• —Desperto al dia siguiente viendose en su espejo roto, vio lo que era y eso lo angustiaba, no sabia si era Paul (su padre) o si era Asriel, no sabia si estaba vivo o muerto, solo sabia que hoy debia seguir hurtando cosas para sobrevivir—
    —Desperto al dia siguiente viendose en su espejo roto, vio lo que era y eso lo angustiaba, no sabia si era Paul (su padre) o si era Asriel, no sabia si estaba vivo o muerto, solo sabia que hoy debia seguir hurtando cosas para sobrevivir—
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  • -Hoy… hoy siento el corazón un poquito más suave que de costumbre.

    *Me quedo quieta, dejando que el mundo respire conmigo*

    -A veces la vida se siente pesada, como si todo avanzara más rápido de lo que puedo seguir… Pero aun así, aquí estoy.

    *Me abrazo los brazos despacito, como recordándome que no tengo que correr*

    -Puedo ir a mi ritmo. Puedo equivocarme.
    Puedo descansar.

    *Y mientras pienso en eso, una sonrisa chiquita se me escapa*

    -Es bonito darme cuenta de que, incluso en los días difíciles, siempre aparece una razón para seguir adelante… A veces grande, a veces pequeñita, pero suficiente. Quiero seguir así… encontrando esos momentos suaves que hacen que todo valga la pena. Un paso más. Un suspiro más. Un día más. Y está bien. Está bien vivir así.
    -Hoy… hoy siento el corazón un poquito más suave que de costumbre. *Me quedo quieta, dejando que el mundo respire conmigo* -A veces la vida se siente pesada, como si todo avanzara más rápido de lo que puedo seguir… Pero aun así, aquí estoy. *Me abrazo los brazos despacito, como recordándome que no tengo que correr* -Puedo ir a mi ritmo. Puedo equivocarme. Puedo descansar. *Y mientras pienso en eso, una sonrisa chiquita se me escapa* -Es bonito darme cuenta de que, incluso en los días difíciles, siempre aparece una razón para seguir adelante… A veces grande, a veces pequeñita, pero suficiente. Quiero seguir así… encontrando esos momentos suaves que hacen que todo valga la pena. Un paso más. Un suspiro más. Un día más. Y está bien. Está bien vivir así.
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  • —'Lo que el perro vio' —lee en voz alta, con su mirada en una de las páginas intentando distraerse con la lectura— Hmm, fascinante. Perspectivas no humanas... ¿El capítulo aplicaría si el 'perro' en cuestión soy yo, y lo que 'vi' fue...? No. No aplica.

    Da vuelta la página con brusquedad.

    —'El poder del contexto' —murmuró— Claro. El contexto era yo haciendo el ridículo. Un contexto muuuy... poderosamente embarazoso. ¡Maldito contexto! ¡Y maldita neurología que no me permite archivar un evento de 1.7 segundos y seguir con mi día! (?) —dejó caer el libro sobre su rostro.
    —'Lo que el perro vio' —lee en voz alta, con su mirada en una de las páginas intentando distraerse con la lectura— Hmm, fascinante. Perspectivas no humanas... ¿El capítulo aplicaría si el 'perro' en cuestión soy yo, y lo que 'vi' fue...? No. No aplica. Da vuelta la página con brusquedad. —'El poder del contexto' —murmuró— Claro. El contexto era yo haciendo el ridículo. Un contexto muuuy... poderosamente embarazoso. ¡Maldito contexto! ¡Y maldita neurología que no me permite archivar un evento de 1.7 segundos y seguir con mi día! (?) —dejó caer el libro sobre su rostro.
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  • *Ha aprovechado un ratejo antes de bajar a cenar para seguir practicando con el teclado en la salita para ensayos que de normal usan los de teatro.
    Es toda partituras desperdigadas aquí y allá y deditos manchados de tinta de bolígrafo. Por lo menos ha logrado avanzar bastante... Algo es algo, así que minipunto.*
    *Ha aprovechado un ratejo antes de bajar a cenar para seguir practicando con el teclado en la salita para ensayos que de normal usan los de teatro. Es toda partituras desperdigadas aquí y allá y deditos manchados de tinta de bolígrafo. Por lo menos ha logrado avanzar bastante... Algo es algo, así que minipunto.*
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  • No uso vestidos a menudo, pero hoy lo amerita. Ahora dime… ¿crees poder seguirme el ritmo?
    No uso vestidos a menudo, pero hoy lo amerita. Ahora dime… ¿crees poder seguirme el ritmo?
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  • ⠀⠀"En la cima, siempre estarás solo", una frase que atesoró al paso de los siglos, porque su verdad siempre fue absoluta. Desde que tiene memoria, y sus talentos afloraron en batalla, no había piedra u obstáculo que no pudiera domar.

