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    Distribución del ático :

    Primera planta : Comedor ~ cocina
    Junto a estos están los despachos individuales del matrimonio y hay un baño pequeño

    Segunda planta : Dormitorio principal, junto a este el baño de la pareja , el vestidor que ocupa el mismo espacio que el dormitorio, en este está el tocador de Mitsuru.
    Luego hay una habitación bastante grande pero vacía actualmente.

    Tercera planta : Gimnasio privado
    Cuarta planta : piscina climatizada

    Akihiko Sanada
    Distribución del ático : Primera planta : Comedor ~ cocina Junto a estos están los despachos individuales del matrimonio y hay un baño pequeño Segunda planta : Dormitorio principal, junto a este el baño de la pareja , el vestidor que ocupa el mismo espacio que el dormitorio, en este está el tocador de Mitsuru. Luego hay una habitación bastante grande pero vacía actualmente. Tercera planta : Gimnasio privado Cuarta planta : piscina climatizada [Sanada_Thcx]
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  • #MonoRol | La ira de una infancia rota

    Habían pasado aproximadamente dos meses desde la muerte de su madre, y la pequeña Illyiv estaba sentada sobre el pasto seco, mirando la calle frente a ella a través de la reja de la puerta del orfanato al que la habían transferido. El aire estaba cargado con el olor a tierra y hojas secas, y el sol del ocaso bañaba su pálida piel creando reflejos cálidos en ella. A través de la reja, el mundo exterior parecía tan cercano, y a su vez, inalcanzable. Mientras observaba a los transeúntes y los vehículos pasar, un pensamiento sombrío cruzó su mente: "Nunca salí de la prisión, la prisión simplemente cambió de lugar."

    El orfanato era un lugar sombrío y frio, las paredes eran grises y los pasillos eran largos y oscuros. Las habitaciones eran pequeñas y desprovistas de decoración, le recordaban a las habitaciones de la casa en la que había vivido, lo que reforzaba la sensación de estar en una prisión. La rutina diaria era estricta, con horarios rígidos para comer, dormir y realizar actividades. Cada día se desarrollaba con una monotonía agotadora, Illyiv se sentía atrapada y sin control sobre su propia vida.

    En los primeros días, trató de mantenerse apartada de los otros niños. Había pasado tanto tiempo encerrada en casa que no estaba acostumbrada a socializar, en tiempos pasados había ansiado poder compartir con otros niños y tener amigos, pero ahora aquellas ganas se habían desvanecido por completo. El vacío que inundaba cada rincón de su ser la hacían sentir como si estuviera muerta; como si ahora fuera solo un espíritu que vaga por el mundo limitándose a ser tan solo una espectadora. Los traumas de su pasado, el asesinato de su madre y sus constante abusos la habían convertido en una niña retraída y silenciosa. Sus ojos oscuros, que reflejaban una tristeza profunda, eran un contraste inquietante con su cabello blanco como la nieve.

    Sin embargo, su actitud reservada solo atrajo más atención negativa. Los otros niños se dieron cuenta rápidamente de su aislamiento y comenzaron a burlarse de ella. En el comedor, durante el recreo, en cualquier oportunidad que tenían, las burlas no cesaban.

    —¡Miren a la rara! —gritaba una niña mientras Illyiv pasaba, señalándola y riéndose junto a otras dos niñas—. ¿Qué te pasó en la espalda, monstruo?

    Las voces de los niños resonaban en la mente de Illyiv, aturdiéndola. Se sentía abrumada, confusa, sin entender por qué era diferente y por qué no podía encajar. Las heridas de quemaduras en su espalda, resultado de los castigos de su madre, eran un recordatorio constante de su doloroso pasado, pero ahora también se habían convertido en motivo de burlas.

    Una tarde, mientras estaba sentada en el patio, absorta en sus pensamientos, tres niñas se le acercaron. La líder del grupo, una niña robusta de cabello rizado y piel tostada, se paró frente a ella con una expresión burlona.

    —¿Qué haces aquí sentada sola, monstruo? —preguntó con un tono despectivo.

    —... —un breve silencio inundó la escena, Illyiv las miraba con la mirada vacía, y luego añadió—: Podrían simplemente ignorar mi presencia... —su voz débil, vacía, casi un susurró en el viento.

    Las dos niñas que acompañaban a la líder comenzaron a reír, disfrutando de la incomodidad de Illyiv.

