• *El tren avanza lentamente, y sientes cómo el sudor de los demás mezcla sus olores en el aire denso. Te mueves, buscando espacio, pero una chica se empuja ante ti, sus cuerpos se rozan. Ella no dice nada, atrapada entre la multitud. Tu corazón late más rápido, una inquietud surge mientras observas cómo algunos hombres aprovechan la situación. La chica retrocede, presionando su cuerpo contra el tuyo sin tener opción de moverse.*

    1. Aprovechar el momento para ser un pervertido.
    2. Proteger a la chica que se apoya en tí.
    3. Ignorar y ver qué sucede.
    4. Moverte a otra posición.
    5. ( Puedes decidir si también eres una chica)
    6. *(Escribe tu acción).*
    *El tren avanza lentamente, y sientes cómo el sudor de los demás mezcla sus olores en el aire denso. Te mueves, buscando espacio, pero una chica se empuja ante ti, sus cuerpos se rozan. Ella no dice nada, atrapada entre la multitud. Tu corazón late más rápido, una inquietud surge mientras observas cómo algunos hombres aprovechan la situación. La chica retrocede, presionando su cuerpo contra el tuyo sin tener opción de moverse.* 1. Aprovechar el momento para ser un pervertido. 2. Proteger a la chica que se apoya en tí. 3. Ignorar y ver qué sucede. 4. Moverte a otra posición. 5. ( Puedes decidir si también eres una chica) 6. *(Escribe tu acción).*
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  • La luna teñida de carmesí.
    Fandom OC
    Categoría Fantasía
    (( Rol cerrado con Dark Urge ))

    Kazuo caminaba lentamente por el bosque, el crepúsculo envolviendo el paisaje en tonos cálidos de dorado y rojo. Su cabello negro caía en mechones suaves sobre su cuello, moviéndose al compás de la brisa, mientras sus ojos azules, brillantes como el reflejo del cielo en un lago profundo, se mantenían atentos a los detalles de su entorno. Cada rincón del bosque era suyo, y el kitsune lo consideraba un santuario que vigilaba con devoción y diligencia.

    Sin embargo, esa tarde el aire se sintió distinto. Un aroma espeso, metálico, flotaba entre los árboles, opacando los perfumes de la tierra y las flores. Kazuo detuvo su andar, frunciendo el ceño. Su conexión con el bosque le advertía de un desequilibrio. El origen de esa sensación no tardó en revelarse.

    Siguiendo el hedor de la sangre, Kazuo llegó a un claro donde la luz del atardecer se mezclaba con el rojo vivo de un espectáculo grotesco. Cadáveres de animales, mutilados y desechados como juguetes rotos, decoraban el suelo. Las sombras de los árboles parecían intensificar la brutalidad del panorama, creando una escena tan repulsiva como inquietante.

    En el centro del caos, un joven de largos cabellos blancos descansaba sobre la hierba teñida de carmesí. Su piel, pálida como la nieve, contrastaba con las manchas de sangre que cubrían sus manos, su ropa ligera y su rostro inexpresivo. En sus manos aún sostenía una liebre, su cuello en un ángulo extraño incompatible con la vida,

    Kazuo salió de entre los árboles con pasos silenciosos, como los de un felino, observando la escena en silencio. No era raro que los mortales perturbasen su bosque, pero este individuo era diferente. Su aura era ponzoñosa, antigua, arcana. Los ojos del joven, de un color rosado apagado, reflejaban un vacío desconcertante. No había ira, ni tristeza, ni siquiera placer en su expresión. Solo un tedio inquietante, como si la destrucción a su alrededor no fuera más que un pasatiempo pasajero.

    El kitsune dio un ultimo paso.

