• Recordatorio, no dejar que me arreglen como muñeca.

    Pero la idea de ser mimada, bañada, vestida, peinada y llevada en brazos a la mesa para desayunar es perfecto.

    Y todo porque les regalé una máquina de movimiento perpetuo arcana. ♥
    Recordatorio, no dejar que me arreglen como muñeca. Pero la idea de ser mimada, bañada, vestida, peinada y llevada en brazos a la mesa para desayunar es perfecto. Y todo porque les regalé una máquina de movimiento perpetuo arcana. ♥
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • Tras años de servicio en el frente de combate oriental, se me ha concedido un n "descanso", me han asignado a un mundo pacifico, lejos del conflicto de las fronteras Imperiales y aunque para muchos sería una recompensa, para mí, es una situación que aún me cuesta trabajo aceptar por tan radical cambio.

    Trataré de adaptarme a esta harmonía y tranquilidad que muchos aseguran me merezco.
    Tras años de servicio en el frente de combate oriental, se me ha concedido un n "descanso", me han asignado a un mundo pacifico, lejos del conflicto de las fronteras Imperiales y aunque para muchos sería una recompensa, para mí, es una situación que aún me cuesta trabajo aceptar por tan radical cambio. Trataré de adaptarme a esta harmonía y tranquilidad que muchos aseguran me merezco.
    Me endiabla
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • 𝒶𝓈𝒸𝑒𝓃𝒹𝒾𝓃𝑔 𝒻𝓇𝑜𝓂 𝓉𝒽𝑒 𝒹𝒶𝓇𝓀𝓃𝑒𝓈𝓈
    No sabría decir en qué instante exacto comenzó… quizás fue un suspiro mal enterrado, una sombra que no se disolvió al amanecer, o el eco de un pensamiento que no era del todo mío. Pero lo cierto es que desde entonces hay algo en mí. No camina, no habla, no grita. Solo está. Silente. Constante. Una presencia sin forma que ha hecho de...
    Me gusta
    Me encocora
    3
    0 comentarios 0 compartidos
  • El castaño le dio un gran mordisco al panecillo caliente y se quedó inmóvil. ¡¿Era picante?! Siguió masticando con los ojos llorosos. Miró el bollo como si lo hubiera traicionado. ¿Quién le pone picante a un pan dulce? No había ningún cartel que lo indicara, suspiró y continuó comiendo, ya lo había pagado.
    El castaño le dio un gran mordisco al panecillo caliente y se quedó inmóvil. ¡¿Era picante?! Siguió masticando con los ojos llorosos. Miró el bollo como si lo hubiera traicionado. ¿Quién le pone picante a un pan dulce? No había ningún cartel que lo indicara, suspiró y continuó comiendo, ya lo había pagado.
    Me encocora
    Me gusta
    Me enjaja
    6
    2 turnos 0 maullidos
  • Me alegro mucho de que Anthony haya aceptado ser mi padrino, una cosa menos de la que preocuparnos relacionado con la boda
    Me alegro mucho de que Anthony haya aceptado ser mi padrino, una cosa menos de la que preocuparnos relacionado con la boda
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • —Te extraño... Te buscaré para que volvamos a estar juntas
    —Te extraño... Te buscaré para que volvamos a estar juntas
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • .... Para ver esas cosa, y un mejor round qué me entretuviera, mejor reviviria la flama de calentura con uno de mis ex compañeros, y si, hablo de ti Claude o Sesshomaru,... Alucard, amm.. sería incomodo ya que jamás tuvo relación con su hijo -osease mi Tora- eso si seria RARO XD
    .... Para ver esas cosa, y un mejor round qué me entretuviera, mejor reviviria la flama de calentura con uno de mis ex compañeros, y si, hablo de ti Claude o Sesshomaru,... Alucard, amm.. sería incomodo ya que jamás tuvo relación con su hijo -osease mi Tora- eso si seria RARO XD :STK-20:
    0 turnos 0 maullidos
  • Donde el silencio respira

    Habían pasado dos semanas desde que Akane llegó al pueblito cerca de las montañas de las montañas, un lugar que parecía dormido en el tiempo. Las calles empedradas, las fachadas de tejas antiguas y los geranios colgando de las ventanas componían una calma que rozaba lo irreal. Era como si cada rincón exhalara dulces memorias.

