• — Te está gustando mucho ese lugar, ¿cierto, Catalina? —
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    MUY BUENOS DÍAS DAMAS Y CABALLEROS AQUI SU MAS FIEL
    LOCUTOR ALASTOR !!!!

    les trae buena música con
    🏼ESPÍRITU NAVIDEÑO !!!!! hahahaha espero y la estén pasando muy bien hahahaha ya a dos días de navidad están emocionante sentir esa adrenalina no lo creen mis queridos oyentes ? hahahaha bueno sin más y no hacerlos esperar les dejo está 🏼interpretación de mi para ustedes y recuerden que siempre deben llevar una SONRISAAA!!! MIS QUERIDOS OYENTES así que sigan sintonizandonos
    🏼



    https://youtu.be/tvLBqwF6YOw?si=txQi2HWxJXMgvLjD



    https://youtu.be/tvLBqwF6YOw?si=MVuhzh_GIMQGtUPY
    🎙️ MUY BUENOS DÍAS DAMAS Y 🎙️CABALLEROS AQUI SU MAS FIEL 🎄LOCUTOR ALASTOR !!!!🎄 les trae buena música con 🎙️ 🎅🏼ESPÍRITU NAVIDEÑO !!!!!🎄 hahahaha espero y la estén pasando muy bien hahahaha ya a dos días de navidad están emocionante sentir esa 🎄adrenalina no lo creen mis queridos oyentes ? hahahaha 🎙️bueno sin más y no hacerlos esperar les dejo está 🎙️🎅🏼interpretación de mi para ustedes y recuerden que siempre deben llevar una SONRISAAA!!! MIS 🎙️QUERIDOS OYENTES así que sigan sintonizandonos 🎶🎶🎶🎙️ 🎄🎅🏼 https://youtu.be/tvLBqwF6YOw?si=txQi2HWxJXMgvLjD :STK-35: https://youtu.be/tvLBqwF6YOw?si=MVuhzh_GIMQGtUPY
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  • - Yo, si soy un sinvergüenza, declarado un pecador, ella con toda su arrogante y exuberante belleza es toda una tentación, entonces porque no darle rienda suelta a la pasión, sin sentimientos ni corazón, solo el calor de nuestros cuerpos, mi fuerza masculina y el gemido dulce de tu esencia femenina, porque no, si el cielo no es lugar para nosotros, el infierno será nuestro hogar y en el aremos nuestros sueños y placeres realidad .
    - Yo, si soy un sinvergüenza, declarado un pecador, ella con toda su arrogante y exuberante belleza es toda una tentación, entonces porque no darle rienda suelta a la pasión, sin sentimientos ni corazón, solo el calor de nuestros cuerpos, mi fuerza masculina y el gemido dulce de tu esencia femenina, porque no, si el cielo no es lugar para nosotros, el infierno será nuestro hogar y en el aremos nuestros sueños y placeres realidad .
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  • -Es momento de curar sus heridas, refugiado entre lo más alto de las montañas, trata de sutura su piel, no siente cuando entra la aguja y muchenos cuando sale, aún su cuero está lleno de adrenalina.-

    Solo un poco más.





    -Es momento de curar sus heridas, refugiado entre lo más alto de las montañas, trata de sutura su piel, no siente cuando entra la aguja y muchenos cuando sale, aún su cuero está lleno de adrenalina.- Solo un poco más.
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  • ¿Así será?
    Categoría Original
    Isidro Rubio Villa de Montemar

    Capum, capum, capum. Mi corazón no puede dejar de bombear con fuerza.

    Después de dejar a Isidro y Bruna en esa habitación, escuché a mi tía Asumi hablar con mis padres. Les había contado todo.

    ¿Por qué lo hiciste? - Pregunté, perplejo; me sentí traicionado.
    Tus padres no me agradan, pero eres un niño, y los niños deben estar con sus padres. - Contestó ella, resignada.
    - Pero ellos fueron quienes-
    - No fuiste a la Fujiyama Gakuen, ¿Verdad? Elegiste vagar con esos dos chicos.
    - ¡Eso fue porque-
    - Lo sé. Es un lugar torturoso. Yo también huí de ahí, pero era mayor de edad. Tú no. Pensé que eras obediente, pero estás empezando a desafiar las cosas. Estás en problemas.

    No pude quedarme más en casa de tía Asumi. Tenía que alejarme de Isidro, había conversado tan devastadoramente con Bruna, y ahora mis padres lo sabían todo. Evité despedirme y escapé en la madrugada.

    ...

    El taxi se detuvo. Caminé hacia la puerta, y fue Nikaido quien la abrió, con el gesto serio, antes de saludarme.
    Cada paso por el pasillo me generaba un nuevo revoltijo al estómago. Ese sonido vacío con olor a represión social y recuerdos comprados. Hasta que finalmente: Están ahí los dos, sentados en la sala con sus posturas rígidas e impasibles, y sus miradas de furia contenida y decepción.

    - Ryuna ¿Esto es lo que has decidido hacer con tu vida?. - Rompe el silencio mi madre, con su gesto inexpresivo y su voz baja y calculada.

    Mi padre, por otra parte, me contempla fijamente, con ese golpecito de sus dedos al sofá que refleja su análisis y estrés. - Ni si quiera tuviste la decencia de ir a Fujiyama Gakuen. Después de nuestra discusión inicial, decidimos no hablarnos, pero que tú cumplirías con lo tuyo ¿Crees que puedes engañarnos?

    Yo me acerco en un paso hacia ellos, queriendo participar; sin embargo, mi madre alza su mano, indicándome que me detenga. - ¿Qué clase de espectáculo deplorable es este? Llegas herido después de pasarla con dos delincuentes europeos. ¿Es esto lo que eres ahora, un vagabundo que arrastra vergüenza con extraños?

    Sus palabras me paralizan. Siento tanta impotencia: cómo se refiere a ellos, cómo se refiere a mí. Separo los labios para hablar, pero ella interviene de vuelta.
    - Siempre fuiste torpe, sí, y...diferente. Lo aceptamos porque creíamos que con suficiente disciplina podrías corregirte. Pero esto...esto no tiene justificación.