    —¡Miren cómo se encoge! ¡Parece una ratita asustada! —exclamó una niña rubia y delgada, que se encontraba a un lado de la líder del grupo, y tras su comentario las tres niñas rieron a carcajadas.

    Illyiv sintió su mente abrumada, como si un torbellino de emociones la envolviera. No entendía por qué la trataban así, no entendía por qué no podía ser como los demás niños. Las palabras de su madre resonaban en su mente: "Qué débil es tu cuerpo." Esas palabras, junto con las burlas, la atormentaban sin descanso.

    —¿Es por eso que mi mamá no quería que me juntara con otros niños? —murmuró Illyiv para sí misma, sintiendo una mezcla de tristeza y rabia.

    La líder del grupo se acercó más, invadiendo el espacio personal de la pequeña peliblanca.

    —¿Que dijiste? ¿Por qué no hablas más fuerte, monstruo? ¿Tienes miedo? —provocó, inclinándose hacia ella.

    Aquellas voces seguían colándose en su mente, las risas se escuchaban de fondo, repitiéndose como ecos que buscaban atormentarla, la pequeña niña de cabello blanco sentía como si su mente pudiera explotar en cualquier momento, su cabeza le dolía. Apretó sus puños, sintiendo como sus propias uñas se clavaban en la suave piel de sus manos, sentía rabia, tristeza, confusión, enojo, irá, frustración, una mezcla de emociones que nisiquiera era capaz de identificar en aquel instante tan breve, su corazón latía como si fuera a salir de su pecho y sentía muchas ganas de llorar, pero en lugar de eso, de repente, en un impulso salvaje y errático, Illyiv se abalanzó sobre la niña. La niña robusta tenía un cuerpo más fuerte, pero Illyiv, fortalecida por los entrenamientos de ballet, se movía con una fuerza inesperada. Ambas cayeron al suelo. Sus pensamientos se nublaron, y solo pudo actuar en base a la ira y frustración acumulada.

    Sus manos, echas puños, comenzaron a estrellarse contra la figura robusta de aquella niña rizada. La niña intentaba defenderse y esquivar sus golpes, pero la pequeña que estaba sobre ella era rápida y tenía una fuerza descomunal, casi como si estuviera poseída, como si una fuerza oscura la impulsara. Las otras dos niñas intentaron quitar a Illyiv de encima de su amiga, pero fue inútil. Illyiv estaba fuera de control, moviéndose con la fuerza de la desesperación. En un momento de furia ciega, arañó la cara de la niña, dejando marcas profundas, sintiendo como aquella capa de piel superficial había quedado atrapada en sus propias uñas.

    La niña rizada, tenía el rostro lleno de lágrimas y su mejilla ensangrentada. Illyiv, con los ojos vidriosos, parecía ajena al caos que había desatado. Los gritos y lloriqueos llenaron el aire, creando una atmósfera de pánico. La niña herida comenzó a llorar, y las otras dos niñas gritaron pidiendo ayuda. Los adultos llegaron corriendo, separando a Illyiv de la niña herida.

    —¡Illyiv, basta! —gritó uno de los cuidadores, sujetándola con fuerza.

    Con la respiración agitada, sus manos temblando, y los ojos llenos de furia, Illyiv fue llevada a una habitación aislada como castigo. Sentada en la oscuridad, sentía una mezcla de emociones: rabia, tristeza, confusión. Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro, pero no emitió ningún sonido, en cambio, se dejó hundir en un mar de emociones contradictorias. Una vez más, sabía que llorar no cambiaría nada.

