregó ante ti, al menos un instante.
    Solo necesito un momento.
    También quiero robarte un beso, cuan ladrón furtivo por la noche.
    Robarte caricias mientras recorro el camino de tu cuerpo hasta encontrar tesoros en cada poro que exhala libertad y pecado.
    Quiero abrazarte en la mas efímera oscuridad mientras me aferro a tus labios, tu piel y cada deseo que impregna tu alma.
    Aspirar de tu perfume, escuchar tus suspiros y jamás volver a separarme de ti.

    Por siempre tuyo, Wiliam.
    ¿Puedo descansar en tu pecho? Quiero escuchar una melodía. El perfecto compas que me tranquiliza. Pone fin a mi pena y me entregó ante ti, al menos un instante. Solo necesito un momento. También quiero robarte un beso, cuan ladrón furtivo por la noche. Robarte caricias mientras recorro el camino de tu cuerpo hasta encontrar tesoros en cada poro que exhala libertad y pecado. Quiero abrazarte en la mas efímera oscuridad mientras me aferro a tus labios, tu piel y cada deseo que impregna tu alma. Aspirar de tu perfume, escuchar tus suspiros y jamás volver a separarme de ti. Por siempre tuyo, Wiliam.
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  • ¿Restaurarlo?
    Por nostalgia lo haré, gratis, no todos los dias puedo abrazar una pieza histórica como esta de la Luftwaffe... ♡
    (Es muy feliz)
    ¿Restaurarlo? Por nostalgia lo haré, gratis, no todos los dias puedo abrazar una pieza histórica como esta de la Luftwaffe... ♡ (Es muy feliz)
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  • Yo, .. el que no tiene derecho alguno, ese mismo, yo, el que te ama, te anhela y en la oscuridad te cuida, tu sombra, tu tirano, tu andar .

    Hoy te pido déjame soñar, porque hoy quiero soñar, necesito dormir y abrazarte en lugar de extrañarte, hoy por ser hoy y nada más, quiero soñar, quiero colgar la máscara del Tirano, déjame que mi alma se derrama y eso no sucede siempre, llueve en mi por los besos que te jure y no te di, y entonces yo colgando el orgullo diré que quiero soñar con usted

    Soñaré.. no como el Rey, tampoco el arrepentido y mucho menos el esclavo, soñaré como un Pirata, si.. con una camisa blanca medio abotonada, un pañuelo con tu bandera en mi cabeza y un viejo sombrero de cuero, un pantalón de tela gastado y botas con suela forjada en acero, es mi navío volador, conquistador de la nubes y Encantador de la Luna, las radiantes estrellas son islas en la inmensa oscuridad del universo, nuestro mar, nuestra historia en las estrellas, la que no podemos negar y de la cual tampoco hablar, ave mía yo soñé como el pirata, el gigante navío Encantador, se mantiene oculto usando la noche como cómplice, ha descendido una escalera en el patio de tu casa, he venido yo y he tocado un par de veces el cristal de tu ventana, me viste y sin pensarlo saltaste sobre mi, es así, yo te abrace con toda mi alma, la escalera colgante fue subiendo al tiempo que nos dábamos besos, llegamos al barco en medio de besos y reclamos, nos abrazamos, y el sueño nos llevó a un lugar que solo existe para nadie mas, nuestro hogar .

    Dulce ironía
    Verso Aldebaran .
    Yo, .. el que no tiene derecho alguno, ese mismo, yo, el que te ama, te anhela y en la oscuridad te cuida, tu sombra, tu tirano, tu andar . Hoy te pido déjame soñar, porque hoy quiero soñar, necesito dormir y abrazarte en lugar de extrañarte, hoy por ser hoy y nada más, quiero soñar, quiero colgar la máscara del Tirano, déjame que mi alma se derrama y eso no sucede siempre, llueve en mi por los besos que te jure y no te di, y entonces yo colgando el orgullo diré que quiero soñar con usted Soñaré.. no como el Rey, tampoco el arrepentido y mucho menos el esclavo, soñaré como un Pirata, si.. con una camisa blanca medio abotonada, un pañuelo con tu bandera en mi cabeza y un viejo sombrero de cuero, un pantalón de tela gastado y botas con suela forjada en acero, es mi navío volador, conquistador de la nubes y Encantador de la Luna, las radiantes estrellas son islas en la inmensa oscuridad del universo, nuestro mar, nuestra historia en las estrellas, la que no podemos negar y de la cual tampoco hablar, ave mía yo soñé como el pirata, el gigante navío Encantador, se mantiene oculto usando la noche como cómplice, ha descendido una escalera en el patio de tu casa, he venido yo y he tocado un par de veces el cristal de tu ventana, me viste y sin pensarlo saltaste sobre mi, es así, yo te abrace con toda mi alma, la escalera colgante fue subiendo al tiempo que nos dábamos besos, llegamos al barco en medio de besos y reclamos, nos abrazamos, y el sueño nos llevó a un lugar que solo existe para nadie mas, nuestro hogar . Dulce ironía Verso Aldebaran .
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  • Siempre escucho lo mismo: "morir por honor, morir por deber, morir por la causa".