    La desesperación me recubre, es injusto, es cruel. Abro la boca otra vez. - ¡Sus reglas-

    Mi papá se levanta abrupamente, furioso. - ¡No tienes derecho a hablar de reglas cuando lo único que has hecho es huir de ellas! Te dimos una oportunidad. Te dimos un lugar en Fujiyama, donde pudiste aprender a ser decente. Pero preferiste engañar nuestro trato. ¿Y para qué? ¿Para vagar por las calles y poner en peligro nuestro nombre?

    Él se acerca un paso más, con esa voz que me agua los ojos. - ¿Sabes lo que significa que hallas sido visto con esas personas? ¿Lo que la gente murmura de nosotros? Que nuestro único hijo ha elegido vivir como un criminal, como un...degenerado.

    No obstante, no aguanto más, y con los puños apretados, pero incapaz de verle: - ¿Por qué hablas como si hubieramos hecho algún acuerdo? ¿Acaso yo tuve opinión en algo de ir a ese lugar? ¿Yo les pedí que no me hablaran más? ¡Ustedes me abandonan y luego-

    Mi mamá culmina dándome una bofetada veloz, con su gesto inqueebrantable. - No te atrevas a decir que tu familia te abandonó, Ryuna. Eso no te lo permitiré. Tus desiciones fueron erradas y punto.

    - No necesitamos tus justificaciones. - Concluye mi padre.- A partir de ahora, harás lo que decidamos. Irás a Japón, a un internado que ya está siendo preparado para tí. Lejos de aquí, lejos de esas...distracciones que te han convertido en esto.

    El aire me abandona y me arrepiento. Debí rogarle a Bruna que me dejara quedarme junto con ellos, debí pasar más rato con Isidro, o ¿debí conocer a alguien más? Algo, debí hacer algo para evitar esto. No quiero, no quiero este futuro.

    - ¿Y si no quiero? - Suelto sin más, aguantando mi propio llanto.

    - No tienes opción. Tienes 17 años. Mientras estés bajo nuestro cargo, harás lo que se te ordene. - Contesta ella.

    Mi padre me toma del mentón, mirándome fijamente. - No olvides que todo, todo, lo que tienes proviene de nosotros. Sin nosotros, tú: No eres nada.

    Así, me quedó en mi habitación, totalmente devastado. El número de Bruna está allí, pero ella dijo que sólo llamaría si había algo nuevo. Mi dibujo del hogar de Isidro y de él también lo llevo.

    De lo que no tengo idea es de lo que pasó al otro lado y de que los medios de comunicación ya han empezado a hablar.
    [isimont12] Capum, capum, capum. Mi corazón no puede dejar de bombear con fuerza. Después de dejar a Isidro y Bruna en esa habitación, escuché a mi tía Asumi hablar con mis padres. Les había contado todo. ¿Por qué lo hiciste? - Pregunté, perplejo; me sentí traicionado. Tus padres no me agradan, pero eres un niño, y los niños deben estar con sus padres. - Contestó ella, resignada. - Pero ellos fueron quienes- - No fuiste a la Fujiyama Gakuen, ¿Verdad? Elegiste vagar con esos dos chicos. - ¡Eso fue porque- - Lo sé. Es un lugar torturoso. Yo también huí de ahí, pero era mayor de edad. Tú no. Pensé que eras obediente, pero estás empezando a desafiar las cosas. Estás en problemas. No pude quedarme más en casa de tía Asumi. Tenía que alejarme de Isidro, había conversado tan devastadoramente con Bruna, y ahora mis padres lo sabían todo. Evité despedirme y escapé en la madrugada. ... El taxi se detuvo. Caminé hacia la puerta, y fue Nikaido quien la abrió, con el gesto serio, antes de saludarme. Cada paso por el pasillo me generaba un nuevo revoltijo al estómago. Ese sonido vacío con olor a represión social y recuerdos comprados. Hasta que finalmente: Están ahí los dos, sentados en la sala con sus posturas rígidas e impasibles, y sus miradas de furia contenida y decepción. - Ryuna ¿Esto es lo que has decidido hacer con tu vida?. - Rompe el silencio mi madre, con su gesto inexpresivo y su voz baja y calculada. Mi padre, por otra parte, me contempla fijamente, con ese golpecito de sus dedos al sofá que refleja su análisis y estrés. - Ni si quiera tuviste la decencia de ir a Fujiyama Gakuen. Después de nuestra discusión inicial, decidimos no hablarnos, pero que tú cumplirías con lo tuyo ¿Crees que puedes engañarnos? Yo me acerco en un paso hacia ellos, queriendo participar; sin embargo, mi madre alza su mano, indicándome que me detenga. - ¿Qué clase de espectáculo deplorable es este? Llegas herido después de pasarla con dos delincuentes europeos. ¿Es esto lo que eres ahora, un vagabundo que arrastra vergüenza con extraños? Sus palabras me paralizan. Siento tanta impotencia: cómo se refiere a ellos, cómo se refiere a mí. Separo los labios para hablar, pero ella interviene de vuelta. - Siempre fuiste torpe, sí, y...diferente. Lo aceptamos porque creíamos que con suficiente disciplina podrías corregirte. Pero esto...esto no tiene justificación. La desesperación me recubre, es injusto, es cruel. Abro la boca otra vez. - ¡Sus reglas- Mi papá se levanta abrupamente, furioso. - ¡No tienes derecho a hablar de reglas cuando lo único que has hecho es huir de ellas! Te dimos una oportunidad. Te dimos un lugar en Fujiyama, donde pudiste aprender a ser decente. Pero preferiste engañar nuestro trato. ¿Y para qué? ¿Para vagar por las calles y poner en peligro nuestro nombre? Él se acerca un paso más, con esa voz que me agua los ojos. - ¿Sabes lo que significa que hallas sido visto con esas personas? ¿Lo que la gente murmura de nosotros? Que nuestro único hijo ha elegido vivir como un criminal, como un...degenerado. No obstante, no aguanto más, y con los puños apretados, pero incapaz de verle: - ¿Por qué hablas como si hubieramos hecho algún acuerdo? ¿Acaso yo tuve opinión en algo de ir a ese lugar? ¿Yo les pedí que no me hablaran más? ¡Ustedes me abandonan y luego- Mi mamá culmina dándome una bofetada veloz, con su gesto inqueebrantable. - No te atrevas a decir que tu familia te abandonó, Ryuna. Eso no te lo permitiré. Tus desiciones fueron erradas y punto. - No necesitamos tus justificaciones. - Concluye mi padre.- A partir de ahora, harás lo que decidamos. Irás a Japón, a un internado que ya está siendo preparado para tí. Lejos de aquí, lejos de esas...distracciones que te han convertido en esto. El aire me abandona y me arrepiento. Debí rogarle a Bruna que me dejara quedarme junto con ellos, debí pasar más rato con Isidro, o ¿debí conocer a alguien más? Algo, debí hacer algo para evitar esto. No quiero, no quiero este futuro. - ¿Y si no quiero? - Suelto sin más, aguantando mi propio llanto. - No tienes opción. Tienes 17 años. Mientras estés bajo nuestro cargo, harás lo que se te ordene. - Contesta ella. Mi padre me toma del mentón, mirándome fijamente. - No olvides que todo, todo, lo que tienes proviene de nosotros. Sin nosotros, tú: No eres nada. Así, me quedó en mi habitación, totalmente devastado. El número de Bruna está allí, pero ella dijo que sólo llamaría si había algo nuevo. Mi dibujo del hogar de Isidro y de él también lo llevo. De lo que no tengo idea es de lo que pasó al otro lado y de que los medios de comunicación ya han empezado a hablar.
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  • Amanece en la ciudad y la gente empieza bien temprano su rutina y los problemas cotidianos.
    Un auto que estaciona mal, un comerciante aue discute con otro,un bar sacando borrachines a la calle, algun asesino serial descartando un cadaver en un contenedor y por supuesto, Jipy en problemas.

