• "Intercambio de ideas"
    Fandom Criminal Minds (Mentes Criminales)
    Categoría Slice of Life
    ㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤ"Cuatro ojos ven mejor que dos"
    ㅤㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤㅤㅤ˹ Aaron Hotchner


    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤCon la baja médica de Angie después del caso de Gilbert, con la degradación de Hammond como Jefe de Equipo y la instauración de JT en dicho puesto, lo cierto era que el equipo B de la UAC estaba pasando por un periodo bastante turbulento. Las cosas estaban algo tensas y aquella investigación se les había quedado ligeramente estancada.

    Wesson, Smith y Hammond se habían ido a casa. Era muy tarde y, dado que no tuvieron que salir del estado para trabajar en aquel caso, todos los agentes podían dormir en sus respectivos hogares. Pero JT no. JT llevaba un par de horas en su despacho concentrado en el perfil que habían trazado, en el modus operandi del sudes.

    Un asesino estaba actuando en uno de los barrios de DC, una de las zonas más pobres de la ciudad. Las víctimas parecían ser al azar, pero… algo no encajaba. El modus operandi era… bastante limpio para alguien que, según la victimología parecían víctimas por impulso. Por otro lado, no había firma como tal, pero la violencia era excesiva para un agresor organizado. Las víctimas no compartían un patrón claro, no del todo. Y la ultima escena del crimen tenía… elementos que parecían contradictorios, pero… ¿por qué?

    Algo no encajaba.

    Cerró la carpeta y resopló mientras la recogía y se dirigía a la pequeña cocina que las dos secciones de la UAC compartían. Desde allí, una vez que tuvo su café en la mano, comprobó que Hotchner seguía aun en su oficina. Estaba seguro de que su viejo amigo sabría arrojar algo más de luz sobre aquel asunto. Asi que, preparó otra taza de café y subió las escaleras hasta el despacho del Jefe de Equipo de la primera unidad de la UAC.

    La puerta estaba abierta.

    -Hotch -llamó JT- ¿Tienes un momento? Me vendría de perlas tu ayuda. También traigo café...

    #NuevoStarter #CriminalMinds
    #Personajes3D #3D #Comunidad3D

    ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤ"Cuatro ojos ven mejor que dos" ㅤㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤㅤㅤ˹ [CRIMINAL.M1NDS] ㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤCon la baja médica de Angie después del caso de Gilbert, con la degradación de Hammond como Jefe de Equipo y la instauración de JT en dicho puesto, lo cierto era que el equipo B de la UAC estaba pasando por un periodo bastante turbulento. Las cosas estaban algo tensas y aquella investigación se les había quedado ligeramente estancada. Wesson, Smith y Hammond se habían ido a casa. Era muy tarde y, dado que no tuvieron que salir del estado para trabajar en aquel caso, todos los agentes podían dormir en sus respectivos hogares. Pero JT no. JT llevaba un par de horas en su despacho concentrado en el perfil que habían trazado, en el modus operandi del sudes. Un asesino estaba actuando en uno de los barrios de DC, una de las zonas más pobres de la ciudad. Las víctimas parecían ser al azar, pero… algo no encajaba. El modus operandi era… bastante limpio para alguien que, según la victimología parecían víctimas por impulso. Por otro lado, no había firma como tal, pero la violencia era excesiva para un agresor organizado. Las víctimas no compartían un patrón claro, no del todo. Y la ultima escena del crimen tenía… elementos que parecían contradictorios, pero… ¿por qué? Algo no encajaba. Cerró la carpeta y resopló mientras la recogía y se dirigía a la pequeña cocina que las dos secciones de la UAC compartían. Desde allí, una vez que tuvo su café en la mano, comprobó que Hotchner seguía aun en su oficina. Estaba seguro de que su viejo amigo sabría arrojar algo más de luz sobre aquel asunto. Asi que, preparó otra taza de café y subió las escaleras hasta el despacho del Jefe de Equipo de la primera unidad de la UAC. La puerta estaba abierta. -Hotch -llamó JT- ¿Tienes un momento? Me vendría de perlas tu ayuda. También traigo café... #NuevoStarter #CriminalMinds #Personajes3D #3D #Comunidad3D ㅤ
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    0 turnos 0 maullidos
  • MIRROR ESOTÉRICA | OFERTA GLOBAL DE EMPLEO
    Asistente / Aprendiz de Curador Energético

    Mirror Esotérica abre una vacante en cada una de sus sedes internacionales para formar a nuevos Curadores bajo la guía del Director Jaejun Sanren y los maestros custodios del linaje Espejo.
    Si puedes sentir cuando un objeto respira…
    si reconoces la vibración antigua en un silencio…
    entonces quizá esta llamada es para ti.