    ¿Y qué queda después? Una pila de cuerpos que nadie recordará, salvo como un número en un informe.

    No me malinterpreten: sé que en este oficio la muerte es compañera de viaje. Desde el primer día nos mentalizan para aceptarla, para abrazarla casi como si fuera un premio.

    Pero yo lo vi en carne viva. Vi a mis compañeros caer uno por uno. Vi sus nombres olvidarse en la prisa de la batalla. Y vi cómo el mundo siguió girando sin ellos.

    Morir no es difícil. Lo difícil es seguir vivo, cargar con la memoria de los caídos, y hacer que su sacrificio no haya sido una broma cruel.

    La gente confunde valentía con estupidez. Prefieren la gloria efímera de una tumba a la incomodidad de vivir con cicatrices.

    Pues yo no. No vine aquí a convertirme en cenizas honorables. Vine aquí a cazar demonios… y a seguir respirando cuando el sol amanezca.

    Y si alguien cree que eso me hace menos honorable… que lo piense mientras yo aún estoy de pie y ellos no.
    Siempre escucho lo mismo: "morir por honor, morir por deber, morir por la causa". ¿Y qué queda después? Una pila de cuerpos que nadie recordará, salvo como un número en un informe. No me malinterpreten: sé que en este oficio la muerte es compañera de viaje. Desde el primer día nos mentalizan para aceptarla, para abrazarla casi como si fuera un premio. Pero yo lo vi en carne viva. Vi a mis compañeros caer uno por uno. Vi sus nombres olvidarse en la prisa de la batalla. Y vi cómo el mundo siguió girando sin ellos. Morir no es difícil. Lo difícil es seguir vivo, cargar con la memoria de los caídos, y hacer que su sacrificio no haya sido una broma cruel. La gente confunde valentía con estupidez. Prefieren la gloria efímera de una tumba a la incomodidad de vivir con cicatrices. Pues yo no. No vine aquí a convertirme en cenizas honorables. Vine aquí a cazar demonios… y a seguir respirando cuando el sol amanezca. Y si alguien cree que eso me hace menos honorable… que lo piense mientras yo aún estoy de pie y ellos no.
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  • ⠀⠀La noche se había adueñado de la ciudad, pero las luces de la iglesia de San Miguel brillaban iluminando la calle en penumbra. Kazuha se detuvo frente a la verja. Era una espectadora silenciosa en un culto ajeno.

    ⠀⠀Desde el interior, llegaba el murmullo de una oración colectiva, un sonido que le erizó la piel. No por devoción, sino por una molesta familiaridad.

    "𝘗𝘢𝘥𝘳𝘦 𝘕𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰, 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘤𝘪𝘦𝘭𝘰𝘴..."

    ⠀⠀Una sonrisa torcida se dibujó en sus labios. ¿En los cielos? Ella provenía de un linaje que se decía ser descendiente de una entidad que habitaba en los sueños. Aeloria, Guardiana de los Sueños. Una leyenda tan antigua y difusa como el propio concepto de Dios para estos humanos.

    "𝘚𝘢𝘯𝘵𝘪𝘧𝘪𝘤𝘢𝘥𝘰 𝘴𝘦𝘢 𝘵𝘶 𝘯𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦..."

    ⠀⠀Ellos tenían su libro sagrado, su Biblia, con reglas escritas en piedra y mandamientos entregados en una montaña. Los Aelorianos tenían un Código de Ética. Un reglamento seco, frío, escrito por un Consejo de Ancianos temerosos que decidieron que el miedo era una buena base para la moral. "No usar el poder para ventaja personal. No alterar el equilibrio mágico en el mundo" Tsk, ¿quién decidió qué era el "equilibrio"? ¿Un puñado de viejos asustados que añoraban los días en que eran venerados como dioses menores?

