• Hoy estuve tan motivado, que me leí un libro en pocas horas, es que tener una noche hermosa provoca que pasen cosas buenas en mi vida y me sienta muy feliz
    Hoy estuve tan motivado, que me leí un libro en pocas horas, es que tener una noche hermosa provoca que pasen cosas buenas en mi vida y me sienta muy feliz
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  • El Lamento del Héroe: Más Allá del Último Trabajo
    Cuando Heracles finalizó el duodécimo trabajo, el mundo pareció quedarse sin monstruos. El eco de su nombre resonaba en cada rincón de Grecia, adornando labios, himnos y templos. Y sin embargo, al cerrar la puerta de su última hazaña, no encontró una bienvenida. No hubo hogar. No hubo brazos abiertos. Solo silencio. Durante años, su vida...
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  • buenooo *dijo estirandose y abriendo el fortnite en su compu* me lo merezco hoy duermo hasta las 6
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  • La luna se ve bella está noche me preguntó que secretos guardará?
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  • Estos labios acaban de dar un beso inolvidable.
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  • Socializar con mis gatos está bien, pero quizás debería socializar mas con individuos con cuerpo/humanos/seres de este mundo que no son humanos (Como yo)
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  • Volvió su dragona favorita
    espero no me hayan extrañado mucho
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  • *Al intentar entrar y obtener el grimorio de Alastor, encontré unas trampas de él. *

    —Ahhh!! Maldita sea, ¿qué es este polvo violeta? No me permite respirar. —

    *Me quedo sin aire, perdiendo la consciencia tras un rato despierto al salir del sitio. No sentí dolor ni nada extraño; pensé que simplemente me había hecho una broma de mal gusto por entrar a espiar sin notar cómo lucía. *
    *Al intentar entrar y obtener el grimorio de Alastor, encontré unas trampas de él. * —Ahhh!! Maldita sea, ¿qué es este polvo violeta? No me permite respirar. — *Me quedo sin aire, perdiendo la consciencia tras un rato despierto al salir del sitio. No sentí dolor ni nada extraño; pensé que simplemente me había hecho una broma de mal gusto por entrar a espiar sin notar cómo lucía. *
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  • Nueva tarde de grabación y se sentía bastante motivado, no por lo que debía hacer, pero sí por la noche que pasó antes y sentirse tan feliz.

    Al llegar al set y prepararse, mantenía una sonrisa, suspirando y ansioso por terminar para poder volver a casa, aunque sabía que faltaban horas y debía acabar de trabajar primero.
    Nueva tarde de grabación y se sentía bastante motivado, no por lo que debía hacer, pero sí por la noche que pasó antes y sentirse tan feliz. Al llegar al set y prepararse, mantenía una sonrisa, suspirando y ansioso por terminar para poder volver a casa, aunque sabía que faltaban horas y debía acabar de trabajar primero.
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  • Había viajado a Alemania para resolver ciertos asuntos que venían perturbando a los Di Vincenzo. El territorio italiano les pertenecía, pero los alemanes comenzaban, poco a poco, a disputarles terreno. La rubia no estaba dispuesta a permitirlo, así que decidió enfrentar directamente al líder de la mafia alemana, el reconocido Klaus Reichenbach.

    Sabía que nada sería fácil. El primer intento de asesinato se dio la misma noche de su llegada, en el hotel donde se hospedaba. Mientras se desvestía para tomar una ducha, percibió algo extraño. Una sombra, apenas visible, se ocultaba entre las puertas entreabiertas del inmenso clóset.

    Una sonrisa ladeada asomó en sus labios. Con la rapidez y destreza que la caracterizaban, se abalanzó sobre el intruso, lo sacó de su escondite y lo arrojó al suelo con fuerza, colocando su pie—todavía con zapatillas—sobre su garganta.

    —Vaya, qué seguridad tan lamentable tiene este lugar —soltó con desprecio—. ¿De verdad pensaste que soy solo una muñeca de porcelana sin cerebro? No, cariño... no soy solo eso.

    Con un gesto frío y calculado, retiró el pie de su garganta y lo ayudó a levantarse con una aparente cortesía que helaba la sangre.

    —Ahora lárgate, y dile a ese pendejo que no va a impedir que le arranque las tripas. Y si no lo haces… te buscaré, y te las sacaré a ti.

    Le abrió la puerta con elegancia, como si lo estuviera despidiendo de una reunión de negocios, y esperó en silencio hasta que abandonara la habitación.
    Había viajado a Alemania para resolver ciertos asuntos que venían perturbando a los Di Vincenzo. El territorio italiano les pertenecía, pero los alemanes comenzaban, poco a poco, a disputarles terreno. La rubia no estaba dispuesta a permitirlo, así que decidió enfrentar directamente al líder de la mafia alemana, el reconocido Klaus Reichenbach. Sabía que nada sería fácil. El primer intento de asesinato se dio la misma noche de su llegada, en el hotel donde se hospedaba. Mientras se desvestía para tomar una ducha, percibió algo extraño. Una sombra, apenas visible, se ocultaba entre las puertas entreabiertas del inmenso clóset. Una sonrisa ladeada asomó en sus labios. Con la rapidez y destreza que la caracterizaban, se abalanzó sobre el intruso, lo sacó de su escondite y lo arrojó al suelo con fuerza, colocando su pie—todavía con zapatillas—sobre su garganta. —Vaya, qué seguridad tan lamentable tiene este lugar —soltó con desprecio—. ¿De verdad pensaste que soy solo una muñeca de porcelana sin cerebro? No, cariño... no soy solo eso. Con un gesto frío y calculado, retiró el pie de su garganta y lo ayudó a levantarse con una aparente cortesía que helaba la sangre. —Ahora lárgate, y dile a ese pendejo que no va a impedir que le arranque las tripas. Y si no lo haces… te buscaré, y te las sacaré a ti. Le abrió la puerta con elegancia, como si lo estuviera despidiendo de una reunión de negocios, y esperó en silencio hasta que abandonara la habitación.
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