• Cuadro los horarios de comida que tiene mi novia con los míos, mi secretaria esta mañana hizo una reserva en el restaurante donde tuvimos nuestra primera cita.

    Ana Swan

    Tengo muchas ganas de verte
    Cuadro los horarios de comida que tiene mi novia con los míos, mi secretaria esta mañana hizo una reserva en el restaurante donde tuvimos nuestra primera cita. [CxLillith] 💬Tengo muchas ganas de verte
    0 turnos 0 maullidos
  • -El joven se sentía solo y sentado en el primer escalón afuera de la casa en la entrada de la puerta, sujetando una foto de recuerdo en la que se vé a su mamá llamada "Tomoyo Sakurai". Una mamá quien dió luz cuando era mas joven a este ser humano que es el único hijo que ha tenido y que sigue vivo hoy en día. La mamá al tener en sus brazos cuidando al bebé, empezó a pensar en muchos nombres diferentes para ver cual era el mas que le gustaba. Justamente le vino uno en concreto a la cabeza y le puso el apodo: Tomoki Sakurai. Tras muchos años de estar cuidando a su hijo y que el iba creciendo poco a poco, llegó lo que nadie se esperaba de que jamás en la vida iba a ocurrir lo mas desgarrador del mundo. Y es que justamente el día 1 de julio de 2022, en el hospital donde estaba la mamá ingresada en una habitación específica, le detectaron un cancer de pulmón al realizarle las pruebas. La solución para combatir ese cancer era darle una quimioterapia, y que el resultado que tarda en eliminar por completo el cancer era de 3 o 6 meses. Lamentablemente, el cancer avanzó demasiado que hasta acabó con la vida de la madre de Tomoki Sakurai. Ese mismo día a Tomoki lo llamaron por teléfono, comunicándole sobre la muerte de su madre. En ese mismo día todo se convirtió en una pesadilla, en un día oscuro, como si fuera a llover. El hijo rompió entre lágrimas que caían una y otra vez que rebosaban en las mejillas. Para el era un dolor insportable, triste, como si fuera que el corazón se partió por la mitad. Todo eso eran recuerdos que le vino a la cabeza tras mirar fijamente a la foto de su madre que sostiene su mano derecha mientras que algunas veces se tapaba el rostro por completo con sus ojos que derramaban tantas lágrimas que no paraba de llorar cada dos por tres. Ese era el único punto tan débil, doloroso, como si estuviera ardiendo por dentro, que era la pérdida de su madre. En ese mismo día era el cumpleaños de su mamá, pero obviamente ya no está fisicamente a su lado. Si bien, la mamá de Tomoki Sakurai le dijo unas últimas palabras antes de despedirse cuando el joven iba de visita a verla:

    𝗠𝗮𝗱𝗿𝗲 𝗧𝗼𝗺𝗼𝘆𝗼 𝗦𝗮𝗸𝘂𝗿𝗮𝗶 (𝘃𝗼𝘇 𝘀𝘂𝗮𝘃𝗲 𝘆 𝗹𝗹𝗲𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝗮𝗺𝗼𝗿):
    Querido, sé que esto es muy difícil de entender y aceptar. Quiero que sepas que te amo con todo mi corazón y que siempre estaré contigo, aunque ya no pueda estar físicamente.
    He luchado mucho con este cáncer de pulmón, y aunque me duele dejarte, quiero que sepas que he vivido cada momento con gratitud, pensando en lo mucho que te amo y en lo orgullosa que estoy de ti.
    No tengas miedo, mi amor. La vida continúa, y tú tienes un hermoso camino por delante. Solo quiero que seas fuerte, que sigas adelante y que recuerdes que siempre estaré en tu corazón, guiándote y cuidándote desde donde esté.
    Gracias por ser mi razón de ser, por cada sonrisa, cada abrazo y cada momento compartido. Te amo más allá de las palabras, y eso nunca cambiará.
    Con todo mi amor, siempre tu mamá.