    "𝘋𝘢𝘯𝘰𝘴 𝘩𝘰𝘺 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰 𝘱𝘢𝘯 𝘥𝘦 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘪𝘢..."

    ⠀⠀Ellos pedían pan. Sus clientes pedían amor, poder, venganza. ¿Era tan distinto? Ambos suplicaban a una fuerza superior para llenar un vacío. La única diferencia era el intermediario. Ellos tenían sacerdotes que prometían una recompensa después de la muerte. Y ella era como una sacerdotisa que cobraba antes de conceder el milagro, y advertía que el cielo podía caerte encima en cualquier momento.

    «Aeloria no nos dió este poder para que lo usaramos, sino para que lo entendieramos". La frase, una de las tantas que le habían repetido hasta el cansancio en su juventud. ¿Entenderlo? ¿Entender el caos? Era como intentar entender un huracán metiéndose en el ojo de la tormenta. ¡Absurdo!. El poder era para usarse. Para sentirlo arder en las venas, para moldear la realidad a voluntad. ¿Acaso no era eso entenderlo verdaderamente? Abrazar su naturaleza depredadora, en lugar de intentar domarla con reglas hipócritas.

    ⠀⠀Un Código de Ética escrito por un puñado de viejos cobardes era su biblia. Y ella era como la serpiente del Edén, prefería ofrecer la manzana del conocimiento prohibido, aunque a cambio de un precio que respnaría en los ecos del alma.

    ⠀⠀Una mariposa roja se materializó y se posó en un barrotes justo frente a su rostro.

    —¿Lo ves? —murmuró, y su voz se perdió en el canto de los feligreces— ellos rezan a un dios que no contesta. Y nosotros... somos los dioses que contestamos. Por eso nos temen más que a su propio dios silente, hmph.

    ⠀⠀Giró sobre sus talones y se alejó de la luz de la iglesia. No había respuestas para ella en ese lugar, solo el eco reconfortante de su propia herejía. Ella era una creyente más fiel que todos ellos. Porque creía en el poder mismo. Y no en las reglas que los hombres, humanos o Aelorianos, inventaban para sentirse menos aterrados de la oscuridad que llevaban dentro.

    ⠀⠀El eco de un "Amén" colectivo la persiguió calle abajo. Ella no necesitaba amén. Tenía el sonido de las mariposas rojas aleteando siempre cerca de ella.
    ⠀⠀La noche se había adueñado de la ciudad, pero las luces de la iglesia de San Miguel brillaban iluminando la calle en penumbra. Kazuha se detuvo frente a la verja. Era una espectadora silenciosa en un culto ajeno. ⠀⠀Desde el interior, llegaba el murmullo de una oración colectiva, un sonido que le erizó la piel. No por devoción, sino por una molesta familiaridad. "𝘗𝘢𝘥𝘳𝘦 𝘕𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰, 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘤𝘪𝘦𝘭𝘰𝘴..." ⠀⠀Una sonrisa torcida se dibujó en sus labios. ¿En los cielos? Ella provenía de un linaje que se decía ser descendiente de una entidad que habitaba en los sueños. Aeloria, Guardiana de los Sueños. Una leyenda tan antigua y difusa como el propio concepto de Dios para estos humanos. "𝘚𝘢𝘯𝘵𝘪𝘧𝘪𝘤𝘢𝘥𝘰 𝘴𝘦𝘢 𝘵𝘶 𝘯𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦..." ⠀⠀Ellos tenían su libro sagrado, su Biblia, con reglas escritas en piedra y mandamientos entregados en una montaña. Los Aelorianos tenían un Código de Ética. Un reglamento seco, frío, escrito por un Consejo de Ancianos temerosos que decidieron que el miedo era una buena base para la moral. "No usar el poder para ventaja personal. No alterar el equilibrio mágico en el mundo" Tsk, ¿quién decidió qué era el "equilibrio"? ¿Un puñado de viejos asustados que añoraban los días en que eran venerados como dioses menores? "𝘋𝘢𝘯𝘰𝘴 𝘩𝘰𝘺 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰 𝘱𝘢𝘯 𝘥𝘦 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘪𝘢..." ⠀⠀Ellos pedían pan. Sus clientes pedían amor, poder, venganza. ¿Era tan distinto? Ambos suplicaban a una fuerza superior para llenar un vacío. La única diferencia era el intermediario. Ellos tenían sacerdotes que prometían una recompensa después de la muerte. Y ella era como una sacerdotisa que cobraba antes de conceder el milagro, y advertía que el cielo podía caerte encima en cualquier momento. «Aeloria no nos dió este poder para que lo usaramos, sino para que lo entendieramos". La frase, una de las tantas que le habían repetido hasta el cansancio en su juventud. ¿Entenderlo? ¿Entender el caos? Era como intentar entender un huracán metiéndose en el ojo de la tormenta. ¡Absurdo!. El poder era para usarse. Para sentirlo arder en las venas, para moldear la realidad a voluntad. ¿Acaso no era eso entenderlo verdaderamente? Abrazar su naturaleza depredadora, en lugar de intentar domarla con reglas hipócritas. ⠀⠀Un Código de Ética escrito por un puñado de viejos cobardes era su biblia. Y ella era como la serpiente del Edén, prefería ofrecer la manzana del conocimiento prohibido, aunque a cambio de un precio que respnaría en los ecos del alma. ⠀⠀Una mariposa roja se materializó y se posó en un barrotes justo frente a su rostro. —¿Lo ves? —murmuró, y su voz se perdió en el canto de los feligreces— ellos rezan a un dios que no contesta. Y nosotros... somos los dioses que contestamos. Por eso nos temen más que a su propio dios silente, hmph. ⠀⠀Giró sobre sus talones y se alejó de la luz de la iglesia. No había respuestas para ella en ese lugar, solo el eco reconfortante de su propia herejía. Ella era una creyente más fiel que todos ellos. Porque creía en el poder mismo. Y no en las reglas que los hombres, humanos o Aelorianos, inventaban para sentirse menos aterrados de la oscuridad que llevaban dentro. ⠀⠀El eco de un "Amén" colectivo la persiguió calle abajo. Ella no necesitaba amén. Tenía el sonido de las mariposas rojas aleteando siempre cerca de ella.
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  • Cada dia que pasa sueño con nuestro , hermoso encuentro junto a ti mi gran amor mi lancelot y pode abrazarte fuertemente 🫶
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  • ¿Por qué avergonzarse de querer ir más allá?

