Trazó sus líneas con un dedo tembloroso en el aire. La luz de la estrella más brillante rozó su punta del dedo, un contacto silencioso y absoluto.
Tras un largo silencio, el príncipe suspiró, su aliento nublando apenas el aire frío. Sus ojos azules reflejaban el brillo lejano mientras musitaba:
—¿Quién necesita los salones de mármol cuando se puede ser el único espectador de esta obra maestra? —
Tras un largo silencio, el príncipe suspiró, su aliento nublando apenas el aire frío. Sus ojos azules reflejaban el brillo lejano mientras musitaba:
—¿Quién necesita los salones de mármol cuando se puede ser el único espectador de esta obra maestra? —
Trazó sus líneas con un dedo tembloroso en el aire. La luz de la estrella más brillante rozó su punta del dedo, un contacto silencioso y absoluto.
Tras un largo silencio, el príncipe suspiró, su aliento nublando apenas el aire frío. Sus ojos azules reflejaban el brillo lejano mientras musitaba:
—¿Quién necesita los salones de mármol cuando se puede ser el único espectador de esta obra maestra? —