    Está huyendo, justo en este momento. Huye mientras lo persiguen dos oficiales del metro al grito de "alto ahí" pero es demasiado tarde para hacer lo correcto.

    Ya nada se puede hacer de creativo en el metro, no se puede tocar música, no se puede bailar, no se puede vender crack de a 1/4 de gramo.
    Solo queda huir y evitar que lo atrapen con el resto de las dosis en su poder. Llevaba un (a su criterio) estupendo camuflaje de gorro y lentes, que lo hacia sentir muy cool pero, al parecer no funcionó.
    Pasó por la plaza y tomó el monopatin de una infante, empujando con fuerza hasta poder subirse y comenzar colina abajo en la acera.

    —¡La policia nunca atrapará a Jean Claude Dumooooont!-
    Exclama dejando que la gravedad le haga tomar velocidad cuesta abajo al punto en que ya no es posible detenerse. Jipy celebra.
    -A REVÔIR ZOQUETESSSS-
    Exclama a los ratis que se ven lejanos, y en su distracción, atropella a alguien a toda velocidad, derribandole y volando por el aire como una shuriken humana.¡Cielos! Su espina dorsal tendria una anécdota que contar, años futuros.

    Queda tendido en el suelo un momento.

    //Librre para el que kieraaa
    Amanece en la ciudad y la gente empieza bien temprano su rutina y los problemas cotidianos. Un auto que estaciona mal, un comerciante aue discute con otro,un bar sacando borrachines a la calle, algun asesino serial descartando un cadaver en un contenedor y por supuesto, Jipy en problemas. Está huyendo, justo en este momento. Huye mientras lo persiguen dos oficiales del metro al grito de "alto ahí" pero es demasiado tarde para hacer lo correcto. Ya nada se puede hacer de creativo en el metro, no se puede tocar música, no se puede bailar, no se puede vender crack de a 1/4 de gramo. Solo queda huir y evitar que lo atrapen con el resto de las dosis en su poder. Llevaba un (a su criterio) estupendo camuflaje de gorro y lentes, que lo hacia sentir muy cool pero, al parecer no funcionó. Pasó por la plaza y tomó el monopatin de una infante, empujando con fuerza hasta poder subirse y comenzar colina abajo en la acera. —¡La policia nunca atrapará a Jean Claude Dumooooont!- Exclama dejando que la gravedad le haga tomar velocidad cuesta abajo al punto en que ya no es posible detenerse. Jipy celebra. -A REVÔIR ZOQUETESSSS- Exclama a los ratis que se ven lejanos, y en su distracción, atropella a alguien a toda velocidad, derribandole y volando por el aire como una shuriken humana.¡Cielos! Su espina dorsal tendria una anécdota que contar, años futuros. Queda tendido en el suelo un momento. //Librre para el que kieraaa
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  • — Lev. —La voz de Irisha, firme como siempre, captó su atención al punto en que se vio obligado a bajar la revista que leía para mirarla. La gemela le sonrió, cómplice, mientras que se arrodillaba frente al sofá y se apoyaba contra el descansa brazos. Por otro lado, Irina se quedó de pie, detrás del sofá, y terminó inclinando el cuerpo hacia el frente para mirar por sobre el hombro de su hermano a su gemela. Casi parecía que, por primera vez, ninguna entendía lo que pasaba por la cabeza de la otra.—¿Recuerdas la última vez que fuiste feliz?

    Ese era un buen anzuelo. Irina solía ser así cuando tenía curiosidad o cuando algo la abrumaba; siempre hacía preguntas de manera sutil, aunque las sacara de la nada, pero siempre le seguía una explicación bien justificada de sus abruptas preguntas. Sólo que en esta ocasión no hubo ningún intento de justificación y, al mirar en sus ojos, pudo notar que su pregunta era seria. No era algo que se podía tomar a la ligera, tampoco algo que ignorar tan fácilmente o para lo que tuviese el corazón de cortar de tajo sus dudas.

    Nikolay se llevó la mano a la boca, pensativo, y detrás de aquel gesto maldijo en silencio cuando frunció los labios. Odiaba tocar el tema de la felicidad que no sentía y, también, odiaba que se hiciera presente el pasado. Cerró los ojos, y en sus adentros se repitió que ellas no eran culpables, que no lo hacían con malas intenciones y tampoco era un intento de sus otros familiares para sacarle algo de información. Luego de pensárselo, como por dos minutos, negó con lentitud. Incluso su mano izquierda se movió para decir que no con señas. Irina pareció molesta, se le notaba en la cara con ese ceño fruncido y esos ojos furiosos que no iba a aceptar esa respuesta.