    ¿Por qué temer a lo desconocido si ahí aguardan las mejores historias?

    Debemos ser dueños de nuestro propio destino ¿No?
    Aunque el filo frio y devastador de nuestras sombras busquen el control de nuestra valentía. No hay que temer a sentir ese terror al enfrentarlas, hay que abrazarlo, luchar con garras y colmillos contra ello para liberarnos de aquellas ataduras que nos impiden explorar el más allá, los misterios... Lo oculto a simple vista que aguarda en la oscuridad a qué llegue una luz que lo desvelé.
    ¿Por qué avergonzarse de querer ir más allá? ¿Por qué temer a lo desconocido si ahí aguardan las mejores historias? Debemos ser dueños de nuestro propio destino ¿No? Aunque el filo frio y devastador de nuestras sombras busquen el control de nuestra valentía. No hay que temer a sentir ese terror al enfrentarlas, hay que abrazarlo, luchar con garras y colmillos contra ello para liberarnos de aquellas ataduras que nos impiden explorar el más allá, los misterios... Lo oculto a simple vista que aguarda en la oscuridad a qué llegue una luz que lo desvelé.
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  • ︵‿︵‿୨♡୧‿︵‿︵
    “Creo que todos tenemos un lugar en este mundo…a veces basta con escuchar, con enseñar una palabra nueva,con abrazar desde la distancia o con sonreír suave.
    Yo solo quiero ser esa pequeña luz que recuerde a otros que nunca están solos, porque siempre hay amor esperando ser encontrado.”
    ︵‿︵‿୨♡୧‿︵‿︵
    ︵‿︵‿୨♡୧‿︵‿︵ “Creo que todos tenemos un lugar en este mundo…a veces basta con escuchar, con enseñar una palabra nueva,con abrazar desde la distancia o con sonreír suave. Yo solo quiero ser esa pequeña luz que recuerde a otros que nunca están solos, porque siempre hay amor esperando ser encontrado.” ︵‿︵‿୨♡୧‿︵‿︵
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  • {Haku avanzaba con pasos sigilosos, y ligeros. Desde que había dejado de usar los hechizos del libro para disfrazar su apariencia con la de una humana, esa sensación no la abandonaba. La constante presión de ser observada, acechada… cazada. Aquella noche solo había querido caminar, respirar el aire frío de la ciudad vacía. La luna se alzaba más llena con cada noche.}

