—A veces, Zelgadiss, es más interesante ver cómo los mortales enfrentan su propia oscuridad que simplemente extinguirla —respondió.
Después inclinó la cabeza ligeramente hacia el hombre, como si estuviera compartiendo un secreto con él.
—Además, aún puedes ser un peón valioso en la guerra que se avecina. Esa es la razón por la que no te mato en este momento. Pero ten en cuenta que, en este juego, siempre tendré el poder de destruirte. Eres un simple humano, tu magia es efímera ante mi poder. ¿Ahora entiendes por qué alguien como tú no puede enseñar a Daryars a controlar su propio poder? Hay demasiado poder en ella y alguien como tú solo la destruiría.
Con un gesto lento y deliberado, Xellos retiró su mano del pecho de Zelgadiss liberando su corazón. A medida que sacaba la mano del pecho de Zelgadiss la herida se iba cerrando.
Xellos retrocedió unos pasos, como si estuviera dispuesto a darle una oportunidad a Zelgadiss de continuar su camino, como si le hubiera hecho un favor de vivir.
Xellos se desvaneció en las sombras de la sala, dejando a Zelgadiss solo y herido, pero con una segunda oportunidad. ¿Por qué Xellos lo había decidido así? El destino, como siempre, permanecía envuelto en un manto de misterio y ambigüedad. [Zelgadiss]
—A veces, Zelgadiss, es más interesante ver cómo los mortales enfrentan su propia oscuridad que simplemente extinguirla —respondió.
Después inclinó la cabeza ligeramente hacia el hombre, como si estuviera compartiendo un secreto con él.
—Además, aún puedes ser un peón valioso en la guerra que se avecina. Esa es la razón por la que no te mato en este momento. Pero ten en cuenta que, en este juego, siempre tendré el poder de destruirte. Eres un simple humano, tu magia es efímera ante mi poder. ¿Ahora entiendes por qué alguien como tú no puede enseñar a Daryars a controlar su propio poder? Hay demasiado poder en ella y alguien como tú solo la destruiría.
Con un gesto lento y deliberado, Xellos retiró su mano del pecho de Zelgadiss liberando su corazón. A medida que sacaba la mano del pecho de Zelgadiss la herida se iba cerrando.
Xellos retrocedió unos pasos, como si estuviera dispuesto a darle una oportunidad a Zelgadiss de continuar su camino, como si le hubiera hecho un favor de vivir.
Xellos se desvaneció en las sombras de la sala, dejando a Zelgadiss solo y herido, pero con una segunda oportunidad. ¿Por qué Xellos lo había decidido así? El destino, como siempre, permanecía envuelto en un manto de misterio y ambigüedad. [Zelgadiss]