    — ¿Cómo que no? Debe existir algo. La última vez que sentía felicidad fue durante nuestras vacaciones en Seúl. La cantidad de skin care y maquillaje que compré con el dinero de papá me hizo feliz. Ya sabes que él nunca quiere gastar dinero en esas cosas porque es una pérdida de tiempo y estoy muy joven. Pero fue un buen momento. ¿Cuál fue el tuyo, Irisha?

    Tanto Lev como Irina miraron a la menor de las gemelas. La rubia no pudo hacer nada más que sobresaltarse, detestaba cada vez que su hermana la arrastraba en sus planes sin decírselo, pero, en el fondo, también quería saber más sobre su hermano. Las manos de la chiquilla se aferraron al cuero del sofá mientras que pensaba. Cada instante las miradas de sus hermanos eran más y más insistentes, haciendo que con ello sus mejillas se pusieran más y más rojas por la vergüenza de ser el centro de atención. No había duda que esas dos, aunque parecían idénticas, se trataba de polos opuestos.

    — Fue... Fue durante el concierto sinfónico de hace unos meses. ¿Recuerdan?

    Aunque el rostro de Irisha demostraba que no. Lev hizo un puño su mano y movió de arriba bajo para decir que sí. Lo recordaba bien, su hermana participaba en el violín, justo en la orilla de la segunda fila, había elegido un vestido negro con mangas largas y una falda amplia, llevaba botas negras que habían hecho rabiar a su madre durante todo el trayecto porque "no era adecuado vestir algo así" en un día tan importante. Entonces se sonrió, conteniéndose una risa pequeña y la incitó a que continuara hablando con un pequeño movimiento de su mano donde la invitó a sentarse en el asiento vacío a su lado. Su hermana asintió, y se apresuró a sentarse antes de volver a hablar con calma.

    — Ese día, desde el escenario, parecían una familia feliz. Podía ver cómo mamá tomaba la mano de papá y se le notaba el amor a ambos. Aleksandr no se veía tan molesto y parecía no importarle estar sentado junto a Niko y... Tú también te veías muy feliz. —Habló, una sonrisa tímida y divertida se asomó en sus labios cuando observó a su hermano. Sus miradas se cruzaron: Una estaba llena de alegría y la otra de confusión.— Aunque fue solo un poco, me dio mucha alegría verlos a todos juntos. Me sentí muy feliz... Y guardo ese recuerdo con mucho amor. —Con ambas manos en el pecho, Irina suspiró antes de tomar valor. Relamió sus labios, nerviosa, y dirigió la mirada a su hermano.— ¿Y tú? Como dijo Irisha. Debes tener alguno. Y nuestro nacimiento no cuenta, Lev, tampoco las tonterías que hacíamos de niñas. Debes tener algo. Lo que sea, no puedes estar triste todo el tiempo... En algún momento debes sentir algo más.

    « Dolor. » Lev no habló, pero sí lo pensó y se le notó en el rostro que no estaba dispuesto en hablar. Siempre había sentido dolor desde que Sasha muriera, desde que lo señalaran como el único culpable y... Desde que se había sentido abandonado por las únicas personas que debían procurarlo. No era su culpa, estaba seguro de que él no había tenido nada que ver con el accidente y que las cosas, desafortunadamente, solo habían sucedido. Sasha había dejado de respirar y... Ya, eso era todo lo que sucediera. Luego todo era borroso y difuso para él. Sin embargo, dentro de esa nube gris de pensamientos, se asomó un momento que brilló con fuerza sobre los demás. Era trivial, algo tonto para muchos, pero de gran valor para él. « Perro. » Movió sus manos con cuidado, poco después buscó su teléfono celular, el cual sacó del bolsillo, y comenzó a escribir un montón de cosas. Probablemente le tomó algunos minutos, pero cuando finalmente acabó, presionó el botón para reproducir el audio con esa voz robotizada del traductor.

    "Fue cuando llegó Boris. Nuestro perro. Fue hace dos años. Aún no puedo creer que Aleksandr aceptara que se quedara, especialmente por ser un perro tan peludo cuando odia que suelten pelo. Cuando Boris llegó a casa, me sentí muy feliz. Siempre había querido tener un perro, pero Aleksandr no quería y Sasha era alérgico."

    Ah, Boris, el adorable golden retriever de la familia. La única razón por la que valía la pena levantarse cada mañana con la intención de acicalarlo y verle traer las pelotas de tenis en el hocico, todo el día, de un lado a otro de la casa. Lev se rió solo de recordarlo, fue una risa extraña, porque movía los labios y los sonidos que emitía eran raros. No parecían risas, pues solo era su nariz resoplando una y otra vez al intentar contenerse mientras que escribía de nuevo.

    " Recuerdo que ese día le destrozó la billetera a Aleksandr. Se puso furioso, amenazó con echar al perro, lo maldijo hasta el cansancio, y al final mamá dijo que iba a quedarse porque yo lo necesitaba".

    Porque lo necesitaba. Aquellas palabras se repitieron una y otra vez en su cabeza, ¿realmente necesitaba del perro? Sí, pero no tanto como de sus padres. Suspiró, luego levantó los hombros para restarle interés al asunto y en su lugar encendió el televisor.

    — Oye, no es justo, yo quería continuar mi serie de ayer. Ese k-drama se quedó buenísimo, ¿por qué tenemos que ver otra vez Los Aristogatos? —Replicó Irisha mientras que se sentaba entre sus hermanos, obligándoles a hacerle espacio.— Es la tercera vez esta semana, ya estoy harta.