    -Esas fueron las últimas palabras que le dijo la mamá de Tomoki que recordó aquel día. Es por eso, que el joven aun sigue en pié, caminando con la cabeza alta y ser fuerte mentalmente. Como dicen el dicho: Nunca se puede superar el duelo del fallecimiento, pero por lo menos mantendrás los recuerdos mas bonitos que has vivido en tu memoria y que ella te estará ayudando a guiarte por el mejor camino. Asi fué la vida de Tomoki Sakurai, quien perdió a su querida y bella mamá llamada: Tomoyo Sakurai.-
    -El joven se sentía solo y sentado en el primer escalón afuera de la casa en la entrada de la puerta, sujetando una foto de recuerdo en la que se vé a su mamá llamada "Tomoyo Sakurai". Una mamá quien dió luz cuando era mas joven a este ser humano que es el único hijo que ha tenido y que sigue vivo hoy en día. La mamá al tener en sus brazos cuidando al bebé, empezó a pensar en muchos nombres diferentes para ver cual era el mas que le gustaba. Justamente le vino uno en concreto a la cabeza y le puso el apodo: Tomoki Sakurai. Tras muchos años de estar cuidando a su hijo y que el iba creciendo poco a poco, llegó lo que nadie se esperaba de que jamás en la vida iba a ocurrir lo mas desgarrador del mundo. Y es que justamente el día 1 de julio de 2022, en el hospital donde estaba la mamá ingresada en una habitación específica, le detectaron un cancer de pulmón al realizarle las pruebas. La solución para combatir ese cancer era darle una quimioterapia, y que el resultado que tarda en eliminar por completo el cancer era de 3 o 6 meses. Lamentablemente, el cancer avanzó demasiado que hasta acabó con la vida de la madre de Tomoki Sakurai. Ese mismo día a Tomoki lo llamaron por teléfono, comunicándole sobre la muerte de su madre. En ese mismo día todo se convirtió en una pesadilla, en un día oscuro, como si fuera a llover. El hijo rompió entre lágrimas que caían una y otra vez que rebosaban en las mejillas. Para el era un dolor insportable, triste, como si fuera que el corazón se partió por la mitad. Todo eso eran recuerdos que le vino a la cabeza tras mirar fijamente a la foto de su madre que sostiene su mano derecha mientras que algunas veces se tapaba el rostro por completo con sus ojos que derramaban tantas lágrimas que no paraba de llorar cada dos por tres. Ese era el único punto tan débil, doloroso, como si estuviera ardiendo por dentro, que era la pérdida de su madre. En ese mismo día era el cumpleaños de su mamá, pero obviamente ya no está fisicamente a su lado. Si bien, la mamá de Tomoki Sakurai le dijo unas últimas palabras antes de despedirse cuando el joven iba de visita a verla: 𝗠𝗮𝗱𝗿𝗲 𝗧𝗼𝗺𝗼𝘆𝗼 𝗦𝗮𝗸𝘂𝗿𝗮𝗶 (𝘃𝗼𝘇 𝘀𝘂𝗮𝘃𝗲 𝘆 𝗹𝗹𝗲𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝗮𝗺𝗼𝗿): Querido, sé que esto es muy difícil de entender y aceptar. Quiero que sepas que te amo con todo mi corazón y que siempre estaré contigo, aunque ya no pueda estar físicamente. He luchado mucho con este cáncer de pulmón, y aunque me duele dejarte, quiero que sepas que he vivido cada momento con gratitud, pensando en lo mucho que te amo y en lo orgullosa que estoy de ti. No tengas miedo, mi amor. La vida continúa, y tú tienes un hermoso camino por delante. Solo quiero que seas fuerte, que sigas adelante y que recuerdes que siempre estaré en tu corazón, guiándote y cuidándote desde donde esté. Gracias por ser mi razón de ser, por cada sonrisa, cada abrazo y cada momento compartido. Te amo más allá de las palabras, y eso nunca cambiará. Con todo mi amor, siempre tu mamá. -Esas fueron las últimas palabras que le dijo la mamá de Tomoki que recordó aquel día. Es por eso, que el joven aun sigue en pié, caminando con la cabeza alta y ser fuerte mentalmente. Como dicen el dicho: Nunca se puede superar el duelo del fallecimiento, pero por lo menos mantendrás los recuerdos mas bonitos que has vivido en tu memoria y que ella te estará ayudando a guiarte por el mejor camino. Asi fué la vida de Tomoki Sakurai, quien perdió a su querida y bella mamá llamada: Tomoyo Sakurai.-
    0 turnos 0 maullidos
  • *Pese a que al principio Adam no quería ir a trabajar hoy, la verdad es que fue una gran noche.
    Antes de salir el sol él vuelve a casa a descansar después de llevar personas en su auto a sus diversos destinos por toda la ciudad. Trabajar como conductor de aplicación para el transporte privado de particulares durante el turno nocturno le divierte por varias razones. La tarifa nocturna es más elevada, y por tanto implica ganar más dinero, pero también se pueden ganar ciertos trofeos que a la luz del día son más difíciles de conseguir.
    Así pues, cuando el alba raya en el horizonte vuelve a casa, y antes de bajar de su auto tras apagarlo nota por el espejo la marca en su rostro que cierta pelirroja le dejó.*

    —Vaya...

