—Llevaban un par de semanas de viaje que pasaron rápidas como un suspiro, pero conteniendo cambios inesperados hasta el punto, en que aquellos catorce días parecían haber condensado años. Empezando por un hecho que, pese a no haber sido mencionado en voz alta, estaba claro para ambos. Y es que el fuerte lazo que les unía, ya no era amistad, era algo mucho más grande y que, probablemente ninguno de los dos habría esperado que sucediera y sin embrago… Como muchas otras grandes cosas, simplemente se dio.
En gran parte por esto, y por que el príncipe zora quería aprovechar la ocasión para explorar sin llevar consigo toda una escolta de guardias, decidieron desviarse del camino ya que, iban bien de tiempo y además, tuvieron que ayudar a varias personas por el camino, desde viajeros extraviados a sencillos granjeros que se habían visto atacados por bandidos. Además, se trataba de una fecha muy señalada en Hyrule, navidad. De modo que, Link decidió hacer otro desvío para darle a Sidón la oportunidad de celebrarlo fuera de casa, pero en un entorno de todos modos cálido. Así fue que acabaron en la Posta del bosque, justo al lado del lago Nish.
—Ya casi hemos llegado. —aseguró Link, mirando por encima de su hombro a quien montaba a Epona tras él, pues como querían aprovechar el máximo de tiempo al anochecer tras la transformación del príncipe en hyliano, le d instaba a montar con él un rato antes de hacer el campamento. Y así fue, entre la nieve, y completamente arrebujados por mantas aún sobre el caballo, ambos jinetes podrían ver como en el horizonte se dibujaba la silueta de la posada. Ya desde alli, se podían apreciar varias velas que decoraban ventanas y tejado del lugar, insinuando las guirnaldas y decoraciones exteriores típicas de la festividad, además el aroma a comida caliente y pan recién horneado comenzaba a hacerse presente, así cómo el relinchar de los caballos de los viajeros en las caballerizas.
Cuando llegaron, Link hizo todo el papeleo y pagó la estancia, se quedarían una semana completa para celebrar como era debido la festividad, acordando que mientras el rubio gestionaba, el pelirrojo prepararía una nota para la princesa informando que había decidido entretenerse un poco, para disfrutar de las fiestas. Pero que aunque llegaría unos días tarde, seguiría siendo a tiempo para la reunión diplomática. El posadero, no tardó en buscar unas llaves y mostrarles la habitacion, explicándoles que aquella noche, pronto se serviría un menú especial navideño y si querían reservar o tomarían la comida normal.
—Reservamos.—aseguró, Link. Abriendo la puerta de la habitacion. Tras esto, se despidió del hombre, ya que debían entrar a la estancia y empezar a acomodar las cosas para el tiempo que iban a estar, obviamente se trataba de una habitacion con cama doble, y aunque no era muy grande, al ser como,eta mente de madera, decorada con relieves y tapices, además de varias pieles y obviamente, al igual que la posada completa, decoración navideña se trataba de un lugar que irradiaba calidez y acogida. Desde la ventana, cuando amaneciera podrían ver que tenían una privilegiada vista al lago Nish.—
Rol privado con: [shimmer_sapphire_monkey_595]
Lugar: lago Nish, Posta del bosque.
—Llevaban un par de semanas de viaje que pasaron rápidas como un suspiro, pero conteniendo cambios inesperados hasta el punto, en que aquellos catorce días parecían haber condensado años. Empezando por un hecho que, pese a no haber sido mencionado en voz alta, estaba claro para ambos. Y es que el fuerte lazo que les unía, ya no era amistad, era algo mucho más grande y que, probablemente ninguno de los dos habría esperado que sucediera y sin embrago… Como muchas otras grandes cosas, simplemente se dio.
