No le gustaba que lo vieran llorar a pesar que era de los ángeles más emocionales y fáciles de lastimar.
Su ala dolía por el golpe y se quedó hecho un pequeño ovillo de plumas mientras intentaba curarla con cuidado, sollozando.

—Demonios malos... Son muy toscos y agresivos, no me gustan...
Yo jamás seré un demonio, no soy como ellos.

Hablaba solo, limpiándose apenas los ojos y continuando su tarea, terminando por mover el ala un poco, volviendo a quejarse pues parecía que no sería tan sencillo recuperarla.

─ Que calor tan insoportable... ~

-Actualizando a Hank-

-Edad 18>19
-Estatura 1,79 >1,83
-Características: Esta algo mas peludo,Madurez,Menos elasticidad,esta mas de mal humor


-Hank sera menos molesto pero estará hecho un cascarrabias-

—Ahhh, algo en todo esto me da mala espina... Demasiados demonios de repente ¿Qué está pasando?
Tengo miedo...

—¡Adán , ya conseguí tu fruta, mira!

Dejó una gran variedad que pudo recoger en todo el edén, desde duraznos y uvas hasta grandes sandías y melones, dejando la pequeña montaña de estas frente al padre de la humanidad junto a un cuenco repleto de miel natural que le tocó reunir en distintos panales.

—¿Ya vas a quitar esa cara de mal genio? Fue tu culpa en inicio~
Ya, ya, sólo come. Me costó poder cargarla toda~

No había nada mejor que observar el amanecer, adoraba como la oscuridad daba paso al día lentamente, en especial cuando se quedaba en la tierra para admirar mejor dicho espectáculo, recostado sobre el césped.

Había dormido toda la noche abrazada a [XELLOS] y sin soltarle ni un solo instante. Sentir su calor toda la noche había sido su único modo de lograr conciliar el sueño.

Si, desde que Xellos murió, tenía miedo de perderle de nuevo, tras las amenazas de Serpiente ese miedo de había visto reforzado, un miedo que ahora manifestaba incluso cuando dormía.

Y otra vez que no tiene ni repajolera idea de cómo ha acabado delante del Museo Domino, en pijama, obviamente.

Este sonambulismo un día le va a causar un disgusto...