    ⠀⠀Su cabellera, blanca y pura, se teñía en carmesí de forma habitual, el denso ambiente tribal de una salvaje naturaleza, incluso más que un puma; la humana. En constante crecimiento, una marea que no paraba de arrasar con todo, barcos, enemigos y... amigos.

    ⠀⠀Clavaba su espada, tallada en hueso y marcada con el espiral de su gente, en un macabro suelo, tierra húmeda rodeada de gente que alguna vez compartió sus ideales, otros se oponían y otros simplemente querían huir, pero incautos del peligro quedaron atrapados. No sentía remordimientos por almas que no escogieron morir, pero sí se sentía celoso, de aquellos que aun podían experimentar la adrenalina de la muerte cercana. De un combate que hirviera la sangre, y callara los pensamientos.
    ⠀⠀Pero eso se había ido. Una imagen tan vívida de una añoranza, un recuerdo feliz que jamás llegó.

    ⠀⠀Despertó. Aturdido por el sueño prolongado, tardada había sido aquella sesión de meditación que se enfrascó en el mundo de lo onírico. Su mente comenzó a confabular, pero esa pradera solitaria, solo iluminada por un atardecer familiar.

    ⠀⠀Justo como el de ese recuerdo...

    ⠀⠀Qué dicha aquellos que podían morir dándolo todo. Pero no era su caso, tendría que seguir buscando, y lo haría. Porque no había propósito más grande que su ego.
    ⠀⠀El fantasma del pueblo calchaquí se levantó de su cama de hojas, tomó su saco y continuó su camino.

    ⠀⠀Un rumbo incierto que esperaba, lo llevara a vivir combates impresionantes.




    ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀"En la cima, siempre estarás solo", una frase que atesoró al paso de los siglos, porque su verdad siempre fue absoluta. Desde que tiene memoria, y sus talentos afloraron en batalla, no había piedra u obstáculo que no pudiera domar. ⠀⠀Su cabellera, blanca y pura, se teñía en carmesí de forma habitual, el denso ambiente tribal de una salvaje naturaleza, incluso más que un puma; la humana. En constante crecimiento, una marea que no paraba de arrasar con todo, barcos, enemigos y... amigos. ⠀⠀Clavaba su espada, tallada en hueso y marcada con el espiral de su gente, en un macabro suelo, tierra húmeda rodeada de gente que alguna vez compartió sus ideales, otros se oponían y otros simplemente querían huir, pero incautos del peligro quedaron atrapados. No sentía remordimientos por almas que no escogieron morir, pero sí se sentía celoso, de aquellos que aun podían experimentar la adrenalina de la muerte cercana. De un combate que hirviera la sangre, y callara los pensamientos. ⠀⠀Pero eso se había ido. Una imagen tan vívida de una añoranza, un recuerdo feliz que jamás llegó. ⠀⠀Despertó. Aturdido por el sueño prolongado, tardada había sido aquella sesión de meditación que se enfrascó en el mundo de lo onírico. Su mente comenzó a confabular, pero esa pradera solitaria, solo iluminada por un atardecer familiar. ⠀⠀Justo como el de ese recuerdo... ⠀⠀Qué dicha aquellos que podían morir dándolo todo. Pero no era su caso, tendría que seguir buscando, y lo haría. Porque no había propósito más grande que su ego. ⠀⠀El fantasma del pueblo calchaquí se levantó de su cama de hojas, tomó su saco y continuó su camino. ⠀⠀Un rumbo incierto que esperaba, lo llevara a vivir combates impresionantes. ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀
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  • Los años seguirán pasando, pero su amor seguirá creciendo, floreciendo siendo eterno.
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  • Cap: 01

    Intentó abrir los párpados, pero enseguida arrugó el rostro al ser recibido por los azotes de los rayos del sol. Otra vez tuvo que frotarse con el dorso de las manos, solo que esta vez tendría una molestia mayor; ardor, el ardor provocado por el agua salada que se filtra entre los párpados y llega hasta los ojos.