    {El viento nocturno la envolvió de pronto, obligándola a abrazarse a sí misma, como si quisiera proteger su cuerpo del escalofrío que la atravesó. Entonces escuchó pasos. Lentos. Pesados. No eran humanos. Su piel se erizó por completo. Sabía que estaba en peligro. No pensó demasiado, simplemente echó a correr hacia el único sitio cercano que ofrecía refugio: un callejón angosto, oscuro y apestoso. Un error.}

    {El callejón terminaba en muros altos, sin salida. Maldijo en voz baja, con la respiración agitada, girándose de golpe para retroceder. Pero ya era demasiado tarde. La cosa que la había seguido estaba allí, bloqueando la entrada.}

    {Un monstruo apareció de las sombras, arrastrando su repulsivo cuerpo. Era descomunal, con el torso alargado como una gigantesca escolopendra, y en su extremo, una cabeza monstruosa semejante a la de una mantis. De su garganta escapó un chillido insoportable, mezcla entre el alarido de un cerdo degollado y el frenazo de un camión oxidado. El sonido le desgarró los oídos, obligándola a cubrirse un instante.}

    {La criatura abrió sus mandíbulas dentadas, largas y afiladas como cuchillas, en una mueca de amenaza, como si quisiera disfrutar del pánico de su presa antes de devorarla. Su cuerpo se incorporó lentamente, elevándose sobre sí mismo; la mitad superior se alzó hacia el cielo, mientras la inferior se mantenía firme en el suelo.}

    {Haku retrocedió hasta sentir la pared fría contra su espalda. No tenía su espada. Esta vez no habría nada que la protegiera. Su única opción era la magia, su propia fuerza. Debía actuar con rapidez, porque el monstruo no dudaría, si se dejaba atrapar por el miedo, en cuestión de segundos sería desgarrada y devorada.}

    {Sus dedos temblaron al extender las manos, trazando en el aire los símbolos que conocía de memoria. El monstruo dio un paso. La sombra del cuerpo inmenso la envolvía por completo.}

    {Una esfera luminosa y palpitante, creció entre sus manos. El aire a su alrededor se cargó de energía, levantando polvo y papeles viejos del callejón. El monstruo pareció resentir la fuerza de esa luz, y un crujido ensordecedor salió de su garganta. Se abalanzó, veloz, con sus fauces abiertas.}

    {Haku lanzó el hechizo. Un rayo violeta rasgó la oscuridad, impactando de lleno contra el rostro de la criatura. El aire explotó con un estallido que sacudió los muros. El monstruo se retorció, chillando con furia y dolor, golpeando los muros con tanta fuerza que cayeron fragmentos de piedra.}

    {Solo se enfureció. Y, aunque su piel se había abierto en una herida ardiente que chisporroteaba con magia, seguía avanzando, más rápido, con rabia descontrolada. Haku volvió a alzar sus manos, aunque sabía que un solo error sería suficiente para que aquella bestia la partiera en dos.}

    "Si no lo detengo aquí… nadie podrá hacerlo."

    {La criatura golpeó con una de sus patas delanteras, largas como lanzas, contra el muro a su lado. La piedra estallo y una de ellas rozó el brazo de Haku, abriéndole un corte. Ella contuvo un grito, apretando los dientes, y canalizó ese dolor hacia el círculo de energía que formaba entre sus manos.}

    —¡No pienso convertirme en tu cena!

    {Un segundo círculo mágico apareció bajo sus pies, girando lentamente como una constelación en movimiento.}

    {El monstruo, al percibir la magnitud de lo que estaba a punto de ocurrir, abrió sus fauces en un chillido ensordecedor, y embistió, movido por puro instinto. Sus patas retumbaron contra el suelo como martillos.}

    {Haku alzó sus manos hacia adelante y gritó el conjuro final. La esfera de energía explotó en una lluvia de relámpagos violetas que envolvieron al monstruo de pies a cabeza. El aire se incendió con el fulgor del hechizo. La criatura se agitó con violencia, golpeando muros y suelo, hasta que finalmente, con un crujido, se desplomó en el suelo.}