    Mientras la noche caía, Illyiv se acurrucó en la cama, cerrando los ojos y deseando que todo fuera diferente, desconociendo por completo que pronto, su vida estaba por cambiar.
    #MonoRol | La ira de una infancia rota Habían pasado aproximadamente dos meses desde la muerte de su madre, y la pequeña Illyiv estaba sentada sobre el pasto seco, mirando la calle frente a ella a través de la reja de la puerta del orfanato al que la habían transferido. El aire estaba cargado con el olor a tierra y hojas secas, y el sol del ocaso bañaba su pálida piel creando reflejos cálidos en ella. A través de la reja, el mundo exterior parecía tan cercano, y a su vez, inalcanzable. Mientras observaba a los transeúntes y los vehículos pasar, un pensamiento sombrío cruzó su mente: "Nunca salí de la prisión, la prisión simplemente cambió de lugar." El orfanato era un lugar sombrío y frio, las paredes eran grises y los pasillos eran largos y oscuros. Las habitaciones eran pequeñas y desprovistas de decoración, le recordaban a las habitaciones de la casa en la que había vivido, lo que reforzaba la sensación de estar en una prisión. La rutina diaria era estricta, con horarios rígidos para comer, dormir y realizar actividades. Cada día se desarrollaba con una monotonía agotadora, Illyiv se sentía atrapada y sin control sobre su propia vida. En los primeros días, trató de mantenerse apartada de los otros niños. Había pasado tanto tiempo encerrada en casa que no estaba acostumbrada a socializar, en tiempos pasados había ansiado poder compartir con otros niños y tener amigos, pero ahora aquellas ganas se habían desvanecido por completo. El vacío que inundaba cada rincón de su ser la hacían sentir como si estuviera muerta; como si ahora fuera solo un espíritu que vaga por el mundo limitándose a ser tan solo una espectadora. Los traumas de su pasado, el asesinato de su madre y sus constante abusos la habían convertido en una niña retraída y silenciosa. Sus ojos oscuros, que reflejaban una tristeza profunda, eran un contraste inquietante con su cabello blanco como la nieve. Sin embargo, su actitud reservada solo atrajo más atención negativa. Los otros niños se dieron cuenta rápidamente de su aislamiento y comenzaron a burlarse de ella. En el comedor, durante el recreo, en cualquier oportunidad que tenían, las burlas no cesaban. —¡Miren a la rara! —gritaba una niña mientras Illyiv pasaba, señalándola y riéndose junto a otras dos niñas—. ¿Qué te pasó en la espalda, monstruo? Las voces de los niños resonaban en la mente de Illyiv, aturdiéndola. Se sentía abrumada, confusa, sin entender por qué era diferente y por qué no podía encajar. Las heridas de quemaduras en su espalda, resultado de los castigos de su madre, eran un recordatorio constante de su doloroso pasado, pero ahora también se habían convertido en motivo de burlas. Una tarde, mientras estaba sentada en el patio, absorta en sus pensamientos, tres niñas se le acercaron. La líder del grupo, una niña robusta de cabello rizado y piel tostada, se paró frente a ella con una expresión burlona. —¿Qué haces aquí sentada sola, monstruo? —preguntó con un tono despectivo. —... —un breve silencio inundó la escena, Illyiv las miraba con la mirada vacía, y luego añadió—: Podrían simplemente ignorar mi presencia... —su voz débil, vacía, casi un susurró en el viento. Las dos niñas que acompañaban a la líder comenzaron a reír, disfrutando de la incomodidad de Illyiv. —¡Miren cómo se encoge! ¡Parece una ratita asustada! —exclamó una niña rubia y delgada, que se encontraba a un lado de la líder del grupo, y tras su comentario las tres niñas rieron a carcajadas. Illyiv sintió su mente abrumada, como si un torbellino de emociones la envolviera. No entendía por qué la trataban así, no entendía por qué no podía ser como los demás niños. Las palabras de su madre resonaban en su mente: "Qué débil es tu cuerpo." Esas palabras, junto con las burlas, la atormentaban sin descanso. —¿Es por eso que mi mamá no quería que me juntara con otros niños? —murmuró Illyiv para sí misma, sintiendo una mezcla de tristeza y rabia. La líder del grupo se acercó más, invadiendo el espacio personal de la pequeña peliblanca. —¿Que dijiste? ¿Por qué no hablas más fuerte, monstruo? ¿Tienes miedo? —provocó, inclinándose hacia ella. Aquellas voces seguían colándose en su mente, las risas se escuchaban de fondo, repitiéndose como ecos que buscaban atormentarla, la pequeña niña de cabello blanco sentía como si su mente pudiera explotar en cualquier momento, su cabeza le dolía. Apretó sus puños, sintiendo como sus propias uñas se clavaban en la suave piel de sus manos, sentía rabia, tristeza, confusión, enojo, irá, frustración, una mezcla de emociones que nisiquiera era capaz de identificar en aquel instante tan breve, su corazón latía como si fuera a salir de su pecho y sentía muchas ganas de llorar, pero en lugar de eso, de repente, en un impulso salvaje y errático, Illyiv se abalanzó sobre la niña. La niña robusta tenía un cuerpo más fuerte, pero Illyiv, fortalecida por los entrenamientos de ballet, se movía con una fuerza inesperada. Ambas cayeron al suelo. Sus pensamientos se nublaron, y solo pudo actuar en base a la ira y frustración acumulada. Sus manos, echas puños, comenzaron a estrellarse contra la figura robusta de aquella niña rizada. La niña intentaba defenderse y esquivar sus golpes, pero la pequeña que estaba sobre ella era rápida y tenía una fuerza descomunal, casi como si estuviera poseída, como si una fuerza oscura la impulsara. Las otras dos niñas intentaron quitar a Illyiv de encima de su amiga, pero fue inútil. Illyiv estaba fuera de control, moviéndose con la fuerza de la desesperación. En un momento de furia ciega, arañó la cara de la niña, dejando marcas profundas, sintiendo como aquella capa de piel superficial había quedado atrapada en sus propias uñas. La niña rizada, tenía el rostro lleno de lágrimas y su mejilla ensangrentada. Illyiv, con los ojos vidriosos, parecía ajena al caos que había desatado. Los gritos y lloriqueos llenaron el aire, creando una atmósfera de pánico. La niña herida comenzó a llorar, y las otras dos niñas gritaron pidiendo ayuda. Los adultos llegaron corriendo, separando a Illyiv de la niña herida. —¡Illyiv, basta! —gritó uno de los cuidadores, sujetándola con fuerza. Con la respiración agitada, sus manos temblando, y los ojos llenos de furia, Illyiv fue llevada a una habitación aislada como castigo. Sentada en la oscuridad, sentía una mezcla de emociones: rabia, tristeza, confusión. Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro, pero no emitió ningún sonido, en cambio, se dejó hundir en un mar de emociones contradictorias. Una vez más, sabía que llorar no cambiaría nada. Mientras la noche caía, Illyiv se acurrucó en la cama, cerrando los ojos y deseando que todo fuera diferente, desconociendo por completo que pronto, su vida estaba por cambiar.
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  • ¡CUMPLEAÑOS FELIZ, CUMPLEAÑOS FELIZ!