    *Entonces se lleva el pulgar a los labios y sonríe, porque esa marca en su mejilla es la prueba de que esta noche conquistó uno de esos trofeos que son tan agradables y valiosos... Así como raros y con cierta dificultad para obtener. Y los recuerdos de la cabellera carmesí de hoy le hacen sentirse feliz, porque hicieron de este un día genial.*
    *Pese a que al principio Adam no quería ir a trabajar hoy, la verdad es que fue una gran noche. Antes de salir el sol él vuelve a casa a descansar después de llevar personas en su auto a sus diversos destinos por toda la ciudad. Trabajar como conductor de aplicación para el transporte privado de particulares durante el turno nocturno le divierte por varias razones. La tarifa nocturna es más elevada, y por tanto implica ganar más dinero, pero también se pueden ganar ciertos trofeos que a la luz del día son más difíciles de conseguir. Así pues, cuando el alba raya en el horizonte vuelve a casa, y antes de bajar de su auto tras apagarlo nota por el espejo la marca en su rostro que cierta pelirroja le dejó.* —Vaya... *Entonces se lleva el pulgar a los labios y sonríe, porque esa marca en su mejilla es la prueba de que esta noche conquistó uno de esos trofeos que son tan agradables y valiosos... Así como raros y con cierta dificultad para obtener. Y los recuerdos de la cabellera carmesí de hoy le hacen sentirse feliz, porque hicieron de este un día genial.*
    0 turnos 0 maullidos
  • ─ Bueno te tomaría unos 10 años leer todo lo que está en esta biblioteca... Eso sin contar todos los libros que solo los hijos de la luna tenemos la capacidad de leer...

    Alexa era la guardia del conocimiento, sacerdotisas de la diosa, curandera de luna, la única hija de los Selene y guía de las legiones sagradas de la luna. Aunque aún no le habían dado todos sus títulos, pues aún no cumplía con su misión, con la penitencia de entregar Ian el gran traidor de la luna, aún le dolía el corazón cuando pensaba en el y parece que nunca dejaría de ser así mientras ambos vivieran.

    ─ Si yo ya leí todos los libros... Algunos los he leído dos veces...
    ─ Bueno te tomaría unos 10 años leer todo lo que está en esta biblioteca... Eso sin contar todos los libros que solo los hijos de la luna tenemos la capacidad de leer... Alexa era la guardia del conocimiento, sacerdotisas de la diosa, curandera de luna, la única hija de los Selene y guía de las legiones sagradas de la luna. Aunque aún no le habían dado todos sus títulos, pues aún no cumplía con su misión, con la penitencia de entregar Ian el gran traidor de la luna, aún le dolía el corazón cuando pensaba en el y parece que nunca dejaría de ser así mientras ambos vivieran. ─ Si yo ya leí todos los libros... Algunos los he leído dos veces...
    Me encocora
    Me gusta
    6
    1 turno 0 maullidos
  • *Después de descansar un rato por la tarde, sobre todo por el calor, cuando el sol se mete Adam despierta con la alarma de su teléfono, pero aún se siente perezoso.*

    —Mmmm... No quiero ir a trabajar...

    *Suspira somnoliento y cierra los ojos, pero ahora que está despierto sabe que no se dormirá. Y al recordar las cuentas que aún debe pagar abre los ojos, preparándose para salir de la cama y subir al auto, y así comenzar con la jornada de hoy...*
    *Después de descansar un rato por la tarde, sobre todo por el calor, cuando el sol se mete Adam despierta con la alarma de su teléfono, pero aún se siente perezoso.* —Mmmm... No quiero ir a trabajar... *Suspira somnoliento y cierra los ojos, pero ahora que está despierto sabe que no se dormirá. Y al recordar las cuentas que aún debe pagar abre los ojos, preparándose para salir de la cama y subir al auto, y así comenzar con la jornada de hoy...*
    Me gusta
    Me enjaja
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • Esta noche, como cada noche, se desliza en silencio por el umbral del reino onírico. Su forma, apenas una bruma plateada, se derrama como rocío sobre las mentes agotadas. No tiene prisa. No la necesita.

    Extiende su esencia sobre un niño que llora por una madre que no llega, sobre una anciana que teme dormir sola, sobre un artista que ha olvidado cómo soñar en color.

    Con su habilidad activa, •Mar de Sueños•, cubre cada conciencia con una bruma sutil, envolviéndolos en un descanso profundo. Y con su don único, •Sembradora de Alivio•, regenera en silencio la voluntad de seguir. Nadie nota su paso, pero todos despiertan con un poco menos de peso sobre el pecho.

