• - Cuando me dicen que debería ser más cariñosa -

    Por supuesto ...
    Aquí te tengo tu cariñito (?)
    - Cuando me dicen que debería ser más cariñosa - Por supuesto ... Aquí te tengo tu cariñito (?)
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  • — Vamos, ven aquí. La lluvia no deberia durar mucho mas.
    — Vamos, ven aquí. La lluvia no deberia durar mucho mas.
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  • ¿Siguen de moda las ropas de cuero?
    Espero que cuando regrese a Loufu no me vean raro...

    *Comentó pensado en como todos podrían verla pero al recordar al general, no pudo evitar ponerse más roja, hasta echar humo de ka cabeza como si fuera una cafetera. *
    ¿Siguen de moda las ropas de cuero? Espero que cuando regrese a Loufu no me vean raro... *Comentó pensado en como todos podrían verla pero al recordar al general, no pudo evitar ponerse más roja, hasta echar humo de ka cabeza como si fuera una cafetera. *
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  • Creo que el trabajo del local de comida en la playa, no funcionó.

    #SeductiveSunday
    Creo que el trabajo del local de comida en la playa, no funcionó. #SeductiveSunday
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  • https://youtu.be/45YuLkzKZlE?si=2EQjd3rCSkvDFKTc

    Mi lado Yandere loco.
    Para matener un secreto, es más fácil cuando una muerta esta...

    *Comentó bañada en sangre *
    https://youtu.be/45YuLkzKZlE?si=2EQjd3rCSkvDFKTc Mi lado Yandere loco. Para matener un secreto, es más fácil cuando una muerta esta... *Comentó bañada en sangre *
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  • Evan Park amor... Yo solo salí a hacer las compras te lo juro... Este ser apareció mágicamente dentro de la bolsa del supermercado... Te juro que no me lo secuestré de la calle...
    [Park_space12] amor... Yo solo salí a hacer las compras te lo juro... Este ser apareció mágicamente dentro de la bolsa del supermercado... Te juro que no me lo secuestré de la calle...
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  • El sol del mediodía bañaba el penthouse con un resplandor casi celestial, haciendo relucir el mármol blanco y las molduras doradas que hablaban de un lujo sobrio, cuidadosamente calculado. Las cortinas se mecían con la brisa, y el murmullo lejano de la ciudad parecía un eco irrelevante frente al imperio silencioso que reinaba entre esas paredes.

    Elisabetta estaba sentada en su diván favorito, con una pierna cruzada sobre la otra, envuelta en una bata de seda marfil con bordes dorados. Sus uñas perfectas brillaban mientras sostenía la revista que uno de sus asistentes le había entregado minutos antes.

    EMPORIO MAGAZINE 2025.

    Ahí estaba ella, en la portada. Imponente, inalcanzable, con las gafas oscuras cubriéndole los ojos y una expresión que no dejaba espacio a dudas: era poder, era belleza, era peligro.

    "Moda, poder y muerte: la fórmula de Elisabetta di Vincenzo."
    "La mujer que convirtió los negocios en arte."

    Sus ojos amatistas recorrieron lentamente el titular. Ladeó el rostro apenas, como si saboreara cada palabra impresa con la misma intensidad con la que saboreaba una victoria bien ganada. Luego, sin apartar la mirada de la portada, dejó escapar una suave carcajada, apenas audible.

    —Les tomó tiempo entender... —musitó.

    En el margen inferior de la portada, una frase resaltada con picardía captó su atención:

    “¿Quién es el hombre que siempre la acompaña a todos lados? ¿Será su guardaespaldas como ella dice, o será algo más?”

    Elisabetta entrecerró los ojos y su sonrisa se transformó en una línea seductora de malicia pura. Apoyó el mentón sobre la mano con gesto teatral y elegante, y murmuró como si hablara consigo misma, aunque sabía que él estaba allí:

    —Les fascina especular... pero nadie entiende que el peligro real nunca se ve venir.

    El guardaespaldas, apostado discretamente a unos pasos, no dijo una palabra. Pero en su postura relajada había tensión contenida, como la de un león que observa, callado, esperando que alguien cruce la línea equivocada.

    Ella lo sabía. Siempre lo sabía.

    —¿Y tú? —preguntó, sin volverse, con voz suave pero cortante—. ¿Te molesta que empiecen a sospechar?

