ᴄᴀᴘ. ③
────────────
Continuación de:
Cap.①
https://ficrol.com/posts/243909
Cap.②
https://ficrol.com/posts/271000
≫ ──────── ≪•◦ ✴ ◦•≫ ──────── ≪
Un zumbido sórdido se adueñó de los oídos de Elizabeth, la noticia le causó tal conmoción que quedó aturdida por unos minutos.
Los ojos estaban puestos en Elías, pero no lo veía, su mirada viajaba mas allá del presente; A la nostalgia de sus vagos recuerdos de su infancia, la sufrida doctrina militar, el día que lo perdió todo y por supuesto, los intensos años de búsqueda y penurias que padeció con la esperanza de encontrar a alguien de su estirpe.
Una lágrima iba humedeciendo el camino recorrido hasta su mejilla. ¿Por qué lloraba? No lo sabía, era una mezcla de enojo, impotencia, incredulidad y sí... alivio, alivio de no ser la única.
Tan rápido como sintió que la gota resbalaba por su rostro se la limpió con la manga de su capa. Detestaba que la vieran débil, mas alguien tan ajeno como lo era este hombre que se decía llamar su hermano.
Elizabeth no habló, en cambio se limitó a observarlo con un ojo clínico y en extremo agudo.
Las manos gruesas y toscas del pelirrojo aún extendidas en lo alto como señal de "paz" eran de alguien que ha empuñado el acero incontables veces, de hecho si se acercaba un poco más podía incluso ver el entramado de la empuñadura marcada en su palma. Sus muñecas tenía cicatrices mal cerradas de lo que parecía ser grilletes
¿Acaso había sido esclavo o era un asesino fugitivo?
Una marca alargada atravesaba uno de sus ojos carmesí, Elizabeth podía asumir que como ella,el resto de su cuerpo padecía la misma suerte que su cara, era algo casi obvio.
── En el año del Búho te vi huir entre los escombros cerca del arroyo - confesó mientras lentamente con una de sus manos apartaba la punta de la espada de su garganta
Liz salió de su profundo análisis al oírle hablar.
── Hay mucho que no calza en tu historia mediocre. - Dejó con cuidado a sus pies la comida que había comprado para
Kazuo .
La espada que Elías había apartado la situó a la altura de su vientre. No pensaba bajar la guardia ── Dices que eres mi hermano, pero nunca supe de tu existencia, dices que me viste huir y... ¿Donde estabas tú? ¿Cómo sé que dices la verdad? Lo único que no puedo negar porque es evidente, es tu raza, eres un Llama de Sangre... veo el fuego en tus ojos.
── Leezy ... o mejor dicho Elizabeth, Elizabeth Rose, de los Bloodflame.
Madre, Padre y yo elegimos tus nombres por tu fuerza inquebrantable a pesar de que al nacer parecías una pequeña flor salida de un rosal siempre tuviste espinas para defenderte.
Tú sabes como funcionaba todo en Knaresborough, no podían haber lazos familiares pero Hamza y Astrid nuestros padres, se la ingeniaron para no romper lo que era nuestra familia. Aunque... - tomó un segundo de silencio solemne, uno que Liz respetó. Todo su relato la había atrapado por completo ── Su osadía los llevó a la muerte, por eso no los conociste, lo lamento. Yo guardé mis distancias era un niño, temía llegar al mismo destino, te observaba desde lejos. Nunca necesitaste mi ayuda hasta el año del Búho claro... pero ahí no pide ofrecértela, fui secuestrado y vendido como esclavo... Fueron ocho años y cincuenta y siete días oscuros, muy oscuros.
Era demasiado información para Elizabeth, su mente y corazón habían colapsado. La mezcla de emociones que no lograba entender la abrumó por completo.
Entonces hizo lo único que sabía hacer: explotar en ira
── ¡VETE! ¡No te quiero ver! - sus ojos se tornaron de rojo intenso y su espada se envolvió en llamas ── ¡¡¡Tú y tu maldita historia se pueden volver por donde vinieron!!!!
Elizabeth retrocedió un par de pasos y empezó a arrojar dardos de fuego directo al pecho de Elías. Pero este era un hábil guerrero, incluso mas experimentado que Liz, evadió cada ataque sin problemas, la abordó de manera brusca tomándole sus muñecas. La aproximación hizo que Liz alcanzara a herir con su espada uno de sus costados.
── ¡Basta Leezy! No quiero lastimarte ¡¿Que no entiendes?!
── No soy la puta Leezy, mi nombre es Elizabeth, ¡Suéltame! - Elizabeth flexionó una de sus piernas incrustando su rodilla con fuerza justo en la boca del estómago de Elías.
El pelirrojo se apartó de ella tratando de recuperar el aire.