    Ella vivía en un pequeño cuarto alquilado en la casa de una viuda de unos 48 años. La mujer, de manos fuertes y voz pausada, no hacía muchas preguntas; simplemente aceptó la presencia de Akane con una mezcla de curiosidad y respeto. En ese hogar silencioso, Akane encontró algo raro: estabilidad. Los ruidos eran suaves, el reloj parecía caminar más lento, y sus sueños no la despertaban tan bruscamente como antes.

    Paseaba a diario por el pueblo, y aunque su juventud destacaba entre la mayoría de los habitantes mayores, nadie la miraba con recelo. Al contrario, los rostros se iluminaban al verla pasar, le ofrecían frutas del mercado, saludos calurosos, e incluso recuerdos de otros tiempos donde el pueblo no estaba tan lleno de canas.

    Su cuerpo, tras tanto desgaste, mostraba señales de sanación. Ya no tenía que sujetarse del marco de la puerta al levantarse por la mañana. Aun así, algo dentro de ella, aquella llama que había conocido como goblina o como ogresa demonio permanecía dormida. No era ausencia, era espera.

    Su cabello ahora completamente plateado, brillaba con una luz suave, casi lunar, que parecía intensificarse bajo el cielo nocturno. Las ojeras aún teñían su mirada, pero menos profundas, como cicatrices que ya no dolían tanto, aunque no podían olvidarse.

    En este lugar detenido en el tiempo, Akane no buscaba nada. Pero quizás, sin saberlo, comenzaba a encontrar algo.
    Donde el silencio respira Habían pasado dos semanas desde que Akane llegó al pueblito cerca de las montañas de las montañas, un lugar que parecía dormido en el tiempo. Las calles empedradas, las fachadas de tejas antiguas y los geranios colgando de las ventanas componían una calma que rozaba lo irreal. Era como si cada rincón exhalara dulces memorias. Ella vivía en un pequeño cuarto alquilado en la casa de una viuda de unos 48 años. La mujer, de manos fuertes y voz pausada, no hacía muchas preguntas; simplemente aceptó la presencia de Akane con una mezcla de curiosidad y respeto. En ese hogar silencioso, Akane encontró algo raro: estabilidad. Los ruidos eran suaves, el reloj parecía caminar más lento, y sus sueños no la despertaban tan bruscamente como antes. Paseaba a diario por el pueblo, y aunque su juventud destacaba entre la mayoría de los habitantes mayores, nadie la miraba con recelo. Al contrario, los rostros se iluminaban al verla pasar, le ofrecían frutas del mercado, saludos calurosos, e incluso recuerdos de otros tiempos donde el pueblo no estaba tan lleno de canas. Su cuerpo, tras tanto desgaste, mostraba señales de sanación. Ya no tenía que sujetarse del marco de la puerta al levantarse por la mañana. Aun así, algo dentro de ella, aquella llama que había conocido como goblina o como ogresa demonio permanecía dormida. No era ausencia, era espera. Su cabello ahora completamente plateado, brillaba con una luz suave, casi lunar, que parecía intensificarse bajo el cielo nocturno. Las ojeras aún teñían su mirada, pero menos profundas, como cicatrices que ya no dolían tanto, aunque no podían olvidarse. En este lugar detenido en el tiempo, Akane no buscaba nada. Pero quizás, sin saberlo, comenzaba a encontrar algo.
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • ∆ ¿Te gustaría averiguarlo?... ∆

    ZZ
    ∆ ¿Te gustaría averiguarlo?... ∆ ZZ
    Me encocora
    Me endiabla
    Me gusta
    8
    7 turnos 0 maullidos
  • Después de tantas batallas, es bueno tomarse un descanso... ¿No lo crees?
    Después de tantas batallas, es bueno tomarse un descanso... ¿No lo crees?
    Me encocora
    3
    3 turnos 0 maullidos
Patrocinados