    Varios fueron los minutos de rodar y patalear, entre gruñidos y gimoteos. No fue hasta que la arena entró en sus narices que se levantó del suelo, tan fuerte como la tos que hacía doler su garganta.
    ¿Lágrimas? Si, deslizándose lentamente por las esquinas de aquellos dorados ojos. Respiró profundo hasta que sus jadeos lograron penetrar muy levemente el agua que tapaba sus alargadas orejas.

    Decir que se veía deplorable era poco; su rostro pálido llevaba un tono rojizo por la agitación y su largo cabello lacio estaba despeinado, enredado y reseco por las sales del mar que lo arrastró hasta aquella orilla, y en su espalda yacen extendidas las heridas de su violento aterrizaje. Sanó lesiones a velocidades vertiginosa para un humano ordinario, pero para él se sintió lento y horrible ¿Por qué? Porque cada segundo parecía eterno por culpa de las partículas que la carne creciente arrastra sobre sus nervios expuestos. Las sintió salir una por una.

    Descansó de rodillas, con los antebrazos sobre la arena. Los jadeos seguían saliendo de sus labios, pero poco a poco la respiración fue tomando un ritmo apropiado. Los ojos los tenía rojos, culpa de la sal y las lágrimas producidas por el dolor. Al rato tomó una postura erguida, con la cabeza tirada hacia atrás, y respiró profundo. Se sentía mejor, el alivio había tomado asiló en su cuerpo. Su recuperación estaba completa, y fue un total éxito; ni una marca, ni siquiera una costra que pudiera servir de recuerdo.

    El sol ya avanzó más allá de su punto más alto, anunciando así su intención de perderse en el horizonte. Así que el chico de cabello rojo decidió ponerse de pie para emprender su camino a... A ningún lado en particular. Es incapaz de ubicar el área de donde proviene, mucho menos reconoce su paradero actual. Su única opción es seguir al gigante dorado, aquel que avanza sin esperar a nadie, ese que toma asiento en su trono en el punto más alto del firmamento.

    Dejó atrás las arenas y se adentró en la hierba, plantas tan altas que acarician sus piernas hasta producirle comezón. Podría haber avanzado más pero cada tantos pasos se detenía a rascarse pies, rodillas y gemelos.

    Un viaje sin destino u origen. Incierto, pero era suyo. Solo debía de seguir la guía del sol y consultar al viento cuando sienta inseguridad.
    Cap: 01 Intentó abrir los párpados, pero enseguida arrugó el rostro al ser recibido por los azotes de los rayos del sol. Otra vez tuvo que frotarse con el dorso de las manos, solo que esta vez tendría una molestia mayor; ardor, el ardor provocado por el agua salada que se filtra entre los párpados y llega hasta los ojos. Varios fueron los minutos de rodar y patalear, entre gruñidos y gimoteos. No fue hasta que la arena entró en sus narices que se levantó del suelo, tan fuerte como la tos que hacía doler su garganta. ¿Lágrimas? Si, deslizándose lentamente por las esquinas de aquellos dorados ojos. Respiró profundo hasta que sus jadeos lograron penetrar muy levemente el agua que tapaba sus alargadas orejas. Decir que se veía deplorable era poco; su rostro pálido llevaba un tono rojizo por la agitación y su largo cabello lacio estaba despeinado, enredado y reseco por las sales del mar que lo arrastró hasta aquella orilla, y en su espalda yacen extendidas las heridas de su violento aterrizaje. Sanó lesiones a velocidades vertiginosa para un humano ordinario, pero para él se sintió lento y horrible ¿Por qué? Porque cada segundo parecía eterno por culpa de las partículas que la carne creciente arrastra sobre sus nervios expuestos. Las sintió salir una por una. Descansó de rodillas, con los antebrazos sobre la arena. Los jadeos seguían saliendo de sus labios, pero poco a poco la respiración fue tomando un ritmo apropiado. Los ojos los tenía rojos, culpa de la sal y las lágrimas producidas por el dolor. Al rato tomó una postura erguida, con la cabeza tirada hacia atrás, y respiró profundo. Se sentía mejor, el alivio había tomado asiló en su cuerpo. Su recuperación estaba completa, y fue un total éxito; ni una marca, ni siquiera una costra que pudiera servir de recuerdo. El sol ya avanzó más allá de su punto más alto, anunciando así su intención de perderse en el horizonte. Así que el chico de cabello rojo decidió ponerse de pie para emprender su camino a... A ningún lado en particular. Es incapaz de ubicar el área de donde proviene, mucho menos reconoce su paradero actual. Su única opción es seguir al gigante dorado, aquel que avanza sin esperar a nadie, ese que toma asiento en su trono en el punto más alto del firmamento. Dejó atrás las arenas y se adentró en la hierba, plantas tan altas que acarician sus piernas hasta producirle comezón. Podría haber avanzado más pero cada tantos pasos se detenía a rascarse pies, rodillas y gemelos. Un viaje sin destino u origen. Incierto, pero era suyo. Solo debía de seguir la guía del sol y consultar al viento cuando sienta inseguridad.
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  • Se que nada sera como antes , pero se en mi interior que es asi por mi culpa aun que no lo dija , mi interior lo sabe para mi ya perdi pero aun asi siempre dare lo mejor para seguir.
    Se que nada sera como antes , pero se en mi interior que es asi por mi culpa aun que no lo dija , mi interior lo sabe para mi ya perdi pero aun asi siempre dare lo mejor para seguir.
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  • CLÍNICA CLANDESTINA NÉMESIS