    —¿Ya te aburriste de usar mi bosque como tu lienzo? —preguntó Kazuo con un tono inquietanteme

    Las auras de ambos eran poderosas, tan similares como contrarias. Kazuo: un demonio, hijo de la deidad Inari, un kitsune en la cúspide de su poder con sus nueve colas. Su aura era pura, como el agua virgen de la montaña. Y aquel joven: de belleza etérea, casi irreal como la de Kazuo. Su aura evocaba un miasma desagradable que contrastaba con la del zorro. Era como si la antítesis del otro estuviese cara a cara.
    (( Rol cerrado con [darkurge13] )) Kazuo caminaba lentamente por el bosque, el crepúsculo envolviendo el paisaje en tonos cálidos de dorado y rojo. Su cabello negro caía en mechones suaves sobre su cuello, moviéndose al compás de la brisa, mientras sus ojos azules, brillantes como el reflejo del cielo en un lago profundo, se mantenían atentos a los detalles de su entorno. Cada rincón del bosque era suyo, y el kitsune lo consideraba un santuario que vigilaba con devoción y diligencia. Sin embargo, esa tarde el aire se sintió distinto. Un aroma espeso, metálico, flotaba entre los árboles, opacando los perfumes de la tierra y las flores. Kazuo detuvo su andar, frunciendo el ceño. Su conexión con el bosque le advertía de un desequilibrio. El origen de esa sensación no tardó en revelarse. Siguiendo el hedor de la sangre, Kazuo llegó a un claro donde la luz del atardecer se mezclaba con el rojo vivo de un espectáculo grotesco. Cadáveres de animales, mutilados y desechados como juguetes rotos, decoraban el suelo. Las sombras de los árboles parecían intensificar la brutalidad del panorama, creando una escena tan repulsiva como inquietante. En el centro del caos, un joven de largos cabellos blancos descansaba sobre la hierba teñida de carmesí. Su piel, pálida como la nieve, contrastaba con las manchas de sangre que cubrían sus manos, su ropa ligera y su rostro inexpresivo. En sus manos aún sostenía una liebre, su cuello en un ángulo extraño incompatible con la vida, Kazuo salió de entre los árboles con pasos silenciosos, como los de un felino, observando la escena en silencio. No era raro que los mortales perturbasen su bosque, pero este individuo era diferente. Su aura era ponzoñosa, antigua, arcana. Los ojos del joven, de un color rosado apagado, reflejaban un vacío desconcertante. No había ira, ni tristeza, ni siquiera placer en su expresión. Solo un tedio inquietante, como si la destrucción a su alrededor no fuera más que un pasatiempo pasajero. El kitsune dio un ultimo paso. —¿Ya te aburriste de usar mi bosque como tu lienzo? —preguntó Kazuo con un tono inquietanteme Las auras de ambos eran poderosas, tan similares como contrarias. Kazuo: un demonio, hijo de la deidad Inari, un kitsune en la cúspide de su poder con sus nueve colas. Su aura era pura, como el agua virgen de la montaña. Y aquel joven: de belleza etérea, casi irreal como la de Kazuo. Su aura evocaba un miasma desagradable que contrastaba con la del zorro. Era como si la antítesis del otro estuviese cara a cara.
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  • 𝗦̅𝗘̅Ⲥ̅𝙍̅𝗘̅ꔋ̅𝝤̅𝗦̅┐
    Fandom Tensura y Otros
    Categoría Otros
    ╔•═•⊰❉⊱•═•⊰❉⊱•═•⊰❉⊱⊰❉⊱•═•⊰❉⊱•═•⊰❉⊱•═•╗

    『A pasado un tiempo desde que visitaste aquella floristería.
    en ella conoces a una persona de cabello celeste. A simple vista se puede observar como una chica de estatura media, su uniforme con un delantal azul, camiseta blanca y un pantalón de un color gris.

    Su cabello estaba recogido sujeto a un listón negro sus ojos de color amarillo ámbar cautivan de solo verlos.
    Aquel día en el cual decides comprar algunas flores, te lo encuentras trabajando, se podía observar como su mano derecha sujetaba una flor de color azul mientras que en el balde que estaba frente a el estaban el resto.

    Cuando intentas dialogar con el y te presentas, pero de manera inesperada responde lo siguiente; "—Disculpe señorita, pero soy hombre".