    Vacantes disponibles (1 por sede):
    • Seúl — raíz y corazón del linaje.
    • Hong Kong — donde los secretos circulan como moneda.
    • Londres — enclave de eruditos, archivistas y ocultistas.
    • Los Ángeles — epicentro del misticismo moderno.
    • París — donde el arte despierta sin pedir permiso.

    🜂 Funciones principales
    Como Asistente/Aprendiz apoyarás a los Curadores en:
    Archivo y documentación
    — Registro físico y digital de objetos, rituales, visitas y energías detectadas.
    — Organización de manuscritos, grimorios, cartas antiguas y expedientes de procedencia.
    Contabilidad básica y control administrativo
    — Gestión de inventario, ingresos por piezas vendidas/adquiridas, y reportes mensuales.
    — Coordinación de presupuestos para restauraciones o adquisiciones.
    Custodia y mantenimiento de los objetos
    Mirror trabaja con cinco categorías esenciales:
    • Artefactos Resonantes — objetos que emiten vibraciones energéticas activas.
    • Reliquias Ancestrales — piezas heredadas de linajes o rituales antiguos.
    • Objetos Sellados — ítems que requieren vigilancia estricta y contención.
    • Talismanes Contemporáneos — piezas modernas con propósito energético.
    • Obras Vivo-Simbólicas — arte que reacciona a la presencia humana.
    Tu labor será preservarlos, limpiarlos, calibrarlos y asegurar que su energía permanezca estable.
    Montaje de exposiciones temporales
    — Selección de piezas.
    — Curaduría estética y energética del espacio.
    — Preparación de itinerarios guiados y notas interpretativas.
    Apoyo ritual y atención a coleccionistas
    — Asistir en rituales menores.
    — Guiar a visitantes serios y compradores especializados.

    🜁 Requisitos:
    Mayor de edad ( +18), Sensibilidad energética, discreción absoluta, disciplina, equilibrio emocional y deseo genuino de aprender el oficio del Curador Espejo.

    🜃 ¿Cómo aplicar?
    Comenta esta publicación indicando la sede a la que postulas y por qué sientes que Mirror Esotérica te está llamando.

    Mirror no contrata personal.
    Mirror busca a sus guardianes.
    MIRROR ESOTÉRICA | OFERTA GLOBAL DE EMPLEO ✨ Asistente / Aprendiz de Curador Energético ✨ Mirror Esotérica abre una vacante en cada una de sus sedes internacionales para formar a nuevos Curadores bajo la guía del Director Jaejun Sanren y los maestros custodios del linaje Espejo. Si puedes sentir cuando un objeto respira… si reconoces la vibración antigua en un silencio… entonces quizá esta llamada es para ti. 🌏 Vacantes disponibles (1 por sede): • Seúl — raíz y corazón del linaje. • Hong Kong — donde los secretos circulan como moneda. • Londres — enclave de eruditos, archivistas y ocultistas. • Los Ángeles — epicentro del misticismo moderno. • París — donde el arte despierta sin pedir permiso. 🜂 Funciones principales Como Asistente/Aprendiz apoyarás a los Curadores en: 🔹 Archivo y documentación — Registro físico y digital de objetos, rituales, visitas y energías detectadas. — Organización de manuscritos, grimorios, cartas antiguas y expedientes de procedencia. 🔹 Contabilidad básica y control administrativo — Gestión de inventario, ingresos por piezas vendidas/adquiridas, y reportes mensuales. — Coordinación de presupuestos para restauraciones o adquisiciones. 🔹 Custodia y mantenimiento de los objetos Mirror trabaja con cinco categorías esenciales: • Artefactos Resonantes — objetos que emiten vibraciones energéticas activas. • Reliquias Ancestrales — piezas heredadas de linajes o rituales antiguos. • Objetos Sellados — ítems que requieren vigilancia estricta y contención. • Talismanes Contemporáneos — piezas modernas con propósito energético. • Obras Vivo-Simbólicas — arte que reacciona a la presencia humana. Tu labor será preservarlos, limpiarlos, calibrarlos y asegurar que su energía permanezca estable. 🔹 Montaje de exposiciones temporales — Selección de piezas. — Curaduría estética y energética del espacio. — Preparación de itinerarios guiados y notas interpretativas. 🔹 Apoyo ritual y atención a coleccionistas — Asistir en rituales menores. — Guiar a visitantes serios y compradores especializados. 🜁 Requisitos: Mayor de edad ( +18), Sensibilidad energética, discreción absoluta, disciplina, equilibrio emocional y deseo genuino de aprender el oficio del Curador Espejo. 🜃 ¿Cómo aplicar? 👉 Comenta esta publicación indicando la sede a la que postulas y por qué sientes que Mirror Esotérica te está llamando. Mirror no contrata personal. Mirror busca a sus guardianes.
    Me gusta
    1
    0 turnos 1 maullido
  • — jo jo jo.. feliz navidad

