• — ¿Ese fue el nivel de los piratas bestia...? Pf...
    #SeductiveSunday
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  • Siente el mar en los pies y una caricia de brisa marina en su rostro. Su memoria de repente recuerda al pirata que más amó, y por quien más sufrió.

    Charles Vane.

    Quien le enseñó a amar el mar más de lo que lo amaba. Con quien aprendió a medir los vientos e izar las velas.

    Una lágrima silenciosa se desliza por su mejilla: ella en Nassau, en una habitación de cortinas rojas. Él... pendiendo de una cuerda en Gallows Point.
    Siente el mar en los pies y una caricia de brisa marina en su rostro. Su memoria de repente recuerda al pirata que más amó, y por quien más sufrió. Charles Vane. Quien le enseñó a amar el mar más de lo que lo amaba. Con quien aprendió a medir los vientos e izar las velas. Una lágrima silenciosa se desliza por su mejilla: ella en Nassau, en una habitación de cortinas rojas. Él... pendiendo de una cuerda en Gallows Point.
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  • El sonido de las olas golpeando suavemente el casco del Thousand Sunny llenaba el aire mientras Robin descansaba en la cubierta. La tarde era tranquila, el sol proyectaba un cálido resplandor dorado sobre el océano, y el bullicio habitual de sus compañeros piratas parecía haberse desvanecido, al menos por unos momentos. Robin, sentada con un libro abierto en sus manos, no leía realmente. Sus ojos recorrían las líneas de texto, pero su mente estaba atrapada en pensamientos del pasado.

    Había sido Miss All Sunday, la mano derecha de Crocodile, una figura envuelta en misterio y miedo. Aún podía sentir el peso de la máscara que había llevado durante tanto tiempo: el papel de la mujer inescrutable que siempre tenía un as bajo la manga, que ofrecía una sonrisa mientras urdía traiciones y esquemas. No tenía elección entonces; vivir como una herramienta era la única manera de sobrevivir. Había aprendido a no confiar en nadie, a mantener a todos a distancia y a asumir que cualquier conexión era una amenaza.

    Pero todo eso había cambiado.

    Robin alzó la vista del libro y observó el barco que ahora llamaba hogar. Luffy reía ruidosamente en la proa, probablemente porque Usopp había contado una de sus exageradas historias. Chopper trotaba alrededor, intentando convencer a Sanji de que no necesitaba comer más verduras. Incluso Zoro, que dormía bajo la sombra de las velas, irradiaba una tranquilidad contagiosa. Era una vida que jamás imaginó tener.

    "Robin-chwan, ¿un té?" La voz de Sanji la sacó de sus pensamientos. Él había aparecido con una taza perfectamente preparada, inclinándose como siempre con una mezcla de devoción y dramatismo. Robin sonrió, aceptando la taza. "Gracias, Sanji-kun."

    Esa simple interacción la llenó de calidez. Era tan... normal. No había dobles intenciones, no había cálculos. Solo una pequeña muestra de amabilidad que, en otra época, habría considerado peligrosa o manipuladora.

    Mientras sorbía el té, sus pensamientos volvieron a Arabasta, donde todo comenzó a cambiar. Luffy y los demás habían enfrentado a Crocodile no solo por el país, sino por sus propios ideales de justicia y amistad. Habían sido lo opuesto a todo lo que conocía: desinteresados, honestos y, de alguna manera, increíblemente tercos. Y cuando Luffy le ofreció un lugar en su barco, no lo había entendido. ¿Por qué querrían a alguien como ella, una mujer con una recompensa que la marcaba como peligrosa y una historia llena de sombras?

    Ahora sabía la respuesta. Luffy no veía el pasado como una carga insuperable. Para él, lo único que importaba era quién eras en ese momento y hacia dónde querías ir.

