—Efectivamente, acabó durmiéndose de nuevo en el mismo árbol.
Con un gran bostezo, estiró brazos y alas por igual, a la par que arqueó un poco la espalda. Al sentir un pequeño tiron en la nuca se llevó la mano a aquel lugar, palpando con los dedos las costras que habían dejado los dientes de Sebastián.
Y sencillamente pensó que habían pasado muchas cosas al mismo tiempo desde que llegó a aquella dimensión. Quizá por eso se había pasado el día tan aletargado pese a no ser algo propio de él. —
—Efectivamente, acabó durmiéndose de nuevo en el mismo árbol.
Con un gran bostezo, estiró brazos y alas por igual, a la par que arqueó un poco la espalda. Al sentir un pequeño tiron en la nuca se llevó la mano a aquel lugar, palpando con los dedos las costras que habían dejado los dientes de Sebastián.
Y sencillamente pensó que habían pasado muchas cosas al mismo tiempo desde que llegó a aquella dimensión. Quizá por eso se había pasado el día tan aletargado pese a no ser algo propio de él. —