    ¡FICROLERS!
    ¡Hoy estamos de fiesta!

    Es un día muy especial porque celebramos el cumpleaños de alguien increíble (¡o de varios!).
    Que no falten las sonrisas, las sorpresas y los buenos momentos para hacer de este día algo inolvidable.

    ¡Danny Bishop!

    "Que este nuevo año esté lleno de alegrías, éxitos y mucha magia. ¡Gracias por ser parte de esta comunidad tan especial y por todo lo que aportan! Hoy es su día, ¡disfrútenlo al máximo!"

    ¡A llenar este espacio de buenos deseos y mensajes festivos!


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    🎵 ¡CUMPLEAÑOS FELIZ, CUMPLEAÑOS FELIZ! 🎶 ¡FICROLERS! 🎉 ¡Hoy estamos de fiesta! 🎂✨ Es un día muy especial porque celebramos el cumpleaños de alguien increíble (¡o de varios!). 🥳🎁 Que no falten las sonrisas, las sorpresas y los buenos momentos para hacer de este día algo inolvidable. ¡[qtwarlock]! 🌟"Que este nuevo año esté lleno de alegrías, éxitos y mucha magia. ¡Gracias por ser parte de esta comunidad tan especial y por todo lo que aportan! Hoy es su día, ¡disfrútenlo al máximo!" 🎈 ¡A llenar este espacio de buenos deseos y mensajes festivos! 🎊 #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • No era la primera vez que la marioneta intentó acariciar a Spring, la gata de Lady Antonia, pero aún seguía recibiendo la misma reacción.

    Un siseo de advertencia para que alejara la mano a la vez que se veían dientes afilados. A Spring no le agradaba P, al parecer, aunque él había visto que se dejaba acariciar por las otras personas en el hotel. Entonces, ¿por qué a él no?

    Se lo preguntaba cada vez. ¿Era la manera de acercarse a ella? ¿Tal vez porque no lo conocía demasiado aún? Él era bueno, no quería hacerle ningún daño, por eso siempre trató de acercar su mano con cuidado, pero no parecía servir.

    "Eres insistente, chico.", escuchó a Gemini después de dar unos pasos hacia atrás para darle espacio a Spring. Parecía que se estaba divirtiendo con la escena. "Está bien, seguro que te dejará en algún momento, ¿por qué no intentas con algo de comida?"