    Robin cerró los ojos, dejando que la brisa marina acariciara su rostro. Había noches en las que las sombras del pasado intentaban alcanzarla, susurros de traiciones pasadas y memorias de soledad. Pero ahora, tenía voces más fuertes que esas sombras: el grito entusiasta de Luffy, la risa escandalosa de Nami, las bromas de Usopp, las disputas de Zoro y Sanji.

    Y en esos momentos, cuando los recuerdos la acechaban, recordaba algo simple pero poderoso: ya no era Miss All Sunday. Era Nico Robin, la arqueóloga de los Piratas del Sombrero de Paja, y nunca había sentido tanto alivio por ello.
    El sonido de las olas golpeando suavemente el casco del Thousand Sunny llenaba el aire mientras Robin descansaba en la cubierta. La tarde era tranquila, el sol proyectaba un cálido resplandor dorado sobre el océano, y el bullicio habitual de sus compañeros piratas parecía haberse desvanecido, al menos por unos momentos. Robin, sentada con un libro abierto en sus manos, no leía realmente. Sus ojos recorrían las líneas de texto, pero su mente estaba atrapada en pensamientos del pasado. Había sido Miss All Sunday, la mano derecha de Crocodile, una figura envuelta en misterio y miedo. Aún podía sentir el peso de la máscara que había llevado durante tanto tiempo: el papel de la mujer inescrutable que siempre tenía un as bajo la manga, que ofrecía una sonrisa mientras urdía traiciones y esquemas. No tenía elección entonces; vivir como una herramienta era la única manera de sobrevivir. Había aprendido a no confiar en nadie, a mantener a todos a distancia y a asumir que cualquier conexión era una amenaza. Pero todo eso había cambiado. Robin alzó la vista del libro y observó el barco que ahora llamaba hogar. Luffy reía ruidosamente en la proa, probablemente porque Usopp había contado una de sus exageradas historias. Chopper trotaba alrededor, intentando convencer a Sanji de que no necesitaba comer más verduras. Incluso Zoro, que dormía bajo la sombra de las velas, irradiaba una tranquilidad contagiosa. Era una vida que jamás imaginó tener. "Robin-chwan, ¿un té?" La voz de Sanji la sacó de sus pensamientos. Él había aparecido con una taza perfectamente preparada, inclinándose como siempre con una mezcla de devoción y dramatismo. Robin sonrió, aceptando la taza. "Gracias, Sanji-kun." Esa simple interacción la llenó de calidez. Era tan... normal. No había dobles intenciones, no había cálculos. Solo una pequeña muestra de amabilidad que, en otra época, habría considerado peligrosa o manipuladora. Mientras sorbía el té, sus pensamientos volvieron a Arabasta, donde todo comenzó a cambiar. Luffy y los demás habían enfrentado a Crocodile no solo por el país, sino por sus propios ideales de justicia y amistad. Habían sido lo opuesto a todo lo que conocía: desinteresados, honestos y, de alguna manera, increíblemente tercos. Y cuando Luffy le ofreció un lugar en su barco, no lo había entendido. ¿Por qué querrían a alguien como ella, una mujer con una recompensa que la marcaba como peligrosa y una historia llena de sombras? Ahora sabía la respuesta. Luffy no veía el pasado como una carga insuperable. Para él, lo único que importaba era quién eras en ese momento y hacia dónde querías ir. Robin cerró los ojos, dejando que la brisa marina acariciara su rostro. Había noches en las que las sombras del pasado intentaban alcanzarla, susurros de traiciones pasadas y memorias de soledad. Pero ahora, tenía voces más fuertes que esas sombras: el grito entusiasta de Luffy, la risa escandalosa de Nami, las bromas de Usopp, las disputas de Zoro y Sanji. Y en esos momentos, cuando los recuerdos la acechaban, recordaba algo simple pero poderoso: ya no era Miss All Sunday. Era Nico Robin, la arqueóloga de los Piratas del Sombrero de Paja, y nunca había sentido tanto alivio por ello.
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  • — Soy el mejor pirata que puedas encontrar
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  • Me cancelaron la fiesta de Halloween, pero vi la oportunidad de usar mi disfraz y la aprobeche *Dice feliz la morena, con su disfraz de pirata*
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  • "Tambien hay que disfrutar un poco, no todo debe ser preocupaciones."

