Una regla prohibida, usar su gravikinesis en un ser vivo, pero así logró detener el caminar de una ciudadana que estuvo apunto de ser alcanzada por un camión, sin embargo, teme por las consecuencias del uso brusco y repentino de su habilidad sin medir la fuerza necesaria.

Luego se pierde entre la multitud.

– Buenos días.

Saluda taciturno a la nada.

Sin realizar ningún movimiento adicional, el refrigerador se abre y del interior flota un frasco de vidrio, con un jugo de zanahoria y naranja en su interior, el objeto flota hasta quedar de pie en una mesa cuadrada a unos pasos de Karen que se encuentra meditabundo con la vista fija sobre el vecindario, mientras la puerta de refrigerador se cierra por si sola.

Abre los ojos despacio, desafortunadamente, no termino de llegar a la cama, pero el sueño fue tan bueno que la dureza del piso apenas lo incómodo, poco a poco se logra poner de pie, pero ahora siente el dolor en muchas partes de su cuerpo, la caída junto con la incomodidad que pasó su cuerpo por el reposo en un piso duro.

– Maldición.

Se lleva una mano en su costado derecho.

– No duraré mucho

- Tonta cabeza.

Cierra un ojo por la molestia que siente por una de sus sienes, parece que se ha pasado con el uso de su "don", luego lleva una mano sobre el lado derecho de su cabeza.

- Solo unos metros más y llegaré a mi departamento.
Comenta en voz baja.