En gran parte por esto, y por que el príncipe zora quería aprovechar la ocasión para explorar sin llevar consigo toda una escolta de guardias, decidieron desviarse del camino ya que, iban bien de tiempo y además, tuvieron que ayudar a varias personas por el camino, desde viajeros extraviados a sencillos granjeros que se habían visto atacados por bandidos. Además, se trataba de una fecha muy señalada en Hyrule, navidad. De modo que, Link decidió hacer otro desvío para darle a Sidón la oportunidad de celebrarlo fuera de casa, pero en un entorno de todos modos cálido. Así fue que acabaron en la Posta del bosque, justo al lado del lago Nish.
—Ya casi hemos llegado. —aseguró Link, mirando por encima de su hombro a quien montaba a Epona tras él, pues como querían aprovechar el máximo de tiempo al anochecer tras la transformación del príncipe en hyliano, le d instaba a montar con él un rato antes de hacer el campamento. Y así fue, entre la nieve, y completamente arrebujados por mantas aún sobre el caballo, ambos jinetes podrían ver como en el horizonte se dibujaba la silueta de la posada. Ya desde alli, se podían apreciar varias velas que decoraban ventanas y tejado del lugar, insinuando las guirnaldas y decoraciones exteriores típicas de la festividad, además el aroma a comida caliente y pan recién horneado comenzaba a hacerse presente, así cómo el relinchar de los caballos de los viajeros en las caballerizas.
Cuando llegaron, Link hizo todo el papeleo y pagó la estancia, se quedarían una semana completa para celebrar como era debido la festividad, acordando que mientras el rubio gestionaba, el pelirrojo prepararía una nota para la princesa informando que había decidido entretenerse un poco, para disfrutar de las fiestas. Pero que aunque llegaría unos días tarde, seguiría siendo a tiempo para la reunión diplomática. El posadero, no tardó en buscar unas llaves y mostrarles la habitacion, explicándoles que aquella noche, pronto se serviría un menú especial navideño y si querían reservar o tomarían la comida normal.
—Reservamos.—aseguró, Link. Abriendo la puerta de la habitacion. Tras esto, se despidió del hombre, ya que debían entrar a la estancia y empezar a acomodar las cosas para el tiempo que iban a estar, obviamente se trataba de una habitacion con cama doble, y aunque no era muy grande, al ser como,eta mente de madera, decorada con relieves y tapices, además de varias pieles y obviamente, al igual que la posada completa, decoración navideña se trataba de un lugar que irradiaba calidez y acogida. Desde la ventana, cuando amaneciera podrían ver que tenían una privilegiada vista al lago Nish.—
El suave murmullo de un villancico llenaba el aire mientras Carmina ajustaba las luces en el árbol de Navidad. El salón estaba cálido y acogedor, decorado con tonos dorados y rojos, y el aroma a canela se mezclaba con el pino fresco del árbol. Lucia, su abuela, estaba cómodamente sentada en su sillón favorito, envuelta en una manta gruesa, con una taza de té caliente entre las manos.
—Esa estrella está un poco torcida, ragazza —comentó Lucia, señalando con la cabeza hacia la cima del árbol—. Aunque tal vez no esté tan mal. Igual que tus citas.
Carmina soltó un suspiro exasperado mientras se estiraba en la punta de los pies para enderezar la estrella. —¿De verdad vamos a hablar de eso ahora, nonna?
—¿Y por qué no? —Lucia se encogió de hombros, su sonrisa llena de travesura—. El árbol no es lo único que necesita un poco de equilibrio.
Carmina bajó del taburete, con un lazo dorado en la mano, y se giró hacia ella. —Si quieres darme consejos de amor, al menos hazlo con algo de tacto.
Lucia rió suavemente, tomando un sorbo de su té. —Ah, pero ¿cómo te voy a ayudar si tú misma no sabes lo que buscas? Primero fue el tipo que hablaba solo de su gimnasio, luego el que trajo a su perro a la cita sin avisar… ¿Qué esperabas? ¿Un caballero de armadura brillante?
Carmina se dejó caer en el sofá, dejando el lazo a un lado. —No quiero un caballero, solo alguien con… no sé, algo de sentido común.