    el ichi-claus arrastraba una bolsa sospechosa en medio de la noche, emanaba un aura asesina.
    — jo jo jo.. feliz navidad el ichi-claus arrastraba una bolsa sospechosa en medio de la noche, emanaba un aura asesina.
    Me gusta
    Me encocora
    Me enjaja
    4
    8 turnos 0 maullidos
  • — Carta. Ahora quieren "carta de tragos" —resopla—. Esto no es un restaurante para venir a sacarte una foto de Instagram. Esto es un bar. Si no sabes qué quieres beber, no sé qué haces aquí.
    — Carta. Ahora quieren "carta de tragos" —resopla—. Esto no es un restaurante para venir a sacarte una foto de Instagram. Esto es un bar. Si no sabes qué quieres beber, no sé qué haces aquí.
    Me enjaja
    1
    2 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷


    Cuando el blanco absoluto se disipa…
    No hay luna.
    No hay sol.
    No hay Veythra.

    Solo un olor agrio, espeso, pegado en el aire.

    Estoy frente a una taberna cochambrosa, una choza de madera hundida sobre sí misma, rodeada de barro, vómito y voces ebrias. Una farola de fuego tambalea, iluminando la escena con una luz enfermiza.

    Y entonces lo veo.

    Un hombre enorme, grasiento, con ropa mugrienta y manos ásperas—el dueño—patea sin remordimiento a su pequeña empleada:
    una niña goblina, huesuda, con mejillas salpicadas de barro y ojos grandes que no se atreven a llorar.
    Los borrachos se ríen, le tiran jarras de cerveza encima como si fuera un espectáculo.

    Un instante.
    Un latido.
    Una repulsión que me revuelve la sangre.

    No hago nada.
    Aún no.
    Solo… me giro. Me alejo.
    No sé dónde estoy. No sé quién soy aquí.

    Pero entonces, al salir por la verja desvencijada, la niña vuelve caminando hacia unas cuadras. Va a dormir en un establo.

    Me acerco con cuidado.

    —¿Dónde estamos? —pregunto.

    La goblina se encoge, temblando. Ni siquiera me mira al principio. Solo aprieta los hombros.

    —Me llamo… Selin —dice con voz rota.

    El nombre me corta la respiración.
    Selin.
    Como mi abuela.
    Como la Elunai.
    Como el origen de todo.

    Y recuerdo que Oz puede adoptar forma de goblin.
    Y Akane también.

    ¿Será…? ¿Puede ser…?

    La abrazo instintivamente. No puedo evitarlo.
    La niña tiembla como un animalillo acorralado.

    Y entonces una voz irrumpe como un trueno:

    —¡SELIN! ¡MUÉVETE, RATA!

    El propietario aparece con un cinturón enrollado en la mano.
    Sus ojos me recorren como si yo fuera otra de sus pertenencias.

    Mi visión se distorsiona.
    Mi corazón se enciende.
    Un estremecimiento me sube por la columna… y algo en mí se rompe, sin retorno.

    Camino hacia él.
    No oigo mi respiración.
    No oigo al mundo.

    Solo siento una certeza fría.

    El cuchillo aparece en mi mano como si siempre hubiese estado ahí.
    El resto es un borrón oscuro, instintivo, inevitable.
    Una ejecución.
    Una sentencia.

    Acabo con él sin dejar que pronuncie un segundo insulto.

    Y tomo la pequeña mano de Selin.

    —Vámonos —le digo.
    No pregunto. No dudo.
    Solo la saco de ese mundo de mierda.

    La llevo hasta el bosque más cercano, donde la niebla es espesa y las hojas crujen bajo nuestros pasos. Allí, por fin, ella empieza a respirar sin miedo.

    Pero antes de que pueda decir nada, un viento gélido rasga el silencio.

    Una guerrera aparece frente a nosotras.
    Armadura negra. Ojos rojizos.
    Aura del Caos tan densa que distorsiona el aire.

    Sus armas se levantan hacia mí.

    —Apártate de la niña —ordena con un tono que solo usa alguien que ha matado mil veces—. Si le haces daño, te arranco el alma.

    Mi sangre se hiela.

    Ella… es Jennifer.
    Mi madre.
    Pero joven. Feroz. Impiadosa.
    La Jennifer de las leyendas del Caos.

    Levanto una mano lentamente y dejo que mi aura se libere.
    La luna, el Caos, Elunai.
    Todo lo que soy.

    Ella se detiene.
    Sus ojos se abren con una mezcla de reconocimiento y desconcierto.

    La guerrera inclina la cabeza con respeto inmediato y absoluto.

    —Pido perdón. No sabía…
    —¿Quién eres? —pregunto.

    Ella da un paso adelante y se arrodilla, puño al suelo.