    « Porque soy el mayor, y porque yo pago. Ya elegirás cuando seas grande. Además, a nosotros dos no nos gusta Love Alarm. Es aburrida. »
    — Lev. —La voz de Irisha, firme como siempre, captó su atención al punto en que se vio obligado a bajar la revista que leía para mirarla. La gemela le sonrió, cómplice, mientras que se arrodillaba frente al sofá y se apoyaba contra el descansa brazos. Por otro lado, Irina se quedó de pie, detrás del sofá, y terminó inclinando el cuerpo hacia el frente para mirar por sobre el hombro de su hermano a su gemela. Casi parecía que, por primera vez, ninguna entendía lo que pasaba por la cabeza de la otra.—¿Recuerdas la última vez que fuiste feliz? Ese era un buen anzuelo. Irina solía ser así cuando tenía curiosidad o cuando algo la abrumaba; siempre hacía preguntas de manera sutil, aunque las sacara de la nada, pero siempre le seguía una explicación bien justificada de sus abruptas preguntas. Sólo que en esta ocasión no hubo ningún intento de justificación y, al mirar en sus ojos, pudo notar que su pregunta era seria. No era algo que se podía tomar a la ligera, tampoco algo que ignorar tan fácilmente o para lo que tuviese el corazón de cortar de tajo sus dudas. Nikolay se llevó la mano a la boca, pensativo, y detrás de aquel gesto maldijo en silencio cuando frunció los labios. Odiaba tocar el tema de la felicidad que no sentía y, también, odiaba que se hiciera presente el pasado. Cerró los ojos, y en sus adentros se repitió que ellas no eran culpables, que no lo hacían con malas intenciones y tampoco era un intento de sus otros familiares para sacarle algo de información. Luego de pensárselo, como por dos minutos, negó con lentitud. Incluso su mano izquierda se movió para decir que no con señas. Irina pareció molesta, se le notaba en la cara con ese ceño fruncido y esos ojos furiosos que no iba a aceptar esa respuesta. — ¿Cómo que no? Debe existir algo. La última vez que sentía felicidad fue durante nuestras vacaciones en Seúl. La cantidad de skin care y maquillaje que compré con el dinero de papá me hizo feliz. Ya sabes que él nunca quiere gastar dinero en esas cosas porque es una pérdida de tiempo y estoy muy joven. Pero fue un buen momento. ¿Cuál fue el tuyo, Irisha? Tanto Lev como Irina miraron a la menor de las gemelas. La rubia no pudo hacer nada más que sobresaltarse, detestaba cada vez que su hermana la arrastraba en sus planes sin decírselo, pero, en el fondo, también quería saber más sobre su hermano. Las manos de la chiquilla se aferraron al cuero del sofá mientras que pensaba. Cada instante las miradas de sus hermanos eran más y más insistentes, haciendo que con ello sus mejillas se pusieran más y más rojas por la vergüenza de ser el centro de atención. No había duda que esas dos, aunque parecían idénticas, se trataba de polos opuestos. — Fue... Fue durante el concierto sinfónico de hace unos meses. ¿Recuerdan? Aunque el rostro de Irisha demostraba que no. Lev hizo un puño su mano y movió de arriba bajo para decir que sí. Lo recordaba bien, su hermana participaba en el violín, justo en la orilla de la segunda fila, había elegido un vestido negro con mangas largas y una falda amplia, llevaba botas negras que habían hecho rabiar a su madre durante todo el trayecto porque "no era adecuado vestir algo así" en un día tan importante. Entonces se sonrió, conteniéndose una risa pequeña y la incitó a que continuara hablando con un pequeño movimiento de su mano donde la invitó a sentarse en el asiento vacío a su lado. Su hermana asintió, y se apresuró a sentarse antes de volver a hablar con calma. — Ese día, desde el escenario, parecían una familia feliz. Podía ver cómo mamá tomaba la mano de papá y se le notaba el amor a ambos. Aleksandr no se veía tan molesto y parecía no importarle estar sentado junto a Niko y... Tú también te veías muy feliz. —Habló, una sonrisa tímida y divertida se asomó en sus labios cuando observó a su hermano. Sus miradas se cruzaron: Una estaba llena de alegría y la otra de confusión.— Aunque fue solo un poco, me dio mucha alegría verlos a todos juntos. Me sentí muy feliz... Y guardo ese recuerdo con mucho amor. —Con ambas manos en el pecho, Irina suspiró antes de tomar valor. Relamió sus labios, nerviosa, y dirigió la mirada a su hermano.— ¿Y tú? Como dijo Irisha. Debes tener alguno. Y nuestro nacimiento no cuenta, Lev, tampoco las tonterías que hacíamos de niñas. Debes tener algo. Lo que sea, no puedes estar triste todo el tiempo... En algún momento debes sentir algo más. « Dolor. » Lev no habló, pero sí lo pensó y se le notó en el rostro que no estaba dispuesto en hablar. Siempre había sentido dolor desde que Sasha muriera, desde que lo señalaran como el único culpable y... Desde que se había sentido abandonado por las únicas personas que debían procurarlo. No era su culpa, estaba seguro de que él no había tenido nada que ver con el accidente y que las cosas, desafortunadamente, solo habían sucedido. Sasha había dejado de respirar y... Ya, eso era todo lo que sucediera. Luego todo era borroso y difuso para él. Sin embargo, dentro de esa nube gris de pensamientos, se asomó un momento que brilló con fuerza sobre los demás. Era trivial, algo tonto para muchos, pero de gran valor para él. « Perro. » Movió sus manos con cuidado, poco después buscó su teléfono celular, el cual sacó del bolsillo, y comenzó a escribir un montón de cosas. Probablemente le tomó algunos minutos, pero cuando finalmente acabó, presionó el botón para reproducir el audio con esa voz robotizada del traductor. "Fue cuando llegó Boris. Nuestro perro. Fue hace dos años. Aún no puedo creer que Aleksandr aceptara que se quedara, especialmente por ser un perro tan peludo cuando odia que suelten pelo. Cuando Boris llegó a casa, me sentí muy feliz. Siempre había querido tener un perro, pero Aleksandr no quería y Sasha era alérgico." Ah, Boris, el adorable golden retriever de la familia. La única razón por la que valía la pena levantarse cada mañana con la intención de acicalarlo y verle traer las pelotas de tenis en el hocico, todo el día, de un lado a otro de la casa. Lev se rió solo de recordarlo, fue una risa extraña, porque movía los labios y los sonidos que emitía eran raros. No parecían risas, pues solo era su nariz resoplando una y otra vez al intentar contenerse mientras que escribía de nuevo. " Recuerdo que ese día le destrozó la billetera a Aleksandr. Se puso furioso, amenazó con echar al perro, lo maldijo hasta el cansancio, y al final mamá dijo que iba a quedarse porque yo lo necesitaba". Porque lo necesitaba. Aquellas palabras se repitieron una y otra vez en su cabeza, ¿realmente necesitaba del perro? Sí, pero no tanto como de sus padres. Suspiró, luego levantó los hombros para restarle interés al asunto y en su lugar encendió el televisor. — Oye, no es justo, yo quería continuar mi serie de ayer. Ese k-drama se quedó buenísimo, ¿por qué tenemos que ver otra vez Los Aristogatos? —Replicó Irisha mientras que se sentaba entre sus hermanos, obligándoles a hacerle espacio.— Es la tercera vez esta semana, ya estoy harta. « Porque soy el mayor, y porque yo pago. Ya elegirás cuando seas grande. Además, a nosotros dos no nos gusta Love Alarm. Es aburrida. »
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  • Zwëihanherz: RISING SUN
    Fandom Zwëihanherz
    Categoría Crossover
    Nuestra historia comienza en Alexandria, Egipto nace en el seno de una familia humilde dónde junto con su padre y madre, viven en armonía, pero no siempre fue así pues tiempo atrás ya habían perdido a un hijo y Nenet antes de nacer, parecía que también tendría el mismo destino. Pero fue su padre quien rezo al cielo, a los dioses antiguos que le concedieran un deseo. Daría y haría todo por qué su esposa diera a luz a su primogénita; que después de varios días de ayuno. Se le fue concedido su deseo dando a luz a una bebé. Quién nació con la particularidad de tener la piel tan oscura como un abismo sin fondo. Sumando un par de marcas sobre los brazos y espalda pero menor fue su importancia, pues todo lo que sentían fue la alegría de tener por fin, a un bebé. Se dice que en aquella noche fue cuando una sombra misteriosa le hizo una visita a la bebé, quien dormía en paz sin percatarse de quién o que era aquella visita misteriosa.

