• Las galletas al fin están listas, ¿ alguien quiere una?
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  • —Mermid le ha tomado una foto con filtro mientras usaba su traje,por alguna razon tiene sentimientos encontrados—
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  • Nadie debería subestimar a la que tiene cara de chica buena
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  • Por que? La mayoria me ve como si fuera rara ..... ¿sera mi cabello?
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  • Hoy me aburro muchísimo más de lo normal
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  • Siempre pensé que era lo que se debía hacer. Que para combatir demonios tienes que abandonar tu humanidad pero… ¿Y si escogí mal?
    Siempre pensé que era lo que se debía hacer. Que para combatir demonios tienes que abandonar tu humanidad pero… ¿Y si escogí mal?
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  • Estaba tumbada en la cama con la espalda apoyada en el cabecero, el portátil sobre las piernas. Las costillas todavía me molestaban cada vez que cambiaba de postura, pero no era nada comparado con lo que había pasado. Angela me tenía prácticamente secuestrada en la habitación, no me dejaba ni poner un pie en la cocina.

    Ella estaba sentada en el suelo, a pocos metros, con una carpeta llena de papeles y el móvil en altavoz. Revisaba contratos y números de uno de sus negocios, seria y concentrada. El contraste me arrancó una media sonrisa: yo buscando flores y vestidos, ella hablando de márgenes y proveedores.

    —¿Te has dado cuenta de que esto parece al revés? —dije, alzando la mirada para mirarla. Tenía el ceño fruncido, mordía la tapa de un bolígrafo mientras pasaba hojas.

    —¿El qué? —preguntó sin apartar la vista de sus notas.

    —Que tú llevas la parte seria y yo la romántica —respondí, levantando un poco el portátil para enseñarle una foto de un salón decorado con luces cálidas y mesas largas—. Nunca me imaginé a mí misma pensando en estas cosas.

    Angela levantó la mirada apenas un segundo y me observó en silencio. Ese brillo en sus ojos, como si la idea de verme ocupada en algo tan “normal” le conmoviera, me atravesó.

    —Pues a mí me gusta —dijo finalmente, con una voz más suave de lo que esperaba.

    Sentí un nudo en la garganta. Cerré el portátil con calma y lo dejé a un lado, extendiendo una mano hacia ella.

    —Ven un momento, deja los papeles.

    Angela dudó, pero se levantó y se acercó a la cama. La jalé suavemente hasta que quedó sentada a mi lado, y apoyé mi frente en la suya, queriendo tener un momento para nosotras.

    Angela Di Trapani
    Estaba tumbada en la cama con la espalda apoyada en el cabecero, el portátil sobre las piernas. Las costillas todavía me molestaban cada vez que cambiaba de postura, pero no era nada comparado con lo que había pasado. Angela me tenía prácticamente secuestrada en la habitación, no me dejaba ni poner un pie en la cocina. Ella estaba sentada en el suelo, a pocos metros, con una carpeta llena de papeles y el móvil en altavoz. Revisaba contratos y números de uno de sus negocios, seria y concentrada. El contraste me arrancó una media sonrisa: yo buscando flores y vestidos, ella hablando de márgenes y proveedores. —¿Te has dado cuenta de que esto parece al revés? —dije, alzando la mirada para mirarla. Tenía el ceño fruncido, mordía la tapa de un bolígrafo mientras pasaba hojas. —¿El qué? —preguntó sin apartar la vista de sus notas. —Que tú llevas la parte seria y yo la romántica —respondí, levantando un poco el portátil para enseñarle una foto de un salón decorado con luces cálidas y mesas largas—. Nunca me imaginé a mí misma pensando en estas cosas. Angela levantó la mirada apenas un segundo y me observó en silencio. Ese brillo en sus ojos, como si la idea de verme ocupada en algo tan “normal” le conmoviera, me atravesó. —Pues a mí me gusta —dijo finalmente, con una voz más suave de lo que esperaba. Sentí un nudo en la garganta. Cerré el portátil con calma y lo dejé a un lado, extendiendo una mano hacia ella. —Ven un momento, deja los papeles. Angela dudó, pero se levantó y se acercó a la cama. La jalé suavemente hasta que quedó sentada a mi lado, y apoyé mi frente en la suya, queriendo tener un momento para nosotras. [haze_orange_shark_766]
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  • ────Hoy soy un algodón de azúcar. Y no, no hay de qué alarmarse; no estoy cerrando ciclos. Este look caduca hasta que termine la sesión de fotos. ¿Qué tal? ¿Me queda lo dulce?
    ────Hoy soy un algodón de azúcar. Y no, no hay de qué alarmarse; no estoy cerrando ciclos. Este look caduca hasta que termine la sesión de fotos. ¿Qué tal? ¿Me queda lo dulce?
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  • Quiero demasiado a esta mujer

    Aurora Cupper
    Quiero demasiado a esta mujer [glow_beryl_hippo_480]
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  • Está de un pésimo humor. Más que pésimo. Su estudio es una montaña de bolas de papel que ella misma a arrancado de sus cuaderno de diseños y tirado por ahí.
    Ni hablar de las prendas rasgadas y tiradas por el suelo al encontrarse insatisfecha con sus propios diseños. Necesitaba desquitarse y urgente. ¿Cómo lograrlo? Eso era fácil.

    Agarró al asistente de Vox junto a su agenda del día y lo lanzó a su propio estanque de tiburones.
    También ha ido a desenchufarle cada pantalla de su oficina... Y tapado algunas cámaras adrede. ¿Para qué todo eso? Sencillo. Verle rabiar a Vox y grabarlo para deleitarse y reírse con sus rabietas
    Está de un pésimo humor. Más que pésimo. Su estudio es una montaña de bolas de papel que ella misma a arrancado de sus cuaderno de diseños y tirado por ahí. Ni hablar de las prendas rasgadas y tiradas por el suelo al encontrarse insatisfecha con sus propios diseños. Necesitaba desquitarse y urgente. ¿Cómo lograrlo? Eso era fácil. Agarró al asistente de [myth_turquoise_shark_797] junto a su agenda del día y lo lanzó a su propio estanque de tiburones. También ha ido a desenchufarle cada pantalla de su oficina... Y tapado algunas cámaras adrede. ¿Para qué todo eso? Sencillo. Verle rabiar a Vox y grabarlo para deleitarse y reírse con sus rabietas
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