    —Soy Onix, general del Caos. Mano derecha de Jennifer Queen Ishtar… y ahora—
    Levanta la vista, seria, solemne.
    —al servicio de su hija: Lili.

    Selin se esconde detrás de mí.
    Onix me mira, esperando órdenes.
    Y yo… yo no sé si el futuro tiembla, o si es el pasado el que empieza a cambiar bajo mis pies.







    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 Cuando el blanco absoluto se disipa… No hay luna. No hay sol. No hay Veythra. Solo un olor agrio, espeso, pegado en el aire. Estoy frente a una taberna cochambrosa, una choza de madera hundida sobre sí misma, rodeada de barro, vómito y voces ebrias. Una farola de fuego tambalea, iluminando la escena con una luz enfermiza. Y entonces lo veo. Un hombre enorme, grasiento, con ropa mugrienta y manos ásperas—el dueño—patea sin remordimiento a su pequeña empleada: una niña goblina, huesuda, con mejillas salpicadas de barro y ojos grandes que no se atreven a llorar. Los borrachos se ríen, le tiran jarras de cerveza encima como si fuera un espectáculo. Un instante. Un latido. Una repulsión que me revuelve la sangre. No hago nada. Aún no. Solo… me giro. Me alejo. No sé dónde estoy. No sé quién soy aquí. Pero entonces, al salir por la verja desvencijada, la niña vuelve caminando hacia unas cuadras. Va a dormir en un establo. Me acerco con cuidado. —¿Dónde estamos? —pregunto. La goblina se encoge, temblando. Ni siquiera me mira al principio. Solo aprieta los hombros. —Me llamo… Selin —dice con voz rota. El nombre me corta la respiración. Selin. Como mi abuela. Como la Elunai. Como el origen de todo. Y recuerdo que Oz puede adoptar forma de goblin. Y Akane también. ¿Será…? ¿Puede ser…? La abrazo instintivamente. No puedo evitarlo. La niña tiembla como un animalillo acorralado. Y entonces una voz irrumpe como un trueno: —¡SELIN! ¡MUÉVETE, RATA! El propietario aparece con un cinturón enrollado en la mano. Sus ojos me recorren como si yo fuera otra de sus pertenencias. Mi visión se distorsiona. Mi corazón se enciende. Un estremecimiento me sube por la columna… y algo en mí se rompe, sin retorno. Camino hacia él. No oigo mi respiración. No oigo al mundo. Solo siento una certeza fría. El cuchillo aparece en mi mano como si siempre hubiese estado ahí. El resto es un borrón oscuro, instintivo, inevitable. Una ejecución. Una sentencia. Acabo con él sin dejar que pronuncie un segundo insulto. Y tomo la pequeña mano de Selin. —Vámonos —le digo. No pregunto. No dudo. Solo la saco de ese mundo de mierda. La llevo hasta el bosque más cercano, donde la niebla es espesa y las hojas crujen bajo nuestros pasos. Allí, por fin, ella empieza a respirar sin miedo. Pero antes de que pueda decir nada, un viento gélido rasga el silencio. Una guerrera aparece frente a nosotras. Armadura negra. Ojos rojizos. Aura del Caos tan densa que distorsiona el aire. Sus armas se levantan hacia mí. —Apártate de la niña —ordena con un tono que solo usa alguien que ha matado mil veces—. Si le haces daño, te arranco el alma. Mi sangre se hiela. Ella… es Jennifer. Mi madre. Pero joven. Feroz. Impiadosa. La Jennifer de las leyendas del Caos. Levanto una mano lentamente y dejo que mi aura se libere. La luna, el Caos, Elunai. Todo lo que soy. Ella se detiene. Sus ojos se abren con una mezcla de reconocimiento y desconcierto. La guerrera inclina la cabeza con respeto inmediato y absoluto. —Pido perdón. No sabía… —¿Quién eres? —pregunto. Ella da un paso adelante y se arrodilla, puño al suelo. —Soy Onix, general del Caos. Mano derecha de Jennifer Queen Ishtar… y ahora— Levanta la vista, seria, solemne. —al servicio de su hija: Lili. Selin se esconde detrás de mí. Onix me mira, esperando órdenes. Y yo… yo no sé si el futuro tiembla, o si es el pasado el que empieza a cambiar bajo mis pies.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷


    Cuando el blanco absoluto se disipa…
    No hay luna.
    No hay sol.
    No hay Veythra.

    Solo un olor agrio, espeso, pegado en el aire.

    Estoy frente a una taberna cochambrosa, una choza de madera hundida sobre sí misma, rodeada de barro, vómito y voces ebrias. Una farola de fuego tambalea, iluminando la escena con una luz enfermiza.

    Y entonces lo veo.