    Ella no habla. No interfiere. Solo susurra desde el umbral:
    “Que el descanso repare lo que la vigilia no puede.”

    Y continúa, etérea, presente y ausente a la vez.
    Esta noche, como cada noche, se desliza en silencio por el umbral del reino onírico. Su forma, apenas una bruma plateada, se derrama como rocío sobre las mentes agotadas. No tiene prisa. No la necesita. Extiende su esencia sobre un niño que llora por una madre que no llega, sobre una anciana que teme dormir sola, sobre un artista que ha olvidado cómo soñar en color. Con su habilidad activa, •Mar de Sueños•, cubre cada conciencia con una bruma sutil, envolviéndolos en un descanso profundo. Y con su don único, •Sembradora de Alivio•, regenera en silencio la voluntad de seguir. Nadie nota su paso, pero todos despiertan con un poco menos de peso sobre el pecho. Ella no habla. No interfiere. Solo susurra desde el umbral: “Que el descanso repare lo que la vigilia no puede.” Y continúa, etérea, presente y ausente a la vez.
    Me gusta
    Me encocora
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • FLASHBACK — UNA HABITACIÓN DE MOTEL, EN ALGÚN LUGAR ENTRE LA NADA Y EL OLVIDO.

    La lluvia golpeaba el tejado de lata como un recordatorio constante de que el mundo afuera seguía, indiferente. La habitación estaba iluminada apenas por la lámpara oxidada del buró; la luz amarilla le daba a las paredes un aire sepia, como si todo estuviera atrapado en un recuerdo que se negaba a morir.

    Reina estaba acostada en la orilla de la cama, las manos entrelazadas como si pudiera contener algo en ellas. El agua de la ducha aún goteaba en el baño, pero hacía rato que se había bañado. No tenía ganas de secarse el cabello. No tenía ganas de nada.

    Una camiseta vieja —suya— le cubría el torso. Una de esas que él dejaba tirada sin pensar, con el olor a acero, madera vieja y ese maldito aroma a él que no se iba ni con los años. Apretó la tela entre sus dedos como si fuera una cuerda que evitaba que se ahogara del todo.

    La televisión estaba encendida en un canal que no veía. Las voces eran solo un ruido blanco. Ella miraba al vacío. Pero en realidad lo miraba a él. En su mente. En esos pequeños fragmentos donde aún existía, donde todavía sonreía torpemente, donde le tocaba la mejilla con esos dedos metálicos como si tuviera miedo de romperla.

    —“No supe qué hacer contigo. Nunca supe qué hacer con todo lo que sentía cuando me mirabas…”

    La frase le golpeó como un eco, como un susurro que él nunca dijo, pero que ella intuía. Siempre había algo contenido en Bucky, una guerra interna que nunca la dejó cruzar del todo. Y aún así… aún así, ella lo amó entero.

    Se inclinó hacia la pequeña mesa de noche y abrió el cajón. Ahí estaba su celular viejo, apagado desde hacía meses. Dudó. Lo encendió. La pantalla tardó más de lo normal, pero finalmente apareció su fondo de pantalla: una foto borrosa de un atardecer que captaron juntos, sin rostros, solo colores, solo una sensación.

    Entró en los mensajes. Deslizó hasta aquel que nunca envió:

    “No espero que vuelvas, solo quiero que sepas que te amé. Que cada segundo contigo me dolió y me sanó al mismo tiempo. Que aún duermo de tu lado de la cama. Que aún guardo tu número… aunque ya no marque nada.”



    El cursor parpadeó como un corazón nervioso. No lo envió. Apagó el celular. Se echó hacia atrás en la cama, dejando que las lágrimas finalmente rodaran sin permiso, sin orgullo.

    La habitación olía a humedad, a encierro, a pasado. Ella olía a él. Y dolía. Cómo dolía seguir amándolo en un mundo donde ya no estaba.

    Cerró los ojos.

    Y por un instante, juraría que él estaba ahí. Sentado en la silla, como antes. Mirándola con ese gesto de culpa y ternura que solo él sabía hacer.

    Pero al abrirlos, solo estaba la lluvia.