    Khaleb Jaddour
    El sol del mediodía bañaba el penthouse con un resplandor casi celestial, haciendo relucir el mármol blanco y las molduras doradas que hablaban de un lujo sobrio, cuidadosamente calculado. Las cortinas se mecían con la brisa, y el murmullo lejano de la ciudad parecía un eco irrelevante frente al imperio silencioso que reinaba entre esas paredes. Elisabetta estaba sentada en su diván favorito, con una pierna cruzada sobre la otra, envuelta en una bata de seda marfil con bordes dorados. Sus uñas perfectas brillaban mientras sostenía la revista que uno de sus asistentes le había entregado minutos antes. EMPORIO MAGAZINE 2025. Ahí estaba ella, en la portada. Imponente, inalcanzable, con las gafas oscuras cubriéndole los ojos y una expresión que no dejaba espacio a dudas: era poder, era belleza, era peligro. "Moda, poder y muerte: la fórmula de Elisabetta di Vincenzo." "La mujer que convirtió los negocios en arte." Sus ojos amatistas recorrieron lentamente el titular. Ladeó el rostro apenas, como si saboreara cada palabra impresa con la misma intensidad con la que saboreaba una victoria bien ganada. Luego, sin apartar la mirada de la portada, dejó escapar una suave carcajada, apenas audible. —Les tomó tiempo entender... —musitó. En el margen inferior de la portada, una frase resaltada con picardía captó su atención: “¿Quién es el hombre que siempre la acompaña a todos lados? ¿Será su guardaespaldas como ella dice, o será algo más?” Elisabetta entrecerró los ojos y su sonrisa se transformó en una línea seductora de malicia pura. Apoyó el mentón sobre la mano con gesto teatral y elegante, y murmuró como si hablara consigo misma, aunque sabía que él estaba allí: —Les fascina especular... pero nadie entiende que el peligro real nunca se ve venir. El guardaespaldas, apostado discretamente a unos pasos, no dijo una palabra. Pero en su postura relajada había tensión contenida, como la de un león que observa, callado, esperando que alguien cruce la línea equivocada. Ella lo sabía. Siempre lo sabía. —¿Y tú? —preguntó, sin volverse, con voz suave pero cortante—. ¿Te molesta que empiecen a sospechar? [cosmic_beryl_zebra_425]
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  • "buenas tardes y feliz Domingo para todos ustedes ..... "
    "buenas tardes y feliz Domingo para todos ustedes ..... "
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  • Buenos días o tardes a todos ustedes que tengan un buen domingo
    Buenos días o tardes a todos ustedes que tengan un buen domingo 🍰✨
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  • La sala estaba llena.
    Whisky caro, trajes de Armani, cuchillos bajo las mesas.
    La típica reunión anual de aliados, viejos favores y silencios compartidos.
    Yo estaba de pie junto a la barra. Vestido negro, cabello suelto. Mía estaba al otro lado de la sala, hablando con una de las chicas del sur, ajena, tranquila… guapísima como siempre.
    Y sí, ya todos sabían que estaba conmigo.
    Pero esta noche, no iba de eso.

    Cuando el Don de la familia anfitriona pidió silencio para brindar por el nuevo año de “negocios limpios”, se levantaron las copas.
    Yo también lo hice.
    Y antes de que se dispersaran otra vez, hablé.

    —Solo una cosa más —dije sin subir la voz. No me hizo falta. Bastó con eso para que todos giraran hacia mí.

    Esperé un segundo. No por dramatismo. Por control. Medí el silencio.

    —Quiero que lo escuchen de mí, de una vez —continué, con la copa en la mano, sin sonreír—. Mía y yo nos casamos. La semana que viene. Aquí, en Italia.

    Un parpadeo general. Algún murmullo. Nada de reacciones fuertes.
    La mayoría lo veía venir.
    Los que no, aprendieron a guardar la lengua.

    Alcé la copa hacia donde estaba ella. Mía me miraba. Esa mirada suya que mezcla orgullo y calma.
    Le devolví la mirada.
    Y añadí solo una frase más, sin adornos.

    —Para quien aún lo dude: es la mujer de mi vida. Y quien no la respete… ya sabe lo que eso significa.

    Bebí.
    Y el resto también.
    Sin preguntas.
    Sin bromas.

    Así se presentan las verdades cuando estás en un mundo donde todo se pone en duda.
    Mirándolos a los ojos.

    Y dejando claro que ese anillo, ya es sagrado.

    Mía Russo
    La sala estaba llena. Whisky caro, trajes de Armani, cuchillos bajo las mesas. La típica reunión anual de aliados, viejos favores y silencios compartidos. Yo estaba de pie junto a la barra. Vestido negro, cabello suelto. Mía estaba al otro lado de la sala, hablando con una de las chicas del sur, ajena, tranquila… guapísima como siempre. Y sí, ya todos sabían que estaba conmigo. Pero esta noche, no iba de eso. Cuando el Don de la familia anfitriona pidió silencio para brindar por el nuevo año de “negocios limpios”, se levantaron las copas. Yo también lo hice. Y antes de que se dispersaran otra vez, hablé. —Solo una cosa más —dije sin subir la voz. No me hizo falta. Bastó con eso para que todos giraran hacia mí. Esperé un segundo. No por dramatismo. Por control. Medí el silencio. —Quiero que lo escuchen de mí, de una vez —continué, con la copa en la mano, sin sonreír—. Mía y yo nos casamos. La semana que viene. Aquí, en Italia. Un parpadeo general. Algún murmullo. Nada de reacciones fuertes. La mayoría lo veía venir. Los que no, aprendieron a guardar la lengua. Alcé la copa hacia donde estaba ella. Mía me miraba. Esa mirada suya que mezcla orgullo y calma. Le devolví la mirada. Y añadí solo una frase más, sin adornos. —Para quien aún lo dude: es la mujer de mi vida. Y quien no la respete… ya sabe lo que eso significa. Bebí. Y el resto también. Sin preguntas. Sin bromas. Así se presentan las verdades cuando estás en un mundo donde todo se pone en duda. Mirándolos a los ojos. Y dejando claro que ese anillo, ya es sagrado. [Top_modelx95]
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