    Un hombre enorme, grasiento, con ropa mugrienta y manos ásperas—el dueño—patea sin remordimiento a su pequeña empleada:
    una niña goblina, huesuda, con mejillas salpicadas de barro y ojos grandes que no se atreven a llorar.
    Los borrachos se ríen, le tiran jarras de cerveza encima como si fuera un espectáculo.

    Un instante.
    Un latido.
    Una repulsión que me revuelve la sangre.

    No hago nada.
    Aún no.
    Solo… me giro. Me alejo.
    No sé dónde estoy. No sé quién soy aquí.

    Pero entonces, al salir por la verja desvencijada, la niña vuelve caminando hacia unas cuadras. Va a dormir en un establo.

    Me acerco con cuidado.

    —¿Dónde estamos? —pregunto.

    La goblina se encoge, temblando. Ni siquiera me mira al principio. Solo aprieta los hombros.

    —Me llamo… Selin —dice con voz rota.

    El nombre me corta la respiración.
    Selin.
    Como mi abuela.
    Como la Elunai.
    Como el origen de todo.

    Y recuerdo que Oz puede adoptar forma de goblin.
    Y Akane también.

    ¿Será…? ¿Puede ser…?

    La abrazo instintivamente. No puedo evitarlo.
    La niña tiembla como un animalillo acorralado.

    Y entonces una voz irrumpe como un trueno:

    —¡SELIN! ¡MUÉVETE, RATA!

    El propietario aparece con un cinturón enrollado en la mano.
    Sus ojos me recorren como si yo fuera otra de sus pertenencias.

    Mi visión se distorsiona.
    Mi corazón se enciende.
    Un estremecimiento me sube por la columna… y algo en mí se rompe, sin retorno.

    Camino hacia él.
    No oigo mi respiración.
    No oigo al mundo.

    Solo siento una certeza fría.

    El cuchillo aparece en mi mano como si siempre hubiese estado ahí.
    El resto es un borrón oscuro, instintivo, inevitable.
    Una ejecución.
    Una sentencia.

    Acabo con él sin dejar que pronuncie un segundo insulto.

    Y tomo la pequeña mano de Selin.

    —Vámonos —le digo.
    No pregunto. No dudo.
    Solo la saco de ese mundo de mierda.

    La llevo hasta el bosque más cercano, donde la niebla es espesa y las hojas crujen bajo nuestros pasos. Allí, por fin, ella empieza a respirar sin miedo.

    Pero antes de que pueda decir nada, un viento gélido rasga el silencio.

    Una guerrera aparece frente a nosotras.
    Armadura negra. Ojos rojizos.
    Aura del Caos tan densa que distorsiona el aire.

    Sus armas se levantan hacia mí.

    —Apártate de la niña —ordena con un tono que solo usa alguien que ha matado mil veces—. Si le haces daño, te arranco el alma.

    Mi sangre se hiela.

    Ella… es Jennifer.
    Mi madre.
    Pero joven. Feroz. Impiadosa.
    La Jennifer de las leyendas del Caos.

    Levanto una mano lentamente y dejo que mi aura se libere.
    La luna, el Caos, Elunai.
    Todo lo que soy.

    Ella se detiene.
    Sus ojos se abren con una mezcla de reconocimiento y desconcierto.

    La guerrera inclina la cabeza con respeto inmediato y absoluto.

    —Pido perdón. No sabía…
    —¿Quién eres? —pregunto.

    Ella da un paso adelante y se arrodilla, puño al suelo.

    —Soy Onix, general del Caos. Mano derecha de Jennifer Queen Ishtar… y ahora—
    Levanta la vista, seria, solemne.
    —al servicio de su hija: Lili.

    Selin se esconde detrás de mí.
    Onix me mira, esperando órdenes.
    Y yo… yo no sé si el futuro tiembla, o si es el pasado el que empieza a cambiar bajo mis pies.







    Me gusta
    1
    0 comentarios 0 compartidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷


    Cuando el blanco absoluto se disipa…
    No hay luna.
    No hay sol.
    No hay Veythra.

    Solo un olor agrio, espeso, pegado en el aire.

    Estoy frente a una taberna cochambrosa, una choza de madera hundida sobre sí misma, rodeada de barro, vómito y voces ebrias. Una farola de fuego tambalea, iluminando la escena con una luz enfermiza.

    Y entonces lo veo.

    Un hombre enorme, grasiento, con ropa mugrienta y manos ásperas—el dueño—patea sin remordimiento a su pequeña empleada:
    una niña goblina, huesuda, con mejillas salpicadas de barro y ojos grandes que no se atreven a llorar.
    Los borrachos se ríen, le tiran jarras de cerveza encima como si fuera un espectáculo.

    Un instante.
    Un latido.
    Una repulsión que me revuelve la sangre.

    No hago nada.
    Aún no.
    Solo… me giro. Me alejo.
    No sé dónde estoy. No sé quién soy aquí.

