• Perfecionando una textura para ser un tanto mas humano similar al tipo este de piratas del caribe....el tipo de la barba de calamar
    Perfecionando una textura para ser un tanto mas humano similar al tipo este de piratas del caribe....el tipo de la barba de calamar
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  • Vestigia .
    La noche ..

    - He sobrepasado el umbral de lo permitido, asumiré la consecuencia si es lo debido, no importa, por tu sueño, por tu noche, cualquier costo es nada comparado a los placeres que yo viviré .

    Soy yo de nuevo, el que atraviesa los muros como sombra en la noche y llega a tus sueños, derepente y entonces me invitaste, tu voz yo la oí de lejos, a distancia y no me negué a escuchar tu plegaria .

    Me infiltre está noche entre tus sábanas, al encontrarte dormida no dude yo de tomar de ti lo que deseaba, me acerque a tu oído y al monstruo que habita en lo profundo de tu alma, mi amada bestia, furiosa, te llamé, soy aquel que no tiene nombre, hoy me pondré la máscara del pirata de las flores, te contaré una historia grandiosa, susurros míos que te adormecen al tiempo yo te voy desvistiendo, suave y lentamente, mis manos acariciando tu piel con mis dedos suavemente deslizan las prendas que cubren tu piel, yo me encanto de todo lo que veo, me he puesto a tus pies y sujetando ambos los he llenado de besos cariñosos, mis labios conquistan tus piernas, yo sonrió y acariciando con mi rostro tu entrepierna me adueñó de tu aroma, de tu esencia, he llegado a un punto donde no puedo detener mis acciones, elevando tus piernas con algo de fuerza, mis manos suavemente retiran las prendas que cubren tu intimidad, dejando expuesta a mi merced la virtud femenina, vaya delirio el mio, no he dudado un instante en sujetar tus piernas con firmeza y acariciarte suavemente con mi lengua, poco a tus fluidos se derraman en mi boca, el elixir me provoca perversión, de la más pura, dulce nectar, lo quiero todo, lo quiero siempre, la cama es sacudida por el peso de mi cuerpo, tiemblas y te esfuerzas por apartarme un poco de ti, pero era tarde ya para negarse, sin dejar de mencionar que aquellos dulces ojitos reflejaban el fuego de mi tesoro ardiendo, no hubo tiempo para desahogar por completo el amor y su apasionante deseo y placer por el sexo, llegado el día yo ya no estaba, pero en tu mente el recuerdo de una noche inolvidable se encontraba, nos faltaran días, pero sera nuestra la eternidad .
    Vestigia . La noche .. - He sobrepasado el umbral de lo permitido, asumiré la consecuencia si es lo debido, no importa, por tu sueño, por tu noche, cualquier costo es nada comparado a los placeres que yo viviré . Soy yo de nuevo, el que atraviesa los muros como sombra en la noche y llega a tus sueños, derepente y entonces me invitaste, tu voz yo la oí de lejos, a distancia y no me negué a escuchar tu plegaria . Me infiltre está noche entre tus sábanas, al encontrarte dormida no dude yo de tomar de ti lo que deseaba, me acerque a tu oído y al monstruo que habita en lo profundo de tu alma, mi amada bestia, furiosa, te llamé, soy aquel que no tiene nombre, hoy me pondré la máscara del pirata de las flores, te contaré una historia grandiosa, susurros míos que te adormecen al tiempo yo te voy desvistiendo, suave y lentamente, mis manos acariciando tu piel con mis dedos suavemente deslizan las prendas que cubren tu piel, yo me encanto de todo lo que veo, me he puesto a tus pies y sujetando ambos los he llenado de besos cariñosos, mis labios conquistan tus piernas, yo sonrió y acariciando con mi rostro tu entrepierna me adueñó de tu aroma, de tu esencia, he llegado a un punto donde no puedo detener mis acciones, elevando tus piernas con algo de fuerza, mis manos suavemente retiran las prendas que cubren tu intimidad, dejando expuesta a mi merced la virtud femenina, vaya delirio el mio, no he dudado un instante en sujetar tus piernas con firmeza y acariciarte suavemente con mi lengua, poco a tus fluidos se derraman en mi boca, el elixir me provoca perversión, de la más pura, dulce nectar, lo quiero todo, lo quiero siempre, la cama es sacudida por el peso de mi cuerpo, tiemblas y te esfuerzas por apartarme un poco de ti, pero era tarde ya para negarse, sin dejar de mencionar que aquellos dulces ojitos reflejaban el fuego de mi tesoro ardiendo, no hubo tiempo para desahogar por completo el amor y su apasionante deseo y placer por el sexo, llegado el día yo ya no estaba, pero en tu mente el recuerdo de una noche inolvidable se encontraba, nos faltaran días, pero sera nuestra la eternidad .
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  • 𝓢𝐚𝐢𝐥𝐨𝐫𝐬 𝐭𝐞𝐥𝐥 𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐞𝐬, 𝓟𝐢𝐫𝐚𝐭𝐞𝐬 𝐦𝐚𝐤𝐞 𝐥𝐞𝐠𝐞𝐧𝐝𝐬!!
    Fandom ACOTAR
    Categoría Slice of Life
    Al timón de un imponente y excéntrico barco iba liderando la travesía Zima, un pirata (Aunque actualmente reconocido corsario) nacido en las costas de Hybern. Zima era un hombre educado y elegante, debería de medir casi los dos metros, y aún así usaba unas botas con algo de tacón, vestía de rojo, y su cabello era rizado y caía en bucles sobre sus hombros, tenía une elegante y bien cuidado bigote que le daba casi el aspecto de un burgués cortesano, sobre todo por las joyas que decoraban sus dedos, siete anillos.