    Comida... ese concepto aún le parecía un poco ajeno, pero sabía que los demás la necesitaban para vivir y parecía gustarles. Spring estaría contenta de recibir algo de eso.
    No era la primera vez que la marioneta intentó acariciar a Spring, la gata de Lady Antonia, pero aún seguía recibiendo la misma reacción. Un siseo de advertencia para que alejara la mano a la vez que se veían dientes afilados. A Spring no le agradaba P, al parecer, aunque él había visto que se dejaba acariciar por las otras personas en el hotel. Entonces, ¿por qué a él no? Se lo preguntaba cada vez. ¿Era la manera de acercarse a ella? ¿Tal vez porque no lo conocía demasiado aún? Él era bueno, no quería hacerle ningún daño, por eso siempre trató de acercar su mano con cuidado, pero no parecía servir. "Eres insistente, chico.", escuchó a Gemini después de dar unos pasos hacia atrás para darle espacio a Spring. Parecía que se estaba divirtiendo con la escena. "Está bien, seguro que te dejará en algún momento, ¿por qué no intentas con algo de comida?" Comida... ese concepto aún le parecía un poco ajeno, pero sabía que los demás la necesitaban para vivir y parecía gustarles. Spring estaría contenta de recibir algo de eso.
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  • Comence mi meditación, mi cuerpo en postura de loto quedo rígido cómo una roca pero mi alma se desdobló, elevandose hasta el Cielo Budista... regrese a ese lugar de silencio perfecto, me rodeaba la luz que poco a poco envolvió complemente mi alma, una calidez me invadió, no habia espacio ni tiempo... regrese a ese lugar donde todos los budas (iluminados) vamos constante donde no existen las llamas del odio, la ignorancia y el apogo, sufrimiento ni los deseos mundanos sólo la paz, la armonia, la sabiduria y el amor universal... A pesar, de sentir su presencia en su lugar me rodeo una tristeza inmensa...
    Comence mi meditación, mi cuerpo en postura de loto quedo rígido cómo una roca pero mi alma se desdobló, elevandose hasta el Cielo Budista... regrese a ese lugar de silencio perfecto, me rodeaba la luz que poco a poco envolvió complemente mi alma, una calidez me invadió, no habia espacio ni tiempo... regrese a ese lugar donde todos los budas (iluminados) vamos constante donde no existen las llamas del odio, la ignorancia y el apogo, sufrimiento ni los deseos mundanos sólo la paz, la armonia, la sabiduria y el amor universal... A pesar, de sentir su presencia en su lugar me rodeo una tristeza inmensa...
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  • ¡CUMPLEAÑOS FELIZ, CUMPLEAÑOS FELIZ!

    ¡FICROLERS!
    ¡Hoy estamos de fiesta!

    Es un día muy especial porque celebramos el cumpleaños de alguien increíble (¡o de varios!).
    Que no falten las sonrisas, las sorpresas y los buenos momentos para hacer de este día algo inolvidable.

    ¡Sophie Beckett !


    "Que este nuevo año esté lleno de alegrías, éxitos y mucha magia. ¡Gracias por ser parte de esta comunidad tan especial y por todo lo que aportan! Hoy es su día, ¡disfrútenlo al máximo!"

    ¡A llenar este espacio de buenos deseos y mensajes festivos!


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    🎵 ¡CUMPLEAÑOS FELIZ, CUMPLEAÑOS FELIZ! 🎶 ¡FICROLERS! 🎉 ¡Hoy estamos de fiesta! 🎂✨ Es un día muy especial porque celebramos el cumpleaños de alguien increíble (¡o de varios!). 🥳🎁 Que no falten las sonrisas, las sorpresas y los buenos momentos para hacer de este día algo inolvidable. ¡[Cinderella]! 🌟"Que este nuevo año esté lleno de alegrías, éxitos y mucha magia. ¡Gracias por ser parte de esta comunidad tan especial y por todo lo que aportan! Hoy es su día, ¡disfrútenlo al máximo!" 🎈 ¡A llenar este espacio de buenos deseos y mensajes festivos! 🎊 #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • -Elisabetta abrió los ojos en un espacio indefinido, bañado en una penumbra viscosa, donde los sonidos parecían resonar desde muy lejos. Allí estaba de nuevo, atrapada en el sueño que no la dejaba descansar desde su infancia.

    El escenario frente a ella era una habitación familiar: el salón de su antigua casa, donde los muebles parecían enormes y amenazantes, como si fueran diseñados para aplastarla en cualquier momento. Podía sentir la mano de su gemelo, Flavio, aferrada a la suya con fuerza, ambos apenas unos niños de ocho años. Sus pequeñas figuras estaban medio escondidas detrás de la cortina pesada de terciopelo rojo que cubría los ventanales de aquella mansión.

