Bourgirnio~ damas y caballeros, me presento soy Lucas Garrido Lombardi,soy italiano aunque actualmente vivo en otro país con mis padres. Tengo 15 años, me encanta el skateboard
  • Género Masculino
  • Raza Humano
  • Fandom Oc
  • Estudiante
  • Soltero(a)
  • Cumpleaños 10 de agosto
  • 10 Publicaciones
  • 10 Escenas
  • Se unió en abril 2025
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    3D
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  • El joven de cabellos rubios había salido del colegio hace unas horas. Dejó su mochila sobre una banca cercana y se dirigió a la cancha con su balón en mano. Practicar básquetbol era la única forma que conocía para liberar el estrés, para silenciar todo lo que lo atormentaba, especialmente la desagradable escena que había vivido con su profesor en el casino del colegio.

    Al principio, su mirada estaba vacía, desganada… pero a medida que los tiros a la canasta iban conectando, su expresión empezó a cambiar. Poco a poco, una chispa volvió a sus ojos y esa sonrisa tan suya, esa que iluminaba incluso el rincón más oscuro de la noche, reapareció. El sudor le perlaba la frente, y por un momento sintió que estaba en control de nuevo.

    Pero entonces… las imágenes volvieron. La derrota en el torneo, el esfuerzo desperdiciado, las expectativas rotas. El golpe a su ego fue más fuerte de lo que quiso admitir.

    Se detuvo en seco.

    —No lo logré… —susurró, con la voz quebrada.

    Se dejó caer con fuerza al suelo, sin preocuparse por lo sucio o duro que estuviera. El balón rodó un poco, pero quedó atrapado entre sus piernas. Bajó la cabeza, clavando la mirada en el suelo, mientras las lágrimas comenzaban a resbalar por sus mejillas ardientes. Sus hombros temblaban levemente con cada sollozo, y pequeños hipidos escapaban entre sus labios.

    Era un joven extrovertido, lleno de energía, pero en ese instante solo quedaba un muchacho frustrado, herido por no haber alcanzado lo que tanto anhelaba.
    El joven de cabellos rubios había salido del colegio hace unas horas. Dejó su mochila sobre una banca cercana y se dirigió a la cancha con su balón en mano. Practicar básquetbol era la única forma que conocía para liberar el estrés, para silenciar todo lo que lo atormentaba, especialmente la desagradable escena que había vivido con su profesor en el casino del colegio. Al principio, su mirada estaba vacía, desganada… pero a medida que los tiros a la canasta iban conectando, su expresión empezó a cambiar. Poco a poco, una chispa volvió a sus ojos y esa sonrisa tan suya, esa que iluminaba incluso el rincón más oscuro de la noche, reapareció. El sudor le perlaba la frente, y por un momento sintió que estaba en control de nuevo. Pero entonces… las imágenes volvieron. La derrota en el torneo, el esfuerzo desperdiciado, las expectativas rotas. El golpe a su ego fue más fuerte de lo que quiso admitir. Se detuvo en seco. —No lo logré… —susurró, con la voz quebrada. Se dejó caer con fuerza al suelo, sin preocuparse por lo sucio o duro que estuviera. El balón rodó un poco, pero quedó atrapado entre sus piernas. Bajó la cabeza, clavando la mirada en el suelo, mientras las lágrimas comenzaban a resbalar por sus mejillas ardientes. Sus hombros temblaban levemente con cada sollozo, y pequeños hipidos escapaban entre sus labios. Era un joven extrovertido, lleno de energía, pero en ese instante solo quedaba un muchacho frustrado, herido por no haber alcanzado lo que tanto anhelaba.
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  • La puerta al otro mundo
    Fandom Oc
    Categoría Otros
    El joven adolescente italiano, de unos dieciséis años, entraba a su casa prácticamente bailando sobre sus pasos. Su cabello rubio caía en mechones lacios, ligeramente desordenados, con puntas que parecían peinadas por el viento —o por pura rebeldía juvenil—. Tenía ese aire despreocupado, con una sonrisa encantadora pegada al rostro, y esos ojos azules como el cielo de Sicilia en pleno verano: brillantes, intensos y llenos de vida.

    — Mamma mia, ¡oggi si que va a ser grande, eh! —dijo en voz alta mientras dejaba caer su mochila al suelo y se sacaba los botines de fútbol con un solo movimiento, casi como si estuviera en pleno cambio de set entre partidos.

    Era un chico explosivamente sociable, de esos que saludan a todos por los pasillos del colegio, que se aprende los nombres de los profesores en la primera semana y que siempre tiene alguna anécdota graciosa que contar. Se le conocía por ser el alma del equipo de fútbol y, últimamente, también del de voleibol. Corría, saltaba, reía. Siempre estaba en movimiento, como si quedarse quieto fuera un castigo.

    — Allora, hoy es el directo, ¿capito? ¡Mi primer stream! —dijo, hablando al aire como si estuviera ya frente a una cámara, con ese acento marcado que hacía que cualquier palabra sonara más divertida—. Compré un microfonito piccolo, pero suena benissimo. Y las luces... ¡Las luces, por favor! Son morado brillante, como para una disco, ¡una locura!

    Subió corriendo las escaleras hasta su cuarto —una mezcla ordenada de pósters de fútbol, medallas de voleibol y estanterías con figuras de anime— y encendió todo el set-up que había estado preparando con tanto entusiasmo.

    — Va bene, chicos, esto va a estar épico. ¿Quién está listo pa' verme hacer el ridículo en vivo, eh?