    El primero de los anillos lo llevaba en el pulgar de la mano izquierda, era de hueso o tal vez de marfil, se suponía que esa clase de anillos no debían de mostrarse por que tenían un significado oscuro pero Zima lo exhibía con orgullo. El segundo anillo decoraba su dedo índice, era de oro, tenía engastada una gran piedra de color verde, casi se podría decir que era el anillo de un rey ¿Verdad? El tercer anillo descansaba en el pulgar de su mano izquierda, era de hierro, era ancho y tosco, y estaba grabado con unas palabras "Rumbo al horizonte", El cuarto y quinto anillo los portaba en el dedo corazón, era un conjunto de anillos de plata con unos rubíes engastados, era como si aquellos anillos hubieran sido forjados para estar juntos, para encontrarse el uno al otro. El sexto anillo descansaba en el anular, era un sencillo anillo de oro blanco, no había decoraciones, ni piedras preciosas, nada, solo un anillo de oro blanco. El séptimo anillo y último era invisible y estaba colocado en el meñique de Zima, era un anillo hecho con la brisa del mar y los vientos del este, era un anillo maldito.

    Zima, silbaba una saloma mientras giraba dos nudos a estribor, corrigiendo el rumbo de su travesía, iba a llegar a su destino en cualquier momento. Pronto, muy pronto atracaría en la depresión de tierra que separaba la corte Noche de la corte Día, y pronto muy pronto comenzaría su nuevo viaje.