    El tiempo paso y ella creció, aceptando que era muy diferente a los demás, lo que le ganó burlas e incesante acoso de los demás niños y de su comunidad. Lo que hizo que se aislara en su habitación, por ello y en su soledad, aprendió a leer pues su padre le leía cuento tras cuento cada noche. Hasta que ya cerca de los 17 años, era amante de la literatura buscando un día poder observar el mundo con sus propios ojos. Ahora su más ferviente deseo era poder salir de su país natal y así, poder escribir su propia historia donde con mochila en mano, su corazón cuan brújula se embarca en un sin fin de aventuras.

    De complexión delgada con cabello corte bob mediano color negro, en sus ojos se delinea una sutil curva atractiva que atrapa con solo la mirada, sus labios también se colorean del mismo color haciendo brillar cada sonrisa que entrega. De carácter sonriente, amigable y sociable con ganas de descubrir el mundo. Su vestimenta consta de un corset de batalla dejando ver sus hombros, brazos, abdomen. En sus brazos como en su espalda como se mencionó antes, posee lo que a primera vista parecen tatuajes dorados, pero va más allá de eso y nadie, hasta ahora ha podido saber su origen o significado. En su cuello se erige un collarín que eleva del mismo solo un poco. Un pantalón de tela con un encaje de fuego que sobresale desde el talón hasta la cintura, terminando en un par de sandalias.
    Siendo una guerrera tiene muy arraigada la disciplina de combate, con un temple indomable. Fuera de todo eso es una chica amable, dulce, caritativa y siempre con el afán de servir a otros. Aunque con temor, no duda en salir al peligro para enfrentarse a lo que fuera con tal de ayudar a quienes lo necesiten.

    En la ciudad del Cairo a las 2:45 p.m va caminando con mochila en hombro observando a su alrededor como los edificios se alzan formándose en una fila desigual casi surrealista. Asombrandose por el caos citadino cuan niña que va conociendo el mundo por primera vez. Así es como ella va dando cada paso a la espera de descubrir algo nuevo. En la esquina de la acera se detiene para dar paso a los vehículos, mientras espera nota la curiosa mirada de los transeúntes pero ya está acostumbrada a eso. Tanta era la gente que al dar el tercer paso, es empujada casi hasta caer pero todo el tráfico hace que caiga su mochila perdièndola entre la muchedumbre. Se quedaría justo a la mitad hasta que todos pasarán pero cuando eso pasa no la encuentra llegando a sentir un enorme vacío. No se puede dar el lujo de perderla pues ahí tiene su bitácora, cosas de uso personal, dinero, pasaporte, Identificación etc. De perderlo se quedaría literal en las calles, también se da cuenta que estando a mitad de la calle los autos tocan el claxon para que se retire de la acera. Lo que enciende las alarmas en su cabeza haciendo que corra al otro lado, al llegar el tráfico sigue su curso. Se cruza de brazos molesta por perder su mochila con un vacío enorme en el estómago y que decir de la culpa que siente por ser tan distraída. No se detendría hasta encontrarla y ser más precavida; es entonces que un grupo de niños alardean sobre tener su propiedad comenzando a correr por entre los angostos callejones. Nenet solo espera a que la luz del tráfico esté en rojo para poder pasar dándoles caza. — ¡Oigan eso es mío! - Grita con ahínco al otro lado de la acera alzando las manos brincando buscando evitar que corran pero se pierden entre los callejones.