Liz por su parte sin saber que sentir lo observaba mientras este se arrodillaba por el impacto del golpe resiente
ᴄᴀᴘ. ③
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Un zumbido sórdido se adueñó de los oídos de Elizabeth, la noticia le causó tal conmoción que quedó aturdida por unos minutos.
Los ojos estaban puestos en Elías, pero no lo veía, su mirada viajaba mas allá del presente; A la nostalgia de sus vagos recuerdos de su infancia, la sufrida doctrina militar, el día que lo perdió todo y por supuesto, los intensos años de búsqueda y penurias que padeció con la esperanza de encontrar a alguien de su estirpe.
Una lágrima iba humedeciendo el camino recorrido hasta su mejilla. ¿Por qué lloraba? No lo sabía, era una mezcla de enojo, impotencia, incredulidad y sí... alivio, alivio de no ser la única.
Tan rápido como sintió que la gota resbalaba por su rostro se la limpió con la manga de su capa. Detestaba que la vieran débil, mas alguien tan ajeno como lo era este hombre que se decía llamar su hermano.
Elizabeth no habló, en cambio se limitó a observarlo con un ojo clínico y en extremo agudo.
Las manos gruesas y toscas del pelirrojo aún extendidas en lo alto como señal de "paz" eran de alguien que ha empuñado el acero incontables veces, de hecho si se acercaba un poco más podía incluso ver el entramado de la empuñadura marcada en su palma. Sus muñecas tenía cicatrices mal cerradas de lo que parecía ser grilletes
¿Acaso había sido esclavo o era un asesino fugitivo?
Una marca alargada atravesaba uno de sus ojos carmesí, Elizabeth podía asumir que como ella,el resto de su cuerpo padecía la misma suerte que su cara, era algo casi obvio.
── En el año del Búho te vi huir entre los escombros cerca del arroyo - confesó mientras lentamente con una de sus manos apartaba la punta de la espada de su garganta
Liz salió de su profundo análisis al oírle hablar.
🌹── Hay mucho que no calza en tu historia mediocre. - Dejó con cuidado a sus pies la comida que había comprado para [8KazuoAihara8].
La espada que Elías había apartado la situó a la altura de su vientre. No pensaba bajar la guardia ── Dices que eres mi hermano, pero nunca supe de tu existencia, dices que me viste huir y... ¿Donde estabas tú? ¿Cómo sé que dices la verdad? Lo único que no puedo negar porque es evidente, es tu raza, eres un Llama de Sangre... veo el fuego en tus ojos.
── Leezy ... o mejor dicho Elizabeth, Elizabeth Rose, de los Bloodflame.
Madre, Padre y yo elegimos tus nombres por tu fuerza inquebrantable a pesar de que al nacer parecías una pequeña flor salida de un rosal siempre tuviste espinas para defenderte.
Tú sabes como funcionaba todo en Knaresborough, no podían haber lazos familiares pero Hamza y Astrid nuestros padres, se la ingeniaron para no romper lo que era nuestra familia. Aunque... - tomó un segundo de silencio solemne, uno que Liz respetó. Todo su relato la había atrapado por completo ── Su osadía los llevó a la muerte, por eso no los conociste, lo lamento. Yo guardé mis distancias era un niño, temía llegar al mismo destino, te observaba desde lejos. Nunca necesitaste mi ayuda hasta el año del Búho claro... pero ahí no pide ofrecértela, fui secuestrado y vendido como esclavo... Fueron ocho años y cincuenta y siete días oscuros, muy oscuros.
Era demasiado información para Elizabeth, su mente y corazón habían colapsado. La mezcla de emociones que no lograba entender la abrumó por completo.
Entonces hizo lo único que sabía hacer: explotar en ira
🌹── ¡VETE! ¡No te quiero ver! - sus ojos se tornaron de rojo intenso y su espada se envolvió en llamas ── ¡¡¡Tú y tu maldita historia se pueden volver por donde vinieron!!!!
Elizabeth retrocedió un par de pasos y empezó a arrojar dardos de fuego directo al pecho de Elías. Pero este era un hábil guerrero, incluso mas experimentado que Liz, evadió cada ataque sin problemas, la abordó de manera brusca tomándole sus muñecas. La aproximación hizo que Liz alcanzara a herir con su espada uno de sus costados.
── ¡Basta Leezy! No quiero lastimarte ¡¿Que no entiendes?!
🌹── No soy la puta Leezy, mi nombre es Elizabeth, ¡Suéltame! - Elizabeth flexionó una de sus piernas incrustando su rodilla con fuerza justo en la boca del estómago de Elías.
El pelirrojo se apartó de ella tratando de recuperar el aire.
Liz por su parte sin saber que sentir lo observaba mientras este se arrodillaba por el impacto del golpe resiente