    Zima, tras la caída del antiguo rey de Hybern había prometido ser Corsario y servir a la corona pero una vez que uno es pirata, siempre será pirata ¿Verdad? Bueno, técnicamente estuvo cumpliendo la promesa, sirvió al rey mientras estuvo vivo pero... Muerto el perro se acababa la rabia, jé. Zima era un buscador de la libertad eterna, un quebrantador de leyes nato, un ser caótico que tenía una única misión, por ahora, conseguir a un cuentacuentos, o mejor dicho a un vidente, para que le ayudase a encontrar cierto tesoro antaño desaparecido, no era de extrañar que un pirata buscase tesoros enterrados pero si uno leía bien entre las líneas de Zima podía darse cuenta que no era un piratucho común, que él iba más allá. Quería poder y estatus, quería gobernar los mares y ser considerado el rey de las mareas, quería... el poder que guardaba 𝓮𝓵 𝓽𝓮𝓼𝓸𝓻𝓸 𝓭𝓮𝓵 𝓶𝓪𝓻.
    Al timón de un imponente y excéntrico barco iba liderando la travesía Zima, un pirata (Aunque actualmente reconocido corsario) nacido en las costas de Hybern. Zima era un hombre educado y elegante, debería de medir casi los dos metros, y aún así usaba unas botas con algo de tacón, vestía de rojo, y su cabello era rizado y caía en bucles sobre sus hombros, tenía une elegante y bien cuidado bigote que le daba casi el aspecto de un burgués cortesano, sobre todo por las joyas que decoraban sus dedos, siete anillos. El primero de los anillos lo llevaba en el pulgar de la mano izquierda, era de hueso o tal vez de marfil, se suponía que esa clase de anillos no debían de mostrarse por que tenían un significado oscuro pero Zima lo exhibía con orgullo. El segundo anillo decoraba su dedo índice, era de oro, tenía engastada una gran piedra de color verde, casi se podría decir que era el anillo de un rey ¿Verdad? El tercer anillo descansaba en el pulgar de su mano izquierda, era de hierro, era ancho y tosco, y estaba grabado con unas palabras "Rumbo al horizonte", El cuarto y quinto anillo los portaba en el dedo corazón, era un conjunto de anillos de plata con unos rubíes engastados, era como si aquellos anillos hubieran sido forjados para estar juntos, para encontrarse el uno al otro. El sexto anillo descansaba en el anular, era un sencillo anillo de oro blanco, no había decoraciones, ni piedras preciosas, nada, solo un anillo de oro blanco. El séptimo anillo y último era invisible y estaba colocado en el meñique de Zima, era un anillo hecho con la brisa del mar y los vientos del este, era un anillo maldito. Zima, silbaba una saloma mientras giraba dos nudos a estribor, corrigiendo el rumbo de su travesía, iba a llegar a su destino en cualquier momento. Pronto, muy pronto atracaría en la depresión de tierra que separaba la corte Noche de la corte Día, y pronto muy pronto comenzaría su nuevo viaje. Zima, tras la caída del antiguo rey de Hybern había prometido ser Corsario y servir a la corona pero una vez que uno es pirata, siempre será pirata ¿Verdad? Bueno, técnicamente estuvo cumpliendo la promesa, sirvió al rey mientras estuvo vivo pero... Muerto el perro se acababa la rabia, jé. Zima era un buscador de la libertad eterna, un quebrantador de leyes nato, un ser caótico que tenía una única misión, por ahora, conseguir a un cuentacuentos, o mejor dicho a un vidente, para que le ayudase a encontrar cierto tesoro antaño desaparecido, no era de extrañar que un pirata buscase tesoros enterrados pero si uno leía bien entre las líneas de Zima podía darse cuenta que no era un piratucho común, que él iba más allá. Quería poder y estatus, quería gobernar los mares y ser considerado el rey de las mareas, quería... el poder que guardaba 𝓮𝓵 𝓽𝓮𝓼𝓸𝓻𝓸 𝓭𝓮𝓵 𝓶𝓪𝓻.
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  • — ¿Ese fue el nivel de los piratas bestia...? Pf...
    #SeductiveSunday
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  • Siente el mar en los pies y una caricia de brisa marina en su rostro. Su memoria de repente recuerda al pirata que más amó, y por quien más sufrió.

    Charles Vane.

    Quien le enseñó a amar el mar más de lo que lo amaba. Con quien aprendió a medir los vientos e izar las velas.

    Una lágrima silenciosa se desliza por su mejilla: ella en Nassau, en una habitación de cortinas rojas. Él... pendiendo de una cuerda en Gallows Point.
    Siente el mar en los pies y una caricia de brisa marina en su rostro. Su memoria de repente recuerda al pirata que más amó, y por quien más sufrió. Charles Vane. Quien le enseñó a amar el mar más de lo que lo amaba. Con quien aprendió a medir los vientos e izar las velas. Una lágrima silenciosa se desliza por su mejilla: ella en Nassau, en una habitación de cortinas rojas. Él... pendiendo de una cuerda en Gallows Point.
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  • El sonido de las olas golpeando suavemente el casco del Thousand Sunny llenaba el aire mientras Robin descansaba en la cubierta. La tarde era tranquila, el sol proyectaba un cálido resplandor dorado sobre el océano, y el bullicio habitual de sus compañeros piratas parecía haberse desvanecido, al menos por unos momentos. Robin, sentada con un libro abierto en sus manos, no leía realmente. Sus ojos recorrían las líneas de texto, pero su mente estaba atrapada en pensamientos del pasado.

    Había sido Miss All Sunday, la mano derecha de Crocodile, una figura envuelta en misterio y miedo. Aún podía sentir el peso de la máscara que había llevado durante tanto tiempo: el papel de la mujer inescrutable que siempre tenía un as bajo la manga, que ofrecía una sonrisa mientras urdía traiciones y esquemas. No tenía elección entonces; vivir como una herramienta era la única manera de sobrevivir. Había aprendido a no confiar en nadie, a mantener a todos a distancia y a asumir que cualquier conexión era una amenaza.