    Pero entonces, al salir por la verja desvencijada, la niña vuelve caminando hacia unas cuadras. Va a dormir en un establo.

    Me acerco con cuidado.

    —¿Dónde estamos? —pregunto.

    La goblina se encoge, temblando. Ni siquiera me mira al principio. Solo aprieta los hombros.

    —Me llamo… Selin —dice con voz rota.

    El nombre me corta la respiración.
    Selin.
    Como mi abuela.
    Como la Elunai.
    Como el origen de todo.

    Y recuerdo que Oz puede adoptar forma de goblin.
    Y Akane también.

    ¿Será…? ¿Puede ser…?

    La abrazo instintivamente. No puedo evitarlo.
    La niña tiembla como un animalillo acorralado.

    Y entonces una voz irrumpe como un trueno:

    —¡SELIN! ¡MUÉVETE, RATA!

    El propietario aparece con un cinturón enrollado en la mano.
    Sus ojos me recorren como si yo fuera otra de sus pertenencias.

    Mi visión se distorsiona.
    Mi corazón se enciende.
    Un estremecimiento me sube por la columna… y algo en mí se rompe, sin retorno.

    Camino hacia él.
    No oigo mi respiración.
    No oigo al mundo.

    Solo siento una certeza fría.

    El cuchillo aparece en mi mano como si siempre hubiese estado ahí.
    El resto es un borrón oscuro, instintivo, inevitable.
    Una ejecución.
    Una sentencia.

    Acabo con él sin dejar que pronuncie un segundo insulto.

    Y tomo la pequeña mano de Selin.

    —Vámonos —le digo.
    No pregunto. No dudo.
    Solo la saco de ese mundo de mierda.

    La llevo hasta el bosque más cercano, donde la niebla es espesa y las hojas crujen bajo nuestros pasos. Allí, por fin, ella empieza a respirar sin miedo.

    Pero antes de que pueda decir nada, un viento gélido rasga el silencio.

    Una guerrera aparece frente a nosotras.
    Armadura negra. Ojos rojizos.
    Aura del Caos tan densa que distorsiona el aire.

    Sus armas se levantan hacia mí.

    —Apártate de la niña —ordena con un tono que solo usa alguien que ha matado mil veces—. Si le haces daño, te arranco el alma.

    Mi sangre se hiela.

    Ella… es Jennifer.
    Mi madre.
    Pero joven. Feroz. Impiadosa.
    La Jennifer de las leyendas del Caos.

    Levanto una mano lentamente y dejo que mi aura se libere.
    La luna, el Caos, Elunai.
    Todo lo que soy.

    Ella se detiene.
    Sus ojos se abren con una mezcla de reconocimiento y desconcierto.

    La guerrera inclina la cabeza con respeto inmediato y absoluto.

    —Pido perdón. No sabía…
    —¿Quién eres? —pregunto.

    Ella da un paso adelante y se arrodilla, puño al suelo.

    —Soy Onix, general del Caos. Mano derecha de Jennifer Queen Ishtar… y ahora—
    Levanta la vista, seria, solemne.
    —al servicio de su hija: Lili.

    Selin se esconde detrás de mí.
    Onix me mira, esperando órdenes.
    Y yo… yo no sé si el futuro tiembla, o si es el pasado el que empieza a cambiar bajo mis pies.