    Va tras ellos con cierta agilidad felina agudizando sus sentidos logrando poder percibir el aroma de estos, llegando dentro de una casa abandonada. Sucia y empolvada se adentra con pasos sigilosos atenta a lo que puede escuchar que, de pronto, se deja escuchar algunos barullos en un patio. A traves de una manchada ventana los encuentra pensando en cómo darles un buen susto por haberle robado sus pertenencias. Para salir al patio hay una puerta vieja de madera que usaria cuan película de miedo abriéndola lentamente. Dónde el chirrido de esta llama su atención pero del otro lado no hay nadie. Mientras están distraídos salta de repente con una macabra mirada para asustarlos y así, huyen despavoridos encontrando todo regado. Suspira tapándose los ojos molesta susurra para si misma: — Debo dejar de ser tan distraída. No puedo quedarme así de nuevo —. Acomoda todo en su lugar cargando su mochila al hombro. Suspira de nuevo saliendo del lugar retomando el camino que tenía previsto en dirección a Jerusalén, por orden de su padre para tener bendición en su travesía.
    Nuestra historia comienza en Alexandria, Egipto nace en el seno de una familia humilde dónde junto con su padre y madre, viven en armonía, pero no siempre fue así pues tiempo atrás ya habían perdido a un hijo y Nenet antes de nacer, parecía que también tendría el mismo destino. Pero fue su padre quien rezo al cielo, a los dioses antiguos que le concedieran un deseo. Daría y haría todo por qué su esposa diera a luz a su primogénita; que después de varios días de ayuno. Se le fue concedido su deseo dando a luz a una bebé. Quién nació con la particularidad de tener la piel tan oscura como un abismo sin fondo. Sumando un par de marcas sobre los brazos y espalda pero menor fue su importancia, pues todo lo que sentían fue la alegría de tener por fin, a un bebé. Se dice que en aquella noche fue cuando una sombra misteriosa le hizo una visita a la bebé, quien dormía en paz sin percatarse de quién o que era aquella visita misteriosa. El tiempo paso y ella creció, aceptando que era muy diferente a los demás, lo que le ganó burlas e incesante acoso de los demás niños y de su comunidad. Lo que hizo que se aislara en su habitación, por ello y en su soledad, aprendió a leer pues su padre le leía cuento tras cuento cada noche. Hasta que ya cerca de los 17 años, era amante de la literatura buscando un día poder observar el mundo con sus propios ojos. Ahora su más ferviente deseo era poder salir de su país natal y así, poder escribir su propia historia donde con mochila en mano, su corazón cuan brújula se embarca en un sin fin de aventuras. De complexión delgada con cabello corte bob mediano color negro, en sus ojos se delinea una sutil curva atractiva que atrapa con solo la mirada, sus labios también se colorean del mismo color haciendo brillar cada sonrisa que entrega. De carácter sonriente, amigable y sociable con ganas de descubrir el mundo. Su vestimenta consta de un corset de batalla dejando ver sus hombros, brazos, abdomen. En sus brazos como en su espalda como se mencionó antes, posee lo que a primera vista parecen tatuajes dorados, pero va más allá de eso y nadie, hasta ahora ha podido saber su origen o significado. En su cuello se erige un collarín que eleva del mismo solo un poco. Un pantalón de tela con un encaje de fuego que sobresale desde el talón hasta la cintura, terminando en un par de sandalias. Siendo una guerrera tiene muy arraigada la disciplina de combate, con un temple indomable. Fuera de todo eso es una chica amable, dulce, caritativa y siempre con el afán de servir a otros. Aunque con temor, no duda en salir al peligro para enfrentarse a lo que fuera con tal de ayudar a quienes lo necesiten. En la ciudad del Cairo a las 2:45 p.m va caminando con mochila en hombro observando a su alrededor como los edificios se alzan formándose en una fila desigual casi surrealista. Asombrandose por el caos citadino cuan niña que va conociendo el mundo por primera vez. Así es como ella va dando cada paso a la espera de descubrir algo nuevo. En la esquina de la acera se detiene para dar paso a los vehículos, mientras espera nota la curiosa mirada de los transeúntes pero ya está acostumbrada a eso. Tanta era la gente que al dar el tercer paso, es empujada casi hasta caer pero todo el tráfico hace que caiga su mochila perdièndola entre la muchedumbre. Se quedaría justo a la mitad hasta que todos pasarán pero cuando eso pasa no la encuentra llegando a sentir un enorme vacío. No se puede dar el lujo de perderla pues ahí tiene su bitácora, cosas de uso personal, dinero, pasaporte, Identificación etc. De perderlo se quedaría literal en las calles, también se da cuenta que estando a mitad de la calle los autos tocan el claxon para que se retire de la acera. Lo que enciende las alarmas en su cabeza haciendo que corra al otro lado, al llegar el tráfico sigue su curso. Se cruza de brazos molesta por perder su mochila con un vacío enorme en el estómago y que decir de la culpa que siente por ser tan distraída. No se detendría hasta encontrarla y ser más precavida; es entonces que un grupo de niños alardean sobre tener su propiedad comenzando a correr por entre los angostos callejones. Nenet solo espera a que la luz del tráfico esté en rojo para poder pasar dándoles caza. — ¡Oigan eso es mío! - Grita con ahínco al otro lado de la acera alzando las manos brincando buscando evitar que corran pero se pierden entre los callejones. Va tras ellos con cierta agilidad felina agudizando sus sentidos logrando poder percibir el aroma de estos, llegando dentro de una casa abandonada. Sucia y empolvada se adentra con pasos sigilosos atenta a lo que puede escuchar que, de pronto, se deja escuchar algunos barullos en un patio. A traves de una manchada ventana los encuentra pensando en cómo darles un buen susto por haberle robado sus pertenencias. Para salir al patio hay una puerta vieja de madera que usaria cuan película de miedo abriéndola lentamente. Dónde el chirrido de esta llama su atención pero del otro lado no hay nadie. Mientras están distraídos salta de repente con una macabra mirada para asustarlos y así, huyen despavoridos encontrando todo regado. Suspira tapándose los ojos molesta susurra para si misma: — Debo dejar de ser tan distraída. No puedo quedarme así de nuevo —. Acomoda todo en su lugar cargando su mochila al hombro. Suspira de nuevo saliendo del lugar retomando el camino que tenía previsto en dirección a Jerusalén, por orden de su padre para tener bendición en su travesía.
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  • — Llevo mucho tiempo transformada en mujer... ¿cuando volvere a mi forma masculina?. Que fastidio

    — Llevo mucho tiempo transformada en mujer... ¿cuando volvere a mi forma masculina?. Que fastidio
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  • Su hermano la había dejado a cargo del reino mientras el realizaba algunos viajes a los que no había podido faltar, principalmente por que aun no confiaban mucho en nadie de la corte para enviarlo en si representación, El asunto había terminado involucrando a la desaparición de la su hermana la ex Reina.