    Pero todo eso había cambiado.

    Robin alzó la vista del libro y observó el barco que ahora llamaba hogar. Luffy reía ruidosamente en la proa, probablemente porque Usopp había contado una de sus exageradas historias. Chopper trotaba alrededor, intentando convencer a Sanji de que no necesitaba comer más verduras. Incluso Zoro, que dormía bajo la sombra de las velas, irradiaba una tranquilidad contagiosa. Era una vida que jamás imaginó tener.

    "Robin-chwan, ¿un té?" La voz de Sanji la sacó de sus pensamientos. Él había aparecido con una taza perfectamente preparada, inclinándose como siempre con una mezcla de devoción y dramatismo. Robin sonrió, aceptando la taza. "Gracias, Sanji-kun."

    Esa simple interacción la llenó de calidez. Era tan... normal. No había dobles intenciones, no había cálculos. Solo una pequeña muestra de amabilidad que, en otra época, habría considerado peligrosa o manipuladora.

    Mientras sorbía el té, sus pensamientos volvieron a Arabasta, donde todo comenzó a cambiar. Luffy y los demás habían enfrentado a Crocodile no solo por el país, sino por sus propios ideales de justicia y amistad. Habían sido lo opuesto a todo lo que conocía: desinteresados, honestos y, de alguna manera, increíblemente tercos. Y cuando Luffy le ofreció un lugar en su barco, no lo había entendido. ¿Por qué querrían a alguien como ella, una mujer con una recompensa que la marcaba como peligrosa y una historia llena de sombras?

    Ahora sabía la respuesta. Luffy no veía el pasado como una carga insuperable. Para él, lo único que importaba era quién eras en ese momento y hacia dónde querías ir.

    Robin cerró los ojos, dejando que la brisa marina acariciara su rostro. Había noches en las que las sombras del pasado intentaban alcanzarla, susurros de traiciones pasadas y memorias de soledad. Pero ahora, tenía voces más fuertes que esas sombras: el grito entusiasta de Luffy, la risa escandalosa de Nami, las bromas de Usopp, las disputas de Zoro y Sanji.

    Y en esos momentos, cuando los recuerdos la acechaban, recordaba algo simple pero poderoso: ya no era Miss All Sunday. Era Nico Robin, la arqueóloga de los Piratas del Sombrero de Paja, y nunca había sentido tanto alivio por ello.
    El sonido de las olas golpeando suavemente el casco del Thousand Sunny llenaba el aire mientras Robin descansaba en la cubierta. La tarde era tranquila, el sol proyectaba un cálido resplandor dorado sobre el océano, y el bullicio habitual de sus compañeros piratas parecía haberse desvanecido, al menos por unos momentos. Robin, sentada con un libro abierto en sus manos, no leía realmente. Sus ojos recorrían las líneas de texto, pero su mente estaba atrapada en pensamientos del pasado. Había sido Miss All Sunday, la mano derecha de Crocodile, una figura envuelta en misterio y miedo. Aún podía sentir el peso de la máscara que había llevado durante tanto tiempo: el papel de la mujer inescrutable que siempre tenía un as bajo la manga, que ofrecía una sonrisa mientras urdía traiciones y esquemas. No tenía elección entonces; vivir como una herramienta era la única manera de sobrevivir. Había aprendido a no confiar en nadie, a mantener a todos a distancia y a asumir que cualquier conexión era una amenaza. Pero todo eso había cambiado. Robin alzó la vista del libro y observó el barco que ahora llamaba hogar. Luffy reía ruidosamente en la proa, probablemente porque Usopp había contado una de sus exageradas historias. Chopper trotaba alrededor, intentando convencer a Sanji de que no necesitaba comer más verduras. Incluso Zoro, que dormía bajo la sombra de las velas, irradiaba una tranquilidad contagiosa. Era una vida que jamás imaginó tener. "Robin-chwan, ¿un té?" La voz de Sanji la sacó de sus pensamientos. Él había aparecido con una taza perfectamente preparada, inclinándose como siempre con una mezcla de devoción y dramatismo. Robin sonrió, aceptando la taza. "Gracias, Sanji-kun." Esa simple interacción la llenó de calidez. Era tan... normal. No había dobles intenciones, no había cálculos. Solo una pequeña muestra de amabilidad que, en otra época, habría considerado peligrosa o manipuladora. Mientras sorbía el té, sus pensamientos volvieron a Arabasta, donde todo comenzó a cambiar. Luffy y los demás habían enfrentado a Crocodile no solo por el país, sino por sus propios ideales de justicia y amistad. Habían sido lo opuesto a todo lo que conocía: desinteresados, honestos y, de alguna manera, increíblemente tercos. Y cuando Luffy le ofreció un lugar en su barco, no lo había entendido. ¿Por qué querrían a alguien como ella, una mujer con una recompensa que la marcaba como peligrosa y una historia llena de sombras? Ahora sabía la respuesta. Luffy no veía el pasado como una carga insuperable. Para él, lo único que importaba era quién eras en ese momento y hacia dónde querías ir. Robin cerró los ojos, dejando que la brisa marina acariciara su rostro. Había noches en las que las sombras del pasado intentaban alcanzarla, susurros de traiciones pasadas y memorias de soledad. Pero ahora, tenía voces más fuertes que esas sombras: el grito entusiasta de Luffy, la risa escandalosa de Nami, las bromas de Usopp, las disputas de Zoro y Sanji. Y en esos momentos, cuando los recuerdos la acechaban, recordaba algo simple pero poderoso: ya no era Miss All Sunday. Era Nico Robin, la arqueóloga de los Piratas del Sombrero de Paja, y nunca había sentido tanto alivio por ello.
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  • — Soy el mejor pirata que puedas encontrar
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  • Me cancelaron la fiesta de Halloween, pero vi la oportunidad de usar mi disfraz y la aprobeche *Dice feliz la morena, con su disfraz de pirata*
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  • "Tambien hay que disfrutar un poco, no todo debe ser preocupaciones."