Lucia dejó su taza en la mesita, mirándola con ternura. —Escucha, tesoro. El amor no siempre es perfecto desde el principio. A veces es como ese árbol que estás decorando. Parece un lío al principio, pero con paciencia y cuidado, termina siendo hermoso.
Carmina miró el árbol y luego a su abuela. —¿Estás diciendo que tengo que soportar un desastre para llegar a algo bueno?
Lucia soltó una carcajada. —No exactamente, pero tampoco puedes esperar que todo sea fácil. A veces, el amor se encuentra donde menos lo esperas, mientras haces cosas simples. Como poner luces en un árbol o decorar una casa.
Carmina sonrió levemente, poniéndose de pie para continuar con los adornos. Mientras colgaba una esfera roja, pensó que tal vez su abuela tenía razón. Quizá el amor no estaba tan lejos, solo debía dejar de buscarlo con tanta prisa.
El suave murmullo de un villancico llenaba el aire mientras Carmina ajustaba las luces en el árbol de Navidad. El salón estaba cálido y acogedor, decorado con tonos dorados y rojos, y el aroma a canela se mezclaba con el pino fresco del árbol. Lucia, su abuela, estaba cómodamente sentada en su sillón favorito, envuelta en una manta gruesa, con una taza de té caliente entre las manos.
—Esa estrella está un poco torcida, ragazza —comentó Lucia, señalando con la cabeza hacia la cima del árbol—. Aunque tal vez no esté tan mal. Igual que tus citas.
Carmina soltó un suspiro exasperado mientras se estiraba en la punta de los pies para enderezar la estrella. —¿De verdad vamos a hablar de eso ahora, nonna?
—¿Y por qué no? —Lucia se encogió de hombros, su sonrisa llena de travesura—. El árbol no es lo único que necesita un poco de equilibrio.
Carmina bajó del taburete, con un lazo dorado en la mano, y se giró hacia ella. —Si quieres darme consejos de amor, al menos hazlo con algo de tacto.
Lucia rió suavemente, tomando un sorbo de su té. —Ah, pero ¿cómo te voy a ayudar si tú misma no sabes lo que buscas? Primero fue el tipo que hablaba solo de su gimnasio, luego el que trajo a su perro a la cita sin avisar… ¿Qué esperabas? ¿Un caballero de armadura brillante?
Carmina se dejó caer en el sofá, dejando el lazo a un lado. —No quiero un caballero, solo alguien con… no sé, algo de sentido común.
Lucia dejó su taza en la mesita, mirándola con ternura. —Escucha, tesoro. El amor no siempre es perfecto desde el principio. A veces es como ese árbol que estás decorando. Parece un lío al principio, pero con paciencia y cuidado, termina siendo hermoso.
Carmina miró el árbol y luego a su abuela. —¿Estás diciendo que tengo que soportar un desastre para llegar a algo bueno?
Lucia soltó una carcajada. —No exactamente, pero tampoco puedes esperar que todo sea fácil. A veces, el amor se encuentra donde menos lo esperas, mientras haces cosas simples. Como poner luces en un árbol o decorar una casa.
Carmina sonrió levemente, poniéndose de pie para continuar con los adornos. Mientras colgaba una esfera roja, pensó que tal vez su abuela tenía razón. Quizá el amor no estaba tan lejos, solo debía dejar de buscarlo con tanta prisa.
➤ Despiertas en una habitación con apenas tus neuronas captan cada imagen frente tuyo. Estaba todo oscuro, todo cerrado, todo aislado. No puedes entender del todo como es que diablos llegaste hasta aquí. Con tus muñecas sujetas en el cuero de la silla, tu espalda se hormiguea por el dolor que tu columna carcomia como si habías estado aquí por... ¿Algunos dias? ¿Meses? ¿Años? No lo sabes del todo.
Fue cuando la luz cegadora del techo finalmente da su brillo para molestarte tus ojos. Se sienten como si los tuvieras rojos, como si no has domido nada. Incluso si lo habias estado tal parece que alguien no se habia asegurado con la anestesia.