    Ella portaba la corona de reina impuesta por su hermano antes de su partida, aquella tarde había una reunión de consejo donde muchos estaban en desacuerdo con la reciente posición adquirida por Adriana, solo era una formalidad para darle el poder irrefutable y prevenir un golpe de estado en ausencia del legitimo Rey.

    Algunos nobles aun seguía inconformes por la situación del repentino asenso al trono de Adrián, en su ausencia y para aprovechar el repentino poder de la princesa de la que se rumoraba "Era infantil y de pensamiento algo escaso", incluso algunos se atavían a decir que "algo no le funcionaba bien en la cabeza" nada mas lejano a la realidad, la cabeza de Adriana funcionaba diferente, pero eso no era una desventaja para ella que le había aprendido a sacar todo el provecho.

    Los nobles habían jugado bien sus cartas tocando temas importantes aquella tarde tratando de confundirla o provecharse de su desinformación sobre el tema, sin embargo ella había leído informes durante dos días seguidos para aquel día. La conversación se había vuelto algo complicada en cada tema ella había respondido filosamente sin dejar su juguetona personalidad en ningún momento.

    -"Por ultimo el tema sobre el heredero real... Ya que su majestad no se encuentra, queremos que usted evalué la posibilidad de un matrimonio morganático con alguna de las jóvenes hijas de la nobleza de terra" -Dijo el lord a quien habían designado como vocero aquella tarde, no lo reconocía, pero al ver la sonrisa era claro que planeaban algo raro. -"En vista de que usted no se a casado aun, ni esta comprometida, tememos por el linaje real... Autorícenos comenzar a buscarle una reina digna a nuestro reino... "-

    Los ojos de Adriana se oscurecieron sintiendo aquello como una ofensa grabe tanto a ella como a su gemelo. No por que se insinuara un matrimonio morganático, eso era indiferente, sino por la intención de imponerle una pareja a su hermano.

    -"Se que su majestad comprende la importancia de un heredero y...."- Una risa salió de sus labios con fuerza, claramente molesta impidiéndolo continuar ella comenzó a hablar.

    -Me parece divertido que me lo proponga a mi y no a mi hermano el rey.... -Dijo suavemente en voz alta- Quiero que algo quede bien claro... Mientras mi hermano siga en este torno... Y yo este a su lado la única que puede usar este trono y la corona real... SOY YO... Y si no es por amor, mi hermano no tendrá una reina a su lado... Si pretenden tener mas poder casando a una de sus hijas con mi hermano... Tendrán que pasar por sobre mi....

    La sala quedo en un sepulcral silencio, aquella reacción fue inesperada por el consejo de la menor de los Salvatore, quien normalmente era infantil y dulce.

    -Esta reunión a terminado... Y no dejare pasar esta falta a mi hermano, ténganlo presente, el es el rey y ustedes sus súbditos...
    Su hermano la había dejado a cargo del reino mientras el realizaba algunos viajes a los que no había podido faltar, principalmente por que aun no confiaban mucho en nadie de la corte para enviarlo en si representación, El asunto había terminado involucrando a la desaparición de la su hermana la ex Reina. Ella portaba la corona de reina impuesta por su hermano antes de su partida, aquella tarde había una reunión de consejo donde muchos estaban en desacuerdo con la reciente posición adquirida por Adriana, solo era una formalidad para darle el poder irrefutable y prevenir un golpe de estado en ausencia del legitimo Rey. Algunos nobles aun seguía inconformes por la situación del repentino asenso al trono de Adrián, en su ausencia y para aprovechar el repentino poder de la princesa de la que se rumoraba "Era infantil y de pensamiento algo escaso", incluso algunos se atavían a decir que "algo no le funcionaba bien en la cabeza" nada mas lejano a la realidad, la cabeza de Adriana funcionaba diferente, pero eso no era una desventaja para ella que le había aprendido a sacar todo el provecho. Los nobles habían jugado bien sus cartas tocando temas importantes aquella tarde tratando de confundirla o provecharse de su desinformación sobre el tema, sin embargo ella había leído informes durante dos días seguidos para aquel día. La conversación se había vuelto algo complicada en cada tema ella había respondido filosamente sin dejar su juguetona personalidad en ningún momento. -"Por ultimo el tema sobre el heredero real... Ya que su majestad no se encuentra, queremos que usted evalué la posibilidad de un matrimonio morganático con alguna de las jóvenes hijas de la nobleza de terra" -Dijo el lord a quien habían designado como vocero aquella tarde, no lo reconocía, pero al ver la sonrisa era claro que planeaban algo raro. -"En vista de que usted no se a casado aun, ni esta comprometida, tememos por el linaje real... Autorícenos comenzar a buscarle una reina digna a nuestro reino... "- Los ojos de Adriana se oscurecieron sintiendo aquello como una ofensa grabe tanto a ella como a su gemelo. No por que se insinuara un matrimonio morganático, eso era indiferente, sino por la intención de imponerle una pareja a su hermano. -"Se que su majestad comprende la importancia de un heredero y...."- Una risa salió de sus labios con fuerza, claramente molesta impidiéndolo continuar ella comenzó a hablar. -Me parece divertido que me lo proponga a mi y no a mi hermano el rey.... -Dijo suavemente en voz alta- Quiero que algo quede bien claro... Mientras mi hermano siga en este torno... Y yo este a su lado la única que puede usar este trono y la corona real... SOY YO... Y si no es por amor, mi hermano no tendrá una reina a su lado... Si pretenden tener mas poder casando a una de sus hijas con mi hermano... Tendrán que pasar por sobre mi.... La sala quedo en un sepulcral silencio, aquella reacción fue inesperada por el consejo de la menor de los Salvatore, quien normalmente era infantil y dulce. -Esta reunión a terminado... Y no dejare pasar esta falta a mi hermano, ténganlo presente, el es el rey y ustedes sus súbditos...
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