    Si llegaste hasta esta puerta, es porque ya no tienes otra salida.

    Bienvenido a la Clínica Clandestina NÉMESIS, un refugio para quienes viven fuera de los sistemas, las leyes y las especies reconocidas.

    Público que atendemos

    Somos el último recurso para quienes existen entre líneas:

    Humanos indocumentados

    Lesionados, perseguidos, fugitivos.
    Aquí nadie pregunta nombres ni razones.

    Miembros de clanes mafiosos

    Heridas por balas, traiciones, rituales o silencios.
    Pagas, entras, vives. Eso es todo.

    Híbridos inestables

    Criaturas a medio camino entre dos mundos.
    Mutaciones, crisis sanguíneas, pérdida de control.

    Seres sobrenaturales

    Vampiros desangrados, licántropos con heridas imposibles, demonios fracturados, entidades sin rastro térmico.
    Si respiras o alguna vez lo hiciste… podemos ayudarte.
    Si no, probablemente también.

    Qué hacemos aquí

    Detrás de esta puerta oxidada hay tres niveles invisibles en cualquier registro:

    Nivel 0 — La fachada

    Consultas legales, estética médica, atención básica para quienes aún pueden mezclarse entre humanos.

    Nivel -1 — Medicina avanzada

    Neurocirugía compleja, regeneración experimental, reconstrucción orgánica, estabilización biológica.

    Nivel - 2 — La zona prohibida

    Cirugía de almas, contención de criaturas, manipulación de memorias.

    La regla de oro

    Aquí nadie pregunta quién eres.
    Solo qué necesitas para seguir respirando… o funcionando.
    No juzgamos tus heridas, tus pecados, tu sangre ni tu especie.
    Si la puerta se abrió para ti, significa que la clínica ya te aceptó.
    Entra. NÉMESIS no rechaza a los que viven entre sombras
    CLÍNICA CLANDESTINA NÉMESIS Si llegaste hasta esta puerta, es porque ya no tienes otra salida. Bienvenido a la Clínica Clandestina NÉMESIS, un refugio para quienes viven fuera de los sistemas, las leyes y las especies reconocidas. 🎯 Público que atendemos Somos el último recurso para quienes existen entre líneas: Humanos indocumentados Lesionados, perseguidos, fugitivos. Aquí nadie pregunta nombres ni razones. Miembros de clanes mafiosos Heridas por balas, traiciones, rituales o silencios. Pagas, entras, vives. Eso es todo. Híbridos inestables Criaturas a medio camino entre dos mundos. Mutaciones, crisis sanguíneas, pérdida de control. Seres sobrenaturales Vampiros desangrados, licántropos con heridas imposibles, demonios fracturados, entidades sin rastro térmico. Si respiras o alguna vez lo hiciste… podemos ayudarte. Si no, probablemente también. 🩺 Qué hacemos aquí Detrás de esta puerta oxidada hay tres niveles invisibles en cualquier registro: Nivel 0 — La fachada Consultas legales, estética médica, atención básica para quienes aún pueden mezclarse entre humanos. Nivel -1 — Medicina avanzada Neurocirugía compleja, regeneración experimental, reconstrucción orgánica, estabilización biológica. Nivel - 2 — La zona prohibida Cirugía de almas, contención de criaturas, manipulación de memorias. 🔥 La regla de oro Aquí nadie pregunta quién eres. Solo qué necesitas para seguir respirando… o funcionando. No juzgamos tus heridas, tus pecados, tu sangre ni tu especie. Si la puerta se abrió para ti, significa que la clínica ya te aceptó. Entra. NÉMESIS no rechaza a los que viven entre sombras
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