Pronto, una figura comienza a formarse frente tuyo. Se moldeó entre la oscuridad hasta la luz que estaba debajo de la silla en la que estabas. Era un hombre, cabello ligeramente despeinado pero con un toque casi echo de algun gel que lo mantenía peinado. Ojos penetrantes y siniestros se colocaron en los tuyos, mientras la sonrisa macabra se extendia en sus mejillas cuando te diste cuenta de la gran cicatriz que se deslizaba en el lado izquierdo de su rostro, casi sobresaliendo su ojo. El hombre alza la jeringa, tan pronto como te vio bien despierto.
“Ah, ¡finalmente! Creí que habia puesto demasiada anestesia. En fin, ¿que te parece si empezamos ahora, Mein kleiner Hase~? Ponte bien firme en la silla, esto sera divertido...”
➤ Despiertas en una habitación con apenas tus neuronas captan cada imagen frente tuyo. Estaba todo oscuro, todo cerrado, todo aislado. No puedes entender del todo como es que diablos llegaste hasta aquí. Con tus muñecas sujetas en el cuero de la silla, tu espalda se hormiguea por el dolor que tu columna carcomia como si habías estado aquí por... ¿Algunos dias? ¿Meses? ¿Años? No lo sabes del todo.
Fue cuando la luz cegadora del techo finalmente da su brillo para molestarte tus ojos. Se sienten como si los tuvieras rojos, como si no has domido nada. Incluso si lo habias estado tal parece que alguien no se habia asegurado con la anestesia.
Pronto, una figura comienza a formarse frente tuyo. Se moldeó entre la oscuridad hasta la luz que estaba debajo de la silla en la que estabas. Era un hombre, cabello ligeramente despeinado pero con un toque casi echo de algun gel que lo mantenía peinado. Ojos penetrantes y siniestros se colocaron en los tuyos, mientras la sonrisa macabra se extendia en sus mejillas cuando te diste cuenta de la gran cicatriz que se deslizaba en el lado izquierdo de su rostro, casi sobresaliendo su ojo. El hombre alza la jeringa, tan pronto como te vio bien despierto.
“Ah, ¡finalmente! Creí que habia puesto demasiada anestesia. En fin, ¿que te parece si empezamos ahora, Mein kleiner Hase~? Ponte bien firme en la silla, esto sera divertido...”
Zack Rewir
- le carga en sus brazos como si fuese un gatito pequeño mientras lo abriga con su sueter y le arrulla con una nana al paso que camina con el a casa-
" mishi mishi mishiii es un alien buenol"
[quasar_pearl_ape_166]
- le carga en sus brazos como si fuese un gatito pequeño mientras lo abriga con su sueter y le arrulla con una nana al paso que camina con el a casa-
" 🎵mishi mishi mishiii es un alien buenol🎼"
-Al mirar al horizonte, pudo observar una sirueta familiar. Al reconocerla, abrió los ojos shock. Sorpresa, confusión y esperanza se apoderaron de él.-
¿María...?
-Su mente se aferró a lo lógico, saliendo de su estado de shock.-
𝗡𝗼. Ella ya no está. Solo veo cosas...
-Negó con la cabeza borrando el pensamiento de su mente.-
Debo concentrarme. No debo perder el tiempo persiguiendo...sueños.
𝓢𝓸𝓶𝓫𝓻𝓪𝓼 𝓓𝓮𝓵 𝓐𝔂𝓮𝓻
-Al mirar al horizonte, pudo observar una sirueta familiar. Al reconocerla, abrió los ojos shock. Sorpresa, confusión y esperanza se apoderaron de él.-
¿María...?
-Su mente se aferró a lo lógico, saliendo de su estado de shock.-
𝗡𝗼. Ella ya no está. Solo veo cosas...
-Negó con la cabeza borrando el pensamiento de su mente.-
Debo concentrarme. No debo perder el tiempo persiguiendo...sueños.