    Dice la marinera mientras disfruta de una buena cerveza en el bar

    #3D #Personaje3D #Oc #Pirata
    #Freerol
    "Tambien hay que disfrutar un poco, no todo debe ser preocupaciones." Dice la marinera mientras disfruta de una buena cerveza en el bar #3D #Personaje3D #Oc #Pirata #Freerol
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  • La mujer es poesía, por si sola, por su naturaleza y apasionante figura, el contorno de sus piernas al caminar envuelven, crean un Big Bang en la mente, nace un universo de locuras en el mar de pensamientos, como un pirata disfrazado de caballero estoy dispuesto a navegar y conquistar, no para un rato, no para un par de días, mía para toda la vida, sin dejar de mencionar el resto de tesoros, esos ojos encantan, ilusionan y sin darte cuenta ya estás enamorada, no se puede negar que una mirada es suficiente para descifrar un alma, por esa razón son todas admiradas, muchas amadas, y una sola señora en casa, debería ser así, pero que más da, nadie es culpable y yo no soy quien para juzgar, benditos los que han tenido ese placer, pero no me perderé en otro pensamiento, cuando mi detalle es a la esencia pura que hace de un hombre una bestia, mujer divina, te imagino mía, conociendo yo los misterios de tu piel, detallando, amando y conquistando cada rincón de tu ser, por ti mujer la bestia en el hombre se convirtió en poeta, o al menos eso intenta ..
    La mujer es poesía, por si sola, por su naturaleza y apasionante figura, el contorno de sus piernas al caminar envuelven, crean un Big Bang en la mente, nace un universo de locuras en el mar de pensamientos, como un pirata disfrazado de caballero estoy dispuesto a navegar y conquistar, no para un rato, no para un par de días, mía para toda la vida, sin dejar de mencionar el resto de tesoros, esos ojos encantan, ilusionan y sin darte cuenta ya estás enamorada, no se puede negar que una mirada es suficiente para descifrar un alma, por esa razón son todas admiradas, muchas amadas, y una sola señora en casa, debería ser así, pero que más da, nadie es culpable y yo no soy quien para juzgar, benditos los que han tenido ese placer, pero no me perderé en otro pensamiento, cuando mi detalle es a la esencia pura que hace de un hombre una bestia, mujer divina, te imagino mía, conociendo yo los misterios de tu piel, detallando, amando y conquistando cada rincón de tu ser, por ti mujer la bestia en el hombre se convirtió en poeta, o al menos eso intenta ..
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  • —Para que luego digan que los piratas no se bañan. El que diga eso no conoce lo mucho que un honesto y humilde capitán pirata disfruta del agua fresca de una cascada virgen—

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ #SeductiveSunday

    ㅤㅤㅤㅤㅤ #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    —Para que luego digan que los piratas no se bañan. El que diga eso no conoce lo mucho que un honesto y humilde capitán pirata disfruta del agua fresca de una cascada virgen— ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ #SeductiveSunday ㅤㅤㅤㅤㅤ #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • La luz de las velas titilaba en las mesas de la tasca, creando sombras danzantes en las paredes de madera oscura. Charlotte, la temida capitana pirata, se reclinaba en su silla con una elegancia desenfadada, su mirada fija en el vaso de ron que reposaba frente a ella. Su cabello rebelde, enredado por la brisa del mar, caía sobre sus hombros, y su tricornio, colocado a un lado, dejaba al descubierto una cicatriz que contaba historias de batallas y aventuras.