    La voz de su madre resonaba como una melodía rota desde la otra habitación, riendo con alguien, pero Elisabetta no podía distinguir quién era. Los pasos de un hombre resonaban en el suelo de mármol, cada vez más fuertes, más graves, mientras se acercaba.

    Ella sabía lo que vendría, pero no podía moverse ni cambiar el curso de lo que iba a suceder. Era como si el sueño tuviera vida propia, repitiendo la escena una y otra vez. El hombre entró al salón. Su rostro estaba envuelto en sombras, pero el destello de una hoja afilada se reflejaba con claridad en la luz amarillenta de la lámpara.

    El grito de su madre llenó el aire justo antes de que el filo descendiera, cortando algo más que carne. Cortaba la infancia de Flavio, la inocencia de ella, y dejaba una herida imborrable en sus almas.

    Elisabetta sentía que el pánico y la impotencia la asfixiaban. Quería gritar, correr hacia su madre, pero sus piernas estaban clavadas al suelo. Luego de unos largos segundos, la pequeña giró su rostro hacia su hermano, y en sus ojos reflejaba lo que ambos sentían: miedo, furia y una chispa de algo más oscuro, algo que solo comenzó a crecer después de esa noche.

    Elisabetta se despertó de golpe y con un jadeo, se sentó rápidamente y estaba cubierta de sudor frío. Su corazón golpeaba con fuerza, y por un momento, aún podía oír el eco del grito de su madre en sus oídos. Pero cuando miró a su alrededor, solo encontró el frío y vacío silencio de su habitación. Una noche más, el pasado no la había dejado escapar-

    -Elisabetta abrió los ojos en un espacio indefinido, bañado en una penumbra viscosa, donde los sonidos parecían resonar desde muy lejos. Allí estaba de nuevo, atrapada en el sueño que no la dejaba descansar desde su infancia. El escenario frente a ella era una habitación familiar: el salón de su antigua casa, donde los muebles parecían enormes y amenazantes, como si fueran diseñados para aplastarla en cualquier momento. Podía sentir la mano de su gemelo, Flavio, aferrada a la suya con fuerza, ambos apenas unos niños de ocho años. Sus pequeñas figuras estaban medio escondidas detrás de la cortina pesada de terciopelo rojo que cubría los ventanales de aquella mansión. La voz de su madre resonaba como una melodía rota desde la otra habitación, riendo con alguien, pero Elisabetta no podía distinguir quién era. Los pasos de un hombre resonaban en el suelo de mármol, cada vez más fuertes, más graves, mientras se acercaba. Ella sabía lo que vendría, pero no podía moverse ni cambiar el curso de lo que iba a suceder. Era como si el sueño tuviera vida propia, repitiendo la escena una y otra vez. El hombre entró al salón. Su rostro estaba envuelto en sombras, pero el destello de una hoja afilada se reflejaba con claridad en la luz amarillenta de la lámpara. El grito de su madre llenó el aire justo antes de que el filo descendiera, cortando algo más que carne. Cortaba la infancia de Flavio, la inocencia de ella, y dejaba una herida imborrable en sus almas. Elisabetta sentía que el pánico y la impotencia la asfixiaban. Quería gritar, correr hacia su madre, pero sus piernas estaban clavadas al suelo. Luego de unos largos segundos, la pequeña giró su rostro hacia su hermano, y en sus ojos reflejaba lo que ambos sentían: miedo, furia y una chispa de algo más oscuro, algo que solo comenzó a crecer después de esa noche. Elisabetta se despertó de golpe y con un jadeo, se sentó rápidamente y estaba cubierta de sudor frío. Su corazón golpeaba con fuerza, y por un momento, aún podía oír el eco del grito de su madre en sus oídos. Pero cuando miró a su alrededor, solo encontró el frío y vacío silencio de su habitación. Una noche más, el pasado no la había dejado escapar-
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  • Mientras ordena algunas cosas en su arsenal, tenía muchas cosas que limpiar, ordenar, acomodar y sobre todo evitar que Ordis se emocionará con toda arma explosiva que ha fabricado y utilizado en todo su trayecto como tenno.

    — ...

    El tenno parpadea un par de veces al levantar varias dagas y una cae al suelo, un arma filosa, pero aún más pequeña que las dagas que colecciona, primero, deja las demás dagas en una caja más amplia.

    — Que tenemos aquí.