    Movía las manos al hablar, como todo buen italiano, y no podía evitar poner caras expresivas cada vez que decía algo. Tenía un carisma que se contagiaba, y aunque no tenía idea si alguien se conectaría a su primer directo, él lo viviría como si tuviera mil personas viéndolo.

    Porque para él, más que la fama, era el momento. La emoción. Y sobre todo, la conexión.

    — Andiamo! Vamos a encender esa cámara, poner música buena... ¡y que empiece la fiesta virtual!
    El joven adolescente italiano, de unos dieciséis años, entraba a su casa prácticamente bailando sobre sus pasos. Su cabello rubio caía en mechones lacios, ligeramente desordenados, con puntas que parecían peinadas por el viento —o por pura rebeldía juvenil—. Tenía ese aire despreocupado, con una sonrisa encantadora pegada al rostro, y esos ojos azules como el cielo de Sicilia en pleno verano: brillantes, intensos y llenos de vida. — Mamma mia, ¡oggi si que va a ser grande, eh! —dijo en voz alta mientras dejaba caer su mochila al suelo y se sacaba los botines de fútbol con un solo movimiento, casi como si estuviera en pleno cambio de set entre partidos. Era un chico explosivamente sociable, de esos que saludan a todos por los pasillos del colegio, que se aprende los nombres de los profesores en la primera semana y que siempre tiene alguna anécdota graciosa que contar. Se le conocía por ser el alma del equipo de fútbol y, últimamente, también del de voleibol. Corría, saltaba, reía. Siempre estaba en movimiento, como si quedarse quieto fuera un castigo. — Allora, hoy es el directo, ¿capito? ¡Mi primer stream! —dijo, hablando al aire como si estuviera ya frente a una cámara, con ese acento marcado que hacía que cualquier palabra sonara más divertida—. Compré un microfonito piccolo, pero suena benissimo. Y las luces... ¡Las luces, por favor! Son morado brillante, como para una disco, ¡una locura! Subió corriendo las escaleras hasta su cuarto —una mezcla ordenada de pósters de fútbol, medallas de voleibol y estanterías con figuras de anime— y encendió todo el set-up que había estado preparando con tanto entusiasmo. — Va bene, chicos, esto va a estar épico. ¿Quién está listo pa' verme hacer el ridículo en vivo, eh? Movía las manos al hablar, como todo buen italiano, y no podía evitar poner caras expresivas cada vez que decía algo. Tenía un carisma que se contagiaba, y aunque no tenía idea si alguien se conectaría a su primer directo, él lo viviría como si tuviera mil personas viéndolo. Porque para él, más que la fama, era el momento. La emoción. Y sobre todo, la conexión. — Andiamo! Vamos a encender esa cámara, poner música buena... ¡y que empiece la fiesta virtual!
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Despues de mucho tiempo el usuario ya esta operativo
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  • Almuerzo ligero con mis papás y para adelante, que tengo salida con mis broh al fantasilandia. Claro con todo pagado porque es una pesadez tener que esperar en la fila con todos los demás, además con ese sol infernal de Santiago.

    Pd ¹ La segunda foto es tomado por unos de los broh que se quedó abajo.

    Pd ² Mis padres me dijieron que puedo traer a alguien al Disneyland la próxima semana, así que si alguien quiere venir y vivir está experiencia pongan "yo", cuénteme sus motivos y si me caen bien vendrán conmigo.

    #Almuerzoligero #Salidaconlosbroh
    Almuerzo ligero con mis papás y para adelante, que tengo salida con mis broh al fantasilandia. Claro con todo pagado porque es una pesadez tener que esperar en la fila con todos los demás, además con ese sol infernal de Santiago. Pd ¹ La segunda foto es tomado por unos de los broh que se quedó abajo. Pd ² Mis padres me dijieron que puedo traer a alguien al Disneyland la próxima semana, así que si alguien quiere venir y vivir está experiencia pongan "yo", cuénteme sus motivos y si me caen bien vendrán conmigo. #Almuerzoligero #Salidaconlosbroh
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  • Matty Giovanni Garrido Lombardi
    El horror para un italiano que coman las ricas pastas así
    ¡QUE HORROR!
    #Falsoitaliano #venganza
    [blaze_lime_lobster_410] El horror para un italiano que coman las ricas pastas así ¡QUE HORROR! #Falsoitaliano #venganza
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  • Un joven italiano, estaba de vacaciones con sus padres y sus amigos que le acompañaron en la playa de Cancún. Por el aburrimiento crearon una "red" , que específico no era una red más bien era línea de cosas, para jugar un partido de voleibol. Estaban en lo máximo de ese partido cuando recibió el golpe en su cabeza de una pelota de tenis, soltando un grito y un leve mareo dándose la vuelta si entiendo la furia dentro de su.

    _Ahg eres un estúpido me dolió

    Le reclaba el joven en italiano, a la joven acercándose con furia mientras seguía insultandole en su idioma natal. Pero, la interrupción de otro joven le hizo desviar su mirada al nuevo
    Un joven italiano, estaba de vacaciones con sus padres y sus amigos que le acompañaron en la playa de Cancún. Por el aburrimiento crearon una "red" , que específico no era una red más bien era línea de cosas, para jugar un partido de voleibol. Estaban en lo máximo de ese partido cuando recibió el golpe en su cabeza de una pelota de tenis, soltando un grito y un leve mareo dándose la vuelta si entiendo la furia dentro de su. _Ahg eres un estúpido me dolió Le reclaba el joven en italiano, a la joven acercándose con furia mientras seguía insultandole en su idioma natal. Pero, la interrupción de otro joven le hizo desviar su mirada al nuevo
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