    A medida que las horas pasaban, el murmullo de risas y canciones llenaba el aire, pero Charlotte parecía ajena a todo. Los ruidos de la tasca, con su olor a sal y a tabaco, se entrelazaban con sus pensamientos. Recordaba los mapas que había trazado, las islas misteriosas que aún la aguardaban y el oro escondido en los rincones más oscuros del Caribe.

    Con un gesto decidido, levantó su vaso y brindó en silencio por aquellos que habían caído en su camino, y por aquellos que aún luchaban a su lado. A pesar de las sombras que se cernían sobre su vida, en su interior ardía una llama de libertad que nada podía apagar. La noche era su aliada, y el mar, su eterno hogar. Con una sonrisa desafiante, Charlotte miró hacia la puerta, lista para el siguiente capítulo de su historia.

    #3D #Comunidad3D #Personajes3D #CharlotteLockhart
    La luz de las velas titilaba en las mesas de la tasca, creando sombras danzantes en las paredes de madera oscura. Charlotte, la temida capitana pirata, se reclinaba en su silla con una elegancia desenfadada, su mirada fija en el vaso de ron que reposaba frente a ella. Su cabello rebelde, enredado por la brisa del mar, caía sobre sus hombros, y su tricornio, colocado a un lado, dejaba al descubierto una cicatriz que contaba historias de batallas y aventuras. A medida que las horas pasaban, el murmullo de risas y canciones llenaba el aire, pero Charlotte parecía ajena a todo. Los ruidos de la tasca, con su olor a sal y a tabaco, se entrelazaban con sus pensamientos. Recordaba los mapas que había trazado, las islas misteriosas que aún la aguardaban y el oro escondido en los rincones más oscuros del Caribe. Con un gesto decidido, levantó su vaso y brindó en silencio por aquellos que habían caído en su camino, y por aquellos que aún luchaban a su lado. A pesar de las sombras que se cernían sobre su vida, en su interior ardía una llama de libertad que nada podía apagar. La noche era su aliada, y el mar, su eterno hogar. Con una sonrisa desafiante, Charlotte miró hacia la puerta, lista para el siguiente capítulo de su historia. #3D #Comunidad3D #Personajes3D #CharlotteLockhart
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  • When we first met
    Fandom OC, Siglo XVIII, Piratas.
    Categoría Romance
    South Street Seaport - Nueva York. 1685
    Starter para Skye Morrison

    Cada día más personas se amontonaban en los muelles del puerto sur de la ciudad, el lugar de oro para los mangantes y ladrones. La guerra hacía estragos al otro lado del charco y por si no era suficiente aún quedaban los piratas.

    El olor a pescado no era molestia para la joven pero sí para su acompañante que cubría con un pañuelo su nariz, en una expresión bastante molesta. No comprendía las ganas de la joven de pasear en un ambiente así y como no le repugnaba. La excusa de Maxine era evadirse del mismo aprovechando ese bullicio haciendo que su brazo se soltara y pudiera escapar de la presión que sentía junto a él.

    Lo consiguió, consiguió perderse entre la multitud sonriente por ello, disfrutando de esos minutos de paz y libertad hasta que diera con ella.
    South Street Seaport - Nueva York. 1685 Starter para [G0LDENSEA] Cada día más personas se amontonaban en los muelles del puerto sur de la ciudad, el lugar de oro para los mangantes y ladrones. La guerra hacía estragos al otro lado del charco y por si no era suficiente aún quedaban los piratas. El olor a pescado no era molestia para la joven pero sí para su acompañante que cubría con un pañuelo su nariz, en una expresión bastante molesta. No comprendía las ganas de la joven de pasear en un ambiente así y como no le repugnaba. La excusa de Maxine era evadirse del mismo aprovechando ese bullicio haciendo que su brazo se soltara y pudiera escapar de la presión que sentía junto a él. Lo consiguió, consiguió perderse entre la multitud sonriente por ello, disfrutando de esos minutos de paz y libertad hasta que diera con ella.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Terminado
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