    Aquello deja a la chica desconcertada y al mismo tiempo sorprendida ¿De verdad es un hombre? Luce tan femenina que fácilmente ante sus ojos que el descubrir que era hombre la habría dejado anonadada.

    Con el tiempo y luego de unos cuantos meses comienzan a entablar una mayor amistad y con el pasar de año y medio, un interés.
    De aquel interés daba como resultado en varios encuentros a solas en la intimidad.

    Una noche, recibes un mensaje del azulado en el cual se notificaba que habría mandado una foto.

    Haz recibido un mensaje

    Haz recibido un mensaje en el cual contiene un texto diciendo; "—Aquí tienes la foto que tanto me pediste, espero te guste~ "

    Aquel texto continua con una foto en la que se puede observar como portaba un uniforme femenino, pero enfocando lo que vendría siendo el miembro del azulado el cual se mostraba erecto.』

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    「 Siéntase libre de responder.」
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  • Un día normal para Nilou

    El sol apenas despuntaba en el horizonte, y la ciudad de Sumeru se llenaba de los susurros de la vida que despertaba. Nilou, con su cabello rojo brillando bajo la luz matutina, salía de su pequeño hogar detrás del Gran Teatro Zubayr, lista para comenzar su rutina diaria.

    Lo primero en su lista era visitar el mercado. Con una canasta en mano, recorría los puestos con una sonrisa amable, deteniéndose para saludar a los vendedores y escuchar sus historias. Siempre tenía tiempo para una charla breve, ya fuera con el frutero que le ofrecía dátiles frescos o con la anciana que vendía especias aromáticas.

    Después de llenar su canasta con frutas, hierbas y flores, regresaba al teatro. Aquel lugar no solo era su trabajo, sino también su refugio. Nilou colocaba las flores frescas en jarrones que decoraban los camerinos, llenando el ambiente de vida y color. Luego, comenzaba los ensayos con el resto de los bailarines. Los rayos de sol se filtraban por las ventanas altas, iluminando los movimientos fluidos que realizaba al compás de la música.

    “¡Una vez más!”, exclamaba con entusiasmo, animando a sus compañeros a repetir una coreografía compleja. Para Nilou, la danza no era solo una forma de expresión, sino un puente entre las emociones humanas y la naturaleza. Cada giro, cada paso, era una celebración de la vida misma.

    Por la tarde, tras los ensayos, Nilou encontraba un momento de tranquilidad junto al estanque cercano al teatro. Allí, bajo la sombra de los árboles, practicaba movimientos suaves mientras las flores de loto flotaban en el agua. A menudo, los niños del vecindario se acercaban, fascinados por su gracia. Ella les enseñaba pequeños pasos, riendo con ellos mientras intentaban imitarlos.

    Al caer la noche, el teatro se llenaba de expectantes espectadores. Nilou, ahora vestida con su traje de danza adornado con joyas y seda, se preparaba para el espectáculo. El aroma del incienso llenaba el aire mientras ella cerraba los ojos, tomando un momento para concentrarse. Cuando las luces se apagaban y el primer acorde resonaba, Nilou se convertía en una visión etérea, moviéndose con una elegancia que hipnotizaba a todos los presentes.

    Cuando la función terminaba, Nilou salía al escenario para recibir los aplausos, agradecida por poder compartir su arte con el mundo. Exhausta pero feliz, regresaba a casa bajo la luz de la luna, soñando con el próximo día en el que podría volver a bailar, transmitir su amor por la vida y, quizás, inspirar a otros a hacer lo mismo.