    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 Cuando el blanco absoluto se disipa… No hay luna. No hay sol. No hay Veythra. Solo un olor agrio, espeso, pegado en el aire. Estoy frente a una taberna cochambrosa, una choza de madera hundida sobre sí misma, rodeada de barro, vómito y voces ebrias. Una farola de fuego tambalea, iluminando la escena con una luz enfermiza. Y entonces lo veo. Un hombre enorme, grasiento, con ropa mugrienta y manos ásperas—el dueño—patea sin remordimiento a su pequeña empleada: una niña goblina, huesuda, con mejillas salpicadas de barro y ojos grandes que no se atreven a llorar. Los borrachos se ríen, le tiran jarras de cerveza encima como si fuera un espectáculo. Un instante. Un latido. Una repulsión que me revuelve la sangre. No hago nada. Aún no. Solo… me giro. Me alejo. No sé dónde estoy. No sé quién soy aquí. Pero entonces, al salir por la verja desvencijada, la niña vuelve caminando hacia unas cuadras. Va a dormir en un establo. Me acerco con cuidado. —¿Dónde estamos? —pregunto. La goblina se encoge, temblando. Ni siquiera me mira al principio. Solo aprieta los hombros. —Me llamo… Selin —dice con voz rota. El nombre me corta la respiración. Selin. Como mi abuela. Como la Elunai. Como el origen de todo. Y recuerdo que Oz puede adoptar forma de goblin. Y Akane también. ¿Será…? ¿Puede ser…? La abrazo instintivamente. No puedo evitarlo. La niña tiembla como un animalillo acorralado. Y entonces una voz irrumpe como un trueno: —¡SELIN! ¡MUÉVETE, RATA! El propietario aparece con un cinturón enrollado en la mano. Sus ojos me recorren como si yo fuera otra de sus pertenencias. Mi visión se distorsiona. Mi corazón se enciende. Un estremecimiento me sube por la columna… y algo en mí se rompe, sin retorno. Camino hacia él. No oigo mi respiración. No oigo al mundo. Solo siento una certeza fría. El cuchillo aparece en mi mano como si siempre hubiese estado ahí. El resto es un borrón oscuro, instintivo, inevitable. Una ejecución. Una sentencia. Acabo con él sin dejar que pronuncie un segundo insulto. Y tomo la pequeña mano de Selin. —Vámonos —le digo. No pregunto. No dudo. Solo la saco de ese mundo de mierda. La llevo hasta el bosque más cercano, donde la niebla es espesa y las hojas crujen bajo nuestros pasos. Allí, por fin, ella empieza a respirar sin miedo. Pero antes de que pueda decir nada, un viento gélido rasga el silencio. Una guerrera aparece frente a nosotras. Armadura negra. Ojos rojizos. Aura del Caos tan densa que distorsiona el aire. Sus armas se levantan hacia mí. —Apártate de la niña —ordena con un tono que solo usa alguien que ha matado mil veces—. Si le haces daño, te arranco el alma. Mi sangre se hiela. Ella… es Jennifer. Mi madre. Pero joven. Feroz. Impiadosa. La Jennifer de las leyendas del Caos. Levanto una mano lentamente y dejo que mi aura se libere. La luna, el Caos, Elunai. Todo lo que soy. Ella se detiene. Sus ojos se abren con una mezcla de reconocimiento y desconcierto. La guerrera inclina la cabeza con respeto inmediato y absoluto. —Pido perdón. No sabía… —¿Quién eres? —pregunto. Ella da un paso adelante y se arrodilla, puño al suelo. —Soy Onix, general del Caos. Mano derecha de Jennifer Queen Ishtar… y ahora— Levanta la vista, seria, solemne. —al servicio de su hija: Lili. Selin se esconde detrás de mí. Onix me mira, esperando órdenes. Y yo… yo no sé si el futuro tiembla, o si es el pasado el que empieza a cambiar bajo mis pies.
    Me encocora
    1
    1 comentario 1 compartido
  • En la penumbra de la trastienda, sobre su mesa de trabajo, se hallaba un jarrón de aspecto ancestral, superficie púrpura oscura y ligeramente agrietado. En su centro, una incrustación de rubí parecía un ojo dormido. Raden se quito sus guantes y pasó un dedo sobre el borde de las asas angulares. Cerró los ojos, rastreando la cicatriz psiquica que el objeto llevaba en su esencia.

    — Aja, ahí estás... —susurró con sonrisa juguetona— ¡Es hora de estirar esas piernas, pequeña maravilla! ~

    Un destello púrpura emanó de su toque, recorriendo las grietas del jarrón. El cristal de rubí se encendió con una luz interna. Del jarrón, como humo solidificado, emergió una criaturita de no más de sesenta centímetros.

    Bípeda, cuerpo regordete, y colita rígida y geométrica que recordaba a los adornos del jarrón. En su rostro, un ojo imitaba la gema de rubí original, brillante y penetrante; el otro, asemejaba un botón negro. Su boca era irregular y dentada, con un resplandecer magenta, al igual que toda el aura que la rodeaba.

    La criaturita aterrizó en silencio sobre la mesa, girando su cabeza de un lado a otro, sus ojos escaneando el entorno.

    "Glorp?" —emitió la criatura.

    Raden soltó una risita suave. ¡Era una obra de arte viviente, torpe y adorable!

    — Owwwww, ¡Que criaturita tan tierna! —exclamó, tomandola en brazos. La criatura se dejó acariciar, emitiendo un ronroneo metálico— ¿debería dejarte suelta por mi tienda, hm? ¿O deberías volver a casa? Difícil decisión...

    Al dejarla en el piso, la personificación de la reliquia se deslizó por el lugar con curiosidad torpe.

    "¡Womp-mp-mp!" —exclamó con sorpresa al tropezar con una pata de la mesa, haciendo ruiditos de chasquidos, gorjeos y pequeños zumbidos mientras investigaba las sombras.