    Y un silencio que nunca dejaría de sonar.
    FLASHBACK — UNA HABITACIÓN DE MOTEL, EN ALGÚN LUGAR ENTRE LA NADA Y EL OLVIDO. La lluvia golpeaba el tejado de lata como un recordatorio constante de que el mundo afuera seguía, indiferente. La habitación estaba iluminada apenas por la lámpara oxidada del buró; la luz amarilla le daba a las paredes un aire sepia, como si todo estuviera atrapado en un recuerdo que se negaba a morir. Reina estaba acostada en la orilla de la cama, las manos entrelazadas como si pudiera contener algo en ellas. El agua de la ducha aún goteaba en el baño, pero hacía rato que se había bañado. No tenía ganas de secarse el cabello. No tenía ganas de nada. Una camiseta vieja —suya— le cubría el torso. Una de esas que él dejaba tirada sin pensar, con el olor a acero, madera vieja y ese maldito aroma a él que no se iba ni con los años. Apretó la tela entre sus dedos como si fuera una cuerda que evitaba que se ahogara del todo. La televisión estaba encendida en un canal que no veía. Las voces eran solo un ruido blanco. Ella miraba al vacío. Pero en realidad lo miraba a él. En su mente. En esos pequeños fragmentos donde aún existía, donde todavía sonreía torpemente, donde le tocaba la mejilla con esos dedos metálicos como si tuviera miedo de romperla. —“No supe qué hacer contigo. Nunca supe qué hacer con todo lo que sentía cuando me mirabas…” La frase le golpeó como un eco, como un susurro que él nunca dijo, pero que ella intuía. Siempre había algo contenido en Bucky, una guerra interna que nunca la dejó cruzar del todo. Y aún así… aún así, ella lo amó entero. Se inclinó hacia la pequeña mesa de noche y abrió el cajón. Ahí estaba su celular viejo, apagado desde hacía meses. Dudó. Lo encendió. La pantalla tardó más de lo normal, pero finalmente apareció su fondo de pantalla: una foto borrosa de un atardecer que captaron juntos, sin rostros, solo colores, solo una sensación. Entró en los mensajes. Deslizó hasta aquel que nunca envió: “No espero que vuelvas, solo quiero que sepas que te amé. Que cada segundo contigo me dolió y me sanó al mismo tiempo. Que aún duermo de tu lado de la cama. Que aún guardo tu número… aunque ya no marque nada.” El cursor parpadeó como un corazón nervioso. No lo envió. Apagó el celular. Se echó hacia atrás en la cama, dejando que las lágrimas finalmente rodaran sin permiso, sin orgullo. La habitación olía a humedad, a encierro, a pasado. Ella olía a él. Y dolía. Cómo dolía seguir amándolo en un mundo donde ya no estaba. Cerró los ojos. Y por un instante, juraría que él estaba ahí. Sentado en la silla, como antes. Mirándola con ese gesto de culpa y ternura que solo él sabía hacer. Pero al abrirlos, solo estaba la lluvia. Y un silencio que nunca dejaría de sonar.
    Me gusta
    Me entristece
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • 𝐅𝐮𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐜𝐚𝐦𝐢𝐧𝐨
    𝐀𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐦𝐮ñ𝐞𝐜𝐚 𝐬𝐞 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐯𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐩𝐞𝐬𝐚𝐝𝐢𝐥𝐥𝐚

    { https://youtu.be/On7lY0uexEM?si=5WfFD7U-_Qmy4wAu }


    // Another pic of Ayla as a teenager~.
    𝐅𝐮𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐜𝐚𝐦𝐢𝐧𝐨 𝐀𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐦𝐮ñ𝐞𝐜𝐚 𝐬𝐞 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐯𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐩𝐞𝐬𝐚𝐝𝐢𝐥𝐥𝐚 { https://youtu.be/On7lY0uexEM?si=5WfFD7U-_Qmy4wAu } // Another pic of Ayla as a teenager~.
    Me gusta
    Me encocora
    Me endiabla
    12
    2 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    - Albedo y su lado tiranosaurio rex, al ver que su querida hermana Shalltear coquetea con su amo. Las hermanas pelean por ser la primera esposa.
    - Albedo y su lado tiranosaurio rex, al ver que su querida hermana Shalltear coquetea con su amo. Las hermanas pelean por ser la primera esposa. :STK-58:
    Me enjaja
    Me encocora
    Me gusta
    Me endiabla
    11
    1 comentario 0 compartidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Ver el reflejo de las auroras boreales en
    su pelaje blanco.. supe que la octava maravilla era ella y yo era un maldito afortunado de ser el único en visualizar tal maravilla.
    Ver el reflejo de las auroras boreales en su pelaje blanco.. supe que la octava maravilla era ella y yo era un maldito afortunado de ser el único en visualizar tal maravilla.
    La aurora baila sobre nosotros como testigo de nuestro destino. No somos solo dos criaturas de la noche: somos historia escrita en la escarcha, susurros grabados en el viento. Y cada vez que aúllas, el universo escucha mi nombre.

    Fotito de luna de miel, especial entre nosotros.
    Me encocora
    Me gusta
    3
    0 comentarios 0 compartidos
Ver más resultados
Patrocinados