    Un día normal para Nilou El sol apenas despuntaba en el horizonte, y la ciudad de Sumeru se llenaba de los susurros de la vida que despertaba. Nilou, con su cabello rojo brillando bajo la luz matutina, salía de su pequeño hogar detrás del Gran Teatro Zubayr, lista para comenzar su rutina diaria. Lo primero en su lista era visitar el mercado. Con una canasta en mano, recorría los puestos con una sonrisa amable, deteniéndose para saludar a los vendedores y escuchar sus historias. Siempre tenía tiempo para una charla breve, ya fuera con el frutero que le ofrecía dátiles frescos o con la anciana que vendía especias aromáticas. Después de llenar su canasta con frutas, hierbas y flores, regresaba al teatro. Aquel lugar no solo era su trabajo, sino también su refugio. Nilou colocaba las flores frescas en jarrones que decoraban los camerinos, llenando el ambiente de vida y color. Luego, comenzaba los ensayos con el resto de los bailarines. Los rayos de sol se filtraban por las ventanas altas, iluminando los movimientos fluidos que realizaba al compás de la música. “¡Una vez más!”, exclamaba con entusiasmo, animando a sus compañeros a repetir una coreografía compleja. Para Nilou, la danza no era solo una forma de expresión, sino un puente entre las emociones humanas y la naturaleza. Cada giro, cada paso, era una celebración de la vida misma. Por la tarde, tras los ensayos, Nilou encontraba un momento de tranquilidad junto al estanque cercano al teatro. Allí, bajo la sombra de los árboles, practicaba movimientos suaves mientras las flores de loto flotaban en el agua. A menudo, los niños del vecindario se acercaban, fascinados por su gracia. Ella les enseñaba pequeños pasos, riendo con ellos mientras intentaban imitarlos. Al caer la noche, el teatro se llenaba de expectantes espectadores. Nilou, ahora vestida con su traje de danza adornado con joyas y seda, se preparaba para el espectáculo. El aroma del incienso llenaba el aire mientras ella cerraba los ojos, tomando un momento para concentrarse. Cuando las luces se apagaban y el primer acorde resonaba, Nilou se convertía en una visión etérea, moviéndose con una elegancia que hipnotizaba a todos los presentes. Cuando la función terminaba, Nilou salía al escenario para recibir los aplausos, agradecida por poder compartir su arte con el mundo. Exhausta pero feliz, regresaba a casa bajo la luz de la luna, soñando con el próximo día en el que podría volver a bailar, transmitir su amor por la vida y, quizás, inspirar a otros a hacer lo mismo.
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  • Adore me, hold me and explore me
    Mark your territory
    Tell me I'm the only one
    Adore me, hold me and explore me
    I'm so fuckin' horny,Tell me I'm the only one
    Adore me, hold me and explore me Mark your territory Tell me I'm the only one Adore me, hold me and explore me I'm so fuckin' horny,Tell me I'm the only one🍒
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  • Las flores son mucho más bellas , de noche así de blancas como la nieve ¿Aunque nunca ví la nieve?
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  • Me gusta el atardecer y los colores de contaminación en el cielo en esta desafiante NY.
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  • - la noche estaba muy tranquila, la luna con esas flores se veía muy bonita ya que ella estabo de aquellos árboles mientras miraba el cielo acostada , en suelo lo más tranquila posible.-
    - la noche estaba muy tranquila, la luna con esas flores se veía muy bonita ya que ella estabo de aquellos árboles mientras miraba el cielo acostada , en suelo lo más tranquila posible.-
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    no se si ustedes conozcan o hayan visto shadow house pero a mi me hace una gracia algunas escenas, epro neta tiene una de las muertes que incluso cuando el personaje es explorado de forma rapida wey si lloro y es raro que llore con culquier personaje por mas que me guste, pero verga sigo lagrimeando y es ya la tercera vez que veo su muerte y me sigue pegando igual
    no se si ustedes conozcan o hayan visto shadow house pero a mi me hace una gracia algunas escenas, epro neta tiene una de las muertes que incluso cuando el personaje es explorado de forma rapida wey si lloro y es raro que llore con culquier personaje por mas que me guste, pero verga sigo lagrimeando y es ya la tercera vez que veo su muerte y me sigue pegando igual
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  • ~ El amor es , como las flores de Sakura florece ..... En primavera ~
    ~ El amor es , como las flores de Sakura florece ..... En primavera ~
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