    Regresa para inclinarse y contemplar esa pequeña daga, inútil para las manos de Chroma, sin embargo, lo había olvidado, hasta ese momento, la forma de un ave, su diseño poco convencional, recordó a la dueña de esa arma.

    — Ja, como olvidarlo, qué descuidado.

    De las pocas armas que perforó su armadura y recuerda el dolor que sintió entre las costillas de Chroma, una chica lista, para el tenno, quien sujeta esa hoja con más lentitud y algo de delicadeza, sonríe ligeramente por ese encuentro poco fortuito.

    — Que habrá sido...

    Guarda la navaja junto a otros objetos que no son bélicos, tiene una mesa con vista al espacio exterior, donde deja los regalos más preciados por Hayden en sus andanzas con Chroma.

    — La verdad... si quería...

    Contempla esa arma mientras solo sacude la cabeza, no debía dejarse llevar por tonterías destinadas a los mortales.
    Mientras ordena algunas cosas en su arsenal, tenía muchas cosas que limpiar, ordenar, acomodar y sobre todo evitar que Ordis se emocionará con toda arma explosiva que ha fabricado y utilizado en todo su trayecto como tenno. — ... El tenno parpadea un par de veces al levantar varias dagas y una cae al suelo, un arma filosa, pero aún más pequeña que las dagas que colecciona, primero, deja las demás dagas en una caja más amplia. — Que tenemos aquí. Regresa para inclinarse y contemplar esa pequeña daga, inútil para las manos de Chroma, sin embargo, lo había olvidado, hasta ese momento, la forma de un ave, su diseño poco convencional, recordó a la dueña de esa arma. — Ja, como olvidarlo, qué descuidado. De las pocas armas que perforó su armadura y recuerda el dolor que sintió entre las costillas de Chroma, una chica lista, para el tenno, quien sujeta esa hoja con más lentitud y algo de delicadeza, sonríe ligeramente por ese encuentro poco fortuito. — Que habrá sido... Guarda la navaja junto a otros objetos que no son bélicos, tiene una mesa con vista al espacio exterior, donde deja los regalos más preciados por Hayden en sus andanzas con Chroma. — La verdad... si quería... Contempla esa arma mientras solo sacude la cabeza, no debía dejarse llevar por tonterías destinadas a los mortales.
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  • Un amor para Dos capt 2
    Fandom Tenebra
    Categoría Romance
    -Justo cuando el sillón se desocupo, el chico señalo con su dedo para que ella lo notase, aunque claro ella ya sabia que estaba disponible -
    "Ahí está,tu lo viste primero linda"
    -aunque Arant si deseaba seguir en su texto, apenas detalló el número de la pagina en que iba y luego lo miro a él y oe dedicó una sonrisa burlona mientras se escondia detrás del libro -
    "No hay espacio para dos"
    -justo en ese momento el chico la interrumpio con la tipica presentación formal de- " soy Hank tengo 22 años vivo en la calle st Francis, mi hobby es dibujar pintar y en mis ratos libres escribir y oir psycho"
    - Arant quedo sorprendida al oir el pequeño discurso, no esperaba todo eso en tan pocos instantes.
    Aunque sabia que el esperaba una respuesta similar solo se le ocurrió un ingenioso-"
    Vaya, sabes mas de ti que yo de mi ajajaj"
    -sus ojos se encontraron con la mirada color marrón de el y su linda sonrisa, que parecia llena de alegria. Justo cuando Arant ordenaba sus ideas para responder, ante ellos apareció una dependiente de biblioteca con su uniforme de paño gris, su gafete con el nombre *Greta* quien hizo un gesto con sus manos para enfatizar el susurro -
    " Pueden pasar a la cafetería para charlar, o acercarse al pasillo del auditorio, esta sala es de lectura exclusiva"
    -Ante el regaño Arant quedo congelada intentando pensar en una excusa, pero Hank se adelanto con un gesto arrogante y un bastante fresco-
    " De todos modos no habia lugar para los dos, estaremos bien al aire libre ¿Me sigues?"
    - Aun perpleja por la situación únicamente sonrio y le entrego el libro a la dependiente, luego siguió a Hank a la escalinata de edificio, dónde se sentaron a platicar. Básicamente ambos disfrutaban de la musica Spycho
    Aunque ella preferia leer y hacer otras actividades.