    Otro eco había encontrado su forma. Era un explorador, un guardian juguetón nacido de una obsesión. Y ahora, tenía toda la tienda como su nuevo hogar.
    En la penumbra de la trastienda, sobre su mesa de trabajo, se hallaba un jarrón de aspecto ancestral, superficie púrpura oscura y ligeramente agrietado. En su centro, una incrustación de rubí parecía un ojo dormido. Raden se quito sus guantes y pasó un dedo sobre el borde de las asas angulares. Cerró los ojos, rastreando la cicatriz psiquica que el objeto llevaba en su esencia. — Aja, ahí estás... —susurró con sonrisa juguetona— ¡Es hora de estirar esas piernas, pequeña maravilla! ~ Un destello púrpura emanó de su toque, recorriendo las grietas del jarrón. El cristal de rubí se encendió con una luz interna. Del jarrón, como humo solidificado, emergió una criaturita de no más de sesenta centímetros. Bípeda, cuerpo regordete, y colita rígida y geométrica que recordaba a los adornos del jarrón. En su rostro, un ojo imitaba la gema de rubí original, brillante y penetrante; el otro, asemejaba un botón negro. Su boca era irregular y dentada, con un resplandecer magenta, al igual que toda el aura que la rodeaba. La criaturita aterrizó en silencio sobre la mesa, girando su cabeza de un lado a otro, sus ojos escaneando el entorno. "Glorp?" —emitió la criatura. Raden soltó una risita suave. ¡Era una obra de arte viviente, torpe y adorable! — Owwwww, ¡Que criaturita tan tierna! —exclamó, tomandola en brazos. La criatura se dejó acariciar, emitiendo un ronroneo metálico— ¿debería dejarte suelta por mi tienda, hm? ¿O deberías volver a casa? Difícil decisión... Al dejarla en el piso, la personificación de la reliquia se deslizó por el lugar con curiosidad torpe. "¡Womp-mp-mp!" —exclamó con sorpresa al tropezar con una pata de la mesa, haciendo ruiditos de chasquidos, gorjeos y pequeños zumbidos mientras investigaba las sombras. Otro eco había encontrado su forma. Era un explorador, un guardian juguetón nacido de una obsesión. Y ahora, tenía toda la tienda como su nuevo hogar.
    Me gusta
    Me encocora
    Me shockea
    4
    14 turnos 0 maullidos
  • — N-No... no puede ser... ella... está aquí. —

    Nicole ha sentido una energía sobrecargada de oscuridad, y además, un aura espiritual que ella conoce, el cual ha llegado a la tierra, se trata de su hermana Judith Thompson. La toma por sorpresa, esto la aterra, es uno de los tantos peligros que se aproximan en tiempos futuros, sin embargo, no se esperaba que sería tan pronto.
    — N-No... no puede ser... ella... está aquí. — Nicole ha sentido una energía sobrecargada de oscuridad, y además, un aura espiritual que ella conoce, el cual ha llegado a la tierra, se trata de su hermana Judith Thompson. La toma por sorpresa, esto la aterra, es uno de los tantos peligros que se aproximan en tiempos futuros, sin embargo, no se esperaba que sería tan pronto.
    Me shockea
    Me gusta
    Me endiabla
    8
    0 turnos 0 maullidos
  • Un día como cualquier otro

    Coloco la cesta encima de mesa esta noche vamos a salir en familia por el centro del pueblo, sonrió de nuevo ojeando los productos.
    De pronto arriba se empieza a escuchar a las chicas peleándose otra vez.
    Anna Halliwell
    Cressida Fife Rose
    Edwina Sheffield Laura

    Un día como cualquier otro Coloco la cesta encima de mesa esta noche vamos a salir en familia por el centro del pueblo, sonrió de nuevo ojeando los productos. De pronto arriba se empieza a escuchar a las chicas peleándose otra vez. [Featherington_cx] [Lady_Fife] Rose [Thx_Sheffield] Laura
    25 turnos 0 maullidos
  • me dediqué un poco a pasar el rato para descansar de mis rondas habituales... me causó tanta curiosidad por que la arena de la horda...no estaba en su apogeo furtivo de bramidos de guerra y alardeos de batallas.... así que entré al restaurante del goblin barbudo para relajarme mas... y me sorprende que aún esta laborando...

    Es que acaso no se da cuenta?... depues de todo... la comida es buena y las bebidas deliciosas... pero la escaces de clientes es inusualmente ridicula... estaría bien un poco de compañia... venga, yo te invito a lo que gustes.
    me dediqué un poco a pasar el rato para descansar de mis rondas habituales... me causó tanta curiosidad por que la arena de la horda...no estaba en su apogeo furtivo de bramidos de guerra y alardeos de batallas.... así que entré al restaurante del goblin barbudo para relajarme mas... y me sorprende que aún esta laborando... Es que acaso no se da cuenta?... depues de todo... la comida es buena y las bebidas deliciosas... pero la escaces de clientes es inusualmente ridicula... estaría bien un poco de compañia... venga, yo te invito a lo que gustes.
    0 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados