Una noche silenciosa, la luna vuelve a alzarse una vez más, como siempre, pero esta vez un aire diferente recorre el bosque.
Un camino que no está escondido, pero que pocos conocen.
Una casa pequeña, aparentemente abandonada, pero nada más lejos de la realidad.
Los ojos de Elías brillan una vez más, observando a través de la ventana. — ¿Qué me deparará esta noche? — Dijo tranquilamente antes de volver la mirada hacia la chimenea del hogar. — ¿Cuándo fue la última vez que tuve visita? — El ambiente tan acogedor de la casa cada vez resultaba más solitario. — Quizás es momento de hacer un cambio. —
Un camino que no está escondido, pero que pocos conocen.
Una casa pequeña, aparentemente abandonada, pero nada más lejos de la realidad.
Los ojos de Elías brillan una vez más, observando a través de la ventana. — ¿Qué me deparará esta noche? — Dijo tranquilamente antes de volver la mirada hacia la chimenea del hogar. — ¿Cuándo fue la última vez que tuve visita? — El ambiente tan acogedor de la casa cada vez resultaba más solitario. — Quizás es momento de hacer un cambio. —
Una noche silenciosa, la luna vuelve a alzarse una vez más, como siempre, pero esta vez un aire diferente recorre el bosque.
Un camino que no está escondido, pero que pocos conocen.
Una casa pequeña, aparentemente abandonada, pero nada más lejos de la realidad.
Los ojos de Elías brillan una vez más, observando a través de la ventana. — ¿Qué me deparará esta noche? — Dijo tranquilamente antes de volver la mirada hacia la chimenea del hogar. — ¿Cuándo fue la última vez que tuve visita? — El ambiente tan acogedor de la casa cada vez resultaba más solitario. — Quizás es momento de hacer un cambio. —