    {Haku jadeaba, sus rodillas temblaban bajo el peso de la magia gastada. Su cuerpo entero estaba empapado en sudor frío. Finalmente, sin fuerzas, se desplomó en el suelo perdiendo el conocimiento.}
    {Haku avanzaba con pasos sigilosos, y ligeros. Desde que había dejado de usar los hechizos del libro para disfrazar su apariencia con la de una humana, esa sensación no la abandonaba. La constante presión de ser observada, acechada… cazada. Aquella noche solo había querido caminar, respirar el aire frío de la ciudad vacía. La luna se alzaba más llena con cada noche.} {El viento nocturno la envolvió de pronto, obligándola a abrazarse a sí misma, como si quisiera proteger su cuerpo del escalofrío que la atravesó. Entonces escuchó pasos. Lentos. Pesados. No eran humanos. Su piel se erizó por completo. Sabía que estaba en peligro. No pensó demasiado, simplemente echó a correr hacia el único sitio cercano que ofrecía refugio: un callejón angosto, oscuro y apestoso. Un error.} {El callejón terminaba en muros altos, sin salida. Maldijo en voz baja, con la respiración agitada, girándose de golpe para retroceder. Pero ya era demasiado tarde. La cosa que la había seguido estaba allí, bloqueando la entrada.} {Un monstruo apareció de las sombras, arrastrando su repulsivo cuerpo. Era descomunal, con el torso alargado como una gigantesca escolopendra, y en su extremo, una cabeza monstruosa semejante a la de una mantis. De su garganta escapó un chillido insoportable, mezcla entre el alarido de un cerdo degollado y el frenazo de un camión oxidado. El sonido le desgarró los oídos, obligándola a cubrirse un instante.} {La criatura abrió sus mandíbulas dentadas, largas y afiladas como cuchillas, en una mueca de amenaza, como si quisiera disfrutar del pánico de su presa antes de devorarla. Su cuerpo se incorporó lentamente, elevándose sobre sí mismo; la mitad superior se alzó hacia el cielo, mientras la inferior se mantenía firme en el suelo.} {Haku retrocedió hasta sentir la pared fría contra su espalda. No tenía su espada. Esta vez no habría nada que la protegiera. Su única opción era la magia, su propia fuerza. Debía actuar con rapidez, porque el monstruo no dudaría, si se dejaba atrapar por el miedo, en cuestión de segundos sería desgarrada y devorada.} {Sus dedos temblaron al extender las manos, trazando en el aire los símbolos que conocía de memoria. El monstruo dio un paso. La sombra del cuerpo inmenso la envolvía por completo.} {Una esfera luminosa y palpitante, creció entre sus manos. El aire a su alrededor se cargó de energía, levantando polvo y papeles viejos del callejón. El monstruo pareció resentir la fuerza de esa luz, y un crujido ensordecedor salió de su garganta. Se abalanzó, veloz, con sus fauces abiertas.} {Haku lanzó el hechizo. Un rayo violeta rasgó la oscuridad, impactando de lleno contra el rostro de la criatura. El aire explotó con un estallido que sacudió los muros. El monstruo se retorció, chillando con furia y dolor, golpeando los muros con tanta fuerza que cayeron fragmentos de piedra.} {Solo se enfureció. Y, aunque su piel se había abierto en una herida ardiente que chisporroteaba con magia, seguía avanzando, más rápido, con rabia descontrolada. Haku volvió a alzar sus manos, aunque sabía que un solo error sería suficiente para que aquella bestia la partiera en dos.} "Si no lo detengo aquí… nadie podrá hacerlo." {La criatura golpeó con una de sus patas delanteras, largas como lanzas, contra el muro a su lado. La piedra estallo y una de ellas rozó el brazo de Haku, abriéndole un corte. Ella contuvo un grito, apretando los dientes, y canalizó ese dolor hacia el círculo de energía que formaba entre sus manos.} —¡No pienso convertirme en tu cena! {Un segundo círculo mágico apareció bajo sus pies, girando lentamente como una constelación en movimiento.} {El monstruo, al percibir la magnitud de lo que estaba a punto de ocurrir, abrió sus fauces en un chillido ensordecedor, y embistió, movido por puro instinto. Sus patas retumbaron contra el suelo como martillos.} {Haku alzó sus manos hacia adelante y gritó el conjuro final. La esfera de energía explotó en una lluvia de relámpagos violetas que envolvieron al monstruo de pies a cabeza. El aire se incendió con el fulgor del hechizo. La criatura se agitó con violencia, golpeando muros y suelo, hasta que finalmente, con un crujido, se desplomó en el suelo.} {Haku jadeaba, sus rodillas temblaban bajo el peso de la magia gastada. Su cuerpo entero estaba empapado en sudor frío. Finalmente, sin fuerzas, se desplomó en el suelo perdiendo el conocimiento.}
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