    Sin embargo Hank vivia en una calle comercial de la localidad donde no habia hogares familiares, solo tiendas restaurantes y centros comerciales, lo que explicaria porque tenia tiempo para tantas cosas . mientras fueron hablando de una cosa , de aca y de alla Hank le explicó a Arant que la había visto hacia algún tiempo en una tienda de artículos para papelería,pero le había dado vergüenza atreverse a saludar . Que ese dia cuando la vio no supo que decir. Ambos de rieron, ciertamente Arant habia quedado muy sorprendida con la presentación, asi que con mas calma le conto sobre ella-
    " Bueno ....Soy Arantxza, vivo en la rocco que es a dos calles de la tuya y también me dedico a manejar un cafe en la gaudit "
    - se sonrojo un poco antes de invitarle a visitarla cualquier dia de la semana, cuando vieron la hora ya habian pasado 4 horas desde que habian salido de la biblioteca. Una chispa de curiosidad y de gusto se había encendido para los dos.
    Al despedirse, solo levantaron las manitos ya que era mutuo el sentirse algo avergonzados pero felices
    -Justo cuando el sillón se desocupo, el chico señalo con su dedo para que ella lo notase, aunque claro ella ya sabia que estaba disponible - "Ahí está,tu lo viste primero linda" -aunque Arant si deseaba seguir en su texto, apenas detalló el número de la pagina en que iba y luego lo miro a él y oe dedicó una sonrisa burlona mientras se escondia detrás del libro - "No hay espacio para dos" -justo en ese momento el chico la interrumpio con la tipica presentación formal de- " soy Hank tengo 22 años vivo en la calle st Francis, mi hobby es dibujar pintar y en mis ratos libres escribir y oir psycho" - Arant quedo sorprendida al oir el pequeño discurso, no esperaba todo eso en tan pocos instantes. Aunque sabia que el esperaba una respuesta similar solo se le ocurrió un ingenioso-" Vaya, sabes mas de ti que yo de mi ajajaj" -sus ojos se encontraron con la mirada color marrón de el y su linda sonrisa, que parecia llena de alegria. Justo cuando Arant ordenaba sus ideas para responder, ante ellos apareció una dependiente de biblioteca con su uniforme de paño gris, su gafete con el nombre *Greta* quien hizo un gesto con sus manos para enfatizar el susurro - " Pueden pasar a la cafetería para charlar, o acercarse al pasillo del auditorio, esta sala es de lectura exclusiva" -Ante el regaño Arant quedo congelada intentando pensar en una excusa, pero Hank se adelanto con un gesto arrogante y un bastante fresco- " De todos modos no habia lugar para los dos, estaremos bien al aire libre ¿Me sigues?" - Aun perpleja por la situación únicamente sonrio y le entrego el libro a la dependiente, luego siguió a Hank a la escalinata de edificio, dónde se sentaron a platicar. Básicamente ambos disfrutaban de la musica Spycho Aunque ella preferia leer y hacer otras actividades. Sin embargo Hank vivia en una calle comercial de la localidad donde no habia hogares familiares, solo tiendas restaurantes y centros comerciales, lo que explicaria porque tenia tiempo para tantas cosas . mientras fueron hablando de una cosa , de aca y de alla Hank le explicó a Arant que la había visto hacia algún tiempo en una tienda de artículos para papelería,pero le había dado vergüenza atreverse a saludar . Que ese dia cuando la vio no supo que decir. Ambos de rieron, ciertamente Arant habia quedado muy sorprendida con la presentación, asi que con mas calma le conto sobre ella- " Bueno ....Soy Arantxza, vivo en la rocco que es a dos calles de la tuya y también me dedico a manejar un cafe en la gaudit " - se sonrojo un poco antes de invitarle a visitarla cualquier dia de la semana, cuando vieron la hora ya habian pasado 4 horas desde que habian salido de la biblioteca. Una chispa de curiosidad y de gusto se había encendido para los dos. Al despedirse, solo levantaron las manitos ya que era mutuo el sentirse algo avergonzados pero felices
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    Individual
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  • Me miro en el espejo... Me veo a mí misma... Necesito espacio para mis sueños... Tengo que sumergirse en mis fantasías... Sé que tan pronto como llegue... Todo es posible... Porque nadie tiene que esconderse... Más allá de lo invisible.
    Me miro en el espejo... Me veo a mí misma... Necesito espacio para mis sueños... Tengo que sumergirse en mis fantasías... Sé que tan pronto como llegue... Todo es posible... Porque nadie tiene que esconderse... Más allá de lo invisible.
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