    Dice la marinera mientras disfruta de una buena cerveza en el bar

    #3D #Personaje3D #Oc #Pirata
    #Freerol
    "Tambien hay que disfrutar un poco, no todo debe ser preocupaciones." Dice la marinera mientras disfruta de una buena cerveza en el bar #3D #Personaje3D #Oc #Pirata #Freerol
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  • La mujer es poesía, por si sola, por su naturaleza y apasionante figura, el contorno de sus piernas al caminar envuelven, crean un Big Bang en la mente, nace un universo de locuras en el mar de pensamientos, como un pirata disfrazado de caballero estoy dispuesto a navegar y conquistar, no para un rato, no para un par de días, mía para toda la vida, sin dejar de mencionar el resto de tesoros, esos ojos encantan, ilusionan y sin darte cuenta ya estás enamorada, no se puede negar que una mirada es suficiente para descifrar un alma, por esa razón son todas admiradas, muchas amadas, y una sola señora en casa, debería ser así, pero que más da, nadie es culpable y yo no soy quien para juzgar, benditos los que han tenido ese placer, pero no me perderé en otro pensamiento, cuando mi detalle es a la esencia pura que hace de un hombre una bestia, mujer divina, te imagino mía, conociendo yo los misterios de tu piel, detallando, amando y conquistando cada rincón de tu ser, por ti mujer la bestia en el hombre se convirtió en poeta, o al menos eso intenta ..
    La mujer es poesía, por si sola, por su naturaleza y apasionante figura, el contorno de sus piernas al caminar envuelven, crean un Big Bang en la mente, nace un universo de locuras en el mar de pensamientos, como un pirata disfrazado de caballero estoy dispuesto a navegar y conquistar, no para un rato, no para un par de días, mía para toda la vida, sin dejar de mencionar el resto de tesoros, esos ojos encantan, ilusionan y sin darte cuenta ya estás enamorada, no se puede negar que una mirada es suficiente para descifrar un alma, por esa razón son todas admiradas, muchas amadas, y una sola señora en casa, debería ser así, pero que más da, nadie es culpable y yo no soy quien para juzgar, benditos los que han tenido ese placer, pero no me perderé en otro pensamiento, cuando mi detalle es a la esencia pura que hace de un hombre una bestia, mujer divina, te imagino mía, conociendo yo los misterios de tu piel, detallando, amando y conquistando cada rincón de tu ser, por ti mujer la bestia en el hombre se convirtió en poeta, o al menos eso intenta ..
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