-Sus designios se están manifestando en éstos cielos, pero no me importa... si eh de morir, lo haré de una forma elegante. (Risas).

*Aradia había tomado una ducha, de la forma fina en la que estaba acostumbrada, usando sus mejores prendas regresaría al lugar donde el cielo se partió en dos.*

- Tomando un jugo de arandanos.-

. . . Estos dos se daran a coñasos.¿

- ¿Porque? ¿Porque el?.-

— Claro que se fumar habano, dame fuego. ~

Esta degustando el pastelito con fresas y crema encima. Esta bueno.

Rei observó detenidamente la pintura con una mezcla de curiosidad y asombro, sus intensos ojos carmesí recorrieron cada detalle de la imagen, capturando la perfecta similitud entre el hombre retratado y él mismo. En aquella pintura antigua se encontraba él mismo, vestido con ropas victorianas y adorno, incluso su cabello era un poco más largo.

—Interesante. —murmuró Rei en voz alta, dando un paso más cerca de la pintura. Sus manos delgadas y pálidas se alzaron para trazar las líneas artísticas del lienzo, desafiándole a creer en la realidad de esta extraña coincidencia. Sin embargo, una pequeña sonrisa juguetona se formó en sus labios mientras inspeccionaba el retrato. —Al menos ahora tengo el privilegio de disfrutar de la moda contemporánea, ¿no crees? Aunque esos ropajes de antaño tenían su encanto... —

Mientras se admiraba la pintura, resultaba evidente que la voz burlona de Rei abandonaba pocas pistas sobre si realmente decía la verdad o no.

— Ya no creo poder salir de aqui. (?